DESTRUCCIONES DEL PATRIMONIO TÉCNICO ENERGÉTICO – EL DESGUACE DE AGUA Y ENERGÍA ELÉCTRICA
Tema poco conocido este, sobre el cual los pocos que saben rara vez opinan públicamente, y los muchos que no saben no tienen ni idea de su importancia, cuando no, directamente si supieran posiblemente se referirían a esto con sorna o demostrando desinterés total.
Como alguna vez me expresó, en el 1er. Congreso del Comité Argentino de Presas, en 1999 en San Martin De Los Andes, con su patriotismo y vehemencia habitual, el Ingeniero Nicolás Petroni, “cuando asumió por tercera vez la presidencia Perón, y al dar instrucciones para encarar prontamente nuevas obras hidroeléctricas, se encontraron con la carencia de estudios completos, listos para ser licitados”. En la jerga técnica, se carecía de proyectos ejecutivos, existiendo datos sueltos o incompletos, y finiquitar los estudios necesarios iba a llevar valioso tiempo. Y no se tuvo tiempo. Poco después volverían a irrumpir los liberales, con sus afinidades termoeléctricas, con el golpe de Estado neoliberal apátrida de 1976.
Mucho antes de eso, allá por 1947, concretando una de las tantas decisiones de alto valor estratégico, Perón creó Agua y Energía Eléctrica (AyEE), ente estatal que tuvo por objetivos impulsar la provisión de agua a todo el territorio nacional, y utilizar la energía hidroeléctrica para proveer y abastecer las crecientes necesidades argentinas en electricidad.
Para cumplir sus funciones AyEE desarrolló una amplia, constante y muy bien ejecutada tarea de aforos (mediciones de caudales) de la mayoría de los cursos de agua de nuestro país, incluyendo en esas mediciones a grandes ríos limítrofes y otros, sin excluir a relativamente pequeños cursos de agua, en toda nuestra extensa geografía continental. Tarea por cierto ciclópea, hecha y documentada por más de medio siglo. Pero llegaron los neoliberales…
Lo que la dupla Videla – Martínez De Hoz y sus continuadores, en el siniestro “proceso”, no llegaron a hacer (había mucho por destruir antes, infame tarea a la que se dedicaron con ahínco y contumacia perversa); pocos años después se terminaría de perpetrar en los también muy infames años ’90, en el menemato y el delarruato.
En el menemato, la destrucción de casi todo el Estado, mediante
extranjerizaciones forzadas o cierres intempestivos, se desguazó en un muy breve lapso histórico casi todo lo trabajosamente construido en décadas de trabajo argentino; para cumplir el objetivo impuesto desde los centros del poder financiero mundial (y aceptado gustosamente por las oligarquías locales), de hacer
involucionar abruptamente a Argentina al perimido rol de país – estancia, vigente en el siglo XIX, totalmente anacrónico y regresivo; perpetrándose ese brutal economicidio desde “la fusiladora” (1955) y sus continuadores de 1962, en el “proceso”, en el noventismo, y profundizado en el macrismo; llevándonos cerca de la disolución nacional.
Con varios nombres nefastos, como “Mariju” Alsogaray, Cavallo, Dromi y otros, el menemato desguazó de un plumazo a Agua y Energía Eléctrica, entre otros entes muy importantes. Y como al descuido, dejó que sus valiosos archivos y estudios, se perdieran, o sean saqueados, o arrumbados para que el tiempo y las ratas terminen la tarea de hacerlos desaparecer. ¡Una atrocidad, sin duda alguna!
Lo que se perdió, es imposible que sea recuperado. Un golpe brutal contra el patrimonio técnico energético y contra el desarrollo hidroeléctrico nacional. Todo a la medida de los poderosos intereses vinculados a la generación termoeléctrica, y de sus nuevos “socios menores”, las eólicas y solares.
Y eso es habitualmente ocultado o incluso festejado, por los personeros de esos intereses antinacionales, como los mercenarios de la comunicación y los intelectuales de la dependencia; tal como hoy siguen operando por caso los ocho exsecretarios de energía de la partidocracia cleptocrática, con el Instituto Argentino de la Energía, como uno de sus mascarones de proa.
En otro artículo, se analizará la presunta pérdida de valiosos antecedentes de estudios hidroeléctricos, que habría acaecido en Misiones.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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