INVOLUCIONISTAS DEL FEUDALISMO CAMPERO
Ya lo afirmé antes, en repetidas ocasiones. Los sectores reaccionarios, de
mentalidad feudal, clasista y por lo general cerradamente racistas; de un
conservadurismo ultra montano, son funcionales a poderes transnacionales que
tienen dos objetivos en sus acciones, y por ende en los gobiernos y sectores
políticos subordinados a ellos.
Son sectores socio políticosrecalcitrantemente obcecados, y llenos de odios
viscerales de la peor estofa contra todo lo Nacional y Popular; disponiendo de
múltiples tentáculos con los que ejercen el poder.
Los factores del poder antinacional, al cual se suman gustosos y en muchos
casos en forma nulo pensante los sectores oligárquicos mega terratenientes y sus
vinculados, a esos infames objetivos reales de involución forzosa y destrucción
impiadosa, intentan ocultarlos declamando falso patriotismo hueco de
contenido, simple patrioterismo de bandera.
Hacen sus actos públicos con profusión de banderas argentinas, y
declamando a los gritos supuesto patriotismo, mientras se regodean apoyando a
la timba financiera, la fuga alevosa de divisas, los cierres de industrias, las
paralizaciones de grandes obras públicas imprescindibles para el desarrollo (que
no les interesa lograr, pues solo miran “el campito”, las vacas, la soja u otros
cultivos), el contrabando de soja para eludir impuestos y fugar divisas, la entrega
vil de sectores y empresas nacionales estratégicas, despreciando a la vez la Salud
y la Educación Pública, todo eso entre otras “lindezas” de similar malicia y
carencia de elemental patriotismo auténtico.
Pero, sobre todo, esos oligarcas (y los clasemedieros fuera de foco que los
apoyan sin entender que con sus posturas abonan su propia miseria,), añoran
volver a “los buenos viejos tiempos” en los que los peones y asalariados eran
tratados como simples siervos de la gleba del medioevo, como entes cosificados
y desechables; o en real situación de semiesclavitud apenas malamente
disimulada.
También son entusiastas, fervorosos y agresivos apoyadores de los planteos
de la oligarquía mega terrateniente, los muy colonizados mentales milicos
proceseros y sus camadas sucesivas, quienes por los nocivos efectos de décadas
de adoctrinamiento antinacional (que parecería se sigue inculcando), son por
regla general (con pocas excepciones) incapaces de razonar que son usados como
disponible fuerza de choque para consumar la total destrucción nacional. Se
ubican en las antípodas de Señores Militares de Mentalidad Nacional, que
Argentina supo tener, entre ellos muchos destacados patriotas que
contribuyeron a la Grandeza Nacional; casi todos ellos formados antes de “la
fusiladora” del ’55 y el infame “proceso” del ’76.
Por algo el gran historiador revisionista, corajudamente en pleno “proceso”,
al fallecer el notable patriota que fue el General Guglialmelli, publicó “ha muerto
el último General de la Patria, ahora solo quedan generales de empresas”.
El objetivo de mínima de los factores del poder antinacional (al cual son
entusiastas funcionales los oligarcas camperos), es hacernos involucionar por la
fuerza, para meternos en el ajustado corsé del anacrónico e inviable feudalismo
institucionalizado, aquel vigente en el siglo XIX, posible de instalar solo en base a
los degüellos masivos ordenados por Mitre y avalados por Sarmiento y
continuadores del régimen; feudalismo cuyos últimos estertores se dieron en la
década infame de los años ’30, época en la cual el entonces vicepresidente,
“Julito” Roca, el rubricar el infame Pacto Roca – Runciman, se congratuló
expresando en su discurso a los postres del acto de firma, que “Argentina es la
joya más preciada de la corona de su Graciosa Majestad Británica”.
Ya un siglo atrás, ese miope modelo político – económico era inviable para
una Argentina de más de diez millones de habitantes, como con crudeza
insensible afirmó Federico Pinedo en la década infame, sosteniendo que se debía
mantener la relación de cuatro cabezas de ganado por cada habitante para no
pasar a ser “inviables”…y como ultra liberal y pro oligárquico, ni se le ocurrió
aumentar las cabezas de ganado, ni menos aun diversificar la economía,
volcándonos a la industrialización y el desarrollo tecnológico, para no depender
solo de las producciones primarias.
Pinedo, como “Lord” Leguizamón, Duhau y otros tecnócratas subordinados
a los dictados del Imperio Británico (después del ’45 se alinearon bajo tutela de
la potencia de turno), eran dóciles seguidores de las sutiles pero férreas directivas
emanadas del poder de su graciosa majestad, de la cual eran de hecho súbditos
sumisos. De ahí el “honor” de nombrar Lord al catamarqueño aludido, sin
prosapia de nobleza ni antepasados anglosajones, pero dócil servidor de los
dictados británicos, aun en contra de los Intereses Nacionales.
Precisamente, los feudalistas camperos, con algunos voceros pletóricos de
soberbia, amenazaron ahora que sus objetivos son involucionarnos al país –
estancia, “por las buenas o por las malas”; llegando incluso más allá en sus
soberbios y excluyentes planteos, al afirmar que “son los dueños de Argentina”,
en la cual pretenden mandar como tiránicos patrones de estancia disponiendo de
vidas y dignidades de la peonada cosificada y de todos los argentinos.
Pero claramente, el objetivo de máxima, establecido por los Centros del
Poder que maneja el Atlantismo (vinculado a la llamada Globalización Salvaje), es
hacer desaparecer a la República Argentina, provocando una implosión
balcanizadora que nos transforme en media docena (o más) de mini Estados
inviables e inmanejables, que sean títeres dóciles de esos poderes tras las
sombras.
A muchos, poco o nada informados, este objetivo perverso de disolución
nacional programada y en parte ejecutada, puede parecerles una opinión
tremendista, sin sustento o incluso delirante. Pero lo concreto, lo real (más allá
de las “posverdades múltiples” de los desinformadores de la opinión pública), es
que los indicios concretos son muchos, contundentemente evidentes.
Las evidencias que muestran las acciones para involucionar e incluso
implosionar a Argentina, se pierden dentro de la abrumadora cantidad de
informaciones falsas o irrelevantes, disponibles, con las que nos saturan desde
los medios concentrados, desde las redes sociales, y otras fuentes de
comunicaciones informales, siempre vigentes, como los chismes y opiniones
diversas propaladas por sutiles agentes diversos del caos y del desánimo general.
Esos evidentes indicios se señalan seguidamente.
• Varios países fueron brutalmente atacados, desde adentro con operaciones
de guerras híbridas, o desde afuera con operaciones semi encubiertas,
presiones financieras u otros métodos que incluyen las manipulaciones por
medio de las redes sociales; o incluso con las agresiones directas, buscando
la balcanización o la transformación en Estados inviables y totalmente
desarticulados.
• En Argentina, las operaciones de guerra psicológica para desarticularnos,
para achicarnos y endeudarnos, son de vieja data; pero se acentuaron a
partir de la “revolución neoconservadora” de Reagan – Tatcher;
imponiendo destructivas políticas neoliberales, con distintos actores “de
derechas e izquierdas” funcionales a esos objetivos. Soportamos ya casi
medio siglo (desde 1976) de gobiernos y políticas destructivas neoliberales,
con muy contadas excepciones.
• No es mera casualidad que se insista en el ultra indigenismo, que inculca un
racismo inverso, de odio al blanco y a Argentina, buscando imponer
divisiones insalvables cuyo corolario será -si no se le pone coto- la
fragmentación territorial; no siendo casual que opere desde Bristol, Gran
Bretaña, la ONG Mapuche Nation, clara herramienta del poder británico.
• El exgobernador mendocino Cornejo, vocero del neoliberalismo radical
adosado al macrismo, fogoneó e instalo la cipaya idea de “independizar” a
Mendoza y Córdoba, lo cual tuvo los apoyos de algunas embajadas
extranjeras, del cipayaje autóctono, y los silencios cómplices de casi todo el
arco político y de los pseudo patriotas de uniforme, de mentalidad
procesera.
• Las políticas intencionalmente destructivas, impuestas por la dupla Videla –
Martínez De Hoz, no fueron desarmadas por Alfonsín, y se profundizaron en
los gobiernos de Menem y De La Rúa; reinstalándose en el macrismo con
notable crudeza y bajo la cobertura del poder mediático, judicial y de los
“servicios” que operaron y operan como cobertura de los operadores del
neoliberalismo.
• La brutal deuda externa en la que nos embretaron, además de ser
herramienta clave para perpetrar la descomunal timba financiera y la fuga
de capitales, opera como poderosa herramienta para condicionar e impedir
nuestro desarrollo, con lo cual actúa como factor conducente a la disolución
nacional.
• Las soberbias imposiciones, que como mandatos de descarnado corte
neocolonial, pretende dictar EEUU, en contra de la Cuarta Central Nuclear,
y manifestando “preocupación” por las instalaciones chinas de
investigación espacial, son inadmisibles e intolerables, y como es usual
cuentan con los beneplácitos de los poderes mediáticos concentrados, del
sector político neoliberal, y de varios otros que parecen no darse por
enterados.
Pero a EEUU no le “molestan” las instalaciones militares británicas en
Malvinas, ni las instalaciones de investigación espacial que la Unión Europea
montó en Mendoza.
Doble vara usual del poder anglosajón.
Esas presiones neoimperiales no molestan, y más bien complacen, a la
retrógrada oligarquía mega terrateniente y sus múltiples tentáculos o asociados,
incluyendo entre ellos a los mega empresarios fugadores y otros de la “Unión
Industricida Argentina”.
En realidad, buscan con esas presiones, impedir iniciativas estratégicas que
favorezcan nuestro desarrollo, las que a la vez fortalecen los acuerdos
estratégicos en vigencia con China y con Rusia, los que son en sí mismos muy
importantes, y que ponen frenos a los condicionamientos que buscan imponer
desde el neocolonialista Bloque Atlantista. El mismo, cuyo brazo armado, la
OTAN, apoya la usurpación territorial de anacrónico colonialismo de Gran
Bretaña en Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, además de las claras amenazas
que desde allí se ciernen sobre la Antártida Argentina y nuestra Patagonia.
Son esos mismos Poderes Atlantistas que impiden el imprescindible rearme
de nuestras hoy escuálidas Fuerzas Armadas, poderes que claramente tienen
operadores enquistados dentro de Argentina.
En ese contexto de falso patriotismo y de desvergonzada y excluyente
prioridad de egoístas intereses personales, fue evidente como se formaron las
autodenominadas “familias patricias” o sectores de las excluyentes clases socio
económicas altas, lo que se vinculó directamente con la propiedad de
extensísimas parcelas de tierras muy fértiles, en particular predominantemente
en la feraz Pampa Húmeda, cuyos títulos de propiedad fueron otorgados por
operetas de abogados y de otros influyentes, vinculados al poder político
concentrado, el cual a partir del predominio mitrista se apoderó de los resortes
del poder, sin oposición posible en ese largo período de nuestra historia.
Es decir que, a diferencia de EEUU, que facilitó la propiedad de parcelas
reducidas para fomentar el poblamiento y evitar los latifundios(país al que toman
como modelo, pero omitiendo “detalles incómodos”, como el de distintos
regímenes de reparto de las tierras públicas), en Argentina, con prepotencia unas
pocas familias se adueñaron de extensísimas tierras, impidiendo que criollos,
pueblos preexistentes e inmigrantes, accedan a ser legítimos propietarios de
lotes rurales de tamaños lógicos; con lo que se facilitó la acentuada concentración
de tierras rurales en pocas y excluyentes familias; en buena parte herederas de
los “usurpadores legales” del siglo XIX; a los que se sumaron en las últimas
décadas los pooles de siembra y mega operadores similares.
Ese fue y es el núcleo del poder ultra conservador, que se opone al pleno
desarrollo nacional, el cual debe incluir necesariamente una más equitativa
distribución de la riqueza, lo cual puede y debe hacerse sin violencias, pero con
una fuerte intervención estatal que priorice los Intereses Nacionales por sobre
los egoísmos y cerrados grupos de poder feudal a los que nunca les interesó el
desarrollo pleno y la soberanía nacional.
Como muestra de los perniciosos efectos de la economía primarizada y la
concentración económica, se puede ver que Uruguay es expulsor crónico de
población, que en ese esquema excluyente debe emigrar forzada por la miseria y
la falta de oportunidades. Hace décadas que la población uruguaya no crece, lo
cual prueba lo dicho.
Pero en Argentina, de cosas como esas, no se habla, o se dice muy poco.
Como algunas de las medidas pendientes, para transformar ese pernicioso
estado de situación, pueden citarse los siguientes.
• Volver a poner en vigencia el ITAEA (Impuesto a las Tierras Aptas para la
Explotación Agropecuaria), la cual fue anulada presurosamente en el proceso, a
instancias del oligarca Martínez De Hoz, hombre de la Sociedad Rural.
• Aprobar con urgencia el Impuesto a la Renta Extraordinaria, como muy justa
medida para ayudar a pagar la descomunal deuda externa, la misma que los
camperos aceptaron gustosamente, con cipayo criterio de evidente nulo
patriotismo.
• Implementar expropiaciones de tierras no trabajadas por sus dueños o
parcialmente ociosas, para asignarlas a trabajadores y emprendedores
rurales, que en muchos casos deben pagar costosos arrendamientos y no se
pueden afincar definitivamente por no ser propietarios.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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