LOS MUERTOS NO PRODUCEN NI CONSUMEN
A propósito de los “muy preocupados” por la economía nacional, los economistas liberales a secas, neoliberales, y los libertarios; más los comunicadores sociales que sirven de claque al establishment, y varios impresentables políticos de ese sector nada nacional; que a toda costa quieren terminar al como sea con las medidas de cuarentena; lo primero que se les debe hacer notar, es que la necroeconomía (economía de la muerte, o priorización a ultranza del libertinaje económico al como sea) que propugnan, con seguridad provocaría un alud de nuevos contagios de la pandemia del Covid 19, y con eso un incremento exponencial de decesos.
Lo muy riesgoso de no dar total prioridad a la salud pública, está demostrado por los casos de países que optaron por enfatizar medidas “pro mercado”, como EEUU, Gran Bretaña y Brasil, en los que los niveles de incrementos de los contagios y de las consecuentes muertes, aparecen como totalmente desmadrados.
Tampoco muestran casos muy airosos Italia y España, dos naciones en las cuales la peor infección que parecen mostrar, es la del neoliberalismo acentuado, una de cuyas secuelas es el descuido o incluso el desguace de los sistemas de salud pública; todo ofrendado al altar del “dios mercado”.
Para los señalados voceros del neoliberalismo (y doctrinas afines), es más que evidente que lo seres humanos no les importan nada, sobre todo si no son de los grupos cerradamente elitistas, que ellos integran o a los que sirven con arrastrada pleitesía.
Pero la hipocresía que demuestran, impresentable por cierto, solo es parcialmente escondida por los multimedios oligopólicos y sus asalariados tinterillos. Y les resulta indefendible, cuando se les pone ante la cruda realidad que esos mismos personeros de doctrinas político – económicas crudamente nacionales, apoyaron con entusiasmo de mercenarios al tanto por cuanto, todas y cada una de las sucesivas medidas de desguace económico generalizado, que con saña y nada de inocencia, fueron implementadas en cada uno de los tres períodos neoliberales, padecidos dolorosamente por nuestro país –el “proceso”, el noventismo y el macrismo-.
¡Ahora fingen preocupación por la caída de la actividad económica a consecuencia de las estrictas medidas sanitarias; pero justificaban e incluso se felicitaban, ante el industricidio masivo, el tecnicidio generalizado y muy acentuado contra entes tecnológicos relevantes (nuclear, satelital, biológico, el CONICET, etc.), el Pymecidio generalizado, y la miseria que multiplicaron con malicia y estulticia propia de psicópatas asesinos seriales!
Por supuesto, omiten considerar, con la insensibilidad y superficialidad conceptual que los caracteriza a esos sectores apátridas, el elemental concepto que los muertos no producen ni consumen.
Pero queda en claro, que además de ser voceros y reflejos de mezquinos intereses de oligarcas y oligopolistas, cuya única víscera sensible es el bolsillo; lo que en realidad buscan es la destrucción de los positivos efectos sanitarios de la severa cuarentena, que logró un elevadísimo nivel de aceptación en la población y un inédito porcentaje de imagen positiva del actual gobierno nacional.
En realidad, buscan sembrar de muertos por el Covid 19 en Argentina, para con ese argumento, despotricar a mansalva y seguir sus acciones de esmerilado con propósitos destituyentes del gobierno nacional, para volver a imponer otro gobierno oligárquico, apátrida y genuflexo ante los dictados del mega poder financiero transnacional, y de las Potencias Atlantistas, que desembozadamente buscan hacernos volver irremisiblemente al caduco e inviable modelo de país primarizado; el cual casi con seguridad sería el paso previo al desguace nacional en media docena de dóciles republiquetas; infame tarea que ya era el objetivo de los tecnócratas neoliberales del noventismo en el menemato y el delarruato.
Las progresías, con formatos y letras dictadas desde los mencionados centros de poder, son usualmente claques dóciles y maleables, funcionales a esos fines.
Por supuesto, los nulo pensantes cuando no cómplices activos de esas infames tareas, son los muy colonizados mentales milicos proceseros, en las antípodas de Señores Militares Patriotas que supimos tener.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
martes, 28 de abril de 2020
viernes, 24 de abril de 2020
CARTA ABIERTA A PROGRES FUERA DE FOCO, LIBERTARIOS Y NEOLIBERALES
Preguntas que nunca responden, hechas a ciertos sectores sociales, genialmente definidos como “chetoslovacos”, con sus entusiastas claques de “clasemedieros con pretensiones” (Jauretche los llamó “tilingos”, que se creen pares de los oligarcas grandes estancieros, siendo que la única tierra que tienen es la de cuatro o cinco macetas en su patio embaldosado), y “revolucionarios” varios que son usados por los centros del poder mundial, y que muchas veces apoyan a los sectores ultra conservadores y oligarcas más recalcitrantes,,,o se son muy funcionales.
Señalo seguidamente algunas de las muchas aberraciones que perpetraron los neoliberales “autóctonos”, y de las que no se hacen cargo.
Los llamo “autóctonos” pues no demuestran ser argentinos, por ser cipayos asumidos, y por ende apátridas.
Apoyan a los que desguazaron el Instituto Malbrán, echando a la calle a muchos de sus calificados profesionales y quitándole presupuesto (es el ente científico más prestigioso de Argentina en temas epidemiológicos…claro que a los elitistas neoliberales, la gente común no les importa).
Desfinanciaron al CONICET, ente tecnológico muy reconocido.
Dejaron 5 hospitales sin terminar en el Gran Buenos Aires, pretendiendo excusarse en que “no eran necesarios”, despreciando visceralmente los pobres.
Cancelaron el gasoducto a Misiones y Corrientes, sin motivo válido alguno, burlándose de las necesidades sociales y económicas de estas dos provincias, sin importarles nada el desarrollo nacional.
Frenaron las construcciones de autovías y rutas pavimentadas, haciendo parodias de inauguraciones de minúsculos tramos, presentándolos como “grandes obras”.
Achicaron Aerolíneas Argentinas buscando su desguace, con claro desprecio a la soberanía y a las necesidades estratégicas nacionales.
Aumentaron brutalmente las tarifas de servicios públicos, con todas las recaudaciones adicionales para los accionistas y casi nulas inversiones, deteriorando los servicios y no cubriendo las crecientes necesidades nacionales.
Consumaron negociados mafiosos en todas las áreas, con premeditación y alevosía, operando con estulticia y con la abierta desenvoltura de los que se creen impunes totales.
Destrozaron la industria argentina, subordinados a los dictados extranjeros que mandan una economía forzosamente primarizada y subdesarrollada, con las complicidades de las oligarquías locales, siempre egoístas y apátridas.
Atacaron todos los entes tecnológicos o directamente los desguazaron; procediendo con soberbia y alevosía, buscando reimplantar el vetusto país – estancia, hoy totalmente inviable y solo apto para deformar un país feudal, con trabajo mal pago para no más de 10 millones de argentinos.
Multiplicaron los desocupados, los pobres y los indigentes, burlándose de las necesidades del pueblo, buscando llevar los salarios a niveles de miserabilidad brutal.
Nos endeudaron en forma sideral, como nunca lo estuvimos, con el doble propósito de alimentar la brutal fuga de divisas, y para condicionarnos como paso previo a la disolución nacional.
Pisotearon vilmente la soberanía argentina… claro que ese “temita” de la soberanía, a los “ciudadanos del mundo” no les importa. Y el listado sigue.
Como si no fuera excesivamente perverso el accionar de los neoliberales, con sus usinas de divulgación masiva; hace relativamente poco tiempo surgieron nuevas versiones del neoliberalismo, muy recargado, ahora rebautizado como “libertarismo”, con varias variantes.
Sus edulcorados discursos, con pegadizos planteos de dudosa o nula sustentación real, propugnan una eliminación casi total de los impuestos, atacando con saña muy maliciosa los imprescindibles roles del Estado, al que virtualmente buscan hacer desaparecer.
Dicen sentirse “oprimidos” por el Estado, pero omiten razonar cuanto de protección social y económica les brinda el accionar estatal inclusivo, con sentido de Lo Nacional. Claro que los libertarios, desprecian la soberanía.
No se detienen a pensar, que hubiera pasado, si hoy estuviéramos gobernados por “entusiastas del mercado”, como sucede en los países en los que se prioriza excluyentemente la economía, en vez de la salud del pueblo.
Sus entusiastas adherentes, compran el discurso fácil de “yo vivo de mi trabajo”, siendo muchos de ellos pequeños cuentapropistas o incluso alguno que otro empleado…incluso estatal; olvidando que la prosperidad del cuentapropista está atada a la prosperidad general, la cual es siempre severamente afectada cuando se imponen gobiernos de corte neoliberal (muy afines al “libertarismo”)
Tampoco suelen tener en cuenta que incluso para los servicios básicos de salud, seguridad y educación pública, el rol del Estado (al que desprecian o incluso aborrecen), es esencial. Y no tienen en cuenta las enormes diferencias de contar o no con un hospital de alta complejidad, bien equipado y atendido, en las cercanías, ni analizan los beneficios potenciales e incluso concretos, emanados de esas inversiones del Estado.
Menos aun tienen en cuenta el accionar insustituible del Estado, en la creación y funcionamiento de entes tecnológicos, los cuales tienen elevados efectos multiplicadores en la economía nacional toda; por caso en los estratégicos sectores nuclear, satelital, ciencia médica, etc.
Por regla general, los libertarios se consideran ciudadanos del mundo, no teniendo en cuenta la enorme importancia de estar protegidos por el Estado Nacional, lo cual no sucede en países débiles, sin un Estado fuerte e inclusivo.
Capítulo aparte, es el de los “progres”, que los hay de distintas variantes; pero por lo general, salvo los que sinceramente adhieren al Pensamiento Nacional (como en su momento lo hizo Jorge Abelardo Ramos), suelen ser repetidores de conceptos, frases hechas y neo ideologías impuestas desde los centros del poder globalizante mundial, con lo que terminan operando en contra del propio país, y a favor del “sistema” al cual dicen aborrecer.
Los hay de distintos tipos, neomarxistas que se suben a “neocolectivos” siempre revoltosos cuando no revulsivos, sin importarles mucho las fundamentaciones, de las que suelen ser escasos; los troskos (tipo Del Caño), siempre de seños adustos y miradas torvas, opuestos a todo y siendo con ello funcionales al establishment al cual dicen aborrecer; los anarquistas varios y anarco gorilas, que no difieren mucho de los troskos; y los “sesudos” revolucionarios de café, que suelen ser personas con mucho tiempo disponible y muy pocas energías para hacer aportes positivos a la sociedad, estos últimos por lo general adherentes rabiosos de “nuevas causas”, de dudosa fundamentación, como ultras del ecologismo, indigenismo, derecho humanismo, feministas odiadores, abortistas, ateístas militantes, etc.
Esto de las “progresías” es tan denso y extenso, que ameritaría uno o más artículos, de mediana o gran extensión.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Preguntas que nunca responden, hechas a ciertos sectores sociales, genialmente definidos como “chetoslovacos”, con sus entusiastas claques de “clasemedieros con pretensiones” (Jauretche los llamó “tilingos”, que se creen pares de los oligarcas grandes estancieros, siendo que la única tierra que tienen es la de cuatro o cinco macetas en su patio embaldosado), y “revolucionarios” varios que son usados por los centros del poder mundial, y que muchas veces apoyan a los sectores ultra conservadores y oligarcas más recalcitrantes,,,o se son muy funcionales.
Señalo seguidamente algunas de las muchas aberraciones que perpetraron los neoliberales “autóctonos”, y de las que no se hacen cargo.
Los llamo “autóctonos” pues no demuestran ser argentinos, por ser cipayos asumidos, y por ende apátridas.
Apoyan a los que desguazaron el Instituto Malbrán, echando a la calle a muchos de sus calificados profesionales y quitándole presupuesto (es el ente científico más prestigioso de Argentina en temas epidemiológicos…claro que a los elitistas neoliberales, la gente común no les importa).
Desfinanciaron al CONICET, ente tecnológico muy reconocido.
Dejaron 5 hospitales sin terminar en el Gran Buenos Aires, pretendiendo excusarse en que “no eran necesarios”, despreciando visceralmente los pobres.
Cancelaron el gasoducto a Misiones y Corrientes, sin motivo válido alguno, burlándose de las necesidades sociales y económicas de estas dos provincias, sin importarles nada el desarrollo nacional.
Frenaron las construcciones de autovías y rutas pavimentadas, haciendo parodias de inauguraciones de minúsculos tramos, presentándolos como “grandes obras”.
Achicaron Aerolíneas Argentinas buscando su desguace, con claro desprecio a la soberanía y a las necesidades estratégicas nacionales.
Aumentaron brutalmente las tarifas de servicios públicos, con todas las recaudaciones adicionales para los accionistas y casi nulas inversiones, deteriorando los servicios y no cubriendo las crecientes necesidades nacionales.
Consumaron negociados mafiosos en todas las áreas, con premeditación y alevosía, operando con estulticia y con la abierta desenvoltura de los que se creen impunes totales.
Destrozaron la industria argentina, subordinados a los dictados extranjeros que mandan una economía forzosamente primarizada y subdesarrollada, con las complicidades de las oligarquías locales, siempre egoístas y apátridas.
Atacaron todos los entes tecnológicos o directamente los desguazaron; procediendo con soberbia y alevosía, buscando reimplantar el vetusto país – estancia, hoy totalmente inviable y solo apto para deformar un país feudal, con trabajo mal pago para no más de 10 millones de argentinos.
Multiplicaron los desocupados, los pobres y los indigentes, burlándose de las necesidades del pueblo, buscando llevar los salarios a niveles de miserabilidad brutal.
Nos endeudaron en forma sideral, como nunca lo estuvimos, con el doble propósito de alimentar la brutal fuga de divisas, y para condicionarnos como paso previo a la disolución nacional.
Pisotearon vilmente la soberanía argentina… claro que ese “temita” de la soberanía, a los “ciudadanos del mundo” no les importa. Y el listado sigue.
Como si no fuera excesivamente perverso el accionar de los neoliberales, con sus usinas de divulgación masiva; hace relativamente poco tiempo surgieron nuevas versiones del neoliberalismo, muy recargado, ahora rebautizado como “libertarismo”, con varias variantes.
Sus edulcorados discursos, con pegadizos planteos de dudosa o nula sustentación real, propugnan una eliminación casi total de los impuestos, atacando con saña muy maliciosa los imprescindibles roles del Estado, al que virtualmente buscan hacer desaparecer.
Dicen sentirse “oprimidos” por el Estado, pero omiten razonar cuanto de protección social y económica les brinda el accionar estatal inclusivo, con sentido de Lo Nacional. Claro que los libertarios, desprecian la soberanía.
No se detienen a pensar, que hubiera pasado, si hoy estuviéramos gobernados por “entusiastas del mercado”, como sucede en los países en los que se prioriza excluyentemente la economía, en vez de la salud del pueblo.
Sus entusiastas adherentes, compran el discurso fácil de “yo vivo de mi trabajo”, siendo muchos de ellos pequeños cuentapropistas o incluso alguno que otro empleado…incluso estatal; olvidando que la prosperidad del cuentapropista está atada a la prosperidad general, la cual es siempre severamente afectada cuando se imponen gobiernos de corte neoliberal (muy afines al “libertarismo”)
Tampoco suelen tener en cuenta que incluso para los servicios básicos de salud, seguridad y educación pública, el rol del Estado (al que desprecian o incluso aborrecen), es esencial. Y no tienen en cuenta las enormes diferencias de contar o no con un hospital de alta complejidad, bien equipado y atendido, en las cercanías, ni analizan los beneficios potenciales e incluso concretos, emanados de esas inversiones del Estado.
Menos aun tienen en cuenta el accionar insustituible del Estado, en la creación y funcionamiento de entes tecnológicos, los cuales tienen elevados efectos multiplicadores en la economía nacional toda; por caso en los estratégicos sectores nuclear, satelital, ciencia médica, etc.
Por regla general, los libertarios se consideran ciudadanos del mundo, no teniendo en cuenta la enorme importancia de estar protegidos por el Estado Nacional, lo cual no sucede en países débiles, sin un Estado fuerte e inclusivo.
Capítulo aparte, es el de los “progres”, que los hay de distintas variantes; pero por lo general, salvo los que sinceramente adhieren al Pensamiento Nacional (como en su momento lo hizo Jorge Abelardo Ramos), suelen ser repetidores de conceptos, frases hechas y neo ideologías impuestas desde los centros del poder globalizante mundial, con lo que terminan operando en contra del propio país, y a favor del “sistema” al cual dicen aborrecer.
Los hay de distintos tipos, neomarxistas que se suben a “neocolectivos” siempre revoltosos cuando no revulsivos, sin importarles mucho las fundamentaciones, de las que suelen ser escasos; los troskos (tipo Del Caño), siempre de seños adustos y miradas torvas, opuestos a todo y siendo con ello funcionales al establishment al cual dicen aborrecer; los anarquistas varios y anarco gorilas, que no difieren mucho de los troskos; y los “sesudos” revolucionarios de café, que suelen ser personas con mucho tiempo disponible y muy pocas energías para hacer aportes positivos a la sociedad, estos últimos por lo general adherentes rabiosos de “nuevas causas”, de dudosa fundamentación, como ultras del ecologismo, indigenismo, derecho humanismo, feministas odiadores, abortistas, ateístas militantes, etc.
Esto de las “progresías” es tan denso y extenso, que ameritaría uno o más artículos, de mediana o gran extensión.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
sábado, 18 de abril de 2020
CASTA DE APÁTRIDAS.
Incitación pública a la violencia y a la desobediencia civil, agravado eso por las seguras consecuencias sanitarias muy graves de no acatar la cuarentena; además de desobediencia explícita a órdenes de su Comandante en Jefe (el Presidente lo es de todas las FFAA y FFSS), con el acentuado agravante de proferir injurias a la investidura presidencial y al propio Presidente; además de muy claramente arrogarse aptitudes neciamente destituyentes y provocaciones de tipo golpista, de las que tantas y tan nocivas padecimos en nuestro país, esto último configurando un accionar claramente subversivo, pues incitó a subvertir el orden político y violar la constitución y las instituciones legales nacionales.
Esos son los cargos que -salvo vericuetos legales e interpretaciones judiciales (que las dejo en manos de abogados y constitucionalistas)- se evidencian de la actitud y acción del irascible y arrogante teniente coronel, que difundió un agresivo y muy conocido mensaje en los medios electrónicos e incluso que se reprodujo en algunos programas de TV. Demostró ser parte de una casta de apátridas, que incluye tanto a muchos civiles como uniformados.
Mezcla como si fueron lo mismo, los conceptos de “estatismo, marxismo y maoísmo”, lo cual revela ignorancia cerril; además de no razonar que no ha sido más que un “empleado público con uniforme”, o sea del Estado que denigra, con muchas prerrogativas, y que nos sale sin duda muy caro, más por el nulo servicio a la patria que demuestra.
Evidentemente, en la difusión de esas sumatoria de gruesos exabruptos, tuvieron activas participaciones los “grupos de tareas”, de cuyos accionares se pudieron ver muchas evidencias, en cadenas de malintencionados “memes”, en difusiones hechas por retirados, allegados y presuntos personeros vinculados a ellos; así como en las opiniones de gente muy poco ilustrada, vinculada a la “familia militar liberal”. Esto último según agresivas, tajantes y por lo general nada fundamentadas opiniones volcadas a las redes por retirados, familiares y afines.
Queda claro que por medio de aceitadas redes de difusión, hay grupos de poder de orientación procesera – neoliberal, evidencian mantener “alineada a la tropa”, operando los muy activos trols, e incluso ciertos oficiales retirados que con amañados mensajes “bajan línea” a sus camaradas y subordinados retirados,
mientras refuerzan los “lazos afectivos” con sectores oligárquicos siempre clasistas, por lo general fuertemente racistas, y apátridas.
Son expertos en instalar mensajes “fáciles”, asimilables por parte de sectores poco pensantes y acondicionados mentalmente a acatar y creer sin análisis alguno, cuanto mensaje o idea reciban, acordes a los severos prejuicios, instalados tras décadas de cerrado adoctrinamiento ultra liberal y cerradamente antinacional… claro que convenientemente salpimentado con grandilocuentes frases de patrioterismo de bandera. Y en esos receptores crédulos sin pizca de análisis, opera el fenómeno psicológico de la “santificación del uniforme”, que expliqué en mi libro Manual de Zonceras Militares Argentinas…o sea, si lo dice un uniformado, “debe” ser cierto y creíble, más aun si el que opina es de más alta graduación.
No puede sorprender la mentalidad tan tergiversada, que salvo honrosas excepciones, prima entre los retirados, a los que entre otras aberraciones se les inculcó que lo principal no es defender a la patria, sino ser fieles al “sistema”, siendo en consecuencia celosos subordinados a las “instrucciones” recibidas de las dos principales potencias anglosajonas, y eventualmente algunas otras muy cercanas a aquellas.
Desde 1955 se instaló por la fuerza de las presiones de todo tipo, el “pensamiento único correcto” en las FFAA (y por carácter transitivo en las FFSS), instalando el prejuicio que los únicos enemigos son el comunismo, el peronismo (a los que con malicia o cerrazón mental extrema asimilan como similares), y todo lo vinculado con el “populismo”. A la vez, automáticamente aceptan y “santifican” todo lo que provenga de las potencias anglosajonas y sus aliados cercanos, no importándoles nada si resultara atentatorio contra los Intereses Nacionales de Argentina.
Analizar eso requeriría un esfuerzo mental desproporcionado, por falta de entrenamiento en el muy sabio principio de la duda permanente (someter toda idea al análisis previo antes de ser aceptada) y por la montaña de prejuicios que impiden razonar por cuenta propia.
Eso incluye el descuido o desprecio por valores de soberanía, y el absurdo objetivo de refundar la “Argentina próspera” del siglo XIX, sin entender que hoy el mundo es otro y que aquel modelo de país estancia era muy limitado, de independencia meramente formal pero denigrantemente subordinado a la potencia hegemónica de ese momento (Gran Bretaña), que movía todos los hilos políticos y económicos, subordinándonos como una dócil colonia económica.
Aquel modelo de país-estancia, socialmente muy injusto, políticamente excluyente y económicamente muy limitado, era cerradamente antiindustrialista, pues se había aceptado sumisa e irracionalmente el rol de simple proveedor de materias primas, modelo que colapsó con los cambios mundiales de comienzos del siglo XX. Pero la oligarquía no quiso verlo, o por cerrazón mental no se dio por enterada.
Las reacciones contra ese modelo de sometimiento a los designios británicos, fueron paulatinas, y provinieron de diversos intelectuales que trabajosamente descubrieron y denunciaron las marañas de falsedades instaladas como verdades absolutas, y los diversos artilugios que escondían los hilos políticos, económicos y culturales, en base a los cuales los resortes del poder imperial nos manejaban a discreción. Nos llevó medio siglo poner al descubierto los mecanismos de sometimiento y colonización cultural, desde fines del siglo XIX hasta mediados del XX.
En ese mismo lapso de tiempo, las FFAA, nutridas de auténtico Pensamiento Nacional, y fortalecidas por la Ley Riccheri, fueron tomando conciencia de la nociva situación de extrema dependencia en que nos hallábamos, y en forma más empírica que doctrinal, comprendieron la importancia crucial de contar con una poderosa y muy integrada industria argentina, y con los medios propios de creación de diversas tecnologías, de usos duales, tanto civiles como militares.
Allí se fue produciendo y acentuando una profunda divisoria de aguas, entre los uniformados. Algunos siguieron al “calorcito” de las prebendas oligárquicas, sujetos a los prejuicios liberales; otros tomaron conciencia de los reales Intereses Nacionales, y fueron sembrando jalones de real independencia económica y de desarrollo tecnológico e industrial.
Con la seguridad de omitir involuntariamente a varios nombres relevantes, cabe mencionar dentro de los uniformados, como referentes de patriotismo y muy sana argentinidad, a los siguientes: Riccheri, Mosconi, Baldrich, Savio, Juan Pistarini, brigadier Juan Ignacio San Martín, varios altos oficiales de la Marina e
ingenieros nucleares en altos cargos de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Rodríguez Zía, Guglialmelli, Pujato, Bernardo Alberte (primer asesinado por el infame “proceso” cívico militar de 1976), entre otros destacados patriotas, además de destacar a Juan Domingo Perón, para escozor de liberales apátridas.
En la otra vereda, los muchos tibios y acomodaticios, cuando no los “generales de empresa” que pusieron sus influencias al servicio de poderes oligopólicos. Por algo, al fallecer el destacado analista geopolítico General Guglialmelli, el historiador revisionista José María Rosa, publicó “ha muerto el último General de la Patria, ahora solo quedan generales de empresa”…
Con todos esos necesarios antecedentes, y conociendo el severo proceso de limado neuronal al ras, practicado sin pausas entre los uniformados y buena parte de los civiles, desde 1955, acentuado desde 1962 y profundizado a niveles brutales desde 1976, se entiende que existan irracionales como el exaltado alto oficial subversivo, cuyos exabruptos se analizan.
A consecuencia de esas décadas de adoctrinamiento antinacional, se entiende que haya mucha gente muy confusa, unos cuantos odiadores cerriles; e incluso otros, buenas personas, que intentan desbrozar las falsedades que se les instalaron como supuestas verdades absolutas, pero suelen costarles muchos esfuerzos.
Dentro de los confusos u odiadores seriales, están también muchos “progres”, que terminan siendo la otra cara de la misma moneda antinacional. Pero ese ya es otro tema.
El destemplado y muy desubicado audio, que se hizo viral en las redes e incluso fue comentado en la TV, difundido por un teniente coronel (que no dio su nombre en el mismo, pero si su documento), realmente con serios caracteres que seguramente los psiquiatras pueden catalogar como psicopatológico en grado severo, con rasgos de inadaptado social y peligrosamente agresivo, no puede ni debe catalogarse como un simple hecho aislado, ni como la solitaria manifestación de un geronte severamente afectado por la cuarentena.
Muy por el contrario, esa sumatoria de exabruptos, insultos y amenazas directas a la investidura presidencial, al propio sistema político democrático, y a elementales normas de convivencia social que de ningún modo deben tolerarse ni menos aun tratarse con tibieza o con impostada indiferencia, como algunos se apresuran a calificar como “las simples expresiones de un loquito suelto”; son las expresiones descarnadas de la “familia militar liberal”, añorante del infame proceso, y subordinada gustosa a la oligarquía y a sus mandantes del mega poder financiero transnacional.
Seguramente el muy exaltado opinante público, es un caso más acentuado o con rasgos psíquicos marcadamente patológicos; pero lo básico del tema, es que esa forma de pensar y actuar, suponiéndose como perteneciente a una casta “superior” que “puede dictar cátedra” e incluso imponer por la fuerza bruta sus enrevesadas ideas, asumidas como “principios básicos de patriotismo”, no es un caso aislado, sino que más bien es la lógica consecuencia de cerradas concepciones –transformadas en supuestos principios liminares que no admiten ni la mínima objeción-, fueron inculcadas con severidad y excluyente persistencia, a los uniformados argentinos, desde el momento en que los personeros del liberalismo descarnado, asumieron los controles totales y excluyentes de las FFAA y FFSS; o sea desde el golpe de Estado oligárquico y pro británico de la abyecta “revolución fusiladora”, desde 1955 en adelante.
Respecto a ello, el gran desafío es cambiar no solo los planes de estudio de los institutos militares, cargados de ideología liberal –tan apátrida por definición, como también lo son el marxismo y doctrinas afines-, y faltos de fundamentos en Historia, Economía y Geopolítica; pasando a dar de todo ello una visión nacional, y acentuando la capacidad de análisis y razonamientos propio en cada tema. Para eso seguramente será necesario también cambiar drásticamente el plantel de docentes, que los hechos demuestran –tal vez salvo excepciones- estar desde 1955 consustanciados con disvalores profundamente antinacionales.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopoliticos
Incitación pública a la violencia y a la desobediencia civil, agravado eso por las seguras consecuencias sanitarias muy graves de no acatar la cuarentena; además de desobediencia explícita a órdenes de su Comandante en Jefe (el Presidente lo es de todas las FFAA y FFSS), con el acentuado agravante de proferir injurias a la investidura presidencial y al propio Presidente; además de muy claramente arrogarse aptitudes neciamente destituyentes y provocaciones de tipo golpista, de las que tantas y tan nocivas padecimos en nuestro país, esto último configurando un accionar claramente subversivo, pues incitó a subvertir el orden político y violar la constitución y las instituciones legales nacionales.
Esos son los cargos que -salvo vericuetos legales e interpretaciones judiciales (que las dejo en manos de abogados y constitucionalistas)- se evidencian de la actitud y acción del irascible y arrogante teniente coronel, que difundió un agresivo y muy conocido mensaje en los medios electrónicos e incluso que se reprodujo en algunos programas de TV. Demostró ser parte de una casta de apátridas, que incluye tanto a muchos civiles como uniformados.
Mezcla como si fueron lo mismo, los conceptos de “estatismo, marxismo y maoísmo”, lo cual revela ignorancia cerril; además de no razonar que no ha sido más que un “empleado público con uniforme”, o sea del Estado que denigra, con muchas prerrogativas, y que nos sale sin duda muy caro, más por el nulo servicio a la patria que demuestra.
Evidentemente, en la difusión de esas sumatoria de gruesos exabruptos, tuvieron activas participaciones los “grupos de tareas”, de cuyos accionares se pudieron ver muchas evidencias, en cadenas de malintencionados “memes”, en difusiones hechas por retirados, allegados y presuntos personeros vinculados a ellos; así como en las opiniones de gente muy poco ilustrada, vinculada a la “familia militar liberal”. Esto último según agresivas, tajantes y por lo general nada fundamentadas opiniones volcadas a las redes por retirados, familiares y afines.
Queda claro que por medio de aceitadas redes de difusión, hay grupos de poder de orientación procesera – neoliberal, evidencian mantener “alineada a la tropa”, operando los muy activos trols, e incluso ciertos oficiales retirados que con amañados mensajes “bajan línea” a sus camaradas y subordinados retirados,
mientras refuerzan los “lazos afectivos” con sectores oligárquicos siempre clasistas, por lo general fuertemente racistas, y apátridas.
Son expertos en instalar mensajes “fáciles”, asimilables por parte de sectores poco pensantes y acondicionados mentalmente a acatar y creer sin análisis alguno, cuanto mensaje o idea reciban, acordes a los severos prejuicios, instalados tras décadas de cerrado adoctrinamiento ultra liberal y cerradamente antinacional… claro que convenientemente salpimentado con grandilocuentes frases de patrioterismo de bandera. Y en esos receptores crédulos sin pizca de análisis, opera el fenómeno psicológico de la “santificación del uniforme”, que expliqué en mi libro Manual de Zonceras Militares Argentinas…o sea, si lo dice un uniformado, “debe” ser cierto y creíble, más aun si el que opina es de más alta graduación.
No puede sorprender la mentalidad tan tergiversada, que salvo honrosas excepciones, prima entre los retirados, a los que entre otras aberraciones se les inculcó que lo principal no es defender a la patria, sino ser fieles al “sistema”, siendo en consecuencia celosos subordinados a las “instrucciones” recibidas de las dos principales potencias anglosajonas, y eventualmente algunas otras muy cercanas a aquellas.
Desde 1955 se instaló por la fuerza de las presiones de todo tipo, el “pensamiento único correcto” en las FFAA (y por carácter transitivo en las FFSS), instalando el prejuicio que los únicos enemigos son el comunismo, el peronismo (a los que con malicia o cerrazón mental extrema asimilan como similares), y todo lo vinculado con el “populismo”. A la vez, automáticamente aceptan y “santifican” todo lo que provenga de las potencias anglosajonas y sus aliados cercanos, no importándoles nada si resultara atentatorio contra los Intereses Nacionales de Argentina.
Analizar eso requeriría un esfuerzo mental desproporcionado, por falta de entrenamiento en el muy sabio principio de la duda permanente (someter toda idea al análisis previo antes de ser aceptada) y por la montaña de prejuicios que impiden razonar por cuenta propia.
Eso incluye el descuido o desprecio por valores de soberanía, y el absurdo objetivo de refundar la “Argentina próspera” del siglo XIX, sin entender que hoy el mundo es otro y que aquel modelo de país estancia era muy limitado, de independencia meramente formal pero denigrantemente subordinado a la potencia hegemónica de ese momento (Gran Bretaña), que movía todos los hilos políticos y económicos, subordinándonos como una dócil colonia económica.
Aquel modelo de país-estancia, socialmente muy injusto, políticamente excluyente y económicamente muy limitado, era cerradamente antiindustrialista, pues se había aceptado sumisa e irracionalmente el rol de simple proveedor de materias primas, modelo que colapsó con los cambios mundiales de comienzos del siglo XX. Pero la oligarquía no quiso verlo, o por cerrazón mental no se dio por enterada.
Las reacciones contra ese modelo de sometimiento a los designios británicos, fueron paulatinas, y provinieron de diversos intelectuales que trabajosamente descubrieron y denunciaron las marañas de falsedades instaladas como verdades absolutas, y los diversos artilugios que escondían los hilos políticos, económicos y culturales, en base a los cuales los resortes del poder imperial nos manejaban a discreción. Nos llevó medio siglo poner al descubierto los mecanismos de sometimiento y colonización cultural, desde fines del siglo XIX hasta mediados del XX.
En ese mismo lapso de tiempo, las FFAA, nutridas de auténtico Pensamiento Nacional, y fortalecidas por la Ley Riccheri, fueron tomando conciencia de la nociva situación de extrema dependencia en que nos hallábamos, y en forma más empírica que doctrinal, comprendieron la importancia crucial de contar con una poderosa y muy integrada industria argentina, y con los medios propios de creación de diversas tecnologías, de usos duales, tanto civiles como militares.
Allí se fue produciendo y acentuando una profunda divisoria de aguas, entre los uniformados. Algunos siguieron al “calorcito” de las prebendas oligárquicas, sujetos a los prejuicios liberales; otros tomaron conciencia de los reales Intereses Nacionales, y fueron sembrando jalones de real independencia económica y de desarrollo tecnológico e industrial.
Con la seguridad de omitir involuntariamente a varios nombres relevantes, cabe mencionar dentro de los uniformados, como referentes de patriotismo y muy sana argentinidad, a los siguientes: Riccheri, Mosconi, Baldrich, Savio, Juan Pistarini, brigadier Juan Ignacio San Martín, varios altos oficiales de la Marina e
ingenieros nucleares en altos cargos de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Rodríguez Zía, Guglialmelli, Pujato, Bernardo Alberte (primer asesinado por el infame “proceso” cívico militar de 1976), entre otros destacados patriotas, además de destacar a Juan Domingo Perón, para escozor de liberales apátridas.
En la otra vereda, los muchos tibios y acomodaticios, cuando no los “generales de empresa” que pusieron sus influencias al servicio de poderes oligopólicos. Por algo, al fallecer el destacado analista geopolítico General Guglialmelli, el historiador revisionista José María Rosa, publicó “ha muerto el último General de la Patria, ahora solo quedan generales de empresa”…
Con todos esos necesarios antecedentes, y conociendo el severo proceso de limado neuronal al ras, practicado sin pausas entre los uniformados y buena parte de los civiles, desde 1955, acentuado desde 1962 y profundizado a niveles brutales desde 1976, se entiende que existan irracionales como el exaltado alto oficial subversivo, cuyos exabruptos se analizan.
A consecuencia de esas décadas de adoctrinamiento antinacional, se entiende que haya mucha gente muy confusa, unos cuantos odiadores cerriles; e incluso otros, buenas personas, que intentan desbrozar las falsedades que se les instalaron como supuestas verdades absolutas, pero suelen costarles muchos esfuerzos.
Dentro de los confusos u odiadores seriales, están también muchos “progres”, que terminan siendo la otra cara de la misma moneda antinacional. Pero ese ya es otro tema.
El destemplado y muy desubicado audio, que se hizo viral en las redes e incluso fue comentado en la TV, difundido por un teniente coronel (que no dio su nombre en el mismo, pero si su documento), realmente con serios caracteres que seguramente los psiquiatras pueden catalogar como psicopatológico en grado severo, con rasgos de inadaptado social y peligrosamente agresivo, no puede ni debe catalogarse como un simple hecho aislado, ni como la solitaria manifestación de un geronte severamente afectado por la cuarentena.
Muy por el contrario, esa sumatoria de exabruptos, insultos y amenazas directas a la investidura presidencial, al propio sistema político democrático, y a elementales normas de convivencia social que de ningún modo deben tolerarse ni menos aun tratarse con tibieza o con impostada indiferencia, como algunos se apresuran a calificar como “las simples expresiones de un loquito suelto”; son las expresiones descarnadas de la “familia militar liberal”, añorante del infame proceso, y subordinada gustosa a la oligarquía y a sus mandantes del mega poder financiero transnacional.
Seguramente el muy exaltado opinante público, es un caso más acentuado o con rasgos psíquicos marcadamente patológicos; pero lo básico del tema, es que esa forma de pensar y actuar, suponiéndose como perteneciente a una casta “superior” que “puede dictar cátedra” e incluso imponer por la fuerza bruta sus enrevesadas ideas, asumidas como “principios básicos de patriotismo”, no es un caso aislado, sino que más bien es la lógica consecuencia de cerradas concepciones –transformadas en supuestos principios liminares que no admiten ni la mínima objeción-, fueron inculcadas con severidad y excluyente persistencia, a los uniformados argentinos, desde el momento en que los personeros del liberalismo descarnado, asumieron los controles totales y excluyentes de las FFAA y FFSS; o sea desde el golpe de Estado oligárquico y pro británico de la abyecta “revolución fusiladora”, desde 1955 en adelante.
Respecto a ello, el gran desafío es cambiar no solo los planes de estudio de los institutos militares, cargados de ideología liberal –tan apátrida por definición, como también lo son el marxismo y doctrinas afines-, y faltos de fundamentos en Historia, Economía y Geopolítica; pasando a dar de todo ello una visión nacional, y acentuando la capacidad de análisis y razonamientos propio en cada tema. Para eso seguramente será necesario también cambiar drásticamente el plantel de docentes, que los hechos demuestran –tal vez salvo excepciones- estar desde 1955 consustanciados con disvalores profundamente antinacionales.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopoliticos
lunes, 13 de abril de 2020
miércoles, 8 de abril de 2020
ATACAN A VENEZUELA - ATACAN A TODA ÍBERO AMÉRICA Y AL CARIBE
Todos los enormes aprestos bélicos de EEUU y de algunos gobiernos títeres del entorno, no son solo contra Venezuela, son contra toda nuestra región,
Son un operativo de agresión que busca volver a institucionalizar como normativa neocolonial la reflotada e infame doctrina Monroe.
Esa es la base pseudo diplomática, que unida al enunciado del “destino manifiesto”, constituyen las piedras basales del accionar imperial, en base al cual nos quieren como sumisos habitantes de segunda, apenas como pobladores circunstanciales del patio trasero, a los que nos menosprecian con el descalificativo racial de “latinos”.
Es de señalar que el sector étnico “latino”, es en EEUU el que define a los latinoamericanos, de la nueva etnia indohispánica fruto de las uniones de nativas con españoles, y a todos los oriundos de nuestros países que emigraron más allá del Río Bravo los ven como el último orejón del tarro entre esa población, lugar de desprecio antes asignado a los afrodescendientes y del que salieron después que los pobladores negros de USA se ganaran su lugar y respeto, a costa de duras luchas, violencia y sangre de líderes como Martin Luther King y Malcolm X. Eso como dato anecdótico que refleja el fuerte racismo imperante entre los anglosajones del norte del continente, tema sobre el cual se podría escribir un gran volumen, sino una enciclopedia.
Pero volviendo a lo que hoy es el tema central, resulta muy claro que los anunciados y promocionados aprestos de agresión contra la hermana República Bolivariana de Venezuela no deben tomarse como una bravuconada del matón del barrio, sino como una amenaza concreta y una burla a la dignidad de todos nuestros pueblos y nuestras naciones; como la desembozada regresión al cavernícola estadio de la ley del garrote, de la descarnada ley de la selva con la fuerza bruta como único elemento válido de poder y como única instancia vigente de negociación.
Todas las acciones previas de agresiones semi solapadas, fogoneando y posiblemente financiando a operativos de violencia interna (las guarimbas); la persistente y feroz campaña mediática a escala mundial, con mucho énfasis en los medios concentrados (voceros del establishment) en toda Íbero América; más los
accionares de gobiernos de nuestra región, corrompidamente títeres de los dictados de los centros del poder mundial anglosajón y financiero; las campañas de iglesias sectarias financiadas desde el norte más ciertas altas dirigencias católicas ultra conservadoras; sumado al bloqueo económico, fueron el conjunto de prolegómenos, que al no lograr su objetivo desestabilizante, ahora parecen dejar paso inexorable a la agresión lisa y llana, sin importar justificativos ni falaces “motivos” que la avalen.
Debe quedar muy en claro, que no es una agresión contra el gobierno de Nicolás Maduro (al que descalifican como “régimen” pese a estar democráticamente elegido), ni contra su leal Fuerza Armada, ni tan solo contra Venezuela toda. ¡NO!
Es un proceso perverso de agresión contra toda Íbero América y El Caribe, para humillarnos y para hacernos perder todo atisbo de soberanía y de dignidad nacional; pretendiendo a la vez enterrar definitivamente el objetivo de Grandeza Geopolítica que, resucitado aun pese al poder de las oligarquías cipayas locales y de sectores uniformados muy afectados de profunda colonización cultural. Sueño de grandeza y unidad que tenemos la patriótica obligación de concretar, acorde al anhelo bolivariano – sanmartiniano de la Patria Grande.
Debe quedar en claro, que corresponde solo a los venezolanos, decidir cual debe ser su gobierno y el color político del mismo. Es ofensivo que desde Washington (o desde Nueva York y Wall Street), hayan decidido que “es necesario un gobierno de coalición”…o lo que fuere. Y que para ello estén dispuestos a desatar un infierno de fuego y una orgía de sangre, para volver a tener sucesivos gobiernos títeres, que sumisamente les permitan el acceso irrestricto al petróleo, el gas natural, los yacimientos de oro, y los valiosos minerales raros, que Venezuela tiene en abundancia.
Pero por sobre todo, esos poderes imperiales y ultra materialistas, quieren que el pueblo y el gobierno de Venezuela se olviden de conceptos básicos, como soberanía, Patria Grande, Espíritu Bolivariano y dignidad nacional.
Quieren que su Fuerza Armada vuelva a ser dócil ante las indicaciones imperiales, pero celosamente feroz para reprimir a su propio pueblo; al estilo de los Carabineros de Chile y los proceseros que padecimos en Argentina, entre otros pésimos ejemplos similares de uniformados colonizados mentales de nuestra región. Y con eso no estoy haciendo ningún panegírico al “socialismo” ni nada parecido, sino defendiendo nuestra soberanía y la capacidad de decisión de nuestros pueblos, sin injerencias imperiales.
Y pretenden que nuestros gobiernos “pidan permiso” para no volver a cometer “osadías”, como impulsar la UNASUR, la CELAC, rubricar acuerdos estratégicos con Rusia y China “sin venia imperial previa”, y que ni se les ocurra volver a marginar del gobierno a las oligarquías apátridas y socialmente clasistas y
racistas…como son todas las oligarquías tan retrógradas de nuestra gran región.
Granada y Panamá fueron los funestos antecedentes cercanos en tiempo y espacio. Iraq, Libia y Siria, otros más lejanos geográficamente, sin olvidar el desguace de Yugoeslavia, por mencionar solo algunas muestras concretas de la renovada versión de la doctrina del gran garrote, en su momento institucionalizada por “Teddy” Roosevelt.
Por más que los tibios y las oligarquías locales de nuestra gran región, miren cómplices hacia otro lado…¡Si atacan a Venezuela, nos atacan a todos!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Todos los enormes aprestos bélicos de EEUU y de algunos gobiernos títeres del entorno, no son solo contra Venezuela, son contra toda nuestra región,
Son un operativo de agresión que busca volver a institucionalizar como normativa neocolonial la reflotada e infame doctrina Monroe.
Esa es la base pseudo diplomática, que unida al enunciado del “destino manifiesto”, constituyen las piedras basales del accionar imperial, en base al cual nos quieren como sumisos habitantes de segunda, apenas como pobladores circunstanciales del patio trasero, a los que nos menosprecian con el descalificativo racial de “latinos”.
Es de señalar que el sector étnico “latino”, es en EEUU el que define a los latinoamericanos, de la nueva etnia indohispánica fruto de las uniones de nativas con españoles, y a todos los oriundos de nuestros países que emigraron más allá del Río Bravo los ven como el último orejón del tarro entre esa población, lugar de desprecio antes asignado a los afrodescendientes y del que salieron después que los pobladores negros de USA se ganaran su lugar y respeto, a costa de duras luchas, violencia y sangre de líderes como Martin Luther King y Malcolm X. Eso como dato anecdótico que refleja el fuerte racismo imperante entre los anglosajones del norte del continente, tema sobre el cual se podría escribir un gran volumen, sino una enciclopedia.
Pero volviendo a lo que hoy es el tema central, resulta muy claro que los anunciados y promocionados aprestos de agresión contra la hermana República Bolivariana de Venezuela no deben tomarse como una bravuconada del matón del barrio, sino como una amenaza concreta y una burla a la dignidad de todos nuestros pueblos y nuestras naciones; como la desembozada regresión al cavernícola estadio de la ley del garrote, de la descarnada ley de la selva con la fuerza bruta como único elemento válido de poder y como única instancia vigente de negociación.
Todas las acciones previas de agresiones semi solapadas, fogoneando y posiblemente financiando a operativos de violencia interna (las guarimbas); la persistente y feroz campaña mediática a escala mundial, con mucho énfasis en los medios concentrados (voceros del establishment) en toda Íbero América; más los
accionares de gobiernos de nuestra región, corrompidamente títeres de los dictados de los centros del poder mundial anglosajón y financiero; las campañas de iglesias sectarias financiadas desde el norte más ciertas altas dirigencias católicas ultra conservadoras; sumado al bloqueo económico, fueron el conjunto de prolegómenos, que al no lograr su objetivo desestabilizante, ahora parecen dejar paso inexorable a la agresión lisa y llana, sin importar justificativos ni falaces “motivos” que la avalen.
Debe quedar muy en claro, que no es una agresión contra el gobierno de Nicolás Maduro (al que descalifican como “régimen” pese a estar democráticamente elegido), ni contra su leal Fuerza Armada, ni tan solo contra Venezuela toda. ¡NO!
Es un proceso perverso de agresión contra toda Íbero América y El Caribe, para humillarnos y para hacernos perder todo atisbo de soberanía y de dignidad nacional; pretendiendo a la vez enterrar definitivamente el objetivo de Grandeza Geopolítica que, resucitado aun pese al poder de las oligarquías cipayas locales y de sectores uniformados muy afectados de profunda colonización cultural. Sueño de grandeza y unidad que tenemos la patriótica obligación de concretar, acorde al anhelo bolivariano – sanmartiniano de la Patria Grande.
Debe quedar en claro, que corresponde solo a los venezolanos, decidir cual debe ser su gobierno y el color político del mismo. Es ofensivo que desde Washington (o desde Nueva York y Wall Street), hayan decidido que “es necesario un gobierno de coalición”…o lo que fuere. Y que para ello estén dispuestos a desatar un infierno de fuego y una orgía de sangre, para volver a tener sucesivos gobiernos títeres, que sumisamente les permitan el acceso irrestricto al petróleo, el gas natural, los yacimientos de oro, y los valiosos minerales raros, que Venezuela tiene en abundancia.
Pero por sobre todo, esos poderes imperiales y ultra materialistas, quieren que el pueblo y el gobierno de Venezuela se olviden de conceptos básicos, como soberanía, Patria Grande, Espíritu Bolivariano y dignidad nacional.
Quieren que su Fuerza Armada vuelva a ser dócil ante las indicaciones imperiales, pero celosamente feroz para reprimir a su propio pueblo; al estilo de los Carabineros de Chile y los proceseros que padecimos en Argentina, entre otros pésimos ejemplos similares de uniformados colonizados mentales de nuestra región. Y con eso no estoy haciendo ningún panegírico al “socialismo” ni nada parecido, sino defendiendo nuestra soberanía y la capacidad de decisión de nuestros pueblos, sin injerencias imperiales.
Y pretenden que nuestros gobiernos “pidan permiso” para no volver a cometer “osadías”, como impulsar la UNASUR, la CELAC, rubricar acuerdos estratégicos con Rusia y China “sin venia imperial previa”, y que ni se les ocurra volver a marginar del gobierno a las oligarquías apátridas y socialmente clasistas y
racistas…como son todas las oligarquías tan retrógradas de nuestra gran región.
Granada y Panamá fueron los funestos antecedentes cercanos en tiempo y espacio. Iraq, Libia y Siria, otros más lejanos geográficamente, sin olvidar el desguace de Yugoeslavia, por mencionar solo algunas muestras concretas de la renovada versión de la doctrina del gran garrote, en su momento institucionalizada por “Teddy” Roosevelt.
Por más que los tibios y las oligarquías locales de nuestra gran región, miren cómplices hacia otro lado…¡Si atacan a Venezuela, nos atacan a todos!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
viernes, 3 de abril de 2020
NACIONALISMOS DE OPERETA Y PENSAMIENTO NACIONAL.
Tal vez algunos no conocen la expresión “Pensamiento Nacional”, hoy ya toda una definición sociológica y política.
Fue uno de los tantos conceptos creados por el genio incansable de Jauretche, que luchó toda su vida contra la colonización cultural, que es el medio más nefasto de subordinación que hemos padecido, orquestado por los británicos primero y luego por todas las Potencias Atlantistas.
El caso es que el concepto de “nacionalismo” fue mal usado en Argentina, tal como sucede en España con los “nacionalismos” vasco y catalán, que allá son simples separatismos.
Acá, en los años ’20 y ’30 del siglo XX, los “niños bien” (hombres jóvenes de familias adineradas o con influencias”), salían “de cacería” en sus autos, recorriendo Buenos Aires y alrededores, para atacar a los muchos inmigrantes que les pudieran parecer “sospechosos”. Lo mismo hacían con dirigentes gremiales y cuantos pudieran molestar al statu quo conservador. Perseguían, pegaban a mansalva e incluso asesinaban. Eran clasistas y racistas, pues se ensañaban con personas de rasgos no caucásicos, con árabes, judíos y todos los “diferentes” al genotipo europeo occidental. Y con semejantes barbáricas acciones y actitudes, se decían “nacionalistas”.
Es de señalar que existen muchos argentinos que no corresponden al prototípico nórdico ni al hispano ni al italiano del norte, que para mentalidades racistas son los que “califican” como “correctos” o los únicos “aceptables” para formar nuestra composición étnica supuestamente “ideal”.
Afortunadamente el racismo no fue predominante en Argentina, con lo cual se constata que muchos gauchos y muchos pobladores diversos son descendientes del mestizaje de españoles con nativas, y con sucesivas mezclas de sangre que hubo y hay en nuestro país. No es un hecho histórico menor que en el imperio español se fomentó la integración y las uniones con las poblaciones preexistentes, mientras que en las regiones colonizadas por británicos y otras potencias colonialistas, se marginó e incluso se buscó exterminar a las poblaciones nativas.
De esas mezclas de españoles con nativas, están los orígenes de la mayoría de las poblaciones de Hispanoamérica, pero ese ya es otro tema; lo que por cierto no es bien visto por esos clasistas y proto racistas que se decían “nacionalistas”, de los cuales llegaron a derivar grupos de choque protegidos por “policías bravas” y amparados por gobiernos oligárquicos, como los de la década infame (la de los años ’30 del siglo XX).
También se decían “nacionalistas” diversos militares golpistas, que impusieron gobiernos con economías liberales o les allanaron el camino al poder, o sea antinacionales. El General José F. Uriburu, conocido germanófilo de aquellas épocas, apodado “Von Pepe”, puede ser considerado prototípico de esos “nacionalistas” confusamente liberales.
Es de precisarse, que el liberalismo es básicamente una doctrina creada a la medida de las necesidades del imperio británico, y como tal es utilizada por todas las potencias dominantes como herramienta para impedir el desarrollo de países subordinados y relegados al rol de simple proveedores de materias primas.
Hasta hoy, los “patrioteros de bandera” (concepto de mi creación), se consideran “nacionalistas” pese a obrar como vulgares traidores a la patria. Son los militares que a puro himno y bandera, apoyan políticas claramente antinacionales. Los “proceseros” son prototípicos de ello.
De ahí, que Arturo Jauretche, haya propuesto no usar el término “nacionalista”, que fue bastardeado y se presta a confusiones, reemplazándolo por el concepto de “Pensamiento Nacional”.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Tal vez algunos no conocen la expresión “Pensamiento Nacional”, hoy ya toda una definición sociológica y política.
Fue uno de los tantos conceptos creados por el genio incansable de Jauretche, que luchó toda su vida contra la colonización cultural, que es el medio más nefasto de subordinación que hemos padecido, orquestado por los británicos primero y luego por todas las Potencias Atlantistas.
El caso es que el concepto de “nacionalismo” fue mal usado en Argentina, tal como sucede en España con los “nacionalismos” vasco y catalán, que allá son simples separatismos.
Acá, en los años ’20 y ’30 del siglo XX, los “niños bien” (hombres jóvenes de familias adineradas o con influencias”), salían “de cacería” en sus autos, recorriendo Buenos Aires y alrededores, para atacar a los muchos inmigrantes que les pudieran parecer “sospechosos”. Lo mismo hacían con dirigentes gremiales y cuantos pudieran molestar al statu quo conservador. Perseguían, pegaban a mansalva e incluso asesinaban. Eran clasistas y racistas, pues se ensañaban con personas de rasgos no caucásicos, con árabes, judíos y todos los “diferentes” al genotipo europeo occidental. Y con semejantes barbáricas acciones y actitudes, se decían “nacionalistas”.
Es de señalar que existen muchos argentinos que no corresponden al prototípico nórdico ni al hispano ni al italiano del norte, que para mentalidades racistas son los que “califican” como “correctos” o los únicos “aceptables” para formar nuestra composición étnica supuestamente “ideal”.
Afortunadamente el racismo no fue predominante en Argentina, con lo cual se constata que muchos gauchos y muchos pobladores diversos son descendientes del mestizaje de españoles con nativas, y con sucesivas mezclas de sangre que hubo y hay en nuestro país. No es un hecho histórico menor que en el imperio español se fomentó la integración y las uniones con las poblaciones preexistentes, mientras que en las regiones colonizadas por británicos y otras potencias colonialistas, se marginó e incluso se buscó exterminar a las poblaciones nativas.
De esas mezclas de españoles con nativas, están los orígenes de la mayoría de las poblaciones de Hispanoamérica, pero ese ya es otro tema; lo que por cierto no es bien visto por esos clasistas y proto racistas que se decían “nacionalistas”, de los cuales llegaron a derivar grupos de choque protegidos por “policías bravas” y amparados por gobiernos oligárquicos, como los de la década infame (la de los años ’30 del siglo XX).
También se decían “nacionalistas” diversos militares golpistas, que impusieron gobiernos con economías liberales o les allanaron el camino al poder, o sea antinacionales. El General José F. Uriburu, conocido germanófilo de aquellas épocas, apodado “Von Pepe”, puede ser considerado prototípico de esos “nacionalistas” confusamente liberales.
Es de precisarse, que el liberalismo es básicamente una doctrina creada a la medida de las necesidades del imperio británico, y como tal es utilizada por todas las potencias dominantes como herramienta para impedir el desarrollo de países subordinados y relegados al rol de simple proveedores de materias primas.
Hasta hoy, los “patrioteros de bandera” (concepto de mi creación), se consideran “nacionalistas” pese a obrar como vulgares traidores a la patria. Son los militares que a puro himno y bandera, apoyan políticas claramente antinacionales. Los “proceseros” son prototípicos de ello.
De ahí, que Arturo Jauretche, haya propuesto no usar el término “nacionalista”, que fue bastardeado y se presta a confusiones, reemplazándolo por el concepto de “Pensamiento Nacional”.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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