domingo, 29 de noviembre de 2015
DEBEMOS COMPETIR – ESA HISTORIA YA LA CONOCEMOS
Recientemente, entre las muchas expresiones del electo presidente Macri, una de ellas pasó casi desapercibida, pues aparentemente no fue objeto de ningún comentario en los diversos medios de comunicación.
Casi como al pasar, entre muchos comentarios y anuncios, soltó una frase que tiene claras reminiscencias con el infame “proceso” y la también muy infame década del ’90. Dijo, conceptualmente, “la industria deberá competir”, lo cual traducido al lenguaje crudo y corriente, significa que deberá soportar una feroz competencia de la avalancha de productos importados, que será segura consecuencia de la apertura aduanera total.
Y esa competencia desigual, implica con seguridad, cierres masivos de fábricas argentinas; desnacionalización de nuestra economía; desocupación masiva, patológica y creciente, con miseria generalizada y consecuente regresión acentuada en los niveles de distribución de los ingresos (léase concentración de la riqueza); saldos marcadamente desfavorables en la Balanza Comercial, que repercutirán directamente en la Balanza de Pagos, lo cual a su vez implicará la “necesidad” de cubrir esos déficits con nuevo endeudamiento masivo, lo que a su vez operará como un siniestro condicionante que atará toda posible decisión soberana en los años subsiguientes.
Desprotección total del mercado interno, bajo el falso subterfugio de la “eficiencia” y “competitividad”, ha sido una de las piedras angulares de las medidas económicas del oligarca rural Martínez De Hoz, apenas usurpado el poder por parte de Videla y sus cómplices pretorianos y civiles, del cual uno de los “méritos” principales fue destrozar casi por completo la anteriormente floreciente e importante industria argentina.
Pero esta vuelta a la “organización nacional” con reminiscencias mitristas (o sea alineada incondicionalmente con las potencias hegemónicas tradicionales –hoy EEUU-UE y socios directos, como Canadá, Japón y otros-), de economía exclusivamente primaria (sin industrias y sin entes tecnológicos importantes), con estructuras sociales y económicas fuertemente sesgadas a la profunda desigualdad, y con carencia de visión geopolítica propia al operar como mera colonia económica con “formalidades” de Estado independiente; tiene otras connotaciones que previsiblemente serán mucho más perniciosas y difíciles de erradicar, pues está en marcha el TLC (Tratado de Libre Comercio) con la Unión Europea, el cual claramente puede ser calificado como el nuevo Estatuto Legal del Coloniaje, rememorando aquel del infame Pacto Roca-Runciman, de 1935.
Ese TLC, con cuya aprobación ya está relamiéndose la Unión Europea, funcionará como cadena de transmisión con la cual la UE nos endosará la actual profunda crisis social y económica que la afecta, que es directa consecuencia de la aplicación de políticas económicas liberales en el viejo continente.
¡Y por supuesto, los europeos declaman “libre comercio” mientras siguen levantando barreras que nos impiden las exportaciones agropecuarias que compiten con su subsidiado sector rural, y nos cierra sus mercados a nuestros muy competitivos biocombustibles! Muchos “comunicadores especializados” de economía y de temas agropecuarios, omitieron siquiera mencionar que esas barreras arancelarias contra nuestras exportaciones de biocombustibles, fueron levantadas en Europa, en clara operación de represalia, cuando el Estado Argentino, en una indudable acción de rescate de soberanía, decidió renacionalizar el 51 % de la petrolera estatal YPF, la cual fue extranjerizada por treinta miserables denarios de traición a la patria, en los feroces años ’90, en operaciones perpetradas por el grueso de los mismos integrantes designados del futuro gabinete presidencial.
Detrás del TLC con la UE, vendrá prontamente la alineación con el bloque del Pacífico, que es un ALCA remozado- ¡Más “libre comercio”, más miseria para nuestros países!
Muy negros nubarrones de miseria generalizada, de primarización forzosa de nuestra economía, de desocupación masiva, bajas de salarios reales, y de involución geopolítica a una situación de servil coloniaje respecto a las potencias tradicionales y a la Banca transnacional, son algunas de las claras perspectivas que concreta y claramente pueden avizorarse, de acuerdo a las medidas a tomar ya anunciadas, otras sutilmente volcadas como trascendidos, y de acuerdo a los antecedentes del equipo de gobierno electo y sus colaboradores ya anunciados.
Lamentablemente, grandes sectores de la políticamente volátil clase media, incluso muchos profundamente confusos de las capas populares, y amplios sectores supuestamente “nacionalistas” superficiales (muy confusos patrioteros de bandera), siguen sin entender ni un ápice de la realidad, que tan claramente y amenazadoramente se nos está mostrando.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
jueves, 26 de noviembre de 2015
FALSEDADES EÓLICAS, VERDADES ENERGÉTICAS
Las andanadas mediáticas con las que se promocionan a ultranza las supuestas “bondades insuperables” de las eólicas, de sus “primas hermanas” las solares, y de paso otras tecnologías sesgadamente calificadas como “renovables”, claramente no tienen ningún prurito en faltar groseramente a la verdad, buscando imponerse por la masividad y la repetición constante. Y por cierto, cuesta creer en la “inocencia” o “espontaneidad” de esas campañas mediáticas.
Así se verifica ahora, con los ataques cargados de falsedades y verdades a medias, con los que buscan denigrar y demonizar los acuerdos con China y Rusia, rubricados para construir tres nuevas centrales nucleares; acuerdos que tienen enorme importancia tecnológica y estratégica positiva para Argentina.
En clásicas operaciones de pinzas, redobladas a partir del resultado del balotaje favorable al neoliberalismo, los ataques al Plan Nuclear Argentino son realizados coordinadamente por el ecologismo más recalcitrante, orientado desde ONGs transnacionales británicas, promotoras a ultranza de eólicas y solares; operando al unísono con los poderosos intereses vinculados solapadamente a la termoelectricidad; todo ello enmarcado por factores del poder del ultra conservadurismo argentino, este último reconvertido al neoliberalismo desde el “proceso” (1976) en adelante.
Recientemente, eso se verificó en un medio electrónico que es vocero de la oligarquía campera, ultra conservadora, que solo concibe el “país-estancia” sin industria ni desarrollo tecnológico propio (Pregón Agropecuario – 17/11/2015), el cual se hizo eco de una de las tantas amañadas publicaciones que operan como voceros de las corporaciones energéticas extranjeras, las cuales sistemáticamente muestran sus orientaciones afines a la termoelectricidad (generada por gas y petróleo), y de sus aliadas menores, las muy promocionadas y muy poco eficientes energías “renovables” –básicamente eólicas y solares-.
La publicación lleva la firma de Gastón Fenés, un activista que en sus artículos promociona sistemáticamente las “renovables sesgadas” (son sesgadas, pues eluden y denostan a las hidroeléctricas, renovables sin duda, pero demonizadas por poderosos intereses que usan al ecologismo cavernario como instrumento detrás del cual se ocultan los intereses de las petroleras transnacionales anglosajonas).
El breve y muy mal fundamentado artículo analizado, ataca los acuerdos estratégicos con China (e implícitamente los celebrados con Rusia), por los cuales se construirán dos grandes centrales nucleares –con apoyo chino- y una con apoyo ruso; con muy ventajosas financiaciones para nuestro país, y con crecientes participaciones tecnológicas e industriales argentinas (todo lo cual es omitido/ocultado en el sesgado ¿malintencionado? artículo).
El nudo central de las críticas –por cierto totalmente endeble- es cuestionar las construcciones de las dos grandes usinas nucleares con tecnología y financiación china, argumentando la supuesta “conveniencia” de orientar esas inversiones hacia centrales eólicas. Esa groseramente falaz “conveniencia” pretende sustentarse en la opinión de un ignoto “experto” opinante ¿por qué no es capaz de asumir responsabilidades, asumiendo su identidad…o es una simple mentira sin nadie que la respalde? El otro “experto” consultado es un recurrente operador –Pablo Bertinat- demonizante de las usinas hidroeléctricas y nucleares, al que no le hace asco (evidentemente) opinar sin el debido sustento técnico, tal como lo hizo al operar como respaldo referencial del amañado artículo. Ese opinante fue el mismo que hizo silencio total, cuando en el Congreso de Economía Crítica de 2012 (Fac. de Ciencias Económicas - UBA), le retruqué fuertemente una extensa serie de mentiras proferidas con notable liviandad, emitidas para denostar sin fundamentos a Yacyretá. En lenguaje corriente, esa actitud se la califica de chanta.
El otro pretendido “fundamento” del artículo, es un casi ilegible gráfico (que literalmente debe ser leído con lupa); ¡pero en el mismo, el costo de generación de las nucleares, figura como menor al de las eólicas!; es decir que el propio cuadro que el autor elaboró (supuestamente en base a datos de la Secretaría de Energía de Argentina), contradice al propio articulista, que osada -o mendazmente- afirma que los costos de las eólicas son menores que las nucleares.
Internacionalmente es bien conocido que las eólicas son muy caras por KWh, motivo por el cual sus interesados promotores “exigen” otorgarles enormes y muy costosos subsidios. Dicho en castizo rioplatense simple, el autor macanea (miente) de lo lindo. Pero las mentiras no se agotan allí. Veamos.
De por si considerar como insignificantes a dos usinas nucleares, mencionando una potencia de “apenas” 1.700 MW, es una grosería conceptual sin asidero técnico alguno. ¿Cómo “apenas”, si representa casi 7 % de la Potencia Instalada Total Firme (disponible)? Es sin duda un aporte considerable.
Pero lo más grosero que los dos supuestos “expertos” consultados por el articulista omitieron, es que la energía producida por las eólicas es técnicamente inútil como energía de base de ningún sistema eléctrico, motivo por el cual es un mero complemento, no pudiendo reemplazar a las nucleares. Ese problema insalvable es ocasionado por las intermitencias causadas por las fluctuaciones del viento. Recordemos que las únicas tecnologías aptas para operar como usinas de base son tres: hidroeléctrica, nuclear y termoeléctrica.
En paralelo, el artículo y sus “expertos” ocultaron que para generar un volumen similar (pero de menor calidad) de energía que el que proveerán las dos nucleares de 1.700 MW de Potencia Instalada, se necesitarían eólicas de al menos el doble de Potencia (teórica) Instalada. Y a eso se le deberían agregar los cuantiosos costos de extensas líneas de alta tensión adicionales que serían en tal caso necesarias, del orden de 2.500 Km. Costos que no serían necesarios en las nucleares, pues estarán ubicadas en el nodo del consumo nacional.
También se omite que para operar, las nada limpias “renovables sesgadas”, requieren el soporte técnico de usinas termoeléctricas, operando como reservas calientes (en funcionamiento), quemando enormes volúmenes de petróleo o gas.
Claramente, el sector campero (la oligarquía agropecuaria) apoya esas mentiras, con tal de intentar desprestigiar el accionar del gobierno nacional saliente…y de apoyar la postura pro petrolera, anti nuclear y anti hidroeléctrica, que ha sido una constante de los gobiernos ultra conservadores de Argentina. La Historia Económica y Energética Argentina avala estas afirmaciones. Los fundamentos de esta afirmación han sido uno de los ejes de mi tesis de la Maestría en Gestión de la Energía, disponible en mi blog. Esto último mencionado como debido sustento de este análisis.
En línea con las tergiversaciones de los ecologistas, uno de los referentes energéticos del nuevo gobierno, el exsecretario de energía Emilio Apud, también se sumó a las campañas muy amañadas de críticas a las dos centrales nucleares en proceso de pronta concreción (e implícitamente a la tercera con tecnología rusa). Nada sorprendente, pues los liberales siempre han sido opositores directos o solapados a las hidroeléctricas y nucleares, pues claramente “sintoniza” la tendencia muy afín a la termoelectricidad, la misma que patológicamente nos subordina a depender en exceso del petróleo y el gas para la generación.
Apud fue el mismo que no previó ni pudo solucionar la crisis eléctrica que erosionó el final del gobierno alfonsinista. ¿Tiene autoridad moral para criticar?
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
viernes, 20 de noviembre de 2015
¿CLIMA DE NEGOCIOS U OPERAR SIN CONTROLES NI LÍMITES?
Recientes declaraciones del remplazante en Argentina del macrista Aranguren en la petrolera holando-británica Shell, fueron amplificadas mediáticamente por uno de los medios especializados electrónicos, que habitualmente operan como cajas de resonancia de las opiniones “políticamente correctas” de las grandes petroleras y gasíferas privadas –básicamente extranjeras anglosajonas-, y de sus socios menores o ramificaciones en otras empresas menores.
Ese tipo de trascendidos u opiniones “relevantes” son usualmente herramientas, para instalar ideas que son afines a los sectores del poder concentrado que las difunden por medio de órganos de difusión funcionales a o dependientes de ellos.
El mensaje “políticamente correcto” dijo que se necesita:
- Optimizar la seguridad jurídica y la estabilidad fiscal.
- Garantizar la libre disponibilidad del capital.
- Mejorar el ambiente de negocios.
- Elevar la productividad.
Como ese lenguaje es críptico para muchos, pero eufemísticamente muy entendible para quienes “están en tema” de las claves conceptuales de las grandes corporaciones extranjeras, que no por casualidad promueven el neoliberalismo, es conveniente “traducir” esas expresiones a sus usuales reales significados.
“Optimización jurídica y fiscal” obtuvieron las megas corporaciones extranjeras y sus asociados menores de Argentina, en los años ’90, cuando aquel Estado bobo, achicado y deformadamente enanizado, manejado por testaferros y representantes del mismo poder corporativo excluyente de todo Interés Nacional, garantizó mediante una enrevesada maraña jurídica-reglamentarista, que esos operadores “privados” operen a riesgo cero, pues el Estado les aseguraba la rentabilidad sin importar las contingencias (¿¡y el “riesgo empresario” de la “libre empresa”!?). Más claramente, el Estado asumía todas las pérdidas y garantizaba al como sea, la “intangible” ganancia de los “privados”. Digamos de otro modo: las pérdidas para los argentinos, las ganancias aseguradas para los extranjeros y sus testaferros locales. Siempre se nos dice que de otro modo “no vendrán las
inversiones extranjeras”, lo cual es otra falsedad, demostrada por Estados que mantuvieron posturas firmes en defensa de sus intereses, incluso aumentando sustancialmente los gravámenes y cánones de explotación.
“Garantizar la libre disponibilidad del capital”, es equivalente al “todo vale”, pero a favor de los extranjeros, como se hizo en los noventa, por caso como sucedió con las reservas de petróleo y gas, “ordeñadas” de apuro por Repsol y otras corporaciones extranjeras, para exportarlas a precios viles “haciendo caja” rápidamente, y ni siquiera cobrando esas exportaciones en Argentina. O sea, nos quedamos sin gas ni petróleo, ni con las divisas de esas exportaciones subfacturadas. Ventas en muchos casos amañadas, pues los compradores eran asociados directos o encubiertos de las mismas corporaciones, con domicilios legales en el exterior.
“Mejorar el ‘ambiente de negocios’ “. Frase aparentemente neutra, o incluso ambivalente, pero que en los hechos tiene significado concreto, para los promotores del poder corporativo hiper concentrado. Para esos actores del poder económico transnacional, “buen ambiente de negocios” implica carencia total o laxitud extrema de los controles y falta de acciones concretas del Estado, que en tal situación de patológica anomalía institucional, pasa a ser una marioneta dócil, manipulable a discreción por las grandes corporaciones transnacionales, las que incluso llegan a colocar en cargos relevantes del Estado a sus propios testaferros, y a manipular al Poder Judicial, al Legislativo e incluso al Ejecutivo, tal como lo hicieron en diversos períodos de nuestra compleja y azarosa historia.
“Elevar la productividad”, implica para ese lenguaje semi críptico, “bajar los costos”. Y como las megas petroleras se autocalifican como muy eficientes en la logística y en los procesos productivos técnicos, eso pasa a entenderse como sinónimo de reducción de salarios y disminuciones o exenciones impositivas y de tasas a la explotación hidrocarburífera. En castizo más simple, pagar lo menos posible en Argentina, para llevar el grueso de las utilidades brutas al exterior.
Ya lograron desarticular la OPEP, mediante el gobierno cómplice de Arabia Saudita, que hizo bajar sustancialmente los precios del crudo; ya lograron “bajar costos” en Iraq, Libia, y en Siria, desarticulando los Estados y comprando crudo a
precios viles a diversas facciones de los “señores de la guerra” que se empoderaron de los pozos e instalaciones petrolíferas.
Ahora quieren apoderarse del gigantesco yacimiento de Vaca Muerta, y de otros reservorios argentinos importantes, como los del Mar Argentino y los patagónicos convencionales.
Ese es el significado real de “frases técnicas” como las del que en Argentina representa los intereses de la británica Shell. “Holando-británica”, intentarán corregir algunos. Pero la socia menor de los británicos de Shell no es el Estado de Los Países Bajos, es la Corona de Nederland (literalmente Países Bajos), la cual hace más de tres siglos se subordinó explícitamente a los dictados de la Corona Británica. Y la sede principal de Shell no está en Amsterdam, está en Londres, casi a un paso del Palacio de Buckingham.
En Argentina, sus operadores están entre los más activos promotores del regreso al neoliberalismo salvaje, maquillado de modernismo con globitos e impostadas actitudes de gurúes de autoayuda espiritual.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
domingo, 15 de noviembre de 2015
SOBRAMOS 33 MILLONES DE ARGENTINOS – EL GENOCIDO NEOLIBERAL
Hoy somos 43 millones de argentinos, y claramente, para el excluyente y genocida modelo económico neoliberal, solo hay lugar para 10 millones de argentinos.
Esa cruda afirmación, puede parecer exagerada, o infundada, o “conspiranoica”, a mentes desinformadas o a espíritus muy crédulos de los “pensamientos políticamente correctos”, difundidos por los organismos de difusión que son meros repetidores de los intereses de los poderes concentrados; pero es el fiel reflejo de la realidad, demostrada por la historia y los hechos.
Esos órganos de difusión del poder concentrado, están alineados con los grupos del poder financiero transnacional. Buscan subordinar a los Estados.
Esa Argentina excluyente para no más de 10.000.000 de habitantes es el fiel reflejo del pensamiento y de las consecuencias esperables, del accionar de las minorías que desde nuestra independencia, pretendieron manejarnos como gerentes al servicio extranjero, de la factoría dócil carente de soberanía y dignidad nacional, que en largos períodos de nuestra historia, lamentablemente ha sido la República Argentina.
Pretenden que Argentina vuelva a ser un país-estancia, o más precisamente, una estancia con formalidades superficiales de nación pseudo independiente. Con las acertadamente llamadas -por el Dr. Julio Carlos González- “independencias cromática y musical” (himno y bandera), pero con subordinación clara e inapelable a los poderes e intereses neo imperiales.
Realidad lamentable y cruel, que no entienden sectores muy confusos de las clases medias; que no les importa a marxistoides de diversos pelajes sin noción de patria y anclados en “profecías” de Marx del siglo XIX; y que no pueden llegar a comprender los muy confusos “patrioteros de bandera” con las mentes condicionadas por los cursos formateados por la Escuela de las Américas (la misma que formó a muchas camadas de uniformados como buenos patriotas … norteamericanos; pero siempre hay muchas honrosas excepciones).
Las grandes estancias (y las no tan grandes también), usualmente se manejan con muy poco personal, en general muy mal pago y muchos en negro (empleo informal). Eso mismo hacen los liberales cuando se apropian del poder.
Muchos patronos al estilo de la ultra conservadora Sociedad Rural, añoran los “tiempos de la república” (léase de apogeo de la oligarquía campera), en las que los peones eran simples piezas humanas descartables, carentes de derechos y sometidas a la voluntad omnímoda de la figura feudal del “patrón”, el señor con poder total en su feudo campero, poder en muchos casos brutal y deshumanizado que llegó a sostener el infame “derecho de pernada” sobre las jóvenes de su feudo-estancia; repitiendo con ello los brutales “derechos” de los reyezuelos medievales europeos.
Es de recordar que en la “década infame” (1930-1943), en la cual el vicepresidente “Julito” Roca –no el General Roca- exclamó muy orondo que “Argentina es la joya más preciada de la corona de su ‘graciosa majestad’ ” (la británica), en esos mismos penosos y aciagos años, el abogado de empresas británicas y varias veces Ministro de Hacienda de gobiernos liberales-oligárquicos, Federico Pinedo, expresó con brutal desparpajo que “la población de Argentina no debe exceder de 10 millones de habitantes, para mantener la relación de cuatro cabezas de ganado por habitante”.
¡Cero criterio de grandeza nacional y mediocre concepción de desarrollo, pretendiendo condicionar el necesario crecimiento poblacional a las necesidades de la oligarquía vacuna, y estancar las existencias de ganado, en vez de multiplicarlas en nuestro enorme territorio continental! Esa concepción mediocre predominó en las dirigencias camperas –usuales asaltadoras del Poder Institucional Nacional, por medio de golpes de Estado-, pues las existencias de cabezas de ganado vacuno se estancaron por décadas, mientras que Brasil las multiplicó y nos superó ampliamente como exportador mundial.
Claro está que ese conspicuo ministro de las oligarquías y a la vez asesor de empresas británicas (al mismo tiempo, sin vergüenza ni ética alguna), el mismo junto al por entonces Ministro de Agricultura y Ganadería, Luis Duhau, o sus entornos, fueron los principales sospechosos instigadores del nunca aclarado asesinato en el Congreso Nacional, del Senador Enzo Bordabehere, que se inmoló para proteger a su amigo y compañero de bancada Lisandro de La Torre, temible denunciador público de los negociados y estafas al Estado Argentino, por parte de
los frigoríficos británicos, que por entonces (años ’30) eran oligopolios de la exportación de carnes.
Ahora de nuevo, los mismos pensamientos retrógrados y antinacionales, en muchos casos con los mismos apellidos y las mismas personas que en los siniestros años ’90 destrozaron a Argentina y la pusieron al borde de la disolución nacional –al estilo de Yugoeslavia, como propugnaban intelectuales del poder neocolonial de EEUU y la Unión Europea-; esos mismos personajes pretenden imponer las mismas medidas de genocidio económico-social y de pisoteo de la soberanía nacional…¡pero claro está, envuelta en formatos “simpáticos” con globitos amarillos, caras sonrientes, mensajes huecos de “paz y amor” y ocultamiento de los objetivos reales buscados por los sectores recalcitrantes del neoliberalismo local, alineados y subordinados a los mismos poderes neocoloniales que nos quieren envolver con “tratados de libre comercio” y otras maniobras que en los hechos –de ser implementadas- provocarán miseria, desocupación, desindustrialización acelerada, destrucción sistemática de los entes tecnológicos, y caos social a escalas mayúsculas, como ya lo hemos padecido, con los mismos personajes como orquestadores visibles o en las sombras, en los años ‘90.
Ese país – estancia, en los hechos colonia dócil, que nos quieren imponer, solo contempla el “país central” de la Pampa Húmeda y poco más. Sus mentores ni conocen el resto de nuestra geografía, tal como su “gerente presidenciable” desnudó al prometer “un puerto para Santiago Del Estero”, y otro de sus referentes, se refirió burlona y agresivamente a los “desconocidos del interior, que pueden querer llegar al gobierno” (conceptual, no textual la frase).
Ese país enanizado y primarizado (solo economía primaria, sin industrias ni tecnología propias), solo puede dar trabajo, de regular o mala calidad, a no más de 10 millones de argentinos, tal como impúdicamente lo expresan sus mentores económicos.
¡En ese esquema, sobramos 33 millones de argentinos!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
sábado, 7 de noviembre de 2015
YPF - SOBERANÍA ESTRATÉGICA O NEGOCIADOS EXTRANJEROS
YPF desde su creación, en 1922, a fines del primer gobierno de Yrigoyen, marcó un hito estratégico de la soberanía nacional, siendo por tanto una clara divisoria de aguas entre los gobiernos de orientación nacional, y los subordinados explícita o implícitamente a los intereses y designios colonialistas extranjeros.
En los primeros ocho años de vida de la que llegó a ser señera Empresa Estatal, estuvo dirigida por su alma mater, el General e Ingeniero Enrique Mosconi, siempre secundado leal y eficientemente por el también General e Ingeniero Alonso Baldrich. Claro está, eran Generales de aquel Ejército Argentino que desde su refundación a partir de la Ley Riccheri (citado también como Ricchieri), por iniciativa de Julio A. Roca a principios del siglo XX, había hecho un culto de los Valores y Principios Nacionales, por cierto muy lejos de aquellas cúpulas y algunos cuadros de aquel otro ejército subordinado desde 1955 a la Escuela de las Américas, de tan tristes y bochornosas consecuencias para nuestro país; siempre con honrosas excepciones, como el patriota General Guglialmelli. Pero este es otro tema. Volvamos a YPF.
YPF fue la primera petrolera estatal del mundo, sirviendo de positivo ejemplo para todas las otras petroleras estatales que fueron creadas posteriormente, con las cuales todos los Estados con criterios claros de dignidad y soberanía nacional, buscaron tener participaciones activas en el muy estratégico sector hidrocarburífero, en su momento manejado por el oligopolio de empresas británicas y norteamericanas, que llegó a ser conocido como “Las Siete Hermanas”.
De un mercado interno argentino, copado a discreción y con criterios coloniales, por las petroleras Shell (británica) y Esso (estadounidense), se pasó a un mercado manejado eficientemente por el Estado Argentino con criterios de soberanía y visión estratégica, abasteciendo a todo el extenso territorio continental y buscando el autoabastecimiento, además de volcando las utilidades en reinversiones productivas internas, en lugar de girar las ganancias a las casas matrices extranjeras, como lo hacen las “privadas” foráneas.
Siendo claro que el accionar de YPF molestaba a las petroleras anglosajonas, no fue raro que el golpe de Estado de 1930, fuera calificado como “con fuerte olor a petróleo”. Consecuentemente, se redujo mucho la participación de YPF y los precios internos se “alinearon” con los externos, multiplicando las ganancias de las “privadas”. Bajo feroces campañas desacreditantes de la ”prensa libre” (léase funcional a los intereses oligárquicos y extranjeros), y con las consabidas presiones judiciales en causas prearmadas, poco después Yrigoyen murió en soledad y sobria austeridad; mientras que Mosconi fue despedido, falleciendo pocos años después con una casa como único patrimonio; y Baldrich, además de las persecuciones, sufrió el escarnio de un injusto encarcelamiento y el destierro. ¡La oligarquía apátrida no perdona, y es particularmente feroz con los patriotas!
Claro está que Yrigoyen fue acompañado a su morada definitiva, por una masiva, silenciosa y desafiante multitud, que así despidió al primer caudillo popular del siglo XX, ante el desprecio de las “clases bien” oligarcas y del medio pelo acomodaticio.
En los golpes de Estado de 1930, 1955, 1962 y 1976, YPF fue puesta bajo la presidencia de personeros de las petroleras extranjeras, que por supuesto operaron bajo pautas “de libre mercado”, o sea opuestas a las Empresas del Estado…¡opuestas a la YPF estatal! De esa forma se llegó a la aberración que obligaba a YPF a vender petróleo o directamente naftas, por debajo del costo, a las empresas anglosajonas competidoras en el mercado argentino.
A fines de la década infame (1930-1943), YPF había reducido considerablemente su participación, a expensas de las dos “privadas”, y los precios de los combustibles se ajustaron a los requerimientos de estas últimas. ¡Eficiencia privada que le dicen…!
Entre 1943 y 1955, YPF reasumió su rol rector y productor, pero Argentina fue castigada por las potencias triunfantes en la Segunda Guerra, por no aportar su cuota de carne de cañón manteniendo la neutralidad, y nos restringieron las ventas de equipos de perforación y otras maquinarias necesarias para incrementar las producciones de petróleo y gas.
La revolución fusiladora (1955), fue liberal, antinacional y antiestatista…fue contraria al crecimiento de YPF.
En 1958, con los votos del peronismo, ganó las elecciones Arturo Frondizi, prometiendo implementar un rol primordial para YPF, pero implementó una política de contratos petroleros con empresas norteamericanas. Con ello, brevemente se alcanzó el autoabastecimiento petrolero, pero las condiciones siguen siendo controversiales, si bien comparadas con los contratos de los años ’90, aquellos del frondicismo aparecen como muy moderados.
Después, los vaivenes de YPF fueron prácticamente calcados respecto a los cambios político-económicos, siendo siempre atacada por gobiernos políticamente conservadores y liberales en lo económico.
Pero en 1976, con “el proceso”, comenzó otra historia, bajo la férula impiadosa y brutal del neoliberalismo, que estuvo plenamente vigente 25 años.
En los primeros años del “proceso”, con Martínez de Hoz y sus sucesores, comenzó la tarea de demolición de todas las empresas estatales, obligándolas a trabajar a pérdida y contrayendo enormes créditos en el exterior, bajo una mecánica perversa. Los fondos ingresados eran inmediatamente girados al Ministerio de Economía, para enjugar los incontrolables déficits fiscales autoinducidos dispendiosamente por los tecnócratas del gobierno cívico-militar; pero los pasivos quedaban en las Empresas Estatales. Con ello no solo arruinaron rápidamente sus Estados Patrimoniales, sino que prontamente pasaron a tener enormes pérdidas financieras a consecuencia de enormes montos de intereses; con todo lo cual –ocultando las maniobras cínicamente perversas de endeudamiento- los tecnócratas
neoliberales y los corifeos de la comunicación mercenaria, prontamente se llenaron las bocas predicando la “ineficiencia crónica de las empresas estatales”, como justificativos para preparar el terreno a las privatizaciones salvajes, que década y media después, ya en los años ’90, se consumarían, desarticulando casi completamente al Estado Argentino. Eran los pasos previos conducentes a la disolución nacional, ordenados por el establishment financiero transnacional, tal como dejó traslucir Rudiger Dornbusch.
Desguazada Gas del Estado, y malvendida YPF –perpetrándose la mayor maniobra de corrupción y de resignación de soberanía de todo el siglo en Argentina-, comenzaron entonces las acciones de “ordeñe” acelerado de los importantes yacimientos de petróleo y gas, rápidamente “hechos caja” por las petroleras y gasíferas extranjeras, que ante la complicidad de gobiernos subordinados a esos intereses antinacionales, nos dejaron sin petróleo, sin gas…y sin las divisas producto de sus ventas desenfrenadas.
La trabajosa recuperación parcial (51 %) de YPF, con las huecas pero crudas amenazas del Estado Español (formado por engreídos nietos de los muertos de hambre de fines de los ’40, a quienes Argentina regaló enormes cantidades de carne y trigo, que fingen desconocer), y bajo otras presiones de “la comunidad internacional” (léase Unión Europea y EEUU) se concretó hace escasos años, y con eso también retomamos el control del mega yacimiento no convencional de Vaca Muerta, que es la gran “joya de la abuela” con la que quieren quedarse los fondos buitres y otros especuladores y piratas económicos del mundo…con los que quiere acordar al como sea el candidato presidencial neoliberal de “Cambiemos”.
Hoy, con el autoabastecimiento y además la concreta realidad de convertirnos en fuertes exportadores en un breve lapso histórico (estimado entre 5 a 10 años), con YPF expandiéndose y aumentando las producciones de petróleo y gas, de nuevo se está ante un nuevo y feroz ataque de los privatizadores a ultranza y personeros de las mismas corporaciones petrolíferas anglosajonas.
No solo la real plataforma económica del candidato del establishment es ultra privatista (aunque suavice el discurso para cooptar crédulos y desinformados), tal como los prontuarios de sus principales referentes económicos demuestran (Melconian, Espert, Sturzennegger, Broda, Frigerio, Prat Gay, etc.), de sus entusiastas promotores (Cavallo, De La Rúa, etc.); también de los referentes energéticos (Lapeña, Montamat, y otros) que han sido los perpetradores de las privatizaciones salvajes de los años ’90 en el sector, y los paralizadores del Plan Nuclear; sino que además, el designado rector del plan energético del macrismo, es Juan José Aranguren, del riñón de la petrolera holando-británica Shell, enemigo declarado de la YPF estatal y de todo accionar rector del Estado.
Partes de la clase media desinformada y siempre quejosa, sectores militares y de FFSS (que no parecen saber de Geopolítica ni de soberanía económica), los marxistas virulentos y otros colonizados mentales varios, ni lo entienden.
¡Graves riesgos sin duda para la soberanía argentina!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
martes, 3 de noviembre de 2015
URQUIZA Y ROSAS – ERRORES Y EXCLUSIONES DEL ACADEMICISMO HISTÓRICO MITRISTA
Los análisis históricos nunca son “neutros”, pues implícita o explícitamente están teñidos con la orientación o encuadre histórico-político del historiador o simple relator de hechos o biografías, mucho más cuando se trata de personalidades relevantes –para bien o para mal- de nuestra convulsionada historia ya bicentenaria.
Estas reflexiones vienen al caso, al haber leído una breve, muy parcializada y muy incompleta síntesis histórica expuesta en la última (SEUO) publicación de Euskal Jatorri, la asociación vasca de Posadas, Misiones. Esa síntesis –que no posee firma del responsable- comienza con una descripción del Palacio San José, que fuera residencia del muy controversial caudillo entrerriano Justo José de Urquiza, síntesis que ya en el tercer párrafo se convierte en un acentuado panegírico, al considerarlo “genio militar y primer hombre político argentino con visión de estadista”, y la síntesis posterior omite claros hechos históricos que contradicen esos dudosamente fundados laudatorios calificativos del terrateniente caudillo entrerriano. Calificativos al menos marcadamente exagerados, cuando no totalmente sesgados y erróneos, de ese individuo. Seguidamente mis reflexiones.
¿“Primer político con visión de estadista”, el que para consumar la expulsión de Rosas del Centro del Poder Argentino, pactó y fue funcional a potencias extranjeras en ese momento enemigas, como Gran Bretaña y Francia?, (que aportaron logística, armamentos, y muy posiblemente dinero, además de mercenarios europeos italianos y alemanes); y como el Imperio del Brasil, que dio un cuantioso préstamo al ambicioso caudillo entrerriano, y tropas imperiales que luego desfilarían triunfantes en Buenos Aires. Más que una revolución, el alzamiento que culminó en la batalla de Caseros, fue una guerra, con un traidor principalísimo que fue el argentino de origen vasco Urquiza.
¿”Gran estadista”, quien después de Caseros fue incapaz de resistir las presiones de los intereses portuarios, liderados por Mitre y fogoneados por los liberales rivadavianos, debiendo a los pocos meses abandonar presuroso Buenos Aires para instalar de apuro la capital de la República Argentina en Paraná, mientras Buenos Aires se separó políticamente, con riesgo certero de fractura permanente de creación de otro Estado-tapón, este en las márgenes occidentales Del Plata?
¿”Gran estadista”, quien impuso la pérdida de soberanía en nuestros ríos, al “liberarlos” a buques extranjeros cuan “tierra de nadie”, lo cual incluso permitió “legalmente” que cañoneras británicas naveguen sin inconvenientes en el Plata y el Paraná, años después, en claras maniobras de intimidación?
¿“Primer político con visión de estadista” Urquiza, omitiendo del concepto indudable de estadista, claramente atribuible al también argentino de origen vasco (de padre y madre) Juan Manuel de Rosas, que con notable habilidad y visión de grandeza, condujo las relaciones exteriores de la Confederación y mantuvo la unidad territorial e incluso la expandió hacia el sur, enfrentando no solo a malones de algunas tribus indígenas, sino también al insidioso y permanente hostigamiento de los unitarios que con apoyos franco-ingleses operaban desde Montevideo, desde Bolivia y desde Chile, derrotando varias incursiones armadas como las comandadas por “la espada sin cabeza”, el voluble y manipulable General Lavalle?
¿Puede acaso soslayarse –acorde a los historiadores edulcorados del mitrismo- que San Martín legó su sable libertador a Rosas, en reconocimiento a su patriotismo al enfrentar victoriosamente las agresiones de las dos principales potencias económicas de la época –Gran Bretaña y Francia-, alcanzando con ello una notable estatura de estadista con muy positivas repercusiones mundiales?
¿Puede caerse implícitamente en la degradación de Rosas, por haber sido impuesto por voluntad popular como dictador, para acabar con la anarquía y las amenazas de disolución, que nos acechaban desde los cuatro puntos cardinales por acciones de los unitarios, de los indios alzados (no eran todos, sin duda), y sobre todo por el insidioso accionar de las potencias europeas del momento?
¿”Genio militar”, el que comandando las tropas federales en la Batalla de Pavón, contra los unitarios portuarios mitristas, teniendo claramente la victoria en sus manos, ante el desbande de las tropas portuarias, cuando en vez de definir la guerra civil a favor de las Fuerzas Federales; incomprensiblemente ordenó a sus fuerzas volver grupas (retroceder), transformando una segura victoria militar federal, en un definitivo triunfo militar y político del centralismo unitario porteño?; todo ello en una inexplicable decisión mediocre, cobarde o cómplice con el
mitrismo, que sigue provocando serias controversias entre historiadores serios y bien documentados.
¿”Genio militar” el varias veces traidor a los Intereses Nacionales, que traicionó a Argentina aliándose con potencias e intereses extranjeros en Caseros, para expulsar del poder a Rosas, que había demostrado ser un inclaudicable patriota, a lo largo de sus dos décadas largas de fuerte y firme influencia determinante en los Asuntos de Estado de la Confederación Argentina?
Traiciones de Urquiza, cuando hizo oídos sordos a los reiterados y desesperados reclamos de los caudillos federales, para enfrentar al mitrismo centralista y unitario, que había despachado a asesinos con uniforme, para degollar impiadosamente a gauchos y caudillos que se oponían al avasallamiento de las provincias por parte del poderoso puerto y sus egoístas intereses económicos, subordinados ya plenamente a los dictados británicos.
Traición de Urquiza, que en contra de toda lógica de estadista, y pese a las protestas de los últimos caudillos federales y del sordo clamor de los gauchos que debieron ser enviados engrillados a pelear contra el aliado natural que era Paraguay, avalando la terrible guerra de la triple infamia, claramente ejecutada como guerra de exterminio, celebrada como tal por liberales pro británicos como Sarmiento y Mitre.
¿Estadista Urquiza, que en forma acorde o cómplice con los rivadavianos –como Bonifacio del Carril y Florencio Varela, con “representantes de las provincias” elegidos a dedo entre los funcionales a los unitarios portuarios, hizo sancionar de apuro la primera constitución?, la que poco menos no fue más que una copia bastarda de la constitución de EEUU, como parte de la legislación anglosajona impuesta, en nada acorde a la idiosincrasia y costumbres de cultura hispánica de los criollos no “enamorados de las luces de Europa” como ciertos intelectuales afrancesados y fuera del contacto con la realidad y los Intereses Nacionales.
Tampoco debe omitirse que el dudoso “genio militar” hizo asesinar alevosamente al Coronel Martiniano Chilavert –otro vasco bravío, si va al caso-, quien después de luchar en Caseros como un león en su unidad de artillería, debió rendirse después de agotar sus municiones, y en tal situación fue hecho fusilar con alevosía por Urquiza, presumiblemente por haberle enrostrado al estanciero entrerriano su venal entrega al oro imperial brasileño.
Queda claro que el objetable artículo no fue incluido en la revista bajo ningún prejuicio racial, sino como una (muy pobre) alusión al papel histórico de los muchos inmigrantes vascos que poblaron Argentina, al igual que sucedió en otras naciones hermanas de Íbero América.
Desde esa postura no racista ni segregacionista, hubo muchos otros argentinos de orígenes vascos, con muchas mejores cualidades patrióticas, que pudieron ser mencionados, en lugar del mencionado Urquiza. Por citar a algunos: Lisandro De La Torre, el denunciante de los negociados de la década infame (del ’30); su amigo y correligionario Enzo Bordabehere, que se inmoló para evitar su asesinato en el Senado; Hipólito Yrigoyen; Arturo Jauretche; Raúl Scalabrini Ortiz; etc.
Nunca debe olvidarse que la Historia Argentina, presentada en forma confusa, distorsionada, omisiva o incluso falaz, es uno de los más poderosos factores de colonización cultural, con la cual se sometió a nuestro país desde antes de nuestra independencia, como medio de evitar que se alcance un destino de grandeza.
Referencias bibliográficas.
José María Rosa – Nos los Representantes del Pueblo.
José María Rosa – Rosas, nuestro contemporáneo.
José María Rosa – Historia Argentina.
Jorge Abelardo Ramos – Historia de la Nación Latinoamericana.
Harry S. Ferns – Gran Bretaña y Argentina en el Siglo XIX.
Arturo Jauretche – Obras completas.
Raúl Scalabrini Ortiz – Política Británica en el Río de la Plata.
Julio Irazusta – Vida Política de Juan Manuel de Rosas
Otros autores.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Investigador en Temas Económicos y Geopolíticos
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