GRUESOS E INACEPTABLES ERRORES EN LOS ENFOQUES DEL GENERAL
Es bien sabido que desde hace siete décadas, se inculcan groseros enfoques
distorsionados o directamente falsos, como si fueran verdades absolutas, en los
institutos de formación de militares y fuerzas de seguridad de Argentina; a la vez
que se notan gruesas falencias formativas, en temas básicos como Geopolítica,
Historia y Economía, suponiendo reemplazar esas falencias con burdos prejuicios;
todo lo cual forma un combo muy negativo, el cual solo abona a perpetuar
nuestro subdesarrollo y a la aplicación meramente declamativa del elemental
concepto de soberanía.
Peor aún, el concepto básico de Soberanía Nacional, fue reemplazado por
la aceptación lisa y llana de la prioridad absoluta de “defensa del sistema” por
sobre los Intereses Nacionales Argentinos, con lo cual no pocos uniformados
expresan subordinación total, al “gran baluarte de occidente” (léase EEUU y la
UE)…¡y algunos fervorosos opinantes lo dicen públicamente!
Una de las tantas falsedades institucionalizadas como pretendidas
“verdades absolutas e indiscutibles”, es la afirmación de la supuesta “grandeza
nacional de la Argentina del Centenario”, concepto que involucra la exaltación de
la llamada generación del ’80 (del siglo XIX). Y con ello, el endiosamiento del
liberalismo económico, el mismo que tantos daños nos hizo.
Esa muy gruesa falsedad histórica y económica, es muy aplaudida por
sectores político – económicos ultra conservadores (o más bien directamente
reaccionarios), como la Sociedad Rural Argentina (SRA), cuya miope visión de
supuesta grandeza se agota en la promoción a ultranza de la economía agro
ganadera; y su visión global apenas excede los límites de sus estancias y entes
vinculados.
Ese sector patronal, añora las legislaciones laborales vigentes antes del
peronismo, las que institucionalizaban el poder omnímodo de la patronal y la
sumisión casi feudal de la peonada y los asalariados en general.
Si bien no siempre lo dicen abiertamente, es sabido que la oligarquía mega
terrateniente de la Pampa Húmeda, nucleada en la SRA, en los hechos se opone
a todo desarrollo industrial y a casi todo el desarrollo tecnológico nacional, con
escasas excepciones respecto a tecnologías de directas aplicaciones en
agricultura y ganadería. Entre muchos hechos probatorios de esas afirmaciones, cabe recordar que
en pleno proceso de industrialización del desarrollismo, la SRA invitó a disertar a
Felipe de Edimburgo (príncipe consorte de la por entonces reina Isabel II), quien
se tomó el atrevimiento de recomendar a Argentina no dilapidar esfuerzos en la
industria, para priorizar excluyentemente a “lo que sabemos hacer con mayor
eficiencia” (conceptual, no textual)…o sea encerrarnos en la economía primaria,
lo opuesto a lo hecho por el Reino Unido y todas las naciones que se volcaron al
desarrollo.
Aberrantes ideas, muy aplaudidas por la oligarquía campera de la SRA.
También deben recordarse los aplausos en la SRA al usurpador Videla, el
que respaldó el desguace industrial y la sumisión al apátrida neoliberalismo, que
Martínez De Hoz perpetró a la sombra de las bayonetas proceseras, que anularon
toda posible oposición a tan negativas acciones.
Algunos años después, Alfonsín
fue abucheado en el mismo ámbito, marcando esos contrastes la postura socio
política de la oligarquía campera. ¡Y esos enfoques retrógrados y anacrónicos, se
inculcan a los uniformados como la supuesta base necesaria para la declamada
grandeza nacional!
Tampoco se enseña a los uniformados que la defensa de la industria y la
tecnología nacional, son esenciales para la soberanía, y como bases
imprescindibles para el Desarrollo Nacional.
El desprecio a esos sectores claves,
resulta patético en las opiniones de muchos que incoherentemente con esas
posturas se dicen “muy patriotas”.
En ese contexto de prédicas antinacionales y gruesas confusiones
conceptuales, que excluyentemente se inculca en diversos ámbitos, es
interesante analizar las opiniones de un General, en las antípodas del más
elemental Pensamiento Nacional, el cual fue antes de 1955 muy relevante en las
FFAA y FFSS.
Constantes prédicas erróneas, en claros perjuicios contrarios al Interés
Nacional de Argentina, evidencian ser las opiniones de un General, puesto a un
rol de intelectual, para lo cual pese a su currículo académico no evidencia
conocimientos ni amplitud de criterio que para eso son necesarios.
En su momento, en un tono supuestamente inapelable, expresó en un
reportaje en TV, que -palabras más o menos- Chile nos estaba aventajando, por
tener firmado un tratado de libre comercio con la Unión Europea.
Claramente, el General en rol de supuesto intelectual, con esa peregrina
idea demostró suponer las supuestas “grandes ventajas” del liberalismo
económico, doctrina que predican, pero se cuidan muy bien de practicar, las
grandes potencias económicas, y las que van camino a serlo. Desconoce que el
liberalismo económico más que ideología o doctrina, es un método contundente
de dominación, a favor de las naciones y bloques supranacionales desarrollados,
en perjuicio de los subdesarrollados.
Los tratados de “libre comercio” entre economías de muy dispares grados
de desarrollo, pasan a ser actas de defunción de la industria y el desarrollo
tecnológico propio, de las naciones menos desarrolladas incluidas en esos
acuerdos económicos que para casos como el nuestro implican aceptar el
subdesarrollo crónico. Nada de esto parece importar al General opinante.
En otra de sus muy discutibles opiniones públicas, se refirió negativa y
peyorativamente a los gobiernos nacionales posteriores a 1983. Eso, además de
la incoherencia de “poner en la misma bolsa” a distintos gobiernos, con sus
diferentes enfoques y acciones desarrolladas, implica -indirecta pero claramente-
un implícito respaldo al gobierno cívico militar usurpador del Poder Público, más
conocido como “el proceso”, el cual fue precisamente uno de los más nefastos
períodos de la Historia Argentina.
Fue el muy negativo “proceso” el gobierno que nos subordinó al apátrida
neoliberalismo, acentuando la desindustrialización que ya había sido comenzada
por la también nefasta “revolución fusiladora”.
Ese “proceso” fue el que multiplicó por once nuestra deuda externa,
dilapidando esos cuantiosos fondos en los desmanejos presupuestarios del
tecnócrata Martínez De Hoz y sus sucesores. Fue el que endeudó a las Empresas y
Entes del Estado, para hacerlas parecer ineficientes, y de ese modo “preparar el
terreno” para presentarlas como negativas, paso previo a sus extranjerizaciones
a precios viles, o a sus desguaces totales.
Las importancias estratégicas de esas
empresas y entes estatales, no evidencian ser consideradas por el General
opinante.
Fue el “proceso” el que asesinó al Mayor Bernardo Alberte (primera víctima
de ese infame período), por el “grave hecho” de dirigir una valiente carta a Videla,
advirtiéndole de las previsibles consecuencias del golpe de Estado, el cual algunas
semanas antes era un secreto a voces que se perpetraría. También en “el
proceso” hicieron “desaparecer” (léase asesinar), al gremialista Oscar Smith, por
oponerse al desguace y privatización de SEGBA, y el listado sigue, pero esas
aberraciones y otras no parecen molestar al General.
¡Y el General opinante, indirecta pero claramente, alabó al “proceso”!
¿Acaso puede alegar desconocimiento de tantas aberraciones, alguien con tantos
estudios y tantas fuentes de información a su disposición?
Recientes opiniones, vertidas por el General en un extenso reportaje que le
hizo un tal Ricardo Julio Bava, en un sistema electrónico de difusión, muestran la
acentuación del mismo perfil, de las opiniones “milicamente correctas” que
lamentablemente priman entre los uniformados argentinos.
Esa cerrada y nada
reflexiva estructuración ideológica que desde hace siete décadas es el único
enfoque vigente, es llamado “el partido militar”, y su estructuración es
coincidente con el cambio del paradigma básico del sector militar, que antes se
caracterizó por el sincero patriotismo.
Desde los años ’60 del siglo XX, sin mucho protocolo, se cambió la
declamada esencia del pensamiento liminar militar argentino, pasándose de la
Defensa de la Patria, a priorizar la defensa del sistema, esto último con una clara
subordinación a las potencias del llamado “mundo libre, occidental y cristiano”
(que no es ni libre, ni occidental ni menos cristiano), hoy devenido
geopolíticamente en el Bloque Atlantista, el cual no busca incorporar pares, sino
dóciles subordinados a las Potencias Anglosajonas y sus aliados cercanos, cuyo
brazo armado es la OTAN, que el General opinante menciona como NATO, o sea
su sigla en inglés…lo que evidenciaría el severo grado de subordinación cultural.
Una contundente frase del genial historiador revisionista, abogado, docente
universitario y diplomático José María Rosa, publicada al fallecer en 1983 el
General Juan Enrique Gugliamelli, definió el cuadro de situación de los
uniformados. Dijo, lapidariamente, “ha muerto el último General de la Patria,
ahora solo quedan Generales de empresa”. Salvo pocas y honrosas excepciones,
puede decirse que la situación era esa, y se agravó.
Además de las acentuadas carencias en Geopolítica, Historia y Economía, es
evidente que el grueso de los uniformados sigue encerrado en dogmatismos
vigentes medio siglo atrás, que ya entonces eran sesgados y errados, hoy además
son anacrónicos. Solo les inculcan odio visceral e irracional al peronismo y todo
lo Nacional y Popular; además de lo cual siguen creyendo ver “zurdos, comunistas
y subversivos” hasta en la sopa.
Pero en cambio no ven ni les preocupan, muchos vergonzosos actos de
arrastrada sumisión, de la dirigencia subordinada al neoliberalismo y al
libertarismo, ante los imperativos dictados de las Potencias Atlantistas,
implicando ello el pisoteo alevoso de nuestra soberanía y la aceptación pasiva y
gustosa, del desguace económico y social de nuestro país.
El General exalta la concurrencia de Milei al acto de asunción presidencial
de Trump, como algo “muy positivo”, omitiendo el accionar sumiso y arrastrado
de nuestro presidente, claramente deseoso de alguna notoriedad internacional,
al como sea. Muy distinto a otros mandatarios, como Lula y Sheinbaum, que
mostraron dignidad acorde a sus roles presidenciales no sumisos a poderes
extranjeros.
Como es dogmáticamente habitual entre los adherentes al “partido militar”,
el General ataca al gobierno peronista de 2003 al 2015, sin aportar elementos
concretos de esa descalificación. Va un resumen del accionar de esos doce años,
lo que evidencia molestar a la retrógrada oligarquía y a los uniformados
adherentes al partido militar, de mentalidad procesera.
- Cancelación de la deuda con el FMI (lo que implicó ejercer soberanía).
- Aumento sustancial del poder adquisitivo de los salarios.
- Disminución de la población desocupada.
- Decisión política para terminar dos obras energéticas estratégicas, como la
hidroeléctrica
binacional Yacyretá (con las muy importantes
infraestructuras para evitar efectos adversos y apuntalar el desarrollo de las
zonas costeras vinculadas), y la Central Nuclear Atucha 2.
- Interconexión de Alta Tensión de todas las provincias continentales. - Amplio plan de construcciones de autovías y de rutas pavimentadas. - Más de 1.800 edificios escolares nuevos. Además de mejoras y ampliaciones
en otras escuelas.
- Creación de 16 nuevas Universidades Nacionales y amplio plan de obras en
las Universidades preexistentes.
- Construcciones de nuevos hospitales, varios de ellos de alta complejidad.
- Reestatizaciones de YPF (51 %), y de Aerolíneas Argentinas.
- Fuerte impulso a la producción de hidrocarburos en Vaca Muerta y otros
grandes yacimientos.
- Gran impulso al Desarrollo Nuclear, con incrementos presupuestarios del
orden de 1.100 %.
- Creación y fuerte impulso al Plan Satelital, de enorme importancia
estratégica.
- Impulso fuerte al desarrollo industrial y a los entes tecnológicos.
- Repatriación de más de 1.000 científicos.
- El listado sigue.
Acciones como estas, siempre molestaron a la egoísta y
retrógrada oligarquía, y son despreciadas por el muy apátrida “partido
militar”, cargado de prejuicios antiperonistas y anti populares.
Demostrando la hilacha dogmáticamente antinacional (pese a que se dicen
formalmente “muy patriotas”), los uniformados subordinados al “partido militar” -y coincidente con ellos el General opinante-, apoyaron al macrismo y después al
libertarismo.
Pretender que razonen que el neoliberalismo y el libertarismo, son
doctrinas claramente antinacionales, puede parecer mucho dadas las carencias
formativas del “partido militar”.
Pero tampoco parecen importarles al General opinante y al “partido militar”
el frondoso “curriculum” procesal de Macri (de cuyas causas “zafó” por
proscripción, aparentemente sin demostrar inocencia en ninguna).
No les importó la abultada falta de pago de los cánones del Correo
Argentino (de lo que intentó auto condonarse), y otros hechos similares con un
cambio de manos de un parque eólico, de las concesiones viales, como tampoco
el brutal endeudamiento perpetrado en complicidad con el FMI, que se gastó
todo para pagar las gigantescas fugas de divisas, consecuencias de la previa timba
financiera; eso bajo el accionar de Sturzenegger y “Toto” Caputo; hoy reciclados
ambos en acciones similares en perpetración en el actual gobierno libertario.
Tampoco parecen importar al “partido militar” y al extrovertido General
opinante, el brutal crecimiento de la deuda externa -del orden de cien mil
millones de dólares- gastada esa descomunal suma en el primer año de gestión
de Milei y sus secuaces políticos; menos aun las acciones de genocidio económico
por falta de medicamentos y por empujar a la miseria a muchos argentinos,
nuevos desocupados, o jubilados de magros ingresos, o trabajadores que
perciben salarios de miseria.
Libertarios y sus cómplices, “miran para otro lado”,
ante el desguace industrial, mientras paralizan el desarrollo nuclear y atacan a
otros entes tecnológicos, entre ellos las Universidades Nacionales y el CONICET.
Similar nulo accionar nacional (que no molesta al General opinante ni a los milicos
de mentes proceseras), ante los incendios forestales en la Patagonia y en
Corrientes.
Milei dijo, claramente, que busca destruir al Estado desde adentro. Ni el
“partido militar” y otros sectores ultra conservadores, ni el General opinante
Heriberto Auel, evidenciaron tomar conciencia de la extrema gravedad de ese
accionar, pues sin Estado no hay Nación, y sin Nación no hay Patria.
Ahora tomó estado público, el deplorable accionar del dudosamente
equilibrado presidente, promocionando la gigantesca estafa financiera,
recientemente perpetrada. Eso con la escasa repercusión en los medios
concentrados, y hasta ahora, con otros estruendosos silencios cómplices.
Claramente, libertarios y sus secuaces, buscan de mínima, llevarnos a la hoy
inviable Argentina feudal del siglo XIX; y de máxima, perpetrar el desguace y
disolución nacional, con el “formato” aplicado en Yugoeslavia, o similar.
Muchos ni se dan cuenta, entre ellos los que se dicen “muy patriotas” pero
operan como cipayos asumidos.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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