LA SIEMPRE VIGENTE GEOPOLÍTICA
Cabe definir que, en este momento histórico, existen dos grandes bloques
del poder mundial: el Atlantista y el Continentalista.
El primero tiene su eje principal a ambos lados del océano homónimo, con
la dupla EEUU-Canadá en América, y con el Reino Unido y la Unión Europea en el
viejo continente, disponiendo también de varios aliados de peso, como Japón,
Corea Del Sur, Israel, y otros.
No es un tema menor, analizar que las tres potencias principales que son
definidas como neocolonialistas, por sus acciones y posturas en las últimas
décadas, son EEUU, Reino Unido y Francia. Esa definición se basa en el accionar
de esas potencias nucleares, cuyas historias muestran una persistente actitud
colonialista, la cual se había morigerado luego de la Segunda Guerra Mundial,
pero tomó nuevos impulsos en coincidencia con la imposición del neoliberalismo,
en los pasados años ’70, ’80, y ’90; con creciente énfasis en lo que va del siglo XXI.
Esos formatos colonialistas se readecuaron cuando en los años ’40, ’50, ’60
y ’70, muchas hoy ex colonias lograron sus independencias formales, pero casi
todas no logran salir del subdesarrollo, en muchos casos en medio de pobreza
endémica e inestabilidad política. Y en varios casos de naciones de África y
algunas de Asia, mantienen vinculaciones de dependencia respecto a sus ex
metrópolis imperiales; mientras que, en Íbero América, se advierten acciones de
reedición, en versiones corregidas y aumentadas, de la doctrina del gran garrote,
practicada por Theodore Roosevelt a principios del siglo XX.
El brazo armado del Atlantismo es la OTAN, ente que pasó del supuesto rol
defensivo frente al hoy inexistente Pacto de Varsovia y a la perimida Unión
Soviética; mutando a acciones puntuales a escala global, claramente agresivas,
en diversos escenarios, acorde a las prioridades estratégicas de sus componentes,
en particular de su poderoso integrante no europeo.
No es tema menor, enfatizar que el usurpador Reino Unido, cuenta con los
respaldos de “sus primos” de Norteamérica, y de la OTAN. Claro que con
gobernantes que desprecian la soberanía argentina, como el neoliberalismo
macrista y el anarco libertarismo, las amenazas externas se suman a las
arrastradas posturas de sumisión total de esos sectores políticos internos,
explícitamente subordinados a esos poderes neocolonialistas.
El Bloque Continentalista, con su conformación central prevista por Halford
Mackinder, hace más de un siglo, tiene su núcleo en China y Rusia, en Eurasia, en
una asociación estratégica que se muestra muy sólida, que evidencia resistir los
embates desde el oeste (con epicentro en Ucrania), y en el sur y sureste, (con
puntos álgidos en Taiwán, Filipinas, Japón, Corea y el Mar de China).
China va camino a ser la primera potencia mundial, en un breve lapso
medido en términos históricos.
Rusia, por su parte, resurgió fuertemente,
volviendo a ser un poder insoslayable, en el contexto mundial.
India es otro socio estratégico de los BRICS, y se proyecta a ser tercera o
cuarta potencia económica mundial, en un par de décadas, o antes.
Brasil por su parte, sigue desarrollándose a paso firme, siendo ya un actor
de peso a nivel global.
Allí estaba el lugar lógico para Argentina, que seguía creciendo, y sostenía
un muy interesante desarrollo tecnológico, además del nada despreciable PBI,
antes que los anarco - libertarios, se dedicaran a destruir todo, y a desechar
nuestro aprobado ingreso al BRICS, en una burda acción de anti geopolítica.
Los temas estratégicos abarcan diversas áreas, no solo la militar. En lo
económico, financiero y tecnológico, se advierten profundos cambios en el
tablero geopolítico mundial.
La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos)
evidencia su afinidad o marcada preponderancia respecto al Bloque Atlantista, el
cual también tiene injerencia acentuada en el FMI y en cierta forma el BM;
organismos que de algún modo están vinculados con las preponderancias
financieras del dólar de EEUU, el Euro y algunas otras divisas (Libra, Yen, y
eventualmente unas pocas más) respaldadas por Estados con asociaciones
estratégicas con el Atlantismo.
Pero sucede que la supremacía excluyente del dólar, está siendo en los
hechos, cuestionada en forma creciente, y algunas naciones acordaron dejar de
basar sus intercambios en la divisa norteamericana, la cual, desde la hoy lejana
presidencia de Nixon en EEUU, dejó de ser convertible.
Pero la relación entre EEUU y Europa, no parece ser lineal ni del tipo “win –
win” (ganar – ganar), pues las presiones de EEUU y su principal socio estratégico
(el Reino Unido), operaron fuertemente para cortar las crecientes exportaciones
rusas de gas y petróleo, a precios muy competitivos, a la UE. Y Europa, sedienta
de energéticos, ahora debe comprar el costoso gas de EEUU, el cual incluye los
fuertes incrementos del transporte marítimo.
Hoy la locomotora económica
europea, que era Alemania, enfrenta costos energéticos que le están restando
competitividad, además de estar pagando cara la acentuada incidencia de las
costosas “energías alternativas” eólica y solar, que son inútiles como Energías de
Base, elemental realidad que los ultra ecologistas germanos tratan de seguir
ocultando con montañas de palabrerías.
En ese contexto, casi coincidente con el cambio de milenio, asomó una
nueva asociación multi estatal, de naciones emergentes con mucho peso, hoy
llamada BRICS.
Es claramente creciente la influencia y peso geopolítico propio, de los BRICS,
asociación estratégica que en forma moderada pero muy firme, consolida su
relevancia a escala planetaria, siendo hoy el bloque de poder que se constituye
en el más sólido factor que se opone a los “poderes detrás de los tronos” que
buscan la globalización salvaje, poderes estos que evidencian fuertes
vinculaciones con el mega sector financiero transnacional, el cual en cierta forma
parecería actuar en forma casi autónoma, pero sus bases operativas siguen
estando en las principales potencias del Atlantismo, sobre el cual influyen en
forma decisiva.
Para entender las enormes diferencias entre el Atlantismo y el
Continentalismo, cabe analizar las muy disímiles acciones concretas de esos
bloques de poder, vinculadas con promover o entorpecer el desarrollo de
Argentina.
Las dos grandes potencias del Continentalismo, China y Rusia, ofrecieron
concretos respaldos técnicos y financiaciones blandas, para construir tres
grandes centrales nucleares, de las cuales por dos veces se comenzó Atucha 3, y
se paralizaron por “obediencia” a imposiciones de EEUU y su bloque de poder;
además China otorgó fuertes respaldos financieros y técnicos, para las dos
grandes hidroeléctricas en el Río Santa Cruz, obras que fueron entorpecidas por
el macrismo, y ahora paralizadas por el anarco libertarismo, claramente por
“sugerencias” del Atlantismo.
Rusia también había ofrecido financiación blanda
para concretar la hidroeléctrica Chihuido, que el vuelco argentino al
neoliberalismo impidió hacer.
En lo referente a nuestro desarrollo tecnológico nuclear, ni China ni sus
aliados del Continentalismo pusieron ninguna objeción ni presiones para
trabarlo, e incluso China adquirió en el INVAP costosos componentes de alta
tecnología para pequeñas centrales nucleares destinadas a investigación y
producción de insumos complejos, como radioisótopos utilizados para oncología.
Muy por el contrario, utilizando las arrastradas posturas de sumisión total,
de libertarios y neoliberales, EEUU presionó para suspender el muy avanzado
proyecto de central modular CAREM, y el reactor RA10, destinado a ser utilizado
en nuestro país para investigación y producción de insumos anticancerígenos,
entre otros fines pacíficos.
En lo financiero, mientras China dio apoyos concretos y a bajos costos,
mediante operaciones de SWAP, para aliviar las carencias nuestras de divisas;
EEUU forzó al FMI a otorgarnos un mega préstamo, claramente impagable, con
el doble objetivo de respaldar al desastroso gobierno macrista para su -fallida - reelección; y a la vez para tenernos muy condicionados, por las presiones de esa
deuda irracional y monstruosa.
Profundas diferencias entre Atlantistas y Continentalistas, sin duda.
Tal parece el grado de simbiosis entre el mega poder financiero
transnacional y el epicentro del Poder Atlantista, que las concretas amenazas y
acciones bélicas (en sus distintas alternativas), evidencian ser las herramientas
más directas y concretas, con las cuales amenazan o incluso agreden a países
“díscolos” que se niegan a la subordinación, sea esta en grados implícitos o
directamente explícitos.
Pero las alternativas bélicas (que siempre pueden tener diversos grados de
imprevisibilidad), tienen varias opciones previas, utilizando otros tipos de
poderes, que pueden ser demoledores, sin apelar necesariamente a la violencia
física. Separadamente, o en forma coordinada, los medios concentrados,
mayoritariamente controlados por el establishment ultra conservador, obediente
a los mandatos financieros transnacionales y sus asociados / subordinados
Atlantistas; aislada o coordinadamente con sectores cooptados de los respectivos
Poderes Judiciales de los países afectados, pueden tener efectos muy perniciosos,
influyendo en la opinión pública (utilizando refinadas tecnologías de cooptación
sociológica y/o psicológica de masas); y a eso se agregan eventuales o siempre
latentes operaciones de “carpetazos”, esto bajo el accionar de los “servicios”,
largamente cooptados por el establishment reaccionario.
En Argentina, la sumatoria de evidencias de muy grave deterioro
cognoscitivo en diversos sectores de nuestro tejido social, muestran las causales
principales de las acentuadas incoherencias que nos embretaron en el caos socio
económico actual, el cual, si no se pudiera revertir rápida y profundamente, nos
llevará rápida y acentuadamente a la disolución nacional.
Contra toda lógica, solo entendible en el marco de las profundas
confusiones conceptuales básicas que se inocularon en nuestra población, pudo
darse la incoherencia de haberse apoyado cerrada y fervorosamente, a
propuestas claramente nefastas y destructivas, como las de los actuales
gobernantes nacionales, desconociéndose que similares “recetas” perpetradas
en sucesivos períodos anteriores -algunos muy cercanos en el tiempo-, nos
llevaron a los empujones, a deterioros socio económicos generalizados, con
sutiles o desembozadas acciones de industricidio, empobrecimientos masivos,
endeudamientos externos acentuados y perniciosos, y orientaciones geopolíticas
no solo desacertadas, sino peor aún, netamente negativas contrarias al Interés
Nacional.
En breve síntesis, cabe mencionar la década infame (1930-1943) de
escandalosos negociados y de sumisión explícita al Reino Unido, y los golpes de
Estado de 1955, 1962, en parte el de 1966, 1976, el nefasto noventismo (que nos
llevó a la crisis terminal de 2001/2002), y los destructivos años del neoliberalismo
de 2015-2019, este último acentuadamente endeudador, industricida y carente
del más elemental patriotismo, evidenciado ello en sus deplorables acciones de
política exterior; de todo lo cual parecen no haber guardado recuerdo ni
conocimiento alguno, vastos sectores del entramado social de Argentina.
En otros períodos de gobierno, las muy activas “progresías”, en muchos
casos carecientes de conocimientos esenciales, hicieron aportes a la confusión,
repitiendo ideas instaladas por ONGs europeas o por difusores de ideas, de
escaso o nulo sentido de Lo Nacional.
Preocupante es que ese profundo desconocimiento de la historia nacional,
(parte de ella muy reciente), de la Economía y de la Geopolítica, haya afectado a
muchos jóvenes carentes de toda base cultural sólida y amplia; a vastos sectores
docentes, que ahora padecen sueldos de miseria profunda pero no entienden las
causas reales de ese deterioro general; a profesionales, que de hecho reniegan
del Estado activo, que entre otros efectos positivos, generó y mantuvo la
gratuidad universitaria y creó nuevas Universidades Nacionales; a empresarios
PYMES, que progresaron en períodos de gobiernos de signo Nacional y Popular,
pero que insólitamente apoyan gobiernos que los perjudican, como el actual
intencional destructivo anarquismo; y entre otros sectores muy confusos,
amplias mayorías de las FFAA y FFSS, que se dicen “muy patriotas”, pero que
afectados por profundos procesos de colonización cultural, apoyan a sectores
políticos claramente antinacionales, como neoliberales y anarco libertarios.
A todos esos confusos sectores del tejido social argentino, pretender
explicarles conceptos básicos de Geopolítica, parece tarea imposible.
El esclarecimiento cultural es la base sobre la que puede y debe darse el
necesario resurgir el sincero patriotismo argentino. El tema no es de “derechas e
izquierdas”, lo concreto pasa por la necesaria supremacía del Pensamiento
Nacional, como lo definieron José Luis Torres, A. Jauretche, R. Scalabrini Ortiz y J.
M. Rosa, entre otros patriotas muy relevantes.
El preclaro y muy patriota pensamiento de Jauretche sigue plenamente
vigente, marcando la senda del Pensamiento Nacional, cumpliéndose el próximo
25 de mayo, el medio siglo del paso a la inmortalidad, de ese gran argentino.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos