domingo, 23 de febrero de 2025

 NO ES CUESTIÓN DE PROGRES NI DE FACHOS – LA CLAVE ES SER NACIONALES O CIPAYOS 
  Las palabras tienen fuerza por si mismas, mucho más si intentan definir conceptos claves con precisión. 
  En circunstancias geopolíticas de profundos cambios en las ecuaciones de poder, a nivel planetario, como las actuales, las precisiones conceptuales son parte esencial de la enorme batalla cultural que se libra día a día, sobre todo en un entorno complejo como el de Argentina. 
  Definiciones imprecisas, o peor aún, fuertemente distorsionadas, conducen a erróneas interpretaciones de la compleja realidad, lo cual lleva a una muy confusa Torre de Babel, en la cual muchos improvisados opinadores y analistas de escasas fundamentaciones, con interpretaciones conceptuales poco precisas o incluso falaces, solo terminan abonando mayores confusiones, en cuyo contexto el siempre activo y sinuoso accionar del establishment antinacional distrae con temas anecdóticos para tapar realidades esenciales de gruesas consecuencias, agravando con ello la confusión y la ignorancia generalizadas. 
  Una de las obras maestras en el espectro de las profundas confusiones conceptuales, es el recurrente caso de ciertas progresías, que supuestamente declaman y accionan en contra del “imperialismo” (o conceptos similares), pero que de hecho, en sus extremas simplificaciones y carencias de las debidas fundamentaciones conceptuales, recurren al facilismo de tildar de “fachos” a todos los que -en sus cerradas interpretaciones- suponen no coincidentes con sus planteos políticos e ideológicos; con lo cual terminan siendo funcionales a los poderes transnacionales y sus subordinados locales, que accionan en contra de los Intereses Nacionales. 
  El término “facho” es una derivación simplificada del concepto de fascista, el cual remite a la Italia de Mussolini. Solo para precisar conceptos, debe considerarse que el fascismo fue una ideología que básicamente era la expresión del nacionalismo italiano de entreguerras, sin soslayar que su exacerbación llevó a su país a la tragedia mayúscula que fue la Segunda Guerra Mundial. 
  Por ese motivo, históricamente fundamentado, es una incoherencia total llamar “fachos” a operadores o ideólogos del liberalismo económico o de doctrinas derivadas (neoliberales y libertarios), puesto que estos son declarados enemigos de todo tipo de nacionalismo. Lo mismo es erróneo tildar de “fachos” a oligarcas u otros sectores socio económicos abiertamente contrarios a ideas de sano nacionalismo. 
  Con ese grosero error, las progresías de muy pobres conocimientos, demuestran no saber ni darse cuenta que todos los gobiernos de lamentables orientaciones antinacionales que hemos padecido, pusieron en ejecución programas socio económicos de recurrentes orientaciones liberales. O sea que la antipatria fue y es crudamente liberal en la Historia Argentina. 
  El liberalismo y sus derivaciones son las doctrinas antinacionales por definición, refrendado eso con sus desastrosos resultados. 
  Esas progresías, en muchos casos se autodefinen “de izquierdas”, y caen en la extrema simplificación de dividir excluyentemente la política entre “izquierdas y derechas”, omitiendo la concreta realidad de otras posturas, que existen, pero por cerrazón mental y/o dogmatismo concentrado no tienen cabida en sus sesgados razonamientos. 
   Esas mismas progresías, que se autodefinen como “anti sistema” (o aunque no lo digan, asumen posturas en tal sentido), en los hechos son fieles repetidoras de conceptos y esquemas europeizantes, con más precisión, de la vieja Europa Occidental, con tintes socialdemócratas y/o de “izquierdas” europeas, las que de hecho son funcionales al accionar geopolítico de la Unión Europea y su aliado “extra zona” el Reino Unido, el cual es el nodo que complementa (o se subordina, de hecho), al nodo central de América Del Norte, conformando el Bloque Atlantista. 
   O sea que las progresías, básicamente siguen las pautas “del sistema” del cual dicen estar en contra, las que son transmitidas localmente por el denso aparataje cultural, conformado por ONGs, fundaciones, medios de comunicaciones y otras herramientas de difusión, incluyendo a intelectuales diversos del viejo continente. Son las mismas progresías que se suman a la ecolatría, la cual, bajo falaces pautas de exacerbado conservacionismo, terminan apoyando al subdesarrollo crónico. 
   Son quienes repiten pautas históricas falaces o distorsionadas, como las que montó el ultra indigenismo para denostar la memoria de Julio Argentino Roca, a quien debemos que La Patagonia, el Gran Chaco, y Misiones, no se hayan perdido bajo la inacción y desprecio por la soberanía, que caracteriza a los rivadavianos y sus continuadores históricos, los liberales, neoliberales y libertarios. Son los que imponen agendas “progresistas” dictadas desde el nodo de poder del Atlantismo, aunque esas agendas sean contrarias a nuestra idiosincrasia y nuestras necesidades nacionales. Esas progresías que se asumen como “de izquierdas”, parecen no entender que además de “izquierdas y derechas”, existen otras posturas e ideologías, que se diferencian de aquellas, pues abrevan en ese amplio sector que el gran luchador de la cultura nacional Arturo Jauretche definió como el del Pensamiento Nacional, para diferenciarse claramente de confusos y/o malintencionados, que recurrentemente pretenden agregar una zeta donde no tiene cabida, pues el sano nacionalismo no admite racismos ni discriminación alguna de la población. 
   Y resulta evidente que las usualmente escasas lecturas de muchos de las progresías, no les alcanzaron para conocer el pensamiento muy bien fundamentado, del notable polemista, disertante e historiador Jorge Abelardo “El Colorado” Ramos, quien incluso lideró un partido político, el Frente de Izquierda Popular, el cual sin renegar de su base izquierdista (o con perfil social), apoyó claramente al peronismo como doctrina política encarnada en Lo Nacional. 
   Ramos alertó acerca de las posturas “cipayas de izquierdas” de quienes en nombre del “socialismo” o de “la izquierda” en los hechos han sido tan antinacionales como lo son recalcitrantes sectores de la oligarquía o similares, además de lo cual se diferenció tajantemente de los grupos armados de las guerrillas, a las que nunca apoyó.
  También Ramos fue quien afirmó, tajantemente, que “sin un Roca no hubiera existido un Perón”, eso respecto a la modernización y apertura implementada en los Institutos de Formación Militar, que se abrieron a amplios sectores sociales; mérito en buena parte del patriotismo del General Riccheri, respaldado por J. A. Roca. 
  Salvo excepciones, las progresías ignoran por completo que la imagen del “gran educador” que el academicismo histórico mitrista atribuye a Sarmiento, es una gruesa falsedad, pues la alfabetización masiva de nuestra población fue mérito principal del Ministro de Instrucción Pública de J. A. Roca, Osvaldo Magnasco. 
   También las progresías de escasas formaciones, demuestran desconocer que la feroz campaña contra Roca, parece tener un tufillo mitrista, pues Don Bartolo fue el eterno perdedor al enfrentarse a J. A. Roca, tanto en el campo político como en el castrense. Tampoco parecen analizar que, así como Mitre es un referente mayor del liberalismo (doctrina antinacional por definición), Roca aplicó fuertes principios de Estado Nacional muy activo, sentando las bases del Desarrollo Nacional. O sea que Roca, en muchas de sus acciones, practicó un claro nacionalismo de hecho. Pero las confusiones conceptuales no son patrimonio exclusivo de “las izquierdas”.
   Muchos, extremadamente dogmáticos y por lo general poco instruidos, que se asumen como “de derecha”, y manifiestan profundo rechazo a todo lo que suponen “izquierdas”, muy frecuentemente (por ignorancia supina y por cerrados dogmatismos), tildan de “zurdos” a todos los que discrepan con sus planteos, los que por lo general adolecen de burdas torpezas conceptuales. 
   En sus cerradas conceptualizaciones, solo “pueden existir” los de “la derecha” (ellos y sus adláteres), y todos los demás, quienes -supuestamente sin duda alguna- “tienen” que ser necesariamente “zurdos”, calificativo que, para esas cerradas mentes, tiene ribetes muy negativos. 
   Con los antecedentes de violencias que hubo en nuestro país, sumamente negativas todas ellas, y muy funcionales a intereses antinacionales, que las fogonearon, los opinantes “de derechas”, tienden con mucha facilidad a asumir que todos los que suponen “zurdos” son o han sido partidarios de las violencias de las guerrillas, siendo frecuente que se exalten y utilicen un vocabulario ordinario y muy soez, además de estar cargado de gruesos errores ortográficos y de redacción, mostrando sus escasas formaciones. 
   La cerrazón mental en grados muy exacerbados, es claramente la que como pensamiento dominante predomina excluyentemente en las formaciones de los uniformados de Argentina, pudiendo definirse su implementación a partir de la revolución fusiladora (1955), acentuándose con los siguientes golpes de Estado del siglo XX, en particular 1962 y 1976. Ese nefasto sesgo se acentúa, en el contexto de ignorancia casi total respecto a asignaturas claves para conformar una sólida formación, como lo son Geopolítica, Historia y Economía. Con ese combo de prejuicios e ignorancias, se instala el pseudo patriotismo, que se agota en la exaltación del himno y la bandera, y de hecho desprecia al propio pueblo (al cual más de un uniformado se jacta de reprimir con sadismo y violencia), y desprecia totalmente, o ignora las importancias estratégicas de poseer industria y tecnología nacional. 
  A esa muy errada postura, llamamos patrioterismo de bandera, y por su parte el anciano patriota, ex preso político del infame “proceso”, el abogado e historiador Julio Carlos González, llama “patriotismo cromático y musical”. 
   Vayan mis respetos al citado patriota, preso sin causa alguna, por el “severo delito” de haber sido destacado funcionario de Perón y de su sucesora. 
   Hay otros tipos de confusos en grados superlativos, los que apenas serán citados, en mérito a la brevedad. 
- Sectores de la hoy ex clase media, que gozaron de cierta prosperidad con las políticas de “Estado presente y activo”, y que hoy en muchos casos desbarrancan debido a las destructivas acciones del “libertarismo”; pero el odio que les inocularon los medios concentrados no les deja razonar. Suelen tener la profundidad y “claridad” conceptual, equivalentes a un charquito de barro. 
- Profesionales que lo son, en buena medida gracias a la gratuidad universitaria y otras políticas activas para apoyar al estudiantado, pero se niegan a reconocerlo y apoyan a los que buscan destruir las Universidades Nacionales, públicas y gratuitas. 
- Sectores jóvenes, carecientes de conocimientos esenciales y de la necesaria capacidad de razonamiento crítico, que en buena medida son consecuencia del vaciamiento de contenidos en las escuelas, a partir de la muy negativa reforma educativa implementada por Alfonsín, profundizada por Menem y De La Rúa, en cuyos marcos se “formaron” muchos docentes con escaso o nulo sentido de Lo Nacional, y con muy pobres conocimientos. 
- Pequeños y medianos empresarios, que fundaron y/o hicieron crecer a sus empresas en el marco del Estado activo del período 2003-2015; pero irreflexiva y tozudamente, apoyan a políticas económicas que los afectan, y no toman conciencia del enorme daño en perpetración a nuestro país. 
   El tema no se agota. 
                         MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
                 Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

domingo, 16 de febrero de 2025

 GRUESOS E INACEPTABLES ERRORES EN LOS ENFOQUES DEL GENERAL 
  Es bien sabido que desde hace siete décadas, se inculcan groseros enfoques distorsionados o directamente falsos, como si fueran verdades absolutas, en los institutos de formación de militares y fuerzas de seguridad de Argentina; a la vez que se notan gruesas falencias formativas, en temas básicos como Geopolítica, Historia y Economía, suponiendo reemplazar esas falencias con burdos prejuicios; todo lo cual forma un combo muy negativo, el cual solo abona a perpetuar nuestro subdesarrollo y a la aplicación meramente declamativa del elemental concepto de soberanía. 
  Peor aún, el concepto básico de Soberanía Nacional, fue reemplazado por la aceptación lisa y llana de la prioridad absoluta de “defensa del sistema” por sobre los Intereses Nacionales Argentinos, con lo cual no pocos uniformados expresan subordinación total, al “gran baluarte de occidente” (léase EEUU y la UE)…¡y algunos fervorosos opinantes lo dicen públicamente! 
  Una de las tantas falsedades institucionalizadas como pretendidas “verdades absolutas e indiscutibles”, es la afirmación de la supuesta “grandeza nacional de la Argentina del Centenario”, concepto que involucra la exaltación de la llamada generación del ’80 (del siglo XIX). Y con ello, el endiosamiento del liberalismo económico, el mismo que tantos daños nos hizo. 
  Esa muy gruesa falsedad histórica y económica, es muy aplaudida por sectores político – económicos ultra conservadores (o más bien directamente reaccionarios), como la Sociedad Rural Argentina (SRA), cuya miope visión de supuesta grandeza se agota en la promoción a ultranza de la economía agro ganadera; y su visión global apenas excede los límites de sus estancias y entes vinculados. Ese sector patronal, añora las legislaciones laborales vigentes antes del peronismo, las que institucionalizaban el poder omnímodo de la patronal y la sumisión casi feudal de la peonada y los asalariados en general. 
  Si bien no siempre lo dicen abiertamente, es sabido que la oligarquía mega terrateniente de la Pampa Húmeda, nucleada en la SRA, en los hechos se opone a todo desarrollo industrial y a casi todo el desarrollo tecnológico nacional, con escasas excepciones respecto a tecnologías de directas aplicaciones en agricultura y ganadería.     Entre muchos hechos probatorios de esas afirmaciones, cabe recordar que en pleno proceso de industrialización del desarrollismo, la SRA invitó a disertar a Felipe de Edimburgo (príncipe consorte de la por entonces reina Isabel II), quien se tomó el atrevimiento de recomendar a Argentina no dilapidar esfuerzos en la industria, para priorizar excluyentemente a “lo que sabemos hacer con mayor eficiencia” (conceptual, no textual)…o sea encerrarnos en la economía primaria, lo opuesto a lo hecho por el Reino Unido y todas las naciones que se volcaron al desarrollo. 
 Aberrantes ideas, muy aplaudidas por la oligarquía campera de la SRA.  
  También deben recordarse los aplausos en la SRA al usurpador Videla, el que respaldó el desguace industrial y la sumisión al apátrida neoliberalismo, que Martínez De Hoz perpetró a la sombra de las bayonetas proceseras, que anularon toda posible oposición a tan negativas acciones. 
  Algunos años después, Alfonsín fue abucheado en el mismo ámbito, marcando esos contrastes la postura socio política de la oligarquía campera. ¡Y esos enfoques retrógrados y anacrónicos, se inculcan a los uniformados como la supuesta base necesaria para la declamada grandeza nacional! 
   Tampoco se enseña a los uniformados que la defensa de la industria y la tecnología nacional, son esenciales para la soberanía, y como bases imprescindibles para el Desarrollo Nacional. 
  El desprecio a esos sectores claves, resulta patético en las opiniones de muchos que incoherentemente con esas posturas se dicen “muy patriotas”. 
   En ese contexto de prédicas antinacionales y gruesas confusiones conceptuales, que excluyentemente se inculca en diversos ámbitos, es interesante analizar las opiniones de un General, en las antípodas del más elemental Pensamiento Nacional, el cual fue antes de 1955 muy relevante en las FFAA y FFSS. 
   Constantes prédicas erróneas, en claros perjuicios contrarios al Interés Nacional de Argentina, evidencian ser las opiniones de un General, puesto a un rol de intelectual, para lo cual pese a su currículo académico no evidencia conocimientos ni amplitud de criterio que para eso son necesarios. 
   En su momento, en un tono supuestamente inapelable, expresó en un reportaje en TV, que -palabras más o menos- Chile nos estaba aventajando, por tener firmado un tratado de libre comercio con la Unión Europea. 
   Claramente, el General en rol de supuesto intelectual, con esa peregrina idea demostró suponer las supuestas “grandes ventajas” del liberalismo económico, doctrina que predican, pero se cuidan muy bien de practicar, las grandes potencias económicas, y las que van camino a serlo. Desconoce que el liberalismo económico más que ideología o doctrina, es un método contundente de dominación, a favor de las naciones y bloques supranacionales desarrollados, en perjuicio de los subdesarrollados. 
   Los tratados de “libre comercio” entre economías de muy dispares grados de desarrollo, pasan a ser actas de defunción de la industria y el desarrollo tecnológico propio, de las naciones menos desarrolladas incluidas en esos acuerdos económicos que para casos como el nuestro implican aceptar el subdesarrollo crónico. Nada de esto parece importar al General opinante. 
   En otra de sus muy discutibles opiniones públicas, se refirió negativa y peyorativamente a los gobiernos nacionales posteriores a 1983. Eso, además de la incoherencia de “poner en la misma bolsa” a distintos gobiernos, con sus diferentes enfoques y acciones desarrolladas, implica -indirecta pero claramente- un implícito respaldo al gobierno cívico militar usurpador del Poder Público, más conocido como “el proceso”, el cual fue precisamente uno de los más nefastos períodos de la Historia Argentina. 
   Fue el muy negativo “proceso” el gobierno que nos subordinó al apátrida neoliberalismo, acentuando la desindustrialización que ya había sido comenzada por la también nefasta “revolución fusiladora”.  
  Ese “proceso” fue el que multiplicó por once nuestra deuda externa, dilapidando esos cuantiosos fondos en los desmanejos presupuestarios del tecnócrata Martínez De Hoz y sus sucesores. Fue el que endeudó a las Empresas y Entes del Estado, para hacerlas parecer ineficientes, y de ese modo “preparar el terreno” para presentarlas como negativas, paso previo a sus extranjerizaciones a precios viles, o a sus desguaces totales. 
  Las importancias estratégicas de esas empresas y entes estatales, no evidencian ser consideradas por el General opinante. 
   Fue el “proceso” el que asesinó al Mayor Bernardo Alberte (primera víctima de ese infame período), por el “grave hecho” de dirigir una valiente carta a Videla, advirtiéndole de las previsibles consecuencias del golpe de Estado, el cual algunas semanas antes era un secreto a voces que se perpetraría. También en “el proceso” hicieron “desaparecer” (léase asesinar), al gremialista Oscar Smith, por oponerse al desguace y privatización de SEGBA, y el listado sigue, pero esas aberraciones y otras no parecen molestar al General.
  ¡Y el General opinante, indirecta pero claramente, alabó al “proceso”! ¿Acaso puede alegar desconocimiento de tantas aberraciones, alguien con tantos estudios y tantas fuentes de información a su disposición? Recientes opiniones, vertidas por el General en un extenso reportaje que le hizo un tal Ricardo Julio Bava, en un sistema electrónico de difusión, muestran la acentuación del mismo perfil, de las opiniones “milicamente correctas” que lamentablemente priman entre los uniformados argentinos. 
  Esa cerrada y nada reflexiva estructuración ideológica que desde hace siete décadas es el único enfoque vigente, es llamado “el partido militar”, y su estructuración es coincidente con el cambio del paradigma básico del sector militar, que antes se caracterizó por el sincero patriotismo. 
   Desde los años ’60 del siglo XX, sin mucho protocolo, se cambió la declamada esencia del pensamiento liminar militar argentino, pasándose de la Defensa de la Patria, a priorizar la defensa del sistema, esto último con una clara subordinación a las potencias del llamado “mundo libre, occidental y cristiano” (que no es ni libre, ni occidental ni menos cristiano), hoy devenido geopolíticamente en el Bloque Atlantista, el cual no busca incorporar pares, sino dóciles subordinados a las Potencias Anglosajonas y sus aliados cercanos, cuyo brazo armado es la OTAN, que el General opinante menciona como NATO, o sea su sigla en inglés…lo que evidenciaría el severo grado de subordinación cultural. 
   Una contundente frase del genial historiador revisionista, abogado, docente universitario y diplomático José María Rosa, publicada al fallecer en 1983 el General Juan Enrique Gugliamelli, definió el cuadro de situación de los uniformados. Dijo, lapidariamente, “ha muerto el último General de la Patria, ahora solo quedan Generales de empresa”. Salvo pocas y honrosas excepciones, puede decirse que la situación era esa, y se agravó. 
   Además de las acentuadas carencias en Geopolítica, Historia y Economía, es evidente que el grueso de los uniformados sigue encerrado en dogmatismos vigentes medio siglo atrás, que ya entonces eran sesgados y errados, hoy además son anacrónicos. Solo les inculcan odio visceral e irracional al peronismo y todo lo Nacional y Popular; además de lo cual siguen creyendo ver “zurdos, comunistas y subversivos” hasta en la sopa. Pero en cambio no ven ni les preocupan, muchos vergonzosos actos de arrastrada sumisión, de la dirigencia subordinada al neoliberalismo y al libertarismo, ante los imperativos dictados de las Potencias Atlantistas, implicando ello el pisoteo alevoso de nuestra soberanía y la aceptación pasiva y gustosa, del desguace económico y social de nuestro país. 
   El General exalta la concurrencia de Milei al acto de asunción presidencial de Trump, como algo “muy positivo”, omitiendo el accionar sumiso y arrastrado de nuestro presidente, claramente deseoso de alguna notoriedad internacional, al como sea. Muy distinto a otros mandatarios, como Lula y Sheinbaum, que mostraron dignidad acorde a sus roles presidenciales no sumisos a poderes extranjeros. 
   Como es dogmáticamente habitual entre los adherentes al “partido militar”, el General ataca al gobierno peronista de 2003 al 2015, sin aportar elementos concretos de esa descalificación. Va un resumen del accionar de esos doce años, lo que evidencia molestar a la retrógrada oligarquía y a los uniformados adherentes al partido militar, de mentalidad procesera. 
- Cancelación de la deuda con el FMI (lo que implicó ejercer soberanía). 
- Aumento sustancial del poder adquisitivo de los salarios. 
- Disminución de la población desocupada. 
- Decisión política para terminar dos obras energéticas estratégicas, como la hidroeléctrica binacional Yacyretá (con las muy importantes infraestructuras para evitar efectos adversos y apuntalar el desarrollo de las zonas costeras vinculadas), y la Central Nuclear Atucha 2. 
- Interconexión de Alta Tensión de todas las provincias continentales. - Amplio plan de construcciones de autovías y de rutas pavimentadas. - Más de 1.800 edificios escolares nuevos. Además de mejoras y ampliaciones en otras escuelas. 
- Creación de 16 nuevas Universidades Nacionales y amplio plan de obras en las Universidades preexistentes. 
- Construcciones de nuevos hospitales, varios de ellos de alta complejidad. 
- Reestatizaciones de YPF (51 %), y de Aerolíneas Argentinas. 
- Fuerte impulso a la producción de hidrocarburos en Vaca Muerta y otros grandes yacimientos. 
- Gran impulso al Desarrollo Nuclear, con incrementos presupuestarios del orden de 1.100 %. 
- Creación y fuerte impulso al Plan Satelital, de enorme importancia estratégica. 
- Impulso fuerte al desarrollo industrial y a los entes tecnológicos. 
- Repatriación de más de 1.000 científicos. 
- El listado sigue. 
   Acciones como estas, siempre molestaron a la egoísta y retrógrada oligarquía, y son despreciadas por el muy apátrida “partido militar”, cargado de prejuicios antiperonistas y anti populares. 
   Demostrando la hilacha dogmáticamente antinacional (pese a que se dicen formalmente “muy patriotas”), los uniformados subordinados al “partido militar” -y coincidente con ellos el General opinante-, apoyaron al macrismo y después al libertarismo. 
   Pretender que razonen que el neoliberalismo y el libertarismo, son doctrinas claramente antinacionales, puede parecer mucho dadas las carencias formativas del “partido militar”. 
   Pero tampoco parecen importarles al General opinante y al “partido militar” el frondoso “curriculum” procesal de Macri (de cuyas causas “zafó” por proscripción, aparentemente sin demostrar inocencia en ninguna).  
  No les importó la abultada falta de pago de los cánones del Correo Argentino (de lo que intentó auto condonarse), y otros hechos similares con un cambio de manos de un parque eólico, de las concesiones viales, como tampoco el brutal endeudamiento perpetrado en complicidad con el FMI, que se gastó todo para pagar las gigantescas fugas de divisas, consecuencias de la previa timba financiera; eso bajo el accionar de Sturzenegger y “Toto” Caputo; hoy reciclados ambos en acciones similares en perpetración en el actual gobierno libertario. 
   Tampoco parecen importar al “partido militar” y al extrovertido General opinante, el brutal crecimiento de la deuda externa -del orden de cien mil millones de dólares- gastada esa descomunal suma en el primer año de gestión de Milei y sus secuaces políticos; menos aun las acciones de genocidio económico por falta de medicamentos y por empujar a la miseria a muchos argentinos, nuevos desocupados, o jubilados de magros ingresos, o trabajadores que perciben salarios de miseria. 
  Libertarios y sus cómplices, “miran para otro lado”, ante el desguace industrial, mientras paralizan el desarrollo nuclear y atacan a otros entes tecnológicos, entre ellos las Universidades Nacionales y el CONICET. 
   Similar nulo accionar nacional (que no molesta al General opinante ni a los milicos de mentes proceseras), ante los incendios forestales en la Patagonia y en Corrientes.  
   Milei dijo, claramente, que busca destruir al Estado desde adentro. Ni el “partido militar” y otros sectores ultra conservadores, ni el General opinante Heriberto Auel, evidenciaron tomar conciencia de la extrema gravedad de ese accionar, pues sin Estado no hay Nación, y sin Nación no hay Patria. 
   Ahora tomó estado público, el deplorable accionar del dudosamente equilibrado presidente, promocionando la gigantesca estafa financiera, recientemente perpetrada. Eso con la escasa repercusión en los medios concentrados, y hasta ahora, con otros estruendosos silencios cómplices. 
   Claramente, libertarios y sus secuaces, buscan de mínima, llevarnos a la hoy inviable Argentina feudal del siglo XIX; y de máxima, perpetrar el desguace y disolución nacional, con el “formato” aplicado en Yugoeslavia, o similar. 
   Muchos ni se dan cuenta, entre ellos los que se dicen “muy patriotas” pero operan como cipayos asumidos. 
 MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
 Analista de Temas Económicos y Geopolíticos 

domingo, 9 de febrero de 2025

 INDUSTRICIDIO Y TECNOLOGICIDIO SON ACCCIONES DE TRAICIÓN A LA PATRIA 
  Claramente los cierres masivos de industrias, que se dan dolorosamente día a día; y los achicamientos forzosos, cuando no los cierres de entes nacionales dedicados a la investigación científica y la creación de tecnologías, son objetivos buscados por el muy negativo conjunto de medidas que en rápida sucesión se están perpetrando, e incluso son visibles el desdén cuando no la perversidad con la que son tratados por el gobierno ultra conservador actual y sus secuaces, que evidencian disfrutar ante el contexto de caos y miseria creciente y generalizada que implementan. 
  Cabe calificar como viles acciones de traición a la patria, a todo el accionar del actual gobierno nacional, y de los gobiernos provinciales que lo apoyan, pues con manifiesta intencionalidad y con alevosía, están destruyendo rápida y brutalmente la economía nacional, empujándonos a la totalmente perimida e inviable economía centrada únicamente en la producción de materias primas, como lo éramos alrededor del 1900. 
  No solo se ataca a las industrias y a los entes tecnológicos, mediante sucesivas acciones negativas que buscan las desapariciones forzosas de esos sectores de la economía argentina, sino que también están provocando el caos generalizado, con el perverso desinterés que libertarios y sus cómplices, se desentienden por completo de los múltiples focos de incendios que arrasan a La Patagonia, incendios que destruyen valiosos bosques e incluso amenazan a poblaciones; todo eso y otras acciones negativas se dan, mientras el presidente sigue viajando al exterior, en acciones que parecen agotarse en el “auto bombo”, mientras brillan por su ausencia los inexistentes frutos positivos de tantos viajes…para los cuales “sí hay plata”, mientras que supuestamente no hay fondos para paliar el hambre masivo y creciente, la desatención con aristas de perversión con la que se niegan fondos para la Salud Pública, la Educación Pública, e incluso para las necesarias obras públicas y las tareas imprescindibles de mantenimiento de las infraestructuras viales (caminos y autovías), eléctrica, sanitarias, educativas, etc. 
  Debe enfatizarse el concepto de viles acciones de traición a la patria, pues desguazar intencionalmente a sectores estratégicos y de vitales importancias, como las industrias y los entes tecnológicos, significan destruir partes muy importantes de la Economía Nacional, achicándonos no solo en lo cuantitativo, sino también en lo cualitativo. 
  Ese brutal achicamiento de la Economía Argentina, nos empuja a la vez, al riesgo mucho mayor de provocar la disolución nacional, como ya sucedió con otros Estados Nacionales que fueron desguazados (como Yugoeslavia) o brutalmente involucionados al lastimoso concepto de Estados inviables, tal como los Poderes Transnacionales que promueven la globalización salvaje lograron perpetrar en varios países de Asia y África, y buscan hacerlo en “puntos débiles” de Íbero América. 
  De lo precedente, es de recordar que varias destacadas figuras del “Think Tank” de EEUU, como Zbigniew Brzezinski y otros, promovieron el desguace de Rusia en al menos cuatro naciones diferentes, plan que mediante el caos general evidenció estar en perpetración a fines del siglo XX, lo cual fue superado y anulado por el decidido accionar estatal de la Era de Putin, actualmente vigente.
  Entre la interminable catarata de mentiras y tergiversaciones groseras, que con verborrágicas expresiones dice el gobierno libertario/neoliberal, el presidente afirmó la supuesta “grandeza” de Argentina, entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX; falsedad absoluta que no corrigió e incluso acentuó, al afirmar que “fuimos la primera potencia económica mundial”. 
  En realidad, éramos una semicolonia subordinada al Reino Unido, un país de economía elemental, carente casi por completo de industrias y de entes creadores de tecnologías, con una pésima distribución de la riqueza, la cual se concentraba en las pocas familias de la alta oligarquía terrateniente y algunos sectores vinculados a ese excluyente grupo socio económico, mientras que la inmensa mayoría de la población apenas subsistía en la pobreza, y muchos en la miseria más acentuada, sectores estos últimos que fueron definidos con vocablos con tintes despectivos, como “crotos”, “atorrantes” y similares, todos ellos subsistiendo en contextos de dolorosa miseria y exclusión. 
   Otra consecuencia de esa miseria generalizada, acentuada luego en la “década infame” (1930-1943) fue la proliferación de conventillos, edificios en los que se hacinaban tantas familias como cuartos había en cada casa, pues cada familia sobrevivía en un solo cuarto. Eso mientras la oligarquía hacía construir grandes y ostentosos palacetes, preferentemente a la vera de las grandes avenidas porteñas; palacetes que se construían con todos los materiales importados de Europa, y en muchos casos con mano de obra y arquitectos traídos expresamente del Viejo Continente.  
  Esa falsedad ideológica y fáctica, de la supuesta “grandeza” de aquella Argentina oligárquica y socialmente excluyente, se sigue inculcando como supuesta “gran verdad” en los Institutos Militares, con acentuada distorsión histórica y económica, según lo indican muchos testimonios e incluso opiniones directas de algunos oficiales de altos grados. 
  O sea que los formatean, acorde a los dictados ideológicos afines a la retrógrada y clasista oligarquía tradicional. No por casualidad, desde hace décadas, evidencian enseñar poco o nada de Geopolítica, Historia y Economía a los uniformados de Argentina, con lo cual más que Fuerzas de Defensa Nacional, parecerían operar como fuerzas de ocupación al servicio antinacional; lo cual evidencia constatarse con los apoyos masivos de ese sector, a gobiernos y personajes influyentes que abiertamente se burlan de todo Principio de Soberanía Nacional y operan en contra de los Intereses Nacionales, como los muy antinacionales neoliberales y muy destructores libertarios. 
  Esas gruesas confusiones y carencias de formación, se evidencian en las opiniones vertidas en las redes sociales, en reportajes a altos oficiales (dos de ellos recientes), y en otras exteriorizaciones que muestran que el sano Patriotismo fue en muchos casos suplantado por el hueco patrioterismo de bandera, el cual se agota en el himno y la bandera, y desconoce el patriotismo concreto en defensa de la propia población y en sectores claves de nuestra economía, como la industria y los entes tecnológicos (incluyendo en estos a las Universidades Nacionales). 
  El sector industrial, más aún el de altas tecnologías, y los entes que crean y/o apoyan y estimulan las creaciones y avances tecnológicos, son los sectores de la economía que tienen los mayores efectos multiplicadores positivos, por lo que son reconocidos a nivel mundial como los principales factores inductivos al desarrollo socio económico. Eso junto a la instrucción pública, en sus diferentes niveles. 
  Todos los países desarrollados del mundo, así como las Potencias Emergentes, fomentan, protegen y valorizan sus desarrollos industriales; como también estimulan fuertemente sus propios desarrollos tecnológicos, y cuidan y protegen a sus propias poblaciones, enfatizando invertir en salud y educación públicas. Y todo lo precedentemente sintetizado, se verifica independientemente del supuesto “cartelito ideológico” que se les pueda intentar asignar a cada país. 
  No se trata de cerrados dogmatismos de pretendidas clasificaciones entre “derechas e izquierdas”, en cuyos muchas veces obtusos razonamientos, omiten por completo la existencia del Pensamiento Nacional, con las vertientes que al respecto son propias de cada país.    El economista surcoreano Ha Joon Chang, desde su accionar investigativo y docente en Oxford, describió con contundente simplicidad, el engañoso accionar de las potencias económicas, que con sus prédicas liberales y similares (léase neoliberales, libertarios y similares) intentan confundir a los subdesarrollados. Esas potencias económicas predican liberalismo con Estados ausentes, pero practican fuertes proteccionismos, con Estados Nacionales fuertemente activos. 
   Forzar a la involución forzosa, primarizando la economía y marginando intencional y alevosamente a nuestra población, son actos de alevosa traición a la patria. 
   Mucho peor, con fuertes dosis de cinismo y de sadismo, con odios muy mal digeridos a nuestra patria y a nuestro pueblo, son las acciones intencionales de destrucción general social y económica, todo ello tal como lo venimos padeciendo en forma muy acentuada en el actual contexto político. 
   Claro está que los medios concentrados y otros opinólogos al tanto por cuanto, día a día desvían la atención de esa cruda y nefasta realidad, instalando temas banales, dando grandes espacios a temas policiales, a enredos farandulescos, y otras nimiedades de poco o ningún sentido. Además, instalan sutilmente el sentimiento de resignación, además de echar falsamente las culpas a todo lo Nacional y popular, en esto fomentando el odio irracional, como motivación principal para que no se echen las gruesas culpas sobre los reales perpetradores del caos general que se agrava a diario. MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

domingo, 2 de febrero de 2025

 EL VIRREYNATO GENOCIDA ECONÓMICO DEL PLATA 
 El concepto de genocidio económico, tiene dos vertientes, ambas aplicables al intencionalmente desastroso gobierno de libertarios y sus asociados / subordinados, corresponsables de tanta destrucción socio económica e institucional, que estamos padeciendo en Argentina. 
 Una vertiente es el genocidio económico, en su peor versión atacando al ser humano, es lo que están perpetrando los libertarios, sus cómplices y secuaces políticos, en los diversos ataques, con toda intención y alevosía, contra los compatriotas pobres, los nuevos empobrecidos (como consecuencia directa de la destrucción económica que arrasa fuentes laborales y lleva a niveles de miseria a salarios y jubilaciones), los jubilados que perciben montos ridículos que los condenan al hambre y/o la enfermedad (por los altos precios de los medicamentos y alimentos, y los casi impagables servicios esenciales), y los enfermos terminales, a los que se les niegan las costosas medicaciones, que el Estado facilitaba en anteriores gobiernos, lo cual ya fue causa directa de numerosas muertes, según trascendió pero con pocas repercusiones. 
 Para peor, hay acciones de clara perversidad cargada de aporofobia, destacándose entre ellas la negativa a repartir en los muchos comedores y merenderos comunitarios, las toneladas de alimentos, que estaban guardadas en depósitos, adquiridas por el gobierno anterior, y que hasta hoy según todos los indicios, siguen sin distribuirse, obcecadamente, pese a las órdenes judiciales de proceder a su debida distribución para aliviar el hambre de los pobres, muchos de ellos nuevos pobres empujados a esa triste realidad, por el gobierno de libertarios y sus cómplices políticos. 
 Instigar al genocidio económico es decir que los pobres pueden elegir entre un magro salario o morirse de hambre (conceptualmente dicho -con toda alevosía- por el presidente, en uno de sus frecuentes raptos de verborragia). Frase por cierto nada inocente, de una marcada crueldad, propia de mentes perversas que gozan con el sufrimiento ajeno, en las antípodas del rol humanista e inclusivo que debe guiar a todo líder que ama a su pueblo. 
 Claro que, así como el presidente y su entorno, desprecian desfachatadamente al pueblo, alaban a las mafias (a las que prefieren antes que al Estado, al cual representan), y tratan de “héroes” a los apátridas delincuentes financieros que fugan divisas, entre otras aberraciones de similares tenores. 
 Instigar al genocidio económico es pretender “limpiar las veredas” (como lo habría dicho un “referente” libertario porteño) echando de las mismas a los compatriotas que no tienen un lugar digno donde descansar, de los cuales con seguridad muchos de ellos son nuevos pobres de miseria absoluta, que no pueden pagar ningún alojamiento.
 Miserabilidad total, que desprecia al ser humano desvalido, en vez de facilitarles algo de comida, un baño para higienizarse y una cama digna donde descansar. 
 Instigar al genocidio económico, es festejar pomposamente la anulación de un pequeño aumento a las escuálidas jubilaciones; como lo hizo el presidente, invitando obscenamente a un gran asado a los legisladores pseudo opositores, que transaron apoyando la “motosierra anti jubilados”. ¡Perversión alevosa, es montar una comilona, para agasajar a los legisladores que anularon un pequeño aumento de los magros haberes, a los sufridos jubilados! 
 La mayoría de las jubilaciones son de paupérrimos montos con los que no se pueden comprar alimentos en cantidad y calidad necesarios, ni menos aun adquirir medicamentos, tan necesarios para los adultos mayores. Eso es un genocidio en cuotas, a no muy largo plazo. 
 Instigar al genocidio económico, es quitar medicamentos del listado gratuito del PAMI, y mucho más gestionar la desaparición de ese importante organismo, de larga trayectoria de respaldo a jubilados, como trascendió que ya está en estudio de perpetración. 
 Genocidio económico perverso, es pretender “naturalizar” que los pobres solo puedan acceder a una comida diaria, entreteniendo al estómago con migajas el resto del día, además que las comidas a las que pueden acceder se basan en hidratos de carbono con poco o nada de proteínas. Algo de eso pretendió decir “simpáticamente” un periodista de itálico apellido, lo que le valió un cargo muy bien remunerado, del cual fue recientemente eyectado, como pasó con muchos “libertarios caídos en desgracia”. 
 Genocidio económico, en su faz institucional, es dedicarse con marcada perversión de marcado odio a la propia patria, a implementar con mucho de sadismo, la destrucción masiva de nuestra economía nacional, con especial énfasis de catastrófica devastación, contra las industrias y los entes tecnológicos, incluyendo en este último concepto a las muy valiosas Universidades Nacionales. 
 Claro está que en el infame accionar anti tecnológico y anti industrial, parte importante de la claque aplaudidora de los infames desguaces de esos sectores, son entes empresariales, que si accionarán con ética y elemental patriotismo, no podrían estar avalando las destrucciones sistemáticas. Entre esos entes, sobresalen, y no para bien, la UIA (que parecería ser la Unión Industricida Argentina); y la SRA, que nuclea principalmente a los grandes terratenientes de la Pampa Húmeda, entidad esta que permanentemente mantiene una postura anti industrial, y añorante del semi feudalismo de fines del siglo XIX. 
 El propio presidente, haciendo gala de un muy dudoso equilibrio mental, dijo claramente, ser el topo que busca desde adentro destruir al Estado. Y si bien muchos no entienden la extrema gravedad de esa afirmación (particularmente el grueso de los uniformados, que se dicen “muy patriotas”, pero solo son patrioteros de bandera, funcionales a la antipatria), pues es muy claro que sin Estado no hay Nación, y sin Nación no hay Patria…así de simple. Pero muchos no tienen ni idea, de ese elemental concepto. 
 Pero los libertarios y sus secuaces políticos (incluyendo muchos conversos o acomodaticios varios que fueron permeables a presiones y/o posibles prebendas varias), no solo destruyen sistemáticamente la economía nacional y el tejido social argentino, ¡también siguen incrementando, en forma descomunal, nuestra voluminosa y hoy impagable deuda externa! 
  Con eso marcan preocupantes similitudes con lo acaecido en 2001, cuando un par de blondas comunicadoras de la TV portuaria, en forma lastimera, decían -palabras más o menos- que “no queda otra alternativa que canjear deuda por fracciones de nuestro territorio”. Esa infame amenaza vuelve a cobrar actualidad. 
 Y el accionar destructivo, también agrede a elementales facetas institucionales, pues el accionar del Poder Ejecutivo Nacional y sus acólitos, evidencia operar para acaparar excluyentemente la suma del Poder Público, lo cual puede calificarse como el montaje institucional de un neo virreynato, agresivo en lo interno y sumiso hasta lo indecible, respecto al Atlantismo y los grandes poderes financieros transnacionales. 
 Los constantes ataques a los miembros de los otros dos poderes que no le son dóciles y/o que puedan considerarse “conflictivos”, así como el manejo interno plagado de drásticas expulsiones de colaboradores, ante el menor desliz que suponga la no alineación total y absoluta a la abstrusa ideología libertaria, marcan claramente el accionar del detentador del Poder Ejecutivo Nacional. 
 Las agresiones con denuestos utilizando el más soez lenguaje impropio entre seres civilizados y mucho más para quienes ejercen altos cargos en un sistema de gobierno republicano y pretendidamente democrático, forman parte de las frecuentes opiniones, que más que expresadas por el Poder Ejecutivo, parecerían chabacanas frases vertidas por personajes de muy baja catadura moral. 
 Las agresiones verbales que no solo fueron vertidas en el ámbito interno, sino que también fueron ejes centrales de las desaforadas expresiones con las que atacó a cuanto presidente y nación fueron pretendidamente descalificados por la incontinencia verbal de nuestro impresentable titular del Poder Ejecutivo. 
 Todo ese andamiaje destructivo, que de mínima busca involucionarnos al hoy inviable país primarizado como lo éramos al final del siglo XIX; y de máxima evidencia hacer desaparecer a Argentina, implosionándonos en pequeñas republiquetas irrelevantes y fácilmente manejables por los que promueven la globalización salvaje, es promovido por múltiples operadores, que instalan falsedades y confusiones diversas, con las que tapan la catarata de medidas claramente destructivas, una de las cuales permite se importen maquinaria usadas, con lo cual se terminará de destruir la que fuera una importante rama industrial nacional. 
 Las instalaciones de “posverdades” (o sea falsedades incluso burdas, que por mera repetición pretenden ser asumidas como reales); los frecuentes raptos de ira incontenible, ante cualquier opinión que cuestione o contradiga los paradigmas libertarios, volcados contra periodistas, artistas, o quien sea que públicamente puntualice oposición a las ideas que pretenden instalarse como supuestos indiscutibles veredictos, son metodología corriente del verborrágico presidente, de las legiones de trols (muchos de ellos operando desde la propia Casa Rosada), y de varios opinantes alineados (y parecería que alienados) al libertarismo. 
 Crudamente expuesto, ese es el muy preocupante cuadro de situación actual, que nos empuja al caos total. 
 MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
 Analista de Temas Económicos y Geopolíticos