domingo, 16 de febrero de 2025

 GRUESOS E INACEPTABLES ERRORES EN LOS ENFOQUES DEL GENERAL 
  Es bien sabido que desde hace siete décadas, se inculcan groseros enfoques distorsionados o directamente falsos, como si fueran verdades absolutas, en los institutos de formación de militares y fuerzas de seguridad de Argentina; a la vez que se notan gruesas falencias formativas, en temas básicos como Geopolítica, Historia y Economía, suponiendo reemplazar esas falencias con burdos prejuicios; todo lo cual forma un combo muy negativo, el cual solo abona a perpetuar nuestro subdesarrollo y a la aplicación meramente declamativa del elemental concepto de soberanía. 
  Peor aún, el concepto básico de Soberanía Nacional, fue reemplazado por la aceptación lisa y llana de la prioridad absoluta de “defensa del sistema” por sobre los Intereses Nacionales Argentinos, con lo cual no pocos uniformados expresan subordinación total, al “gran baluarte de occidente” (léase EEUU y la UE)…¡y algunos fervorosos opinantes lo dicen públicamente! 
  Una de las tantas falsedades institucionalizadas como pretendidas “verdades absolutas e indiscutibles”, es la afirmación de la supuesta “grandeza nacional de la Argentina del Centenario”, concepto que involucra la exaltación de la llamada generación del ’80 (del siglo XIX). Y con ello, el endiosamiento del liberalismo económico, el mismo que tantos daños nos hizo. 
  Esa muy gruesa falsedad histórica y económica, es muy aplaudida por sectores político – económicos ultra conservadores (o más bien directamente reaccionarios), como la Sociedad Rural Argentina (SRA), cuya miope visión de supuesta grandeza se agota en la promoción a ultranza de la economía agro ganadera; y su visión global apenas excede los límites de sus estancias y entes vinculados. Ese sector patronal, añora las legislaciones laborales vigentes antes del peronismo, las que institucionalizaban el poder omnímodo de la patronal y la sumisión casi feudal de la peonada y los asalariados en general. 
  Si bien no siempre lo dicen abiertamente, es sabido que la oligarquía mega terrateniente de la Pampa Húmeda, nucleada en la SRA, en los hechos se opone a todo desarrollo industrial y a casi todo el desarrollo tecnológico nacional, con escasas excepciones respecto a tecnologías de directas aplicaciones en agricultura y ganadería.     Entre muchos hechos probatorios de esas afirmaciones, cabe recordar que en pleno proceso de industrialización del desarrollismo, la SRA invitó a disertar a Felipe de Edimburgo (príncipe consorte de la por entonces reina Isabel II), quien se tomó el atrevimiento de recomendar a Argentina no dilapidar esfuerzos en la industria, para priorizar excluyentemente a “lo que sabemos hacer con mayor eficiencia” (conceptual, no textual)…o sea encerrarnos en la economía primaria, lo opuesto a lo hecho por el Reino Unido y todas las naciones que se volcaron al desarrollo. 
 Aberrantes ideas, muy aplaudidas por la oligarquía campera de la SRA.  
  También deben recordarse los aplausos en la SRA al usurpador Videla, el que respaldó el desguace industrial y la sumisión al apátrida neoliberalismo, que Martínez De Hoz perpetró a la sombra de las bayonetas proceseras, que anularon toda posible oposición a tan negativas acciones. 
  Algunos años después, Alfonsín fue abucheado en el mismo ámbito, marcando esos contrastes la postura socio política de la oligarquía campera. ¡Y esos enfoques retrógrados y anacrónicos, se inculcan a los uniformados como la supuesta base necesaria para la declamada grandeza nacional! 
   Tampoco se enseña a los uniformados que la defensa de la industria y la tecnología nacional, son esenciales para la soberanía, y como bases imprescindibles para el Desarrollo Nacional. 
  El desprecio a esos sectores claves, resulta patético en las opiniones de muchos que incoherentemente con esas posturas se dicen “muy patriotas”. 
   En ese contexto de prédicas antinacionales y gruesas confusiones conceptuales, que excluyentemente se inculca en diversos ámbitos, es interesante analizar las opiniones de un General, en las antípodas del más elemental Pensamiento Nacional, el cual fue antes de 1955 muy relevante en las FFAA y FFSS. 
   Constantes prédicas erróneas, en claros perjuicios contrarios al Interés Nacional de Argentina, evidencian ser las opiniones de un General, puesto a un rol de intelectual, para lo cual pese a su currículo académico no evidencia conocimientos ni amplitud de criterio que para eso son necesarios. 
   En su momento, en un tono supuestamente inapelable, expresó en un reportaje en TV, que -palabras más o menos- Chile nos estaba aventajando, por tener firmado un tratado de libre comercio con la Unión Europea. 
   Claramente, el General en rol de supuesto intelectual, con esa peregrina idea demostró suponer las supuestas “grandes ventajas” del liberalismo económico, doctrina que predican, pero se cuidan muy bien de practicar, las grandes potencias económicas, y las que van camino a serlo. Desconoce que el liberalismo económico más que ideología o doctrina, es un método contundente de dominación, a favor de las naciones y bloques supranacionales desarrollados, en perjuicio de los subdesarrollados. 
   Los tratados de “libre comercio” entre economías de muy dispares grados de desarrollo, pasan a ser actas de defunción de la industria y el desarrollo tecnológico propio, de las naciones menos desarrolladas incluidas en esos acuerdos económicos que para casos como el nuestro implican aceptar el subdesarrollo crónico. Nada de esto parece importar al General opinante. 
   En otra de sus muy discutibles opiniones públicas, se refirió negativa y peyorativamente a los gobiernos nacionales posteriores a 1983. Eso, además de la incoherencia de “poner en la misma bolsa” a distintos gobiernos, con sus diferentes enfoques y acciones desarrolladas, implica -indirecta pero claramente- un implícito respaldo al gobierno cívico militar usurpador del Poder Público, más conocido como “el proceso”, el cual fue precisamente uno de los más nefastos períodos de la Historia Argentina. 
   Fue el muy negativo “proceso” el gobierno que nos subordinó al apátrida neoliberalismo, acentuando la desindustrialización que ya había sido comenzada por la también nefasta “revolución fusiladora”.  
  Ese “proceso” fue el que multiplicó por once nuestra deuda externa, dilapidando esos cuantiosos fondos en los desmanejos presupuestarios del tecnócrata Martínez De Hoz y sus sucesores. Fue el que endeudó a las Empresas y Entes del Estado, para hacerlas parecer ineficientes, y de ese modo “preparar el terreno” para presentarlas como negativas, paso previo a sus extranjerizaciones a precios viles, o a sus desguaces totales. 
  Las importancias estratégicas de esas empresas y entes estatales, no evidencian ser consideradas por el General opinante. 
   Fue el “proceso” el que asesinó al Mayor Bernardo Alberte (primera víctima de ese infame período), por el “grave hecho” de dirigir una valiente carta a Videla, advirtiéndole de las previsibles consecuencias del golpe de Estado, el cual algunas semanas antes era un secreto a voces que se perpetraría. También en “el proceso” hicieron “desaparecer” (léase asesinar), al gremialista Oscar Smith, por oponerse al desguace y privatización de SEGBA, y el listado sigue, pero esas aberraciones y otras no parecen molestar al General.
  ¡Y el General opinante, indirecta pero claramente, alabó al “proceso”! ¿Acaso puede alegar desconocimiento de tantas aberraciones, alguien con tantos estudios y tantas fuentes de información a su disposición? Recientes opiniones, vertidas por el General en un extenso reportaje que le hizo un tal Ricardo Julio Bava, en un sistema electrónico de difusión, muestran la acentuación del mismo perfil, de las opiniones “milicamente correctas” que lamentablemente priman entre los uniformados argentinos. 
  Esa cerrada y nada reflexiva estructuración ideológica que desde hace siete décadas es el único enfoque vigente, es llamado “el partido militar”, y su estructuración es coincidente con el cambio del paradigma básico del sector militar, que antes se caracterizó por el sincero patriotismo. 
   Desde los años ’60 del siglo XX, sin mucho protocolo, se cambió la declamada esencia del pensamiento liminar militar argentino, pasándose de la Defensa de la Patria, a priorizar la defensa del sistema, esto último con una clara subordinación a las potencias del llamado “mundo libre, occidental y cristiano” (que no es ni libre, ni occidental ni menos cristiano), hoy devenido geopolíticamente en el Bloque Atlantista, el cual no busca incorporar pares, sino dóciles subordinados a las Potencias Anglosajonas y sus aliados cercanos, cuyo brazo armado es la OTAN, que el General opinante menciona como NATO, o sea su sigla en inglés…lo que evidenciaría el severo grado de subordinación cultural. 
   Una contundente frase del genial historiador revisionista, abogado, docente universitario y diplomático José María Rosa, publicada al fallecer en 1983 el General Juan Enrique Gugliamelli, definió el cuadro de situación de los uniformados. Dijo, lapidariamente, “ha muerto el último General de la Patria, ahora solo quedan Generales de empresa”. Salvo pocas y honrosas excepciones, puede decirse que la situación era esa, y se agravó. 
   Además de las acentuadas carencias en Geopolítica, Historia y Economía, es evidente que el grueso de los uniformados sigue encerrado en dogmatismos vigentes medio siglo atrás, que ya entonces eran sesgados y errados, hoy además son anacrónicos. Solo les inculcan odio visceral e irracional al peronismo y todo lo Nacional y Popular; además de lo cual siguen creyendo ver “zurdos, comunistas y subversivos” hasta en la sopa. Pero en cambio no ven ni les preocupan, muchos vergonzosos actos de arrastrada sumisión, de la dirigencia subordinada al neoliberalismo y al libertarismo, ante los imperativos dictados de las Potencias Atlantistas, implicando ello el pisoteo alevoso de nuestra soberanía y la aceptación pasiva y gustosa, del desguace económico y social de nuestro país. 
   El General exalta la concurrencia de Milei al acto de asunción presidencial de Trump, como algo “muy positivo”, omitiendo el accionar sumiso y arrastrado de nuestro presidente, claramente deseoso de alguna notoriedad internacional, al como sea. Muy distinto a otros mandatarios, como Lula y Sheinbaum, que mostraron dignidad acorde a sus roles presidenciales no sumisos a poderes extranjeros. 
   Como es dogmáticamente habitual entre los adherentes al “partido militar”, el General ataca al gobierno peronista de 2003 al 2015, sin aportar elementos concretos de esa descalificación. Va un resumen del accionar de esos doce años, lo que evidencia molestar a la retrógrada oligarquía y a los uniformados adherentes al partido militar, de mentalidad procesera. 
- Cancelación de la deuda con el FMI (lo que implicó ejercer soberanía). 
- Aumento sustancial del poder adquisitivo de los salarios. 
- Disminución de la población desocupada. 
- Decisión política para terminar dos obras energéticas estratégicas, como la hidroeléctrica binacional Yacyretá (con las muy importantes infraestructuras para evitar efectos adversos y apuntalar el desarrollo de las zonas costeras vinculadas), y la Central Nuclear Atucha 2. 
- Interconexión de Alta Tensión de todas las provincias continentales. - Amplio plan de construcciones de autovías y de rutas pavimentadas. - Más de 1.800 edificios escolares nuevos. Además de mejoras y ampliaciones en otras escuelas. 
- Creación de 16 nuevas Universidades Nacionales y amplio plan de obras en las Universidades preexistentes. 
- Construcciones de nuevos hospitales, varios de ellos de alta complejidad. 
- Reestatizaciones de YPF (51 %), y de Aerolíneas Argentinas. 
- Fuerte impulso a la producción de hidrocarburos en Vaca Muerta y otros grandes yacimientos. 
- Gran impulso al Desarrollo Nuclear, con incrementos presupuestarios del orden de 1.100 %. 
- Creación y fuerte impulso al Plan Satelital, de enorme importancia estratégica. 
- Impulso fuerte al desarrollo industrial y a los entes tecnológicos. 
- Repatriación de más de 1.000 científicos. 
- El listado sigue. 
   Acciones como estas, siempre molestaron a la egoísta y retrógrada oligarquía, y son despreciadas por el muy apátrida “partido militar”, cargado de prejuicios antiperonistas y anti populares. 
   Demostrando la hilacha dogmáticamente antinacional (pese a que se dicen formalmente “muy patriotas”), los uniformados subordinados al “partido militar” -y coincidente con ellos el General opinante-, apoyaron al macrismo y después al libertarismo. 
   Pretender que razonen que el neoliberalismo y el libertarismo, son doctrinas claramente antinacionales, puede parecer mucho dadas las carencias formativas del “partido militar”. 
   Pero tampoco parecen importarles al General opinante y al “partido militar” el frondoso “curriculum” procesal de Macri (de cuyas causas “zafó” por proscripción, aparentemente sin demostrar inocencia en ninguna).  
  No les importó la abultada falta de pago de los cánones del Correo Argentino (de lo que intentó auto condonarse), y otros hechos similares con un cambio de manos de un parque eólico, de las concesiones viales, como tampoco el brutal endeudamiento perpetrado en complicidad con el FMI, que se gastó todo para pagar las gigantescas fugas de divisas, consecuencias de la previa timba financiera; eso bajo el accionar de Sturzenegger y “Toto” Caputo; hoy reciclados ambos en acciones similares en perpetración en el actual gobierno libertario. 
   Tampoco parecen importar al “partido militar” y al extrovertido General opinante, el brutal crecimiento de la deuda externa -del orden de cien mil millones de dólares- gastada esa descomunal suma en el primer año de gestión de Milei y sus secuaces políticos; menos aun las acciones de genocidio económico por falta de medicamentos y por empujar a la miseria a muchos argentinos, nuevos desocupados, o jubilados de magros ingresos, o trabajadores que perciben salarios de miseria. 
  Libertarios y sus cómplices, “miran para otro lado”, ante el desguace industrial, mientras paralizan el desarrollo nuclear y atacan a otros entes tecnológicos, entre ellos las Universidades Nacionales y el CONICET. 
   Similar nulo accionar nacional (que no molesta al General opinante ni a los milicos de mentes proceseras), ante los incendios forestales en la Patagonia y en Corrientes.  
   Milei dijo, claramente, que busca destruir al Estado desde adentro. Ni el “partido militar” y otros sectores ultra conservadores, ni el General opinante Heriberto Auel, evidenciaron tomar conciencia de la extrema gravedad de ese accionar, pues sin Estado no hay Nación, y sin Nación no hay Patria. 
   Ahora tomó estado público, el deplorable accionar del dudosamente equilibrado presidente, promocionando la gigantesca estafa financiera, recientemente perpetrada. Eso con la escasa repercusión en los medios concentrados, y hasta ahora, con otros estruendosos silencios cómplices. 
   Claramente, libertarios y sus secuaces, buscan de mínima, llevarnos a la hoy inviable Argentina feudal del siglo XIX; y de máxima, perpetrar el desguace y disolución nacional, con el “formato” aplicado en Yugoeslavia, o similar. 
   Muchos ni se dan cuenta, entre ellos los que se dicen “muy patriotas” pero operan como cipayos asumidos. 
 MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
 Analista de Temas Económicos y Geopolíticos 

No hay comentarios:

Publicar un comentario