lunes, 25 de febrero de 2013


EÓLICAS Y SOLARES AGREGAN PROBLEMAS A ESPAÑA

Promocionadas hasta el hartazgo en épocas en que la plata dulce de los abultados dividendos de las de empresas estatales y privadas latinoamericanas fluían a raudales a la Península Ibérica, les fue fácil a los intereses creados vinculados con las usinas eólicas y solares, lograr masivas instalaciones de esos equipos.

Bajo la pantalla de “energías limpias” (otra burda falacia), y sin prestar mucha atención a sus altísimos costos por KWh, España se metió de lleno en las instalaciones a escalas masivas, de molinos eólicos y paneles solares, además de energía solar térmica.

Seguramente las persistentes y muy ruidosas campañas de las ONGs transnacionales, con sus laderos de ONGs españolas, presionaron fuertemente para que esas inversiones –propias españolas algunas, extranjeras muchas- fluyeran en forma abundante y continuada…generosamente amparadas por abundantes subsidios estatales y otras prerrogativas especiales varias.

Los costos poco parecían importar, y la opinión era que se reducirían rápidamente hasta ser realmente competitivos en pocos años.

Se esgrimieron suposiciones de rendimientos efectivos que luego nada tuvieron que ver con la realidad, lo cual complicó aún más las ya muy ineficientes ecuaciones de costos reales. Además de ello, las “grandes soluciones” prometidas no fueron tales, por ser tecnologías inútiles para servir de base del sistema eléctrico, por la baja calidad y la nula previsibilidad de esos tipos de generación.

Esos problemas técnicos de oscilaciones de tensión, de voltaje y de armónicas, sumados a la poca confiabilidad de sus operaciones (el viento y el sol no son variables controlables), hicieron florecer turbinas de gas y ciclos combinados, instalados como necesarios respaldos confiables de las impredecibles eólicas y solares…claro está que al costo de quemar enormes cantidades de gas natural, que España no tiene y que debe importar.

La eficiencia energética de las usinas se calcula a partir del teórico 100 %, que sería utilizar al máximo de su potencia las 24 horas todos los días.

Las nucleares alcanzan un alto rendimiento, del orden del 90 %, las termoeléctricas convencionales aproximadamente 85 %, y las hidroeléctricas de ríos de caudales constantes o con grandes reservorios (embalses) llegan a superar el 75 %.

Para dar una idea del bajo rendimiento real de las eólicas, en teoría producirían el 30 %, mientras que en realidad están debajo del 20%, más cerca de un escasísimo 16 %.

Por su parte, las solares, que obviamente no funcionan de noche ni en días lluviosos o nublados, y con rendimientos que decrecen lejos del mediodía, tienen rendimientos demostradamente muy bajos, con potencias unitarias (por equipo) insignificantes. En la práctica, hasta la fecha, ninguna instalación solar del mundo, “mueve la aguja” de sus respectivas matrices eléctricas.

El caso es que si en épocas de bonanza, en España no fue posible trasladar a los consumidores los elevados costos de las eólicas y solares, menos aún sería posible en estos momentos de profunda y prolongada depresión económica.

La diferencia radica en que antes, el presupuesto estatal español, robustecido por los iniciales beneficios de su rol comunitario (la Unión Europea), y fortalecido adicionalmente con los enormes beneficios que las empresas españolas extraían de la entonces inerme América Latina, bancaba fácilmente los subsidios a las “energías renovables”; mientras que ahora los déficits presupuestarios crecientes y sin solución (dentro de los parámetros neoliberales), y con menguados recursos sustraídos de las filiales españolas que aún subsisten en nuestra América Latina, sin duda resultan intolerables los generosos y absurdos subsidios acordados a las instalaciones eólicas y solares.

Ahora España suma nuevos problemas, pues los recortes de los subsidios a las “renovables” (léase “renovables amputadas” –significado obtenible en internet-), casi de seguro provocarán una catarata de juicios de los inversores extranjeros que amparados en los subsidios provocaron el boom de eólicas y solares; todo lo cual que sin las muletas de las arcas oficiales, podría caer estrepitosamente en cadenas de quiebras.

El final de eso es hoy impredecible, pero puede suponerse que así como esos intereses creados presionaron para montar irracionalmente los subsidios que armaron un esquema eléctrico problemático; ahora se dedicarán a forzar al como sea los mantenimientos de esos subsidios a las ineficiencias de solares y eólicas.

Por simple extrapolación, quedan en descubierto los intereses corporativos, que pretenden invertir bajo riesgo cero con utilidades aseguradas por el Estado; y que bajo las fachadas de ONGs “ecologistas” transnacionales, y con los fogoneos de amplias coberturas mediáticas, pretenden que Argentina cometa los mismos errores que España, derrochando recursos financieros que no nos sobran, en promover a ultranza tecnologías limitadas y problemáticas como esas, incapaces de funcionar como bases de ningún sistema eléctrico, y que por lo tanto quedan atadas a las instalaciones de más usinas movidas a petróleo y gas, hidrocarburos cada vez más costosos, escasos, y siempre muy contaminantes.

Esos esquemas irracionales son los que fueron propuestos por quienes propiciaron y redactaron el conjunto de informes –de bases muy condicionadas y tergiversadas- difundidos bajo el nombre de Escenarios Energéticos Argentina 2030.

Como en todo el mundo, necesitamos apelar a todos los tipos de energía, pero cada uno en su justa medida. Las solares y eólicas solo como complementos, nunca como supuestas bases de nuestra matriz eléctrica, tal como indican sus claras limitaciones técnicas…y sus elevados costos por KWh.

Las eólicas y solares no pueden reemplazar a las hidroeléctricas, las nucleares y a las termoeléctricas convencionales; solo pueden ser complementos marginales. Negar eso es negar la realidad técnica, sea eso por supina ignorancia, por fanatismo ecolátrico, o por defender turbios intereses megas corporativos, básicamente extranjeros.

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

Investigador de temas económicos y geopolíticos

Ex Investigador y Docente = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM

Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – Fac. de Ing. = UNaM

Cursada aprobada en la Maestría en Gestión de la Energía  = UNLa – CNEA

Docente de Economía – Esc. Normal 10 – Nivel Terciario

Docente de la Diplomatura en Geopolítica – Inst. Combate de Mbororé

 

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