miércoles, 30 de diciembre de 2015
LAS INUNDACIONES NO SON CAUSADAS POR LAS HIDROELÉCTRICAS
Entre la densa vocinglería de los comunicadores sociales superficiales, carentes de fundamentos, y al voleo (que tanto abundan), es moneda corriente que esta última gran inundación sea achacada por igual a dos supuestos “culpables absolutos”: la soja y las represas. Y como el concepto está instalado, citarlo es muy marketinero, y “políticamente correcto”.
El concepto es, en lo concerniente a las hidroeléctricas, además de erróneo, dudosamente vertido con “inocencia”, pues pasa a ser parte -hoy fundamental-, de una nutrida y sistemática campaña de desprestigio de las hidroeléctricas, montada en Argentina por ONGs transnacionales (principalmente británicas), y por intereses asociados, como los que promueven al como sea las costosas y poco eficientes energías eólica y solar; y detrás de esas pantallas, los sempiternos poderosísimos intereses de las petroleras anglosajonas, hoy enquistadas en el poder formal de Argentina. Desde siempre, los liberales y neoliberales, han sido muy afines a los intereses de las petroleras extranjeras…cuando no sus gerentes o comisionistas al tanto por cuanto. ¿Patria…que es eso?…según ellos.
Las usinas hidroeléctricas no “producen” agua, solo la almacenan –pudiendo regular en mayor o menor medida los caudales agua abajo, dependiendo de la configuración o características constructivas de la presa, que define el vaso o embalse que almacena el agua.
Algunas, como El Chocón, tienen gran capacidad de almacenamiento en relación al caudal medio del río, y por eso, evitan las inundaciones; como antes eran recurrentes en el Alto Valle del Río Negro, y hoy pasaron a la historia.
Otras presas, tienen menores capacidades de almacenamiento en relación al caudal del río; por lo general, las ubicadas en los ríos de grandes caudales, como el Paraná, funcionan como presas de pasada, lo cual significa que tienen baja capacidad de retener el caudal de agua, que circula constantemente. Algo pueden regular, básicamente bajando los picos de crecientes, como sucede con Yacyretá.
Cuando en el Paraná, además de Yacyretá, tengamos Corpus, Itatí-Itá Corá, más abajo las dos grandes presas del Paraná Medio, e incluso el canal de vinculación –vía Iberá- del Paraná con el Uruguay, con toda esa infraestructura se podrá regular en forma mucho más efectiva cada creciente. Si además se hace un buen tratamiento costero, tal como en los últimos años trabajó efectivamente la Entidad Binacional Yacyretá en las extensas márgenes binacionales del vaso de la presa, la mayoría de las inundaciones pasarán a ser cosa del pasado, o eventualmente alguna gran creciente decamilenaria podrá en algunos lugares transformarse en inundación, pero con efectos mucho menores que los hoy –sin esas formidables defensas- produciría.
Lo mismo cabe decir para el Río Uruguay, con Panambí, Garabí, y eventualmente otra obra a la altura de Monte Caseros, aproximadamente.
Según trascendió en diversas fuentes que pueden considerarse objetivas, los evacuados en Brasil son mucho menos que en Argentina. Además de la diferente topografía (no tiene las grandes planicies como en el Gran Chaco, la zona pampeana y el centro sur de la Mesopotamia), el vecino del norte tiene a su favor una notable capacidad de regulación de los caudales, dada su formidable red de obras hidroeléctricas; pueden atenuar los picos de las crecientes. Con eso NO se está diciendo que nos hayan endosado la inundación. Sus presas son en general de pasada, o sea que no contienen las crecientes, solo tienen cierta capacidad de regulación, nada más.
Y es interesante evaluar el casi nulo efecto de esta última creciente en Misiones. Mucho tuvieron que ver las obras de tratamiento costero que la Entidad Binacional Yacyretá construyó en las áreas pobladas del vaso de la hidroeléctrica en Misiones, lo que también hizo en Paraguay. Más al norte, el Paraná corre encajonado, y seguramente no se permitió que se vuelva a construir viviendas en áreas inundables en la en general escarpada costa. Y similar previsión se habría tenido en las márgenes del Uruguay.
Por otra parte, para los que tozudamente siguen culpando a las hidroeléctricas por las inundaciones, es bueno recordar que en el Río Paraguay no hay ninguna hidroeléctrica, e igual está soportando una gran creciente y sus márgenes padecen hoy una gran inundación.
En conclusión, las hidroeléctricas no provocan inundaciones, ni las agravan. Por el contrario, las mitigan, y en algunos casos, las impiden.
Además, siguen siendo la tecnología más limpia, eficiente y económica, para generar energía eléctrica en gran escala. Y esto último es lo que molesta a los promotores de las termoeléctricas, sus asociadas las “renovables sesgadas” eólicas y solares, y al establishment financiero-neoliberal.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
sábado, 26 de diciembre de 2015
¿HACIA EL INDUSTRICIDIO DEFINITIVO?
No hacen falta dotes de clarividente, para entender que el desarrollo industrial no forma parte de la agenda del neoliberalismo, hoy en el poder formal en Argentina. Además de los frondosos y contundentes antecedentes de anti industrialismo visceral, de los neoliberales del establishment local (la palabra “nacional” no es la adecuada, por ser profundamente “antinacionales”); y de las expresiones de campaña, en los pocos días de gobierno ya se dieron visibles señales que la industria argentina no solo no figura en las prioridades, sino que se la combatirá implacablemente, tal como similares tecnócratas lo hicieron en períodos liberales precedentes. Se detallan esas claras “señales”, que más bien son contundentes declaraciones del rumbo de regresión e involución a una economía pre industrial, o más bien anti industrial. Es la vuelta al vetusto país – estancia. Es el feudalismo dieciochesco, vestido de ropaje pseudo democrático.
- El nuevo presidente solo tangencialmente se refiere a las “agroindustrias”, omitiendo toda referencia a otro tipo de industrias, esas que precisamente tienen mayor efecto multiplicador, como la siderurgia, la petroquímica, la química pesada, la metalmecánica, la electrónica, de electrodomésticos, de maquinaria pesada, la aérea y la aeroespacial, la del tipo de tecnologías muy avanzadas (nuclear, radares, satelital, de aparatología médica), etc.
- Mientras que profusamente se crearon muchos ministerios, partiendo del desguace del anterior Ministerio de Economía en seis nuevas carteras, en cambio desapareció el Ministerio de Industria…el mismo que tan buena performance tuvo bajo la conducción de bajo perfil de Débora Giorgi. ¿Acaso es casualidad esa desjerarquización de la industria, en el nuevo gabinete?
- Se desprotegió a la industria nacional, barriendo de un plumazo las barreras arancelarias y otras medidas de protección y fomento propias de un Estado Activo y promotor del desarrollo, para volver al ya conocido rol de Estado pasivo, supuestamente neutro, pero que en realidad es cómplice directo de las operaciones de desguace industrial, como ya padecimos en períodos anteriores de nuestra historia, alguno de ellos aun
muy reciente. Las excusas son las mismas, supuestamente para “poner freno a los precios”, pero en realidad significa abrir las compuertas de las aduanas, para permitir el aluvión de productos industriales, muchos de ellos bajo dumpings encubiertos (ventas a precios subsidiados por otros Estados con agresivas políticas de exportaciones industriales), o producidos en países con bajísimos costos laborales, en muchos casos con mano de obra servil o en condiciones de vida infrahumana.
- Se tramitan enormes operaciones de endeudamiento, no solo costosos, sino llenos de condicionamientos al estilo del FMI, o sea baja de salarios, desprotección industrial total, alineamiento con las posturas geopolíticas de los neocolonialistas del siglo XXI, etc.
- Los tratados de libre comercio (entre la UE y el Mercosur; y el Tratado Trans Pacífico o TPP por sus siglas en inglés), que tan aceleradamente quiere poner en vigencia el nuevo gobierno ultra neoliberal de Argentina, implicarán una implacable mordaza que ahogará a las Pymes; nos inundará con el exceso de producción industrial de Europa, EEUU y Japón, además de convertirnos en súbditos sin capacidad de decisión frente a las corporaciones extranjeras (solo se podrá litigar en foros transnacionales, como el CIADI), y nos hará esclavos de las patentes extranjeras, lo cual es particularmente pernicioso en el caso de los medicamentos. ¡Si se rubrican, serán las tenazas de la desindustrialización crónica!
- Por decreto, se suprimieron las Escuelas Técnicas, lo cual marca a las claras el perfil anti industrial y cerradamente regresivo, que por la fuerza quiere imponer el neoliberalismo rampante, en medio de la desinformación masiva que aturde y no deja pensar a amplios sectores de la población argentina…más aun desde que el “discurso políticamente correcto” pasó a ser monocorde en casi todos los medios masivos de comunicación.
- Determinadas dirigencias gremiales, abulonadas en sus cargos, que más bien parecerían representantes de lo más reaccionario del sector patronal, o hacen “mutis por el foro” (el silencio es una de las formas más elocuentes de complicidad), o realizan reclamos extremadamente
moderados sin oponerse a un panorama claramente negativo, o directamente exhiben alabanzas grandilocuentes al modelo neoliberal vigente. De estos últimos, tal vez el caso más visible es el del “Momo” Venegas, quien como Secretario General de UATRE (trabajadores rurales), no demostró dinamismo para terminar con el muy difundido trabajo “en negro” (sin registrar) en el mundo laboral agrario, tampoco se lo vio activo para mejorar sensiblemente los históricamente muy bajos salarios rurales; pero que en cambio, sin nada que lo avale, opinó grandilocuentemente que “el campo puede crear dos millones de nuevos puestos de trabajo”, lo cual suena a disparate, y además pasa por alto que el muy mal pago y de baja calificación trabajo rural, no puede reemplazar al bien pago y calificado trabajo industrial que este modelo neoliberal se apresta a destruir tan sistemáticamente y “con tanta alegría”.
Claramente, el rumbo tomado por el actual gobierno argentino, excluye totalmente toda posibilidad de desarrollo industrial fuera del reducido y poco tecnificado campo de las agro - industrias, o sea aquellas que den algo de valor agregado a las producciones agropecuarias. Estas son industrias de baja tecnología, de escaso efecto multiplicador, de ningún modo son consideradas de tecnologías de punta, emplean relativamente poca mano de obra, no son madres de otras industrias (como sí sucede en cambio con las industrias pesadas y las de tecnologías avanzadas), y carecen de valor estratégico o lo tienen en escalas muy reducidas.
Precedentes procesos de desindustrialización forzosa, los padecimos, con funcionarios de similares perfiles a los actuales, e incluso en un caso los mismos que hoy forman parte del equipo de gobierno. Así sucedió en 1955, 1962, 1976-2001, y en ese último período, muy acentuadamente en los años ’90. Pero ahora parecen dispuestos a “completar la tarea” del industricidio total e impiadoso.
¡Siniestro panorama el que se avizora para nuestro país!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
sábado, 19 de diciembre de 2015
ENERGÍA – EL PRETEXTO DE LA SUPUESTA CRISIS
Es metodología “de manual” de los neoliberales, cada vez que llegan al poder, pretextar supuestas “crisis” gigantescas e insondables, para justificar aplicaciones de medidas recesivas muy acentuadas, de fuertes impactos negativos en la economía, y de procesos de golpes de gobierno y económicos que signifiquen brutales transferencias de ingresos negativas. Dicho en criollo, empobrecer a los muchos, para enriquecer –y mucho- a los poderosos.
De paso, en base a masivas operaciones de difusión, repetidas hasta el cansancio por los operadores mediáticos “afines”, se busca cargar las culpas y endosar al gobierno precedente todos los costos de los paquetes de medidas que se implementan; o eventualmente se culpa a “la gente” (diluyendo responsabilidades concretas de los funcionarios políticos de turno). Las consecuencias de esas medidas –del recetario neoliberal-, son siempre muy negativas para el PBI (fuerte retroceso de la economía), y muy dolorosas para los sectores socio-económicos medios y bajos, pues significan rápidos empobrecimientos, y por regla general aumentos significativos de la desocupación.
Aunque la clase media argentina, por lo general adolece de muy poca o nula memoria histórica, pecando por lo general de extrema superficialidad en sus análisis –muy fácilmente influenciable por las muy sutiles campañas mediáticas y psicológicas masivas-, debe recordarse que similares metodologías aplicaron al comienzo del “proceso” (Videla-Martínez de Hoz-1976), y en los años ’90 del menemato y el delarruato, períodos en los que literalmente se destrozó la economía nacional, se empobreció a grandes sectores de la población, y la desocupación llegó a límites altísimos.
Con ese necesario encuadre acerca del “manual del buen ‘shockeador’ -cambios a los golpes- de la economía” (en este caso como golpe de mercado aplicado desde el propio Estado cooptado y manejado en directo por gerentes de transnacionales y otros agentes del establishment), intentemos analizar que hay de cierto en la presunta y dudosamente fundamentada “crisis energética”.
Para simplificar, el Sector Energético puede analizarse en sus componentes principales: combustibles, energía eléctrica, y separadamente los gasoductos.
- En combustibles, no hay ninguna señal de desabastecimiento ni cuellos de botella, que impidan el normal consumo de naftas, gas oil, gas natural y otros combustibles varios. En cambio, antes de la reestatización parcial de YPF, Repsol y las dos petroleras británica (Shell) y estadounidense (Esso), estaban desabasteciendo artificialmente al mercado, provocando largas colas para cargar combustibles, con el malestar consecuente (lo que era claramente un objetivo político de inducir al caos).
Cierto que falta invertir más, para volver a conseguir el autoabastecimiento (e incluso un fuerte rol exportador, factible con los yacimientos no convencionales); pero eso lo está haciendo YPF sola y asociada con varios gigantes mundiales del sector (incluyendo otras empresas estatales).
También se necesita contar al menos con uno o dos refinerías más.
Es cierto que las importaciones de combustibles significan fuertes erogaciones de divisas. Pero la nueva apertura indiscriminada de las importaciones, con seguridad costará más divisas que las que se gastan en importar combustibles…y además estas últimas (aluvión de importaciones) implicarán cierres de fábricas y desocupación masiva.
¡Pero nada de eso significa “crisis energética”!
- En energía eléctrica, cabe analizar las tres grandes áreas técnicas: generación, transmisión, distribución.
- En generación, la Potencia Instalada aumentó muy acentuadamente en los últimos doce años, siendo de 32.464 MW en octubre pasado. La Potencia Firme (disponible efectivamente), pasó del orden de 18.500 MW a 26.000 / 27.000 MW. Si a la Potencia Instalada, se le deduce el normal margen de reserva (por mantenimiento programado o por otras fallas técnicas), se obtiene la Potencia Firme u Operable, y el pico de la demanda para este verano se estima en el orden de 24.000 MW. O sea, contamos con suficiente margen de Potencia Instalada.
Es destacable que en los años precedentes, los incrementos anuales de demanda eléctrica fueron sostenidos y fuertes, dada la innegable reindustrialización que comenzó a fines de 2002, y también por las visibles mejoras en el nivel general de vida. En esos años, a veces casi al límite, nunca faltó Potencia
para responder a la demanda eléctrica. Eso significa que hubo fuertes inversiones en el parque de generación, además de convenios de compra o intercambio de energía, con Uruguay, Brasil y Paraguay, a los que se suman recientes acuerdos con Bolivia.
Hoy contamos con suficiente Potencia Instalada, y para el crecimiento anual de la demanda, existen proyectos para los próximos diez años, que de continuar sus procesos de licitación y/o construcción, aportarán 15.000 MW más, en un amplio abanico de hidroeléctricas, nucleares, térmicas, eólicas y otras. A esa magnitud considerable, siempre puede agregarse un par de grandes ciclos combinados, del orden de 800 MW cada uno; o mejor aun, comenzar los grandes proyectos hidroeléctricos largamente postergados, como Corpus, Garabí-Panambí, Paraná Medio y otros. Con ello se cubrirá la demanda prevista, más en función de las medidas restrictivas a punto de implementarse, como las fuertes subas y la implícita desindustrialización que implica la irrestricta apertura comercial. No se vislumbra escenario de crisis en Generación Eléctrica.
- En Transmisión (alta y muy alta tensión), en el anterior gobierno se construyeron 5.500 Km de líneas, integrando a 10 provincias más al sistema, construyéndose obras emblemáticas postergadas por décadas, como la interconexión de La Patagonia, la de Cuyo-Comahue y la de NEA-NOA, esta última llegando en Alta Tensión a Formosa (originalmente planificada solo en el eje Resistencia – Tucumán). Eran obras que en épocas gobernadas por liberales, solo se escuchaban justificativos para demorarlas indefinidamente. Se completaron varios anillados, mejorando mucho las condiciones operativas. No es un escenario de crisis.
- En Distribución (baja tensión), existe cierto nivel de atraso en las inversiones necesarias. Los cortes de suministro eléctrico en diversos lugares, son motivados por esas deficiencias. Hace falta invertir, sin duda, pero estas son inversiones fraccionables, de relativos bajos montos por fracción, y de menores complejidades técnicas que las obras de Generación y Transmisión. Hay problemas, pero dista mucho de ser un escenario de crisis.
- El tema tarifario en general, y en particular de electricidad y gas natural, sin duda es complejo, pues el congelamiento prolongado en el tiempo, produjo un fuerte desfasaje entre tarifas y costos reales, lo cual implica un alto nivel de subsidios. Adicionalmente, la enorme disparidad de tarifas, que beneficia acentuadamente a los usuarios del área más rica de Argentina, es otro factor distorsivo, en este caso que data de al menos cinco o seis décadas.
Tender a cuadros tarifarios similares en todo el país (que no parece ser un objetivo actual), sería muy positivo, y bastante complejo, por las distintas estructuras de costos, que favorecen a las prestadoras del servicio en las grandes urbes y zonas industrializadas.
Suprimir los muy altos niveles de subsidios a la electricidad, es algo que debe hacerse, pero el gran tema es como. Aplicar las modificaciones de golpe, y tras cartón de la mega devaluación y el enorme “reajuste preventivo” de los precios, significará otro fuerte impacto negativo en las economías familiares, que sin duda será muy acentuado en los sectores socio-económicos medios y bajos. Esto sí es muy delicado, pero no alcanza para definir una supuesta “crisis general” del Sector Energético.
- El sistema de gasoductos, que también recibió fuertes inversiones genuinas en los doce años precedentes, mejoró la capacidad de transporte, extendió considerablemente los ramales secundarios (ampliando significativamente el número de usuarios-beneficiarios), e incluso se puso en marcha una gran obra estratégica, como es el Gas-NEA, que si no se para ahora, significará terminar con la exclusión de las cuatro provincias y media que conforman el NEA (Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa y mitad norte de Santa Fe). Era otra obra que los liberales decían que no se podía hacer.
Otra obra de gran importancia geopolítica, es la interconexión de Tierra Del Fuego al continente, con un gasoducto submarino.
Si bien se debe importar parte del consumo mediante barcos, lo cual es muy costoso, el cuadro general dista de ser una crisis.
En síntesis, parece muy dudoso que existan condiciones de crisis energética, y la “emergencia energética” declarada y difundida, parece ser parte de la metodología de operar a los decretazos, estando en línea con otras “emergencias” declaradas, sin motivos que lo ameriten, como la “emergencia de seguridad”, que solo parecería tener el objetivo de abortar las protestas sociales que el paquetazo de medidas recesivas y de redistribución negativa de los ingresos, permite prever que muy posiblemente surgirán espontáneamente.
C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
MAGISTER EN GESTIÓN DE LA ENERGÍA
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
martes, 15 de diciembre de 2015
EL ENDEUDICIDIO ARGENTINO
“Hay dos formas de conquistar una nación. Una es la espada. La otra es la deuda” – John Quincy Adams, 6º presidente de EEUU.
Sin ninguna razón técnica ni apuro financiero que lo justifique, las nuevas autoridades económicas se aprestan a reendeudar acentuadamente a Argentina, inicialmente en la enorme suma de cuarenta y ocho mil millones de dólares (U$S 48.000); y nada indica que esa friolera sea el tope al cual aspiran endeudarnos.
Es de hacer notar que el nuevo gobierno nacional, recibió un país desendeudado, con un bajo coeficiente de deuda pública en relación al PBI, a diferencia del caos de asfixiante deuda pública externa que nos condicionaba severamente en 2002/2003.
Todo parece indicar que el endeudamiento masivo y crónico, es el modus operandi de los economistas neoliberales, y en particular del equipo de conocidos economistas ultra ortodoxos que fueron designados en cargos claves del flamante gobierno argentino, así como el de otros economistas que permanecen en reserva o por ahora en carácter de asesores.
Es un hecho conocido que los mismos economistas que hoy operan en el Estado Nacional, multiplicaron la deuda pública de la Capital Federal –ciudad de Buenos Aires-, según diversos medios entre tres y cinco veces o incluso más, en las dos administraciones del “alcalde” actual Presidente de la Nación. Y por cierto, más allá de obras cosméticas o poco más (arreglos de plazas, bicisendas, el sistema de ómnibus con sendas propias –presentado sesgadamente como “metrobús” {no lo es} y al costo de destrozar las hermosas arboledas de la emblemática Avenida 9 De Julio-, etc.; lo real es que cuesta entender adonde fue tanta plata, sumada a las cuantiosas recaudaciones de la ciudad que es el enclave más rico de Argentina.
Los prometidos 10 Km. anuales de subtes, que en ocho años debieron ser 80 Km. solo se redujeron a un corto tramo inconcluso de medio Km., y al ocurrir grandes lluvias, la Capital Federal sigue padeciendo inundaciones. La deuda enorme quedó y crece, las obras esenciales y de primera importancia siguen sin concretarse. E incluso se desfinanciaron los hospitales y las escuelas públicas resultaron insuficientes para las necesidades sociales de la gran urbe, según noticias poco difundidas por los medios de comunicación concentrados.
Pero el accionar de estos endeudadores seriales, viene de más atrás. El anunciador del nuevo plan de mega endeudamiento y actual Presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, fue el negociador principal del gigantesco endeudamiento consumado en el efímero gobierno de De La Rúa, que pomposamente fue llamado “blindaje” de divisas.
Por supuesto ese blindaje fue una débil cáscara de cebolla, perforado y destruido en muy poco tiempo, esfumado prontamente en sistemáticas fugas de divisas, mayoritariamente perpetradas por poderosos operadores financieros. ¡Las divisas se fugaron y la descomunal deuda quedó para los argentinos, desembocando eso en el caos gigantesco de 2001/2002, en el que por poco no se fragmentó nuestro país en media docena de republiquetas débiles y dóciles!
Sturzenegger fue acusado de realizar acciones lesivas al país, por cobrar una jugosa comisión ¿20 millones de dólares? pagada por los Bancos extranjeros…¡siendo funcionario y negociador de Argentina!, y fue procesado. Según profusas referencias periodísticas de medios alternativos (con el silencio de los grandes medios), nunca demostró su inocencia, siendo sobreseído por el mero transcurso del tiempo y la presunta inacción del Poder Judicial en el caso.
¿Cuáles serían las razones –supuestas- para volver a sumirnos en el endeudamiento y los consecuentes condicionamientos asociados al mismo? Ni se mencionan grandes obras públicas estratégicas, ni planes de industrialización o de desarrollo tecnológico. El motivo principal sería “fortalecer las reservas” (lo cual es engañoso, pues el “fortalecimiento” acarrea un mayor debilitamiento financiero por el gravoso endeudamiento); y ese mayor volumen de reservas sería el prerrequisito para “tener anchas espaldas” financieras, que permitan cumplir la promesa electoral del “inmediato levantamiento del ‘cepo’ cambiario”; promesa ya fallida (otra más y van…) pues pomposamente se anunció para el día siguiente al de la asunción presidencial…que ya pasó.
Cabe explicar que el mañosamente llamado “cepo cambiario” es una restricción a las compras indiscriminadas de divisas, que se neutralizan en el atesoramiento, o peor aun, son fugadas al exterior mediante aceitados mecanismos financieros. Tema sobre el cual hay otros antecedentes…
Cabe suponer, con sobradas razones, que este nuevo endeudamiento pronto se dilapidará en ventas de divisas a atesoradores / especuladores financieros, evaporándose de ese modo las reservas en pocos meses…y la rueda del endeudamiento creciente no se detendrá. Además, la ya anunciada apertura irrestricta de las importaciones y los tratados de “libre comercio” que se rubricarían en corto plazo implicarían una nueva desindustrialización forzosa, e insumirán ingentes erogaciones de divisas, para importar productos que hoy se producen acá. No es futurología improvisada…¡es lo que pasó en los ’90, con iguales conductores de la economía argentina y similar encuadre neoliberal!
Como sea, los actuales endeudadores seriales, han seguido los lineamientos que comenzaron con Rivadavia y el empréstito de la Baring Brothers de 1824, que recién pudo cancelarse comenzado el siglo XX (casi 80 años después).
Después vino el préstamo pedido por Mitre a Gran Bretaña para financiar la absurda guerra contra Paraguay (antes, Rosas soportó la guerra contra el “hombre fuerte” Mariscal Santa Cruz, de la efímera Confederación Peruana-Boliviana, sin acudir a préstamos externos, lo cual marca un enfoque de acción muy distinto).
Posteriormente, hubo sucesivas operaciones de endeudamiento, con particular énfasis en la década del ’30 que incluyó el Pacto Roca-Runciman (de subordinación explícita a Gran Bretaña). En 1955, Argentina tuvo el dudoso privilegio de ser instigadora de la creación del Club de París, al pretextarse una inexistente crisis, transformándose saldos en cuenta corriente por acuerdos de comercio bilaterales (que no generaban intereses), convertidos en deudas financieras para justificar masivos créditos y echar culpas al depuesto peronismo, y de paso anulándose los ventajosos acuerdos bilaterales con varios países volviéndose al redil sumiso respecto a Gran Bretaña. En 1976, en siete años el “proceso” cívico militar multiplicó por seis (600 %) la deuda externa, sin contrapartida
equivalente ni mucho menos, en inversiones genuinas, casi todo dilapidado para enjugar déficits y evaporado en diversas “creatividades” especulativas financieras. 1976 marcó el comienzo del cuarto de siglo neoliberal, que nos llevó a la crisis terminal de 2001.
Objetivamente, en 1952 Argentina canceló totalmente la deuda externa, lo cual sería revertido por el golpe de Estado de 1955, que además de prefabricar el Club de París, nos asociaría al FMI.
En el tercer gobierno peronista (1973/1976) no se contrajo nueva deuda y se pagaron los vencimientos de la ya existente. Uno de los grandes cerebros de esos años, sino el más destacado, fue el Dr. Julio Carlos González, por eso “premiado” con siete años de cárcel y torturas psicológicas, en el “proceso” cívico-militar.
Como es sabido, a comienzos del siglo XXI, luego de trabajosas gestiones de reestructuraciones de las deudas, el 92% de la misma se redujo mediante quitas acordadas con los acreedores y extensiones de los plazos de pagos.
Surgió luego el problema con los fondos buitres, de especuladores financieros. Los avances favorables a nuestro país, incluyeron un apoyo masivo obtenido en el marco de las Naciones Unidas. Hoy los nuevos criterios vigentes en el gobierno nacional, parecen mucho más proclives a aceptar los condicionamientos de esos acreedores…a un costo total mucho mayor, difícil de evaluar.
Mientras el endeudamiento parece no tener límites, con criterio opuesto se cuestionan las deudas que serán consecuencia de los acuerdos estratégicos con Rusia y China, como excusa para cuestionar las financiaciones de tres nuevas centrales nucleares. Claramente no preocupan esas deudas, sino que acorde a la proyectada involución económica, se buscaría frenar el desarrollo nuclear argentino. ¡En el país – estancia, no hay lugar para el desarrollo tecnológico nacional!
Endeudicidio es entonces un neologismo, que puede ser utilizado indistintamente como suicidio por endeudamiento masivo de un Estado Nación, como ahora está sucediendo con el de Argentina, y como sucedió en otros casos trágicos, como los de Grecia, España, Portugal y prácticamente toda Íbero América; pero también puede ser sinónimo de genocidio provocado por un proceso de endeudamiento feroz, el cual es piedra angular del sacudón socio-económico que se está implementando en Argentina, para imponer sin mayor oposición un descarnado programa ultra neoliberal de achicamiento e involución económica, que podría hacer palidecer los dolorosos resultados de medidas similares aplicadas en la década del ’90 en Argentina.
Espero equivocarme, pero no lo creo.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
jueves, 10 de diciembre de 2015
GRECIA, ALLÁ VAMOS
Grecia es el más claro ejemplo europeo de destrucción sistemática de un país, arrasado no por una guerra o una cruel guerra civil, sino por los efectos de la aplicación del rígido esquema político-económico neoliberal, que encorsetó al pequeño país en una realidad catastrófica, que se muestra como un terrible remolino que la arrastra a las profundidades de un mañana sin futuro, a la previsible desaparición total del Estado –pobre y deshilachado heredero de aquella primera e imperfecta primera democracia del mundo (democracia con esclavos, en aquel mundo violento y contradictorio de la era precristiana)-, y heredero de la gloriosa herencia de haber sido el sólido bastión del pilar de nuestra cultura actual (básicamente greco-latina y judeo-cristiana), ante los embates del poderoso imperio de aquel momento histórico.
Poco y nada queda ya de aquellas viejas glorias y de aquella herencia cultural que en su momento fue faro de irradiación del conocimiento que buscó transformarnos en seres pensantes, racionales, y no meramente emotivos o pero aun, solo violentos y dominados por bajas pasiones.
Por diversos motivos, desde su renacimiento o independencia, a comienzos del siglo XIX, Grecia no logró transformarse en una economía poderosa, industrial y tecnológica, permaneciendo como una economía primaria, agrícola; a lo cual se adicionaron actividades terciarias, como el turismo y la creación de un par de importantes empresas navieras de transporte; en cuyo marco limitado nunca dejó de ser una economía pequeña, marginal y con escasa proyección. Carente de producciones primarias en grandes escalas y/o estratégicas, como grandes volúmenes de cereales, carnes o hidrocarburos, Grecia no tiene las bases productivas primarias sobre las que eventualmente podría financiar procesos de desarrollo diversificado. Evidentemente, la notable belleza paisajística y la particular bondad de su clima, que permitieron acoger el desarrollo de la filosofía y diversas ciencias, en épocas en que lideraba el conocimiento mundial más de dos milenios atrás; fue sin embargo insuficiente para que en el siglo XX la pequeña Grecia se consolide y fortalezca económica, social y políticamente.
Con los profundos cambios geopolíticos sucedidos desde la última década del siglo XX, la Unión Europea se expandió, y el espejismo de los supuestos grandes beneficios de contar con una moneda sólida y estable e integrarse al gran mercado comunitario, sedujo a muchas naciones de Europa Oriental, de Los Balcanes y del Mediterráneo, entre ellas Grecia.
Pero la Unión Europea es una unión muy imperfecta, en la cual el peso propio de cada Estado integrante sigue marcando profundas diferencias y define la importancia de cada uno a la hora de las decisiones. Pese a que en conjunto es la primer economía mundial, la Unión Europea carece de la solidez y unidad política de Estados Unidos, de Rusia o de China, e incluso sigue siendo una Babel de lenguas y un mosaico cultural que no se asimila a si mismo, además de mostrar enormes diferencias de desarrollo y de niveles de vida; y viejos odios larvados no del todo cicatrizados.
Para ser admitido en la UE, cada nuevo Estado debe mostrar entre otros atributos, solidez y orden en sus Cuentas Nacionales. Hoy es público y notorio, que esos datos fueron falseados por consultoras internacionales, para poder “cerrar” el ingreso griego a la UE…¡lo cual se transformó en un “presente griego”!..., conflictivo para la UE y para el pequeño país aspirante y aprobado al ingreso “al club” de la abundancia que supone ser Europa, valga la ironía.
Pero la frágil economía griega, muy condicionada por la troika europea (FMI, Banco Central Europeo y la Comisión Europea), colapsó ante los duros requisitos de “eficiencia y austeridad”, agravado todo el contexto por la severa crisis a escala continental, provocada por la adopción de las mismas “recetas” neoliberales que nos habían impuesto por la fuerza al Tercer Mundo (Íbero América y El Caribe, África y parte de Asia) en los años ’90.
A eso se agregó la extrema dureza de negociación de los socios principales de la UE, que precisamente llevan la voz cantante en la Unión Europea. Carente de alternativas viables, ante la imposibilidad de devaluar para agregar algo de competitividad a su anémica economía, y con la debilidad política resultante de un Estado débil y en quiebra; el intento de reacción prometido por el actual gobierno griego fue rápidamente ahogado, y hoy muestra un panorama desolador; con endeudamiento creciente y sin solución a la vista (como Argentina en los años ’90), con desocupación creciente, salarios a la baja, miseria y desesperanza como aparentes únicas alternativas posibles; y con un gobierno que luego de intentar soluciones políticas a las tenazas del endeudamiento masivo y creciente, evidentemente capituló en toda la línea y hoy se muestra más como una marioneta de la troika que como un gobierno de un país digno y soberano…conceptos esos que parecerían hoy desconocidos o de imposible aplicación en la pequeña y destrozada Grecia, a la cual solo le estaría quedando el recurso de terminar de rematar los últimos resabios de soberanía, como por caso la venta de algunos activos estratégicos (aeropuertos y otras infraestructuras), y las ventas de paradisíacas islas a millonarios extranjeros.
Si bien el caso de Argentina parecería diferente, al contar con una amplia base industrial y con institutos tecnológicos notablemente desarrollados en algunos casos puntuales, y en otros en rápido crecimiento; y no solo con un territorio mucho más grande y con mayores potencialidades, con algunas producciones estratégicas y capaces de generar divisas actualmente (alimentos producidos en gran escala, biocombustibles y otros), o de alcanzar volúmenes muy significativos en plazos históricos cortos (hidrocarburos no convencionales), además de un notable potencial minero parcialmente en explotación, y de estar integrado a organismos regionales aun menos desarrollados pero mucho más igualitarios que la UE (Mercosur, Unasur, Celac), y por haber concretado importantes acuerdos estratégicos con China y Rusia, que no solo brindan enormes oportunidades sino que juegan de contrapesos respecto a las influencias y presiones de las potencias tradicionales (EEUU, UE, Japón y sus socios menores); pero en realidad la situación que se vislumbra para Argentina es mucho más seria y sombría de lo que parecería según un análisis superficial.
El remozado neoliberalismo que está a punto de retomar el poder formal (pues el poder económico-cultural-político nunca lo resignó, siendo heredero de los unitarios-liberales del siglo XIX), no solo dio numerosos indicios, sino también afirmaciones muy claras, en el sentido que piensa revertir mediante una dura metodología de shock socio económico, todos los notables avances reseñados en el párrafo anterior, sino otros muchos más, como la notable mejora en los ingresos reales y una fuerte redistribución positiva de los ingresos, los positivos indicadores de salud, el vasto plan de obras públicas, etc.
Ese duro plan de involución forzosa, casi calcado al aplicado en el cuarto de siglo neoliberal (1976-2001), y en particular en los durísimos años ’90, de resultar “exitoso”, desarticulará todos los avances conseguidos, e incluso nos pondrá con previsible certeza, de nuevo al borde la disolución nacional, como ya estuvimos en 2001-2002, cuando el objetivo de los poderes financieros transnacionales, era repetir en Argentina el “modelo yugoeslavo”, de disolución en media docena o poco más de insignificantes republiquetas, todo ello previo el estallido de una feroz guerra civil, tal como acaeció en el ex país balcánico.
Ni siquiera las ventajas comparativas que tenemos respecto a la martirizada Grecia, del enorme potencial exportable de alimentos, hidrocarburos y minería, difícilmente puedan ser utilizadas.
Las producciones en gran escala de alimentos (soja, trigo, maíz, carne, etc.), están bajo el control casi omnímodo del feudalismo campero de tipo decimonónico, a punto de monopolizar el enorme manejo de esas masas de divisas al quitarse las retenciones que obran como factor federal de redistribución de riquezas y fuente de financiación de obras públicas en toda nuestra extensa geografía continental; y las exportaciones están masivamente en manos de un oligopolio mayoritariamente extranjero. Tal como sucedieron entre 1862 y 1943, y luego casi ininterrumpidamente desde 1955, esos cuantiosos volúmenes de divisas se fugarán al extranjero, o se esterilizarán mayoritariamente en financiar importaciones suntuarias con nulo efecto multiplicador positivo en nuestra economía.
El gran yacimiento no convencional de Vaca Muerta y otros que ya se descubrieron, volverán a ponerse en manos extranjeras (Energía será manejada por un personero de la británica Shell, y las privatizaciones directas o encubiertas asoman como un escenario casi ineludible), y con todo ello, volveremos a quedarnos sin los activos estratégicos (los nuevos yacimientos de hidrocarburos), sin el petróleo, sin el gas, y sin las divisas que producirán sus exportaciones…calcado de lo acaecido en los ’90, incluso con los mismos actores principales y de reparto (nunca tan bien utilizada, en su doble sentido, ese último concepto).
La gran minería, necesaria por cierto, no está acompañada por la industrialización de sus producciones, por lo que es reducido el beneficio general que deja para el país, y con la “apertura” a aplicarse, posiblemente casi todas las divisas de la misma, terminen en el extranjero.
Los varios acuerdos de “libre comercio” que casi con seguridad se rubricarán rápidamente, nos inundarán de productos importados, destrozando a la Industria Argentina, provocando con ello desocupación masiva, involución económica y saldos comerciales negativos, además de funcionar esos tratados como correas de transmisión con la cual la UE y otros, nos endosarán sus crisis económicas.
Con todo ello, salvo milagro, en poco tiempo estaremos en tan crítica situación de subordinación política, retroceso y crisis económica muy profunda, y caos social terrible, tal como está sumida la pobre actual nación helénica, desprovista de toda la dignidad y soberanía de la Antigua Grecia.
Es la conocida metodología de pretextar una severa crisis económica, para aplicar medidas draconianas de ajuste y de involución socio – económica, como lo hicieron en 1930, en 1955, en 1962, en 1976 y el subsiguiente cuarto de siglo neoliberal. En su momento lo explicó muy bien Jauretche, y a nivel internacional, la canadiense Naomí Klein, en su libro “La Doctrina del Shock”.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
viernes, 4 de diciembre de 2015
domingo, 29 de noviembre de 2015
DEBEMOS COMPETIR – ESA HISTORIA YA LA CONOCEMOS
Recientemente, entre las muchas expresiones del electo presidente Macri, una de ellas pasó casi desapercibida, pues aparentemente no fue objeto de ningún comentario en los diversos medios de comunicación.
Casi como al pasar, entre muchos comentarios y anuncios, soltó una frase que tiene claras reminiscencias con el infame “proceso” y la también muy infame década del ’90. Dijo, conceptualmente, “la industria deberá competir”, lo cual traducido al lenguaje crudo y corriente, significa que deberá soportar una feroz competencia de la avalancha de productos importados, que será segura consecuencia de la apertura aduanera total.
Y esa competencia desigual, implica con seguridad, cierres masivos de fábricas argentinas; desnacionalización de nuestra economía; desocupación masiva, patológica y creciente, con miseria generalizada y consecuente regresión acentuada en los niveles de distribución de los ingresos (léase concentración de la riqueza); saldos marcadamente desfavorables en la Balanza Comercial, que repercutirán directamente en la Balanza de Pagos, lo cual a su vez implicará la “necesidad” de cubrir esos déficits con nuevo endeudamiento masivo, lo que a su vez operará como un siniestro condicionante que atará toda posible decisión soberana en los años subsiguientes.
Desprotección total del mercado interno, bajo el falso subterfugio de la “eficiencia” y “competitividad”, ha sido una de las piedras angulares de las medidas económicas del oligarca rural Martínez De Hoz, apenas usurpado el poder por parte de Videla y sus cómplices pretorianos y civiles, del cual uno de los “méritos” principales fue destrozar casi por completo la anteriormente floreciente e importante industria argentina.
Pero esta vuelta a la “organización nacional” con reminiscencias mitristas (o sea alineada incondicionalmente con las potencias hegemónicas tradicionales –hoy EEUU-UE y socios directos, como Canadá, Japón y otros-), de economía exclusivamente primaria (sin industrias y sin entes tecnológicos importantes), con estructuras sociales y económicas fuertemente sesgadas a la profunda desigualdad, y con carencia de visión geopolítica propia al operar como mera colonia económica con “formalidades” de Estado independiente; tiene otras connotaciones que previsiblemente serán mucho más perniciosas y difíciles de erradicar, pues está en marcha el TLC (Tratado de Libre Comercio) con la Unión Europea, el cual claramente puede ser calificado como el nuevo Estatuto Legal del Coloniaje, rememorando aquel del infame Pacto Roca-Runciman, de 1935.
Ese TLC, con cuya aprobación ya está relamiéndose la Unión Europea, funcionará como cadena de transmisión con la cual la UE nos endosará la actual profunda crisis social y económica que la afecta, que es directa consecuencia de la aplicación de políticas económicas liberales en el viejo continente.
¡Y por supuesto, los europeos declaman “libre comercio” mientras siguen levantando barreras que nos impiden las exportaciones agropecuarias que compiten con su subsidiado sector rural, y nos cierra sus mercados a nuestros muy competitivos biocombustibles! Muchos “comunicadores especializados” de economía y de temas agropecuarios, omitieron siquiera mencionar que esas barreras arancelarias contra nuestras exportaciones de biocombustibles, fueron levantadas en Europa, en clara operación de represalia, cuando el Estado Argentino, en una indudable acción de rescate de soberanía, decidió renacionalizar el 51 % de la petrolera estatal YPF, la cual fue extranjerizada por treinta miserables denarios de traición a la patria, en los feroces años ’90, en operaciones perpetradas por el grueso de los mismos integrantes designados del futuro gabinete presidencial.
Detrás del TLC con la UE, vendrá prontamente la alineación con el bloque del Pacífico, que es un ALCA remozado- ¡Más “libre comercio”, más miseria para nuestros países!
Muy negros nubarrones de miseria generalizada, de primarización forzosa de nuestra economía, de desocupación masiva, bajas de salarios reales, y de involución geopolítica a una situación de servil coloniaje respecto a las potencias tradicionales y a la Banca transnacional, son algunas de las claras perspectivas que concreta y claramente pueden avizorarse, de acuerdo a las medidas a tomar ya anunciadas, otras sutilmente volcadas como trascendidos, y de acuerdo a los antecedentes del equipo de gobierno electo y sus colaboradores ya anunciados.
Lamentablemente, grandes sectores de la políticamente volátil clase media, incluso muchos profundamente confusos de las capas populares, y amplios sectores supuestamente “nacionalistas” superficiales (muy confusos patrioteros de bandera), siguen sin entender ni un ápice de la realidad, que tan claramente y amenazadoramente se nos está mostrando.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
jueves, 26 de noviembre de 2015
FALSEDADES EÓLICAS, VERDADES ENERGÉTICAS
Las andanadas mediáticas con las que se promocionan a ultranza las supuestas “bondades insuperables” de las eólicas, de sus “primas hermanas” las solares, y de paso otras tecnologías sesgadamente calificadas como “renovables”, claramente no tienen ningún prurito en faltar groseramente a la verdad, buscando imponerse por la masividad y la repetición constante. Y por cierto, cuesta creer en la “inocencia” o “espontaneidad” de esas campañas mediáticas.
Así se verifica ahora, con los ataques cargados de falsedades y verdades a medias, con los que buscan denigrar y demonizar los acuerdos con China y Rusia, rubricados para construir tres nuevas centrales nucleares; acuerdos que tienen enorme importancia tecnológica y estratégica positiva para Argentina.
En clásicas operaciones de pinzas, redobladas a partir del resultado del balotaje favorable al neoliberalismo, los ataques al Plan Nuclear Argentino son realizados coordinadamente por el ecologismo más recalcitrante, orientado desde ONGs transnacionales británicas, promotoras a ultranza de eólicas y solares; operando al unísono con los poderosos intereses vinculados solapadamente a la termoelectricidad; todo ello enmarcado por factores del poder del ultra conservadurismo argentino, este último reconvertido al neoliberalismo desde el “proceso” (1976) en adelante.
Recientemente, eso se verificó en un medio electrónico que es vocero de la oligarquía campera, ultra conservadora, que solo concibe el “país-estancia” sin industria ni desarrollo tecnológico propio (Pregón Agropecuario – 17/11/2015), el cual se hizo eco de una de las tantas amañadas publicaciones que operan como voceros de las corporaciones energéticas extranjeras, las cuales sistemáticamente muestran sus orientaciones afines a la termoelectricidad (generada por gas y petróleo), y de sus aliadas menores, las muy promocionadas y muy poco eficientes energías “renovables” –básicamente eólicas y solares-.
La publicación lleva la firma de Gastón Fenés, un activista que en sus artículos promociona sistemáticamente las “renovables sesgadas” (son sesgadas, pues eluden y denostan a las hidroeléctricas, renovables sin duda, pero demonizadas por poderosos intereses que usan al ecologismo cavernario como instrumento detrás del cual se ocultan los intereses de las petroleras transnacionales anglosajonas).
El breve y muy mal fundamentado artículo analizado, ataca los acuerdos estratégicos con China (e implícitamente los celebrados con Rusia), por los cuales se construirán dos grandes centrales nucleares –con apoyo chino- y una con apoyo ruso; con muy ventajosas financiaciones para nuestro país, y con crecientes participaciones tecnológicas e industriales argentinas (todo lo cual es omitido/ocultado en el sesgado ¿malintencionado? artículo).
El nudo central de las críticas –por cierto totalmente endeble- es cuestionar las construcciones de las dos grandes usinas nucleares con tecnología y financiación china, argumentando la supuesta “conveniencia” de orientar esas inversiones hacia centrales eólicas. Esa groseramente falaz “conveniencia” pretende sustentarse en la opinión de un ignoto “experto” opinante ¿por qué no es capaz de asumir responsabilidades, asumiendo su identidad…o es una simple mentira sin nadie que la respalde? El otro “experto” consultado es un recurrente operador –Pablo Bertinat- demonizante de las usinas hidroeléctricas y nucleares, al que no le hace asco (evidentemente) opinar sin el debido sustento técnico, tal como lo hizo al operar como respaldo referencial del amañado artículo. Ese opinante fue el mismo que hizo silencio total, cuando en el Congreso de Economía Crítica de 2012 (Fac. de Ciencias Económicas - UBA), le retruqué fuertemente una extensa serie de mentiras proferidas con notable liviandad, emitidas para denostar sin fundamentos a Yacyretá. En lenguaje corriente, esa actitud se la califica de chanta.
El otro pretendido “fundamento” del artículo, es un casi ilegible gráfico (que literalmente debe ser leído con lupa); ¡pero en el mismo, el costo de generación de las nucleares, figura como menor al de las eólicas!; es decir que el propio cuadro que el autor elaboró (supuestamente en base a datos de la Secretaría de Energía de Argentina), contradice al propio articulista, que osada -o mendazmente- afirma que los costos de las eólicas son menores que las nucleares.
Internacionalmente es bien conocido que las eólicas son muy caras por KWh, motivo por el cual sus interesados promotores “exigen” otorgarles enormes y muy costosos subsidios. Dicho en castizo rioplatense simple, el autor macanea (miente) de lo lindo. Pero las mentiras no se agotan allí. Veamos.
De por si considerar como insignificantes a dos usinas nucleares, mencionando una potencia de “apenas” 1.700 MW, es una grosería conceptual sin asidero técnico alguno. ¿Cómo “apenas”, si representa casi 7 % de la Potencia Instalada Total Firme (disponible)? Es sin duda un aporte considerable.
Pero lo más grosero que los dos supuestos “expertos” consultados por el articulista omitieron, es que la energía producida por las eólicas es técnicamente inútil como energía de base de ningún sistema eléctrico, motivo por el cual es un mero complemento, no pudiendo reemplazar a las nucleares. Ese problema insalvable es ocasionado por las intermitencias causadas por las fluctuaciones del viento. Recordemos que las únicas tecnologías aptas para operar como usinas de base son tres: hidroeléctrica, nuclear y termoeléctrica.
En paralelo, el artículo y sus “expertos” ocultaron que para generar un volumen similar (pero de menor calidad) de energía que el que proveerán las dos nucleares de 1.700 MW de Potencia Instalada, se necesitarían eólicas de al menos el doble de Potencia (teórica) Instalada. Y a eso se le deberían agregar los cuantiosos costos de extensas líneas de alta tensión adicionales que serían en tal caso necesarias, del orden de 2.500 Km. Costos que no serían necesarios en las nucleares, pues estarán ubicadas en el nodo del consumo nacional.
También se omite que para operar, las nada limpias “renovables sesgadas”, requieren el soporte técnico de usinas termoeléctricas, operando como reservas calientes (en funcionamiento), quemando enormes volúmenes de petróleo o gas.
Claramente, el sector campero (la oligarquía agropecuaria) apoya esas mentiras, con tal de intentar desprestigiar el accionar del gobierno nacional saliente…y de apoyar la postura pro petrolera, anti nuclear y anti hidroeléctrica, que ha sido una constante de los gobiernos ultra conservadores de Argentina. La Historia Económica y Energética Argentina avala estas afirmaciones. Los fundamentos de esta afirmación han sido uno de los ejes de mi tesis de la Maestría en Gestión de la Energía, disponible en mi blog. Esto último mencionado como debido sustento de este análisis.
En línea con las tergiversaciones de los ecologistas, uno de los referentes energéticos del nuevo gobierno, el exsecretario de energía Emilio Apud, también se sumó a las campañas muy amañadas de críticas a las dos centrales nucleares en proceso de pronta concreción (e implícitamente a la tercera con tecnología rusa). Nada sorprendente, pues los liberales siempre han sido opositores directos o solapados a las hidroeléctricas y nucleares, pues claramente “sintoniza” la tendencia muy afín a la termoelectricidad, la misma que patológicamente nos subordina a depender en exceso del petróleo y el gas para la generación.
Apud fue el mismo que no previó ni pudo solucionar la crisis eléctrica que erosionó el final del gobierno alfonsinista. ¿Tiene autoridad moral para criticar?
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
viernes, 20 de noviembre de 2015
¿CLIMA DE NEGOCIOS U OPERAR SIN CONTROLES NI LÍMITES?
Recientes declaraciones del remplazante en Argentina del macrista Aranguren en la petrolera holando-británica Shell, fueron amplificadas mediáticamente por uno de los medios especializados electrónicos, que habitualmente operan como cajas de resonancia de las opiniones “políticamente correctas” de las grandes petroleras y gasíferas privadas –básicamente extranjeras anglosajonas-, y de sus socios menores o ramificaciones en otras empresas menores.
Ese tipo de trascendidos u opiniones “relevantes” son usualmente herramientas, para instalar ideas que son afines a los sectores del poder concentrado que las difunden por medio de órganos de difusión funcionales a o dependientes de ellos.
El mensaje “políticamente correcto” dijo que se necesita:
- Optimizar la seguridad jurídica y la estabilidad fiscal.
- Garantizar la libre disponibilidad del capital.
- Mejorar el ambiente de negocios.
- Elevar la productividad.
Como ese lenguaje es críptico para muchos, pero eufemísticamente muy entendible para quienes “están en tema” de las claves conceptuales de las grandes corporaciones extranjeras, que no por casualidad promueven el neoliberalismo, es conveniente “traducir” esas expresiones a sus usuales reales significados.
“Optimización jurídica y fiscal” obtuvieron las megas corporaciones extranjeras y sus asociados menores de Argentina, en los años ’90, cuando aquel Estado bobo, achicado y deformadamente enanizado, manejado por testaferros y representantes del mismo poder corporativo excluyente de todo Interés Nacional, garantizó mediante una enrevesada maraña jurídica-reglamentarista, que esos operadores “privados” operen a riesgo cero, pues el Estado les aseguraba la rentabilidad sin importar las contingencias (¿¡y el “riesgo empresario” de la “libre empresa”!?). Más claramente, el Estado asumía todas las pérdidas y garantizaba al como sea, la “intangible” ganancia de los “privados”. Digamos de otro modo: las pérdidas para los argentinos, las ganancias aseguradas para los extranjeros y sus testaferros locales. Siempre se nos dice que de otro modo “no vendrán las
inversiones extranjeras”, lo cual es otra falsedad, demostrada por Estados que mantuvieron posturas firmes en defensa de sus intereses, incluso aumentando sustancialmente los gravámenes y cánones de explotación.
“Garantizar la libre disponibilidad del capital”, es equivalente al “todo vale”, pero a favor de los extranjeros, como se hizo en los noventa, por caso como sucedió con las reservas de petróleo y gas, “ordeñadas” de apuro por Repsol y otras corporaciones extranjeras, para exportarlas a precios viles “haciendo caja” rápidamente, y ni siquiera cobrando esas exportaciones en Argentina. O sea, nos quedamos sin gas ni petróleo, ni con las divisas de esas exportaciones subfacturadas. Ventas en muchos casos amañadas, pues los compradores eran asociados directos o encubiertos de las mismas corporaciones, con domicilios legales en el exterior.
“Mejorar el ‘ambiente de negocios’ “. Frase aparentemente neutra, o incluso ambivalente, pero que en los hechos tiene significado concreto, para los promotores del poder corporativo hiper concentrado. Para esos actores del poder económico transnacional, “buen ambiente de negocios” implica carencia total o laxitud extrema de los controles y falta de acciones concretas del Estado, que en tal situación de patológica anomalía institucional, pasa a ser una marioneta dócil, manipulable a discreción por las grandes corporaciones transnacionales, las que incluso llegan a colocar en cargos relevantes del Estado a sus propios testaferros, y a manipular al Poder Judicial, al Legislativo e incluso al Ejecutivo, tal como lo hicieron en diversos períodos de nuestra compleja y azarosa historia.
“Elevar la productividad”, implica para ese lenguaje semi críptico, “bajar los costos”. Y como las megas petroleras se autocalifican como muy eficientes en la logística y en los procesos productivos técnicos, eso pasa a entenderse como sinónimo de reducción de salarios y disminuciones o exenciones impositivas y de tasas a la explotación hidrocarburífera. En castizo más simple, pagar lo menos posible en Argentina, para llevar el grueso de las utilidades brutas al exterior.
Ya lograron desarticular la OPEP, mediante el gobierno cómplice de Arabia Saudita, que hizo bajar sustancialmente los precios del crudo; ya lograron “bajar costos” en Iraq, Libia, y en Siria, desarticulando los Estados y comprando crudo a
precios viles a diversas facciones de los “señores de la guerra” que se empoderaron de los pozos e instalaciones petrolíferas.
Ahora quieren apoderarse del gigantesco yacimiento de Vaca Muerta, y de otros reservorios argentinos importantes, como los del Mar Argentino y los patagónicos convencionales.
Ese es el significado real de “frases técnicas” como las del que en Argentina representa los intereses de la británica Shell. “Holando-británica”, intentarán corregir algunos. Pero la socia menor de los británicos de Shell no es el Estado de Los Países Bajos, es la Corona de Nederland (literalmente Países Bajos), la cual hace más de tres siglos se subordinó explícitamente a los dictados de la Corona Británica. Y la sede principal de Shell no está en Amsterdam, está en Londres, casi a un paso del Palacio de Buckingham.
En Argentina, sus operadores están entre los más activos promotores del regreso al neoliberalismo salvaje, maquillado de modernismo con globitos e impostadas actitudes de gurúes de autoayuda espiritual.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
domingo, 15 de noviembre de 2015
SOBRAMOS 33 MILLONES DE ARGENTINOS – EL GENOCIDO NEOLIBERAL
Hoy somos 43 millones de argentinos, y claramente, para el excluyente y genocida modelo económico neoliberal, solo hay lugar para 10 millones de argentinos.
Esa cruda afirmación, puede parecer exagerada, o infundada, o “conspiranoica”, a mentes desinformadas o a espíritus muy crédulos de los “pensamientos políticamente correctos”, difundidos por los organismos de difusión que son meros repetidores de los intereses de los poderes concentrados; pero es el fiel reflejo de la realidad, demostrada por la historia y los hechos.
Esos órganos de difusión del poder concentrado, están alineados con los grupos del poder financiero transnacional. Buscan subordinar a los Estados.
Esa Argentina excluyente para no más de 10.000.000 de habitantes es el fiel reflejo del pensamiento y de las consecuencias esperables, del accionar de las minorías que desde nuestra independencia, pretendieron manejarnos como gerentes al servicio extranjero, de la factoría dócil carente de soberanía y dignidad nacional, que en largos períodos de nuestra historia, lamentablemente ha sido la República Argentina.
Pretenden que Argentina vuelva a ser un país-estancia, o más precisamente, una estancia con formalidades superficiales de nación pseudo independiente. Con las acertadamente llamadas -por el Dr. Julio Carlos González- “independencias cromática y musical” (himno y bandera), pero con subordinación clara e inapelable a los poderes e intereses neo imperiales.
Realidad lamentable y cruel, que no entienden sectores muy confusos de las clases medias; que no les importa a marxistoides de diversos pelajes sin noción de patria y anclados en “profecías” de Marx del siglo XIX; y que no pueden llegar a comprender los muy confusos “patrioteros de bandera” con las mentes condicionadas por los cursos formateados por la Escuela de las Américas (la misma que formó a muchas camadas de uniformados como buenos patriotas … norteamericanos; pero siempre hay muchas honrosas excepciones).
Las grandes estancias (y las no tan grandes también), usualmente se manejan con muy poco personal, en general muy mal pago y muchos en negro (empleo informal). Eso mismo hacen los liberales cuando se apropian del poder.
Muchos patronos al estilo de la ultra conservadora Sociedad Rural, añoran los “tiempos de la república” (léase de apogeo de la oligarquía campera), en las que los peones eran simples piezas humanas descartables, carentes de derechos y sometidas a la voluntad omnímoda de la figura feudal del “patrón”, el señor con poder total en su feudo campero, poder en muchos casos brutal y deshumanizado que llegó a sostener el infame “derecho de pernada” sobre las jóvenes de su feudo-estancia; repitiendo con ello los brutales “derechos” de los reyezuelos medievales europeos.
Es de recordar que en la “década infame” (1930-1943), en la cual el vicepresidente “Julito” Roca –no el General Roca- exclamó muy orondo que “Argentina es la joya más preciada de la corona de su ‘graciosa majestad’ ” (la británica), en esos mismos penosos y aciagos años, el abogado de empresas británicas y varias veces Ministro de Hacienda de gobiernos liberales-oligárquicos, Federico Pinedo, expresó con brutal desparpajo que “la población de Argentina no debe exceder de 10 millones de habitantes, para mantener la relación de cuatro cabezas de ganado por habitante”.
¡Cero criterio de grandeza nacional y mediocre concepción de desarrollo, pretendiendo condicionar el necesario crecimiento poblacional a las necesidades de la oligarquía vacuna, y estancar las existencias de ganado, en vez de multiplicarlas en nuestro enorme territorio continental! Esa concepción mediocre predominó en las dirigencias camperas –usuales asaltadoras del Poder Institucional Nacional, por medio de golpes de Estado-, pues las existencias de cabezas de ganado vacuno se estancaron por décadas, mientras que Brasil las multiplicó y nos superó ampliamente como exportador mundial.
Claro está que ese conspicuo ministro de las oligarquías y a la vez asesor de empresas británicas (al mismo tiempo, sin vergüenza ni ética alguna), el mismo junto al por entonces Ministro de Agricultura y Ganadería, Luis Duhau, o sus entornos, fueron los principales sospechosos instigadores del nunca aclarado asesinato en el Congreso Nacional, del Senador Enzo Bordabehere, que se inmoló para proteger a su amigo y compañero de bancada Lisandro de La Torre, temible denunciador público de los negociados y estafas al Estado Argentino, por parte de
los frigoríficos británicos, que por entonces (años ’30) eran oligopolios de la exportación de carnes.
Ahora de nuevo, los mismos pensamientos retrógrados y antinacionales, en muchos casos con los mismos apellidos y las mismas personas que en los siniestros años ’90 destrozaron a Argentina y la pusieron al borde de la disolución nacional –al estilo de Yugoeslavia, como propugnaban intelectuales del poder neocolonial de EEUU y la Unión Europea-; esos mismos personajes pretenden imponer las mismas medidas de genocidio económico-social y de pisoteo de la soberanía nacional…¡pero claro está, envuelta en formatos “simpáticos” con globitos amarillos, caras sonrientes, mensajes huecos de “paz y amor” y ocultamiento de los objetivos reales buscados por los sectores recalcitrantes del neoliberalismo local, alineados y subordinados a los mismos poderes neocoloniales que nos quieren envolver con “tratados de libre comercio” y otras maniobras que en los hechos –de ser implementadas- provocarán miseria, desocupación, desindustrialización acelerada, destrucción sistemática de los entes tecnológicos, y caos social a escalas mayúsculas, como ya lo hemos padecido, con los mismos personajes como orquestadores visibles o en las sombras, en los años ‘90.
Ese país – estancia, en los hechos colonia dócil, que nos quieren imponer, solo contempla el “país central” de la Pampa Húmeda y poco más. Sus mentores ni conocen el resto de nuestra geografía, tal como su “gerente presidenciable” desnudó al prometer “un puerto para Santiago Del Estero”, y otro de sus referentes, se refirió burlona y agresivamente a los “desconocidos del interior, que pueden querer llegar al gobierno” (conceptual, no textual la frase).
Ese país enanizado y primarizado (solo economía primaria, sin industrias ni tecnología propias), solo puede dar trabajo, de regular o mala calidad, a no más de 10 millones de argentinos, tal como impúdicamente lo expresan sus mentores económicos.
¡En ese esquema, sobramos 33 millones de argentinos!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
sábado, 7 de noviembre de 2015
YPF - SOBERANÍA ESTRATÉGICA O NEGOCIADOS EXTRANJEROS
YPF desde su creación, en 1922, a fines del primer gobierno de Yrigoyen, marcó un hito estratégico de la soberanía nacional, siendo por tanto una clara divisoria de aguas entre los gobiernos de orientación nacional, y los subordinados explícita o implícitamente a los intereses y designios colonialistas extranjeros.
En los primeros ocho años de vida de la que llegó a ser señera Empresa Estatal, estuvo dirigida por su alma mater, el General e Ingeniero Enrique Mosconi, siempre secundado leal y eficientemente por el también General e Ingeniero Alonso Baldrich. Claro está, eran Generales de aquel Ejército Argentino que desde su refundación a partir de la Ley Riccheri (citado también como Ricchieri), por iniciativa de Julio A. Roca a principios del siglo XX, había hecho un culto de los Valores y Principios Nacionales, por cierto muy lejos de aquellas cúpulas y algunos cuadros de aquel otro ejército subordinado desde 1955 a la Escuela de las Américas, de tan tristes y bochornosas consecuencias para nuestro país; siempre con honrosas excepciones, como el patriota General Guglialmelli. Pero este es otro tema. Volvamos a YPF.
YPF fue la primera petrolera estatal del mundo, sirviendo de positivo ejemplo para todas las otras petroleras estatales que fueron creadas posteriormente, con las cuales todos los Estados con criterios claros de dignidad y soberanía nacional, buscaron tener participaciones activas en el muy estratégico sector hidrocarburífero, en su momento manejado por el oligopolio de empresas británicas y norteamericanas, que llegó a ser conocido como “Las Siete Hermanas”.
De un mercado interno argentino, copado a discreción y con criterios coloniales, por las petroleras Shell (británica) y Esso (estadounidense), se pasó a un mercado manejado eficientemente por el Estado Argentino con criterios de soberanía y visión estratégica, abasteciendo a todo el extenso territorio continental y buscando el autoabastecimiento, además de volcando las utilidades en reinversiones productivas internas, en lugar de girar las ganancias a las casas matrices extranjeras, como lo hacen las “privadas” foráneas.
Siendo claro que el accionar de YPF molestaba a las petroleras anglosajonas, no fue raro que el golpe de Estado de 1930, fuera calificado como “con fuerte olor a petróleo”. Consecuentemente, se redujo mucho la participación de YPF y los precios internos se “alinearon” con los externos, multiplicando las ganancias de las “privadas”. Bajo feroces campañas desacreditantes de la ”prensa libre” (léase funcional a los intereses oligárquicos y extranjeros), y con las consabidas presiones judiciales en causas prearmadas, poco después Yrigoyen murió en soledad y sobria austeridad; mientras que Mosconi fue despedido, falleciendo pocos años después con una casa como único patrimonio; y Baldrich, además de las persecuciones, sufrió el escarnio de un injusto encarcelamiento y el destierro. ¡La oligarquía apátrida no perdona, y es particularmente feroz con los patriotas!
Claro está que Yrigoyen fue acompañado a su morada definitiva, por una masiva, silenciosa y desafiante multitud, que así despidió al primer caudillo popular del siglo XX, ante el desprecio de las “clases bien” oligarcas y del medio pelo acomodaticio.
En los golpes de Estado de 1930, 1955, 1962 y 1976, YPF fue puesta bajo la presidencia de personeros de las petroleras extranjeras, que por supuesto operaron bajo pautas “de libre mercado”, o sea opuestas a las Empresas del Estado…¡opuestas a la YPF estatal! De esa forma se llegó a la aberración que obligaba a YPF a vender petróleo o directamente naftas, por debajo del costo, a las empresas anglosajonas competidoras en el mercado argentino.
A fines de la década infame (1930-1943), YPF había reducido considerablemente su participación, a expensas de las dos “privadas”, y los precios de los combustibles se ajustaron a los requerimientos de estas últimas. ¡Eficiencia privada que le dicen…!
Entre 1943 y 1955, YPF reasumió su rol rector y productor, pero Argentina fue castigada por las potencias triunfantes en la Segunda Guerra, por no aportar su cuota de carne de cañón manteniendo la neutralidad, y nos restringieron las ventas de equipos de perforación y otras maquinarias necesarias para incrementar las producciones de petróleo y gas.
La revolución fusiladora (1955), fue liberal, antinacional y antiestatista…fue contraria al crecimiento de YPF.
En 1958, con los votos del peronismo, ganó las elecciones Arturo Frondizi, prometiendo implementar un rol primordial para YPF, pero implementó una política de contratos petroleros con empresas norteamericanas. Con ello, brevemente se alcanzó el autoabastecimiento petrolero, pero las condiciones siguen siendo controversiales, si bien comparadas con los contratos de los años ’90, aquellos del frondicismo aparecen como muy moderados.
Después, los vaivenes de YPF fueron prácticamente calcados respecto a los cambios político-económicos, siendo siempre atacada por gobiernos políticamente conservadores y liberales en lo económico.
Pero en 1976, con “el proceso”, comenzó otra historia, bajo la férula impiadosa y brutal del neoliberalismo, que estuvo plenamente vigente 25 años.
En los primeros años del “proceso”, con Martínez de Hoz y sus sucesores, comenzó la tarea de demolición de todas las empresas estatales, obligándolas a trabajar a pérdida y contrayendo enormes créditos en el exterior, bajo una mecánica perversa. Los fondos ingresados eran inmediatamente girados al Ministerio de Economía, para enjugar los incontrolables déficits fiscales autoinducidos dispendiosamente por los tecnócratas del gobierno cívico-militar; pero los pasivos quedaban en las Empresas Estatales. Con ello no solo arruinaron rápidamente sus Estados Patrimoniales, sino que prontamente pasaron a tener enormes pérdidas financieras a consecuencia de enormes montos de intereses; con todo lo cual –ocultando las maniobras cínicamente perversas de endeudamiento- los tecnócratas
neoliberales y los corifeos de la comunicación mercenaria, prontamente se llenaron las bocas predicando la “ineficiencia crónica de las empresas estatales”, como justificativos para preparar el terreno a las privatizaciones salvajes, que década y media después, ya en los años ’90, se consumarían, desarticulando casi completamente al Estado Argentino. Eran los pasos previos conducentes a la disolución nacional, ordenados por el establishment financiero transnacional, tal como dejó traslucir Rudiger Dornbusch.
Desguazada Gas del Estado, y malvendida YPF –perpetrándose la mayor maniobra de corrupción y de resignación de soberanía de todo el siglo en Argentina-, comenzaron entonces las acciones de “ordeñe” acelerado de los importantes yacimientos de petróleo y gas, rápidamente “hechos caja” por las petroleras y gasíferas extranjeras, que ante la complicidad de gobiernos subordinados a esos intereses antinacionales, nos dejaron sin petróleo, sin gas…y sin las divisas producto de sus ventas desenfrenadas.
La trabajosa recuperación parcial (51 %) de YPF, con las huecas pero crudas amenazas del Estado Español (formado por engreídos nietos de los muertos de hambre de fines de los ’40, a quienes Argentina regaló enormes cantidades de carne y trigo, que fingen desconocer), y bajo otras presiones de “la comunidad internacional” (léase Unión Europea y EEUU) se concretó hace escasos años, y con eso también retomamos el control del mega yacimiento no convencional de Vaca Muerta, que es la gran “joya de la abuela” con la que quieren quedarse los fondos buitres y otros especuladores y piratas económicos del mundo…con los que quiere acordar al como sea el candidato presidencial neoliberal de “Cambiemos”.
Hoy, con el autoabastecimiento y además la concreta realidad de convertirnos en fuertes exportadores en un breve lapso histórico (estimado entre 5 a 10 años), con YPF expandiéndose y aumentando las producciones de petróleo y gas, de nuevo se está ante un nuevo y feroz ataque de los privatizadores a ultranza y personeros de las mismas corporaciones petrolíferas anglosajonas.
No solo la real plataforma económica del candidato del establishment es ultra privatista (aunque suavice el discurso para cooptar crédulos y desinformados), tal como los prontuarios de sus principales referentes económicos demuestran (Melconian, Espert, Sturzennegger, Broda, Frigerio, Prat Gay, etc.), de sus entusiastas promotores (Cavallo, De La Rúa, etc.); también de los referentes energéticos (Lapeña, Montamat, y otros) que han sido los perpetradores de las privatizaciones salvajes de los años ’90 en el sector, y los paralizadores del Plan Nuclear; sino que además, el designado rector del plan energético del macrismo, es Juan José Aranguren, del riñón de la petrolera holando-británica Shell, enemigo declarado de la YPF estatal y de todo accionar rector del Estado.
Partes de la clase media desinformada y siempre quejosa, sectores militares y de FFSS (que no parecen saber de Geopolítica ni de soberanía económica), los marxistas virulentos y otros colonizados mentales varios, ni lo entienden.
¡Graves riesgos sin duda para la soberanía argentina!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
martes, 3 de noviembre de 2015
URQUIZA Y ROSAS – ERRORES Y EXCLUSIONES DEL ACADEMICISMO HISTÓRICO MITRISTA
Los análisis históricos nunca son “neutros”, pues implícita o explícitamente están teñidos con la orientación o encuadre histórico-político del historiador o simple relator de hechos o biografías, mucho más cuando se trata de personalidades relevantes –para bien o para mal- de nuestra convulsionada historia ya bicentenaria.
Estas reflexiones vienen al caso, al haber leído una breve, muy parcializada y muy incompleta síntesis histórica expuesta en la última (SEUO) publicación de Euskal Jatorri, la asociación vasca de Posadas, Misiones. Esa síntesis –que no posee firma del responsable- comienza con una descripción del Palacio San José, que fuera residencia del muy controversial caudillo entrerriano Justo José de Urquiza, síntesis que ya en el tercer párrafo se convierte en un acentuado panegírico, al considerarlo “genio militar y primer hombre político argentino con visión de estadista”, y la síntesis posterior omite claros hechos históricos que contradicen esos dudosamente fundados laudatorios calificativos del terrateniente caudillo entrerriano. Calificativos al menos marcadamente exagerados, cuando no totalmente sesgados y erróneos, de ese individuo. Seguidamente mis reflexiones.
¿“Primer político con visión de estadista”, el que para consumar la expulsión de Rosas del Centro del Poder Argentino, pactó y fue funcional a potencias extranjeras en ese momento enemigas, como Gran Bretaña y Francia?, (que aportaron logística, armamentos, y muy posiblemente dinero, además de mercenarios europeos italianos y alemanes); y como el Imperio del Brasil, que dio un cuantioso préstamo al ambicioso caudillo entrerriano, y tropas imperiales que luego desfilarían triunfantes en Buenos Aires. Más que una revolución, el alzamiento que culminó en la batalla de Caseros, fue una guerra, con un traidor principalísimo que fue el argentino de origen vasco Urquiza.
¿”Gran estadista”, quien después de Caseros fue incapaz de resistir las presiones de los intereses portuarios, liderados por Mitre y fogoneados por los liberales rivadavianos, debiendo a los pocos meses abandonar presuroso Buenos Aires para instalar de apuro la capital de la República Argentina en Paraná, mientras Buenos Aires se separó políticamente, con riesgo certero de fractura permanente de creación de otro Estado-tapón, este en las márgenes occidentales Del Plata?
¿”Gran estadista”, quien impuso la pérdida de soberanía en nuestros ríos, al “liberarlos” a buques extranjeros cuan “tierra de nadie”, lo cual incluso permitió “legalmente” que cañoneras británicas naveguen sin inconvenientes en el Plata y el Paraná, años después, en claras maniobras de intimidación?
¿“Primer político con visión de estadista” Urquiza, omitiendo del concepto indudable de estadista, claramente atribuible al también argentino de origen vasco (de padre y madre) Juan Manuel de Rosas, que con notable habilidad y visión de grandeza, condujo las relaciones exteriores de la Confederación y mantuvo la unidad territorial e incluso la expandió hacia el sur, enfrentando no solo a malones de algunas tribus indígenas, sino también al insidioso y permanente hostigamiento de los unitarios que con apoyos franco-ingleses operaban desde Montevideo, desde Bolivia y desde Chile, derrotando varias incursiones armadas como las comandadas por “la espada sin cabeza”, el voluble y manipulable General Lavalle?
¿Puede acaso soslayarse –acorde a los historiadores edulcorados del mitrismo- que San Martín legó su sable libertador a Rosas, en reconocimiento a su patriotismo al enfrentar victoriosamente las agresiones de las dos principales potencias económicas de la época –Gran Bretaña y Francia-, alcanzando con ello una notable estatura de estadista con muy positivas repercusiones mundiales?
¿Puede caerse implícitamente en la degradación de Rosas, por haber sido impuesto por voluntad popular como dictador, para acabar con la anarquía y las amenazas de disolución, que nos acechaban desde los cuatro puntos cardinales por acciones de los unitarios, de los indios alzados (no eran todos, sin duda), y sobre todo por el insidioso accionar de las potencias europeas del momento?
¿”Genio militar”, el que comandando las tropas federales en la Batalla de Pavón, contra los unitarios portuarios mitristas, teniendo claramente la victoria en sus manos, ante el desbande de las tropas portuarias, cuando en vez de definir la guerra civil a favor de las Fuerzas Federales; incomprensiblemente ordenó a sus fuerzas volver grupas (retroceder), transformando una segura victoria militar federal, en un definitivo triunfo militar y político del centralismo unitario porteño?; todo ello en una inexplicable decisión mediocre, cobarde o cómplice con el
mitrismo, que sigue provocando serias controversias entre historiadores serios y bien documentados.
¿”Genio militar” el varias veces traidor a los Intereses Nacionales, que traicionó a Argentina aliándose con potencias e intereses extranjeros en Caseros, para expulsar del poder a Rosas, que había demostrado ser un inclaudicable patriota, a lo largo de sus dos décadas largas de fuerte y firme influencia determinante en los Asuntos de Estado de la Confederación Argentina?
Traiciones de Urquiza, cuando hizo oídos sordos a los reiterados y desesperados reclamos de los caudillos federales, para enfrentar al mitrismo centralista y unitario, que había despachado a asesinos con uniforme, para degollar impiadosamente a gauchos y caudillos que se oponían al avasallamiento de las provincias por parte del poderoso puerto y sus egoístas intereses económicos, subordinados ya plenamente a los dictados británicos.
Traición de Urquiza, que en contra de toda lógica de estadista, y pese a las protestas de los últimos caudillos federales y del sordo clamor de los gauchos que debieron ser enviados engrillados a pelear contra el aliado natural que era Paraguay, avalando la terrible guerra de la triple infamia, claramente ejecutada como guerra de exterminio, celebrada como tal por liberales pro británicos como Sarmiento y Mitre.
¿Estadista Urquiza, que en forma acorde o cómplice con los rivadavianos –como Bonifacio del Carril y Florencio Varela, con “representantes de las provincias” elegidos a dedo entre los funcionales a los unitarios portuarios, hizo sancionar de apuro la primera constitución?, la que poco menos no fue más que una copia bastarda de la constitución de EEUU, como parte de la legislación anglosajona impuesta, en nada acorde a la idiosincrasia y costumbres de cultura hispánica de los criollos no “enamorados de las luces de Europa” como ciertos intelectuales afrancesados y fuera del contacto con la realidad y los Intereses Nacionales.
Tampoco debe omitirse que el dudoso “genio militar” hizo asesinar alevosamente al Coronel Martiniano Chilavert –otro vasco bravío, si va al caso-, quien después de luchar en Caseros como un león en su unidad de artillería, debió rendirse después de agotar sus municiones, y en tal situación fue hecho fusilar con alevosía por Urquiza, presumiblemente por haberle enrostrado al estanciero entrerriano su venal entrega al oro imperial brasileño.
Queda claro que el objetable artículo no fue incluido en la revista bajo ningún prejuicio racial, sino como una (muy pobre) alusión al papel histórico de los muchos inmigrantes vascos que poblaron Argentina, al igual que sucedió en otras naciones hermanas de Íbero América.
Desde esa postura no racista ni segregacionista, hubo muchos otros argentinos de orígenes vascos, con muchas mejores cualidades patrióticas, que pudieron ser mencionados, en lugar del mencionado Urquiza. Por citar a algunos: Lisandro De La Torre, el denunciante de los negociados de la década infame (del ’30); su amigo y correligionario Enzo Bordabehere, que se inmoló para evitar su asesinato en el Senado; Hipólito Yrigoyen; Arturo Jauretche; Raúl Scalabrini Ortiz; etc.
Nunca debe olvidarse que la Historia Argentina, presentada en forma confusa, distorsionada, omisiva o incluso falaz, es uno de los más poderosos factores de colonización cultural, con la cual se sometió a nuestro país desde antes de nuestra independencia, como medio de evitar que se alcance un destino de grandeza.
Referencias bibliográficas.
José María Rosa – Nos los Representantes del Pueblo.
José María Rosa – Rosas, nuestro contemporáneo.
José María Rosa – Historia Argentina.
Jorge Abelardo Ramos – Historia de la Nación Latinoamericana.
Harry S. Ferns – Gran Bretaña y Argentina en el Siglo XIX.
Arturo Jauretche – Obras completas.
Raúl Scalabrini Ortiz – Política Británica en el Río de la Plata.
Julio Irazusta – Vida Política de Juan Manuel de Rosas
Otros autores.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Investigador en Temas Económicos y Geopolíticos
lunes, 2 de noviembre de 2015
miércoles, 28 de octubre de 2015
NEOLIBERALISMO IMPLICA ANTIGEOPOLÍTICA NACIONAL
Muchos ciudadanos argentinos, incluido militares retirados y en actividad, e incluso algunos analistas políticos de frondosos antecedentes académicos, parecerían no comprender que la actual disputa política argentina, que nos ha llevado al próximo balotaje, tiene profundas y muy importantes implicancias para los Altos Intereses Geopolíticos Argentinos, del Mercosur, la Unasur y la Celac.
Con los sesgados y/o muy incompletos mensajes de la mayoría de los comunicadores sociales, nuestra población –salvo escasas y honrosas excepciones- no es consciente que lo que se pone en juego es la continuidad de un esquema político – económico heterodoxo –con aciertos y errores, pero con saldo claramente positivo-, frente a la posibilidad concreta que retorne la economía ortodoxa, o sea el neoliberalismo político económico extremo, bajo los habituales barnices semi edulcorados de “libre comercio”, “eliminación de barreras aduaneras”, “fin de los controles cambiarios”, ”libertad de contratación” (fin de las paritarias laborales), y otras frases similares, presentadas como ideas fuerza superadoras, siendo que en realidad implican una vuelta a rígidos e impiadosos esquemas de colonialismo económico, como el que sometió a Argentina desde la segunda mitad del siglo XIX, y cuya última aplicación brutal tuvo lugar en los desastrosos años ’90, que nos hicieron desembocar en la severísima crisis terminal de 2001/2002, en la cual estuvo en riesgo la integridad territorial y la propia existencia de Argentina como Estado-Nación.
Dicho en castizo simple, el liberalismo u ortodoxia económica, implica un Estado enanizado e inoperante, con el manejo y el poder total en manos de grandes corporaciones de especuladores financieros y Bancos extranjeros, importadores, oligarcas terratenientes camperos, algunas corporaciones industriales extranjeras y similares. Para ellos la gente es un simple dato intercambiable sin valor humano, los salarios un costo maldito que debe bajarse al mínimo, el índice de desocupación un simple dato marginal, y la soberanía y dignidad nacionales son conceptos inexistentes en el vocabulario neoliberal.
La heterodoxia económica implica un Estado fuerte, socialmente inclusivo, promotor y artífice del desarrollo, mientras que la soberanía y la dignidad nacionales son valores supremos e irrenunciables.
Todas las actuales grandes potencias económicas, y las potencias emergentes, aplicaron claramente políticas económicas heterodoxas, aunque declamen liberalismo económico extremo, que significa desprotección total, que es lo que quieren imponernos a los que aun no alcanzamos el pleno nivel de desarrollo.
Si el gobierno argentino volviera a manos de los neoliberales (como lo estuvo entre 1976 y 2001), la soberanía pasaría a ser un concepto devaluado, o directamente inexistente, tal como lo han demostrado todos los que gobernaron Argentina bajo esa apátrida concepción. Incluso un vicepresidente argentino, se manifestó…”orgulloso que Argentina sea la joya más preciada de la corona de su graciosa majestad (británica)”, eso en la década infame, de los años ’30.
Como los neoliberales operan como apéndices dóciles de los poderes económico financieros de EEUU y de la Unión Europea, es un hecho que de triunfar la alianza neoliberal, comandada por Macri, en rápida sucesión se perpetrarán las siguientes medidas.
Subordinación explícita a los dictados geopolíticos de las potencias del G 7, sobre todo de las potencias neocoloniales = EEUU, Gran Bretaña, Francia; más la UE como bloque de poder, y muy posiblemente Japón; más algunas potencias principales de la Comunidad Británica de Naciones.
Dócil y sumisa adscripción al TPP (Tratado de Libre Comercio del Pacífico), así como servil promoción del Tratado de Libre Comercio con el cual la UE pretende subordinarnos política y económicamente, y con ello transferirnos su actual profunda crisis económica a los países de la Unasur.
Segura subordinación a un remozado ALCA, el mismo tratado de “libre comercio” que quiso imponernos Bush hijo y que fuera rechazado en la Cumbre de Mar Del Plata, en 2005.
Inmediatos debilitamientos del Mercosur, de la Unasur y de la Celac, como pasos previos a sus disoluciones efectivas. Vuelta incondicional a la OEA, sarcásticamente llamada “el Departamento de las Colonias de USA”.
Transformación en letra muerta, a las que serán devaluados los muy importantes acuerdos estratégicos de Argentina con Rusia y con China.
Freno abrupto a todos los planes de desarrollo tecnológico, y rápido desguace de los organismos tecnológicos, como la Comisión Nacional de Energía Atómica, el INVAP, la CONAE (actividades espaciales), etc. Con ello además se abortarán el notable proyecto nuclear autónomo CAREM, y se congelarán las proyectadas tres nuevas grandes centrales nucleares, dos con asistencia tecnológica y financiera china, y una rusa (todas ellas proyectadas con importantes participaciones de la industria y los científicos argentinos).
Vuelta a una matriz energética basada en el petróleo y el gas, congelando proyectos hidroeléctricos, y a la vez promoviendo carísimos e ineficientes proyectos eólicos y solares. Extranjerización total del mega yacimiento no convencional de hidrocarburos de Vaca Muerta, hoy la joya principal a saquear por parte de los neopiratas financieros.
Desplante y desaire a los países no alineados, nucleados en el “G 77 más China”, con pérdidas de sus importantes apoyos.
Resignación definitiva de toda fundada pretensión de soberanía en Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, en la Antártida Argentina, e incluso en buena parte del riquísimo Mar Argentino. El propio candidato neoliberal afirmó que solo implican gastos innecesarios, y prioriza una relación “plena” (léase subordinada) con Gran Bretaña.
Degradación de las Fuerzas Armadas, a un simple rol policial, y vuelta a inculcarles doctrinas de colonialismo cultural, al estilo de las impartidas por la Escuela de las Américas, de las cuales evidentemente aun no se libraron.
Inmediato pedido de créditos al FMI, lo cual implica aceptar sus “recetas” de achicamiento y subordinación económica a los dictados del poder financiero transnacional.
Rápido y abrupto reendeudamiento, lo cual operará como las tenazas de la dependencia, que vuelvan a impedir por largos años, o tal vez para siempre, toda pretensión de desarrollo socio económico y de implementar
acciones geopolíticas propias que nos proyecten como nación desarrollada capaz de defender nuestros intereses estratégicos.
Nuevo proceso de “privatizaciones salvajes”, que quiten a nuestro país la propiedad y el manejo de empresas con gran importancia estratégica, como YPF, Aerolíneas Argentina, AYSA (agua y cloacas en la zona metropolitana y el Gran Buenos Aires), los fondos previsionales y los activos empresarios (acciones) atesorados hoy por el ANSES, etc.
Regreso violento a una economía pastoril, desindustrializada y desarticulada, como paso previo a nuestra balcanización, que es un viejo objetivo de las potencias neocoloniales, en particular de Gran Bretaña, que para esos fines opera activamente por medio de sus ONGs “ecologistas”, “indigenistas”, “derecho humanistas”, así como con sus “fundaciones económicas” y otros entes similares.
Tan profundo es el proceso de colonización cultural, que no solo buena parte de “la progresía” de los revolucionarios de café (anarquistas, marxistas, trotskistas, etc.) opera de hecho al servicio de los intereses colonialistas a los que dicen aborrecer. También lo hace buena parte del espectro político, que no tiene ni idea acerca de la importancia de los intereses geopolíticos nacionales en juego. Y hasta los integrantes de las Fuerzas Armadas (con las honrosas excepciones de siempre), votaron en las bases antárticas, con masivos apoyos al neoliberalismo, el mismo que pretende borrar todo vestigio de soberanía nacional en el Continente Blanco. Demuestran no tener ni idea de Geopolítica Nacional y Mundial, y siguen mentalmente encerrados en la perimida época de la Guerra Fría.
Gravísimos riesgos potenciales muy certeros, se ciernen sobre nuestra propia supervivencia como Estado como unidad política, y como nación soberana.
Es una elección presidencial crucial, y de derrotarse la arremetida neoliberal, deberán modificarse varios erróneos planteos vigentes (como el de degradación de las Fuerzas Armadas y la subordinación al Tratado de Madrid, de 1990, de rendición incondicional ante Gran Bretaña), así como la relativa preeminencia dada a ciertos “progresistas” cerradamente anticatólicos (religión histórica, mayoritaria y que es una fuerte ligazón social positiva); y planteos revulsivos como
el “todo vale” otorgado al ultra feminismo agresivo y degradante, que de hecho agrede a toda la sociedad; entre otros errores de urgente corrección.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
sábado, 24 de octubre de 2015
LAS HIDROELÉCTRICAS NO PROVOCAN INUNDACIONES
¿”Producen” agua las presas hidroeléctricas? ¡No!
¿Son acaso las causantes de inundaciones? Claramente no, y por el contrario, algunas de ellas (las grandes presas de embalse, como por ejemplo El Chocón), con sus grandes capacidades de regulación del río en el que se asientan, funcionan eficientemente para evitar y suprimir definitivamente las inundaciones. Antes de construirse El Chocón, el muy rico y poblado Alto Valle del Río Negro, sufría recurrentes y catastróficas inundaciones, afectando a las muchas poblaciones existentes en las adyacencias del citado río, y también destruyendo o afectando las plantaciones de manzanas, peras y otros cultivos, así como las industrias vinculadas a las mismas. Desde que estuvo listo y funcionando el embalse de El Chocón, no hubo más inundaciones en ese río, desde la presa hacia aguas abajo. “Casualmente” esta verdad elemental, no tiene prensa.
Así como existen presas de embalse, con gran capacidad de regular el caudal aguas abajo, existen otras presas hidroeléctricas –sobre todo las ubicadas en ríos de grandes caudales-, que solo pueden regular en mínima escala el flujo o caudal hacia aguas abajo; son las presas de pasada. En estas el caudal no se retiene, el río sigue fluyendo con muy pocas modificaciones de caudales. La presa aumenta el salto disponible, concentrándolo en ese punto, para con ello producir más energía eléctrica; pero literalmente el agua entra y sale del vaso de la central hidroeléctrica, sin alterarse más que en mínima medida el caudal aguas abajo. De este tipo son las hidroeléctricas Yacyretá y Salto Grande.
Queda en claro que ninguna presa hidroeléctrica produce inundaciones, algunas pueden evitarlas, y otras –las de pasada- pueden morigerar las inundaciones, al bajar el pico de creciente, dilatando y disminuyéndolo.
Eso significa que conociéndose anticipadamente la creciente, los embalses de pasada se preparan, bajando el nivel del embalse, de forma de contener parcialmente el pico de la creciente, y de esa forma evitar que dicho pico de creciente se concentre, diluyéndolo en un espacio mayor de tiempo, con menor incidencia de la altura máxima de creciente.
En castizo simple, se baja el nivel del embalse todo lo que se puede, para contener parcialmente la creciente y bajar su impacto. Con ello, el nivel máximo de creciente disminuye, atenuándose los efectos de la creciente en el entorno.
Por otra parte, toda obra hidroeléctrica bien construida y con visión socio económica integral, debe realizar obras de tratamiento costero (como las cuantiosas obras de costaneras y otras complementarias en ambas márgenes realizadas por Yacyretá), con las cuales las crecientes pasan desapercibidas y no se transforman en catastróficas inundaciones, como sucedía antes de ser construida esa central hidroeléctrica y materializadas las obras civiles de protección y mejoras realizadas en ambas márgenes del caudaloso río Paraná. Solo con este notable efecto positivo, se justifica plenamente Yacyretá, y por supuesto debe agregarse la cuantiosa generación hidroeléctrica, económica y limpia; la mejora sustancial en la navegación; los notables progresos que Posadas, Encarnación y otras localidades menores, experimentaron, a partir de las múltiples obras concretadas con fondos y supervisión de la Entidad Binacional Yacyretá (extensas, parquizadas, muy hermosas y funcionales costaneras; otras obras de defensa costera, puertos modernos y funcionales, obras viales (como el modernísimo acceso a Posadas, acorde al intenso tránsito actual y futuro); nuevas redes de agua potable; de cloacas; de tendidos eléctricos con sus correspondientes estaciones transformadoras; centros culturales y deportivos; etc).
En el marco de excelentes relaciones interestatales del Mercosur, existe un sistema de avisos y alertas tempranas hidrológicas, que permiten conocer con suficiente antelación los niveles esperables de los grandes ríos de la región, básicamente el Paraná, el Uruguay y el Iguazú, para tomar los recaudos correspondientes, lo cual no ocurría antes.
Por otra parte, queda en claro que las extensas redes de embalses que Brasil construyó en los tramos superiores de esos grandes ríos, hasta cierto punto permiten manejar la crecientes, atenuando sus picos, y en menores escalas, lo propio puede hacer Argentina con sus socios respectivos, en las hidroeléctricas binacionales de Yacyretá y Salto Grande.
Mejores y más completos recaudos podrán tomarse, para mitigar los picos de las crecientes y manejar en parte los caudales, cuando estén construidas las hidroeléctricas binacionales de Corpus, Garabí, Panambí; así como más al sur, cuando el postergado y muy necesario complejo de Paraná Medio pueda concretarse, mejorando la navegación, aportando mucha energía y economizando petróleo y gas, e incluso permitiendo aportes permanentes de agua a regiones áridas de nuestro país, como las que existen al oeste del cauce del caudaloso y majestuoso Paraná.
No es casual que ciertos intereses creados ataquen sistemáticamente a las centrales hidroeléctricas, sobre todo las de gran porte, dado que sus muy bajos costos de generación, sus larguísimas vidas útiles, sus limpias generaciones exentas de contaminantes, sus notables y poderosos efectos multiplicadores positivos socio - económicos, y sus otros efectos positivos (que por cierto no se reducen a la generación de energía eléctrica); resultan imposibles de competir para las centrales termoeléctricas (las devoradoras de petróleo y gas), y para las asociadas de las termoeléctricas, que de última terminan siendo las “renovables sesgadas”, como las eólicas, solares y similares.
Poderosos lobbies en acciones de pinzas, que combinan difamaciones sistemáticas de las hidroeléctricas (y las nucleares), junto con exaltaciones desmedidas y llenas de falsedades de las “renovables sesgadas”, son realizadas constantemente por múltiples intereses creados, compuestos por nada inocentes ONGs británicas y sus asociadas menores locales (que buscan nuestro subdesarrollo crónico), vendedores de eólicas y solares, petroleras y gasíferas transnacionales (beneficiadas por las “reservas en caliente” –térmicas rotando en funcionamiento- que las oscilaciones de las “renovables sesgadas” necesitan para estabilizar y garantizar la generación), productores e importadores de usinas termoeléctricas, transportistas de combustibles, variopintos “expertos energéticos” nada objetivos y dudosamente inocentes que opinan sesgadamente, mercenarios de la comunicación y medios de dudosa o nula ecuanimidad que les sirven de claque, e incluso políticos de escasa formación o de dudosa búsqueda del bien común que se prestan a apoyar irracionalidades, como la última ley 27.191 de promoción a ultranza de las energías “renovables sesgadas” (sesgadas pues caprichosamente excluyen a las hidroeléctricas de potencias importantes).
En ese contexto, muchos verdaderos expertos en energía, son muy flojos o muy inocentes comunicadores y de dudosa presencia para defender sus poderosas e irrefutables verdades técnicas. Con ello, le dejan “el campo orégano” (sin obstáculo alguno), a opinólogos de todo pelaje o al tanto por cuanto, que tergiversan, mienten o distorsionan a gusto y paladar, engañando al común de la gente e incluso a legisladores de buena fe que carecen de la necesaria formación para actuar correctamente en el muy especializado campo del Sector Energético.
Volviendo al tema central, las centrales hidroeléctricas no provocan inundaciones (excepto que por marcada impericia o muy mala fe se opere para ello); sino que por el contrario, las evitan totalmente en los casos de presas de embalses, y minimizan sus efectos o las transforman en crecientes no catastróficas, en los casos de presas de pasada, las que por sus características técnicas tienen un reservorio o vaso, poco significativo en relación al caudal medio del río.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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