LIBERTARIOS Y OTROS TERRAPLANISTAS DE LA ECONOMÍA
A propósito de Lidia Lemoine, militante del nada científico terraplanismo
(que agrupa a los delirantes que afirman que la Tierra es plana), que como tal
parece proceder como legisladora, su previsible accionar provoca muy fundadas
preocupaciones, además de demostrar el deterioro acentuado en cargos
importantes, dado el nivel de improvisados e ignorantes ocupando importantes
funciones en la estructura política nacional.
Puesta además en la Comisión de Ciencia de la Cámara de Diputados de la
Nación -eso que en otras circunstancias provocaría risas despectivas, por la
demostrada falta de capacidad para ejercer esas funciones, pero que en el
contexto actual acentúa las fundadas preocupaciones ante la insensatez y escasa
o nula preparación de esos “referentes”-; es “solo” una más de las profundas
incoherencias que casi a diario perpetran los anarquistas y sus “socios”
neoliberales puestos a usufructuar cargos muy bien remunerados, en los que
operan para destruir el Estado Argentino, para el cual se supone deben trabajar.
Pero si tenemos un presidente que hace de las mentiras groseras sus
justificativos, ante los destrozos generalizados e intencionales que provocan las
medidas por él y sus adláteres implementadas con premeditación y alevosía, ¡que
nos puede asombrar el bajo nivel, cuando no la ignorancia cerril que evidencian
los libertarios, puestos a “dirigentes”, o peor aún, a supuestos “estadistas”, en
cargos y funciones que claramente les quedan muy grandes, tal por caso el
deplorable accionar y las expresiones de la “intelectual” actual Canciller Diana
Mondino!
Recordemos que la actual Canciller, con burda ironía, recomendó “comprar
grupos electrógenos” ante los previsibles serios problemas en el servicio
eléctrico, que serán consecuencia de haber paralizado abrupta y brutalmente
todas las inversiones que estaban en marcha y las previstas para comenzar en el
muy sensible Sector Eléctrico.
¡Debería saber que la autogeneración, además de muy ineficiente y mucho
más costosa, es altamente contaminante, e imposible de implementar para
usuarios residenciales e incluso pequeñas o medianas empresas, justamente por
la inversión necesaria y los problemas logísticos que implica!
Deplorables ejemplos hemos tenido en los años ’90, cuando en las veredas
o en calles adyacentes de Bancos y otros negocios, en grandes ciudades, se
instalaron improvisadamente grupos electrógenos, ruidosos y
malolientes…notablemente con los silencios cómplices de “ecologistas”, con
libretos dictados desde las potencias anglosajonas, aunque lo de los ecólatras es
otro tema…
Además, la impresentable canciller, con su sorna habitual, se mofó
abiertamente de los jubilados, al expresar -conceptualmente- que “para que
darles créditos, si es previsible que pronto se van a morir”.
También, en el colmo de la desubicuidad, al tiempo de ir a pedir (léase
implorar, ante el previsible fracaso económico de su gobierno) la renovación del
SWAP -apoyo financiero de China-, pedido que no encontró eco; en ese contexto,
expresó públicamente la deplorable frase “todos los chinos son iguales”, la cual
es un compendio de desubicuidad manifiesta, racismo apenas disimulado, e
ignorancia total de elementales principios de diplomacia.
No son los únicos casos en los que se evidencia falta de capacidad,
irresponsabilidad en el ejercicio de funciones públicas, e incluso total
despreocupación o evidente manifiesto sadismo ante los severos perjuicios
sociales y económicos que causan sus acciones económicas.
Como ejemplo de
ello, el visible regodeo que evidenció el presidente, al anunciar masivos despidos
en el sector público, desentendiéndose de las consecuencias sociales y de los
previsibles problemas operativos en las instituciones y entes nacionales a los que
se privó de parte de su personal.
Más allá del lenguaje chabacano e incluso desubicadamente grosero que a
diario utiliza el dudoso emocionalmente estable presidente, y de sus absurdos
improperios contra varios presidentes y referentes de países con los que
acreditábamos largas y respetuosas relaciones diplomáticas; todo ello mientras
busca desesperadamente ubicarse como referente mundial (¿¡!?) de sectores
políticos ultra reaccionarios, es más que evidente el previsible rotundo fracaso de
su accionar económico, del cual emanan catastróficas consecuencias sociales y
deplorables posicionamientos geopolíticos, estos últimos carentes por completo
de todo vestigio de patriotismo y respeto a la soberanía nacional.
En la Historia Económica Argentina se advierte una constante lucha entre el
Sector Nacional; enfrentando a los sucesivos actores del statu quo ultra
conservador, claramente reaccionario, que con repetidas “recetas” recesivas,
anti industriales y anti tecnológicas, con claro desprecio a los sectores populares
y sobre todo a la soberanía, que siempre se subordinaron a la potencia
hegemónica de turno.
Prácticamente calcados fueron en lo nodal, los planes económicos de la
década infame; de la revolución fusiladora (1955) y del “partido militar liberal”
establecido desde ese aciago hito histórico -lamentablemente vigente e
inculcado hasta hoy en los institutos de (de)formación militar-; del golpe de
Estado anti desarrollista de 1962; del siniestro “proceso” que nos embretó en el
destructivo neoliberalismo; del noventismo que profundizó las negativas medidas
socio económicas del “proceso”; del destructivo neoliberalismo recargado del
macrismo; y hoy en versión recargada y acentuadamente acelerada, del
destructivo anarquismo, que claramente tiene como objetivo de máxima la
destrucción total del Estado, y con ello de la Patria Argentina.
No se incluye el golpe de Estado de 1966, pues no puede catalogarse como
típicamente liberal (y con ello apátrida), pues tuvo fuertes componentes
Nacionales, posiblemente por las influencias muy positivas del economista Aldo
Ferrer y del General y experto en Geopolítica J. E. Guglialmelli (con ambos tuve el
enorme gusto y orgullo de conocer y dialogar).
Sin dejar de considerar gruesos errores en ese período (como la Noche de
los Bastones Largos, apaleando docentes en la UBA, por parte de la Policía
Federal), y otras represiones focalizadas en universitarios y obreros; se
comenzaron diversas grandes obras públicas, como Atucha 1, el mega complejo
hidroeléctrico Chocón – Cerros Colorados, grandes inversiones en rutas
nacionales y en provincias históricamente postergadas, un vasto plan de
reequipamiento nacional de las FFAA, y otras iniciativas de fuerte perfil de
desarrollo industrial y tecnológico.
Más allá de esa elemental y muy necesaria reseña histórica de la Economía
Argentina, es hoy más que evidente que el inestable emocional y nada creíble
presidente, junto al endeudador serial “Toto” Caputo y sus adláteres, evidencian
estar en un callejón sin salida, del que las gruesas mentiras (como el falso
superávit fiscal, los inexistentes ataques a “la casta” que solo perjudican al pueblo
común y condenan a muerte a la industria nacional y los entes tecnológicos); en
el irracional y antinacional contexto actual se marcha hacia el caos socio
económico general.
Los enormes pasivos financieros, que se agigantan día a día, como las
deudas a CAMMESA (electricidad), las acentuadas carencias de inversiones en
mantenimiento de los servicios públicos (más allá de la irracionalidad de
pretender privatizar todo), el lógico deterioro de diversas infraestructuras
públicas (a las que se privó de todo mantenimiento y de las muy necesarias obras
públicas que estaban en marcha o listas para comenzar); sumado eso a la pobreza
general que se extiende cuan letal mancha que afecta a crecientes sectores de
nuestra población); servicios públicos que pasan a ser impagables; y otros
indicadores de caos general que puede derivar en nuevos paros generales y
protestas masivas; todo eso evidencia la total inviabilidad del patológico contexto
general, que solo lleva a la destrucción socio económica masiva (con unos pocos
mega empresarios y especuladores con hiper utilidades); y todo eso con los claros
objetivos que de mínima, buscan recrear la inviable Argentina semi feudal del
siglo XIX, y de máxima, perpetrar la disolución nacional.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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