VIENTOS DE DISCORDIA Y ENGAÑOS
Junto a la solar y otras hoy llamadas “renovables”, la
energía eólica viene siendo persistente y engañosamente presentada como “la
gran solución” al abastecimiento de electricidad, y las campañas
–claramente digitadas y definidas por las transnacionales del ecologismo
fundamentalista-, han pasado por varias fases, algunas de las cuales se han
solapado, según quienes han sido los actores involucrados en el engaño a
escalas masivas.
Para comprender las intrincadas vinculaciones de intereses
que mueven esa persistente campaña, y las etapas que se advierten de la misma,
es necesario –aún a fuer de repetitivo- explicar, así sea sintéticamente, el
contexto de un tema con tantas connotaciones e intereses creados.
Cuidadosamente, los voceros y asociados del ecologismo
cavernario, ocultan el hecho que solo existen tres tecnologías de generación
de electricidad aptas para operar como energías de base: hidro, nuclear,
y termoeléctrica.
Muy claramente, el pseudo ecologismo fundamentalista, ha
definido como objetivos prioritarios de sus ataques en el Sector Energético, a
la generación hidroeléctrica y la nuclear; para lo cual
desarrolla una persistente campaña de terrorismo mediático, buscando instalar
miedos irracionales para “demonizar” y con ello provocar imagen negativa a
ambos tipos de usinas.
Al atacar a las únicas competencias reales, esos pseudo
ecologistas favorecen a la generación termoeléctrica, la más contaminante y que
quema recursos no renovables (petróleo, gas y carbón). Los mercenarios que guían esas
mendaces campañas “ecologistas” lo saben bien, y lo ocultan; los entusiastas
desinformados que creen “salvar al mundo” apoyando a las transnacionales del
ecologismo cavernario, ni se dan cuenta de esas perversas mentiras…o se niegan
a ver la realidad, sea por credulidad extrema, fanatismo o cerrazón mental.
Volver a explicar detalladamente –lo hice en varios de mis
libros y en incontables artículos técnicos- la sumatoria de engaños burdos,
mentiras flagrantes y verdades a medias, montadas y repetidas hasta el
hartazgo por el ecologismo cavernario, para instalar preconceptos
cargados de negatividad en el común de la gente, respecto a ambos tipos de
centrales eléctricas (hidros y nucleares), demandaría volver a escribir al
menos media docena de nuevos artículos. Por el momento me remito a mis trabajos
precedentes, en los que detallé numerosos aspectos de esas campañas de
desprestigio muy sesgadas contra lo hidro y lo nuclear. ¡Justamente las usinas
que producen energía más barata y con menores índices de polución!
Adviértase que al atacar a las dos alternativas reales,
el fundamentalismo ecologista de hecho promueve por descarte a las
usinas termoeléctricas (las que consumen combustibles fósiles), precisamente
las ambientalmente más nocivas, y las que producen energía más cara. ¡Por
algo son evidentes tantas connivencias por conveniencias, entre las megas
petroleras anglosajonas, y las grandes transnacionales del ecologismo
cavernario, manejado desde la Unión Europea y EEUU!
Hace algunos años, repetían insistentemente que “hay otras
alternativas” para
reemplazar los proyectos hidros y nucleares…pero al apurarles pidiéndoles que
definan cuales son esas supuestas “alternativas”, las respuestas fueron –y
son- huidizas o marcadamente mentirosas. Al final, por descarte, terminan
haciendo la apología de la energía eólica, pues las otras falaces
“alternativas” son directamente impresentables, por sus altísimos costos y por
los diversos condicionamientos técnicos que las hacen extremadamente complejas
y no competitivas, o directamente no aplicables, además de inútiles para
satisfacer grandes demandas. Precisamente el nudo gordiano del tema eléctrico
es cubrir las grandes y crecientes demandas, y en ese punto álgido, las
evasivas e inconsistencias son las respuestas corrientes por parte de los
sectores ecolátricos.
¡Pero así como “hacen agua” a la hora de fundamentar con
solidez técnica! (pues carecen de ella), los mentores del ecologismo
cavernario son expertos prestidigitadores de “lindos versitos”, de respuestas
hermoseadas, cargadas de frases emotivas y efectistas, que sin consistencia
alguna repiten el discurso “ecológicamente correcto”, previamente instalado con
sus mendaces, persistentes y generosamente financiadas campañas.
Incluso hace no tantos años, algunos repetían con hueca
seguridad: “la energía eléctrica se puede importar de cualquier parte”…¡como
si se pudiera transportar en barco, o almacenar como el petróleo! ¡¡¡Ridículo!!!
Después pusieron en boga el concepto de “nuevas fuentes” de
energía, el cual fue
rápidamente ridiculizado por la elemental realidad histórica, pues
varias de esas supuestas “nuevas fuentes” ya son utilizadas por el hombre desde
muy vieja data, como el sol –natural fuente de calor-, los vientos –usados para
la navegación y como energía para molinos y otros usos rurales, la hidráulica
–moviendo molinos-, con lo que se desmoronó el armado conceptual.
Recientemente cambiaron (siempre prestos a crear conceptos
pegadizos “políticamente correctos”), y ahora baten el parche con “energías
renovables”, lo cual propagandísticamente tiene varias ventajas (aunque
se use para montar campañas mentirosas). Hoy lo “renovable” es “cool” (para
los anglófilos), está de moda, y es “ecológicamente correcto”, con lo cual no
se discute ni se analiza…aunque esconda consecuencias negativas en lo ambiental,
social y económico. Además lo “renovable” se asocia a lo “natural” (otra
palabra “talismán”, que se acepta sin someter a necesarios análisis). Y tiene
toda el aura de ser “ambientalmente correcto”, con lo que se repite aunque no
se entienda del todo como es la cosa.
Pero lo “renovable” tiene una grosera trampa incorporada,
que por repetición constante algunos la aceptan, por aquello de ser
“políticamente correcto”. Las transnacionales del ecologismo cavernario,
diversas ONGs menores que dependen de aquellas, y varias otras ONGs del tipo de
“Fundaciones” y otras, han separado capciosamente a las hidroeléctricas,
demonizando a todas las de cierto rango de importancia, “admitiendo” como
“renovables” solo a las muy pequeñas…¡casualmente las que “no mueven la aguja”
en los sistemas eléctricos, y por ello no compiten con las grandes centrales
termoeléctricas, a las que de hecho –indirecta pero muy claramente- los ultras
de la ecología apoyan con tanto entusiasmo.
Fruto perverso de esa mentira, es la absurda definición de
excluir –contra toda lógica técnica- a las hidroeléctricas importantes de la
calificación de “renovables” impuesta en la errónea ley 26.190, fogoneada por
el ecologismo fundamentalista, y sancionada ante la evidente ignorancia de sus
negativas implicancias.
Al instalar el concepto que excluye de las “renovables” a la
generación hidroeléctrica mediana, grande y gigantesca, exclusión caprichosa y
nada inocente, aquella ley está “en línea” con la “demonización” de las
hidroeléctricas y las nucleares, la que pretende anular las únicas alternativas
reales a la generación termoeléctrica (la que quema combustibles fósiles).
Por esa arbitraria exclusión a las hidroeléctricas, llamo
“renovables amputadas” a las energías que el ultra ecologismo dice “renovables”.
Por supuesto que piezas claves de esos engaños han sido las
verdades a medias, las cuales por ser fuertemente mendaces (al mezclar verdades
parciales con gruesas mentiras generales), son particularmente nocivas,
conformando piezas centrales en las maniobras de engaños subliminales masivos,
detrás de los cuales se ocultan poderosos intereses geopolíticos, junto a
manipulaciones políticas, intereses económicos directos y asociados, todo ello
con la inevitable troupe de “dirigencias” ávidas de triunfos políticos fáciles,
sin importar el daño a los Intereses Nacionales y al Bien Común.
Las maniobras orquestadas por las transnacionales del
ecologismo cavernario se basan en discursos simplistas fuertemente emotivos,
pero de dudosas o inexistentes fundamentaciones científicas y técnicas; llenos
de conceptos y palabras “imanes” o “talismanes”, a los cuales se les pre
configuraron connotaciones de pretendida incontestable validez fuertemente
positiva, como “preservación”, “sustentabilidad”, “cuidado del medio ambiente”,
“generación limpia”, “recursos abundantes y renovables”, “decisiones
necesarias”, etc.; las cuales a su vez se refuerzan con las “demonizaciones”
exacerbadas, como por ejemplo: “cambio climático”, “deterioro del medio
ambiente”, “desastres ambientales”, “contaminación insostenible”, “pernicioso
accionar humano”, “caos irreversible” y otras pretendidamente apocalípticas
figuras discursivas…¡todo de alto impacto y bajísimo razonamiento sólido y
sistemático!
Curiosamente (o no tanto) las transnacionales del
ecologismo fundamentalista jamás atacan a uno de los nudos gordianos de la
contaminación mundial, que son las usinas termoeléctricas, grandes
polucionadoras masivas y megas devoradoras de recursos no renovables, como son
el petróleo, el gas y el carbón. ¡Claro está que varios analistas serios, que
descreen de los “discursos fáciles y políticamente correctos”, señalaron las
evidentes vinculaciones entre las grandes petroleras transnacionales y las ONGs
“ecologistas” que operan a escala global!
Por otra parte, es técnicamente conocido pero ocultado a la
opinión pública (apenas se lo menciona en tergiversados informes ecologistas
con pretensiones “técnicas”), que las “renovables amputadas” para poder operar
necesitan el respaldo permanente de centrales convencionales de base…o sea que subrepticiamente
con las eólicas se instalan en paralelo usinas termoeléctricas, que como se
explicó, son las que queman petróleo o gas, básicamente.
La promoción a ultranza de esas energías, hoy llamadas
“renovables”, tiene entonces varios aliados estratégicos: las
petroleras y gasíferas transnacionales, los fabricantes de usinas térmicas (hoy
todas son importadas), los importadores, proveedores de repuestos,
transportistas de combustibles, etc. ¡Y esos son fuertes intereses creados! Por
otra parte, la historia argentina prueba que esos sectores son aliados
estratégicos de los sectores políticamente más retrógrados, ultra liberales en
lo económico. Todo cierra, si se analiza con amplitud y profundidad.
Por sus limitaciones técnicas, y por las realidades geográficas de
Argentina, las “renovables amputadas” (eólicas, solares y similares), no
pueden abastecer más del 10 % de la matriz eléctrica argentina. Como complementos
las eólicas y solares tienen su rol a cumplir, pese a necesitar ser
sostenidas por muy onerosos subsidios, pues sin ellos no son competitivas.
Pero como pretendidas bases del sistema eléctrico, además de
ser técnicamente inútiles (por problemas de tensión, voltaje y “alteraciones
armónicas” –concepto técnico), serían no solo carísimas, sino inviables.
Las últimas versiones de tergiversaciones conceptuales, con
las que pretenden llenarnos de “ventiladores” aún a costa de descalabrar el
sistema eléctrico, es exaltar a ultranza la “generación distribuida” (léase
eólicas y solares) de bajísimas potencias –siendo que la lógica, el sentido
común y la realidad demuestran que son mucho más eficientes las usinas de
grandes dimensiones-.
También proponen como una gran solución las llamadas “smart
grids” (redes inteligentes), que serían un justificativo –dudosamente eficaz-
de la exacerbada proliferación de eólicas que promueven los intereses creados.
Los prohibitivos costos de esas ineficientes generaciones
(eólicas y solares “distribuidas”) y la incoherencia de propugnar tecnologías
seguramente carísimas (como las “redes inteligentes”) en un país que lucha por
dar soporte energético elemental al desarrollo socio económico que necesitamos
imperiosamente, serían chistes de mal gusto, de no ser por las connotaciones y
motivaciones sectoriales y negativas para el contexto general, que claramente
dejan translucir.
C.P.N. CARLOS
ANDRÉS ORTIZ