jueves, 30 de mayo de 2019

DE LAS OCHAVAS DE RIVADAVIA AL PASEO DEL BAJO DE MACRI – LA SAGA DEL UNITARISMO EXACERBADO
Son muchas las similitudes muy marcadas, entre el accionar del agente británico Bernardino Rivadavia y sus acólitos; y el subordinado explícito y descarado a las imposiciones de Gran Bretaña y las Potencias Atlantistas que es el macrismo y sus cómplices políticos.
Mientras negaba todo apoyo a San Martin en su campaña libertadora, a Güemes en su desigual lucha desde el Noroeste, el pseudo “estadista” Rivadavia se preocupaba por reglamentar las ochavas que harían parecerse en algo a La Gran Aldea portuaria, respecto a la Europa Nórdica a la cual estaba subordinado.
Hoy mientras Macri cancela obras importantes en todo el territorio nacional, sin importarle los daños que eso causa, alardea por inaugurar UNA obra de escasos siete kilómetros en el riñón geográfico del poder portuario, terminada a los apurones y con presuntos vicios constructivos, con tal de poder alardear de ALGO HECHO, en el contexto de tanto destrozo y cancelaciones de obras en marcha y otras listas para comenzar.
Por supuesto que hay más similitudes muy acentuadas. Rivadavia fue el primer gran endeudador, con el famoso empréstito con la hoy quebrada Baring Brothers, crédito que no se usó para su fin y se dilapidó en naderías, terminándose de pagar ocho décadas después, ya en el siglo XX. Por su parte, claramente el macrismo logró superar las satrapías de su primer antecesor unitario, endeudándonos en forma brutal y claramente maliciosa para financiar las descomunales operaciones de fugas de divisas, bicicletas financieras y otros negociados, logrando además superar sus propios “logros” financieros, al contraer la mayor deuda que tuvimos en la historia, con el FMI, pisoteando todo vestigio de
soberanía, siendo además el mayor monto otorgado por ese ente financiero a un solo país.
Pero las similitudes entre Rivadavia y Macri son aun más profundas, pues aquel alentó la secesión de la Banda Oriental luego de haberla recuperado en una victoriosa guerra tras la Batalla de Ituzaingó, operando a contramano de las posturas patrióticas de Artigas, Dorrego y otros federales celosos de la soberanía y la dignidad nacional. También despreció la reincorporación plena del Alto Perú (hoy Bolivia), luego de haberse derrotado el último bastión monárquico español.
Evidenciando ser la continuidad en versión “reforzada” del accionar rivadaviano, el gobierno macrista rubricó entreguistas y vergonzosos acuerdos de sumisión a los británicos en el sensible tema Malvinas, en el Mar Argentino, en la Antártida Argentina, e incluso en infames tareas claramente preparatorias de la secesión de La Patagonia. Hasta perpetró vergonzosos actos de “disculpas” en Gran Bretaña, por medio de alfil Peña Braun, hizo humillar a la Banda de la Fuerza Aérea a la que ordenó ir a rendir pleitesía a la reina británica entonando “God Save The Queen” en la embajada imperial, y en uno de los colmos de sumisión a los poderes colonialistas, expresó ante el rey español, la supuesta “angustia” que según su genuflexo pensamiento “debieron sentir” los patriotas al independizarnos del yugo monárquico español.
Otra de las semejanzas entre Rivadavia y Macri, es la subordinación explícita y “admiración” total ante los anglosajones. Claro que pese a compartir “admiraciones” por lo nórdico europeo y desprecio por lo criollo y nacional, las diferencias físicas entre el moreno, retacón y nada estilizado “primer presidente” (otra de las falacias de la historia mitrista edulcorada), y el delgado, caucásico y relativamente alto Macri, son acentuadas. El actual demuestra intentar lograr el poco decoroso rol histórico de ser el “último presidente” de la Argentina, previo al desguace y balcanización total que claramente busca perpetrar.
Rivadavia y los rivadavianos persiguieron a los militares patriotas, como Saavedra (en sus últimos años protegido de Juan Manuel de Rosas, como postrer reconocimiento ante las penurias que debió padecer); como San Martin (a quien persiguieron y seguramente quisieron asesinar); como Dorrego, a quien instigaron a fusilar por cuenta del voluble “espada sin cabeza” Lavalle, como Chilavert,
ordenado fusilar por el traidor Urquiza, con asesores rivadavianos.
Macri en cambió, cuenta con el fervoroso apoyo y entusiasta colaboración de la muy colonizada mental “familia militar liberal”, la cual luego de más de seis décadas de adoctrinamiento liberal y por ende antinacional, es un sector que adolece de severísimas confusiones y de profundas ignorancias en temas esenciales de Historia, Geopolitica y Economía, operando como dóciles marionetas del poder financiero y neocolonial extranjero, estando mentalmente anclados en los años ’70.
Los unitarios rivadavianos apelaron al uso de mercenarios extranjeros (italianos, vascos, germanos, británicos, franceses y otros) para atacar al propio país, y a la alianza con potencias enemigas; como lo perpetraron durante todo el período rosista.
El macrismo cierra dependencias militares, destroza industrias y entes tecnológicos (que son esenciales para la Defensa Nacional), desguaza a Fabricaciones Militares, deja inoperativas a las FFAA, y permite las instalaciones de bases militares argentinas, además de operar totalmente subordinado a los dictados anglosajones de ambos continentes.
Ahora las muy promocionadas obras del Paseo del Bajo (o conexión carretera para tránsito pesado), inaugurada de apuro para mostrar algo hecho, intenta tapar malamente las cancelaciones totales de obras públicas en todo el país; el fiasco institucional del fallido Plan Belgrano; la cancelación de la ya empezada central 
nuclear Atucha 3; los frenos a las construcciones de las dos hidroeléctricas en el Río Santa Cruz y de Chihuido 1 en Neuquén; la inacción total para reponer dos puentes en la estratégica Ruta Nacional 12 en Corrientes, colapsados por falta de mantenimiento; la vergüenza que la misma ruta haya estado cortada por falta de mantenimiento de una simple alcantarilla; los cierres de escuelas y la falta de inversiones edilicias en el sector; las obras de hospitales paradas y el desguace operativo de varios de ellos; y el listado sigue.
Claramente, el macrismo opera como una versión actualizada y recargada del apátrida unitarismo rivadaviano. Los hechos lo confirman. Por sus actos los conoceréis, dijo El Maestro de Palestina.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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