ANÁLISIS GEOPOLÍTICO DE LAS ELECCIONES EN ARGENTINA
Mucho se juega en las próximas elecciones de Argentina, no pudiendo descartarse tampoco un eventual adelantamiento de las mismas, por el desbarranque generalizado al cual el neoliberalismo volvió a empujar a nuestro país.
Adelantamiento por desplome del actual gobierno, ya casi autista, que subsiste con el pulmotor múltiple operado por el FMI y los fondos buitres, el establishment local, y las abiertas injerencias de las potencias anglosajonas, sus socios de la Unión Europea, y otros aliados menores de los mismos.
La mayoría de los análisis y las muchas opiniones que a diario se leen y escuchan, se centran en lo que significarían para Argentina que el cambio de línea político económica, o la eventual (y hoy improbable) continuidad, siendo una de esas alternativas la que regirá los destinos nacionales el próximo período.
Lo que muchos omiten o apenas mencionan superficialmente, es el fuerte contexto geopolítico que enmarca muy acentuadamente el ya muy próximo fin del período presidencial, el que no puede descartarse se adelante, dado el desmadre generalizado y la total falta de credibilidad e idoneidad del actual gobierno nacional.
La aplicación brutal y sin tapujos, de la renacida Doctrina Monroe, ha logrado instalar en Íbero América a varios gobiernos dóciles y genuflexos a los dictados de las Potencias Atlantistas, y en particular a los anglosajones de ambos continentes (de los que las oligarquías locales se manifiestan sin patriotismo alguno, fieles vasallos), además de operar como subordinados desvergonzados de la Banca especuladora transnacional y el FMI, como el gran instrumento de subordinación total de nuestros países. Procediendo como dóciles lacayos, esos gobiernos subyugados por los intereses extranjeros, se apresuraron a desguazar la UNASUR, a hacer morir por desatención a la CELAC, y a dejar como una estructura vacía al MERCOSUR, totalmente funcional a la fragmentación de nuestros pueblos, continuando la política del Foreign Office (Relaciones Exteriores de Gran Bretaña) del siglo XIX y las acciones del Departamento de Estado (de EEUU), que no dudó tampoco en perpetrar invasiones militares lisas y llanas desde el siglo XIX,
institucionalizadas desde la presidencia de Theodore Roosevelt, a comienzos del siglo XX.
El FMI vuelve a operar en Argentina, como instrumento de presión financiera – política, para imponernos ajustes brutales, lo cual es una excusa perfecta para el gobierno neoliberal, que busca perpetrar esos ajustes, operando claramente para la regresión argentina a la situación socio económica semi feudal, como lo fue en la segunda mitad del siglo XIX, y de máxima, llevarnos a los empujones a la disolución nacional.
En Argentina, desde antes de 1810, estuvieron claramente enfrentados dos sectores totalmente inconciliables: los “ilustrados” afrancesados liberales – unitarios (cooptados fácilmente por las sutilezas británicas), cuyo máximo objetivo era hacernos y perpetuarnos como colonia dócil de los británicos (hoy de los anglosajones de ambos continentes); y los sectores nacionales, identificados con el pueblo, con la patria, los Intereses Nacionales, federales, y que primero intuitivamente y luego bajo la Doctrina Nacional esbozada por Yrigoyen y materializada por Perón (y en sus formas y limitaciones Frondizi e Illia, más las acciones de visión nacional de Guglialmelli y Ferrer, en el gobierno pretoriano de 1966-1973), intentaron construir la Grandeza Nacional.
Sobre la base de conocer la historia argentina (la real, no la edulcorada del academicismo mitrista, esa que se enseñaba en los colegios y se sigue enseñando en los institutos militares), se debe analizar el contexto geopolítico mundial actual.
Hoy el mundo reeditó la bipolaridad, pero ya no bajo la vieja confrontación entre comunistas y anticomunistas. El marco actual enfrenta a los globalizadores a ultranza, básicamente materialistas excluyentes, los Atlantistas; a los que se oponen las Potencias Continentalistas, que no se subordinan a la globalización y defienden sus Intereses Nacionales y los de sus aliados, siendo evidentes los anclajes no materialistas del confusianismo chino y del cristianismo ortodoxo ruso.
Hay otros factores concomitantes en juego.
China desplaza a EEUU y la UE, como principal socio de los países africanos, de casi toda Asia, y lo mismo sucede en Íbero América. Trump está embarcado en echar a China y Rusia de nuestro continente, lo que China contestó expresando “América Latina no es el patio trasero de nadie”.
Rusia, desde que se recompuso bajo el gobierno nacionalista de Putin, opera con creciente éxito, como freno a las agresiones de guerras híbridas y guerras convencionales, perpetradas por EEUU y sus socios y/o subordinados de la OTAN, en diversos escenarios mundiales, como Siria, Ucrania y Venezuela, contando con los apoyos activos de China, Irán y otros.
Bajo la total subordinación a los dictados de EEUU y sus socios, el gobierno títere actual de Argentina, buscó pretextos para cancelar tres grandes centrales nucleares y tres grandes hidroeléctricas, que contaban con financiación blanda (bajas tasas y amplios períodos de gracia) de China y Rusia, en una jugada a dos puntas, pues también buscó eliminar competencias a los poderosos intereses de petroleras y gasíferas anglosajonas, hoy manejando el país desde el Ministerio de Energía y la propia Presidencia de la Nación.
Las Potencias Atlantistas-, con sus doctrinas y acciones del neocolonialismo del siglo XXI, pretendiendo anular y doblegar a todos los Estados que se oponen a sus fines imperiales, ampliaron sus acciones de guerras híbridas y no convencionales, habiendo aplicado con mucho éxito reciente en nuestro subcontinente, los métodos confluyentes de operaciones psicológicas y sociológicas de gran envergadura (con los medios concentrados operando a tales fines), sumados al aparataje judicial “disciplinado” o cooptado, más los accionares subterráneos de operadores diversos instaladores de descrédito a opositores, rumores maliciosos y similares, y las presiones de los respectivos factores de poder internos alineados con la ideología neoliberal (cámaras empresarias, economistas del establishment, sectores financieros especulativos, militares impregnados de ideología liberal, etc.).
Desembozadamente, EEUU pretende reimponer la Doctrina Monroe, en versión acentuada y actualizada, con el FMI como mascarón de proa de los fuertes condicionamientos financieros, a los que estamos tan sujetos, a consecuencia del malicioso e irracional endeudamiento externo al que nos sometió el actual gobierno neoliberal.
La muy concreta posibilidad que un gobierno de orientación nacional y popular acceda al poder formal, deja nerviosos a los intereses que hoy lucran desmedidamente en base a la timba financiera llevada al paroxismo, por el desgobierno intencional del neoliberalismo. Y evidencian estar dispuestos a todo, incluyendo las alertas de un eventual fraude informático, para perpetuarse en el poder, y con ello –si lo logran- desguazar definitivamente a Argentina.
Claro está que hoy la situación es mucho más compleja que el caos generalizado en el que estábamos en 2001-2002.
Y un eventual y muy posible gobierno fuertemente opositor al neoliberalismo apátrida, además de los fortísimos condicionamientos externos actuales, puede no estar exento de tener “caballos de Troya” enquistados, como ya sucedió antes, en otros períodos presidenciales, además de los conocidos factores de poder, que responden a los intereses antinacionales, incluyendo en ellos a sectores ultra liberales del empresariado y de las Fuerzas Armadas, a volubles dirigentes gremiales, a mercenarios de las comunicaciones y otros.
No se trata de “romper lanzas” con las Potencias Atlantistas, pero sí de tener relaciones diplomáticas y comerciales con respeto a nuestra dignidad y nuestra soberanía. En cambio, es imperativo denunciar y dejar sin vigencia los varios pactos lesivos a nuestros intereses, desde el Tratado de 1825, pasando por los Acuerdos de Madrid durante el menemato, y los recientes actos de entrega de soberanía perpetrados por el macrismo, rubricados todos con Gran Bretaña.
A la vez, implementar sólidos acuerdos estratégicos con todas las potencias que puedan respaldarnos respetando nuestra soberanía.
Complejo cuadro de situación, del cual podría escribirse mucho más.
La propia subsistencia de la Patria Argentina, está en juego.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Carlos Brillante articulo, muuuy bueno, ahora hay que ir x una Nueva Argentina, pero nueva en todo...abz 1x1_yattah
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