RUMBO AL CAOS Y LA EXCLUSIÓN ENERGÉTICA
Argentina en claro rumbo de disolución nacional, es la dolorosa realidad en perpetración por el neoliberalismo hoy cercano a tomar por asalto la suma del Poder Público, que por cierto el pueblo no le ha concedido.
En el confuso contexto de destrucción generalizada, operado con clara premeditación y alevosía por los personeros de la CEOcracia claramente apátrida, las distorsiones y malformaciones que están instalando y acentuando en el estratégico Sector Energético, pasan desapercibidas para el común de la gente.
La pobreza energética en grados más que preocupantes, y otros serios condicionantes que se acentúan rápidamente, parecen desconocidos para la mayoría de los comunicadores sociales, aun aquellos pocos que buscan difundir la dolorosa realidad, no solo los que practican la acomodaticia o mercenaria praxis de servir de pantalla que oculte el desastre generalizado con ribetes de genocidio económico que se perpetra y acentúa a diario.
El tema es tan amplio y complejo, que para tratarlo exhaustivamente se necesitaría una obra enciclopédica, pero en una breve síntesis se señalan seguidamente varios de los más preocupantes hechos e indicadores, que muestran silenciosa pero claramente, el rumbo directo al caos energético al cual conducen a Argentina; priorizando negociados financieros rápidos y descomunales, a costa del futuro y del presente nacional.
La parálisis de obras públicas es prácticamente total, acorde al modelo destructivo y severamente regresivo implementado. Es decir que no se repone infraestructura desgastada, ni se cubre el mero crecimiento vegetativo de la población con la mínima extensión de imprescindibles inversiones, ni menos aun se planifica nada a corto, mediano ni largo plazo. En Energía, como en otros sectores económicos y sociales, Argentina es hoy un barco al garete, ya haciendo agua por haber comenzado a embestir arrecifes de creciente peligrosidad, mientras las clases altas con su inepto y malicioso capitán, siguen de fiesta con total irresponsabilidad.
Como la desenfrenada orgía financiera es una aspiradora de fondos que intencionalmente provoca una acentuada anemia económico – financiera en los demás sectores de la economía, les sobran falaces excusas para paralizar todas las inversiones, incluyendo en ese degüello masivo de proyectos de desarrollo energético aun a aquellos que contaban con muy convenientes financiaciones del exterior, por caso las tres centrales nucleares con financiaciones de China y Rusia; las dos grandes hidroeléctricas en el Río Santa Cruz, con financiación china; la imprescindible hidroeléctrica Chihuido I (necesaria para dar seguridad operativa a Cerros Colorados y proteger el Alto Valle del Río Negro) con financiación rusa; la proyectada planta química de Dioxitek en Formosa, para proveer insumos básicos para el Sector Nuclear; el irresponsable abandono de obras y cancelación del GASNEA; las abortadas terminaciones de los ciclos combinados en grandes centrales a gas construidas por El Estado Nacional, en las riberas del Paraná; no se termina la central carbonífera de Río Turbio, por excusas indefendibles; por citas los casos más relevantes.
El Estado Nacional, ausente para exigir nada a socios o amigos del poder, no hace cumplir las inversiones imprescindibles, a empresas como EDENOR, EDESUR Y EDELAP, las que con los tarifazos brutales no pueden excusarse por falta de fondos, los que claramente se destinan a retribuciones a accionistas, previsiblemente para alimentar la timba financiera y la fuga de capitales. Mientras, los sufridos usuarios soportan cortes del servicio y otras penurias varias, mientras caen en la miseria energética por las impagables facturas.
Las empresas provinciales de energía y las cooperativas eléctricas, ahogadas por las tenazas de los tarifazos y las caídas del consumo, no pueden financiar las inversiones, buena parte de las cuales antes eran bancadas por el Estado Nacional activo, lejos del Estado ausente del neoliberalismo apátrida.
La matriz energética nacional, desde larga data, acorde a sucesivos gobiernos del establishment liberal que nos desmanejaron, acusa una patológica dependencia de los combustibles fósiles, en particular gas y petróleo. Este gobierno la está acentuando, peligrosa e irracionalmente.
El tema de las “energías renovables”, amañadamente manejado adrede, es un currazo gigantesco, en el cual incluso hubo una difundida operación de pase de manos efectuada por una empresa vinculada al propio presidente. Todo el tema forma un engaño de grandes proporciones, fogoneado por poderosas ONGs transnacionales, del sector ultra ecologista y con evidentes vinculaciones con intereses de petroleras, gasíferas y del propio sector de fabricantes, vendedores e intermediarios de energías eólica, solar y otras. Son energías de muy baja calidad, pues son intermitentes, por lo que no son aptas para operar como energías de base de ningún sistema eléctrico integrado; y precisamente por esa característica negativa, necesitan operar con una central convencional a gas o petróleo como respaldo permanente, o sea funcionando, para estabilizar la tensión y “tapar los baches” de imprevistas paradas o caídas de voltaje. Los contratos que se están rubricando en Argentina, tienen características prebendarias a favor de los inversores y muy negativas para los usuarios y para el Estado Nacional. Tarifas dolarizadas e indexadas, exenciones impositivas y ventajas leoninas de todo tipo, incluyendo en estas últimas a la prioridad total para vender sus producciones, sin importar que sus precios sean superiores a los de otros tipos de generaciones. ¡Y los factores del poder, vinculados a las “energías renovables” (de las que amañadamente excluyen a las hidroeléctricas de mediana y gran potencia), presionan para que irracionalmente, la matriz eléctrica argentina se base en este tipo de energías, sin considerar ni sus serias deficiencias técnicas ni sus altos costos operativos finales!
En los años ’90, Repsol y otras empresas extranjeras, se dedicaron frenéticamente a “hacer caja” con las importantes reservas de petróleo y gas que la estatal YPF había atesorado a lo largo de décadas de tareas de prospección, agotándolas y dejándonos sin los hidrocarburos y sin la divisas, que directamente se liquidaban fuera del país. Cuando se descubrió el gran yacimiento gasífero de Loma de la Lata, los lenguaraces de siempre afirmaron que pasábamos a ser un país gasífero, siendo que en realidad éramos un país con gas. Pero el “ordeñe” desenfrenado de esas reservas, mediante ocho gasoductos a Chile, Brasil y Uruguay, nos dejó sin las mismas en pocos años.
Ahora se repite una historia con muchas similitudes, habilitándose presurosamente exportaciones de gas subsidiadas a Chile y Uruguay, y por barcos vía Bahía Blanca hacia otros destinos, mientras se retacea el abastecimiento al mercado interno, por falta de inversiones en gasoductos y por los incrementos descomunales de las tarifas.
El tema tarifario, en particular de la energía eléctrica, los combustibles líquidos, del gas (natural y envasado), de los servicios de agua y cloacas, hacen que los mismos pasen a ser prohibitivos para amplios sectores de nuestra castigada población. Es de recordar que la energía eléctrica es un insumo primordial para prestar los servicios públicos de agua potable y cloacas. Evidentemente, para los neoliberales, apresurados para “hacer caja” en sus empresas vinculadas prestadoras de esos servicios, el acceso a los mismos dejó de ser un derecho social para pasar a ser un privilegio para pocos, cada vez menos, pues muchos no pueden afrontar las leoninas tarifas en continuos aumentos desmesurados.
Debe enfatizarse que las muy necesarias inversiones en ampliaciones de infraestructuras energéticas y en reposición de las existentes, salvo poquísimos casos, brillan por sus ausencias en el actual período de gobierno, previéndose serias carencias en el corto y mediano plazo.
Todo eso es no solo preocupante, es muy negativo, y el tema no se agota en ese breve listado.
Nos llevan a los empujones de mínima a un modelo feudal como el del mitrismo del siglo XIX, y de máxima a la disolución nacional, si no se los impedimos. Los hechos lo demuestran palmariamente.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
jueves, 21 de febrero de 2019
domingo, 17 de febrero de 2019
EL NEA MARGINADO Y SEVERAMENTE PERJUDICADO
Desde los albores de la nacionalidad, los gobiernos de corte unitario, han marginado y perjudicado a todas las provincias excluidas del “núcleo duro” de la privilegiada y excluyente Pampa Húmeda y sus proyecciones en la zona central continental de nuestro territorio.
Tan solo los antecedentes históricos de este tema demandarían un artículo que aunque resumido en su contenido, abarcaría varias páginas.
Dejando para otra oportunidad, en mérito a la brevedad, el análisis histórico de la marginación y exclusión a la cual fue sometido el NEA (Nord Este Argentino), así como La Mesopotamia, se evalúan acá las principales acciones negativas perpetradas por el actual gobierno neoliberal, el cual claramente busca como objetivo de máxima la disolución nacional, y como mínimo nuestra forzosa regresión a aquella miserable realidad de feudalismo campero de economía patológicamente primaria (no industrializada y carente de desarrollos tecnológicos propios) subordinado a Gran Bretaña, que fue el medio siglo largo del mitrismo.
Cabe precisar que la subordinación explícita y vergonzosa perpetrada respecto al Poder Financiero Transnacional, a las Potencias Atlantistas, y de estas principalmente respecto a Gran Bretaña y EEUU; causa la descomunal crisis generalizada actual.
En el presente contexto neoliberal y de unitarismo recargado, el NEA es, posiblemente más aun que La Patagonia, la región más postergada y afectada.
Analicemos.
El Plan Belgrano no fue más que una declaración grandilocuente de obras que ni siquiera se comenzaron, puro humo como tantas promesas de campaña. Y el representante de Misiones ante el Plan Belgrano ni siquiera esbozó una mínima protesta, ante la cancelación total del mismo con sus secuelas muy negativas para esta provincia. Tampoco trascendió que otros representantes provinciales se hayan quejado por el abortamiento masivo de las obras prometidas.
El ferrocarril mesopotámico (ex General Urquiza) fue totalmente excluido de los planes de obras (planes que igual no se cumplen). Sus vías e infraestructuras no fueron reparadas, y el tramo norte del mismo hoy está en pésimas condiciones, no siendo operativo. Por ese motivo, Misiones y el norte de Corrientes, dependen exclusivamente del transporte de cargas por camiones, mucho más costoso. Eso agravado por los descomunales aumentos de los combustibles, peajes, etc.
Del transporte fluvial, el más económico por lejos, ni se habla. Mientras, Paraguay usufructúa los ríos para canalizar sus exportaciones e importaciones.
El Gasoducto del NEA (GASNEA), fue totalmente cancelado, incluso abandonándose muchos kilómetros de la red troncal ya instalados, argumentándose que se usarán como depósitos de gas. La exclusión del vital servicio es prácticamente total, para Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones, así como para parte del norte de Santa Fe. ¡A los neoliberales no les importan ni la integración territorial ni el desarrollo socio económico!
Además desprecian todo principio geopolítico de soberanía.
El nuevo puente planificado para reforzar las conexiones entre Resistencia y Corrientes capital, fue totalmente cancelado. El existente, construido a comienzos de los años ’70, es claramente insuficiente. Las urgencias financieras, producto del descomunal endeudamiento para financiar la fuga de capitales, la bicicleta financiera y el desorden mayúsculo presupuestario, son las excusas para postergar toda obra estratégica e impulsora del desarrollo.
Los dos puentes colapsados por falta de mantenimiento, agravado eso por las fuertes lluvias, caídos hace más de dos años, en la Ruta Nacional Nro. 12, continúan sin reponerse, con simples y precarios puentes Bayley como reemplazos provisorios. Eso complica las conexiones entre Corrientes Capital con Posadas (al norte) y con Paraná (al sur), las tres capitales de la Mesopotamia. Inacción prácticamente total del gobierno neoliberal actual.
Son los puentes sobre los arroyos Iribú Cuá (el primero en colapsar, cerca de Itá Ibaté) y Guazú (cerca de Esquina). Este último ocasionó una víctima fatal, culpándose del hecho tan solo a dos agentes policiales, no a las autoridades provinciales y nacionales, que parecen brillar por sus ausencias.
Se cancelaron totalmente los estratégicos y muy importantes proyectos hidroeléctricos de Corpus, Garabí y Panambí, que hubieran potenciado mucho las economías de Misiones y Corrientes, además de proveer enormes masas de energía limpia a menores precios, con potenciales importantes regalías para esas dos provincias. Todo a la medida de los fuertes intereses vinculados con el petróleo y el gas, hoy claramente operando desde el gobierno nacional.
Las construcciones de autovías sobre la Ruta Nacional Nro. 12, entre Posadas e Iguazú, y sobre la Ruta Nacional Nr. 105, entre Posadas y San José, se han ralentizado mucho, muy diferente al rápido ritmo de obra de años anteriores. Hubo varios accidentes mortales, que en buena parte son consecuencia directa de la no terminación de esas autovías, hoy imprescindibles por el alto flujo de tránsito y la inexistencia de rutas alternativas.
Se anuló el rol integrador y promotor del desarrollo, que había asumido la Entidad Binacional Yacyretá, que había desarrollado un plan de desarrollo regional, similar al que Brasil concreta en los entornos de sus grandes hidroeléctricas, como Itaipú, Itá y otras. Eso provoco sensibles disminuciones en los planes de obras en la región, como el señalado en el ítem precedente.
Chaco, el norte de Santa Fe y Corrientes, soportaron grandes y muy perjudiciales inundaciones, ante la inacción total de gobierno nacional, al no planificar ni menos ejecutar obras que en el futuro impidan o minimicen esas catástrofes.
Todas las economías provinciales del NEA, soportan en forma muy dolorosa la crisis económica nacional autoinfligida por el neoliberalismo dogmático del gobierno nacional, con secuelas de caída del PBI, aumento de la desocupación, del hambre y de la exclusión social.
Lo notable resulta el silencio total de las dirigencias políticas, gremiales, empresariales, académicas, etc., como si estuvieran anestesiadas o amordazadas, fenómeno negativo en el que incide mucho la cerrada cobertura mediática manipulada por el gobierno nacional para acallar o impedir todo tipo de críticas.
Y peor aun, ciertos sectores de las “progresías”, con confusas consignas impuestas desde los centros del poder mundial (como el abortismo, el feminismo ultra, el indigenismo irracional y odiador, el ecologismo cavernario y otras similares), en muchos casos en línea con ideologías anarquista, trotskista, neomarxista o similares; a sabiendas o sin ser conscientes, juegan de claques de los personeros del neoliberalismo apátrida, que nos conduce a los empujones a la disolución nacional.
A la vez, curiosamente (o no tanto), en sus profundas confusiones
conceptuales, los patrioteros de bandera siguen sin razonar nada, en la irracional postura de considerarse “muy nacionalistas” y avalar políticas económicas perniciosas y antinacionales, como las de los neoliberales hoy en el poder. Otros uniformados, de mentalidad procesera, directamente asumen la subordinación mental a los dictados de las potencias anglosajonas, tan severo ha sido el proceso de limado neuronal de los cursos de la Escuela de las Américas y similares.
Completando el desquicio, sectores de la clase media e incluso medias – bajas, no salen de la repetición mecánica de mentirosas consignas instaladas por los medios manipulados por los poderes financieros que nos empujan a la disolución nacional.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Desde los albores de la nacionalidad, los gobiernos de corte unitario, han marginado y perjudicado a todas las provincias excluidas del “núcleo duro” de la privilegiada y excluyente Pampa Húmeda y sus proyecciones en la zona central continental de nuestro territorio.
Tan solo los antecedentes históricos de este tema demandarían un artículo que aunque resumido en su contenido, abarcaría varias páginas.
Dejando para otra oportunidad, en mérito a la brevedad, el análisis histórico de la marginación y exclusión a la cual fue sometido el NEA (Nord Este Argentino), así como La Mesopotamia, se evalúan acá las principales acciones negativas perpetradas por el actual gobierno neoliberal, el cual claramente busca como objetivo de máxima la disolución nacional, y como mínimo nuestra forzosa regresión a aquella miserable realidad de feudalismo campero de economía patológicamente primaria (no industrializada y carente de desarrollos tecnológicos propios) subordinado a Gran Bretaña, que fue el medio siglo largo del mitrismo.
Cabe precisar que la subordinación explícita y vergonzosa perpetrada respecto al Poder Financiero Transnacional, a las Potencias Atlantistas, y de estas principalmente respecto a Gran Bretaña y EEUU; causa la descomunal crisis generalizada actual.
En el presente contexto neoliberal y de unitarismo recargado, el NEA es, posiblemente más aun que La Patagonia, la región más postergada y afectada.
Analicemos.
El Plan Belgrano no fue más que una declaración grandilocuente de obras que ni siquiera se comenzaron, puro humo como tantas promesas de campaña. Y el representante de Misiones ante el Plan Belgrano ni siquiera esbozó una mínima protesta, ante la cancelación total del mismo con sus secuelas muy negativas para esta provincia. Tampoco trascendió que otros representantes provinciales se hayan quejado por el abortamiento masivo de las obras prometidas.
El ferrocarril mesopotámico (ex General Urquiza) fue totalmente excluido de los planes de obras (planes que igual no se cumplen). Sus vías e infraestructuras no fueron reparadas, y el tramo norte del mismo hoy está en pésimas condiciones, no siendo operativo. Por ese motivo, Misiones y el norte de Corrientes, dependen exclusivamente del transporte de cargas por camiones, mucho más costoso. Eso agravado por los descomunales aumentos de los combustibles, peajes, etc.
Del transporte fluvial, el más económico por lejos, ni se habla. Mientras, Paraguay usufructúa los ríos para canalizar sus exportaciones e importaciones.
El Gasoducto del NEA (GASNEA), fue totalmente cancelado, incluso abandonándose muchos kilómetros de la red troncal ya instalados, argumentándose que se usarán como depósitos de gas. La exclusión del vital servicio es prácticamente total, para Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones, así como para parte del norte de Santa Fe. ¡A los neoliberales no les importan ni la integración territorial ni el desarrollo socio económico!
Además desprecian todo principio geopolítico de soberanía.
El nuevo puente planificado para reforzar las conexiones entre Resistencia y Corrientes capital, fue totalmente cancelado. El existente, construido a comienzos de los años ’70, es claramente insuficiente. Las urgencias financieras, producto del descomunal endeudamiento para financiar la fuga de capitales, la bicicleta financiera y el desorden mayúsculo presupuestario, son las excusas para postergar toda obra estratégica e impulsora del desarrollo.
Los dos puentes colapsados por falta de mantenimiento, agravado eso por las fuertes lluvias, caídos hace más de dos años, en la Ruta Nacional Nro. 12, continúan sin reponerse, con simples y precarios puentes Bayley como reemplazos provisorios. Eso complica las conexiones entre Corrientes Capital con Posadas (al norte) y con Paraná (al sur), las tres capitales de la Mesopotamia. Inacción prácticamente total del gobierno neoliberal actual.
Son los puentes sobre los arroyos Iribú Cuá (el primero en colapsar, cerca de Itá Ibaté) y Guazú (cerca de Esquina). Este último ocasionó una víctima fatal, culpándose del hecho tan solo a dos agentes policiales, no a las autoridades provinciales y nacionales, que parecen brillar por sus ausencias.
Se cancelaron totalmente los estratégicos y muy importantes proyectos hidroeléctricos de Corpus, Garabí y Panambí, que hubieran potenciado mucho las economías de Misiones y Corrientes, además de proveer enormes masas de energía limpia a menores precios, con potenciales importantes regalías para esas dos provincias. Todo a la medida de los fuertes intereses vinculados con el petróleo y el gas, hoy claramente operando desde el gobierno nacional.
Las construcciones de autovías sobre la Ruta Nacional Nro. 12, entre Posadas e Iguazú, y sobre la Ruta Nacional Nr. 105, entre Posadas y San José, se han ralentizado mucho, muy diferente al rápido ritmo de obra de años anteriores. Hubo varios accidentes mortales, que en buena parte son consecuencia directa de la no terminación de esas autovías, hoy imprescindibles por el alto flujo de tránsito y la inexistencia de rutas alternativas.
Se anuló el rol integrador y promotor del desarrollo, que había asumido la Entidad Binacional Yacyretá, que había desarrollado un plan de desarrollo regional, similar al que Brasil concreta en los entornos de sus grandes hidroeléctricas, como Itaipú, Itá y otras. Eso provoco sensibles disminuciones en los planes de obras en la región, como el señalado en el ítem precedente.
Chaco, el norte de Santa Fe y Corrientes, soportaron grandes y muy perjudiciales inundaciones, ante la inacción total de gobierno nacional, al no planificar ni menos ejecutar obras que en el futuro impidan o minimicen esas catástrofes.
Todas las economías provinciales del NEA, soportan en forma muy dolorosa la crisis económica nacional autoinfligida por el neoliberalismo dogmático del gobierno nacional, con secuelas de caída del PBI, aumento de la desocupación, del hambre y de la exclusión social.
Lo notable resulta el silencio total de las dirigencias políticas, gremiales, empresariales, académicas, etc., como si estuvieran anestesiadas o amordazadas, fenómeno negativo en el que incide mucho la cerrada cobertura mediática manipulada por el gobierno nacional para acallar o impedir todo tipo de críticas.
Y peor aun, ciertos sectores de las “progresías”, con confusas consignas impuestas desde los centros del poder mundial (como el abortismo, el feminismo ultra, el indigenismo irracional y odiador, el ecologismo cavernario y otras similares), en muchos casos en línea con ideologías anarquista, trotskista, neomarxista o similares; a sabiendas o sin ser conscientes, juegan de claques de los personeros del neoliberalismo apátrida, que nos conduce a los empujones a la disolución nacional.
A la vez, curiosamente (o no tanto), en sus profundas confusiones
conceptuales, los patrioteros de bandera siguen sin razonar nada, en la irracional postura de considerarse “muy nacionalistas” y avalar políticas económicas perniciosas y antinacionales, como las de los neoliberales hoy en el poder. Otros uniformados, de mentalidad procesera, directamente asumen la subordinación mental a los dictados de las potencias anglosajonas, tan severo ha sido el proceso de limado neuronal de los cursos de la Escuela de las Américas y similares.
Completando el desquicio, sectores de la clase media e incluso medias – bajas, no salen de la repetición mecánica de mentirosas consignas instaladas por los medios manipulados por los poderes financieros que nos empujan a la disolución nacional.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
sábado, 9 de febrero de 2019
VENEZUELA COMO EJE DE LA GEOPOLÍTICA CONTINENTAL
Venezuela tomó la entidad de un tema geopolítico de primer nivel, y no solo por la importancia propia de la hermana República Bolivariana (que por cierto la tiene y potencialmente mucho más), sino por todos los actores de primer nivel que se involucraron abierta o sutilmente, por otros actores menores de reparto, y por marionetas dóciles que la juegan de cuzquitos que ladran al amparo del mandamás del barrio.
El tema es muy complejo, y para abarcarlo todo, el análisis debería ser muy extenso, y seguramente unos cuantos pormenores están ocultos o no totalmente visibles, para los que no manejamos informaciones reservadas.
Como contexto general, está claro que las dos primeras potencias anglosajonas quieren volver a tener a Íbero América y El Caribe totalmente alineado, como patio trasero de EEUU y como subordinado al poder financiero transnacional con sede en Londres, ambas potencias además con sus respectivos brazos armados amenazantes y listos para intervenir, como última alternativa, si otras acciones previas no surten el efecto de sumisión total, que es el deseado por los anglosajones y sus socios de las Potencias Atlantistas. En forma más abierta las amenazas de EEUU y con la clásica sutileza británica las del viejo imperio.
La geopolítica mundial ha tenido cambios muy acentuados y con mucha rapidez en las últimas tres décadas, y se puede decir que dio un giro copernicano de 360º, volviendo a un contexto casi calcado al de los años ’80 pero con otros encuadres ideológicos.
En efecto, en el bloque “occidental”, hoy devenido en Atlantista, el liberalismo preconizado devino en neoliberalismo globalizante; mientras que las ex potencias comunistas hoy lideres del sector Continentalista,
ejecutan políticas de capitalismo de Estado, lejos de dictados marxistas y más bien afines a versiones de neokeynesianismo.
Ese giro copernicano tuvo varias instancias intermedias muy breves, medidas en términos históricos. De la vieja pugna entre las dos superpotencias, enmarcada en fuertes enfrentamientos ideológicos de comunismo – capitalismo, se pasó efímeramente al mundo unipolar con la caída de la URSS, para tan solo una década después emerger el mundo multipolar en la Era de los Grandes Bloques, en los que sobresalían EEUU, la resurgida Rusia de Putin (luego del desastre neoliberal de Yeltsin), la creciente y aparentemente imparable China, la también firmemente creciente India, y el mosaico ensamblado que es la Unión Europea; eso sin desmerecer otros actores importantes, como Japón, los Estados del Sur y Sudeste Asiático, Irán, Sudáfrica, Brasil, México y otros…y por allí asomaba Argentina, antes del desguace neoliberal actual.
En ese contexto, la UNASUR aspiraba a ser un gran bloque continental, de dimensiones similares a Rusia y con notorias potencialidades si se superaban resistencias y limitaciones, pero hoy parece arrojada al desván de lo desechable, dentro de la ola neoliberal que se instaló en casi toda Sudamérica.
Pero hoy el Mundo Multipolar pasó a ser una nueva versión del Mundo Bipolar existente hasta los años ’90, ahora conformado por dos grandes bloques de poder: las Potencias Atlantistas y las Potencias Continentalistas.
Las Potencias Atlantistas están encabezadas por EEUU, sumándose Canadá, la Unión Europea (con Gran Bretaña, Francia y Alemania como líderes del bloque), y Japón como integrante extrazona de la triada.
Las Potencias Continentalistas, basadas en “la gran isla mundial” que es Asia, y con proyecciones en la península que con relación al extenso continente oriental es la pequeña Europa, son primordialmente China y Rusia, además de India, Pakistán, Irán y la pléyade de países del sur y sudeste asiático, dentro de los que descolla la hoy bipolar Corea.
Si bien el comunismo como sistema económico ha desaparecido, la visible y durísima puja geopolítica entre Atlantistas y Continentalistas, tiene otro componente de primerísima importancia, en lo político – económico. Los Atlantistas tienen como mascarón de proa al neoliberalismo salvaje, que busca disolver los Estados Nacionales, y como conductores reales a los “capo mafia” de los grandes poderes financieros transnacionales. Claro que son un tipo muy particular de neoliberales, pues las “recetas” de Estado ausente las hacen obligatorias para los países que se subordinan a esas grandes potencias, mientras que esas mismas potencias practican un fuerte intervencionismo estatal, siendo hoy EEUU y la UE los ejemplos más paradigmáticos de ese doble discurso.
Las Potencias Continentalistas, claramente aplican planes económicos que pueden definirse como de Capitalismo de Estado, o sea con el Estado Nacional muy activo, promotor y rector de la economía nacional, en un marco que permite la propiedad privada, sujeta a los supremos Intereses Nacionales; o sea muy lejos del “libre mercado” salvaje del neoliberalismo. Eso con la característica que cada nación de este gran bloque geopolítico Continentalista, aplica su propia versión nacional de Capitalismo de Estado, claramente sin apegarse a ejemplos dogmáticos, como sí lo hacen en cambio los países subordinados al neoliberalismo salvaje de los Atlantistas.
Por lo precedente, sobre todo China y Rusia, son dos formidables escollos contra las maniobras de imposición del neoliberalismo y la consecuente globalización salvaje, pues cuidan sus respectivos mercados internos y a la vez apoyan a otros países que se resisten a ser sometidos a aquellos poderes financieros transnacionales y los dictados “democráticos” de los Atlantistas.
Por otra parte, cabe hacer la salvedad que tres de los líderes Atlantistas, EEUU -Gran Bretaña y Francia-, califican por sus accionares desde los pasados años ’90, como las Potencias Neocolonialistas del Siglo XXI, pues volvieron o enfatizaron las políticas de las cañoneras del siglo XIX, hoy remozadas con toda la parafernalia militar de última generación y los múltiples tipos de las guerras híbridas, guerras blandas y otras, como alternativas o prolegómenos a las agresiones de fuerza bruta o de militarismo descarnado.
En ese contexto, deben analizarse las sucesivas agresiones del Bloque Atlantista, contra todos los países que pudieron serles molestos o rebeldes a sus duras imposiciones. El listado desde los años ’90 es muy extenso, citándose los casos de Yugoeslavia, Iraq, Libia, los fraccionados países del Cuerno de África, todo el arco que comprendió la operación mediática – electrónica de la “primavera árabe”, las intervenciones armadas “pacificadoras” de Francia en algunas ex colonias del África Subsahariana, el polvorín a medio estallar de Ucrania, y las sempiternas violencias en Medio Oriente; sin olvidar el intervencionismo desembozado en Afganistán y en Siria, y los amagues de agresiones a Corea Del Norte. Agresiones estas últimas no concretadas por la capacidad nuclear y misilística del pequeño país asiático, con sus espaldas cubiertas por el gigante chino.
Tampoco cabe omitir el escenario del Mar de la China, en el cual las poderosas flotas de EEUU tienen enfrente al creciente poderío bélico de China, que no parece dispuesta a ceder espacios en este, “su” mar interior. En el Mar Negro, la presencia amenazante de EEUU fue puesta a prueba por la avanzada tecnología militar rusa, claramente conducida con visión estratégica.
Los sucesivos “parates” cuando no derrotas semi encubiertas que sufrió el bloque Atlantista en otros lugares del globo, parecen hacerle volver la vista a su patio trasero. De ahí la oleada neoliberal que parece dispuesta a arrasar con toda oposición en Íbero América y El Caribe.
De los seis puntos fuertes de la UNASUR (Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Uruguay y Venezuela), solo quedan dos, y la prolongada guerra híbrida que soporta Venezuela evidencia estar arreciando.
No son solo las enormes reservas de crudo, gas, oro, coltán y seguramente otras materias primas estratégicas…¡es la intención expresa de barrer todo vestigio del incómodo chavismo y sus ideales de independencia total de la Patria Grande!
De allí las desembozadas agresiones múltiples, que implican injerencias en cuestiones internas realizadas con alevosía, aunque se las disfrace de “humanitarias” o de “democráticas”; todo bajo el contexto del bloqueo económico que acentúa los desórdenes internos que seguramente en parte son producto de errores del gobierno que no logró superar el esquema rentístico mono exportador, pero también de esas presiones múltiples y de la caída de los precios del petróleo, las que no son casuales.
Aceptar y fogonear el injerencismo externo, por parte de los Macri, Bolsonaro y otros similares, no solo es aberrante, echando por tierra la consolidada Doctrina Drago y la larga trayectoria argentina opuesta al intervencionismo extranjero, sino que sienta un peligroso precedente para otras posibles agresiones potenciales en La Patagonia, la Triple Frontera de Iguazú, el Amazonas y otras áreas estratégicas, apetecidas por los Atlantistas y las grandes corporaciones transnacionales que operan bajo esa cobertura.
En Argentina causa vergüenza ajena el opinar de sectores apátridas reaccionarios, fogoneadores del “animémonos y vayan”, que contra el pensamiento sanmartiniano bolivariano de respeto mutuo e integración, quieren que nuestras tropas se sumen a una eventual agresión contra el país hermano.
No es casual que EEUU, la UE y sus aliados, apoyen al supuesto presidente destituyente auto juramentado en una plaza, en una maniobra caricaturesca; mientras los medios a su servicio ocultan los muchos países que apoyan la institucionalidad venezolana, su autodeterminación, y condenan las maniobras de descarada injerencia neocolonialista. En tanto parece una amenaza concreta el estallido de violencias generalizadas, bajo un modelo similar al perpetrado contra Siria, u otras variantes de agresiones.
Venezuela debe resolver el caso sin invasiones ni mandamases externos puestos en el papel de falsos salvadores y/ liberadores.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Venezuela tomó la entidad de un tema geopolítico de primer nivel, y no solo por la importancia propia de la hermana República Bolivariana (que por cierto la tiene y potencialmente mucho más), sino por todos los actores de primer nivel que se involucraron abierta o sutilmente, por otros actores menores de reparto, y por marionetas dóciles que la juegan de cuzquitos que ladran al amparo del mandamás del barrio.
El tema es muy complejo, y para abarcarlo todo, el análisis debería ser muy extenso, y seguramente unos cuantos pormenores están ocultos o no totalmente visibles, para los que no manejamos informaciones reservadas.
Como contexto general, está claro que las dos primeras potencias anglosajonas quieren volver a tener a Íbero América y El Caribe totalmente alineado, como patio trasero de EEUU y como subordinado al poder financiero transnacional con sede en Londres, ambas potencias además con sus respectivos brazos armados amenazantes y listos para intervenir, como última alternativa, si otras acciones previas no surten el efecto de sumisión total, que es el deseado por los anglosajones y sus socios de las Potencias Atlantistas. En forma más abierta las amenazas de EEUU y con la clásica sutileza británica las del viejo imperio.
La geopolítica mundial ha tenido cambios muy acentuados y con mucha rapidez en las últimas tres décadas, y se puede decir que dio un giro copernicano de 360º, volviendo a un contexto casi calcado al de los años ’80 pero con otros encuadres ideológicos.
En efecto, en el bloque “occidental”, hoy devenido en Atlantista, el liberalismo preconizado devino en neoliberalismo globalizante; mientras que las ex potencias comunistas hoy lideres del sector Continentalista,
ejecutan políticas de capitalismo de Estado, lejos de dictados marxistas y más bien afines a versiones de neokeynesianismo.
Ese giro copernicano tuvo varias instancias intermedias muy breves, medidas en términos históricos. De la vieja pugna entre las dos superpotencias, enmarcada en fuertes enfrentamientos ideológicos de comunismo – capitalismo, se pasó efímeramente al mundo unipolar con la caída de la URSS, para tan solo una década después emerger el mundo multipolar en la Era de los Grandes Bloques, en los que sobresalían EEUU, la resurgida Rusia de Putin (luego del desastre neoliberal de Yeltsin), la creciente y aparentemente imparable China, la también firmemente creciente India, y el mosaico ensamblado que es la Unión Europea; eso sin desmerecer otros actores importantes, como Japón, los Estados del Sur y Sudeste Asiático, Irán, Sudáfrica, Brasil, México y otros…y por allí asomaba Argentina, antes del desguace neoliberal actual.
En ese contexto, la UNASUR aspiraba a ser un gran bloque continental, de dimensiones similares a Rusia y con notorias potencialidades si se superaban resistencias y limitaciones, pero hoy parece arrojada al desván de lo desechable, dentro de la ola neoliberal que se instaló en casi toda Sudamérica.
Pero hoy el Mundo Multipolar pasó a ser una nueva versión del Mundo Bipolar existente hasta los años ’90, ahora conformado por dos grandes bloques de poder: las Potencias Atlantistas y las Potencias Continentalistas.
Las Potencias Atlantistas están encabezadas por EEUU, sumándose Canadá, la Unión Europea (con Gran Bretaña, Francia y Alemania como líderes del bloque), y Japón como integrante extrazona de la triada.
Las Potencias Continentalistas, basadas en “la gran isla mundial” que es Asia, y con proyecciones en la península que con relación al extenso continente oriental es la pequeña Europa, son primordialmente China y Rusia, además de India, Pakistán, Irán y la pléyade de países del sur y sudeste asiático, dentro de los que descolla la hoy bipolar Corea.
Si bien el comunismo como sistema económico ha desaparecido, la visible y durísima puja geopolítica entre Atlantistas y Continentalistas, tiene otro componente de primerísima importancia, en lo político – económico. Los Atlantistas tienen como mascarón de proa al neoliberalismo salvaje, que busca disolver los Estados Nacionales, y como conductores reales a los “capo mafia” de los grandes poderes financieros transnacionales. Claro que son un tipo muy particular de neoliberales, pues las “recetas” de Estado ausente las hacen obligatorias para los países que se subordinan a esas grandes potencias, mientras que esas mismas potencias practican un fuerte intervencionismo estatal, siendo hoy EEUU y la UE los ejemplos más paradigmáticos de ese doble discurso.
Las Potencias Continentalistas, claramente aplican planes económicos que pueden definirse como de Capitalismo de Estado, o sea con el Estado Nacional muy activo, promotor y rector de la economía nacional, en un marco que permite la propiedad privada, sujeta a los supremos Intereses Nacionales; o sea muy lejos del “libre mercado” salvaje del neoliberalismo. Eso con la característica que cada nación de este gran bloque geopolítico Continentalista, aplica su propia versión nacional de Capitalismo de Estado, claramente sin apegarse a ejemplos dogmáticos, como sí lo hacen en cambio los países subordinados al neoliberalismo salvaje de los Atlantistas.
Por lo precedente, sobre todo China y Rusia, son dos formidables escollos contra las maniobras de imposición del neoliberalismo y la consecuente globalización salvaje, pues cuidan sus respectivos mercados internos y a la vez apoyan a otros países que se resisten a ser sometidos a aquellos poderes financieros transnacionales y los dictados “democráticos” de los Atlantistas.
Por otra parte, cabe hacer la salvedad que tres de los líderes Atlantistas, EEUU -Gran Bretaña y Francia-, califican por sus accionares desde los pasados años ’90, como las Potencias Neocolonialistas del Siglo XXI, pues volvieron o enfatizaron las políticas de las cañoneras del siglo XIX, hoy remozadas con toda la parafernalia militar de última generación y los múltiples tipos de las guerras híbridas, guerras blandas y otras, como alternativas o prolegómenos a las agresiones de fuerza bruta o de militarismo descarnado.
En ese contexto, deben analizarse las sucesivas agresiones del Bloque Atlantista, contra todos los países que pudieron serles molestos o rebeldes a sus duras imposiciones. El listado desde los años ’90 es muy extenso, citándose los casos de Yugoeslavia, Iraq, Libia, los fraccionados países del Cuerno de África, todo el arco que comprendió la operación mediática – electrónica de la “primavera árabe”, las intervenciones armadas “pacificadoras” de Francia en algunas ex colonias del África Subsahariana, el polvorín a medio estallar de Ucrania, y las sempiternas violencias en Medio Oriente; sin olvidar el intervencionismo desembozado en Afganistán y en Siria, y los amagues de agresiones a Corea Del Norte. Agresiones estas últimas no concretadas por la capacidad nuclear y misilística del pequeño país asiático, con sus espaldas cubiertas por el gigante chino.
Tampoco cabe omitir el escenario del Mar de la China, en el cual las poderosas flotas de EEUU tienen enfrente al creciente poderío bélico de China, que no parece dispuesta a ceder espacios en este, “su” mar interior. En el Mar Negro, la presencia amenazante de EEUU fue puesta a prueba por la avanzada tecnología militar rusa, claramente conducida con visión estratégica.
Los sucesivos “parates” cuando no derrotas semi encubiertas que sufrió el bloque Atlantista en otros lugares del globo, parecen hacerle volver la vista a su patio trasero. De ahí la oleada neoliberal que parece dispuesta a arrasar con toda oposición en Íbero América y El Caribe.
De los seis puntos fuertes de la UNASUR (Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Uruguay y Venezuela), solo quedan dos, y la prolongada guerra híbrida que soporta Venezuela evidencia estar arreciando.
No son solo las enormes reservas de crudo, gas, oro, coltán y seguramente otras materias primas estratégicas…¡es la intención expresa de barrer todo vestigio del incómodo chavismo y sus ideales de independencia total de la Patria Grande!
De allí las desembozadas agresiones múltiples, que implican injerencias en cuestiones internas realizadas con alevosía, aunque se las disfrace de “humanitarias” o de “democráticas”; todo bajo el contexto del bloqueo económico que acentúa los desórdenes internos que seguramente en parte son producto de errores del gobierno que no logró superar el esquema rentístico mono exportador, pero también de esas presiones múltiples y de la caída de los precios del petróleo, las que no son casuales.
Aceptar y fogonear el injerencismo externo, por parte de los Macri, Bolsonaro y otros similares, no solo es aberrante, echando por tierra la consolidada Doctrina Drago y la larga trayectoria argentina opuesta al intervencionismo extranjero, sino que sienta un peligroso precedente para otras posibles agresiones potenciales en La Patagonia, la Triple Frontera de Iguazú, el Amazonas y otras áreas estratégicas, apetecidas por los Atlantistas y las grandes corporaciones transnacionales que operan bajo esa cobertura.
En Argentina causa vergüenza ajena el opinar de sectores apátridas reaccionarios, fogoneadores del “animémonos y vayan”, que contra el pensamiento sanmartiniano bolivariano de respeto mutuo e integración, quieren que nuestras tropas se sumen a una eventual agresión contra el país hermano.
No es casual que EEUU, la UE y sus aliados, apoyen al supuesto presidente destituyente auto juramentado en una plaza, en una maniobra caricaturesca; mientras los medios a su servicio ocultan los muchos países que apoyan la institucionalidad venezolana, su autodeterminación, y condenan las maniobras de descarada injerencia neocolonialista. En tanto parece una amenaza concreta el estallido de violencias generalizadas, bajo un modelo similar al perpetrado contra Siria, u otras variantes de agresiones.
Venezuela debe resolver el caso sin invasiones ni mandamases externos puestos en el papel de falsos salvadores y/ liberadores.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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