jueves, 28 de diciembre de 2023
miércoles, 20 de diciembre de 2023
sábado, 16 de diciembre de 2023
martes, 12 de diciembre de 2023
FALSEDADES E INCOHERENCIAS DE LIBERTARIOS
Son tantas, y varias de tan grueso
calibre, que fácilmente alcanzarían al menos para escribir un libro, o una
enciclopedia para adosar al libro La Doctrina del Shock, de Naomí Klein.
Además del tono agresivo, que
caracterizó a las múltiples opiniones vertidas por el promotor del anarco –
libertarismo -elegido presidente de Argentina-, cabe analizar las expresiones e
iniciativas -que supuestamente iba a poner en práctica-, las que fueron dejadas
de lado por improvisadas y/o impracticables. Eso además de contundentes
afirmaciones, que solo fueron gruesas falsedades indefendibles.
Incluso, en su discurso oficial al
asumir, dijo una serie de supuestas estadísticas sociales y económicas, que es
muy dudoso que tengan algún respaldo documental, pareciendo más bien un
prearmado para un buscado fuerte efecto, que justifique el severísimo cuadro de
retroceso económico e hiperinflación, intencionalmente dispuesto a perpetrar.
Un economista de profesión, no puede
desconocer los contundentes antecedentes históricos y económicos, que niegan
totalmente la afirmación, según la cual “Argentina fue la primera potencia
mundial a fines del siglo XIX”. Hubo fuerte flujo de riquezas, en base a una
coyuntura mundial favorable, con demanda sostenida y muy buenos precios para
las materias primas alimenticias, que era el total o poco menos, de nuestras
exportaciones.
Pero de ningún modo podíamos
compararnos con las grandes potencias mundiales de fines del siglo XIX y
comienzos del XX, no solo por un PBI mucho menor, sino por la fragilidad de
nuestra economía, careciente por completo de industrias y de institutos
tecnológicos de relevancia. Además, éramos deudores crónicos del Reino Unido,
el cual mantenía el control real de nuestra economía y nuestras instituciones
políticas.
A tal punto esa degradante sumisión
al Reino Unido, que en los años ’30, a la firma del vergonzoso Pacto Roca –
Runciman, el mismo “Julito” Roca (hijo del General dos veces presidente),
exclamó muy orondo: “Argentina es la joya más valiosa de la corona de Su
Majestad”.
La riqueza estaba concentrada en muy
pocas manos, con mucha miseria generalizada y mucho analfabetismo; así como las
obras públicas mostraron en El Centenario, una Capital Federal opulenta,
mientras casi todo el interior era marginado y muy pobre.
Ese supuesto “modelo ideal” al cual
nos quieren retrotraer los neoliberales, los libertarios, y sectores ultra
conservadores, como la Sociedad Rural, es hoy totalmente inviable, y solo nos
conduciría a la disolución nacional, en un contexto socio económico en el que
sobraríamos al menos 25 millones de argentinos, y con casi todos sumidos en una
profunda miseria.
La destrucción y cierre del Banco
Central, idea repetida hasta el cansancio, que supuestamente “estaba totalmente
estudiada”, afortunadamente para Argentina, fue descartada por impracticable.
En campaña, el hoy presidente omitió decir que solo carecen de Banco Central,
algunos pocos mini Estados de escasas relevancias, además de Panamá, que carece
de moneda propia y sucumbió a la perniciosa dolarización. Uno o dos años antes,
en el programa del periodista Cúneo, el hoy presidente puso como “ejemplo” de
Estado sin Banco Central a Hong Kong, lo cual es una gruesa falsedad, pues ese
pequeño enclave, antes dependía del Reino Unido, y hoy está bajo soberanía de
China. ¡Nunca pudo tener un Banco Central en ese contexto, pues no es un
Estado!
La dolarización, fue otro de los
“caballitos de batalla” de los anarcos – libertarios; y parecería que muchos
muy poco informados que lo apoyaron, suponían que sus salarios nominales en
pesos, iban a ser nominalmente convertidos a dólares. Ahora van camino a cobrar
en pesos muy devaluados, por las remarcaciones salvajes que el libertinaje
económico no solo permite, sino que promueve.
Pese a que el hoy presidente, afirmó
rotundamente tener todo estudiado y con los respaldos financieros para
dolarizar nuestra economía, afortunadamente para Argentina, esa idea debió ser
dejada de lado. Hubiese sido muy dañina, y habría significado una sensible
pérdida de soberanía, además de otros perjuicios muy graves, como en su
momento, a fines de los ’90 y cerca de la crisis de 2001, ante otro fallido
intento de dolarización, advirtió con meridiana claridad el economista Aldo
Ferrer.
El hoy presidente. tuvo expresiones
desconsideradas e incluso insultantes, para las dos naciones (Brasil y China),
que son nuestros principales socios comerciales; exabruptos que “completó”
afirmando que el comercio exterior es cosa de “los privados”, lo cual mostró un
total desconocimiento (por no suponer una intencional gruesa falsedad) de cómo
opera el comercio mundial, con activas participaciones de los respectivos
Estados Nacionales.
Las alabanzas y expresiones de
admiración a Churchill (enemigo declarado de Argentina) y a Tatcher
(intencional promotora de la guerra y culpable directa del hundimiento del ARA
General Belgrano), no son propias de ningún argentino que valora nuestros
derechos y nuestra soberanía. ¡Pero los patrioteros de bandera ni se dieron
cuenta!
Si se menciona la soberanía, las ya
expresadas intenciones de vender o cerrar, empresas y entes de importancias
estratégicas (YPF con todos los muy importantes yacimientos, Aerolíneas
Argentinas, Arsat, Conicet, el Sector Nuclear y el INVAP, y otros), muestran
una total carencia del elemental principio, que debería ser piedra angular del
accionar del todo gobierno nacional. Claro que los anarquistas, desprecian y
odian al Estado…
Dijo odiar y despreciar a “La Casta”
de los políticos, teniendo muy duras expresiones respecto a la Bullrich
(supuesta asesina de jardines de infantes) y al “Toto” Caputo (lo acusó de
hacer “desaparecer” 15.000 millones de dólares). En un giro total, los nombró
en su gabinete. Y tiene “La Casta” compenetrada con su equipo de gobierno.
Afirma repetida y enfáticamente que
el feroz ajuste que piensa perpetrar, “es la única alternativa”, lo cual de
ningún modo es creíble, siendo coherente que todo gobernante consustanciado con
el propio pueblo, busque alternativas que impliquen crecimiento económico y
mejoras sociales, lo opuesto a las destrucciones económicas intencionales, y
sus consecuentes aumentos de la desocupación, la pobreza y la miseria más
abyecta.
Esa supuesta “única solución
posible”, se vincula con la falsa idea de suponer que la única o principalísima
causa de inflación, es la emisión monetaria, lo cual es uno de los “mantras” de
falaz “certeza absoluta” que afirman los libertarios y sus socios neoliberales.
Con esa falsa premisa económica,
omiten la gruesa realidad que los economistas heterodoxos afirman y
fundamentan, al considerar que la persistente inflación de Argentina tiene
carácter estructural, y como tal es consecuencia de numerosos factores, entre
ellos, el accionar abusivo de oligopolios y oligopsonios que manejan los precios
a discreción, amasando hiper ganancias, a costa de los consumidores, inermes
ante el poder omnímodo de esos grupos del Poder Económico Concentrado.
Además, no puede omitirse como otro
factor fuertemente inflacionario, la crónica faltante de divisas; que agravó
mucho el irracional endeudamiento con el FMI, que nos dejaron como “pesada
herencia” el “Messi de las finanzas”, el Toto Caputo, y el macrismo en general,
hoy incorporado al actual gobierno.
Claramente, lo que se busca, es el
objetivo al cual no pudieron alcanzar precedentes gobiernos ultra liberales en
lo económico y ultra conservadores en lo político, o sea jibarizar la economía
argentina, llevándonos al perimido y hoy inviable modelo político - económico de economía primaria que tuvo
Argentina en la segunda mitad del siglo XIX, sin industrias ni entes tecnológicos; con
ausencia total de legislaciones laborales y políticas activas de salud y
educación públicas integradoras y abarcativas de toda nuestra población, extranjerizando
sectores estratégicos, impidiendo con ello todo accionar soberano; agregado eso
a la carencia de medidas económicas que impulsen el desarrollo,. Triste período
aquel, de exclusión social y de riqueza hiper concentrada en muy pocas manos,
que se busca repetir.
Muy fuera del nivel de estadistas,
que suele caracterizar los discursos de apertura de ciclos de gobierno, el
presidente libertario profirió duros e innecesarios conceptos pretendidamente
agresivos, en contra del gobierno de Venezuela, con lo que mostró sumisión
total a los dictados impuestos al “patio trasero” de la potencia imperial,
fuera de toda diplomacia y elevado nivel político que debería caracterizar a un
discurso de comienzo de mandato. Mucho de su discurso pareció una arenga de
barricada, en la antípodas de una alocución de un estadista.
El innecesario desaire al grupo
BRICS, además de privarnos de importantes apoyos geopolíticos (entre otras
cuestiones, en el sensible tema de Malvinas), también nos aleja de las
financiaciones blandas que nos suministró China para grandes obras públicas y
para paliar el desmadre financiero del endeudamiento irracional, al que nos
sometieron los mismos que hoy están manejando nuestra economía.
Por el contrario, las acciones
favorables a acuerdos de “libre comercio” con la Unión Europea, de perpetrarse,
serán el golpe de muerte a nuestras estructuras industriales y tecnológicas,
que trabajosamente conseguimos.
La política de alineamientos totales
con EEUU y el Atlantismo en general, echan por tierra la tradicional postura
argentina de independencia, ecuanimidad y prioridad de la paz y respeto a
nuestra soberanía nacional, involucrándonos potencialmente en conflictos que
nada positivo nos pueden traer.
Entre el mar de gruesas confusiones y
desconocimientos de la realidad, que evidentemente demuestran amplios sectores
de nuestra población, hubo gritos de aprobación, cuando el actual presidente
dijo, claramente, que con las medidas que se van a implementar, habrá
acentuados aumentos de precios (que implican caídas de los salarios reales), y
aumentos en los niveles de pobreza y de miseria.
Las culpas las echó profusamente en
el gobierno precedente, omitiendo cuidadosamente analizar, ni siquiera
mencionar, cuanto de los problemas macroeconómicos actuales son consecuencias
directas del período macrista, con sus secuelas de mega endeudamiento casi
impagable, la institucionalización de la timba financiera y la vinculada fuga
de divisas, de la caída del salario real, y los ataques directos a la industria
y al importante Sector Tecnológico Argentino; además del desprecio abierto y
descarado a toda idea de Soberanía Nacional, por parte de neoliberales, y hoy
de sus socios libertarios.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos