domingo, 12 de mayo de 2024

 LIBERTARIOS Y OTROS TERRAPLANISTAS DE LA ECONOMÍA 
A propósito de Lidia Lemoine, militante del nada científico terraplanismo (que agrupa a los delirantes que afirman que la Tierra es plana), que como tal parece proceder como legisladora, su previsible accionar provoca muy fundadas preocupaciones, además de demostrar el deterioro acentuado en cargos importantes, dado el nivel de improvisados e ignorantes ocupando importantes funciones en la estructura política nacional. 
Puesta además en la Comisión de Ciencia de la Cámara de Diputados de la Nación -eso que en otras circunstancias provocaría risas despectivas, por la demostrada falta de capacidad para ejercer esas funciones, pero que en el contexto actual acentúa las fundadas preocupaciones ante la insensatez y escasa o nula preparación de esos “referentes”-; es “solo” una más de las profundas incoherencias que casi a diario perpetran los anarquistas y sus “socios” neoliberales puestos a usufructuar cargos muy bien remunerados, en los que operan para destruir el Estado Argentino, para el cual se supone deben trabajar. 
Pero si tenemos un presidente que hace de las mentiras groseras sus justificativos, ante los destrozos generalizados e intencionales que provocan las medidas por él y sus adláteres implementadas con premeditación y alevosía, ¡que nos puede asombrar el bajo nivel, cuando no la ignorancia cerril que evidencian los libertarios, puestos a “dirigentes”, o peor aún, a supuestos “estadistas”, en cargos y funciones que claramente les quedan muy grandes, tal por caso el deplorable accionar y las expresiones de la “intelectual” actual Canciller Diana Mondino! 
Recordemos que la actual Canciller, con burda ironía, recomendó “comprar grupos electrógenos” ante los previsibles serios problemas en el servicio eléctrico, que serán consecuencia de haber paralizado abrupta y brutalmente todas las inversiones que estaban en marcha y las previstas para comenzar en el muy sensible Sector Eléctrico. ¡Debería saber que la autogeneración, además de muy ineficiente y mucho más costosa, es altamente contaminante, e imposible de implementar para usuarios residenciales e incluso pequeñas o medianas empresas, justamente por la inversión necesaria y los problemas logísticos que implica! 
Deplorables ejemplos hemos tenido en los años ’90, cuando en las veredas o en calles adyacentes de Bancos y otros negocios, en grandes ciudades, se instalaron improvisadamente grupos electrógenos, ruidosos y malolientes…notablemente con los silencios cómplices de “ecologistas”, con libretos dictados desde las potencias anglosajonas, aunque lo de los ecólatras es otro tema… 
Además, la impresentable canciller, con su sorna habitual, se mofó abiertamente de los jubilados, al expresar -conceptualmente- que “para que darles créditos, si es previsible que pronto se van a morir”. También, en el colmo de la desubicuidad, al tiempo de ir a pedir (léase implorar, ante el previsible fracaso económico de su gobierno) la renovación del SWAP -apoyo financiero de China-, pedido que no encontró eco; en ese contexto, expresó públicamente la deplorable frase “todos los chinos son iguales”, la cual es un compendio de desubicuidad manifiesta, racismo apenas disimulado, e ignorancia total de elementales principios de diplomacia. 
No son los únicos casos en los que se evidencia falta de capacidad, irresponsabilidad en el ejercicio de funciones públicas, e incluso total despreocupación o evidente manifiesto sadismo ante los severos perjuicios sociales y económicos que causan sus acciones económicas. 
Como ejemplo de ello, el visible regodeo que evidenció el presidente, al anunciar masivos despidos en el sector público, desentendiéndose de las consecuencias sociales y de los previsibles problemas operativos en las instituciones y entes nacionales a los que se privó de parte de su personal. 
Más allá del lenguaje chabacano e incluso desubicadamente grosero que a diario utiliza el dudoso emocionalmente estable presidente, y de sus absurdos improperios contra varios presidentes y referentes de países con los que acreditábamos largas y respetuosas relaciones diplomáticas; todo ello mientras busca desesperadamente ubicarse como referente mundial (¿¡!?) de sectores políticos ultra reaccionarios, es más que evidente el previsible rotundo fracaso de su accionar económico, del cual emanan catastróficas consecuencias sociales y deplorables posicionamientos geopolíticos, estos últimos carentes por completo de todo vestigio de patriotismo y respeto a la soberanía nacional. 
En la Historia Económica Argentina se advierte una constante lucha entre el Sector Nacional; enfrentando a los sucesivos actores del statu quo ultra conservador, claramente reaccionario, que con repetidas “recetas” recesivas, anti industriales y anti tecnológicas, con claro desprecio a los sectores populares y sobre todo a la soberanía, que siempre se subordinaron a la potencia hegemónica de turno. Prácticamente calcados fueron en lo nodal, los planes económicos de la década infame; de la revolución fusiladora (1955) y del “partido militar liberal” establecido desde ese aciago hito histórico -lamentablemente vigente e inculcado hasta hoy en los institutos de (de)formación militar-; del golpe de Estado anti desarrollista de 1962; del siniestro “proceso” que nos embretó en el destructivo neoliberalismo; del noventismo que profundizó las negativas medidas socio económicas del “proceso”; del destructivo neoliberalismo recargado del macrismo; y hoy en versión recargada y acentuadamente acelerada, del destructivo anarquismo, que claramente tiene como objetivo de máxima la destrucción total del Estado, y con ello de la Patria Argentina. 
No se incluye el golpe de Estado de 1966, pues no puede catalogarse como típicamente liberal (y con ello apátrida), pues tuvo fuertes componentes Nacionales, posiblemente por las influencias muy positivas del economista Aldo Ferrer y del General y experto en Geopolítica J. E. Guglialmelli (con ambos tuve el enorme gusto y orgullo de conocer y dialogar). 
Sin dejar de considerar gruesos errores en ese período (como la Noche de los Bastones Largos, apaleando docentes en la UBA, por parte de la Policía Federal), y otras represiones focalizadas en universitarios y obreros; se comenzaron diversas grandes obras públicas, como Atucha 1, el mega complejo hidroeléctrico Chocón – Cerros Colorados, grandes inversiones en rutas nacionales y en provincias históricamente postergadas, un vasto plan de reequipamiento nacional de las FFAA, y otras iniciativas de fuerte perfil de desarrollo industrial y tecnológico. 
Más allá de esa elemental y muy necesaria reseña histórica de la Economía Argentina, es hoy más que evidente que el inestable emocional y nada creíble presidente, junto al endeudador serial “Toto” Caputo y sus adláteres, evidencian estar en un callejón sin salida, del que las gruesas mentiras (como el falso superávit fiscal, los inexistentes ataques a “la casta” que solo perjudican al pueblo común y condenan a muerte a la industria nacional y los entes tecnológicos); en el irracional y antinacional contexto actual se marcha hacia el caos socio económico general. 
Los enormes pasivos financieros, que se agigantan día a día, como las deudas a CAMMESA (electricidad), las acentuadas carencias de inversiones en mantenimiento de los servicios públicos (más allá de la irracionalidad de pretender privatizar todo), el lógico deterioro de diversas infraestructuras públicas (a las que se privó de todo mantenimiento y de las muy necesarias obras públicas que estaban en marcha o listas para comenzar); sumado eso a la pobreza general que se extiende cuan letal mancha que afecta a crecientes sectores de nuestra población); servicios públicos que pasan a ser impagables; y otros indicadores de caos general que puede derivar en nuevos paros generales y protestas masivas; todo eso evidencia la total inviabilidad del patológico contexto general, que solo lleva a la destrucción socio económica masiva (con unos pocos mega empresarios y especuladores con hiper utilidades); y todo eso con los claros objetivos que de mínima, buscan recrear la inviable Argentina semi feudal del siglo XIX, y de máxima, perpetrar la disolución nacional. 

MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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