EL ENORME POTENCIAL HIDROELÉCTRICO DE MISIONES - A LA ESPERA DE SU
APROVECHAMIENTO COMO PALANCA DEL DESARROLLO
En las pasadas décadas del ’60, del ’70, y comienzos del ‘80, se desarrollaron
ingentes esfuerzos para planificar el correcto aprovechamiento del significativo
potencial de generación hidroeléctrica, que posee la amplia y diversificada red de
cursos de agua interiores que como silenciosa pero muy destacable riqueza,
posee esta pequeña y pujante provincia.
Misiones padeció una crónica carencia general, no solo energética, sino de
infraestructura en general, así como marginación en proyectos de desarrollo
nacionales, en buena parte a consecuencia del centralismo portuario y de la
miopía de gobiernos liberales, lo que nos marginó totalmente por largas décadas.
Un gran avance fue la construcción del Sistema Interconectado Provincial,
cuya financiación estuvo vinculada con la aprobación del crédito del BID para la
Hidroeléctrica Acaray, en Paraguay, cerca de la Triple Frontera. Como se dice en
lenguaje coloquial, “ligamos esa obra de rebote”, pues hubo que buscarle un
mercado consumidor, para los primeros años de funcionamiento de Acaray, dado
que el mercado nacional del Paraguay era muy reducido en ese momento.
Por ese acuerdo, ANDE, de Paraguay, se comprometió a suministrar a EMSA,
de Misiones, electricidad por diez años, en forma creciente los primeros cinco
años y luego decreciente. Ese acuerdo se rubricó en los años ’60. Se afirmó que
en los 10 años de vigencia del acuerdo, se podría construir una hidroeléctrica en
Misiones, cuya generación reemplazaría la proveniente de ANDE. Pero los
tecnócratas afines a la generación térmica (a base de combustibles) se
encargarían de dilatar en forma sucesiva, lo que obligó a instalar equipos
termoeléctricos y consumir ingentes cantidades de combustibles.
El primer proyecto hidroeléctrico provincial, de notable envergadura para
la reducida economía provincial de más de medio siglo atrás, fue Piray Guazú,
cerca de la desembocadura en el Paraná, después redenominado Piray Guazú 3,
pues la numeración se define por su ubicación desde el nacimiento del río hasta
la desembocadura en el Paraná.
Cabe acotar que la mayoría de los cursos de agua interiores de esta
provincia, son técnicamente ríos, pero localmente son llamados arroyos, por sus
caudales relativamente reducidos, en comparación con los grandes ríos Paraná,
Uruguay e Iguazú, que definen fronteras con Paraguay y Brasil.
Los “arroyos” de Misiones son de cortas extensiones, con nacientes en las
serranías y con trazas predominantes en el sentido este – oeste, u oeste – este.
Sus caudales dependen mucho de la pluviosidad, con notables diferencias
que marcan grandes crecientes y recurrentes sequías. Eso se acentuó al ir
perdiéndose grandes extensiones de la selva que cubría casi todo el territorio
provincial, antes del poblamiento y el desarrollo de diversas actividades.
Para que se entienda, la selva no solo facilita mayor pluviosidad, por la
evaporación normal de la masa selvática, sino que al cubrir el suelo impide la
degradación del mismo por escorrentías, y permite la absorción de las lluvias al
subsuelo, alimentando las napas que a su vez proveen agua a las numerosas
vertientes, en un circuito virtuoso que la tala desmedida y el desmonte
generalizado, en gran parte destruyeron.
La topografía provincial tiene mayor altitud media y mayores desniveles en
el norte provincial, morigerándose más allá de la mitad del territorio hacia el sur,
siendo los últimos tramos ya lindantes con Corrientes los preanuncios de las
extensas llanuras que marcan el territorio correntino. Esa es la causa por la que
los sitios naturalmente más aptos para el desarrollo hidroeléctrico se encuentran
en los dos tercios provinciales ubicados más al norte, en los cuales son numerosos
los saltos de agua, mucho más escasos en el tercio sur, definido esto con
imaginarias líneas en sentido este – oeste.
Lo precedente es el marco natural que define las ubicaciones de los diversos
proyectos hidroeléctricos, casi todos ellos estudiados y desarrollados con
presupuestos y supervisión de la provincia, siendo la hoy desaparecida Dirección
General de Electricidad de Misiones (luego redenominada Dirección General de
Construcciones Eléctricas-DGCE), el ente provincial específicamente creado y
dotado para tal tarea, el cual fue disuelto de un plumazo en 1983, lo que ocasionó
serios perjuicios al perderse muy valiosos antecedentes técnicos y no ser
reemplazado por otro ente de similares características.
La experiencia permite afirmar que es más eficiente separar la prestación
del servicio eléctrico -con todas sus urgencias-, de la planificación y ejecución de
obras a mediano y largo plazo.
Eso sucedía la coexistir el ente con poder de policía
y a cargo de obras de infraestructura eléctrica (DGCE), y la empresa prestadora
del servicio eléctrico (EMSA). Pero hubo promesas de campaña de “liquidar”
EMSA, afirmado en forma estentórea por políticos de pocos o nulos
conocimientos de Energía.
Solo para precisar, se cita que el supuesto reemplazo
de la DGCE fue un ente supuestamente controlador general del Sector Eléctrico,
llamado EDEMSE, que careció del poder real, disolviéndose al ser absorbido por
EMSA poco tiempo después de haber sido creado. Pero la desaparición de la
DGCE tuvo otras consecuencias, muy negativas.
Siete proyectos hidroeléctricos fueron estudiados por la DGCE, seis de ellos
con el respaldo de la consultora Inconas S.A., y uno de la consultora Videla Nadeo,
alcanzando todos ellos el avance a nivel de Proyecto Ejecutivo (o sea listos para
ser licitados). El único construido es el de Urugua-Í. Otro estudio, el del Garuhapé,
fue encarado por la Cooperativa de Luz y Fuerza de Libertador General San
Martín, de la localidad de Puerto Rico, a nivel de idea o anteproyecto. A eso se
agregaría el Proyecto del Túnel del Urugua-Í. estudiado por EMSA en los años ’90.
La sucesión de proyectos hidroeléctricos fue motivada por la reticencia de
la Secretaría de Energía de la Nación, que condicionaba los avales bajo el pretexto
de buscar estudios de mayor eficiencia, con lo cual se perdió valioso tiempo en el
cual al menos uno de los proyectos debió concretarse, ya en los años ’60 o
comienzos de los ’70, con lo que se habría evitado gastar en equipos
termoeléctricos, de muy onerosa generación, no solo por el costo creciente de
los combustibles y sus fletes (que lo encarecían un 35 % más, para beneficio de
transportistas camioneros), sino también por las erogaciones en repuestos y
reparaciones.
Por caso, el primer proyecto estudiado, el de Piray Guazú 3, de haberse
comenzado a comienzos de los años ’60 (cuando era un clamor generalizado de
entidades cooperativas y asociaciones económicas provinciales, solicitando su
construcción), para fines de los años ’70 habría estado no solo terminado y
generando, sino también totalmente pagado, proveyendo energía de base (libre
de intermitencias) a muy bajo costo y sin la polución de las usinas termoeléctricas.
Recién en el Plan Energético de Misiones (en el que participé), aprobado en
1980, pudo incluirse el Proyecto Hidroeléctrico Urugua-Í, obra que comenzó en
1985, siendo un logro notable, por las fuertes presiones en contra, del lobby
permanente vinculado con la termoelectricidad. Hasta hoy es la mayor obra
encarada por la provincia.
Con Urugua-Í, Misiones salió del cáncer económico que de la costosa y
contaminante generación termoeléctrica.
Al planificarse, la generación media
anual de Urugua-Í cubría el 120 % de las necesidades eléctricas provinciales. Con
33 años de eficiente funcionamiento, provee energía de base y muy económica,
al sistema provincial, siendo clave para evitar en Misiones el apagón masivo del
2019, causado por falta de mantenimiento del Sistema Interconectado Nacional.
Los proyectos desarrollados por la DGCE contaban incluso con muestras de
suelo, cuidadosamente almacenadas en cajas, además de todas las carpetas
técnicas, con planos y todo lo que conforma proyectos ejecutivos.
Todos esos valiosos antecedentes estaban guardados en la Dirección
Técnica dependiente de la DGCE, en la casona ubicada en la esquina de Alvear y
Ayacucho. Pude conocer eso, pues la Dirección de Infraestructura y Tarifas
Eléctricas, a mi cargo, funcionaba en la misma sede.
Con mucha prisa y posiblemente sin el cuidado necesario, al desaparecer la
DGCE, esos valiosos antecedentes, fueron llevados al galpón que fuera el taller de
la DGCE, junto a la Usina Sulzer, quedando en custodia de EMSA.
Según referencias de buena fuente, las carpetas y planos, fueron afectados
por filtraciones de lluvias, y por roedores. Lo que quedaba, junto con las muestras
de suelo, habría sido simplemente tirado como basura, sin cuidado alguno.
Tiempo atrás presenté nota consultando al entonces presidente de EMSA,
por esos antecedentes, recibiendo la respuesta que no existían.
Es posible que algún juego completo de dichos proyectos, haya sido
guardado por alguno de los ingenieros de la DGCE, varios de los cuales fallecieron
y otros no viven actualmente en Misiones. Sería muy bueno recuperarlos.
La Facultad de Ingeniería de la UNaM, no habría solicitado copias de esos
valiosos antecedentes técnicos, ni organizarían visitas técnicas a Urugua-Í.
Se transcriben datos esenciales de los citados proyectos, más el interesante
estudio del Túnel del Urugua-Í, desarrollado por profesionales de EMSA, al cual,
el notable experto internacional Dr. Ing. Giovanni Lombardi, estimó como
plenamente factible. Al agregar caudal, triplicará la generación media anual de
Urugua-,I, sin agregar ninguna turbina ni modificar la presa ni la propia central.
Proyecto - Costo U$S - Potencia - Energía media - Ente involucrado
Millones MW GWh-año
Piray Guazú 1 19 30 26 DGCE
Piray Guazú 2 23 90 39 DGCE
Piray Guazú 3 60 140 40 DGCE
Piray Miní 1 20 67 41 DGCE
Piray Miní 2 12 37 18 DGCE
Saltito 3 5 9 1 DGCE
Garuhapé 10 40 15 Coop. LFLGSM
Túnel del
Urugua-Í Sin datos 0 610 EMSA
Totales 149 413 180
Casi todos esos proyectos califican como de “energías renovables”, que las
leyes vigentes incluyen en el concepto a las hidroeléctricas de hasta 50 MW, con
lo cual se podría acceder a imprescindibles apoyos financieros para sus
construcciones.
No son temas menores, considerar las notables ventajas de esos proyectos
hidroeléctricos, respecto a las muy promocionadas pero problemáticas energías
“renovables sesgadas” eólicas y solares, tal como se detalla seguidamente.
• La hidroeléctrica es Energía de Base, libre de las intermitencias de las
“sesgadas”, además de lo cual su costo por kWh será muy reducido.
• Permitirán contar con valiosos reservorios de agua, muy importantes en
épocas de recurrentes sequías, pudiendo servir como fuentes de
abastecimiento de agua potable para muchas localidades de sus entornos.
• Esos reservorios de agua también podrán abastecer de agua a equipos que
combatan los incendios rurales.
• Fundamentarán la importancia de crear nuevas áreas protegidas, en las
altas cuencas de los respectivos arroyos, para recrear entornos naturales
que faciliten la acumulación de agua en las napas subterráneas.
• Serán nuevos atractivos turísticos, al constituir áreas recreativas en los
entornos de los embalses a crearse.
• Al ser obras relativamente pequeñas, podrán ser construidas por empresas
o UTEs con sede en esta provincia, con lo que el efecto multiplicador de las
construcciones, en buena parte favorecerá al tejido social y al contexto
económico provincial.
• Sus insumos en su mayor parte, pueden ser de industria argentina, a
diferencia de los paneles solares (que son chinos), y los molinos eólicos,
(que son de industria europea).
Pese al rotundo fracaso de las “renovables sesgadas” eólicas y solares en
Europa, donde por sus limitaciones técnicas no pudieron suplir a las Energías de
Base provistas por la Generación Nuclear y los hidrocarburos rusos; los
“mandatos transnacionales” impulsados por los Acuerdos de París y similares,
presionan para imponer al como sea a las poco eficientes eólicas y solares,
omitiendo fuentes de generación eficientes, confiables y no contaminantes,
como lo son las hidroeléctricas y las nucleares.
Es de esperar, que en Argentina vuelvan a primar los Intereses Nacionales,
no doblegándonos ante las presiones de los terroristas de la ecología cavernaria,
que difunden libretos dictados desde las Potencias del Bloque Atlantista.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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