URGE FRENAR EL SAQUEO Y LA DESTRUCCIÓN
Varios que tenemos conciencia y fundamentos acerca de lo pernicioso y destructivo que siempre resultan las “recetas” neoliberales, venimos exponiendo acerca de los destrozos generalizados y saqueos perpetrados en estos últimos tres años con total premeditación, alevosía e incluso con total desparpajo; casi se podría decir envalentonados ante las múltiples coberturas mediática, judicial, legislativa, y de operadores en las sombras o desembozados de la hidra de múltiples cabezas que es el “partido militar liberal”.
En los primeros tres sectores (periodismo, judicial y legislativo) hay honrosas excepciones, pareciendo no ocurrir lo mismo en el restante, el cual se encarga rápida y totalmente de excluir o aislar de su ámbito a los numéricamente minoritarios militares con clara Mentalidad Nacional, de forma tal de bloquear los accesos a todos los pensamientos no alineados (y alienados) con y por el liberalismo apátrida extremo.
Claramente existen otros apoyos al neoliberalismo que literalmente, se está llevando puesta a Argentina conduciéndonos a la disolución nacional; apoyos que son evidentes en ciertas apatías políticas y en notables ”mansedumbres” de algunos dirigentes gremiales, varios de los cuales parecería que reservaron sus combatividades para enfrentar otros tipos de gobiernos, en las antípodas del neoliberalismo salvaje que hoy padecemos.
Duele constatar como día a día nos endeudamos más y en gran escala, no cesan las quiebras de industrias, los cierres de comercios, se incrementa la pobreza y la miseria extrema, aumenta el desempleo, se pisotea la soberanía, todo ante la aparente total pasividad de grandes sectores de nuestra población, como si estuviera mentalmente anestesiada.
Lo que no consiguieron perpetrar mediante las complicidades legislativas de los sectores laxos o complacientes de la oposición meramente formal (bajo la excusa de “asegurar la gobernabilidad”), lo ejecutan haciendo uso y abuso de la figura de los DNU, decretos que no son por cierto de necesidad ni de urgencia, como no sea la urgencia de terminar de desguazar al país antes que el común de la gente reaccione.
Y para asegurarse voluntades o para impedir acciones concretas en contra, el uso discrecional de prebendas, los carpetazos y el látigo parecería metodología impuesta para evitar indocilidades.
Y para indóciles recalcitrantes o para saldar cuentas pendientes por haber pisado callos de “gente importante”, los encarcelamientos “preventivos” parecen ser otra de las metodologías alternativas, de un régimen que cada vez más se parece a un dictadura y cada día menos a una democracia.
En estos temas, como en otros, la Historia bien analizada es una guía muy precisa, que permite comparar y evaluar realidades, en su contexto real.
Ese gran analista de la Economía Argentina que fue el Dr. Aldo Ferrer, analizó comparativamente como se abortó el desarrollo científico e industrial de Egipto en el siglo XIX, para volverlo a llevar al redil de dócil colonia británica; y también describió distintas metodologías del establishment ultra conservador y nada patriótico de Argentina, que siempre se opuso al desarrollo integral de nuestro país (que debe comprender no solo a la economía primaria, sino también a la industria y a la tecnología, y que debe abarcar todo el territorio nacional, e involucrar a todas las clases socio económicas que componen nuestra población); lo cual es muy diferente, diametralmente opuesto al cerrado esquema de simple crecimiento de la economía primaria negado al desarrollo y a la vez subordinado a los centros del poder financiero mundial y a las potencias hegemónicas de las hoy llamadas Potencias Atlantistas.
Por cierto, la definición de Potencias Atlantistas resulta algo limitativa, pues no solo involucra a la dupla EEUU – Canadá, y a las potencias principales de la Unión Europea (Francia, Gran Bretaña, Alemania, Italia, y otras), sino también a otras naciones altamente desarrolladas que operan como aliados extra continentales o asiáticos, como Japón, Corea del Sur y otras.
Los sectores oligárquicos locales, han sido desde siempre cerradamente clasistas, con fuertes sesgos racistas, de centralismo recalcitrante de tipo unitario recargado, con una anglofilia exacerbada, y todo envuelto en un mero patrioterismo formalista que se agota en lo declamativo, pues se sienten muy a gusto en esquemas de sometimiento colonial con fachada pseudo independiente.
El caso es que esos sectores retrógrados, que gobernaron desde el mitrismo en adelante hasta Yrigoyen (*); luego en la década infame (1930-1943), y que desde 1955 operaron con el partido militar liberal como mascarón de proa de sus cerrados y egoístas intereses sectoriales; pero ahora demuestran estar decididos a evitar de cuajo todo renacimiento político de los sectores nacionales y populares, evidenciando estar decididos a llevarse definitivamente puesta a Argentina, desguazándola totalmente, arrasando toda la industria, los entes tecnológicos, la infraestructura, las economías provinciales, y destrozando todo el sector de la Educación Pública y a la Salud Pública, desamparando y volcando a la miseria a los jubilados y empobreciendo masivamente a la población.
Ahora claramente vinieron por todo, y como mínimo buscan retrotraernos a los empujones al feudalismo campero del mitrismo de siglo XIX; y de máxima, desguazar total y definitivamente a Argentina, destrozándola en media docena (o más) de pequeñas republiquetas inviables, fácilmente manejables por el capital usurero internacional y las grandes corporaciones transnacionales operando sin limitación alguna.
Como evidente respaldo a esas siniestras intenciones, el pisoteo alevoso de la Doctrina Drago, en las descarada acciones intervencionistas que el gobierno neoliberal de Argentina subordinadamente promueve en Venezuela, deja muchos flancos desguarnecidos para permitir intervenciones “liberadoras” de los marines de EEUU y/o de tropas británicas en territorio continental argentino, si es que acá surgiera la “amenaza” de otro gobierno de clara orientación nacional y popular; “amenaza” (a los intereses hegemónicos en el “patio trasero”) que los Atlantistas considerarán mucho más seria si llegáramos a consolidar una necesaria fuerte estrategia de alianzas con Rusia y China (potencias con las cuales no tenemos conflictos de intereses geopolíticos ni territoriales), para contrapesar las brutales presiones de los Atlantistas, si osáramos volver a ser independientes y con una concepción geopolítica orientada hacia la Grandeza Nacional.
Lo precedente no implica entrar en inconducentes enfrentamientos ni cataratas de insultos hacia las Potencias Atlantistas; sino en poner claros límites y ejercer con dignidad nuestra soberanía.
La destrucción acelerada que siguen perpetrando, y la cada vez más cercana realidad de un colapso financiero mayúsculo, hacen imperativo frenar totalmente las políticas de desguace nacional en plena perpetración, cambiando diametralmente las políticas económica, social y estratégica a ser aplicadas, ahora con carácter de muy urgentes.
(*) Respecto al medio siglo largo del feudalismo mitrista, cabe hacer las salvedades de los gobiernos de Pellegrini y Roca, que implementaron políticas de transformaciones positivas reales, y de integración territorial, siendo sobre todo el último el que prácticamente creó y consolidó institucionalmente la Argentina del siglo XX, con políticas fuertemente inclusivas como la desarrollada por el ministro Osvaldo Magnasco en Instrucción Pública, la creación del Correo Argentino, la modernización de las Fuerzas Armadas bajo el accionar del General Riccheri, y la fuerte extensión de las líneas ferroviarias que eran vitales ante las carencias de la red caminera, entre otros logros, que ciertas “progresías” se empeñan en ocultar o desconocer.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
miércoles, 30 de enero de 2019
jueves, 24 de enero de 2019
DESGUAZANDO ARSAT, DESGUAZANDO EL ESTADO, DESGUAZANDO LA NACIÓN
Entre el continuo aluvión de atrocidades en perjuicio de Argentina, que sin solución de continuidad perpetra el actual gobierno neoliberal, buscando de mínima llevarnos a los empujones al siglo XIX y de máxima disolver a Argentina en media docena de paisitos pobres e irrelevantes, una noticia muy importante pasó casi desapercibida.
Como correspondía a un país soberano (como buscamos serlo varias veces en nuestra historia), varias frecuencias en las que se puede operar autónomamente, gracias a la tecnología satelital propia que proveyó ARSAT, el Estado Argentino las había reservado para ser manejadas exclusivamente por la propia empresa estatal.
Era lo más lógico que habiendo sido desarrollados y puestos en órbita los satélites de ARSAT, las frecuencias de comunicaciones sean operadas por y en beneficio de NUESTRA propia empresa.
Con la ya habitual metodología de arrogarse funciones legislativas (en línea con los desembozados avances sobre los otros dos Poderes del Estado, configurando ya una dictadura en plena consolidación, bajo formalidades pseudo democráticas), el ejecutivo macrista utilizó otro de los recurrentes DNU (Decretos de Necesidad y Urgencia), para perpetrar una nueva maniobra agresiva y claramente lesiva a los Intereses del Estado Nacional, lo cual implica una acción más conducente a desguazar la Nación Argentina.
Claramente no existía necesidad ni urgencia, para definir por decreto y pasar por sobre el Poder Legislativo. La “urgencia” era claramente evitar las discusiones en el Congreso, para que el tema pase desapercibido en medio del desastre socio económico generalizado y los temas que recurrentemente tapan la agenda
mediática, ocultando lo que el establishment quiere ocultar.
Las beneficiarias de esa arbitraria y muy negativa medida, cargada además de ilegalidad, son empresas privadas, seguramente varias de ellas bajo control extranjero, que ya dominan casi totalmente el estratégicamente muy sensible sector de las comunicaciones.
El neoliberalismo es apátrida y antinacional por definición, y como
irrefutablemente lo prueba su nefasto accionar en Argentina y otros muchos países del mundo.
Como tal se dio a la tarea de demoler todo vestigio de soberanía y de dignidad nacional. Demoliendo ARSAT y su estratégica área de influencia, la CEOcracia apátrida hoy en el poder formal y detentando el poder real (por delegación de sus mandantes extranjeros), mata varios pájaros de un tiro, a saber. Perpetra otro paso más hacia el desguace total de ARSAT, ícono del orgullo
nacional y uno de los puntales de nuestro desarrollo tecnológico de avanzada.
Quita al Estado Nacional el manejo directo y los beneficios directos e indirectos que son consecuencia del manejo de las frecuencias de comunicaciones, con todas sus múltiples implicancias.
Permite otro avance hacia el control oligopólico de las comunicaciones, por parte de los grupos de poder que forman el núcleo duro de la manipulación alevosa y descarada de la opinión pública, y del consecuente blindaje mediático que protege al gobierno neoliberal, perversamente destructivo con intencionalidad y alevosía; que a los empujones nos lleva a aquella Argentina feudal del mitrismo (siglo XIX), e inmediatamente, si los dejamos
seguir actuando, a la disolución nacional.
Mientras tanto, buena parte de las dirigencias políticas, gremiales,
empresarias y académicas, siguen en la parsimonia, la mediocridad complaciente, la falta de espíritu de Grandeza Nacional, o la simple búsqueda de ventajitas o carguitos personales; sin oponerse debidamente a semejantes latrocinios.
Por su parte, los proceseros contumaces y los patrioteros de bandera, siguen envueltos en sus entornos de odios viscerales e irracionales y sumergidos en su profundas ciénagas de pegajosa colonización cultural en grados superlativos que les anularon toda capacidad de análisis serio y reflexivo; tanto que llegan a aplaudir entusiastamente a las medidas que claramente conducen a la disolución nacional.
A su vez, las variopintas “progresías”, sea por confusiones superlativas o por practicar una suerte de “neomarxismo cultural”, se prenden fervorosamente de cuanta causa conflictiva y “pianta votos” (como el ultra feminismo, el aborto “obligatorio”, el indigenismo racista y odiador al estilo del anarquista Bayer, el ultra ecologismo irracional y otras “causas” por el estilo) instalan las ONGs, Fundaciones y otros canales de difusión, manejados por el mega poder financiero transnacional; para “empiojar” el espectro político – cultural, operando como el otro brazo de las tenazas que aprietan las tuercas del subdesarrollo crónico y de la disolución nacional, tapando o minimizando el desguace socio económico
profundo y generalizado en el que nos han sumido.
Mientras, el pueblo común no parece salir de su largo letargo, inducido por los medios concentrados y todo el aparataje de colonización cultural.
Como dijo el gran patriota Manuel Belgrano…¡Ay, Patria mía!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Entre el continuo aluvión de atrocidades en perjuicio de Argentina, que sin solución de continuidad perpetra el actual gobierno neoliberal, buscando de mínima llevarnos a los empujones al siglo XIX y de máxima disolver a Argentina en media docena de paisitos pobres e irrelevantes, una noticia muy importante pasó casi desapercibida.
Como correspondía a un país soberano (como buscamos serlo varias veces en nuestra historia), varias frecuencias en las que se puede operar autónomamente, gracias a la tecnología satelital propia que proveyó ARSAT, el Estado Argentino las había reservado para ser manejadas exclusivamente por la propia empresa estatal.
Era lo más lógico que habiendo sido desarrollados y puestos en órbita los satélites de ARSAT, las frecuencias de comunicaciones sean operadas por y en beneficio de NUESTRA propia empresa.
Con la ya habitual metodología de arrogarse funciones legislativas (en línea con los desembozados avances sobre los otros dos Poderes del Estado, configurando ya una dictadura en plena consolidación, bajo formalidades pseudo democráticas), el ejecutivo macrista utilizó otro de los recurrentes DNU (Decretos de Necesidad y Urgencia), para perpetrar una nueva maniobra agresiva y claramente lesiva a los Intereses del Estado Nacional, lo cual implica una acción más conducente a desguazar la Nación Argentina.
Claramente no existía necesidad ni urgencia, para definir por decreto y pasar por sobre el Poder Legislativo. La “urgencia” era claramente evitar las discusiones en el Congreso, para que el tema pase desapercibido en medio del desastre socio económico generalizado y los temas que recurrentemente tapan la agenda
mediática, ocultando lo que el establishment quiere ocultar.
Las beneficiarias de esa arbitraria y muy negativa medida, cargada además de ilegalidad, son empresas privadas, seguramente varias de ellas bajo control extranjero, que ya dominan casi totalmente el estratégicamente muy sensible sector de las comunicaciones.
El neoliberalismo es apátrida y antinacional por definición, y como
irrefutablemente lo prueba su nefasto accionar en Argentina y otros muchos países del mundo.
Como tal se dio a la tarea de demoler todo vestigio de soberanía y de dignidad nacional. Demoliendo ARSAT y su estratégica área de influencia, la CEOcracia apátrida hoy en el poder formal y detentando el poder real (por delegación de sus mandantes extranjeros), mata varios pájaros de un tiro, a saber. Perpetra otro paso más hacia el desguace total de ARSAT, ícono del orgullo
nacional y uno de los puntales de nuestro desarrollo tecnológico de avanzada.
Quita al Estado Nacional el manejo directo y los beneficios directos e indirectos que son consecuencia del manejo de las frecuencias de comunicaciones, con todas sus múltiples implicancias.
Permite otro avance hacia el control oligopólico de las comunicaciones, por parte de los grupos de poder que forman el núcleo duro de la manipulación alevosa y descarada de la opinión pública, y del consecuente blindaje mediático que protege al gobierno neoliberal, perversamente destructivo con intencionalidad y alevosía; que a los empujones nos lleva a aquella Argentina feudal del mitrismo (siglo XIX), e inmediatamente, si los dejamos
seguir actuando, a la disolución nacional.
Mientras tanto, buena parte de las dirigencias políticas, gremiales,
empresarias y académicas, siguen en la parsimonia, la mediocridad complaciente, la falta de espíritu de Grandeza Nacional, o la simple búsqueda de ventajitas o carguitos personales; sin oponerse debidamente a semejantes latrocinios.
Por su parte, los proceseros contumaces y los patrioteros de bandera, siguen envueltos en sus entornos de odios viscerales e irracionales y sumergidos en su profundas ciénagas de pegajosa colonización cultural en grados superlativos que les anularon toda capacidad de análisis serio y reflexivo; tanto que llegan a aplaudir entusiastamente a las medidas que claramente conducen a la disolución nacional.
A su vez, las variopintas “progresías”, sea por confusiones superlativas o por practicar una suerte de “neomarxismo cultural”, se prenden fervorosamente de cuanta causa conflictiva y “pianta votos” (como el ultra feminismo, el aborto “obligatorio”, el indigenismo racista y odiador al estilo del anarquista Bayer, el ultra ecologismo irracional y otras “causas” por el estilo) instalan las ONGs, Fundaciones y otros canales de difusión, manejados por el mega poder financiero transnacional; para “empiojar” el espectro político – cultural, operando como el otro brazo de las tenazas que aprietan las tuercas del subdesarrollo crónico y de la disolución nacional, tapando o minimizando el desguace socio económico
profundo y generalizado en el que nos han sumido.
Mientras, el pueblo común no parece salir de su largo letargo, inducido por los medios concentrados y todo el aparataje de colonización cultural.
Como dijo el gran patriota Manuel Belgrano…¡Ay, Patria mía!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
jueves, 10 de enero de 2019
FUERZAS ARMADAS DE ARGENTINA Y BRASIL – ENTRE LA OLIGARQUIA DE LA BOSTA Y LA BURGUESÍA INDUSTRIALISTA
Diferencias muy acentuadas, entre la mentalidad actual de las FFAA de Argentina y las de Brasil. Esas diferencias se volvieron a manifestar, pero vienen de larga data.
Mientras acá hicieron cómplice silencio total, ante la genuflexa intención del gobierno macrista de permitir la instalación de bases militares de EEUU; en el Brasil del “alineado” Bolsonaro se le plantaron en contra, rápida y firmemente, ante similar intención del nuevo presidente.
Claro está que las FFAA de Argentina desde hace muchos años vienen aceptando resignadamente que se desguacen una a una las instalaciones de Fabricaciones Militares, antes orgullo nacional y baluartes de la industria y la tecnología nacional; entre otras “agachadas” impresentables.
Con la aceleración de ese proceso de desguace, y ante cierres de unidades militares y acciones de quitarle valiosas propiedades, algunas emblemáticas, como Campo de Mayo (todas altamente sospechosas de encubrir operaciones inmobiliarias impresentables, a las que son tan adictos los personeros del neoliberalismo), diversos “opinólogos” que oficiarían de voceros oficiosos del sector de retirados, siguen incólumes expresando sus apoyos al actual gobierno nacional…y no los conmueven tampoco las groseras acciones de viles entregas de soberanía en todos los frentes, que en rápida sucesión se siguen perpetrando.
Y tan profundas son las gravísimas confusiones conceptuales inculcadas al personal militar, en décadas de adoctrinamiento de extremo liberalismo económico (doctrina claramente antinacional, aunque la mayoría de los uniformados no lo sepan) , que en diversos foros de opinión de las redes sociales, así como en escritos y conversaciones directas, demuestran que no solo no les conmueve el industricidio alevoso en plena perpetración, así como el desguace de todos los entes tecnológicos, sino que bajo enredadas “justificaciones” incluso se alegran de eso, llegando a alegar que –evidenciando un severo adoctrinamiento antiindustrialista- que “en Argentina no se puede fabricar ni un tornillo”.
También es frecuente que a consecuencia del lavaje cerebral, en grado muy acentuado desde el infame “proceso”, muchos uniformados no tengan ni idea de la enorme importancia estratégica de contar con industria y tecnología propias, e incluso se mofan de esas actividades, acorde a las pautas retrógradas inculcadas por personajes nefastos ligados a círculos clasistas y retrógrados, como la Sociedad Rural y similares.
Otros, como un puñado de “inteligentes”, llegaron a hacer oídas diciendo que “preferimos cualquier cosa antes que el gobierno anterior”…y siguen pensando y obrando igual, pese a los desastrosos resultados del neoliberalismo, de lo cual no parecen informados ni en lo mínimo.
Algún exaltado y nulo pensante, afirmó que “no existen enemigos externos, solo enemigos internos, el peronismo y el comunismo”, reafirmando su cerrado apoyo al neoliberalismo, por supuesto no entendiendo en absoluto que nos están llevando a la disolución nacional; no siendo corregido por sus pares o superiores en el mismo grupo de opinantes, o sea que esa idea pasa a ser considerada “correcta” entre el militarismo liberal argentino. El odio y el “espíritu de clase”, ciegan a personajes como el descripto, si bien cabe señalar que esos casos extremos serían relativamente pocos.
Acá, desde 1955, son en primer lugar fieles “al sistema”, y supletoriamente (y solo si no molesta al establishment) suele asomar tímidamente cierto atisbo de patriotismo. Hubo algunas raras excepciones, como el claro patriotismo del General Guglialmelli, en los años ’60 y comienzos de los ’70, cuando tuvo influencia y algún poder de decisión, y luego con su prédica inclaudicable en la publicación que creó y dirigió, hasta su fallecimiento.
En Brasil, tal como lo demostraron muchas veces, priorizan los Intereses Nacionales, y si bien han sido totalmente alineadas con los dictados del Pentágono y los otros centros del Poder Mundial “occidental”, cuesta encontrar casos concretos que eso se haya hecho resignando claras ambiciones de grandeza nacional.
Por ejemplo, el prolongado gobierno militar brasileño, más allá de criticas o adhesiones que pueda suscitar, fue claramente desarrollista, apoyando activamente la industrialización, el desarrollo tecnológico propio, e implementando un vastísimo y sostenido plan de obras públicas para integrar todo su vasto territorio y proyectarlo al desarrollo. Eso no implica negar que no se combatiera adecuadamente la marginación de enormes sectores de su gran población, entre otras gruesas falencias.
Por el contrario, el gobierno cívico militar del “proceso” en Argentina, pese a declamar a voz en cuello su formalismo pseudo patriótico, que fue puro patrioterismo hueco, en verdad operó como el comando local de tropas de ocupación al servicio de los personeros locales del neoliberalismo apátrida y colonialista. Y obediente por ignorancia o por puro servilismo, el “proceso” se dedicó a desindustrializarnos y a atarnos a una monstruosa deuda externa como formidable cadena de sometimiento. Y como cereza del postre, nos embretó en una desastrosamente planificada y ejecutada guerra, en la cual priorizaron ser fieles al sistema (al mundo “libre, occidental y cristiano”, que no es ni libre, ni occidental ni cristiano) antes que fieles a la patria.
En síntesis, desde 1955, salvo pocas y honrosas excepciones, las FFAA fueron conducidas y condicionadas por personeros o sumisos de “la oligarquía de la bosta”, como llamó Jauretche a la mega oligarquía campera y retrógrada de la Pampa Húmeda y sus ramificaciones en las distintas provincias; hoy oligarquía ampliada y/o coexistente con otras oligarquías, todas ellas retrógradas, anti industrialistas, clasistas e incluso racistas anti criollos: devenidas en fugadores crónicos de divisas y timberos de las finanzas. Incluso las dirigencias industriales no demostraron estar a la altura de sus funciones, careciendo de aptitudes de burguesía progresista con sentido nacional, para ser meros medradores acomodaticios carentes de toda visión de grandeza, salvo honrosas excepciones.
En el colmo de las groseras confusiones conceptuales, los integrantes de las FFAA de Argentina, salvo excepciones, masivamente apoyan a un gobierno que está entregando desvergonzadamente la soberanía en todos los frentes; mientras siguen encerrados en erróneos y perimidos dogmas de los años ‘70.
En Brasil, en cambio, las FFAA, munidas del pensamiento estratégico de Itamaraty, lograron superar los condicionamientos ultra conservadores de “las oligarquías del café con leche” (los cafeteros y los ganaderos), incluso incorporando a ese sector al desarrollo nacional del cual se benefician; mientras se constituyó y fortaleció una esclarecida burguesía industrialista en torno a San Pablo, hoy diseminada en diversos puntos de su extensa geografía (como en el industrializado sur brasileño); enorgulleciéndose de ser parte del proceso que llevó a su país a ser una de las economías más importantes del mundo, además de celosa defensora de su soberanía.
¡Diferencias significativas entre ambas mentalidades, sin duda! La gran tarea para nosotros, es volver a tener FFAA y FFSS con real Mentalidad Nacional, en vez de mero patrioterismo de bandera, hueco de contenido y fácilmente manipulable por los sectores antinacionales!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Diferencias muy acentuadas, entre la mentalidad actual de las FFAA de Argentina y las de Brasil. Esas diferencias se volvieron a manifestar, pero vienen de larga data.
Mientras acá hicieron cómplice silencio total, ante la genuflexa intención del gobierno macrista de permitir la instalación de bases militares de EEUU; en el Brasil del “alineado” Bolsonaro se le plantaron en contra, rápida y firmemente, ante similar intención del nuevo presidente.
Claro está que las FFAA de Argentina desde hace muchos años vienen aceptando resignadamente que se desguacen una a una las instalaciones de Fabricaciones Militares, antes orgullo nacional y baluartes de la industria y la tecnología nacional; entre otras “agachadas” impresentables.
Con la aceleración de ese proceso de desguace, y ante cierres de unidades militares y acciones de quitarle valiosas propiedades, algunas emblemáticas, como Campo de Mayo (todas altamente sospechosas de encubrir operaciones inmobiliarias impresentables, a las que son tan adictos los personeros del neoliberalismo), diversos “opinólogos” que oficiarían de voceros oficiosos del sector de retirados, siguen incólumes expresando sus apoyos al actual gobierno nacional…y no los conmueven tampoco las groseras acciones de viles entregas de soberanía en todos los frentes, que en rápida sucesión se siguen perpetrando.
Y tan profundas son las gravísimas confusiones conceptuales inculcadas al personal militar, en décadas de adoctrinamiento de extremo liberalismo económico (doctrina claramente antinacional, aunque la mayoría de los uniformados no lo sepan) , que en diversos foros de opinión de las redes sociales, así como en escritos y conversaciones directas, demuestran que no solo no les conmueve el industricidio alevoso en plena perpetración, así como el desguace de todos los entes tecnológicos, sino que bajo enredadas “justificaciones” incluso se alegran de eso, llegando a alegar que –evidenciando un severo adoctrinamiento antiindustrialista- que “en Argentina no se puede fabricar ni un tornillo”.
También es frecuente que a consecuencia del lavaje cerebral, en grado muy acentuado desde el infame “proceso”, muchos uniformados no tengan ni idea de la enorme importancia estratégica de contar con industria y tecnología propias, e incluso se mofan de esas actividades, acorde a las pautas retrógradas inculcadas por personajes nefastos ligados a círculos clasistas y retrógrados, como la Sociedad Rural y similares.
Otros, como un puñado de “inteligentes”, llegaron a hacer oídas diciendo que “preferimos cualquier cosa antes que el gobierno anterior”…y siguen pensando y obrando igual, pese a los desastrosos resultados del neoliberalismo, de lo cual no parecen informados ni en lo mínimo.
Algún exaltado y nulo pensante, afirmó que “no existen enemigos externos, solo enemigos internos, el peronismo y el comunismo”, reafirmando su cerrado apoyo al neoliberalismo, por supuesto no entendiendo en absoluto que nos están llevando a la disolución nacional; no siendo corregido por sus pares o superiores en el mismo grupo de opinantes, o sea que esa idea pasa a ser considerada “correcta” entre el militarismo liberal argentino. El odio y el “espíritu de clase”, ciegan a personajes como el descripto, si bien cabe señalar que esos casos extremos serían relativamente pocos.
Acá, desde 1955, son en primer lugar fieles “al sistema”, y supletoriamente (y solo si no molesta al establishment) suele asomar tímidamente cierto atisbo de patriotismo. Hubo algunas raras excepciones, como el claro patriotismo del General Guglialmelli, en los años ’60 y comienzos de los ’70, cuando tuvo influencia y algún poder de decisión, y luego con su prédica inclaudicable en la publicación que creó y dirigió, hasta su fallecimiento.
En Brasil, tal como lo demostraron muchas veces, priorizan los Intereses Nacionales, y si bien han sido totalmente alineadas con los dictados del Pentágono y los otros centros del Poder Mundial “occidental”, cuesta encontrar casos concretos que eso se haya hecho resignando claras ambiciones de grandeza nacional.
Por ejemplo, el prolongado gobierno militar brasileño, más allá de criticas o adhesiones que pueda suscitar, fue claramente desarrollista, apoyando activamente la industrialización, el desarrollo tecnológico propio, e implementando un vastísimo y sostenido plan de obras públicas para integrar todo su vasto territorio y proyectarlo al desarrollo. Eso no implica negar que no se combatiera adecuadamente la marginación de enormes sectores de su gran población, entre otras gruesas falencias.
Por el contrario, el gobierno cívico militar del “proceso” en Argentina, pese a declamar a voz en cuello su formalismo pseudo patriótico, que fue puro patrioterismo hueco, en verdad operó como el comando local de tropas de ocupación al servicio de los personeros locales del neoliberalismo apátrida y colonialista. Y obediente por ignorancia o por puro servilismo, el “proceso” se dedicó a desindustrializarnos y a atarnos a una monstruosa deuda externa como formidable cadena de sometimiento. Y como cereza del postre, nos embretó en una desastrosamente planificada y ejecutada guerra, en la cual priorizaron ser fieles al sistema (al mundo “libre, occidental y cristiano”, que no es ni libre, ni occidental ni cristiano) antes que fieles a la patria.
En síntesis, desde 1955, salvo pocas y honrosas excepciones, las FFAA fueron conducidas y condicionadas por personeros o sumisos de “la oligarquía de la bosta”, como llamó Jauretche a la mega oligarquía campera y retrógrada de la Pampa Húmeda y sus ramificaciones en las distintas provincias; hoy oligarquía ampliada y/o coexistente con otras oligarquías, todas ellas retrógradas, anti industrialistas, clasistas e incluso racistas anti criollos: devenidas en fugadores crónicos de divisas y timberos de las finanzas. Incluso las dirigencias industriales no demostraron estar a la altura de sus funciones, careciendo de aptitudes de burguesía progresista con sentido nacional, para ser meros medradores acomodaticios carentes de toda visión de grandeza, salvo honrosas excepciones.
En el colmo de las groseras confusiones conceptuales, los integrantes de las FFAA de Argentina, salvo excepciones, masivamente apoyan a un gobierno que está entregando desvergonzadamente la soberanía en todos los frentes; mientras siguen encerrados en erróneos y perimidos dogmas de los años ‘70.
En Brasil, en cambio, las FFAA, munidas del pensamiento estratégico de Itamaraty, lograron superar los condicionamientos ultra conservadores de “las oligarquías del café con leche” (los cafeteros y los ganaderos), incluso incorporando a ese sector al desarrollo nacional del cual se benefician; mientras se constituyó y fortaleció una esclarecida burguesía industrialista en torno a San Pablo, hoy diseminada en diversos puntos de su extensa geografía (como en el industrializado sur brasileño); enorgulleciéndose de ser parte del proceso que llevó a su país a ser una de las economías más importantes del mundo, además de celosa defensora de su soberanía.
¡Diferencias significativas entre ambas mentalidades, sin duda! La gran tarea para nosotros, es volver a tener FFAA y FFSS con real Mentalidad Nacional, en vez de mero patrioterismo de bandera, hueco de contenido y fácilmente manipulable por los sectores antinacionales!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
jueves, 3 de enero de 2019
PROCESEROS QUE APOYAN AL DESGUACE NACIONAL
Un mensaje de un retirado del Ejército, de alta graduación y buena cultura general, es otro negativo aporte a la confusión y a la “sutil” exaltación del muy nefasto “proceso”, el golpe de Estado de 1976 que a punta de bayonetas impuso el neoliberalismo apátrida en Argentina.
Para peor, ese oficial retirado parece merecer credibilidad total entre sus camaradas y subordinados, pues “escribe lindo”; pero tergiversa, esconde datos, y claramente apoya la disolución nacional, evidenciando ser un defensor a ultranza del apátrida “proceso”, y de sus continuadores, los noventistas y los actuales intencionalmente desastrosos gobernantes, que están desguazando literalmente a nuestro país. Ejemplo claro de patrioterismo declamativo militante.
Como muy bien lo fundamenta el patriota Dr. Julio Carlos González, tanto las FFAA como la violencia guerrillera, fueron funcionales a los dictados anglosajones, para sumir al país en el subdesarrollo y en profundos odios que aun hoy no se pueden subsanar. Y como dice el patriota Dr. Juan Gabriel Labaké, “en 40 años no aprendieron nada” (los proceseros y la “familia militar liberal”).
Por los motivos que sean, el opinante deja de lado toda objetividad y todo real patriotismo, enredando conceptos, pretendiendo eximir de culpas concretas el negativo gobierno neoliberal actual (que es continuador claro de los proceseros -1976 / 1983- y de los noventistas -1989 / 2001-), y evidenciando lastimosamente una total adhesión al “partido militar liberal”, que denosta sin mayores fundamentos y solo en base al “dice que” al último gobierno peronista, mientras es condescendiente con el actual desastroso gobierno nacional que nos lleva a los empujones a la disolución nacional; mientras a la vez pretende eximir de sus concretas múltiples culpas al infame “proceso”, al indicar como fecha de comienzo del deterioro nacional al año 1983, precisamente el fin del último gobierno militar que tantos perjuicios ocasionó.
Seguramente acorde a principios de elementales operaciones de inteligencia para instalar y reforzar el descrédito de los doce años precedentes de gobierno de clara orientación nacional y popular, omite por completo “detallecitos” como la duplicación del PBI, la duplicación en más (o sea más del 100%) de la producción industrial, el desendeudamiento, las fuertes mejoras sociales, las masivas obras públicas con mucho énfasis en hospitales, escuelas y Universidades Nacionales y otros datos duros e incontrastables y muy positivos, del último período de gobierno peronista 2003 – 2015.
En síntesis, revela un compendio de graves tergiversaciones conceptuales realizadas omitiendo datos duros de la realidad, tanto como para eximir de culpas al actual gobierno CEOcrático –pese a la evidente intencionalidad de los destrozos perpetrados así como los negociados y operetas para favorecer a empresas propias y de “amigos” del poder-; así como la fuerte intencionalidad negativa en relación al gobierno precedente, cargándoles culpas del “dice que” de operaciones mediáticas del “periodismo de guerra” perpetrado por los medios concentrados y los mercenarios de la incomunicación, así como por “mano de obra antes desocupada” de algunos servicios, muy identificados estos con regímenes proceseros o muy afines al mismo, y a la vez carentes de hecho de todo patriotismo auténtico, pues evidencian no importarle la destrucción generalizada y la disolución nacional a la cual nos empujan en patota diversos operadores, a los cuales solo parece unirles la carencia total de patriotismo auténtico.
Lo dicho precedentemente no implica desconocer ni menos aun apañar algunos focos de corruptela que sin duda hubo en el último gobierno peronista, como los casos impresentables de “Lopecito” (el de los bolsos con dólares, que en buena parte según evidencias apenas divulgadas provendrían de coimas pagadas por empresas de Macri); de Jaime, Schiavi y Cirigliano; y otros; pero no por eso se van a desconocer las burdas operaciones mediático – judiciales buscando “la ruta del dinero K”, operaciones drásticamente paralizadas y/o sacadas de las primeras planas de los medios, cada vez que buscando esas supuestas “rutas K”, se encontraron con múltiples “rutas del dinero M”, las que involucran tanto al presidente y su familia, como a sus socios y amigos de negocios, como por caso los de la “patria contratista”, entre otros, sin olvidar groseras operaciones, como las siguientes:
* Autocondonación de la deuda del Correo Argentino (por ahora frenada);
* Las compraventas de contratos de “energías renovables” que en un simple cambio de manos significaron jugosas ganancias para una empresa vinculada al grupo de poder; además que el plan que apaña esas energías significa una gigantesca hipoteca contra el desarrollo nacional, con ventajas prebendarias y tarifas dolarizadas e indexadas, el cual casi nadie denunció, posiblemente por lo relativamente complejo técnicamente del tema;
* Las fugas de divisas y la timba financiera, relacionadas con el brutal e impagable endeudamiento externo.
* La venta del dólar futuro con interesados del propio gabinete nacional operando de los dos lados del mostrador;
* Los brutales tarifazos para beneficios de petroleras, gasíferas y otras “empresas de amigos del poder”. La británica Shell manejando Energía, como muestra de sumisión total al agresivo imperio.
* Y el listado sigue incrementándose casi a diario.
Por otra parte, nada dice acerca de las diferencias entre el nefasto gobierno que apaña y el precedente que ataca; en temas claves de estrategia, como el Sector Nuclear, con fuerte impulso y el mayor presupuesto de la historia, en los años del último gobierno peronista, a la anomia ya cancelación de todos los proyectos importantes en el actual gobierno; el tema de los satélites, también frenado por la oligarquía neoliberal hoy gobernante; y las obras públicas, fuertemente impulsadas antes, hoy totalmente paralizadas; y la educación, con casi 1.800 escuelas nuevas en los doce años, mientras que hoy brutalmente cierran escuelas e institutos de profesorados, además de 19 Universidades Nacionales nuevas antes, todas con buenos presupuestos (todas, no solo las 19), mientras que hoy agonizan sin dinero para nada.
Y en temas de soberanía, de los fuertes reclamos por Malvinas, a la entrega vil actual más la preparación del abandono de La Antártida e incluso en perpetración la disolución nacional, parecerían no preocupar en absoluto al opinante militar procesero (de evidente impronta económica liberal, que es una doctrina claramente antinacional).
Cierto que hubo errores antes, incluyendo algunos sectores “progres” con cierto antimilitarismo casi infantil; posiblemente en parte corregido en los últimos años del gobierno anterior; pero nada dice o casi nada, de los desguaces masivos de unidades y las ventas de propiedades militares, ahora en perpetración; de todo lo cual “la familia militar liberal” tampoco nada o casi nada dice.
Decepcionante postura del opinante, encerrándose en esquemas político - militares antes erróneos y hoy además anacrónicos, de los años ’70, que algunos insisten en mantener como vigentes. Incluso con “las perlitas” de algunos osados opinantes uniformados a los que nunca contradijo, que muy sueltos de cuerpo afirmaron que “no hay enemigos externos, solo enemigos internos”, aberración que exime de mayores comentarios.
La afirmación según la cual las serias falencias argentinas comenzaron en 1983 y se profundizaron sin solución de continuidad, es tan cargada de “espíritu procesero” como clara y tendenciosamente falaz. Mientras exculpa al nefasto proceso (lo que es indefendible, y seguramente por eso no abunda en datos); mientras pretende desconocer los notables indicadores positivos socio económicos y las acciones geopolíticas desarrolladas en el período 2003 – 2015, las cuales nunca considera para en cambio repetir acusaciones genéricas maliciosas instaladas por los medios concentrados y los poderes a los cuales ellos responden, en medio de una feroz campaña mediática de la cual uno de sus operadores estrella dijo “hicimos periodismo de guerra”. ¿Lo desconoce acaso el alto oficial opinante, al cual no parecen conmoverle las acciones rastreras de entrega de soberanía que en vergonzosa sucesión se vienen perpetrando en el actual gobierno al cual tanto apaña?
El oficial opinante, de muy buena cultura general por cierto, no puede desconocer que fue el siniestro “proceso” al cual tanto apoya, el que nos entregó atados de pies y manos al neoliberalismo apátrida y destructor socio económico, período en el cual Nuestras Fuerzas Armadas lamentablemente operaron como tropas de ocupación al servicio del poder financiero transnacional, y bajo los dictados de sus personeros locales, como el muy nefasto Martinez De Hoz, sus cómplices y sucesores en el desmanejo de la economía argentina para perpetrar el endeudamiento y la desindustrialización forzosos. Y por cierto la violencia guerrillera (de ningún modo la justifico ni defiendo), no fue excusa valedera para usurpar el poder.
Por cierto la situación de indefensión comenzó con la derrota en la Guerra del Atlántico Sur, tan desastrosamente conducida por los muy ignorantes comandantes y sus colaboradores, que demostraron no saber nada de Geopolítica, de Historia Mundial y Argentina, ni de Economía y otros temas de significativa importancia; operando además como “buenos defensores del ‘sistema’ “occidental, libre y cristiano” (eufemismos para esconden la sumisión total a las potencias anglosajonas), a las que se subordinaron prioritariamente, y a cuyos designios entregaron la soberanía.
En ese contexto, invocar a Dios y a María Santísima, mientras se apoya a un gobierno cuanto menos ultra materialista y que pisotea todo atisbo de Fe auténtica, evidenciando total carencia del mínimo sentido de humanismo, y menos de cristianismo, es al menos un oxímoron total por parte del calificado (y evidentemente muy erróneo) alto oficial retirado opinante.
Por supuesto reitero estar en las antípodas del pueril antimilitarismo de “progres”, marxistas, trostkos, anarquistas y similares. Y en ese sentido estoy convencido que es totalmente necesario se retome la Doctrina de la Defensa Nacional, dejando de lado las perversas directivas de la doctrina de la seguridad nacional, de la cual están teñidos el escrito acá comentado, y otros provenientes de varios retirados, cargados de pautas político – económicas liberales, o sea totalmente apátridas. Tan apátridas como las ideas de los antimilitaristas viscerales, señalados antes.
Parecería que así como los oligarcas y otros personeros del liberalismo apátrida marcharon de la mano de los comunistas y otros, a instigaciones del embajador norteamericano Spruille Braden en 1945; hoy “las izquierdas verborrágicas y antinacionales” y similares apátridas, operan al unísono con el confuso partido militar liberal, y los personeros del establishment financiero transnacional; amontonándose para impulsar la disolución nacional. Todos ellos muy lejos de todo patriotismo, al que sirvieron lealmente señeros patriotas, entre ellos Señores Militares de Mentalidad Nacional, que Argentina supo tener y respetar.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Un mensaje de un retirado del Ejército, de alta graduación y buena cultura general, es otro negativo aporte a la confusión y a la “sutil” exaltación del muy nefasto “proceso”, el golpe de Estado de 1976 que a punta de bayonetas impuso el neoliberalismo apátrida en Argentina.
Para peor, ese oficial retirado parece merecer credibilidad total entre sus camaradas y subordinados, pues “escribe lindo”; pero tergiversa, esconde datos, y claramente apoya la disolución nacional, evidenciando ser un defensor a ultranza del apátrida “proceso”, y de sus continuadores, los noventistas y los actuales intencionalmente desastrosos gobernantes, que están desguazando literalmente a nuestro país. Ejemplo claro de patrioterismo declamativo militante.
Como muy bien lo fundamenta el patriota Dr. Julio Carlos González, tanto las FFAA como la violencia guerrillera, fueron funcionales a los dictados anglosajones, para sumir al país en el subdesarrollo y en profundos odios que aun hoy no se pueden subsanar. Y como dice el patriota Dr. Juan Gabriel Labaké, “en 40 años no aprendieron nada” (los proceseros y la “familia militar liberal”).
Por los motivos que sean, el opinante deja de lado toda objetividad y todo real patriotismo, enredando conceptos, pretendiendo eximir de culpas concretas el negativo gobierno neoliberal actual (que es continuador claro de los proceseros -1976 / 1983- y de los noventistas -1989 / 2001-), y evidenciando lastimosamente una total adhesión al “partido militar liberal”, que denosta sin mayores fundamentos y solo en base al “dice que” al último gobierno peronista, mientras es condescendiente con el actual desastroso gobierno nacional que nos lleva a los empujones a la disolución nacional; mientras a la vez pretende eximir de sus concretas múltiples culpas al infame “proceso”, al indicar como fecha de comienzo del deterioro nacional al año 1983, precisamente el fin del último gobierno militar que tantos perjuicios ocasionó.
Seguramente acorde a principios de elementales operaciones de inteligencia para instalar y reforzar el descrédito de los doce años precedentes de gobierno de clara orientación nacional y popular, omite por completo “detallecitos” como la duplicación del PBI, la duplicación en más (o sea más del 100%) de la producción industrial, el desendeudamiento, las fuertes mejoras sociales, las masivas obras públicas con mucho énfasis en hospitales, escuelas y Universidades Nacionales y otros datos duros e incontrastables y muy positivos, del último período de gobierno peronista 2003 – 2015.
En síntesis, revela un compendio de graves tergiversaciones conceptuales realizadas omitiendo datos duros de la realidad, tanto como para eximir de culpas al actual gobierno CEOcrático –pese a la evidente intencionalidad de los destrozos perpetrados así como los negociados y operetas para favorecer a empresas propias y de “amigos” del poder-; así como la fuerte intencionalidad negativa en relación al gobierno precedente, cargándoles culpas del “dice que” de operaciones mediáticas del “periodismo de guerra” perpetrado por los medios concentrados y los mercenarios de la incomunicación, así como por “mano de obra antes desocupada” de algunos servicios, muy identificados estos con regímenes proceseros o muy afines al mismo, y a la vez carentes de hecho de todo patriotismo auténtico, pues evidencian no importarle la destrucción generalizada y la disolución nacional a la cual nos empujan en patota diversos operadores, a los cuales solo parece unirles la carencia total de patriotismo auténtico.
Lo dicho precedentemente no implica desconocer ni menos aun apañar algunos focos de corruptela que sin duda hubo en el último gobierno peronista, como los casos impresentables de “Lopecito” (el de los bolsos con dólares, que en buena parte según evidencias apenas divulgadas provendrían de coimas pagadas por empresas de Macri); de Jaime, Schiavi y Cirigliano; y otros; pero no por eso se van a desconocer las burdas operaciones mediático – judiciales buscando “la ruta del dinero K”, operaciones drásticamente paralizadas y/o sacadas de las primeras planas de los medios, cada vez que buscando esas supuestas “rutas K”, se encontraron con múltiples “rutas del dinero M”, las que involucran tanto al presidente y su familia, como a sus socios y amigos de negocios, como por caso los de la “patria contratista”, entre otros, sin olvidar groseras operaciones, como las siguientes:
* Autocondonación de la deuda del Correo Argentino (por ahora frenada);
* Las compraventas de contratos de “energías renovables” que en un simple cambio de manos significaron jugosas ganancias para una empresa vinculada al grupo de poder; además que el plan que apaña esas energías significa una gigantesca hipoteca contra el desarrollo nacional, con ventajas prebendarias y tarifas dolarizadas e indexadas, el cual casi nadie denunció, posiblemente por lo relativamente complejo técnicamente del tema;
* Las fugas de divisas y la timba financiera, relacionadas con el brutal e impagable endeudamiento externo.
* La venta del dólar futuro con interesados del propio gabinete nacional operando de los dos lados del mostrador;
* Los brutales tarifazos para beneficios de petroleras, gasíferas y otras “empresas de amigos del poder”. La británica Shell manejando Energía, como muestra de sumisión total al agresivo imperio.
* Y el listado sigue incrementándose casi a diario.
Por otra parte, nada dice acerca de las diferencias entre el nefasto gobierno que apaña y el precedente que ataca; en temas claves de estrategia, como el Sector Nuclear, con fuerte impulso y el mayor presupuesto de la historia, en los años del último gobierno peronista, a la anomia ya cancelación de todos los proyectos importantes en el actual gobierno; el tema de los satélites, también frenado por la oligarquía neoliberal hoy gobernante; y las obras públicas, fuertemente impulsadas antes, hoy totalmente paralizadas; y la educación, con casi 1.800 escuelas nuevas en los doce años, mientras que hoy brutalmente cierran escuelas e institutos de profesorados, además de 19 Universidades Nacionales nuevas antes, todas con buenos presupuestos (todas, no solo las 19), mientras que hoy agonizan sin dinero para nada.
Y en temas de soberanía, de los fuertes reclamos por Malvinas, a la entrega vil actual más la preparación del abandono de La Antártida e incluso en perpetración la disolución nacional, parecerían no preocupar en absoluto al opinante militar procesero (de evidente impronta económica liberal, que es una doctrina claramente antinacional).
Cierto que hubo errores antes, incluyendo algunos sectores “progres” con cierto antimilitarismo casi infantil; posiblemente en parte corregido en los últimos años del gobierno anterior; pero nada dice o casi nada, de los desguaces masivos de unidades y las ventas de propiedades militares, ahora en perpetración; de todo lo cual “la familia militar liberal” tampoco nada o casi nada dice.
Decepcionante postura del opinante, encerrándose en esquemas político - militares antes erróneos y hoy además anacrónicos, de los años ’70, que algunos insisten en mantener como vigentes. Incluso con “las perlitas” de algunos osados opinantes uniformados a los que nunca contradijo, que muy sueltos de cuerpo afirmaron que “no hay enemigos externos, solo enemigos internos”, aberración que exime de mayores comentarios.
La afirmación según la cual las serias falencias argentinas comenzaron en 1983 y se profundizaron sin solución de continuidad, es tan cargada de “espíritu procesero” como clara y tendenciosamente falaz. Mientras exculpa al nefasto proceso (lo que es indefendible, y seguramente por eso no abunda en datos); mientras pretende desconocer los notables indicadores positivos socio económicos y las acciones geopolíticas desarrolladas en el período 2003 – 2015, las cuales nunca considera para en cambio repetir acusaciones genéricas maliciosas instaladas por los medios concentrados y los poderes a los cuales ellos responden, en medio de una feroz campaña mediática de la cual uno de sus operadores estrella dijo “hicimos periodismo de guerra”. ¿Lo desconoce acaso el alto oficial opinante, al cual no parecen conmoverle las acciones rastreras de entrega de soberanía que en vergonzosa sucesión se vienen perpetrando en el actual gobierno al cual tanto apaña?
El oficial opinante, de muy buena cultura general por cierto, no puede desconocer que fue el siniestro “proceso” al cual tanto apoya, el que nos entregó atados de pies y manos al neoliberalismo apátrida y destructor socio económico, período en el cual Nuestras Fuerzas Armadas lamentablemente operaron como tropas de ocupación al servicio del poder financiero transnacional, y bajo los dictados de sus personeros locales, como el muy nefasto Martinez De Hoz, sus cómplices y sucesores en el desmanejo de la economía argentina para perpetrar el endeudamiento y la desindustrialización forzosos. Y por cierto la violencia guerrillera (de ningún modo la justifico ni defiendo), no fue excusa valedera para usurpar el poder.
Por cierto la situación de indefensión comenzó con la derrota en la Guerra del Atlántico Sur, tan desastrosamente conducida por los muy ignorantes comandantes y sus colaboradores, que demostraron no saber nada de Geopolítica, de Historia Mundial y Argentina, ni de Economía y otros temas de significativa importancia; operando además como “buenos defensores del ‘sistema’ “occidental, libre y cristiano” (eufemismos para esconden la sumisión total a las potencias anglosajonas), a las que se subordinaron prioritariamente, y a cuyos designios entregaron la soberanía.
En ese contexto, invocar a Dios y a María Santísima, mientras se apoya a un gobierno cuanto menos ultra materialista y que pisotea todo atisbo de Fe auténtica, evidenciando total carencia del mínimo sentido de humanismo, y menos de cristianismo, es al menos un oxímoron total por parte del calificado (y evidentemente muy erróneo) alto oficial retirado opinante.
Por supuesto reitero estar en las antípodas del pueril antimilitarismo de “progres”, marxistas, trostkos, anarquistas y similares. Y en ese sentido estoy convencido que es totalmente necesario se retome la Doctrina de la Defensa Nacional, dejando de lado las perversas directivas de la doctrina de la seguridad nacional, de la cual están teñidos el escrito acá comentado, y otros provenientes de varios retirados, cargados de pautas político – económicas liberales, o sea totalmente apátridas. Tan apátridas como las ideas de los antimilitaristas viscerales, señalados antes.
Parecería que así como los oligarcas y otros personeros del liberalismo apátrida marcharon de la mano de los comunistas y otros, a instigaciones del embajador norteamericano Spruille Braden en 1945; hoy “las izquierdas verborrágicas y antinacionales” y similares apátridas, operan al unísono con el confuso partido militar liberal, y los personeros del establishment financiero transnacional; amontonándose para impulsar la disolución nacional. Todos ellos muy lejos de todo patriotismo, al que sirvieron lealmente señeros patriotas, entre ellos Señores Militares de Mentalidad Nacional, que Argentina supo tener y respetar.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
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