EÓLICAS Y SOLARES
AGREGAN PROBLEMAS A ESPAÑA
Promocionadas hasta el hartazgo en
épocas en que la plata dulce de los abultados dividendos de las de empresas
estatales y privadas latinoamericanas fluían a raudales a la Península Ibérica,
les fue fácil a los intereses creados vinculados con las usinas eólicas y
solares, lograr masivas instalaciones de esos equipos.
Bajo la pantalla de “energías
limpias” (otra burda falacia), y sin prestar mucha atención a sus altísimos
costos por KWh, España se metió de lleno en las instalaciones a escalas
masivas, de molinos eólicos y paneles solares, además de energía solar térmica.
Seguramente las persistentes y muy
ruidosas campañas de las ONGs transnacionales, con sus laderos de ONGs
españolas, presionaron fuertemente para que esas inversiones –propias españolas
algunas, extranjeras muchas- fluyeran en forma abundante y
continuada…generosamente amparadas por abundantes subsidios estatales y otras
prerrogativas especiales varias.
Los costos poco parecían importar, y
la opinión era que se reducirían rápidamente hasta ser realmente competitivos
en pocos años.
Se esgrimieron suposiciones de
rendimientos efectivos que luego nada tuvieron que ver con la realidad, lo cual
complicó aún más las ya muy ineficientes ecuaciones de costos reales. Además de
ello, las “grandes soluciones” prometidas no fueron tales, por ser tecnologías
inútiles para servir de base del sistema eléctrico, por la baja calidad y la
nula previsibilidad de esos tipos de generación.
Esos problemas técnicos de
oscilaciones de tensión, de voltaje y de armónicas, sumados a la poca
confiabilidad de sus operaciones (el viento y el sol no son variables
controlables), hicieron florecer turbinas de gas y ciclos combinados, instalados
como necesarios respaldos confiables de las impredecibles eólicas y
solares…claro está que al costo de quemar enormes cantidades de gas natural,
que España no tiene y que debe importar.
La eficiencia energética de las
usinas se calcula a partir del teórico 100 %, que sería utilizar al máximo de
su potencia las 24 horas todos los días.
Las nucleares alcanzan un alto
rendimiento, del orden del 90 %, las termoeléctricas convencionales
aproximadamente 85 %, y las hidroeléctricas de ríos de caudales constantes o
con grandes reservorios (embalses) llegan a superar el 75 %.
Para dar una idea del bajo
rendimiento real de las eólicas, en teoría producirían el 30 %, mientras que en
realidad están debajo del 20%, más cerca de un escasísimo 16 %.
Por su parte, las solares, que
obviamente no funcionan de noche ni en días lluviosos o nublados, y con
rendimientos que decrecen lejos del mediodía, tienen rendimientos
demostradamente muy bajos, con potencias unitarias (por equipo)
insignificantes. En la práctica, hasta la fecha, ninguna instalación solar del
mundo, “mueve la aguja” de sus respectivas matrices eléctricas.
El caso es que si en épocas de
bonanza, en España no fue posible trasladar a los consumidores los elevados
costos de las eólicas y solares, menos aún sería posible en estos momentos de
profunda y prolongada depresión económica.
La diferencia radica en que antes, el
presupuesto estatal español, robustecido por los iniciales beneficios de su rol
comunitario (la Unión Europea), y fortalecido adicionalmente con los enormes
beneficios que las empresas españolas extraían de la entonces inerme América
Latina, bancaba fácilmente los subsidios a las “energías renovables”; mientras
que ahora los déficits presupuestarios crecientes y sin solución (dentro de los
parámetros neoliberales), y con menguados recursos sustraídos de las filiales
españolas que aún subsisten en nuestra América Latina, sin duda resultan
intolerables los generosos y absurdos subsidios acordados a las instalaciones
eólicas y solares.
Ahora España suma nuevos problemas,
pues los recortes de los subsidios a las “renovables” (léase “renovables
amputadas” –significado obtenible en internet-), casi de seguro provocarán una
catarata de juicios de los inversores extranjeros que amparados en los
subsidios provocaron el boom de eólicas y solares; todo lo cual que sin las
muletas de las arcas oficiales, podría caer estrepitosamente en cadenas de
quiebras.
El final de eso es hoy impredecible,
pero puede suponerse que así como esos intereses creados presionaron para
montar irracionalmente los subsidios que armaron un esquema eléctrico
problemático; ahora se dedicarán a forzar al como sea los mantenimientos de
esos subsidios a las ineficiencias de solares y eólicas.
Por simple extrapolación, quedan en
descubierto los intereses corporativos, que pretenden invertir bajo riesgo cero
con utilidades aseguradas por el Estado; y que bajo las fachadas de ONGs
“ecologistas” transnacionales, y con los fogoneos de amplias coberturas
mediáticas, pretenden que Argentina cometa los mismos errores que España,
derrochando recursos financieros que no nos sobran, en promover a ultranza tecnologías
limitadas y problemáticas como esas, incapaces de funcionar como bases de
ningún sistema eléctrico, y que por lo tanto quedan atadas a las instalaciones
de más usinas movidas a petróleo y gas, hidrocarburos cada vez más costosos,
escasos, y siempre muy contaminantes.
Esos esquemas irracionales son los
que fueron propuestos por quienes propiciaron y redactaron el conjunto de
informes –de bases muy condicionadas y tergiversadas- difundidos bajo el nombre
de Escenarios Energéticos Argentina 2030.
Como en todo el mundo, necesitamos
apelar a todos los tipos de energía, pero cada uno en su justa medida. Las
solares y eólicas solo como complementos, nunca como supuestas bases de nuestra
matriz eléctrica, tal como indican sus claras limitaciones técnicas…y sus
elevados costos por KWh.
Las eólicas y solares no pueden
reemplazar a las hidroeléctricas, las nucleares y a las termoeléctricas
convencionales; solo pueden ser complementos marginales. Negar eso es negar la
realidad técnica, sea eso por supina ignorancia, por fanatismo ecolátrico, o
por defender turbios intereses megas corporativos, básicamente extranjeros.
C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Investigador de temas económicos y
geopolíticos
Ex Investigador y Docente = Facultad de
Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente –
Fac. de Ing. = UNaM
Cursada aprobada en la Maestría en
Gestión de la Energía = UNLa – CNEA
Docente de Economía – Esc. Normal 10 –
Nivel Terciario
Docente de la Diplomatura en
Geopolítica – Inst. Combate de Mbororé
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