FRACASO
DE LAS RENOVABLES EN ALEMANIA
Alemania es la principal economía
europea, y la cuarta economía mundial.
Ejerce el liderazgo europeo en términos
casi excluyentes.
Se le suma el notable prestigio de la
industria germana, de primer nivel. Marca las pautas del nivel de excelencia,
en numerosos rubros de producción.
Implícita o explícitamente, también se
admira la férrea vocación de grandeza que muestra la cultura de su pueblo, por
tres veces emergente a nivel mundial, dos de ellas partiendo de las derrotas en
las guerras mundiales, en ambos casos superando la devastación y los serios
problemas generales que tales caóticas circunstancias implicaron.
Montado sobre ese cúmulo de prestigios,
el sector del fundamentalismo ecologista “vendió” el falso milagro verde de la energía teutona.
Pero los alemanes también se equivocan. El
Partido Verde logró imponer draconianas medidas de cambio en el Sector
Energético, con lo que el ecologismo fundamentalista repetida y
sistemáticamente mostró “el ejemplo” del fuerte énfasis dado a las tecnologías
eólica y solar; y el freno abrupto al plan nuclear.
Generosos subsidios fluyeron de las
abundantes arcas fiscales germanas, posibilitando masivas instalaciones de
“ventiladores” (parques eólicos, de crecientes tamaños), y muchísimos paneles
de energía solar fotovoltaica.
Al paralizarse el plan nuclear alemán,
las solares y eólicas fueron señaladas como las “alternativas” y “grandes soluciones”
para reemplazar las postergadas nuevas centrales nucleares, y también –supuestamente-,
para abastecer los fuertes crecimientos de la demanda.
Se instalaron masivamente paneles solares,
alcanzando Alemania casi el 50 % de la capacidad instalada solar fotovoltaica
mundial…pero los resultados concretos fueron muy pobres, muy poca generación,
nada de Potencia Firme, y altísimos costos por KWh, disimulables con cuantiosas
y desproporcionados subsidios. Lo mismo las eólicas, masivamente instaladas,
pero de bajos rendimientos (producen entre el 25 % y el 33 % de una usina
convencional térmica, hidro o nuclear), y la eólica es energía muy cara, de
baja calidad, no apta como energía de base.
Tozudamente, los “verdes” renovaron su
apuesta, exigiendo el cierre de todas las usinas nucleares en funcionamiento, pretendiendo
reeemplazarlas “ventajosamente” por solares y eólicas.
Pero el gobierno alemán entendió al fin ese
esquema llevaba al caos del sistema eléctrico, que sin una concreta solución
alternativa colapsaría por falta de Potencia Firme y de Energía. Dieron marcha
atrás a los cierres de las nucleares en funcionamiento.
Los irracionales planteos “verdes”,
fueron muy negativos para Alemania, aunque esa poderosa economía los pueda soportar.
El freno al plan nuclear, y la apuesta por las “renovables” (básicamente
eólicas y solares) ocasionaron:
· Bajísima
inserción de la energía solar en la matriz eléctrica (poco más del 1%), pese a
su masividad.
·
Muy pobre participación eólica (6,50%
del total), con bajos rendimientos de los equipos instalados.
·
Fuerte aumento en el consumo de carbón
–en parte importado de EEUU-, cubriendo más del 43 % de la demanda eléctrica.
·
Muy fuerte aumento en las importaciones
de gas natural ruso, construyéndose otro gasoducto en el Mar Báltico, a un alto
costo económico y ambiental.
·
Incremento de las importaciones de
energía eléctrica de sus socios de la UE.
· Preocupante
creciente dependencia de energía importada, siendo ello una notable debilidad
geopolítica.
Similares falsas “soluciones” eléctricas
eólicas y solares pretenden imponernos por la fuerza de burdas presiones, los
activistas del ecologismo fundamentalista, siendo que en realidad con eso provocarían
un caos energético que nos condenaría al subdesarrollo crónico…todo a la medida
de las transnacionales del ultra ecologismo político, no por casualidad
orquestado y manejado por las potencias del G 7.
Alemania no tiene sitio alguno
disponible para incrementar su capacidad hidroeléctrica, pues ya construyó
todas las represas posibles, las cuales sustentaron su desarrollo tecnológico e
industrial, con abundante y económica energía. Eso lo hizo en paralelo con su
formidable desarrollo, desde fines del siglo XIX.
Solo las centrales termoeléctricas,
hidros y nucleares, tienen capacidad técnica para funcionar como usinas de
base. Todas las otras, supuestamente “ecológicas y renovables”, no son
confiables ni operables como bases de ningún sistema eléctrico, solo utilizables
como complementos. Por ende, no pueden reemplazar a las usinas convencionales.
En rigor, las eólicas y solares solo producen
dentro de sus limitados rendimientos energéticos; y los voceros del ecologismo
fundamentalista, volvieron a mentir, priorizando dogmas sobre verdades
técnicas.
C.P.N. CARLOS ANDRÉS
ORTIZ