DESTRUCCIONES DEL PATRIMONIO TÉCNICO ENERGÉTICO – EL DESGUACE DE AGUA Y ENERGÍA ELÉCTRICA
Tema poco conocido este, sobre el cual los pocos que saben rara vez opinan públicamente, y los muchos que no saben no tienen ni idea de su importancia, cuando no, directamente si supieran posiblemente se referirían a esto con sorna o demostrando desinterés total.
Como alguna vez me expresó, en el 1er. Congreso del Comité Argentino de Presas, en 1999 en San Martin De Los Andes, con su patriotismo y vehemencia habitual, el Ingeniero Nicolás Petroni, “cuando asumió por tercera vez la presidencia Perón, y al dar instrucciones para encarar prontamente nuevas obras hidroeléctricas, se encontraron con la carencia de estudios completos, listos para ser licitados”. En la jerga técnica, se carecía de proyectos ejecutivos, existiendo datos sueltos o incompletos, y finiquitar los estudios necesarios iba a llevar valioso tiempo. Y no se tuvo tiempo. Poco después volverían a irrumpir los liberales, con sus afinidades termoeléctricas, con el golpe de Estado neoliberal apátrida de 1976.
Mucho antes de eso, allá por 1947, concretando una de las tantas decisiones de alto valor estratégico, Perón creó Agua y Energía Eléctrica (AyEE), ente estatal que tuvo por objetivos impulsar la provisión de agua a todo el territorio nacional, y utilizar la energía hidroeléctrica para proveer y abastecer las crecientes necesidades argentinas en electricidad.
Para cumplir sus funciones AyEE desarrolló una amplia, constante y muy bien ejecutada tarea de aforos (mediciones de caudales) de la mayoría de los cursos de agua de nuestro país, incluyendo en esas mediciones a grandes ríos limítrofes y otros, sin excluir a relativamente pequeños cursos de agua, en toda nuestra extensa geografía continental. Tarea por cierto ciclópea, hecha y documentada por más de medio siglo. Pero llegaron los neoliberales…
Lo que la dupla Videla – Martínez De Hoz y sus continuadores, en el siniestro “proceso”, no llegaron a hacer (había mucho por destruir antes, infame tarea a la que se dedicaron con ahínco y contumacia perversa); pocos años después se terminaría de perpetrar en los también muy infames años ’90, en el menemato y el delarruato.
En el menemato, la destrucción de casi todo el Estado, mediante
extranjerizaciones forzadas o cierres intempestivos, se desguazó en un muy breve lapso histórico casi todo lo trabajosamente construido en décadas de trabajo argentino; para cumplir el objetivo impuesto desde los centros del poder financiero mundial (y aceptado gustosamente por las oligarquías locales), de hacer
involucionar abruptamente a Argentina al perimido rol de país – estancia, vigente en el siglo XIX, totalmente anacrónico y regresivo; perpetrándose ese brutal economicidio desde “la fusiladora” (1955) y sus continuadores de 1962, en el “proceso”, en el noventismo, y profundizado en el macrismo; llevándonos cerca de la disolución nacional.
Con varios nombres nefastos, como “Mariju” Alsogaray, Cavallo, Dromi y otros, el menemato desguazó de un plumazo a Agua y Energía Eléctrica, entre otros entes muy importantes. Y como al descuido, dejó que sus valiosos archivos y estudios, se perdieran, o sean saqueados, o arrumbados para que el tiempo y las ratas terminen la tarea de hacerlos desaparecer. ¡Una atrocidad, sin duda alguna!
Lo que se perdió, es imposible que sea recuperado. Un golpe brutal contra el patrimonio técnico energético y contra el desarrollo hidroeléctrico nacional. Todo a la medida de los poderosos intereses vinculados a la generación termoeléctrica, y de sus nuevos “socios menores”, las eólicas y solares.
Y eso es habitualmente ocultado o incluso festejado, por los personeros de esos intereses antinacionales, como los mercenarios de la comunicación y los intelectuales de la dependencia; tal como hoy siguen operando por caso los ocho exsecretarios de energía de la partidocracia cleptocrática, con el Instituto Argentino de la Energía, como uno de sus mascarones de proa.
En otro artículo, se analizará la presunta pérdida de valiosos antecedentes de estudios hidroeléctricos, que habría acaecido en Misiones.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
sábado, 27 de junio de 2020
martes, 23 de junio de 2020
HIDROELÉCTRICAS - SE DEBEN MAXIMIZAR SUS MÚLTIPLES EFECTOS POSITIVOS
Aspectos muy positivos, que pasan desapercibidos.
El Dique San Roque creó el lago homónimo, que a su vez es la principal atracción turística de la ciudad de Villa Carlos Paz. Pero muchos ni se dan cuenta.
El Embalse de Río Hondo forma parte de las atracciones turísticas de las provincias de Tucumán y Santiago Del Estero. Facilita el riego, genera energía eléctrica, y atenúa las crecidas recurrentes del Río Dulce, todo eso sumado al turismo que congrega. Obra muy importante en un entorno muy seco. Pero muchos ni se dan cuenta, y despotrican contra las hidroeléctricas.
El Complejo El Chocón – Cerros Colorados, evitó las que eran persistentes y muy dañinas crecientes, que arrasaban y destruían las márgenes del río Negro, particularmente rica y habitada en la Alta Cuenca. Por supuesto, esas obras tienen múltiples efectos positivos adicionales, como atractivos turísticos, provisión de agua dulce y un excelente entorno para deportes náuticos. Además produce mucha energía limpia y muy económica. Muchos ni se dan cuenta.
Yacyretá, por su parte, posibilita la navegación comercial, antes impedida por los rápidos del Apipé, lo cual extendió más de 300 Km. el entorno navegable del Paraná. Además, evitó las recurrentes crecidas, que tanto perjuicio causaban en las ciudades de Posadas, Encarnación (Paraguay) y sus entornos, a la vez que erradicó las villas miseria que estaban en ambas costas, dando viviendas dignas a esos pobladores. Y los notables progresos urbanísticos de esas dos ciudades y otras poblaciones menores cercanas, significaron avances equivalentes a varias décadas de trabajos a ritmos normales, que muy posiblemente nunca se hubieran concretado de no ser por el impulso dado por la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), operando con claro sentido social de integración positiva al entorno de la obra.
De hecho, la enorme construcción, es en sí misma un atractivo turístico, y el gran embalse un sitio muy propicio para los deportes náuticos. Eso además del enorme volumen de energía, que aporta a ambos países. Pero muchos no se dan cuenta de todos estos cambios tan positivos.
Los opinólogos al voleo; los personeros de los intereses petroleros y sus asociadas menores eólicas y solares; sociólogos “progress” que saben poco o nada de Energía; y activistas del ultra ecologismo cavernario, omiten por ignorancia o por malicia, esos importantes datos, pues se suman a discursos tremendistas y por lo general falaces o maliciosamente tergiversados. Como el ingeniero agrónomo, que sin sustento alguno, “denunció” que Yacyretá estaba (según su delirante visión) a punto de colapsar. Seguramente sabía de plantaciones, pero de estructuras de hormigón, ni idea tenía.
Otras “obras complementarias” que pueden y deben concretarse.
Sabido es que el concepto de “obras complementarias” no es adecuado ni preciso, pues todas las obras que van asociadas a la principal, son esenciales en el abarcativo concepto socio económico general, que debe formar parte de este tipo de grandes obras de infraestructura, sobre todo en los casos de mega obras de 1.000 Mw en más.
Dentro de esas obras financiadas por la EBY, la puesta en marcha de la conexión ferroviaria entre Garupá y Posadas, con Encarnación, ha sido un hito muy importante, que logró descomprimir el abigarrado tráfico fronterizo, facilitando la
integración binacional.
Otras obras de gran importancia, son los tramos de autovías, entre Posadas y San José (parcialmente hecho) y Posadas – San Ignacio (en construcción).
Las magníficas costaneras, en Posadas, Encarnación y localidades cercanas, son obras no solo hermosas, de gran valor paisajístico y urbanístico, sino principalmente formidables logros de infraestructura, que sirven de eficaces tratamientos costeros, que de otro modo nunca se hubieran construido. Todo eso, fingen no verlo ni darse cuenta, los ecólatras anti represas, sea eso por cerrado
fanatismo, o por ser operadores al servicio de los intereses termoeléctricos y sus asociadas menores, las eólicas y solares.
En el caso de Yacyretá (aplicable también a Corpus y al complejo Garabí – Panambí), un tema que aparentemente no se consideró, es el del transporte público eléctrico, el cual debe encararse con decisión, creatividad y criterio de grandeza con visión de largo plazo.
Los casos de las áreas que conforman el Gran Posadas y el Gran Encarnación, ampliadas a contextos incluso mayores de 40 o 50 kilómetros a la redonda, debería ser analizado para concretar redes de transportes urbanos y periurbanos, totalmente eléctricas, que bien planificadas y construidas brindarán múltiples beneficios sociales y ambientales, además de avances urbanísticos considerables, que posicionarán a las áreas beneficiadas en situaciones privilegiadas para el desarrollo, mejorando además en forma sensible el nivel de vida de esos hoy ya importantes núcleos urbanos y periurbanos.
Prácticamente todas las capitales provinciales de Argentina, y el caso de Encarnación en Paraguay, son ciudades que se extienden rápidamente abarcando e integrando a sus entornos, muchas veces en forma caótica o no muy planificada.
La rápida ampliación territorial de esos conglomerados urbanos no está sustentada en medios de transporte público que vinculen en forma ágil y eficiente entre si todas esas extensas y crecientes área, y sobre todo con los centros tradicionales de esas ciudades, en los que se concentran las principales actividades económicas, las sedes de los tres poderes del Estado provincial, los principales
establecimientos educativos y muchos de los lugares recreativos.
Movilizarse de un punto a otro, pasa a ser costoso en tiempo y en valores económicos que son insumidos por habitantes y visitantes.
La solución no pasa por incrementar el número de ómnibus ni las frecuencias de los mismos, pues los recorridos son necesariamente lentos, por las congestiones de calles y avenidas, por el necesario accionar de semáforos y por las distancias a recorrer.
Los sucesivos barrios populares o de casas construidas por el respectivo Estado provincial, para dar vivienda digna a la población, por más buena voluntad y algo o mucha planificación que se emplee, no dejan de ser parches si se los evalúa desde una visión abarcativa y con criterio de futuro y de equidad social.
En el Área Metropolitana Buenos Aires, el preexistente trazado ferroviario, alivia y facilita mucho la enorme circulación de personas, parcialmente combinado eso con los premetros y subterráneos, esto último inaplicable por volúmenes
sociales y por la geología pedregosa en Posadas y Encarnación.
Si bien a muchos “bienpensantes” y a otros negativos crónicos les parecerá un ejemplo inaplicable, es bueno considerar que los trenes de alta velocidad permitieron a muchos franceses trabajar en París, y vivir en pequeñas y más amigables localidades ubicadas a muchos kilómetros, con lo que se descomprimió a la capital y se dieron mejores entornos de vida a muchos trabajadores. No se cita este ejemplo para promocionar trenes de alta velocidad, en el caso acá analizado.
Más modestamente pero con mucha practicidad, trascendió que Brasil creó sistemas eléctricos especiales, para descomprimir a algunos de los muchos grandes bloques urbanos, también permitiendo vivir en entornos algo alejados, que de otro modo serian de lento y costoso acceso por automóviles u ómnibus.
Para eso, los pasajes de esos mini sistemas eléctricos son económicos; la ganancia es básicamente social, con mejores niveles de vida para mucha gente.
Australia, por su parte, tiene en algunos lugares un sistema de ómnibus de motricidad dual (diesel y eléctrica), que circulan en carriles sobreelevados, para no congestionar las rutas, pudiendo acceder a los entornos urbanos a los que sirven.
En Argentina, los trolebuses prestan eficientes servicios en Rosario, Mendoza y posiblemente en alguna otra ciudad. De Buenos Aires fueron “desterrados”, previa campaña de saboteos encubiertos, para dar más mercado a las crecientes líneas de transporte urbano automotor. Algunos analistas vieron resabios del Plan Larkin (desguace de ferrocarriles para favorecer al autotransporte de pasajeros y cargas), en esa operatoria.
Algún trabajo práctico en la Maestría en Gestión de la Energía, lo realicé focalizándome en un hipotético sistema eléctrico sobreelevado para el área urbana de Posadas, que evitaría las congestiones de tránsito, no contaminaría la ciudad con ruidos y gases de los ómnibus, y uniría más rápida y eficientemente a los múltiples barrios entre si y con el centro comercial y administrativo tradicional.
Las redes de transportes eléctricos pueden abarcar desde Santa Ana hasta Itaembé Guazú, en Posadas; y desde esta ciudad hasta San José, vinculando a núcleos poblacionales y barrios capitalinos en sus trayectos.
Al construirse Garabí, otro subsistema podrá vincular la obra y la población homónima, con Virasoro y Apóstoles, y otras eventuales ampliaciones.
Criterios similares serán aplicables a las grandes hidroeléctricas de Corpus y Panambí; con soluciones similares a construirse del lado del Paraguay.
El salto cualitativo que con eso tendrán nuestras poblaciones será enorme, difícil de cuantificar ex ante en toda su descomunal dimensión positiva.
Sus efectos serán aun mayores, si esa iniciativa se vincula con proyectos industriales para producir las carrocerías (sean ómnibus, o coches motores u otros) y diversos componentes, de los vehículos y todo el sistema de transporte brevemente citado, se decide que sean de industria argentina.
Y el mercado potencial para esos bienes de capital será importante, si la iniciativa, -con otras fuentes de financiaciones- se aplicara a otras capitales provinciales y ciudades importantes de nuestro vasto territorio, del Paraguay, y potencialmente otras naciones de la región.
Se sabe que los detractores consuetudinarios, y los que solo quieren un país enanizado y subdesarrollado, se opondrán e incluso se mofarán de estas ideas.
Los patriotas y todos los que no renunciamos al sueño de una Patria Digna y Soberana, en el entorno de la Patria Grande, estamos para sumarnos a iniciativas positivas como la acá sintéticamente expuesta.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Aspectos muy positivos, que pasan desapercibidos.
El Dique San Roque creó el lago homónimo, que a su vez es la principal atracción turística de la ciudad de Villa Carlos Paz. Pero muchos ni se dan cuenta.
El Embalse de Río Hondo forma parte de las atracciones turísticas de las provincias de Tucumán y Santiago Del Estero. Facilita el riego, genera energía eléctrica, y atenúa las crecidas recurrentes del Río Dulce, todo eso sumado al turismo que congrega. Obra muy importante en un entorno muy seco. Pero muchos ni se dan cuenta, y despotrican contra las hidroeléctricas.
El Complejo El Chocón – Cerros Colorados, evitó las que eran persistentes y muy dañinas crecientes, que arrasaban y destruían las márgenes del río Negro, particularmente rica y habitada en la Alta Cuenca. Por supuesto, esas obras tienen múltiples efectos positivos adicionales, como atractivos turísticos, provisión de agua dulce y un excelente entorno para deportes náuticos. Además produce mucha energía limpia y muy económica. Muchos ni se dan cuenta.
Yacyretá, por su parte, posibilita la navegación comercial, antes impedida por los rápidos del Apipé, lo cual extendió más de 300 Km. el entorno navegable del Paraná. Además, evitó las recurrentes crecidas, que tanto perjuicio causaban en las ciudades de Posadas, Encarnación (Paraguay) y sus entornos, a la vez que erradicó las villas miseria que estaban en ambas costas, dando viviendas dignas a esos pobladores. Y los notables progresos urbanísticos de esas dos ciudades y otras poblaciones menores cercanas, significaron avances equivalentes a varias décadas de trabajos a ritmos normales, que muy posiblemente nunca se hubieran concretado de no ser por el impulso dado por la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), operando con claro sentido social de integración positiva al entorno de la obra.
De hecho, la enorme construcción, es en sí misma un atractivo turístico, y el gran embalse un sitio muy propicio para los deportes náuticos. Eso además del enorme volumen de energía, que aporta a ambos países. Pero muchos no se dan cuenta de todos estos cambios tan positivos.
Los opinólogos al voleo; los personeros de los intereses petroleros y sus asociadas menores eólicas y solares; sociólogos “progress” que saben poco o nada de Energía; y activistas del ultra ecologismo cavernario, omiten por ignorancia o por malicia, esos importantes datos, pues se suman a discursos tremendistas y por lo general falaces o maliciosamente tergiversados. Como el ingeniero agrónomo, que sin sustento alguno, “denunció” que Yacyretá estaba (según su delirante visión) a punto de colapsar. Seguramente sabía de plantaciones, pero de estructuras de hormigón, ni idea tenía.
Otras “obras complementarias” que pueden y deben concretarse.
Sabido es que el concepto de “obras complementarias” no es adecuado ni preciso, pues todas las obras que van asociadas a la principal, son esenciales en el abarcativo concepto socio económico general, que debe formar parte de este tipo de grandes obras de infraestructura, sobre todo en los casos de mega obras de 1.000 Mw en más.
Dentro de esas obras financiadas por la EBY, la puesta en marcha de la conexión ferroviaria entre Garupá y Posadas, con Encarnación, ha sido un hito muy importante, que logró descomprimir el abigarrado tráfico fronterizo, facilitando la
integración binacional.
Otras obras de gran importancia, son los tramos de autovías, entre Posadas y San José (parcialmente hecho) y Posadas – San Ignacio (en construcción).
Las magníficas costaneras, en Posadas, Encarnación y localidades cercanas, son obras no solo hermosas, de gran valor paisajístico y urbanístico, sino principalmente formidables logros de infraestructura, que sirven de eficaces tratamientos costeros, que de otro modo nunca se hubieran construido. Todo eso, fingen no verlo ni darse cuenta, los ecólatras anti represas, sea eso por cerrado
fanatismo, o por ser operadores al servicio de los intereses termoeléctricos y sus asociadas menores, las eólicas y solares.
En el caso de Yacyretá (aplicable también a Corpus y al complejo Garabí – Panambí), un tema que aparentemente no se consideró, es el del transporte público eléctrico, el cual debe encararse con decisión, creatividad y criterio de grandeza con visión de largo plazo.
Los casos de las áreas que conforman el Gran Posadas y el Gran Encarnación, ampliadas a contextos incluso mayores de 40 o 50 kilómetros a la redonda, debería ser analizado para concretar redes de transportes urbanos y periurbanos, totalmente eléctricas, que bien planificadas y construidas brindarán múltiples beneficios sociales y ambientales, además de avances urbanísticos considerables, que posicionarán a las áreas beneficiadas en situaciones privilegiadas para el desarrollo, mejorando además en forma sensible el nivel de vida de esos hoy ya importantes núcleos urbanos y periurbanos.
Prácticamente todas las capitales provinciales de Argentina, y el caso de Encarnación en Paraguay, son ciudades que se extienden rápidamente abarcando e integrando a sus entornos, muchas veces en forma caótica o no muy planificada.
La rápida ampliación territorial de esos conglomerados urbanos no está sustentada en medios de transporte público que vinculen en forma ágil y eficiente entre si todas esas extensas y crecientes área, y sobre todo con los centros tradicionales de esas ciudades, en los que se concentran las principales actividades económicas, las sedes de los tres poderes del Estado provincial, los principales
establecimientos educativos y muchos de los lugares recreativos.
Movilizarse de un punto a otro, pasa a ser costoso en tiempo y en valores económicos que son insumidos por habitantes y visitantes.
La solución no pasa por incrementar el número de ómnibus ni las frecuencias de los mismos, pues los recorridos son necesariamente lentos, por las congestiones de calles y avenidas, por el necesario accionar de semáforos y por las distancias a recorrer.
Los sucesivos barrios populares o de casas construidas por el respectivo Estado provincial, para dar vivienda digna a la población, por más buena voluntad y algo o mucha planificación que se emplee, no dejan de ser parches si se los evalúa desde una visión abarcativa y con criterio de futuro y de equidad social.
En el Área Metropolitana Buenos Aires, el preexistente trazado ferroviario, alivia y facilita mucho la enorme circulación de personas, parcialmente combinado eso con los premetros y subterráneos, esto último inaplicable por volúmenes
sociales y por la geología pedregosa en Posadas y Encarnación.
Si bien a muchos “bienpensantes” y a otros negativos crónicos les parecerá un ejemplo inaplicable, es bueno considerar que los trenes de alta velocidad permitieron a muchos franceses trabajar en París, y vivir en pequeñas y más amigables localidades ubicadas a muchos kilómetros, con lo que se descomprimió a la capital y se dieron mejores entornos de vida a muchos trabajadores. No se cita este ejemplo para promocionar trenes de alta velocidad, en el caso acá analizado.
Más modestamente pero con mucha practicidad, trascendió que Brasil creó sistemas eléctricos especiales, para descomprimir a algunos de los muchos grandes bloques urbanos, también permitiendo vivir en entornos algo alejados, que de otro modo serian de lento y costoso acceso por automóviles u ómnibus.
Para eso, los pasajes de esos mini sistemas eléctricos son económicos; la ganancia es básicamente social, con mejores niveles de vida para mucha gente.
Australia, por su parte, tiene en algunos lugares un sistema de ómnibus de motricidad dual (diesel y eléctrica), que circulan en carriles sobreelevados, para no congestionar las rutas, pudiendo acceder a los entornos urbanos a los que sirven.
En Argentina, los trolebuses prestan eficientes servicios en Rosario, Mendoza y posiblemente en alguna otra ciudad. De Buenos Aires fueron “desterrados”, previa campaña de saboteos encubiertos, para dar más mercado a las crecientes líneas de transporte urbano automotor. Algunos analistas vieron resabios del Plan Larkin (desguace de ferrocarriles para favorecer al autotransporte de pasajeros y cargas), en esa operatoria.
Algún trabajo práctico en la Maestría en Gestión de la Energía, lo realicé focalizándome en un hipotético sistema eléctrico sobreelevado para el área urbana de Posadas, que evitaría las congestiones de tránsito, no contaminaría la ciudad con ruidos y gases de los ómnibus, y uniría más rápida y eficientemente a los múltiples barrios entre si y con el centro comercial y administrativo tradicional.
Las redes de transportes eléctricos pueden abarcar desde Santa Ana hasta Itaembé Guazú, en Posadas; y desde esta ciudad hasta San José, vinculando a núcleos poblacionales y barrios capitalinos en sus trayectos.
Al construirse Garabí, otro subsistema podrá vincular la obra y la población homónima, con Virasoro y Apóstoles, y otras eventuales ampliaciones.
Criterios similares serán aplicables a las grandes hidroeléctricas de Corpus y Panambí; con soluciones similares a construirse del lado del Paraguay.
El salto cualitativo que con eso tendrán nuestras poblaciones será enorme, difícil de cuantificar ex ante en toda su descomunal dimensión positiva.
Sus efectos serán aun mayores, si esa iniciativa se vincula con proyectos industriales para producir las carrocerías (sean ómnibus, o coches motores u otros) y diversos componentes, de los vehículos y todo el sistema de transporte brevemente citado, se decide que sean de industria argentina.
Y el mercado potencial para esos bienes de capital será importante, si la iniciativa, -con otras fuentes de financiaciones- se aplicara a otras capitales provinciales y ciudades importantes de nuestro vasto territorio, del Paraguay, y potencialmente otras naciones de la región.
Se sabe que los detractores consuetudinarios, y los que solo quieren un país enanizado y subdesarrollado, se opondrán e incluso se mofarán de estas ideas.
Los patriotas y todos los que no renunciamos al sueño de una Patria Digna y Soberana, en el entorno de la Patria Grande, estamos para sumarnos a iniciativas positivas como la acá sintéticamente expuesta.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
jueves, 18 de junio de 2020
YACYRETÁ - PARECE EQUIVOCADO EL SR. DIRECTOR EJECUTIVO
El nuevo Director Ejecutivo por la parte argentina de la Entidad Binacional Yacyretá, hizo declaraciones a poco de asumir, respecto a los objetivos que plantea a su gestión.
Es correcto que enfatice la gestión, pues es inherente a su función asumida. Como empresario maderero no cabe duda que debe saber gestionar.
Sin duda es urgente que se avance en la obra de Aná Cuá, que permitirá utilizar el importante caudal de agua que hoy se desperdicia por el vertedero, con la cual se aumentará la Potencia Instalada y la capacidad de generación (apta como Energía de Base, por su seguridad y previsibilidad). Coincidencia total en este objetivo estratégico.
Pero resulta totalmente discutible, que repitiendo el discurso del recién nombrado Secretario de Energía de Misiones (Ing. Paolo Quintana), exprese como objetivo “colaborar en el desarrollo de energías alternativas”.
Se sabe que el concepto de “energías alternativas” es una de las tantas definiciones, que el ecologismo ultra montano presiona para imponer como eufemismo para citar básicamente a las energías eólica y solar; además de algunas otras de menores importancias en sus aplicaciones a escala mundial, como la de biomasa, la undimotriz, la mareo motriz, las micro hidroeléctricas y otras.
Al respecto, las fuertes presiones de esas ONGs y de los poderosos intereses vinculados con las promociones al como sea de esas “nuevas fuentes” de energía (otra de las definiciones, falaz en si mismo, pues no son “nuevas” en sus utilizaciones), muy vinculadas con las corporaciones petrolíferas, han dado lugar a implementar negociados escandalosos (como los recientes del macrismo, en un pasamanos de una adjudicación de eólicas), y a presentar y hacer aprobar como si tal cosa, las condiciones leoninas en contra de los intereses del Estado Argentino y de los consumidores, en los procesos de instalaciones forzosas de eólicas y solares, que no por casualidad fueron el objetivo energético central del recientemente caducado gobierno neoliberal.
Y no es casual, pues los gobiernos de tipo liberal en lo económico y ultra conservadores en lo político, desde siempre en Argentina están vinculados a la generación termoeléctrica, y operan en contra de las energías hidroeléctrica y nuclear. En los últimos años, esos gobiernos de tipo oligárquico están a favor de las “renovables amputadas” (eólica y solar), pues por limitaciones técnicas
insalvables, por regla general están vinculadas con usinas termoeléctricas.
“Amputadas” pues excluyen a las hidros, renovables por antonomasia.
Por el contrario, los gobiernos de orientación nacional y popular, como los peronistas, con enfoques estratégicos de largo plazo, se posicionan a favor de hidroeléctricas y nucleares, preferentemente, pues son energías técnicamente aptas como bases de sistemas eléctricos, económicas y de muy fiable operación.
Las condiciones leoninas a favor de eólicas y solares, tienen que ver con haberse aprobado tarifas dolarizadas e indexadas, exenciones impositivas muy amplias para las importaciones y operaciones, la casi nula promoción de la industria argentina en esas inversiones en equipamientos, y la “perlita adicional” de establecerse prioridad total para el despacho (venta) de esas energías, sin importar sus precios. O sea que son un “salvavidas de plomo” para el desarrollo nacional.
Por otra parte, la vinculación muy estrecha de petroleras y gasíferas
transnacionales, con la promoción a ultranza de las “renovables”, tiene que ver con la dependencia de eólicas y solares respecto a centrales termoeléctricas en casi todos los casos, termoeléctricas que deben operar como reservas en caliente (o sea funcionando), quemando gas o petróleo, para salvar los constantes baches de generación de eólicas y solares, así como para estabilizar el voltaje de las mismas.
Esa sola dependencia de centrales térmicas (por lo general turbinas de gas), echa por tierra la supuesta “limpieza” de eólicas y solares. Pero además, estas últimas tienen una sumatoria de elevados costos ambientales, que sus promotores ocultan cuidadosamente, por lo que el común de la gente que no es especialista en la temática, “compra” con facilidad esa mentira pseudo ecológica.
Pero además, las eólicas y solares tienen sensibles costos ambientales “propios”.
Las eólicas insumen costos ambientales muy elevados para fabricarlas, transportarlas, instalarlas, mantenerlas, y luego desguazarlas. El mantenimiento de las eólicas es en extremo peligroso, pues su equipamiento electromecánico está a gran altura, y los accidentes en muchos casos son mortales. Además, el propio funcionamiento ocasionó accidentes, al desprenderse componentes, que pueden ser disparados en áreas circundantes como proyectiles. Por eso, sus áreas de seguridad abarcan diámetros que según el país en que se aplican, van de diámetros de 500 metros a la redonda a más de un kilómetro. Eso, y los ruidos molestos, son causas de rechazos en países con mucha densidad poblacional. Por caso, en Horspath, Oxfordshire, Gran Bretaña, en su momento hubo fuertes manifestaciones que impidieron la instalación de un parque eólico.
Las solares, por su parte, tienen tan escasos rendimientos, que según la latitud en que se instalen, apenas generan poco más que toda la energía necesaria para fabricarlas, transportarlas, instalarlas, mantenerlas (roturas y limpiezas), y por último desmontarlas. Incluso, al sur de Buenos Aires, la ecuación es directamente negativa (se gasta más energía en todo el proceso, que la poca que generan en la vida útil de los paneles). Y hubo preocupación por la disposición final de las chatarras, en buena parte inutilizables y en algunos casos, con presuntos componentes tóxicos.
No es un tema menor adicional, considerar que las eólicas y las solares, son casi totalmente importadas, por lo que inciden negativamente en la Balanza de Pagos, lo cual es clave en una coyuntura de marcada escasez de divisas; además que al no ser de industria nacional, sus efectos multiplicadores y generación de fuentes de trabajo, son muy escasos. En síntesis, una ruinosa ecuación, que sus promotores ocultan muy cuidadosamente, bajo montañas de palabrerías rimbombantes, como el ya mencionado cliché de “energías limpias”.
En cambio, las usinas hidroeléctricas y nucleares, tienen altos porcentajes de insumos nacionales, y para construirlas demandan mucha mano de obra, lo cual es crucial en el contexto de crisis doblemente heredada del neoliberalismo macrista y de la pandemia.
Resulta lamentable que el recién designado Director Ejecutivo (luego del interregno neoliberal, como tal escaso en obras y concreciones), no manifieste interés en seguir los lineamientos de acciones que claramente había bosquejado y comenzado a ejecutar el anterior Director Ejecutivo Oscar Thomas, quien a las vastas concreciones en importantes obras en ambas márgenes y en la propia central hidroeléctrica, le había agregado la notable visión estratégica de centralizar todas las acciones para avanzar hacia las ambiciosas y muy positivas concreciones de las grandes hidroeléctricas binacionales de Corpus, Panambí y Garabí.
Las diferencias de Potencia Instalada, Generación Media Anual, costos reales por kWh, y calidad operativa (energías de base), respecto a las pequeñas, poco confiables técnicamente, carentes de calidad operativa por sus baches de generación y oscilaciones en el voltaje, y altos costos reales de energía, de eólicas y solares, son simplemente abismales.
El Director Ejecutivo debería considerar que es factible obtener
financiaciones para esas grandes obras, acorde a los precisos ofrecimientos en su momento hechos y concretados con China y Rusia, la mayor parte de los cuales el macrismo dejó sin efecto, habida cuenta su claro objetivo de destrucción nacional .
Pero ahora, seguramente las posibilidades están latentes, y es cuestión de avanzar hacia ellas.
Se debe considerar que el incremento previsible de la demanda eléctrica de Misiones en una década, es equivalente a la totalidad de la generación que corresponderá a Argentina en la obra de Garabí. Y eso, con “ventiladores” y “espejitos” no se cubrirá, ni por sus escasas capacidades de producción, ni por sus insalvables problemas técnicos. Por caso, el pico de la demanda se da en la primeras horas de la noche…¿cubrir eso con energía solar? Es absurdo.
Por otra parte, más allá de la financiaciones externas que bien pueden gestionarse para las grandes hidroeléctricas (que de construirse posicionarán a Misiones con la principal provincia productora hidroeléctrica); con fondos propios de la EBY, podría encararse la construcción de alguno de los ocho proyectos, totalmente estudiados y en su momento con los pliegos licitatorios listos, de obras hidroeléctricas a construirse en cursos de agua interiores de Misiones. El más interesante y redituable de ellos, es el del Túnel del Urugua-Í, que tal como está proyectado, sin incorporar ninguna turbina adicional, permitirá triplicar la Generación Media Anual de la central, la cual hoy provee la energía más económica que dispone Misiones. Y si se ampliara incorporando más turbinas, permitirá empuntar el funcionamiento de Urugua-Í, cubriendo el pico de la demanda, o sea la energía más valiosa de todo sistema eléctrico.
Y si el actual Director Ejecutivo concretara ese proyecto, le cabrá el mérito de potenciar la obra que en su momento, con notable coraje cívico, su propio padre comenzó a construir siendo gobernador, allá por 1985, rompiendo con ello el monopolio termoeléctrico que era el cáncer que impedía crecer a Misiones.
MGTR. EN GESTIÓN DE LA ENERGÍA CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
El nuevo Director Ejecutivo por la parte argentina de la Entidad Binacional Yacyretá, hizo declaraciones a poco de asumir, respecto a los objetivos que plantea a su gestión.
Es correcto que enfatice la gestión, pues es inherente a su función asumida. Como empresario maderero no cabe duda que debe saber gestionar.
Sin duda es urgente que se avance en la obra de Aná Cuá, que permitirá utilizar el importante caudal de agua que hoy se desperdicia por el vertedero, con la cual se aumentará la Potencia Instalada y la capacidad de generación (apta como Energía de Base, por su seguridad y previsibilidad). Coincidencia total en este objetivo estratégico.
Pero resulta totalmente discutible, que repitiendo el discurso del recién nombrado Secretario de Energía de Misiones (Ing. Paolo Quintana), exprese como objetivo “colaborar en el desarrollo de energías alternativas”.
Se sabe que el concepto de “energías alternativas” es una de las tantas definiciones, que el ecologismo ultra montano presiona para imponer como eufemismo para citar básicamente a las energías eólica y solar; además de algunas otras de menores importancias en sus aplicaciones a escala mundial, como la de biomasa, la undimotriz, la mareo motriz, las micro hidroeléctricas y otras.
Al respecto, las fuertes presiones de esas ONGs y de los poderosos intereses vinculados con las promociones al como sea de esas “nuevas fuentes” de energía (otra de las definiciones, falaz en si mismo, pues no son “nuevas” en sus utilizaciones), muy vinculadas con las corporaciones petrolíferas, han dado lugar a implementar negociados escandalosos (como los recientes del macrismo, en un pasamanos de una adjudicación de eólicas), y a presentar y hacer aprobar como si tal cosa, las condiciones leoninas en contra de los intereses del Estado Argentino y de los consumidores, en los procesos de instalaciones forzosas de eólicas y solares, que no por casualidad fueron el objetivo energético central del recientemente caducado gobierno neoliberal.
Y no es casual, pues los gobiernos de tipo liberal en lo económico y ultra conservadores en lo político, desde siempre en Argentina están vinculados a la generación termoeléctrica, y operan en contra de las energías hidroeléctrica y nuclear. En los últimos años, esos gobiernos de tipo oligárquico están a favor de las “renovables amputadas” (eólica y solar), pues por limitaciones técnicas
insalvables, por regla general están vinculadas con usinas termoeléctricas.
“Amputadas” pues excluyen a las hidros, renovables por antonomasia.
Por el contrario, los gobiernos de orientación nacional y popular, como los peronistas, con enfoques estratégicos de largo plazo, se posicionan a favor de hidroeléctricas y nucleares, preferentemente, pues son energías técnicamente aptas como bases de sistemas eléctricos, económicas y de muy fiable operación.
Las condiciones leoninas a favor de eólicas y solares, tienen que ver con haberse aprobado tarifas dolarizadas e indexadas, exenciones impositivas muy amplias para las importaciones y operaciones, la casi nula promoción de la industria argentina en esas inversiones en equipamientos, y la “perlita adicional” de establecerse prioridad total para el despacho (venta) de esas energías, sin importar sus precios. O sea que son un “salvavidas de plomo” para el desarrollo nacional.
Por otra parte, la vinculación muy estrecha de petroleras y gasíferas
transnacionales, con la promoción a ultranza de las “renovables”, tiene que ver con la dependencia de eólicas y solares respecto a centrales termoeléctricas en casi todos los casos, termoeléctricas que deben operar como reservas en caliente (o sea funcionando), quemando gas o petróleo, para salvar los constantes baches de generación de eólicas y solares, así como para estabilizar el voltaje de las mismas.
Esa sola dependencia de centrales térmicas (por lo general turbinas de gas), echa por tierra la supuesta “limpieza” de eólicas y solares. Pero además, estas últimas tienen una sumatoria de elevados costos ambientales, que sus promotores ocultan cuidadosamente, por lo que el común de la gente que no es especialista en la temática, “compra” con facilidad esa mentira pseudo ecológica.
Pero además, las eólicas y solares tienen sensibles costos ambientales “propios”.
Las eólicas insumen costos ambientales muy elevados para fabricarlas, transportarlas, instalarlas, mantenerlas, y luego desguazarlas. El mantenimiento de las eólicas es en extremo peligroso, pues su equipamiento electromecánico está a gran altura, y los accidentes en muchos casos son mortales. Además, el propio funcionamiento ocasionó accidentes, al desprenderse componentes, que pueden ser disparados en áreas circundantes como proyectiles. Por eso, sus áreas de seguridad abarcan diámetros que según el país en que se aplican, van de diámetros de 500 metros a la redonda a más de un kilómetro. Eso, y los ruidos molestos, son causas de rechazos en países con mucha densidad poblacional. Por caso, en Horspath, Oxfordshire, Gran Bretaña, en su momento hubo fuertes manifestaciones que impidieron la instalación de un parque eólico.
Las solares, por su parte, tienen tan escasos rendimientos, que según la latitud en que se instalen, apenas generan poco más que toda la energía necesaria para fabricarlas, transportarlas, instalarlas, mantenerlas (roturas y limpiezas), y por último desmontarlas. Incluso, al sur de Buenos Aires, la ecuación es directamente negativa (se gasta más energía en todo el proceso, que la poca que generan en la vida útil de los paneles). Y hubo preocupación por la disposición final de las chatarras, en buena parte inutilizables y en algunos casos, con presuntos componentes tóxicos.
No es un tema menor adicional, considerar que las eólicas y las solares, son casi totalmente importadas, por lo que inciden negativamente en la Balanza de Pagos, lo cual es clave en una coyuntura de marcada escasez de divisas; además que al no ser de industria nacional, sus efectos multiplicadores y generación de fuentes de trabajo, son muy escasos. En síntesis, una ruinosa ecuación, que sus promotores ocultan muy cuidadosamente, bajo montañas de palabrerías rimbombantes, como el ya mencionado cliché de “energías limpias”.
En cambio, las usinas hidroeléctricas y nucleares, tienen altos porcentajes de insumos nacionales, y para construirlas demandan mucha mano de obra, lo cual es crucial en el contexto de crisis doblemente heredada del neoliberalismo macrista y de la pandemia.
Resulta lamentable que el recién designado Director Ejecutivo (luego del interregno neoliberal, como tal escaso en obras y concreciones), no manifieste interés en seguir los lineamientos de acciones que claramente había bosquejado y comenzado a ejecutar el anterior Director Ejecutivo Oscar Thomas, quien a las vastas concreciones en importantes obras en ambas márgenes y en la propia central hidroeléctrica, le había agregado la notable visión estratégica de centralizar todas las acciones para avanzar hacia las ambiciosas y muy positivas concreciones de las grandes hidroeléctricas binacionales de Corpus, Panambí y Garabí.
Las diferencias de Potencia Instalada, Generación Media Anual, costos reales por kWh, y calidad operativa (energías de base), respecto a las pequeñas, poco confiables técnicamente, carentes de calidad operativa por sus baches de generación y oscilaciones en el voltaje, y altos costos reales de energía, de eólicas y solares, son simplemente abismales.
El Director Ejecutivo debería considerar que es factible obtener
financiaciones para esas grandes obras, acorde a los precisos ofrecimientos en su momento hechos y concretados con China y Rusia, la mayor parte de los cuales el macrismo dejó sin efecto, habida cuenta su claro objetivo de destrucción nacional .
Pero ahora, seguramente las posibilidades están latentes, y es cuestión de avanzar hacia ellas.
Se debe considerar que el incremento previsible de la demanda eléctrica de Misiones en una década, es equivalente a la totalidad de la generación que corresponderá a Argentina en la obra de Garabí. Y eso, con “ventiladores” y “espejitos” no se cubrirá, ni por sus escasas capacidades de producción, ni por sus insalvables problemas técnicos. Por caso, el pico de la demanda se da en la primeras horas de la noche…¿cubrir eso con energía solar? Es absurdo.
Por otra parte, más allá de la financiaciones externas que bien pueden gestionarse para las grandes hidroeléctricas (que de construirse posicionarán a Misiones con la principal provincia productora hidroeléctrica); con fondos propios de la EBY, podría encararse la construcción de alguno de los ocho proyectos, totalmente estudiados y en su momento con los pliegos licitatorios listos, de obras hidroeléctricas a construirse en cursos de agua interiores de Misiones. El más interesante y redituable de ellos, es el del Túnel del Urugua-Í, que tal como está proyectado, sin incorporar ninguna turbina adicional, permitirá triplicar la Generación Media Anual de la central, la cual hoy provee la energía más económica que dispone Misiones. Y si se ampliara incorporando más turbinas, permitirá empuntar el funcionamiento de Urugua-Í, cubriendo el pico de la demanda, o sea la energía más valiosa de todo sistema eléctrico.
Y si el actual Director Ejecutivo concretara ese proyecto, le cabrá el mérito de potenciar la obra que en su momento, con notable coraje cívico, su propio padre comenzó a construir siendo gobernador, allá por 1985, rompiendo con ello el monopolio termoeléctrico que era el cáncer que impedía crecer a Misiones.
MGTR. EN GESTIÓN DE LA ENERGÍA CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
jueves, 11 de junio de 2020
VOCEROS ENERGÉTICOS DEL NEOLIBERALISMO – FUNCIONALES A LAS PETROLERAS EXTRANJERAS Y A SUS SUBORDINADAS RENOVABLES
Apenas comenzaba el gobierno de Alfonsín, y el entonces presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica, el Ing. Nuclear y Contraalmirante Carlos Castro Madero, pidió audiencia para hacerle saber un hecho muy auspicioso, que marcó alcanzar un nivel de excelencia en el desarrollo nacional de la Energía Nuclear…¡se había logrado dominar el ciclo completo de producción de combustibles nucleares, insumo crítico para la producción de energía para los reactores de investigaciones y producción de insumos médicos y otros!
Con estricto sentido patriótico, correspondía una calurosa felicitación y redoblar los apoyos al Plan Nuclear.
Pero, asesorado por el “experto energético” Jorge Lapeña, y seguramente respondiendo a las fuertes presiones de las potencias anglosajonas –un año atrás habíamos perdido la guerra y pasamos al lote de países vencidos y por ende muy condicionados-, la decisión fue brutalmente negativa. Se paralizaron todos los programas de desarrollo, entre ellos la construcción de Atucha II, se recortaron fondos presupuestarios, y se congelaron totalmente las vacantes, con lo cual se condenó al Sector Nuclear a la destrucción a mediano plazo, por simple envejecimiento de su planta de personal altamente especializado.
Después vendría el muy nefasto menemato y el similar delarruato, períodos en los que se rifó casi todo el muy valioso patrimonio estatal, incluyendo valiosas empresas del área energética, como YPF –que se extranjerizó; Gas del Estado –que se desguazó y privatizó-; YCF –que se paralizó en su accionar buscando su desguace o cierre; Hidronor, que se desguazó y privatizó por partes; Agua y Energía Eléctrica –que se desguazó muy rápidamente, con la aviesa intención de hacer desaparecer sus valiosos estudios de décadas, que contenían todos los aforos (mediciones) de prácticamente todos los ríos del país, entre otros materiales científicos y técnicos estratégicamente importantes; y se apuraron los desguaces o privatizaciones de las distintas empresas prestadoras del servicio eléctrico, con SEGBA como la joya de la corona (dividida y privatizada). Todo eso contó con el silencio cómplice, cuando no con las aprobaciones explícitas, de Jorge Lapeña y sus tecnócratas vinculados en forma institucional o como “compañeros de ruta”. Entre ellos los del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi –en adelante IAE- (¡vaya pésimo uso del nombre de un patriota total, dado a un instituto de orientación liberal, o sea apátrida por definición!), y sus posteriores adláteres del grupo de los Ocho Ex Secretarios de Energía de la “Democracia” (más bien de la partidocracia cleptocrática neoliberal noventista) –en adelante “Los Ocho”-.
Pero una vez instalado en el gobierno un nuevo gobierno peronista, de nuevo Lapeña y sus “petroleros boys” del IAE y de “Los Ocho”, rápidamente pasaron a ejecutar acciones de zapa, para instalar críticas supuestamente “técnicas” al accionar del Sector Nacional en el estratégico ámbito de la Energía.
Como son temas muy complejos, de difícil comprensión para el común de la gente, en ese caso los rótulos “venden”, más aun cuando se opera para instalar sin inocencia alguna pensamientos negativos en el común de la gente, contando con los plenos respaldos del accionar malicioso de los varios mercaderes de la desinformación, operando desde los medios concentrados y otros.
Y el rótulo elegido fue el de “Los Ocho” bajo el cual se dedicaron a atacar la credibilidad del gobierno de NK y luego de CFK, siempre realizadas esas tareas de esmerilado de la imagen pública, para contrarrestar los efectos positivos del vasto plan de obras públicas concretado, uno de los mayores de toda la historia argentina.
Cuidadosamente, los medios concentrados que operan al servicio neoliberal, omitieron los gruesos antecedentes, de esos “intelectuales de la Energía”, que operaron bajo la batuta de Lapeña.
Respecto a las pautas de “patriotismo” de los mismos, cabe citar que una de sus primeras espadas, y habitual opinador del tema en diversos medios, el verborrágico Daniel Montamat, en su “parte oculta” del currículum profesional, cabe destacar que fue testigo en contra del Estado Argentino, en un juicio entablado en el CIADI por El Paso Energy, una energética extranjera.
Por cierto, “los ocho”, en sus trayectorias como funcionarios y como expertos energéticos, dieron repetidas muestras de sus totales adhesiones al neoliberalismo, el cual es una doctrina político – económica antinacional por antonomasia…¡y así procedieron siempre! Por otra parte, cada uno de “Los Ocho”, nunca hizo aporte en concreto alguno para revertir los recurrentes cuellos de botella energéticos en general, y eléctricos en particular, que como constante operaron como excusas para frenar el desarrollo nacional y salir de la extrema dependencia hidrocarburífera de Argentina.
Tampoco dieron muestras de destacada idoneidad profesional, como Apud, quien fue incapaz de sacar al país de la crisis eléctrica muy acentuada, que con muy negativos efectos sociales, económicos y políticos, estalló durante el gobierno de Alfonsín, y aceleró su caída y dimisión antes del período constitucional. No muy diferente a los accionares del resto de “Los Ocho”, de pobres e incluso deplorables funciones públicas.
Respecto a Lapeña, siendo Secretario de Energía durante el alfonsinato, utilizaba la excusa de financiar parcialmente las micro centrales hidroeléctricas en Misiones –tan pequeñas que nunca “movieron la aguja” de la generación eléctrica como excusa perfecta para no aportar nada en presupuestos de obras mucho más relevantes para el Sistema Interconectado Provincial, que en esos años mostraba varios preocupantes cuellos de botella, tanto en Generación, como en Transmisión y Distribución. Y las muy promocionadas micros centrales resultaron un fiasco y un fracaso total, precisamente por sus insignificantes potencias, que no les permitían ni autofinanciar sus módicos mantenimientos.
Claro que a Lapeña y los suyos, solo le interesaba acentuar las
privatizaciones, el desguace estatal, la destrucción del valiosísimo patrimonio técnico de Agua y Energía Eléctrica y dispersar a sus calificados profesionales, detener el Plan Nuclear y frenar las grandes obras hidroeléctricas; todo eso a medida de los mezquinos intereses de las hidrocarburíferas extranjeras y de hacer
involucionar a Argentina a la economía primaria de conformación social feudal, del siglo XIX.
Volviendo al accionar del IAE y de “los ocho”, cabe enfatizar que han sido constantes opositores al Plan Nuclear Argentino y a las grandes hidroeléctricas, y con ello totalmente funcionales a los mandatos transnacionales que “dictaminan” que Argentina debe ser una mera nación – granja, de economía primaria y sin desarrollos tecnológicos propios.
Operan para que la Energía sea un condicionante insalvable, en vez de ser un factor poderoso que induzca al desarrollo.
Para lograr ese aberrante objetivo, las Potencias Atlantistas y el mega poder financiero transnacional cuentan con varios “asociados menores” que operan bajo sus letras y mandatos.
Están los “expertos” adocenados, aquellos tecnócratas con alguna o incluso mucha capacitación técnica específica, pero carecientes por completo de ética y de moral patriótica, siendo para ello retribuidos con permanentes apoyos, como el ¿insólito? (o esperable) nombramiento reciente del ultra privatista y extranjerizador serial del patrimonio estratégico energético Carlos Bastos, quien fuera personero de la empresa estadounidense Enron, que pretendía quedarse con los paquetes de sistemas de transmisión en Argentina y otros países de Sudamérica. Los del IAE y de “Los ocho” (des)califican en forma similar a Bastos.
Están las muy activas ONGs anglosajonas y algunas otras, con sus
subordinados locales que siguen sus libretos, que operan ferozmente utilizando el terrorismo mediático para descalificar a las centrales nucleares e hidroeléctricas, mientras “glorifican” a las muy ineficientes usinas eólicas y solares, que funcionan
cautivas de centrales termoeléctricas, de las que dependen para cubrir sus constantes baches de generación y estabilizar sus bruscos cambios de voltaje.
Vinculados a esas ONGs, están las “progresías”, que fungen como aliados menores de los intereses oligopólicos neoliberales. Progresías que en muchos casos son trotskistas, anarquistas, comunistas residuales y otros odiadores seriales, que terminan siendo simples operadores “por izquierdas declamativas”
funcionales al neoliberalismo y a las hidrocarburíferas extranjeras y sus grupos asociados (como los de las generadoras termoeléctricas).
Por supuesto, hay operadores muy activos dentro de los comunicadores – que por lo general entienden poco y nada de Energía-, y algunos políticos oportunistas, que suelen saber aun menos de Energía, pero que operan “según donde calienta el sol”.
Dentro de esos esquemas de acciones nada neutras ni “inocentes”, está el extenso informe del IAE de mayo de 2020.
En síntesis, con muchos ángulos de enfoques parciales, ese nada neutro informe, promociona acentuadamente a las “energías renovables” eólica y solar, ocultando sin mencionar en absoluto sus severísimas limitaciones técnicas que las hacen totalmente inútiles para funcionar como Energías de Base (por sus acentuadas intermitencias y sus fluctuaciones en el voltaje suministrado a las redes; además de sus muy altos costos reales por kWh; y la sumatoria de prebendarias condiciones que por presiones de todo tipo son impuestas por sus promotores).
Pensar en una matriz energética basada en eólicas y solares, sería un salvavidas de plomo, que los centros del mega poder globalizador mundial, ya han impuesto a naciones muy débiles de África y pretenden algo similar en Íbero América y El Caribe. Y en esa línea tan negativa accionan desde el IAE.
Promocionar las eólicas y solares, equivale a promocionar las termoeléctricas en base a petróleo y gas, de las cuales dependen las “renovables”.
En el informe cuestionado, las grandes hidroeléctricas ni son mencionadas, y las nucleares solo son “aceptadas” previos interminables trámites de calificaciones ambientales, que son las excusas interpuestas para dilatar al infinito las gestiones
y de esa forma impedir las obras.
Consecuentemente, operan en contra de las energías hidroeléctrica y nuclear, a las que condicionan o descalifican, según las agendas del terrorismo mediático impuestas bajo presiones de ONGs ultra ecologistas, que son instrumentos del poder de las hidrocarburíferas transnacionales. ¡Todo cierra!
En el IAE usan el nombre señero del General Ingeniero Mosconi, que condujo YPF desde su creación hasta el “golpe con olor a petróleo” de 1930, pergeñado por oligarcas y liberales funcionales al poder extranjero. Esos golpistas ultra liberales persiguieron a Mosconi y encarcelaron a su principal colaborador en YPF, el General Ingeniero Alonso Baldrich. ¡Gran hipocresía institucional, pues el IAE es continuador ideológico y fáctico de las políticas de los golpistas del ’30!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopoliticos
Apenas comenzaba el gobierno de Alfonsín, y el entonces presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica, el Ing. Nuclear y Contraalmirante Carlos Castro Madero, pidió audiencia para hacerle saber un hecho muy auspicioso, que marcó alcanzar un nivel de excelencia en el desarrollo nacional de la Energía Nuclear…¡se había logrado dominar el ciclo completo de producción de combustibles nucleares, insumo crítico para la producción de energía para los reactores de investigaciones y producción de insumos médicos y otros!
Con estricto sentido patriótico, correspondía una calurosa felicitación y redoblar los apoyos al Plan Nuclear.
Pero, asesorado por el “experto energético” Jorge Lapeña, y seguramente respondiendo a las fuertes presiones de las potencias anglosajonas –un año atrás habíamos perdido la guerra y pasamos al lote de países vencidos y por ende muy condicionados-, la decisión fue brutalmente negativa. Se paralizaron todos los programas de desarrollo, entre ellos la construcción de Atucha II, se recortaron fondos presupuestarios, y se congelaron totalmente las vacantes, con lo cual se condenó al Sector Nuclear a la destrucción a mediano plazo, por simple envejecimiento de su planta de personal altamente especializado.
Después vendría el muy nefasto menemato y el similar delarruato, períodos en los que se rifó casi todo el muy valioso patrimonio estatal, incluyendo valiosas empresas del área energética, como YPF –que se extranjerizó; Gas del Estado –que se desguazó y privatizó-; YCF –que se paralizó en su accionar buscando su desguace o cierre; Hidronor, que se desguazó y privatizó por partes; Agua y Energía Eléctrica –que se desguazó muy rápidamente, con la aviesa intención de hacer desaparecer sus valiosos estudios de décadas, que contenían todos los aforos (mediciones) de prácticamente todos los ríos del país, entre otros materiales científicos y técnicos estratégicamente importantes; y se apuraron los desguaces o privatizaciones de las distintas empresas prestadoras del servicio eléctrico, con SEGBA como la joya de la corona (dividida y privatizada). Todo eso contó con el silencio cómplice, cuando no con las aprobaciones explícitas, de Jorge Lapeña y sus tecnócratas vinculados en forma institucional o como “compañeros de ruta”. Entre ellos los del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi –en adelante IAE- (¡vaya pésimo uso del nombre de un patriota total, dado a un instituto de orientación liberal, o sea apátrida por definición!), y sus posteriores adláteres del grupo de los Ocho Ex Secretarios de Energía de la “Democracia” (más bien de la partidocracia cleptocrática neoliberal noventista) –en adelante “Los Ocho”-.
Pero una vez instalado en el gobierno un nuevo gobierno peronista, de nuevo Lapeña y sus “petroleros boys” del IAE y de “Los Ocho”, rápidamente pasaron a ejecutar acciones de zapa, para instalar críticas supuestamente “técnicas” al accionar del Sector Nacional en el estratégico ámbito de la Energía.
Como son temas muy complejos, de difícil comprensión para el común de la gente, en ese caso los rótulos “venden”, más aun cuando se opera para instalar sin inocencia alguna pensamientos negativos en el común de la gente, contando con los plenos respaldos del accionar malicioso de los varios mercaderes de la desinformación, operando desde los medios concentrados y otros.
Y el rótulo elegido fue el de “Los Ocho” bajo el cual se dedicaron a atacar la credibilidad del gobierno de NK y luego de CFK, siempre realizadas esas tareas de esmerilado de la imagen pública, para contrarrestar los efectos positivos del vasto plan de obras públicas concretado, uno de los mayores de toda la historia argentina.
Cuidadosamente, los medios concentrados que operan al servicio neoliberal, omitieron los gruesos antecedentes, de esos “intelectuales de la Energía”, que operaron bajo la batuta de Lapeña.
Respecto a las pautas de “patriotismo” de los mismos, cabe citar que una de sus primeras espadas, y habitual opinador del tema en diversos medios, el verborrágico Daniel Montamat, en su “parte oculta” del currículum profesional, cabe destacar que fue testigo en contra del Estado Argentino, en un juicio entablado en el CIADI por El Paso Energy, una energética extranjera.
Por cierto, “los ocho”, en sus trayectorias como funcionarios y como expertos energéticos, dieron repetidas muestras de sus totales adhesiones al neoliberalismo, el cual es una doctrina político – económica antinacional por antonomasia…¡y así procedieron siempre! Por otra parte, cada uno de “Los Ocho”, nunca hizo aporte en concreto alguno para revertir los recurrentes cuellos de botella energéticos en general, y eléctricos en particular, que como constante operaron como excusas para frenar el desarrollo nacional y salir de la extrema dependencia hidrocarburífera de Argentina.
Tampoco dieron muestras de destacada idoneidad profesional, como Apud, quien fue incapaz de sacar al país de la crisis eléctrica muy acentuada, que con muy negativos efectos sociales, económicos y políticos, estalló durante el gobierno de Alfonsín, y aceleró su caída y dimisión antes del período constitucional. No muy diferente a los accionares del resto de “Los Ocho”, de pobres e incluso deplorables funciones públicas.
Respecto a Lapeña, siendo Secretario de Energía durante el alfonsinato, utilizaba la excusa de financiar parcialmente las micro centrales hidroeléctricas en Misiones –tan pequeñas que nunca “movieron la aguja” de la generación eléctrica como excusa perfecta para no aportar nada en presupuestos de obras mucho más relevantes para el Sistema Interconectado Provincial, que en esos años mostraba varios preocupantes cuellos de botella, tanto en Generación, como en Transmisión y Distribución. Y las muy promocionadas micros centrales resultaron un fiasco y un fracaso total, precisamente por sus insignificantes potencias, que no les permitían ni autofinanciar sus módicos mantenimientos.
Claro que a Lapeña y los suyos, solo le interesaba acentuar las
privatizaciones, el desguace estatal, la destrucción del valiosísimo patrimonio técnico de Agua y Energía Eléctrica y dispersar a sus calificados profesionales, detener el Plan Nuclear y frenar las grandes obras hidroeléctricas; todo eso a medida de los mezquinos intereses de las hidrocarburíferas extranjeras y de hacer
involucionar a Argentina a la economía primaria de conformación social feudal, del siglo XIX.
Volviendo al accionar del IAE y de “los ocho”, cabe enfatizar que han sido constantes opositores al Plan Nuclear Argentino y a las grandes hidroeléctricas, y con ello totalmente funcionales a los mandatos transnacionales que “dictaminan” que Argentina debe ser una mera nación – granja, de economía primaria y sin desarrollos tecnológicos propios.
Operan para que la Energía sea un condicionante insalvable, en vez de ser un factor poderoso que induzca al desarrollo.
Para lograr ese aberrante objetivo, las Potencias Atlantistas y el mega poder financiero transnacional cuentan con varios “asociados menores” que operan bajo sus letras y mandatos.
Están los “expertos” adocenados, aquellos tecnócratas con alguna o incluso mucha capacitación técnica específica, pero carecientes por completo de ética y de moral patriótica, siendo para ello retribuidos con permanentes apoyos, como el ¿insólito? (o esperable) nombramiento reciente del ultra privatista y extranjerizador serial del patrimonio estratégico energético Carlos Bastos, quien fuera personero de la empresa estadounidense Enron, que pretendía quedarse con los paquetes de sistemas de transmisión en Argentina y otros países de Sudamérica. Los del IAE y de “Los ocho” (des)califican en forma similar a Bastos.
Están las muy activas ONGs anglosajonas y algunas otras, con sus
subordinados locales que siguen sus libretos, que operan ferozmente utilizando el terrorismo mediático para descalificar a las centrales nucleares e hidroeléctricas, mientras “glorifican” a las muy ineficientes usinas eólicas y solares, que funcionan
cautivas de centrales termoeléctricas, de las que dependen para cubrir sus constantes baches de generación y estabilizar sus bruscos cambios de voltaje.
Vinculados a esas ONGs, están las “progresías”, que fungen como aliados menores de los intereses oligopólicos neoliberales. Progresías que en muchos casos son trotskistas, anarquistas, comunistas residuales y otros odiadores seriales, que terminan siendo simples operadores “por izquierdas declamativas”
funcionales al neoliberalismo y a las hidrocarburíferas extranjeras y sus grupos asociados (como los de las generadoras termoeléctricas).
Por supuesto, hay operadores muy activos dentro de los comunicadores – que por lo general entienden poco y nada de Energía-, y algunos políticos oportunistas, que suelen saber aun menos de Energía, pero que operan “según donde calienta el sol”.
Dentro de esos esquemas de acciones nada neutras ni “inocentes”, está el extenso informe del IAE de mayo de 2020.
En síntesis, con muchos ángulos de enfoques parciales, ese nada neutro informe, promociona acentuadamente a las “energías renovables” eólica y solar, ocultando sin mencionar en absoluto sus severísimas limitaciones técnicas que las hacen totalmente inútiles para funcionar como Energías de Base (por sus acentuadas intermitencias y sus fluctuaciones en el voltaje suministrado a las redes; además de sus muy altos costos reales por kWh; y la sumatoria de prebendarias condiciones que por presiones de todo tipo son impuestas por sus promotores).
Pensar en una matriz energética basada en eólicas y solares, sería un salvavidas de plomo, que los centros del mega poder globalizador mundial, ya han impuesto a naciones muy débiles de África y pretenden algo similar en Íbero América y El Caribe. Y en esa línea tan negativa accionan desde el IAE.
Promocionar las eólicas y solares, equivale a promocionar las termoeléctricas en base a petróleo y gas, de las cuales dependen las “renovables”.
En el informe cuestionado, las grandes hidroeléctricas ni son mencionadas, y las nucleares solo son “aceptadas” previos interminables trámites de calificaciones ambientales, que son las excusas interpuestas para dilatar al infinito las gestiones
y de esa forma impedir las obras.
Consecuentemente, operan en contra de las energías hidroeléctrica y nuclear, a las que condicionan o descalifican, según las agendas del terrorismo mediático impuestas bajo presiones de ONGs ultra ecologistas, que son instrumentos del poder de las hidrocarburíferas transnacionales. ¡Todo cierra!
En el IAE usan el nombre señero del General Ingeniero Mosconi, que condujo YPF desde su creación hasta el “golpe con olor a petróleo” de 1930, pergeñado por oligarcas y liberales funcionales al poder extranjero. Esos golpistas ultra liberales persiguieron a Mosconi y encarcelaron a su principal colaborador en YPF, el General Ingeniero Alonso Baldrich. ¡Gran hipocresía institucional, pues el IAE es continuador ideológico y fáctico de las políticas de los golpistas del ’30!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopoliticos
lunes, 1 de junio de 2020
LA SOCIOLOGÍA ACADEMICISTA Y LA SOCIOLOGÍA POPULAR
La creatividad del argentino, es bien conocida, y seguramente es consecuencia de múltiples factores concurrentes, sin considerar en ello ni pizca de racismo ni nada parecido.
Posiblemente entre esos factores, están las formidables y muy positivas mezclas culturales, que de un modo u otro forjaron la población y la cultura nacional, las cuales como todo fenómeno vivo están en constante cambio, siempre sobre los basamentos ya existentes, como un caldero en ebullición, al cual a los componentes de base, se le agregan nuevos contenidos y condimentos varios.
Ciertos sociólogos tradicionales, de formación europeizada (en el siglo XIX llamados “afrancesados”), no salen de esquemas supuestamente “universales”, que no son otra cosa que pretender ver e interpretar al mundo desde la óptica europea.
A esa visión acartonada y no ajustada a la realidad nacional, se contrapusieron notables pensadores nacionales, persistentemente “ninguneados” por las estructuras del poder, los grandes diarios, las academias ultra conservadoras y todo el aparataje cultural, subordinado a Gran Bretaña, con sus premios a los dóciles y funcionales; y con los castigos de exclusión, persecuciones y violencias, contra los “indóciles” que no vendieron sus pensamientos ni sus convicciones.
Cuando las trascendencias de sus obras impidieron, por su propio peso y elevados quilates, el ocultamiento de las mismas, el establishment recurrió al artilugio de considerarlas cerradamente desde el esteticismo neutro, cuan literatura “pura” desvinculada de su contexto de realidad. Eso ocurrió con el Martin Fierro de José Hernández, como caso emblemático, pero no único.
A otros pretendieron sepultarlos en el ostracismo total, del cual fueron rescatados por otros preclaros pensadores, como entre muchos casos más, sucedió en el patriota idealista de la Patria Grande Manuel Ugarte.
Algunos pocos no pudieron ser tapados por el aparataje culturoso del establishment, descollando entre estos las figuras señeras de Raúl Scalabrini Ortiz y Arturo Martín Jauretche, así como el historiador revisionista José María Rosa.
Ellos fueron, con sus notables peculiaridades, grandes “sociólogos sin título” de Argentina, describiendo con notable agudeza las particularidades sociopolíticas de nuestro país.
Sin desconocer ni menos aun menospreciar la formación académica, que bien transmitida y asimilada, debe dar sustento en el contexto de métodos científicos, el tema acá analizado es que en temas tan amplios como los sociales, no se deben crear supuestos cuerpos excluyentes de opiniones, cerrados exclusivamente a académicos de la especialidad.
Las ciencias sociales atraviesan transversalmente a toda la población, y los análisis de esos temas incumben a toda la sociedad, debiendo ser respetadas también las bien fundadas opiniones y análisis, tanto de otros profesionales de ciencias vinculadas a lo social, como también del ser humano sin formación académica, pero con “mucha calle”, con amplia experiencia de vida y buen bagaje moral.
Claro que en ese contexto, siempre se corre el riesgo de dejar espacio a opinólogos al voleo, charlatanes varios y otros verborrágicos sin fundamentos, y muchas veces sin pizca de ética.
Pero aun conociendo ese riesgo de filtrarse otras opiniones pobres o nulas de fundamentos, es importante respetar las provenientes de personas probas y con experiencias de vida, que pueden ser valiosas; así como las emanadas de otros profesionales del amplio espectro de las ciencias sociales, además de los profesionales sociólogos.
En cambio, descalificar per se, opiniones sociológicas provenientes de fuera del ámbito de Sociólogos titulados, es como querer restringir validez a ideas económicas que no sean emitidas por Licenciados o Doctores en Economía. Vale recordar que un Premio Nobel en Economía, se lo ganó un Psicólogo que evaluó la fuerte importancia de decisiones de bases psicológicas –conductuales o
impulsivas- sobre las variables económicas.
Jauretche, abogado de profesión, historiador por vocación y hombre político por patriotismo, es con toda justicia considerado uno de los grandes analistas de la sociología argentina. Con su pluma filosamente mordaz, agudamente crítica e
insobornablemente patriótica, fue uno de los grandes pioneros en destruir el mito de las cerradas incumbencias profesionales (las “quintitas cerradas” de cada ámbito profesional), que en el amplio campo de las Ciencias Sociales era la excusa recurrente para descalificar opiniones, sobre todo si se salían de lo “políticamente
correcto”.
Y precisamente esas estructuras de “quintitas cerradas” suelen ser los refugios de mediocres, sobre todo cuando quedan faltos de fundamentos frente a quienes, desde fuera de la estrecha concepción excluyente mencionada, ponen al descubierto las falacias y faltas de sustento de sus posturas.
Algo de eso tuve que enfrentar, cuando a algunos economistas adscriptos al neoliberalismo salvaje de los años ’90, se les “quemaron los libros” de economía clásica y monetarista, en la crisis terminal argentina de 2001; y no podían tolerar que sus falsedades doctrinarias fueras puestas en evidencia.
Las presiones y exclusiones que fueron consecuencia de la no subordinación al “pensamiento económicamente correcto”, con todo lo brutales que fueron, resultaron minucias ante las que en el transcurso de nuestra historia nacional, fueron perpetradas contra otros argentinos de bien, que priorizando sus convicciones y patriotismo tampoco se subordinaron a los dictados del poder establecido; este último siempre antinacional; y en muchos casos ejercido por mediocres insanables que desde posturas de impunidad ejercen sus cuotas de poder sin atisbo alguno de principios éticos superiores.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopoliticos
La creatividad del argentino, es bien conocida, y seguramente es consecuencia de múltiples factores concurrentes, sin considerar en ello ni pizca de racismo ni nada parecido.
Posiblemente entre esos factores, están las formidables y muy positivas mezclas culturales, que de un modo u otro forjaron la población y la cultura nacional, las cuales como todo fenómeno vivo están en constante cambio, siempre sobre los basamentos ya existentes, como un caldero en ebullición, al cual a los componentes de base, se le agregan nuevos contenidos y condimentos varios.
Ciertos sociólogos tradicionales, de formación europeizada (en el siglo XIX llamados “afrancesados”), no salen de esquemas supuestamente “universales”, que no son otra cosa que pretender ver e interpretar al mundo desde la óptica europea.
A esa visión acartonada y no ajustada a la realidad nacional, se contrapusieron notables pensadores nacionales, persistentemente “ninguneados” por las estructuras del poder, los grandes diarios, las academias ultra conservadoras y todo el aparataje cultural, subordinado a Gran Bretaña, con sus premios a los dóciles y funcionales; y con los castigos de exclusión, persecuciones y violencias, contra los “indóciles” que no vendieron sus pensamientos ni sus convicciones.
Cuando las trascendencias de sus obras impidieron, por su propio peso y elevados quilates, el ocultamiento de las mismas, el establishment recurrió al artilugio de considerarlas cerradamente desde el esteticismo neutro, cuan literatura “pura” desvinculada de su contexto de realidad. Eso ocurrió con el Martin Fierro de José Hernández, como caso emblemático, pero no único.
A otros pretendieron sepultarlos en el ostracismo total, del cual fueron rescatados por otros preclaros pensadores, como entre muchos casos más, sucedió en el patriota idealista de la Patria Grande Manuel Ugarte.
Algunos pocos no pudieron ser tapados por el aparataje culturoso del establishment, descollando entre estos las figuras señeras de Raúl Scalabrini Ortiz y Arturo Martín Jauretche, así como el historiador revisionista José María Rosa.
Ellos fueron, con sus notables peculiaridades, grandes “sociólogos sin título” de Argentina, describiendo con notable agudeza las particularidades sociopolíticas de nuestro país.
Sin desconocer ni menos aun menospreciar la formación académica, que bien transmitida y asimilada, debe dar sustento en el contexto de métodos científicos, el tema acá analizado es que en temas tan amplios como los sociales, no se deben crear supuestos cuerpos excluyentes de opiniones, cerrados exclusivamente a académicos de la especialidad.
Las ciencias sociales atraviesan transversalmente a toda la población, y los análisis de esos temas incumben a toda la sociedad, debiendo ser respetadas también las bien fundadas opiniones y análisis, tanto de otros profesionales de ciencias vinculadas a lo social, como también del ser humano sin formación académica, pero con “mucha calle”, con amplia experiencia de vida y buen bagaje moral.
Claro que en ese contexto, siempre se corre el riesgo de dejar espacio a opinólogos al voleo, charlatanes varios y otros verborrágicos sin fundamentos, y muchas veces sin pizca de ética.
Pero aun conociendo ese riesgo de filtrarse otras opiniones pobres o nulas de fundamentos, es importante respetar las provenientes de personas probas y con experiencias de vida, que pueden ser valiosas; así como las emanadas de otros profesionales del amplio espectro de las ciencias sociales, además de los profesionales sociólogos.
En cambio, descalificar per se, opiniones sociológicas provenientes de fuera del ámbito de Sociólogos titulados, es como querer restringir validez a ideas económicas que no sean emitidas por Licenciados o Doctores en Economía. Vale recordar que un Premio Nobel en Economía, se lo ganó un Psicólogo que evaluó la fuerte importancia de decisiones de bases psicológicas –conductuales o
impulsivas- sobre las variables económicas.
Jauretche, abogado de profesión, historiador por vocación y hombre político por patriotismo, es con toda justicia considerado uno de los grandes analistas de la sociología argentina. Con su pluma filosamente mordaz, agudamente crítica e
insobornablemente patriótica, fue uno de los grandes pioneros en destruir el mito de las cerradas incumbencias profesionales (las “quintitas cerradas” de cada ámbito profesional), que en el amplio campo de las Ciencias Sociales era la excusa recurrente para descalificar opiniones, sobre todo si se salían de lo “políticamente
correcto”.
Y precisamente esas estructuras de “quintitas cerradas” suelen ser los refugios de mediocres, sobre todo cuando quedan faltos de fundamentos frente a quienes, desde fuera de la estrecha concepción excluyente mencionada, ponen al descubierto las falacias y faltas de sustento de sus posturas.
Algo de eso tuve que enfrentar, cuando a algunos economistas adscriptos al neoliberalismo salvaje de los años ’90, se les “quemaron los libros” de economía clásica y monetarista, en la crisis terminal argentina de 2001; y no podían tolerar que sus falsedades doctrinarias fueras puestas en evidencia.
Las presiones y exclusiones que fueron consecuencia de la no subordinación al “pensamiento económicamente correcto”, con todo lo brutales que fueron, resultaron minucias ante las que en el transcurso de nuestra historia nacional, fueron perpetradas contra otros argentinos de bien, que priorizando sus convicciones y patriotismo tampoco se subordinaron a los dictados del poder establecido; este último siempre antinacional; y en muchos casos ejercido por mediocres insanables que desde posturas de impunidad ejercen sus cuotas de poder sin atisbo alguno de principios éticos superiores.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopoliticos
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