martes, 24 de febrero de 2015
C M Q C
Más allá de las ensaladas conceptuales y de contextos históricos, que suelen hacer algunos opinantes (imposibles de contestar por la extensión que requeriría semejante menjunje histórico-pasional), con historia mezclada según pasiones políticas, con dudosa o nula objetividad, cabe desarrollar algunas ideas. Veamos:
Clase media, amplio espectro de nuestra población, que nos distingue de casi todos los países hermanos del continente. Yo también nací y soy de clase media. Y por eso, desde temprano y hasta ahora, sin solución de continuidad, pude constatar que una amplia franja de esa clase media (sin importar que sea del segmento bajo, medio-medio o medio alto), se caracteriza por la extrema volatilidad de sus opiniones, la deplorable superficialidad de las mismas, su escasísima memoria histórica, y su identificación casi idolátrica con los sectores altos-oligárquicos dominantes, esos mismos que manejaron el país como una estancia, a su antojo y con total desprecio por el país mismo, y por la gente que no forma parte de sus círculos de “elegidos”. Oligarquía que fue siempre pro británica, y desde 1945 divide o comparte sus “amores” entre la Rubia Albión y “El Gran País del Norte”. Esos sectores tan carentes de visión política propia, de esa franja voluble de la clase media, se siente y se cree más cerca de “los señorones” del tipo de la Sociedad Rural Argentina, que del obrero o del peón que tienen a su lado, o cerca del barrio, o como empleado de maestranza donde trabajan los de “esa” clase media. Viejo tema este, por algo hace medio siglo largo, Arturo Jauretche definió con ribetes sociológicos a ese sector voluble de la clase media, como “los tilingos”, los fuera de foco, los “que se la creen”, que “piensan que son” de “la alta”, pero que por ingresos y por pertenencia social están mucho más cerca de “esos negros…” de los sectores humildes, a los que clara o encubiertamente desprecian. Toda una definición sociológica de ese gran pensador argentino.
Siguiendo la definición y análisis jauretcheano, ese sector “tilingo” de la población argentina, fue el mismo que festejó la caída de Yrigoyen, para luego sufrir la miseria generalizada impuesta por la oligarquía apátrida y pro británica, durante la larga “década infame” entre 1930 y 1943.
Fue el mismo que apoyó a la “revolución fusiladora” y luego vio licuarse sus salarios y entrar al país en una crisis permanente, fruto de las mismas medidas político-económicas ortodoxas (liberales), con cierres de fábricas y otras lacras, mientras que el país “se alineaba” como granja dócil, tan como fue festejado por Churchill, al tener éxito el golpe de Estado de 1955.
Fue la misma clase media (parte de ella) que denostó a Frondizi, sin darse cuenta que el golpe de 1962, se perpetró pocos meses después de la visita del consorte de “su majestad”, Felipe de Edimburgo, quien invitado por la SRA y otros recalcitrantes similares, que necesitaban que alguien despotrique en contra de la fuerte industrialización y vasto plan de obras públicas, que con aciertos y errores había conseguido el desarrollismo.
Fue ese sector tilingo de la clase media, el que sirvió de claque al golpe de Estado de 1966, que echó a Illia, cuando entre otras cosas, buscaba poner en caja al poderoso sector de la industria farmacéutica.
Fue la tilinguería, exaltada hasta el paroxismo en muchos casos, la que festejó la irrupción violenta del “proceso”, solo para ver como se destrozaba literalmente al país, buscando una abrupta regresión a las “épocas doradas” del país-estancia de comienzos del siglo XX, sin percatarse que en ese esquema político-económico sobramos 30 millones de argentinos, según la cruda definición que dio allá en los años ‘30 un hombre del establishment pro británico y siempre resucitado ministro de hacienda golpista, el “socialista” – golpista - “radical” – conservador Federico Pinedo. Era la misma tilinguería (que yo llamo C M Q C –Clase Media Quejosa Crónica), la que se exaltaba ante “la maravilla” de una moneda muy sobrevaluada, que permitía comprar desaforadamente en el exterior y viajar fácilmente a Miami u otros lugares, mientras que las industrias cerraban y la desocupación crecía acentuadamente, en medio de una espiral inflacionaria imparable. Fue la misma clase media, que se embelesó con el 1 a 1, en épocas de exacerbación del neoliberalismo apátrida en los tristísimos años ’90, sin ponerse a pensar luego que la tremenda crisis de 2001-2002 (que por poco nos hizo implosionar en media docena de republiquetas), fue la otra cara de la misma moneda de la perversión extrema político-económica.
Era la misma clase media que en los años ’90 no llegaba a fin de mes, con su magro salario, que debió inventar los clubes del trueque u otros rebusques similares para estirar un poco más la agonía que la llevaba a la miseria total; y que
hoy tiene o un mejor salario o un mejor ingreso en su emprendimiento mini empresarial, o que como profesional tiene más y mejor trabajo; que antes no podía pagar ni los impuestos básicos ni comer adecuadamente ni mejorar su escuálido guardarropas sobreviviente de años mejores, y que hoy vacaciona todos los años, equipó su hogar, tiene auto nuevo o semi nuevo, y puede vislumbrar a sus hijos en la Universidad gratuita y pública (con nueve nuevas Universidades Nacionales y con mejoras de infraestructura sustanciales en las prexistentes). Es la misma tilinguería que no advierte que los sectores oligárquicos-liberales, pretenden arancelar fuertemente las Universidades Nacionales, para evitar el acceso a la clase media; gratuidad que impuso Perón allá por los años ’40. Es la misma clase media que dice “para que queremos repatriar científicos”, pues en los canales desinformantes en los que se malinforma, nunca mencionan los nuevos logros tecnológicos, ni las grandes concreciones alcanzadas, como en las áreas nuclear, satelital, espacial, de tecnologías agropecuarias, industriales, de la salud, etc.
Es la misma C M Q C (o “tilinga”, si se prefiere), que despotrica contra Aerolíneas Argentinas, que hizo mutis total cuando se la malvendió y quedamos con aviones viejos e inseguros y con vuelos internos muy recortados, que dificultaron nuestra imprescindible conexión interna en nuestro enorme país de dimensiones continentales. Es la misma clase media (C M Q C), que a voz de cuello repite “¡cuanto más costó Atucha II!”, y no se detiene a pensar (¡es mucho esfuerzo, además que no es “fino, de categoría para “gente como uno…”!) analizar que los enormes costos adicionales fueron consecuencia de los desmanejos perpetrados en el Sector Nuclear, por los mismos autoproclamados “ex secretarios de energía de la democracia” (en rigor de la partidocracia cleptocrática), que por 22 largos años frenaron criminalmente el Plan Nuclear, y con ello paralizaron la estratégica Central Nuclear Atucha II, hoy felizmente en plena marcha. Y esa tilinguería vociferante repite entusiastamente los venenosos argumentos de las usinas de la desinformación, acerca de “cuanto costó” terminar Atucha II (con sobrecostos enteramente atribuibles a los sectores oligárquico-neoliberales a los que de hecho apoya “esa” clase media), y ni siquiera algunos “intelectuales” bastante superficiales –por no decir muy mediocres” de “esa” clase media, que opinan con impostada grandilocuencia, se detienen a analizar el cuantioso lucro cesante que ocasionó el largo período de ”parate” de Atucha II. impuesto por el mismo establishment oligárquico-neoliberal. Considérese que Atucha II ahorra 4 millones de metros cúbicos de gas por día; eso por 22 años es el lucro cesante. Ningún crítico “intelectual” de la tilinguería, se detiene a analizar, ni a evaluar que es responsabilidad del establishment neoliberal, al que con sus cerradas posturas “en contra de” apoyan con tanto odio exacerbado como incoherencia.
Es la misma tilinguería, que no se detiene a analizar la crucial importancia estratégica de haber superado la larga parálisis impuesta a la construcción de la Central Hidroeléctrica Binacional Yacyretá, por esos mismos “ex secretarios de energía de la partidocracia cleptocrática”, y que miran para otro lado, a la hora de ver las cuantiosas inversiones que la Entidad Binacional Yacyretá concretó y sigue haciendo en toda la extensa área vinculada con el gran embalse, obras que mejoraron y transformaron sustancialmente a las ciudades del área, como Posadas, Encarnación, y otras.
Hoy, como ayer, la C M A C se embandera entusiastamente en cuanta campaña hay “en contra de”, sin detenerse a pensar y a sopesar debidamente cuanto de verdad y cuanto de construcción mediática hay en las denuncias de “corrupción” y otros conceptos grandilocuentes similares, instigados por mercenarios de la comunicación, y aceptados sin más por los permeables cerebros ya no pensantes (en estos temas) de la C M Q C.
Y por supuesto, la tilinguería rampante, esa C M Q C, jamás se detiene a pensar, y menos aún a definir, cuales son las alternativas concretas, superadoras, que eventualmente significarían un cambio para bien, de remplazarse el gobierno al que con tanto odio y tan poca profundidad conceptual denostan constantemente.
Preguntémosle, con todas las letras: ¿Cuál es la alternativa real que apoyan, que planes de gobierno explicitó, y sobre todo, cuales son los antecedentes que permitan avalar la sinceridad de esos eventuales planteos gubernativos que –teóricamente- dicen expresar o representar?
¡Cuando aparezca algo claramente mejor, superador, con sentido indudable de lo Nacional, seguramente podremos coincidir!
Cosa muy complicada, librarse de las sutiles pero muy firmes ataduras y condicionamientos de la colonización cultural, que confunden y distorsionan severamente la capacidad de razonamiento, de la Clase Media Quejosa Crónica, que enceguecidamente, sigue actuando fervorosamente…en contra de los Intereses Nacionales y de sus propios intereses personales.
C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
viernes, 20 de febrero de 2015
LOS BUITRES DEL LIBRE COMERCIO
El liberalismo económico, presentado como inocente o muy aséptica doctrina económica, de supuesto sólido basamento catedrático, en realidad operó siempre como engañosa y poderosa arma de colonización económica. Añadiendo mayores oropeles, fue rebautizado con el pomposo nombre de Doctrina Clásica de la Economía. Esa denominación no es casual ni tampoco “inocente”, pues lo “clásico” implica un calificativo con fuerte carga positiva…carga que no se condice con la realidad, en lo referente a esa doctrina económica.
Por algo, en base a muy bien fundamentados razonamientos, Friedrich List, afirmó que Adam Smith fue un colonizador más temible que Napoleón. List fue un notable pensador que asesoró al industrialista presidente norteamericano Hamilton, y cuyos pensamientos anticiparon en tres décadas el firme accionar de Bismarck, en la unificación y poderosa industrialización de Alemania, desde 1870.
Desde la Inglaterra previctoriana de fines del siglo XVIII, en adelante, todos los países que alcanzaron el estatus de potencias industriales, han tenido el constante doble mensaje. Predican e imponen por la fuerza –de las presiones, del engaño, de la compra de voluntades, o de la fuerza militar bruta- el “libre cambio” para sus exportaciones, pero son proteccionistas para sus propias importaciones.
Es bien conocido pero cuidadosamente ocultado por los voceros al servicio de las potencias hegemónicas, que un proceso de “libre cambio” entre una potencia industrial y una nación subdesarrollada o en proceso inconcluso de desarrollo, solo tendrá un resultado: beneficios enormes para la potencia desarrollada y subdesarrollo crónico para el más débil. Abundan ejemplos en la historia mundial, y por lógica, no puede omitirse la dependencia extrema de Argentina respecto a Gran Bretaña, casi sin solución de continuidad, desde la firma del primer acuerdo, perpetrado por el agente británico Bernardino Rivadavia, en 1825, en los albores de nuestra vida nacional. Entre otras consecuencias, se desaprovechó absurdamente la extraordinaria bonanza agro exportadora de más de tres décadas, aproximadamente entre 1880 y 1914, cuando la cerrazón mental de la oligarquía vacuna gobernante, se negó tozudamente a implementar nuestra industrialización y nuestro consecuente desarrollo tecnológico propio. ¡Y aún hoy, muchos desinformados respecto a la Historia Argentina, cantan loas a la supuesta
“grandeza” del Centenario Argentino (1910)!, pese a que la realidad era otra: economía primaria con pocos empleos mal pagos y sin coberturas sociales; escasa integración territorial; pésima distribución de la riqueza; y grandes mayorías de criollos y nuevos inmigrantes, excluidos y marginados social y económicamente.
Con mucho esfuerzo y sacrificios, Argentina logró un respetable grado de desarrollo industrial y tecnológico, además de cierta integración territorial con costosas inversiones en infraestructura, sobre todo a partir de mediados de los años ’40 del pasado siglo, en adelante; y por tres veces estuvo cerca de vencer las tenazas del subdesarrollo. Hasta ahora, siempre los sectores más recalcitrantemente conservadores en lo político, y dogmáticamente liberales en lo económico, lograron frenar esos avances cualitativos, e imponer esquemas retrógrados de primarización de la economía. ¡Incluso casi nos destrozaron en media docena de republiquetas bananeras, al fin del cuarto de siglo neoliberal 1976-2001, que era el proyecto de los poderes financieros transnacionales!
Todavía es históricamente reciente la IV Cumbre de las Américas, realizada en Mar del Plata, en 2004. En ella, Bush con algunos dóciles obedientes de Centro América y algún otro, pretendió imponernos el ALCA, nefasto proyecto de “libre comercio” que nos hubiera subordinado al poder industrial y tecnológico de Estados Unidos, y que habría operado como correa de transmisión, para “exportarnos” la descomunal crisis financiera que estalló en 2008, producto de corruptísimas maniobras financieras en gran escala, perpetradas en EEUU, en el marco de la extrema “permisividad” del neoliberalismo sin frenos ni controles del Estado, también impuesto allá.
Es de recordar, que Chávez, Kirchner y Lula fueron los principales opositores al ALCA, que naufragó con la evidente contrariedad mostrada por George Bush (h).
Pero desde hace un tiempo, como “nuevo proyecto”, la Unión Europea presiona sistemáticamente, para imponer al como sea un émulo del ALCA, en su versión UE, en la cual pretende embretarnos a los países del Mercosur y/o de toda la Unasur.
Si con toda lógica, nuestros países rechazaron firmemente el ALCA con EEUU, lo mismo debe hacerse con similar proyecto que quieren forzar las potencias
neocolonialistas de la vieja Europa Occidental, hoy adueñadas de hecho del comando de la muy problematizada Unión Europea.
Conocemos sobremanera el doble rasero de los europeos, viejos colonialistas que se repartieron África en el siglo XIX, como si fuese un bien mostrenco, vacío y abandonado; esa sufrida tierra donde antes practicaron el vil comercio de la esclavitud. Son los mismos que nos predican el libre comercio, mientras siguen cerrando sus fronteras a nuestros productos agropecuarios, con los que por precio y calidad ellos no pueden competir, y por eso se encierran en el proteccionismo y el mantenimiento de onerosas subvenciones a sus agricultores.
Es más que evidente, que como hicieron muchas veces en años anteriores, quieren exportarnos sus crisis, sus altos niveles de desocupación, sus gravísimos problemas sociales, sus insondables fracturas inter bloque (que parece cuestión de tiempo para que se resquebraje seriamente, ante las gigantescas disparidades internas entre economías grandes dueñas del poder “comunitario” y otras débiles y groseramente empujadas a interminables e insondables ajustes).
También resulta claro que quieren destrozar nuestra trabajosamente lograda unidad continental y nuestros tres organismos regionales –Mercosur, Unasur, Celac-; los que si terminan de consolidarse, nos posicionarán sólidamente en el tablero geopolítico mundial.
Es evidente que si se rubricara ese tratado de “libre comercio”, nos inundarán con bienes y servicios de mediana y alta tecnología, y volverán a comprarnos por migajas nuestras materias primas, con todas las consecuencias muy negativas que serían de prever.
C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
martes, 10 de febrero de 2015
¡ES LA GEOPOLÍTICA, ESTÚPIDO!
Las acciones que se están desarrollando “casualmente” en Venezuela, Brasil y Argentina; fuerte y persistentemente destituyentes, de desgaste y/o de agresiones económicas, más el martilleo constante de las campañas mediáticas y de redes sociales, que no por casualidad recrudecen en momentos de exacerbaciones de aquellas campañas, cuando claramente están pasando a etapas más violentas y directas; que tienen “repercusiones” en órganos de prensa vinculados al establishment del poder transnacional “occidental” (como “El País” de España y diarios referenciales de los poderes financiero-bélicos de Gran Bretaña y EEUU, entre otros), así como agresivas y siempre sesgadas opiniones de voceros del mismo establishment neocolonialista (académicos, legisladores y otros ultra conservadores del riñón del G 7); suelen ser mostradas en forma miope o sesgada, desde la óptica política interna, o a lo sumo, con consideraciones o motivaciones económicas o sociales meramente locales.
Pero el verdadero trasfondo de todo ello, y de muchos otros acontecimientos en el mundo, tiene profundas motivaciones geopolíticas, que solo se entienden en el marco del muy complejo y rápidamente cambiante tablero de las fuertes luchas por el Poder Mundial.
El desbarranque del Mundo Unipolar de los ’90, dio paso a la actual etapa multipolar de la geopolítica mundial, en la cual la “troika” del hoy alicaído G 7, formada por EEUU y Canadá, la UE y Japón; pierde poder aceleradamente, a manos de las nuevas Potencias Emergentes, en particular del BRICS, y en menor escala por los otros componentes de los Doce Emergentes, que forman el G 20, estando en él además de Brasil, Argentina.
En ese contexto, las alianzas estratégicas rubricadas separadamente por Rusia y China, con diversas naciones de nuestra gran región íbero americana-caribeña, resultan sumamente significativas, y son sin duda importantes para los dos gigantes mencionados, como también representan un fuerte espaldarazo para nuestros países y los organismos regionales de los que formamos parte.
Siendo una pieza clave de esos grandes acuerdos de asociaciones estratégicas, los múltiples acuerdos rubricados recientemente en Pekín, entre la primera potencia económica mundial y Argentina, no puede sorprender que “casualmente” pocos días antes se desencadenaran una serie de hechos, algunos deplorables y otros vilmente dando mal uso politiquero a los acontecimientos, en varios sino todos quedó patente el accionar de agencias intervencionistas de inteligencia de potencias extranjeras, claramente interesadas en “hacer volver al redil” de los dóciles subordinados, tanto a nuestro país como a toda nuestra enorme y muy importante región. Los formatos agresivos de guerras blandas y posibles etapas más violentas (como la padecida por Venezuela con las “guarimbas” –desmanes violentos preorquestados-, poco tiempo atrás), tienen fortísimas connotaciones geopolíticas, de poderes internos y externos, interesados en hacernos volver al deplorable rol de patio trasero de EEUU y de fácil receptor de efectos perversos de las crisis actuales del gigante del norte y su subordinada Unión Europea.
Todo eso se relaciona con las acciones intervencionistas de las “primaveras árabes”, de su similar en Ucrania, de grupos violentos fundamentalistas “misteriosamente” pertrechados y provistos de amplia logística; con violencias desatadas en distintos países de África y algunos operativos neocoloniales “de pacificación”; con el realineamiento de Asia oriental y del sur, despegándose de la tutela yanqui; y con el mega bloque recientemente constituido por India, China y Rusia, tres gigantes económicos y grandes potencias nucleares, dotadas además de amplios recursos bélicos convencionales, claramente no subordinados al eje belicoso de la OTAN.
Argentina, Brasil y Venezuela son países estratégicamente importantes por si mismos, y mucho más aún si se consideran sus fuertes vinculaciones y potentes incidencias regionales, en el contexto del Mercosur, la Unasur y la Celac.
Claramente, existen factores de poder basados en EEUU y la Unión Europea, sumamente involucrados en obstaculizar nuestros procesos de desarrollo socio económico, y muy interesados en convertir en letra muerta esos importantísimos bloques regionales y los acuerdos con Rusia, China, (y previsiblemente India en un futuro cercano), que siguen avanzando, y que de no detenerse, están llamados a jugar un rol importante e indelegable, en la geopolítica mundial.
Superados sucesivos intentos golpistas en Argentina, perpetrados por sectores recalcitrantemente reaccionarios, muy afines al statu quo neoliberal – dependiente de los dictados del establishment anglosajón y sus ramificaciones (sucesivos golpes de mercado –como el que echó a Alfonsín-; paros de fuerte tinte político protagonizados por gremios funcionales al establishment oligárquico local; un gigantesco paro de la oligarquía campestre (que vive en las grandes urbes), sucesivos cacerolazos que en general tuvieron escaso o nulo apoyo popular, maniobras dilatorias y agresivas por parte de sectores judiciales alineados con esos mismos sectores; campañas mediáticas muy agresivas y constantes, por parte de medios dominantes claramente alineados con EEUU y que “dictan agenda” al deshilachado arco opositor; maniobras de desabastecimiento y de inducción a subas desmedidas de precios; sutiles campañas de instigación de odios y de inoculación de descontentos prefabricados, de subidos tonos descalificatorios, agresivos y cargados de sofismas; intentos de instalar un “golpe mediático de colores”, al estilo y formato de los empleados en Ucrania, el norte de África, Siria, etc.; actualmente existe una gigantesca operatoria de golpe blando destituyente, montada en base a la abundosa y fofa denuncia –totalmente carente de pruebas- del fiscal, cuya dudosa muerte parece instigada sino causada por “formatos” usuales de algunas agencias de inteligencia extranjeras que casi desembozadamente operan en Argentina, como la mundialmente omnipresente CIA (experta en derribar gobiernos y consumar “muertes dudosas” de líderes “molestos”, o de “plantar muertos” para endilgar culpas a otros).
Existen otros operadores en esas acciones de guerras blandas, como algunas “fundaciones” supuestamente “democráticas y de libre mercado”, con raíces y/o fondos provistos desde las potencias neocolonialistas (EEUU-Gran Bretaña-Francia, y algunos socios, como la germania de la “káiser” Merkel); las múltiples ONGs pseudo ecologistas, indigenistas y derecho humanistas, mayoritariamente digitadas desde Londres; algunas sectas pseudo cristianas norteamericanas; y las cohortes de mercenarios, confusos y colonizados mentales, que son digitadas por esos organismos de penetración cultural.
Sin duda todo ese cuadro excede en mucho a las miopes visiones políticas, sociales y económicas cortoplacistas y de muy bajo vuelo; que caracterizan a muchos actores, analistas y opinadores, que no llegan a entender la complejidad y enorme importancia del contexto general, de la ventana de enormes oportunidades que se abren para Argentina y los países hermanos de nuestro continente; así como las complejísimas acechanzas que buscan subordinarnos e incluso balcanizarnos, amenazando nuestras soberanías y nuestras existencias como naciones dignas e incluso con capacidades de decisión que de concretarse, nos harán una región de gran importancia en el contexto mundial.
Todo ello en una escala enorme, muy alejada de los enanismos mentales de los “economistas de mercado”, de “progresistas” fuera de foco, de los que reducen todo a dieciochescos enfrentamientos entre “izquierdas” y “derechas”, de los miopes y egoístas planteos de cierta clase media adocenada, y de la aparentemente insalvable colonización mental de patrioteros de bandera aún perdidos en laberínticas confusiones de la pretérita y caducada guerra fría vigesimónica.
Valga el parafraseo de aquel pensamiento de campaña de Clinton en 1992: “It’s the economy, stupid!”
C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
domingo, 1 de febrero de 2015
EL AUTOEXILIO COMO ARMA POLÍTICA
Gran notoriedad periodística cobró el “autoexilio”, ante dudosas o improbables amenazas, que habrían sido recibidas por un hasta entonces desconocido periodista, Daniel Patcher; quien por el caso cobró enorme popularidad.
La táctica del autoexilio, con posterior mucho “bombo” (gran difusión), es una vieja arma de los sectores pro oligárquicos y fuertemente reaccionarios de Argentina, no diferenciándose en nada las “izquierdas” y “derechas”, definiciones que son letra muerta para generar confusión, tal como magistralmente explicó Jauretche.
En épocas de Don Juan Manuel de Rosas, las intelectualidades europeizadas, liberales e incapaces de entender la realidad y las necesidades del país, sin ser molestadas en absoluto, se embarcaban rumbo a Montevideo, donde se dedicaban a conspirar contra el país, poniéndose sumisamente a las órdenes de las potencias agresoras de ese momento, que eran Gran Bretaña y Francia. Así lo hicieron Esteban Echeverría, Florencio Varela, Juan B. Alberdi y otros. Mientras que por su parte, Sarmiento se autoexiliaría en Chile, desde donde conspiraría constantemente contra Argentina e incluso alentaría a Chile a avanzar usurpando territorio argentino. Todos ellos y varios más, serían los responsables de la subordinación total al imperio británico, formalizada desde el mitrismo (1862), con estructuras como la Sociedad Rural Argentina y otras, que persisten en tales antinacionales posturas y actitudes.
Después del golpe de Estado de 1943 (el único de características y orientación nacional, no exento de errores y contradicciones), que terminó con la corruptela institucionalizada y la degradación desenfrenada de la “década infame”, que abierta y descaradamente nos estableció como colonia económica británica, tal lo definido en el Pacto Roca-Runciman, y lo expresado muy orondo por el entonces vicepresidente “Julito” Roca; fue establecida una “dictablanda” (no puede ser catalogada como dictadura), en cuyo proceso emergió la potente figura del entonces Coronel J.D. Perón. En esos años, además de buscarse nacionalizar los resortes claves de la economía, monopolizados por el “poder blando” británico, el gran debate era la neutralidad argentina en la guerra, mientras los testaferros y acomodaticios varios de los poderes anglosajones y otros asociados, presionaban para que nuestro país aporte su cuota de sangre y carne de cañón, en un conflicto que no era nuestro. Esos politiqueros de baja estofa, de un variado arco que iba desde la más rancia oligarquía hasta el comunismo, pasando por radicales alvearistas, socialistas europeizados y racistas, y otros figurones de la política oportunista, vociferaban consignas bélicas, que los patriotas de FORJA ironizaron como “animémonos y vayan”. Esos mismos politiqueros de vuelo bajo, cómplices de las componendas y fraudes de los años ‘30, sin riesgos ni amenaza alguna contra ellos en nuestro país, pomposamente “se exiliaron” en Montevideo, buscando notoriedades que sus impresentables prontuarios no les permitían lograr en nuestro suelo.
Años después, en el gobierno de Perón, ese mismo tipo de “dirigencia sin votos” del antiperonismo visceral, con mucha pompa y prensa, se autoexiliaría en Montevideo; era el mismo tipo de políticos que había sido manejado antes por el embajador norteamericano Spruille Braden –el que se inmiscuyó descaradamente en la política argentina-; y fueron los mismos que aplaudieron el golpe de 1955, desembozadamente promovido por Gran Bretaña, siendo ello incluso reconocido como un “mérito” por el perpetrador principal, el después fusilador serial Almirante Isaac Rojas. Poco antes, esos mismos nefastos personajes se regodearon con el genocidio que fue el bombardeo a Plaza de Mayo.
Es dudoso que el soldado israelí y periodista transnacional Patcher conozca esos antecedentes históricos, pero su acción fue “de manual” en la historia golpista argentina. Y para mayor claridad, con todas las letras se manifestó como parte componente del variopinto y desteñido arco opositor actual, el mismo que es manipulado por poderosos intereses internos y extranjeros.
Claramente, ese autoexilio, transformado en denuncia mediática (no judicial), fue muy funcional para echar leña al fuego, al ya muy controversial y dudoso caso de la lamentable muerte del fiscal Nisman, a su endeble y muy voluminosa denuncia judicial, y a las difusas o muy discutibles “pruebas” de las escuchas judiciales, las cuales “misteriosamente” trascendieron a los medios periodísticos cerradamente opositores al gobierno argentino.
No debe soslayarse que el fallecido fiscal Nisman, fue denunciado por el abogado Juan Gabriel Labaké, por perpetrar actos de traición a la patria (o encuadres legales similares), y en Wikileaks trascendió ampliamente que operaba a las órdenes de la embajada de EEUU y bajo “asesoramiento” de la CIA y del Mossad, así como con ramificaciones golpistas de la SIDE de Argentina. Esos golpistas internos, son añorantes del muy perverso “proceso” cívico militar que destrozó al país entre 1976 y 1983, instaurando el neoliberalismo apátrida.
Es más que evidente, que el trasfondo de todo el tema, es una amplia y muy perversa campaña fuertemente destituyente, constituyendo una etapa subsiguiente a la metodología de las “revoluciones de colores” que jaquearon y en varios casos voltearon gobiernos que no resultaban afines a los poderes mundiales nucleados en las potencias neocolonialistas (EEUU, Gran Bretaña, Francia), sus prolongaciones (OTAN, mega Banca transnacional, mega corporaciones mediáticas y sus apéndices, como la SIP -Sociedad Interamericana de Prensa), y otros poderes menores asociados y/o subordinados.
La muy lamentable muerte, en circunstancias al menos dudosas, del fiscal Nisman, fue claramente funcional a los sectores virulentamente opositores al gobierno, y como tal fue fogoneada ampliamente en los medios corporativos pro neoliberales, los que de hecho forman la principal oposición al gobierno y al modelo socio económico heterodoxo vigente en Argentina; modelo que tras 11 años de implementación, con aciertos y errores, permite mostrar con nitidez una Argentina positivamente muy diferente a aquel país en irreversible proceso de disolución y de degradación acelerada, que era el nuestro en 2001.
Precisamente, la reedición del trágico contexto acaecido en la otrora altiva y progresista Yugoeslavia, era el objetivo de máxima de los mega poderes plutocráticos transnacionales, y de las potencias del G 7, que buscaban nuestra fragmentación en media docena de republiquetas, débiles, dócilmente manejables desde el exterior, enfrentadas entre si, y con débiles o nulas relaciones con las naciones hermanas de Íbero América y El Caribe.
Como ese proyecto tan nefasto está vigente, por parte de los poderes neocolonialistas mundiales del presente siglo, las maniobras destituyentes prosiguen, siendo visible que se pasó a otra fase del accionar subversivo
neoliberal. Fracasada la muy bien montada pueblada semi masiva de 2008, que instrumentó la oligarquía campera –sempiterna subordinada a los poderes imperiales de turno, siempre antinacional, tal como La Historia lo demuestra-; y con el raquitismo insoluble de sucesivos fallidos cacerolazos convocados por “los medios”, las redes sociales, y las clases oligárquicas del exclusivo Barrio Norte de Buenos Aires (y algunas ramificaciones en otros puntos del país); hubo luego sucesivos golpes de mercado (al estilo del que provocó la destitución de Alfonsín), con maniobras especulativas, predicciones agoreras catastróficas repetidas por los “gurúes” económicos y los mercenarios del periodismo cataclísmico, con sucesivas “profecías” de desastres nunca producidos; pero que cierto daño provocan, sobre todo en las mentes adocenadas de sectores sempiternos quejosos de clase media, con repiqueteos en determinados “progresistas” funcionales a las oligarquías, y los odios crecientes de muy colonizados mentales patrioteros de bandera, siempre añorantes de “los buenos años” del muy perverso “proceso” que tanto daño hizo al país.
Otras amenazas y atentados contra periodistas mucho más conocidos y objetivos, que el promocionado militar puesto a periodista autoexiliado; como los casos de Gustavo Sylvestre y de Roberto Navarro, tuvieron muy poca repercusión mediática interna y nula difusión internacional. En cambio, en el caso del autoexiliado militar periodista, la SIP (ente manejado por los poderes imperiales de EEUU), presurosa difundió un comunicado de apoyo.
Orquestadamente, los casos de Nisman y Patcher, originaron títulos malintencionados, provocativamente agresivos y de corte promotor de injerencias externas y/o agresiones directas, en diarios británicos y norteamericanos; así como declaraciones intromisivas por parte de “intelectuales” y legisladores burdamente golpistas de EEUU, en línea con los promotores de las acciones neoimperialistas como las perpetradas en Yugoeslavia, en diversos puntos del África Subsahariana, en Libia, Siria, Iraq, Venezuela, Ucrania, etc.
Las enormes y muy profundas connotaciones geopolíticas de esos accionares de zapa, posiblemente no han sido analizadas en su totalidad ni con la crucial importancia que tienen. Es muy complejo el tema, pues se entrecruzan muchos intereses, algunos parcialmente coincidentes y otros no.
Sin menoscabo alguno al respeto y aprecio por la comunidad judía –religiosa o no- integrada pacífica y positivamente al tejido social argentino, y del reconocimiento al valor de la cultura hebrea y su rol histórico en diversos ámbitos, incluyendo el de las religiones monoteístas; no puede soslayarse que el Estado de Israel tiene objetivos geopolíticos que no son los nuestros, que intenta forzar causas de fricción con Siria e Irán, y que votó contra Argentina, alineado con los anglosajones, en temas muy sensibles, como los de Malvinas y de los fondos buitres; y que evidentemente no se complace del reconocimiento argentino al Estado Palestino.
Por otra parte, tanto a EEUU como a la Unión Europea, les sería muy funcional un cambio de gobierno en Argentina, pues el arco opositor como neoliberal que es, quiere el realineamiento automático con las potencias tradicionales (EEUU-UE-Japón); pretende transformar en letra muerta los acuerdos estratégicos con Rusia y China; quiere destrozar los bloques regionales –Mercosur, Unasur, Celac-, y sus connotaciones como actores de nuestra Segunda Independencia; volver a endeudar y desindustrializar al país, destrozando las políticas de fuerte contenido social; pretende acordar sumisa y genuflexamente con los fondos buitres especulativos; e incluso en el cortísimo plazo, la abultada y sosa denuncia de Nisman, y el operativo mediático de Patcher, en los hechos buscaron impedir el viaje presidencial a China, en el que se rubricarán muy importantes acuerdos, avanzándose en la alianza estratégica.
Muchos y poderosos factores geopolíticos en juego, buscando condicionar a nuestro país, con el descubierto accionar de la CIA, el accionar disolvente de poderosos grupos mediáticos y los mercenarios de la comunicación, el beneplácito de la oligarquía siempre antinacional, y la cerrazón mental de la clase media quejosa y mentalmente cooptada, las confusiones constantes de ciertas “izquierdas” pro oligárquicas, y los nulos razonamientos propios de los patrioteros de bandera, largamente adoctrinados por y sumisos al “gran país del norte” y sus primos de la vetusta monarquía imperial extemporáneamente anclada en pautas decimonónicas…pero elucubrando acciones neoimperiales del siglo XXI.
C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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