LOS AMOS APLAUDEN AL ESCLAVO SERVIL
El actual gobierno neoliberal de Argentina, al unísono con los medios de difusión concentrados que le son afines, presentan como “un gran logro” que varios presidentes, primeros ministros y figuras relevantes del G 7 (1) y de la UE (2), expresen grandes alabanzas y frases rimbombantes de felicitaciones, por los “grandes logros” y por el “cambio de orientación” forzados en la economía argentina desde que asumió el poder.
Pocos o ninguno de los exultantes funcionarios argentinos y de la claque periodística que los blinda mediáticamente y apoya sin fisuras, se detienen a analizar que esas casi monocordes “amplias felicitaciones” no están respaldadas por inversiones genuinas masivas, de la prometida “lluvia de inversiones” repetidamente citada en campaña por el neoliberalismo hoy gobernante.
Más allá de algunas migajas prometidas más bien como compromisos formales para salvar las apariencias (como algunos montos ridículamente pequeños prometidos como inversiones por unas cuantas empresas germanas de las muchas instaladas desde hace décadas en Argentina), lo real es que las únicas entradas masivas de divisas son las destinadas a la timba financiera implementada por el Banco Central (el festival de bonos, bola de nieve que hoy es casi impagable, tal como en los ’90, y con el mismo ideólogo – implementador); además de las también masivas entradas de divisas a consecuencia del frenético endeudamiento externo, las cuales en su casi totalidad solo alimentaron las enormes fugas de divisas a niveles récords, en un cuadro patológico que nos lleva a toda velocidad a un colapso financiero masivo, como el de 2001.
Toda la catarata de “felicitaciones” meramente formales del G 7 y la UE, ni tampoco el insólito endeudamiento a un siglo asumido casi a las apuradas, sirvieron de nada ante el intento de lograr la recategorización de Argentina, en un ranking mundial de países, elaborado por un poderoso e influyente grupo financiero norteamericano. Seguimos cómodamente instalados en la “tercera división”, en el grupo de frontera de naciones “menos confiables”, pese a que complacientemente el gobierno aplicó durísimas medidas recesivas, como son las “recomendadas” (léase ordenadas) por el FMI y los poderes financieros transnacionales.
Todos los indicadores económicos y sociales, muestran un descalabro generalizado y rápidamente en agravamiento, con las únicas salvedades de determinadas actividades del poder concentrado tradicional; o sea “el campo” (las grandes oligarquías sojeras y similares), la gran minería transnacional, y el sistema financiero; este último también en gran medida de capitales extranjeros.
Entonces, cabe preguntar, ante semejante desbarajuste económico a escala masiva; y ante la destrucción social generalizada que afecta al 80/85 % de la población, en un esquema político económico en el que sobra –por exclusión violenta y por consecuente falta de fuentes laborales- la mitad de la población; pese a ese visible cuadro de destrucción socio económica a escala de caos generalizado…¿porqué entonces tantas calurosas felicitaciones del extranjero?
La respuesta es obvia, pero requiere conocer la dolorosa historia argentina, así como la realidad geopolítica mundial con los cambios de paradigmas del poder y las presiones conducentes a instalar al como sea la globalización salvaje.
En el marco de una independencia meramente formal, y de un exultante patriotismo hueco “de himno y bandera” (cromático y musical, dice el Dr. Julio C. González), en la mayor parte de nuestros 201 años hemos sido una colonia político - económica de Gran Bretaña, una suerte de “protectorado”, que desde “el proceso” o según como se considere, desde “la fusiladora”, amplió el abanico de dependencia a las potencias industriales tradicionales.
Pocos fueron los gobernantes que no se amoldaron a ese esquema deletéreo (envuelto en formalidades y oculto tras apariencias), de subordinación explícita. Y todos ellos soportaron las agresiones del establishment, en sus diversas manifestaciones. Rosas, Yrigoyen, Perón, en cierta forma Frondizi, y aunque escandalice a cierta clase media “paqueta” y a los muy confusos patrioteros de bandera, los Kirchner. Y a todos ellos los persiguieron, condenándolos al exilio forzoso o al encarcelamiento con saña y ferocidad (intentándolo frenéticamente en el caso de CFK), armando pretextos al como sea.
Cabe rescatar el accionar de unos pocos gobernantes, que pese a ser
liberales, aportaron al engrandecimiento nacional: Carlos Pellegrini, Julio A. Roca y alguno que otro más.
Existen muchos casos de sumisión explícita, asumida y vergonzosa, de cipayos argentinos subordinados a Gran Bretaña principalmente, pero también a EEUU y otros del G 7; y entre esos es de recordar, que en 1935, al rubricarse el “estatuto legal de la dependencia” (el pacto Roca – Runciman), el firmante y por entonces vicepresidente, “Julito” Roca (hijo del General), exclamó exultante, a los postres del banquete de sumisión formal en Londres: “Argentina es lo joya más preciosa de la corona de su majestad”.
La Argentina industrial y tecnológica del peronismo, que iba al
autoabastecimiento petrolero, molestaba al poder británico, que quería la colonia dócil productora primaria de materias primas, visión que en forma retrógrada y apátrida era (y es aun hoy) compartida por la oligarquía campera, y sus aliadas, la oligarquía importadora y la financiera asociada al capital extranjero.
Esos sectores operaron usando a los militares liberales cipayos (marionetas británicas), para perpetrar el genocida golpe de Estado de 1955, del cual una de las primeras medidas fue dar en concesión petrolera toda la Patagonia desde el Paralelo 42 hacia el sur, entre otras aberraciones varias.
Esos sectores antinacionales no dejaron nunca de operar, siendo sus picos de acciones nocivas los perpetrados en “el proceso” (3), en los años ’90 (4), viéndose todo acentuado y acelerado en el último año y medio de reinstauración neoliberal.
En lo geopolítico, (si bien demuestra ser soslayado mayoritariamente por el sector militar –cooptado por el liberalismo rampante-, cuyos componentes deberían ser los principales expertos en la materia), resulta muy claro que la crisis financiera global de 2008 no se termina de superar, siendo evidente que las potencias tradicionales se esfuerzan por transferir sus costos económicos y sociales a los países subdesarrollados (antes llamados “del Tercer Mundo”).
Con un Estado activo, con imprescindibles medidas proteccionistas, y con acciones geopolíticas “transversales” (o sea fuera del eje de subordinación tradicionalmente instituido por las potencias tradicionales), Argentina había logrado amortiguar en buena medida el impacto de la crisis financiera global del 2008; evitándose la recesión, la destrucción económica y el empobrecimiento masivo de nuestra población, si bien el contexto global incidió negativamente disminuyendo los muy altos índices de crecimiento del PBI que logramos entre 2003 y 2008.
El retorno del neoliberalismo recargado desde fines de 2015, logrado principalmente por el accionar corrosivo de brutales campañas mediáticas (el “periodismo de guerra” lo definió uno de los operadores de Clarín), eliminó drásticamente todas las medidas proteccionistas y los frenos a la depredación desenfrenada del sector financiero transnacional y sus ramificaciones internas,
volcándose a destruir masivamente a la industria, los entes tecnológicos, el pequeño comercio, y a desarmar todo el entramado previsional.
Adicionalmente al desmadre general socio económico (tapado por el blindaje mediático), el endeudamiento externo frenético, desmadrado y hoy ya a niveles sin parangón en toda nuestra historia, nos ata como súbditos dóciles de los mandatos de los poderes financieros transnacionales.
¿A quien puede sorprender que los que nos dan créditos en condiciones de usura, feliciten a sus empleados jerarquizados, que hoy manejan las desarticuladas
finanzas del hoy subordinado Estado argentino? (esto a propósito de las “felicitaciones” que recibió Caputo por endeudarnos a 100 años a una tasa altísima).
¡El esclavo volvió al redil, arrodillado y pidiendo perdón a sus impiadosos amos! (como vergonzosamente hizo Prat Gay en España). Está en plena ejecución el Plan Morgenthau, de balcanización y disolución de Argentina, y nadie parece darse cuenta.
(1) Grupo de los Siete, potencias desarrolladas tradicionales, ex primeras economías mundiales hasta hace un cuarto de siglo atrás.
(2) Unión Europea.
(3) 1976 – 2001.
(4) 1989 – 2001
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
viernes, 23 de junio de 2017
sábado, 17 de junio de 2017
TERRORISMO COMO HERRAMIENTA DE DISOLUCIÓN NACIONAL
Cuando se habla de terrorismo, por lo general se piensa solo en brutales acciones de violencia física, en atentados que cuestan decenas de víctimas o acciones similares. Eso es terrorismo, sin duda, y siempre hace mucho daño, por lo general masiva e indiscriminadamente. Se puede decir que eso es el “terrorismo convencional”, y ha sido masivamente rechazado y repudiado por los argentinos, por más que algunos “progres” digan lo contrario, o que pretendan entronizar como héroes a sus perpetradores.
Pero los hechos nunca suelen ser solo lo que aparentan, pues detrás de las fachadas es común que existan otros factores. Es moneda corriente que se defina al marxismo – leninismo como el único instigador y responsable del terrorismo convencional que asoló a Argentina, en una espiral creciente, en las décadas del ’60 y del ’70. Y esa es la opinión “políticamente correcta” de muchos poco pensantes pero muy fervorosos y usualmente muy agresivos cultores del patriotismo meramente formal, los patrioteros de bandera (sean estos civiles o militares, estos últimos generalmente retirados).
El muy respetable patriota Dr. Julio Carlos González, ex Secretario Legal y Técnico de Perón y de M. E. M. de Perón, analizó el espinoso tema en varios de sus muy interesantes y documentados libros, en particular en “Desde la Patagonia hacia Hispanoamérica unida”, y tiene un enfoque al que adhiero, que por cierto es diferente al usual en cierto patrioterismo vociferante, que termina enroscado en enfoques de los años ’70 y en “la subversión marxista” y no ve un ápice más en profundidad.
Un párrafo en páginas 63 y 64 del libro citado (edición de la Biblioteca Testimonial del Bicentenario), -el cual poseo con una invalorable dedicatoria del destacado autor- expresa: “El accionar terrorista y subversivo que se desató en nuestro país a fines de la década de 1960 y principios de la década de 1970, tuvo un objetivo singular y sostenido que fue la eliminación física de empresarios industriales, de dirigentes gremiales de actividades industriales y de oficiales del Ejército, que era la institución en cuyo ámbito estaba la Dirección General de Fabricaciones Militares. Este organismo, Fabricaciones Militares, tenía a su cargo el resguardo, la planificación y el desenvolvimiento promiscuo de las actividades
mineras y de hidrocarburos en todo el territorio de la nación. Este monopolio de Fabricaciones Militares garantizaba a toda la actividad industrial privada argentina el suministro de materias primas para su elaboración por la industria y la tecnología argentinas…”.
Por otra parte, los cargamentos de armas y municiones, introducidos subrepticiamente desde barcos y aeronaves comerciales británicas, que no pudieron ser justificados por la embajada del imperio, si bien fueron rápidamente silenciados y tapados para el olvido, quedan como elementos incriminatorios más que potenciales, de los apoyos a las guerrillas, como parte de acciones de disolución nacional. El patrioterismo declamativo, que culpa de todo a “la subversión marxista”, pasa por alto estos hechos, probatorios de otros actores “de falsa bandera”. Claramente, muchos de esos fervorosos y muchas veces agresivos opinantes, demuestran no tener ni idea del sutil accionar anglosajón, del cual el poder liberal interno usando a militares liberales, fue simple obediente lacayo.
Y ese accionar, tendiente a crear las condiciones de una guerra civil como base de divisiones profundas y de confusiones muy acentuadas, es el que sutilmente fue “sugerido” por el intelectual británico Harry S. Ferns, en su libro “La Argentina”, como el único medio de desarticular los profundos avances industriales, tecnológicos, sociales y de infraestructura, materializados por los gobiernos peronistas (en rigor debió citar también al breve pero muy activo gobierno de Frondizi).
Detalla J. C .González, que en el gobierno de M. E. M de Perón se intentó sancionar una ley que condenara y penara los delitos de subversión económica, proyecto que fue obstaculizado y después enterrado en el olvido, a partir del “proceso”. Sin duda el terrorismo económico existe como poderosa arma para desestabilizar gobiernos “indóciles” al establishment.
Si bien no es nuevo el accionar de los poderes financieros anglosajones, que condicionaron a casi todos los gobiernos argentinos, desde el gobierno pro británico de la “revolución fusiladora” (1955-1958) se puso en vigencia la sumisión a los dictados siempre recesivos y siempre antiindustriales del FMI, accionar que fue acentuándose y haciendo más pernicioso con el correr de los años, conformando claras operaciones de terrorismo financiero, desestabilizador y condicionantemente negativo, sobre todo desde el citado “proceso”, acentuado luego en los años ’90 (1989 – 2001), y en versión corregida y aumentada desde fines de 2015.
Eso nos lleva a un tipo de terrorismo que si bien no es nuevo, se perfeccionó con metodologías más sutiles y devastadoras en los últimos años: el terrorismo mediático, el cual uno de sus voceros llamó “periodismo de guerra”, cuyo objetivo es controlar las mentes y lograr –literalmente- que los nuevos “siervos de la gleba” amen y se subordinen mentalmente sin ninguna prevención, a quienes sin mayores cargos de conciencia, los empobrecen, los tornan desempleados crónicos,
les quitan derechos esenciales a la instrucción pública, la salud, el sistema previsional, tornan impagables o poco menos los servicios públicos, y empujan a la indigencia y al desamparo masivos a millones de habitantes.
Queda claro que para el neoliberalismo salvaje, el sector social de los nuevos “siervos de la gleba” está formado por el 85/90% de la población excluida de las oligarquías dominantes, las cuales a la vez concentran en forma obscena la riqueza, dejando un tendal de pobres y desamparados. ¿Si eso no es terrorismo económico/financiero, que es?
Un nuevo tipo de metodología terrorista, aplicada “exitosamente” en la llamada “primavera árabe”, extendida también a Europa Oriental, con Ucrania como epicentro de esa región, es el terrorismo de los medios electrónicos, que volteó gobiernos y produjo procesos sangrientos, con los trols (mercenarios de las redes sociales) como actores principales para inducir a acciones de terrorismo convencional o para instalar infamias y profundas confusiones.
En Argentina, trascendió en forma irrefutable que el neoliberalismo de la CEOcracia utiliza en forma masiva a un ejército de trols rentados, para intentar anular toda opinión que se oponga a la feroz involución socio - económica y a la ya visible operación de balcanización territorial, a la cual buscan llevar a Argentina.
No debe omitirse el terrorismo de Estado, que en Argentina padecimos con diversas variantes en la década infame (1930-1943), en “la fusiladora” (1955-1958) y sus continuadores por 18 largos años, luego en el “proceso”; del cual fueron víctimas entre muchos el propio Dr. González y sus colaboradores directos; González padeciendo cárcel bajo torturas psicológicas durante todo el infame período de siete años, con secuelas físicas permanentes; mientras sus colaboradores directos fueron asesinados, como el abogado y Mayor retirado Bernardo Alberte, arrojado al vacío desde su departamento, la misma noche del golpe. Ese terrorismo de Estado fue el custodio que evitó oposiciones al terrorismo económico - financiero profundo, perpetrado en esos años.
Hoy el encarcelamiento “preventivo” cargado de vengatividad, perpetrado contra la dirigente social Milagro Sala, puede encuadrar en la misma categoría, así como otros hechos de violencia de diversos tipos y fuertes presiones de toda clase, como las ejercidas contra los magistrados que no se “alinean” con los objetivos
neoliberales, las duras represiones a los docentes, a trabajadores despedidos, a periodistas “indóciles”, etc.
Este análisis entra claramente en el campo de la geopolítica regional y mundial. Los precedentes y actuales muy fuertes procedimientos de colonización cultural, hasta ahora lograron mantener en la confusión e incluso en el accionar antinacional, a amplios componentes de las clases medias, parte de los sectores humildes (síndrome de Estocolmo, o el esclavo que ama al esclavista); y a buena parte del personal militar (retirado y seguramente en actividad), el cual está afectado por el que llamo “el síndrome Gómez Centurión” (patriota en la guerra y marioneta de los poderes británicos después), muchos de estos últimos declamando patriotismo a voz en cuello, pero operando sin siquiera percatarse, a favor de los británicos y de las potencias hegemónicas “occidentales”, en muchos casos perdidos en los laberintos de los años ’70, lo que no les permiten comprender el muy diferente contexto mundial actual.
Preocupante situación, que si no se corrige pronto y en profundidad, nos llevará a la disolución nacional.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Cuando se habla de terrorismo, por lo general se piensa solo en brutales acciones de violencia física, en atentados que cuestan decenas de víctimas o acciones similares. Eso es terrorismo, sin duda, y siempre hace mucho daño, por lo general masiva e indiscriminadamente. Se puede decir que eso es el “terrorismo convencional”, y ha sido masivamente rechazado y repudiado por los argentinos, por más que algunos “progres” digan lo contrario, o que pretendan entronizar como héroes a sus perpetradores.
Pero los hechos nunca suelen ser solo lo que aparentan, pues detrás de las fachadas es común que existan otros factores. Es moneda corriente que se defina al marxismo – leninismo como el único instigador y responsable del terrorismo convencional que asoló a Argentina, en una espiral creciente, en las décadas del ’60 y del ’70. Y esa es la opinión “políticamente correcta” de muchos poco pensantes pero muy fervorosos y usualmente muy agresivos cultores del patriotismo meramente formal, los patrioteros de bandera (sean estos civiles o militares, estos últimos generalmente retirados).
El muy respetable patriota Dr. Julio Carlos González, ex Secretario Legal y Técnico de Perón y de M. E. M. de Perón, analizó el espinoso tema en varios de sus muy interesantes y documentados libros, en particular en “Desde la Patagonia hacia Hispanoamérica unida”, y tiene un enfoque al que adhiero, que por cierto es diferente al usual en cierto patrioterismo vociferante, que termina enroscado en enfoques de los años ’70 y en “la subversión marxista” y no ve un ápice más en profundidad.
Un párrafo en páginas 63 y 64 del libro citado (edición de la Biblioteca Testimonial del Bicentenario), -el cual poseo con una invalorable dedicatoria del destacado autor- expresa: “El accionar terrorista y subversivo que se desató en nuestro país a fines de la década de 1960 y principios de la década de 1970, tuvo un objetivo singular y sostenido que fue la eliminación física de empresarios industriales, de dirigentes gremiales de actividades industriales y de oficiales del Ejército, que era la institución en cuyo ámbito estaba la Dirección General de Fabricaciones Militares. Este organismo, Fabricaciones Militares, tenía a su cargo el resguardo, la planificación y el desenvolvimiento promiscuo de las actividades
mineras y de hidrocarburos en todo el territorio de la nación. Este monopolio de Fabricaciones Militares garantizaba a toda la actividad industrial privada argentina el suministro de materias primas para su elaboración por la industria y la tecnología argentinas…”.
Por otra parte, los cargamentos de armas y municiones, introducidos subrepticiamente desde barcos y aeronaves comerciales británicas, que no pudieron ser justificados por la embajada del imperio, si bien fueron rápidamente silenciados y tapados para el olvido, quedan como elementos incriminatorios más que potenciales, de los apoyos a las guerrillas, como parte de acciones de disolución nacional. El patrioterismo declamativo, que culpa de todo a “la subversión marxista”, pasa por alto estos hechos, probatorios de otros actores “de falsa bandera”. Claramente, muchos de esos fervorosos y muchas veces agresivos opinantes, demuestran no tener ni idea del sutil accionar anglosajón, del cual el poder liberal interno usando a militares liberales, fue simple obediente lacayo.
Y ese accionar, tendiente a crear las condiciones de una guerra civil como base de divisiones profundas y de confusiones muy acentuadas, es el que sutilmente fue “sugerido” por el intelectual británico Harry S. Ferns, en su libro “La Argentina”, como el único medio de desarticular los profundos avances industriales, tecnológicos, sociales y de infraestructura, materializados por los gobiernos peronistas (en rigor debió citar también al breve pero muy activo gobierno de Frondizi).
Detalla J. C .González, que en el gobierno de M. E. M de Perón se intentó sancionar una ley que condenara y penara los delitos de subversión económica, proyecto que fue obstaculizado y después enterrado en el olvido, a partir del “proceso”. Sin duda el terrorismo económico existe como poderosa arma para desestabilizar gobiernos “indóciles” al establishment.
Si bien no es nuevo el accionar de los poderes financieros anglosajones, que condicionaron a casi todos los gobiernos argentinos, desde el gobierno pro británico de la “revolución fusiladora” (1955-1958) se puso en vigencia la sumisión a los dictados siempre recesivos y siempre antiindustriales del FMI, accionar que fue acentuándose y haciendo más pernicioso con el correr de los años, conformando claras operaciones de terrorismo financiero, desestabilizador y condicionantemente negativo, sobre todo desde el citado “proceso”, acentuado luego en los años ’90 (1989 – 2001), y en versión corregida y aumentada desde fines de 2015.
Eso nos lleva a un tipo de terrorismo que si bien no es nuevo, se perfeccionó con metodologías más sutiles y devastadoras en los últimos años: el terrorismo mediático, el cual uno de sus voceros llamó “periodismo de guerra”, cuyo objetivo es controlar las mentes y lograr –literalmente- que los nuevos “siervos de la gleba” amen y se subordinen mentalmente sin ninguna prevención, a quienes sin mayores cargos de conciencia, los empobrecen, los tornan desempleados crónicos,
les quitan derechos esenciales a la instrucción pública, la salud, el sistema previsional, tornan impagables o poco menos los servicios públicos, y empujan a la indigencia y al desamparo masivos a millones de habitantes.
Queda claro que para el neoliberalismo salvaje, el sector social de los nuevos “siervos de la gleba” está formado por el 85/90% de la población excluida de las oligarquías dominantes, las cuales a la vez concentran en forma obscena la riqueza, dejando un tendal de pobres y desamparados. ¿Si eso no es terrorismo económico/financiero, que es?
Un nuevo tipo de metodología terrorista, aplicada “exitosamente” en la llamada “primavera árabe”, extendida también a Europa Oriental, con Ucrania como epicentro de esa región, es el terrorismo de los medios electrónicos, que volteó gobiernos y produjo procesos sangrientos, con los trols (mercenarios de las redes sociales) como actores principales para inducir a acciones de terrorismo convencional o para instalar infamias y profundas confusiones.
En Argentina, trascendió en forma irrefutable que el neoliberalismo de la CEOcracia utiliza en forma masiva a un ejército de trols rentados, para intentar anular toda opinión que se oponga a la feroz involución socio - económica y a la ya visible operación de balcanización territorial, a la cual buscan llevar a Argentina.
No debe omitirse el terrorismo de Estado, que en Argentina padecimos con diversas variantes en la década infame (1930-1943), en “la fusiladora” (1955-1958) y sus continuadores por 18 largos años, luego en el “proceso”; del cual fueron víctimas entre muchos el propio Dr. González y sus colaboradores directos; González padeciendo cárcel bajo torturas psicológicas durante todo el infame período de siete años, con secuelas físicas permanentes; mientras sus colaboradores directos fueron asesinados, como el abogado y Mayor retirado Bernardo Alberte, arrojado al vacío desde su departamento, la misma noche del golpe. Ese terrorismo de Estado fue el custodio que evitó oposiciones al terrorismo económico - financiero profundo, perpetrado en esos años.
Hoy el encarcelamiento “preventivo” cargado de vengatividad, perpetrado contra la dirigente social Milagro Sala, puede encuadrar en la misma categoría, así como otros hechos de violencia de diversos tipos y fuertes presiones de toda clase, como las ejercidas contra los magistrados que no se “alinean” con los objetivos
neoliberales, las duras represiones a los docentes, a trabajadores despedidos, a periodistas “indóciles”, etc.
Este análisis entra claramente en el campo de la geopolítica regional y mundial. Los precedentes y actuales muy fuertes procedimientos de colonización cultural, hasta ahora lograron mantener en la confusión e incluso en el accionar antinacional, a amplios componentes de las clases medias, parte de los sectores humildes (síndrome de Estocolmo, o el esclavo que ama al esclavista); y a buena parte del personal militar (retirado y seguramente en actividad), el cual está afectado por el que llamo “el síndrome Gómez Centurión” (patriota en la guerra y marioneta de los poderes británicos después), muchos de estos últimos declamando patriotismo a voz en cuello, pero operando sin siquiera percatarse, a favor de los británicos y de las potencias hegemónicas “occidentales”, en muchos casos perdidos en los laberintos de los años ’70, lo que no les permiten comprender el muy diferente contexto mundial actual.
Preocupante situación, que si no se corrige pronto y en profundidad, nos llevará a la disolución nacional.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
martes, 13 de junio de 2017
SE QUEJAN DEL MONSTRUO QUE ALIMENTARON Y LIBERARON
Diversas expresiones con diferentes grados de conflictividad, pero con similares grados de profunda preocupación, se notan en varios estamentos del empresariado misionero.
Desde ríspidas reuniones de yerbateros con funcionarios nacionales insensibles o prescindentes, que casi terminan a los golpes, pasando por quejas del sector maderero por la avalancha de importaciones, otras reuniones en las que ministros y funcionarios nacionales solo “hacen largas” sin solucionar nada (como las promesas del Plan Belgrano), hasta alguna propuesta “consensuada” de cambios en la parte impositiva y de las cargas sociales, esta última por parte de una poderosa (por su representatividad) cámara empresarial misionera.
Ahora bien, son muy escasos o prácticamente inexistentes quienes se animan a “llegar hasta el hueso” y expresar con todas las letras que las penurias generalizadas actuales son consecuencias directas causadas por esta reedición recargada del neoliberalismo salvaje, la cual profundiza y es mucho más severa incluso que las despiadadas medidas aplicadas durante el “proceso”, y que las de los siniestros años ’90, en los tristemente recordados años del menemato y del delarruato.
En este tema, como en muchos de la realidad nacional, las agudas observaciones del gran patriota Arturo Jauretche siguen teniendo plena vigencia, no obstante las varias décadas transcurridas.
Narraba Don Arturo la nula capacidad de razonamiento de ciertos empresarios industriales, embelesados con los cantos de sirena de la Escuela Austríaca, cuando en la segunda mitad de los pasados años ’50, concurrían presurosos y entusiastas a escuchar las ideas de von Mises, convocado por Alberto Benegas Lynch, conocido ultra liberal de la oligarquía argentina.
Esos mismos empresarios, muchos de ellos con empresas fundadas o fuertemente expandidas en el marco de las políticas keynesianas (de un Estado activo y protector del mercado interno) que aplicó el peronismo; en el colmo de la irracionalidad se dejaron seducir y apoyaron el liberalismo extremo, que desprotegió a la industria y a la tecnología nacional, acorde a la vieja postura de la
oligarquía retrógrada, que solo piensa en una economía primaria, concentrada en la Pampa Húmeda, en la cual sobramos al menos la mitad de los argentinos.
A consecuencia de esas medidas, que eran anticipos de lo que años después seria llamado neoliberalismo salvaje, un tendal de empresarios y emprendedores, se fundió o quedó en muy mala situación financiera. Mientras tanto, los militares liberales de “la fusiladora” se regodeaban parloteando acerca de “patriotismo” (meramente formal y berreta en esencia), supuestas normas “morales”, de la “libertad” y de “la democracia”, mientras coartaban libertades y pisoteaban la democracia, todo bajo el explícito visto bueno de sus instigadores británicos, que de ningún modo toleraban una Argentina que se posicionaba como nuevo país desarrollado, industrializado y con fuerte apoyo a los entes tecnológicos nacionales.
Por supuesto, todo ello con la férrea cobertura mediática de los medios “serios”, por esos años principalmente los diarios La Nación y La Prensa.
En esta provincia, lejana y marginada del núcleo de poder de la Pampa Húmeda, la severísima crisis que prefabricó adrede y acentuó el unitarismo neoliberal en el poder, está golpeando muy duramente, y es evidente que no tendrá solución en el marco de profundización de medidas recesivas, de desprotección total industrial, comercial y social, de frenos a las obras públicas estratégicas, y de promoción sin límites de la timba financiera especuladora y fugadora de divisas, en sus diversas variantes (la fuga de divisas “convencional” por la cual se escapa el 80 % de las divisas del brutal endeudamiento; el festival de las Lebacs del Banco Central con el mismo perpetrador de los años ’90, Federico Sturzenegger; y el menos conocido tema de los leoninos contratos dolarizados e indexables con los cuales especuladores varios están invirtiendo con rentas garantizadas en las falsas “grandes soluciones” de las energías eólica, solar y similares.
Ese patológico contexto económico general que lleva directo al colapso general, como sucedió en 2001/2002; no puede hoy ser desconocido por la dirigencia empresarial de Misiones, ni por diversos medianos y pequeños empresarios que con escasísima memoria histórica y pobres conocimientos económicos, mientras en general ganaban buena plata por el mercado interno en
expansión, clamaban y despotricaban “a favor de un cambio”…y consiguieron el cambio previsible de involución a una economía primaria subordinada a los grandes centros financieros del poder mundial, con la riqueza concentrada en pocas manos (achicando el mercado interno y excluyendo a millones de compatriotas) que los CEOs de transnacionales, de la “patria contratista” y otros fugadores de divisas consuetudinarios se sabía que iban a perpetrar.
Con el debido respeto personal a los que propugnan supuestas soluciones parciales (quitas de impuestos y cargas previsionales, “desacople” de Misiones del contexto nacional y mayor integración comercial con los países limítrofes, experiencia piloto supuestamente aplicable luego a toda Argentina, etc.), los que evaluamos estos y otros temas con visión estratégica nacional, dudamos de la eficacia de esas medidas, las que no solucionan los problemas de fondo prefabricados por el neoliberalismo doctrinal.
Para que mejor se entienda, es como surfear sobre un maremoto, en vez de establecer defensas para que el maremoto no arrase con todo.
El neoliberalismo como doctrina pretende achicar el país al estrecho marco de los dogmas del “libre mercado” y Estado ausente, y ante los inevitables problemas que tal encorsetamiento forzoso provoca, culpar al país por no responder a los dogmas teóricos en lugar de reconocer que esos dogmas no solo son erróneos sino a la vez maliciosamente malintencionados.
En castizo más simple, encerrarse en falsas “leyes económicas” nunca demostradas y aplicarlas a rajatabla pese a los evidentes daños que provoca; en vez de implementar medidas económicas acordes a las necesidades nacionales.
La mayor parte de esos dirigentes empresarios, medianos y pequeños emprendedores y bolicheros varios, sea por desconocimiento o por adhesiones a líneas político – económicas antinacionales, primero alimentaron y luego soltaron al monstruo neoliberal de cuyas consecuencias hoy se quejan, y hoy todos pagamos las consecuencias.
Claramente, se implementó una nueva versión del Plan Morgenthau, para “poner en caja” las “pretensiones” argentinas de ser un país industrializado, territorialmente integrado y desarrollado; y eso pone en riesgo incluso nuestro
futuro y nuestra integridad territorial, por no hablar de la soberanía, hoy un concepto meramente declamativo carente de toda entidad.
Mientras no se asuma la magnitud del caos en que nos metieron, repitiendo y profundizando “recetas” recesivas y claramente antinacionales, los parches no nos llevarán a ninguna solución real.
En ese contexto, diversos sectores de las “progresías” teóricas siguen recitando frases gramscianas, trotskistas, anarquistas o marxistas, pero desconociendo la realidad nacional, siendo funcionales a los sectores antinacionales y pro anglosajones a los que dicen combatir.
Mientras tanto, la disolución nacional es el objetivo de los mercaderes de las finanzas, realidad que muchos, incluso los que presumen de ser “muy patriotas” (al distorsionado estilo procesero) insisten tozudamente en no querer reconocer.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Diversas expresiones con diferentes grados de conflictividad, pero con similares grados de profunda preocupación, se notan en varios estamentos del empresariado misionero.
Desde ríspidas reuniones de yerbateros con funcionarios nacionales insensibles o prescindentes, que casi terminan a los golpes, pasando por quejas del sector maderero por la avalancha de importaciones, otras reuniones en las que ministros y funcionarios nacionales solo “hacen largas” sin solucionar nada (como las promesas del Plan Belgrano), hasta alguna propuesta “consensuada” de cambios en la parte impositiva y de las cargas sociales, esta última por parte de una poderosa (por su representatividad) cámara empresarial misionera.
Ahora bien, son muy escasos o prácticamente inexistentes quienes se animan a “llegar hasta el hueso” y expresar con todas las letras que las penurias generalizadas actuales son consecuencias directas causadas por esta reedición recargada del neoliberalismo salvaje, la cual profundiza y es mucho más severa incluso que las despiadadas medidas aplicadas durante el “proceso”, y que las de los siniestros años ’90, en los tristemente recordados años del menemato y del delarruato.
En este tema, como en muchos de la realidad nacional, las agudas observaciones del gran patriota Arturo Jauretche siguen teniendo plena vigencia, no obstante las varias décadas transcurridas.
Narraba Don Arturo la nula capacidad de razonamiento de ciertos empresarios industriales, embelesados con los cantos de sirena de la Escuela Austríaca, cuando en la segunda mitad de los pasados años ’50, concurrían presurosos y entusiastas a escuchar las ideas de von Mises, convocado por Alberto Benegas Lynch, conocido ultra liberal de la oligarquía argentina.
Esos mismos empresarios, muchos de ellos con empresas fundadas o fuertemente expandidas en el marco de las políticas keynesianas (de un Estado activo y protector del mercado interno) que aplicó el peronismo; en el colmo de la irracionalidad se dejaron seducir y apoyaron el liberalismo extremo, que desprotegió a la industria y a la tecnología nacional, acorde a la vieja postura de la
oligarquía retrógrada, que solo piensa en una economía primaria, concentrada en la Pampa Húmeda, en la cual sobramos al menos la mitad de los argentinos.
A consecuencia de esas medidas, que eran anticipos de lo que años después seria llamado neoliberalismo salvaje, un tendal de empresarios y emprendedores, se fundió o quedó en muy mala situación financiera. Mientras tanto, los militares liberales de “la fusiladora” se regodeaban parloteando acerca de “patriotismo” (meramente formal y berreta en esencia), supuestas normas “morales”, de la “libertad” y de “la democracia”, mientras coartaban libertades y pisoteaban la democracia, todo bajo el explícito visto bueno de sus instigadores británicos, que de ningún modo toleraban una Argentina que se posicionaba como nuevo país desarrollado, industrializado y con fuerte apoyo a los entes tecnológicos nacionales.
Por supuesto, todo ello con la férrea cobertura mediática de los medios “serios”, por esos años principalmente los diarios La Nación y La Prensa.
En esta provincia, lejana y marginada del núcleo de poder de la Pampa Húmeda, la severísima crisis que prefabricó adrede y acentuó el unitarismo neoliberal en el poder, está golpeando muy duramente, y es evidente que no tendrá solución en el marco de profundización de medidas recesivas, de desprotección total industrial, comercial y social, de frenos a las obras públicas estratégicas, y de promoción sin límites de la timba financiera especuladora y fugadora de divisas, en sus diversas variantes (la fuga de divisas “convencional” por la cual se escapa el 80 % de las divisas del brutal endeudamiento; el festival de las Lebacs del Banco Central con el mismo perpetrador de los años ’90, Federico Sturzenegger; y el menos conocido tema de los leoninos contratos dolarizados e indexables con los cuales especuladores varios están invirtiendo con rentas garantizadas en las falsas “grandes soluciones” de las energías eólica, solar y similares.
Ese patológico contexto económico general que lleva directo al colapso general, como sucedió en 2001/2002; no puede hoy ser desconocido por la dirigencia empresarial de Misiones, ni por diversos medianos y pequeños empresarios que con escasísima memoria histórica y pobres conocimientos económicos, mientras en general ganaban buena plata por el mercado interno en
expansión, clamaban y despotricaban “a favor de un cambio”…y consiguieron el cambio previsible de involución a una economía primaria subordinada a los grandes centros financieros del poder mundial, con la riqueza concentrada en pocas manos (achicando el mercado interno y excluyendo a millones de compatriotas) que los CEOs de transnacionales, de la “patria contratista” y otros fugadores de divisas consuetudinarios se sabía que iban a perpetrar.
Con el debido respeto personal a los que propugnan supuestas soluciones parciales (quitas de impuestos y cargas previsionales, “desacople” de Misiones del contexto nacional y mayor integración comercial con los países limítrofes, experiencia piloto supuestamente aplicable luego a toda Argentina, etc.), los que evaluamos estos y otros temas con visión estratégica nacional, dudamos de la eficacia de esas medidas, las que no solucionan los problemas de fondo prefabricados por el neoliberalismo doctrinal.
Para que mejor se entienda, es como surfear sobre un maremoto, en vez de establecer defensas para que el maremoto no arrase con todo.
El neoliberalismo como doctrina pretende achicar el país al estrecho marco de los dogmas del “libre mercado” y Estado ausente, y ante los inevitables problemas que tal encorsetamiento forzoso provoca, culpar al país por no responder a los dogmas teóricos en lugar de reconocer que esos dogmas no solo son erróneos sino a la vez maliciosamente malintencionados.
En castizo más simple, encerrarse en falsas “leyes económicas” nunca demostradas y aplicarlas a rajatabla pese a los evidentes daños que provoca; en vez de implementar medidas económicas acordes a las necesidades nacionales.
La mayor parte de esos dirigentes empresarios, medianos y pequeños emprendedores y bolicheros varios, sea por desconocimiento o por adhesiones a líneas político – económicas antinacionales, primero alimentaron y luego soltaron al monstruo neoliberal de cuyas consecuencias hoy se quejan, y hoy todos pagamos las consecuencias.
Claramente, se implementó una nueva versión del Plan Morgenthau, para “poner en caja” las “pretensiones” argentinas de ser un país industrializado, territorialmente integrado y desarrollado; y eso pone en riesgo incluso nuestro
futuro y nuestra integridad territorial, por no hablar de la soberanía, hoy un concepto meramente declamativo carente de toda entidad.
Mientras no se asuma la magnitud del caos en que nos metieron, repitiendo y profundizando “recetas” recesivas y claramente antinacionales, los parches no nos llevarán a ninguna solución real.
En ese contexto, diversos sectores de las “progresías” teóricas siguen recitando frases gramscianas, trotskistas, anarquistas o marxistas, pero desconociendo la realidad nacional, siendo funcionales a los sectores antinacionales y pro anglosajones a los que dicen combatir.
Mientras tanto, la disolución nacional es el objetivo de los mercaderes de las finanzas, realidad que muchos, incluso los que presumen de ser “muy patriotas” (al distorsionado estilo procesero) insisten tozudamente en no querer reconocer.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
jueves, 8 de junio de 2017
MISIONES MARGINADA Y RUMBO AL SUBDESARROLLO CRÓNICO
Se postergó (léase canceló sin fecha cierta) la interconexión al GASNEA. La gente en general y el periodismo de esta provincia, mutis total…o poco menos. ¿Resignados al subdesarrollo o impotentes ante el vendaval destructivo neoliberal?
Se sepultó en un muro de silencio el proyecto de reconstruir el ex Ferrocarril Urquiza. Eso implica mantener el monopolio del muy costoso y muy contaminante flete carretero, e impedir totalmente la alternativa de los trenes de pasajeros. El ministro Dietrich (vinculado al negocio automotor) claramente excluyó toda inversión ferroviaria en La Mesopotamia. Los responsables locales del Plan Belgrano, en silencio cómplice total.
Ni se habla de extender La Hidrovía hasta Puerto Iguazú. Su traza original, caprichosamente dobla hacia el río Paraguay, marginando al río Paraná después de Corrientes-Barranqueras hacia el norte. El puerto de Posadas vegeta como un gran elefante blanco, y el conexo parque industrial sigue siendo un dechado de buenas intenciones, con escasas concreciones. Por el tamaño de la economía provincial deberíamos tener en Misiones no menos de media docena de parques industriales (como concepto serio e integral, no meros anuncios o parodias sin infraestructura ni apoyos fiscales), pero hoy con la política de desindustrialización activa, eso parece hoy una utopía inviable.
La actividad maderera soportó el parate casi total de la construcción, y la muy discutida e indefendible importación masiva de casas prefabricadas chinas, es un golpe muy duro al sector foresto - industrial…que notablemente con escasísima visión estratégica, votó por “un cambio” desindustrializador, y no expresa ninguna evolución en su visión. Cortedad estructural de miras, que le dicen…
El comercio en general, antes quejoso casi crónico pero con ventas en continua expansión, hoy recibe el castigo permanente de la sangría del comercio transfronterizo, que deja fortunas en el exterior, día a día. Antes paraguayos y brasileños compraban y paseaban acá. Pese a la contundente realidad, muchos aun no razonan, y siguen creyendo las mentiras de la “caja boba”, de oportunistas varios y de los mercenarios de la incomunicación.
La extensión de autovía de la ruta nacional 14, desde Paso de los Libres a San José, es un tema sepultado en el olvido total, muerto y enterrado en el panteón de los sueños imposibles, en el marco del neoliberalismo excluyente e insensible.
El tramo de autovía Posadas – San José, que debía empalmar con aquella frustrada autovía, estaba en construcción con financiación de la EBY, y fue totalmente paralizado, sin visos de continuidad.
La autovía de la ruta nacional 12, que en tramos sucesivos debería avanzar hasta Iguazú, hoy sigue pero con pretensiones mucho más acotadas en su extensión. Sin ninguna precisión respecto a hasta donde llegará ni cuando. El Plan Belgrano, solo uno más de los tantos engaños del neoliberalismo. Los frecuentes brutales accidentes viales, nada parecen importar a los personeros del mega poder financiero, hoy transmutados en ceocracia unitaria gobernante.
Los precios pagados a los productores primarios (yerba, tabaco, té, etc.) son pésimos, al igual que lo que se paga a los cosecheros. Muy distinto a los rápidos subsidios pagados a propietarios millonarios en la Pampa Húmeda y a las jugosas exenciones impositivas rápidamente acordadas a la oligarquía sojera-agrícola, a las grandes mineras extranjeras y a sector financiero, básicamente también extranjero. Reclamos casi inexistentes. ¿Por qué?
Las grandes usinas hidroeléctricas binacionales, que nos hubieran
posicionado a Misiones y al NEA como un gran polo productor de
hidroelectricidad, han sido relegadas y todo parece indicar que los poderosos intereses de las petroleras/gasíferas anglosajonas y sus subordinados “argentinos”, que hoy manejan a discreción el Ministerio de Energía y resortes del poder vinculados, no se muestran dispuestos a tolerar ninguna competencia en el manejo oligopólico del mercado eléctrico argentino, hoy aprovistado por Shell y asociados. Por supuesto, las “renovables” eólicas y solares, no son competencia de las petroleras/gasíferas, operando en realidad como asociadas menores, por su rol menor de energías meramente complementarias.
Que algún funcionario nacional de cuarta línea, supuesto “experto” haya dicho que con eólicas, solares y biomasa, Misiones puede solucionar sus problemas de demanda eléctrica, sería un chiste de mal gusto, si no fuera en realidad una burda maniobra de engaño masivo, con complicidades y elocuentes silencios varios locales.
La economía tradicional de Misiones es claramente incapaz de crear los miles de puestos de trabajo anuales necesarios tan solo para cubrir el crecimiento vegetativo de nuestra población (mayoritariamente muy joven). Nadie parece analizar esa preocupante realidad. La industrialización no tradicional parece en Misiones un concepto inexistente e indescifrable, excepto honrosas excepciones.
Las fuertes presiones del gobierno nacional sobre las provincias, para suprimir el Impuesto Sobre los Ingresos Brutos, busca hacerlas más dependientes de la coparticipación federal, la cual es retaceada sistemáticamente como herramienta de subordinación político – económica. Con el ahogo financiero que sería suprimir ese impuesto, claramente los neoliberales en el poder buscan forzar el endeudamiento externo de las provincias, como paso previo para volver a declararlas “provincias inviables”, tal como las calificó con excluyente soberbia y total falta de sentido patriótico, el agente financiero anglosajón Domingo Cavallo, cuando íbamos camino a la crisis terminal de 2001/2002. Recordemos que se buscó instalar la dolarización (desnacionalización) de nuestra economía, y hacer aceptar la infame doctrina de canje de deuda externa por territorios.
Amplios sectores de las clases medias, ignoran toda esta preocupante realidad. A la vez, muchos autodefinidos “patriotas” meramente declamativos, que hoy son retirados de las FFAA y FFSS, insisten tozudamente en apoyar al neoliberalismo rampante, pues sus cortos análisis no van más allá de los años ’70 y en varios casos de sus patológicos esquemas de persecuciones a “bolches”, o lo que en sus cerradas visiones, sea asimilado a ese concepto, pues todo lo que no sea liberal es –en esas miopes concepciones- asimilado a “subversivo marxista”.
Por supuesto muchos ni saben que el liberalismo es una doctrina de colonización político – económica, nada afín al sano nacionalismo. Lamentablemente, alguna o mucha influencia parecen tener en el personal en actividad, sumando confusiones y adeptos al neoliberalismo salvaje, de lo cual muchos ni se deben percatar.
Mientras, el país todo, y principalmente las provincias excluidas de la Pampa Húmeda, marchamos a paso redoblado hacia el desastre socio económico general; en un siniestro combo de destrucción económica, marginación social y desorbitado endeudamiento externo, amén de la inexistencia total del concepto concreto de
soberanía y dignidad nacional, todo ello sacrificado en el altar pagano del “libre mercado”.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Se postergó (léase canceló sin fecha cierta) la interconexión al GASNEA. La gente en general y el periodismo de esta provincia, mutis total…o poco menos. ¿Resignados al subdesarrollo o impotentes ante el vendaval destructivo neoliberal?
Se sepultó en un muro de silencio el proyecto de reconstruir el ex Ferrocarril Urquiza. Eso implica mantener el monopolio del muy costoso y muy contaminante flete carretero, e impedir totalmente la alternativa de los trenes de pasajeros. El ministro Dietrich (vinculado al negocio automotor) claramente excluyó toda inversión ferroviaria en La Mesopotamia. Los responsables locales del Plan Belgrano, en silencio cómplice total.
Ni se habla de extender La Hidrovía hasta Puerto Iguazú. Su traza original, caprichosamente dobla hacia el río Paraguay, marginando al río Paraná después de Corrientes-Barranqueras hacia el norte. El puerto de Posadas vegeta como un gran elefante blanco, y el conexo parque industrial sigue siendo un dechado de buenas intenciones, con escasas concreciones. Por el tamaño de la economía provincial deberíamos tener en Misiones no menos de media docena de parques industriales (como concepto serio e integral, no meros anuncios o parodias sin infraestructura ni apoyos fiscales), pero hoy con la política de desindustrialización activa, eso parece hoy una utopía inviable.
La actividad maderera soportó el parate casi total de la construcción, y la muy discutida e indefendible importación masiva de casas prefabricadas chinas, es un golpe muy duro al sector foresto - industrial…que notablemente con escasísima visión estratégica, votó por “un cambio” desindustrializador, y no expresa ninguna evolución en su visión. Cortedad estructural de miras, que le dicen…
El comercio en general, antes quejoso casi crónico pero con ventas en continua expansión, hoy recibe el castigo permanente de la sangría del comercio transfronterizo, que deja fortunas en el exterior, día a día. Antes paraguayos y brasileños compraban y paseaban acá. Pese a la contundente realidad, muchos aun no razonan, y siguen creyendo las mentiras de la “caja boba”, de oportunistas varios y de los mercenarios de la incomunicación.
La extensión de autovía de la ruta nacional 14, desde Paso de los Libres a San José, es un tema sepultado en el olvido total, muerto y enterrado en el panteón de los sueños imposibles, en el marco del neoliberalismo excluyente e insensible.
El tramo de autovía Posadas – San José, que debía empalmar con aquella frustrada autovía, estaba en construcción con financiación de la EBY, y fue totalmente paralizado, sin visos de continuidad.
La autovía de la ruta nacional 12, que en tramos sucesivos debería avanzar hasta Iguazú, hoy sigue pero con pretensiones mucho más acotadas en su extensión. Sin ninguna precisión respecto a hasta donde llegará ni cuando. El Plan Belgrano, solo uno más de los tantos engaños del neoliberalismo. Los frecuentes brutales accidentes viales, nada parecen importar a los personeros del mega poder financiero, hoy transmutados en ceocracia unitaria gobernante.
Los precios pagados a los productores primarios (yerba, tabaco, té, etc.) son pésimos, al igual que lo que se paga a los cosecheros. Muy distinto a los rápidos subsidios pagados a propietarios millonarios en la Pampa Húmeda y a las jugosas exenciones impositivas rápidamente acordadas a la oligarquía sojera-agrícola, a las grandes mineras extranjeras y a sector financiero, básicamente también extranjero. Reclamos casi inexistentes. ¿Por qué?
Las grandes usinas hidroeléctricas binacionales, que nos hubieran
posicionado a Misiones y al NEA como un gran polo productor de
hidroelectricidad, han sido relegadas y todo parece indicar que los poderosos intereses de las petroleras/gasíferas anglosajonas y sus subordinados “argentinos”, que hoy manejan a discreción el Ministerio de Energía y resortes del poder vinculados, no se muestran dispuestos a tolerar ninguna competencia en el manejo oligopólico del mercado eléctrico argentino, hoy aprovistado por Shell y asociados. Por supuesto, las “renovables” eólicas y solares, no son competencia de las petroleras/gasíferas, operando en realidad como asociadas menores, por su rol menor de energías meramente complementarias.
Que algún funcionario nacional de cuarta línea, supuesto “experto” haya dicho que con eólicas, solares y biomasa, Misiones puede solucionar sus problemas de demanda eléctrica, sería un chiste de mal gusto, si no fuera en realidad una burda maniobra de engaño masivo, con complicidades y elocuentes silencios varios locales.
La economía tradicional de Misiones es claramente incapaz de crear los miles de puestos de trabajo anuales necesarios tan solo para cubrir el crecimiento vegetativo de nuestra población (mayoritariamente muy joven). Nadie parece analizar esa preocupante realidad. La industrialización no tradicional parece en Misiones un concepto inexistente e indescifrable, excepto honrosas excepciones.
Las fuertes presiones del gobierno nacional sobre las provincias, para suprimir el Impuesto Sobre los Ingresos Brutos, busca hacerlas más dependientes de la coparticipación federal, la cual es retaceada sistemáticamente como herramienta de subordinación político – económica. Con el ahogo financiero que sería suprimir ese impuesto, claramente los neoliberales en el poder buscan forzar el endeudamiento externo de las provincias, como paso previo para volver a declararlas “provincias inviables”, tal como las calificó con excluyente soberbia y total falta de sentido patriótico, el agente financiero anglosajón Domingo Cavallo, cuando íbamos camino a la crisis terminal de 2001/2002. Recordemos que se buscó instalar la dolarización (desnacionalización) de nuestra economía, y hacer aceptar la infame doctrina de canje de deuda externa por territorios.
Amplios sectores de las clases medias, ignoran toda esta preocupante realidad. A la vez, muchos autodefinidos “patriotas” meramente declamativos, que hoy son retirados de las FFAA y FFSS, insisten tozudamente en apoyar al neoliberalismo rampante, pues sus cortos análisis no van más allá de los años ’70 y en varios casos de sus patológicos esquemas de persecuciones a “bolches”, o lo que en sus cerradas visiones, sea asimilado a ese concepto, pues todo lo que no sea liberal es –en esas miopes concepciones- asimilado a “subversivo marxista”.
Por supuesto muchos ni saben que el liberalismo es una doctrina de colonización político – económica, nada afín al sano nacionalismo. Lamentablemente, alguna o mucha influencia parecen tener en el personal en actividad, sumando confusiones y adeptos al neoliberalismo salvaje, de lo cual muchos ni se deben percatar.
Mientras, el país todo, y principalmente las provincias excluidas de la Pampa Húmeda, marchamos a paso redoblado hacia el desastre socio económico general; en un siniestro combo de destrucción económica, marginación social y desorbitado endeudamiento externo, amén de la inexistencia total del concepto concreto de
soberanía y dignidad nacional, todo ello sacrificado en el altar pagano del “libre mercado”.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
sábado, 3 de junio de 2017
SOBERANÍA SUBVALUADA Y CONCEPTOS VINCULADOS
Los claros y elocuentes apoyos masivos de las mayorías de los cuadros de las FFAA y FFSS al actual gobierno neoliberal (que como reedición recargada del noventismo neoliberal está destruyendo en forma deliberada la economía argentina y produciendo una violenta involución forzosa a un modelo agro pastoril), son totalmente incompatibles con los altos valores de patriotismo y de defensa de la soberanía, que por regla general habían caracterizado a esas Instituciones hasta las debacles pro británicas perpetradas en 1955, 1962 y 1976.
Tan sesgados o superficiales parecen ser los análisis y/o las visiones imperantes en la población argentina (y los cuadros militares no son ninguna excepción), que nadie parece percatarse de los muy claros indicios de implementación forzosa y acelerada de una nueva versión del Plan Morgenthau, con la cual se piensa borrar todo vestigio de soberanía y dignidad nacional argentina, e incluso se está poniendo en serio riego la integridad territorial de nuestro país, sepultando además todas las fuertes iniciativas asumidas para consolidar el viejo sueño geopolítico de la Patria Grande.
No existe soberanía sin industria y tecnología propias; y sin una clara línea de acción geopolítica basada en los Intereses Nacionales. Esto es tan elemental que no requiere ninguna explicación, pero notablemente el crudo neoliberalismo en frenético curso de perpetración (el cual es apátrida por definición, y destructor de la soberanía por sus acciones), no es cuestionado –según todo parece indicar- por amplios sectores de los cuadros de retirados e incluso del personal militar y de seguridad en servicio activo. Coincidentemente, el analista político Rosendo Fraga, de claro perfil ultra conservador y neoliberal, afirmó recientemente que el “voto militar” representa un millón de apoyos a la coalición gobernante.
Lamentablemente, esos apoyos a políticas neoliberales, muestran cuan profundo es el grado de penetración cultural antinacional perpetrado en más de medio siglo de preeminencia excluyente del liberalismo apátrida, en los planes de (de)formación profesional que indudablemente, afectaron a todo el tejido social argentino, y evidentemente, los planes de estudio y contenidos de los Institutos Militares no han sido la excepción, sino más bien lo contrario.
Conociendo las mentalidades de algunos docentes de los institutos militares de formación superior, no es de extrañar que siguen ensalzando la supuesta “grandeza argentina del centenario” (cuando fungíamos de granja dócil al servicio de Gran Bretaña, y con cuadros de desigualdad y exclusión social simplemente pavorosos); que ubican al agente pro británico y genocida serial Bartolomé Mitre como uno de los “padres fundadores de la argentinidad” (o conceptos laudatorios similares); que insisten en considerar un “gran estadista” al achicador serial del territorio Bernardino Rivadavia, endeudador masivo, servil a los designios británicos y enemigo declarado de la gesta libertadora sanmartiniana; no faltando tampoco quienes a contrapelo de gruesas evidencias en contrario, siguen alabando a los fusiladores de 1955 (prohijados e incluso armados por los británicos para consumar el golpe de Estado), y a los que en el “proceso” facilitaron las políticas genocidas e industricidas del neoliberalismo apátrida implementado por primera vez por Martínez de Hoz y sus Chicagos’s Boys, bajo la anuencia cómplice de Videla y sus secuaces. Pero nada de eso se cuestiona ni parece merecer ningún
análisis bien fundamentado, menos aun rectificaciones de posturas envueltas en formatos de patriotismo declamativo, pero cuyos núcleos han sido claramente perjudiciales a los Intereses Nacionales.
Parecería tarea casi imposible en muchos casos, hacer razonar acerca de la continuidad político – económica de los golpes de Estado oligárquicos y pro británicos, con el neoliberalismo salvaje de los años ’90; y con esta reedición actual neoliberal recargada impuesta golpe mediático sistemático mediante. Tan difícil parece hacer razonar cosas como esas, que algunos se escudan en argumentos infantiles como decir “de eso no se, pues aun no había nacido”…¿cómo pueden ser “sanmartinianos” entonces, si tampoco habían nacido entonces?
El neoliberalismo es tan apátrida como el marxismo, el anarquismo y otras "progresías" varias, como las de los ultras de la ecología, el indigenismo, etc.
Algunos lo van comprendiendo, otros se niegan a todo razonamiento que cuestione sus cerrados dogmatismos.
El enfoque político - económico que unos cuantos opinantes sostienen, sin admitir pensamientos en contrario, parte del simplismo extremo de considerar únicamente la (supuesta) existencia de dos escuelas o doctrinas económicas: el liberalismo extremo y el marxismo. Evidentemente, ese sesgado simplismo –que por cierto no es “inocente”-, sigue inculcándose en distintos ámbitos como “verdad revelada”; por supuesto bajo cero análisis objetivo y bien fundamentado de la Historia Económica Argentina y Mundial, y nulo análisis de las políticas económicas aplicadas por las economías más exitosas, que no por casualidad han sido las de las Potencias Emergentes, las cuales implementaron diversas versiones propias de una especie de “capitalismo de Estado” o de neokeynesianismo, soslayándose además que los serios problemas que frenan a las Potencias Tradicionales tienen directa relación con el neoliberalismo rampante aplicado, con el monetarismo exacerbado que entronizó a la especulación financiera y llevó a la gigantesca crisis económico – financiera de 2008, de la cual aun no se han recuperado del todo, la cual produjo “bajas sensibles” como los endeudamientos y crisis recesivas en Grecia, Portugal, España, etc. Tampoco se analiza el fuerte proteccionismo, aplicado con mayor dureza precisamente por los países y regiones que se presentan como los campeones del “libre comercio”, como EEUU y la UE.
Los perjuicios que sufre Argentina en casos muy sensibles como los biocombustibles –con exportaciones paralizadas por pretextos proteccionistas-, y el sonado caso de los limones, son solo dos de muchos ejemplos que demuestran la irracionalidad del neoliberalismo rampante hoy gobernante.
La imposición del neoliberalismo como “único pensamiento posible” en vastos sectores de las FFAA y FFSS de Argentina, es cuanto menos una gruesa confusión conceptual, y está claramente en las antípodas de los pensamientos y acciones en concreto de grandes patriotas como los impulsores del petróleo argentino Generales Ingenieros Mosconi y Baldrich; de la siderurgia nacional como el General Savio; del desarrollo industrial y tecnológico aplicado, como el Brigadier Ingeniero San Martín; de la Geopolítica Nacional, como el Coronel Rodríguez Zía y
el General Guglialmelli; y de uno de los dos grandes estadistas argentinos del siglo XX, como sin duda fue el General y Expresidente Perón.
Similares confusiones priman también en diversos ámbitos civiles, en muchos de los cuales lamentablemente el patriotismo y la soberanía parecerían temas extraños o al menos poco valorizados. Pero es más preocupante que esas confusiones sean moneda corriente en ámbitos en los que el patriotismo y la defensa de la soberanía son exaltados como base del pensamiento.
A algunos el reloj de la historia parece atrasarles 4 a 5 décadas, dejándolos en plena vigencia de la perversa doctrina de la seguridad nacional –instrumento de profunda colonización cultural-, en las antípodas de la muy patriótica Doctrina de
la Defensa Nacional.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Los claros y elocuentes apoyos masivos de las mayorías de los cuadros de las FFAA y FFSS al actual gobierno neoliberal (que como reedición recargada del noventismo neoliberal está destruyendo en forma deliberada la economía argentina y produciendo una violenta involución forzosa a un modelo agro pastoril), son totalmente incompatibles con los altos valores de patriotismo y de defensa de la soberanía, que por regla general habían caracterizado a esas Instituciones hasta las debacles pro británicas perpetradas en 1955, 1962 y 1976.
Tan sesgados o superficiales parecen ser los análisis y/o las visiones imperantes en la población argentina (y los cuadros militares no son ninguna excepción), que nadie parece percatarse de los muy claros indicios de implementación forzosa y acelerada de una nueva versión del Plan Morgenthau, con la cual se piensa borrar todo vestigio de soberanía y dignidad nacional argentina, e incluso se está poniendo en serio riego la integridad territorial de nuestro país, sepultando además todas las fuertes iniciativas asumidas para consolidar el viejo sueño geopolítico de la Patria Grande.
No existe soberanía sin industria y tecnología propias; y sin una clara línea de acción geopolítica basada en los Intereses Nacionales. Esto es tan elemental que no requiere ninguna explicación, pero notablemente el crudo neoliberalismo en frenético curso de perpetración (el cual es apátrida por definición, y destructor de la soberanía por sus acciones), no es cuestionado –según todo parece indicar- por amplios sectores de los cuadros de retirados e incluso del personal militar y de seguridad en servicio activo. Coincidentemente, el analista político Rosendo Fraga, de claro perfil ultra conservador y neoliberal, afirmó recientemente que el “voto militar” representa un millón de apoyos a la coalición gobernante.
Lamentablemente, esos apoyos a políticas neoliberales, muestran cuan profundo es el grado de penetración cultural antinacional perpetrado en más de medio siglo de preeminencia excluyente del liberalismo apátrida, en los planes de (de)formación profesional que indudablemente, afectaron a todo el tejido social argentino, y evidentemente, los planes de estudio y contenidos de los Institutos Militares no han sido la excepción, sino más bien lo contrario.
Conociendo las mentalidades de algunos docentes de los institutos militares de formación superior, no es de extrañar que siguen ensalzando la supuesta “grandeza argentina del centenario” (cuando fungíamos de granja dócil al servicio de Gran Bretaña, y con cuadros de desigualdad y exclusión social simplemente pavorosos); que ubican al agente pro británico y genocida serial Bartolomé Mitre como uno de los “padres fundadores de la argentinidad” (o conceptos laudatorios similares); que insisten en considerar un “gran estadista” al achicador serial del territorio Bernardino Rivadavia, endeudador masivo, servil a los designios británicos y enemigo declarado de la gesta libertadora sanmartiniana; no faltando tampoco quienes a contrapelo de gruesas evidencias en contrario, siguen alabando a los fusiladores de 1955 (prohijados e incluso armados por los británicos para consumar el golpe de Estado), y a los que en el “proceso” facilitaron las políticas genocidas e industricidas del neoliberalismo apátrida implementado por primera vez por Martínez de Hoz y sus Chicagos’s Boys, bajo la anuencia cómplice de Videla y sus secuaces. Pero nada de eso se cuestiona ni parece merecer ningún
análisis bien fundamentado, menos aun rectificaciones de posturas envueltas en formatos de patriotismo declamativo, pero cuyos núcleos han sido claramente perjudiciales a los Intereses Nacionales.
Parecería tarea casi imposible en muchos casos, hacer razonar acerca de la continuidad político – económica de los golpes de Estado oligárquicos y pro británicos, con el neoliberalismo salvaje de los años ’90; y con esta reedición actual neoliberal recargada impuesta golpe mediático sistemático mediante. Tan difícil parece hacer razonar cosas como esas, que algunos se escudan en argumentos infantiles como decir “de eso no se, pues aun no había nacido”…¿cómo pueden ser “sanmartinianos” entonces, si tampoco habían nacido entonces?
El neoliberalismo es tan apátrida como el marxismo, el anarquismo y otras "progresías" varias, como las de los ultras de la ecología, el indigenismo, etc.
Algunos lo van comprendiendo, otros se niegan a todo razonamiento que cuestione sus cerrados dogmatismos.
El enfoque político - económico que unos cuantos opinantes sostienen, sin admitir pensamientos en contrario, parte del simplismo extremo de considerar únicamente la (supuesta) existencia de dos escuelas o doctrinas económicas: el liberalismo extremo y el marxismo. Evidentemente, ese sesgado simplismo –que por cierto no es “inocente”-, sigue inculcándose en distintos ámbitos como “verdad revelada”; por supuesto bajo cero análisis objetivo y bien fundamentado de la Historia Económica Argentina y Mundial, y nulo análisis de las políticas económicas aplicadas por las economías más exitosas, que no por casualidad han sido las de las Potencias Emergentes, las cuales implementaron diversas versiones propias de una especie de “capitalismo de Estado” o de neokeynesianismo, soslayándose además que los serios problemas que frenan a las Potencias Tradicionales tienen directa relación con el neoliberalismo rampante aplicado, con el monetarismo exacerbado que entronizó a la especulación financiera y llevó a la gigantesca crisis económico – financiera de 2008, de la cual aun no se han recuperado del todo, la cual produjo “bajas sensibles” como los endeudamientos y crisis recesivas en Grecia, Portugal, España, etc. Tampoco se analiza el fuerte proteccionismo, aplicado con mayor dureza precisamente por los países y regiones que se presentan como los campeones del “libre comercio”, como EEUU y la UE.
Los perjuicios que sufre Argentina en casos muy sensibles como los biocombustibles –con exportaciones paralizadas por pretextos proteccionistas-, y el sonado caso de los limones, son solo dos de muchos ejemplos que demuestran la irracionalidad del neoliberalismo rampante hoy gobernante.
La imposición del neoliberalismo como “único pensamiento posible” en vastos sectores de las FFAA y FFSS de Argentina, es cuanto menos una gruesa confusión conceptual, y está claramente en las antípodas de los pensamientos y acciones en concreto de grandes patriotas como los impulsores del petróleo argentino Generales Ingenieros Mosconi y Baldrich; de la siderurgia nacional como el General Savio; del desarrollo industrial y tecnológico aplicado, como el Brigadier Ingeniero San Martín; de la Geopolítica Nacional, como el Coronel Rodríguez Zía y
el General Guglialmelli; y de uno de los dos grandes estadistas argentinos del siglo XX, como sin duda fue el General y Expresidente Perón.
Similares confusiones priman también en diversos ámbitos civiles, en muchos de los cuales lamentablemente el patriotismo y la soberanía parecerían temas extraños o al menos poco valorizados. Pero es más preocupante que esas confusiones sean moneda corriente en ámbitos en los que el patriotismo y la defensa de la soberanía son exaltados como base del pensamiento.
A algunos el reloj de la historia parece atrasarles 4 a 5 décadas, dejándolos en plena vigencia de la perversa doctrina de la seguridad nacional –instrumento de profunda colonización cultural-, en las antípodas de la muy patriótica Doctrina de
la Defensa Nacional.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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