EL ESCÁNDALO GÓMEZ CENTURIÓN Y OTROS ANTECEDENTES HISTÓRICOS – LAVALLE, ESPADA SIN CABEZA, MARIONETA DE UNITARIOS LIBERALES Y POTENCIAS IMPERIALES
Ante las educadas pero disconformes opiniones que recibí, respecto a mi último artículo, referente al “affaire” de Gómez Centurión y el macrismo, y dados los pedidos de precisiones y/o respuestas que recibí de parte de los dos opinantes –el Dr. Oscar Abudara Bini y el VGM Coronel Francisco Cervo-, procedo en consecuencia, intentando ser breve y conciso; pues sería excesivamente extenso, abundoso y posiblemente poco conducente, contestar la extensa misiva del militar retirado, quien me era totalmente desconocido hasta ahora, a diferencia del citado Dr., del cual conozco algunos escritos y quien recibe habitualmente mis artículos. Escribo esto desde el respeto a ambos opinantes.
Nadie discute los sobrados méritos de Gómez Centurión, como destacado combatiente que enfrentó a los invasores británicos. Pero eso no lo convierte en “santo de devoción” ni lo exime de responsabilidades ante profundos extravíos doctrinales e insalvables contradicciones en que incurrió, al ser copartícipe y colaborador de años, del gobierno neoliberal macrista, primero en la Ciudad de Buenos Aires, y ahora en el gobierno nacional.
Se puede entender que eventualmente personas muy poco informadas, al estilo de “Doña Rosa” y “Don Pepe” ni siquiera entiendan el significado del concepto “neoliberalismo”, ni las destructivas medidas socio económicas que su vigencia implicó en Argentina entre 1976 y 2001; ni la serie de catástrofes sociales y desastres económicos, además de severas amenazas a las soberanías de los muchos países que fueron o son afectados por ese “modelo” político-económico.
Pero un experimentado Oficial del Ejército Argentino, como el Mayor Gómez Centurión; y un alto oficial como el Coronel Cerva, no pueden alegar desconocimiento de esa gruesa y estratégica realidad; incluso aunque el tema no se trate con la severidad y profundidad necesaria en los planes de estudio de colegios e instituciones militares, así como también es omitido, ninguneado o tratado superficialmente en muchas de las Facultades de Ciencias Económicas en las que los Departamentos de Economía fueron cooptados excluyentemente por personeros o serviles del neoliberalismo.
¿Pueden acaso alegar ignorancia o falta de suficiente información, como para desconocer las destructivas y ominosas consecuencias de la aplicación de las “recetas” neoliberales, que con los apoyos y las presiones del Fondo Monetario Internacional y la gran Banca transnacional, buscan primarizar las economías de los países excluidos de la élite del G 7 y algunos asociados privilegiados del mismo, destruir fuentes laborales precarizando a límites infrahumanos al trabajo, desarticular el poder efectivo de los Estados afectados, e incluso provocar sus balcanizaciones, entre otra larga cadena de males simplemente espantosos?
Suena patético que algunos pretendan justificar las serias responsabilidades de Gómez Centurión, como copartícipe del proceso de destrucción nacional que estamos soportando en este momento, amparándolo en su pretérito patriotismo en combate, y además (algunos opinantes) le agregan su pertenencia al sector “carapintada” como mérito adicional, supuestamente exculpable de su activa colaboración con el “noventismo recargado” que claramente es el gobierno macrista.
Notablemente, ambos opinantes críticos de mis reflexiones fundamentadas en el anterior artículo, omiten eso que es el punto focal del tema; y en el caso del Coronel Cerva, se pierde en lugares comunes como sus diatribas a Chávez, a Maduro, y similares, que pudo extraer de escribas del poder neoliberal, como Morales Solá, o un engatusador de la Clase Media Quejosa Crónica y comadres desocupadas, como es Lanata; omitiendo por completo el enfoque con perspectiva histórica y con validez geopolítica, que debería considerar acciones concretas de nuestro subcontinente, como lo son el Mercosur, la Unasur y la Celac; así como el rechazo al Alca; entre otras muchas acciones en las que el recordado Comandante Chávez fue actor importantísimo.
Incurre en una fuera de lugar victimización de los militares, ante un supuesto antimilitarismo de quienes somos críticos del neoliberalismo, y eventualmente de todos los que han sido y son cómplices de ese “modelo” político económico, pero somos respetuosos de las muy necesarias Instituciones Militares.
Así como no hay Nación sin Ejército, tampoco hay Ejército sin Nación, en cuyo caso se desdibujan en simples tareas policíacas, o peor aun, pueden llegar a operar como tropas de ocupación al servicio de intereses extranjeros y claramente enemigos de nuestra nacionalidad.
Pese a los esfuerzos que –entiendo con toda honestidad intelectual hace Cerva- evidencia no haberse librado del férreo anclaje en los años ’70, que deja traslucir en varios párrafos de sus opiniones. Lamentablemente, ese anclaje en perimidas realidades de cuatro o incluso cinco décadas atrás, es muy común entre los sectores de retirados que no evolucionaron del sesgado y antinacional pensamiento “procesero” (del “proceso” cívico – militar de 1976-1983), que por la fuerza de las bayonetas respaldó a personeros del neoliberalismo, como Martínez de Hoz, sus colaboradores y sucesores. Esos ”proceseros”, tan cargados de prejuicios como faltos de fundamentos, devinieron en fervorosos “proceseros de Cambiemos”, que tozudamente se niegan a razonar acerca del aluvión de medidas negativas sociales, económicas y geopolíticas (incluyendo el desprecio claro por la soberanía nacional), que día a día se implementan y se hacen más palpables, aun para los muy desinformados…menos para los que dogmáticamente no se quieren dar cuenta.
¿Acaso puede desconocerse que el repudiado D. F. Cavallo, se enorgulleció (¿¡!?) del cierre de Fabricaciones Militares expresando exultante que “Argentina nunca más debe producir armamentos”, lo cual es una aberración estratégica y económica…y ese mismo siniestro personaje apoya entusiastamente las actuales destructivas medidas económicas?
¿Es pedir demasiado que razonen que los mismos sectores que aplaudieron la defunción del magnífico Proyecto Pulqui –de avanzados aviones caza a reacción- perpetrado por la dictadura fusiladora, son los que ahora aplauden que se haya congelado y enajenado el ambicioso Plan de ARSAT, que se haya desguazado el Misil Tronador y sus instalaciones, y congelado o destruido muchos otros procesos de creación de tecnología nacional?
Solo un muy profundo proceso de colonización cultural, en el marco de las “guerras blandas” implementadas a escala planetaria, pero que han sido insidiosamente muy eficaces en Argentina para trastocar y mal orientar el pensamiento de muchos argentinos; repito, solo ese proceso de colonización cultural tan persistente, sistemático y demoledor, pudo haber causado tanto daño
en el tejido social y cultural argentino, al punto que más de un argentino se siente “liberal y nacionalista”, lo cual es un oxímoron, un imposible conceptual, pues son dos conceptos opuestos.
Confusiones e ignorancias tan groseras como esa, han motivado a muchos empresarios argentinos a “pegarse un tiro en el pie”, apoyando modelos económicos perversamente destructivos para la economía nacional, y para sus propios intereses como pequeños, medianos e incluso grandes empresarios. Desde la torpe ignorancia del pequeño bolichero, que odiaba a los beneficiarios de planes sociales (no dándose cuenta que ese dinero circulaba en Argentina y lo terminaba también como a muchos beneficiándolo), y que hoy tal vez ni se da cuenta que montos miles e incluso millones de veces superiores, son succionados por los buitres y usureros de la Banca transnacional y sus cómplices locales, que ganan fortunas sin producir nada, con la simple especulación y timba financiera. Pasando por los medianos empresarios, que irracionalmente apoyaron la vuelta del neoliberalismo, y hoy se niegan a reconocer que están apoyando la destrucción socio económica del país. Y siguiendo en grandes empresarios, como Pagani y Ratazzi (entre muchos más), cuyas cegueras mentales les impiden ver que las políticas económicas que descalifican como “populistas” (que mejor deberíamos conceptualizar como neokeynesianas), ampliaron y protegieron el mercado interno, permitiéndoles vender más golosinas y autos (en los casos señalados), y que hoy, en el destructivo marco neoliberal empobrecedor y destructivo, han jibarizado el mercado interno sometiéndolo a achicamientos que nos llevan directo a un gigantesco caos social, político y económico, cuando no a la disolución nacional.
Colonización cultural que ha sido y es perversamente insidiosa y destructiva, en los casos de las FFAA y FFSS, que han sido particularmente atacadas en su esencia doctrinal, por los personeros del liberalismo y los poderes colonialistas, en un proceso que larvadamente venía desde mucho antes (como sucedió en todos los ámbitos de Argentina), pero que adquirió caracteres excluyentes desde 1955, año en que “la fusiladora” implementó una feroz purga que excluyó a oficiales y sobre todo suboficiales, que en buena proporción estaban imbuidos de ideales y de sólidos fundamentos del Pensamiento Nacional.
Ese proceso de intenso lavaje cerebral, se acentuó con el accionar de López Aufranc (quien según testimonios verbales, hizo quemar todos los libros “inconvenientes”, de autores del Pensamiento Nacional, peronistas y revisionistas históricos) del Colegio Militar y los Institutos de Altos Estudios Militares, allá por 1962), y se profundizó inculcando odios tan viscerales como irracionales a todos los que pensáramos distinto, desde el nefasto “proceso” (1976). Ese proceso de limado de neuronas, que algunos dan en llamar “la picadora de sesos”, ha sido persistente y muy profundo, instalando el fácil mote de “zurditos”, “subversivos” y similares, a todos los que nos atrevemos a pensar distinto, y a expresarlo pública y bien fundamentadamente…aunque nunca hayamos sido nada vinculado con esos apelativos.
Muchos de los que buscamos basarnos en la Historia Nacional para comprender los procesos que nos condujeron a sucesivos desmadres, y a implementar soluciones reales, estamos a favor de volver a instalar los valores éticos del Pensamiento Nacional que priorice fundamentadamente la Defensa Nacional, tal como en los hechos sucedió a consecuencia de la Ley Riccheri; nefastamente reemplazada por la doctrina apátrida de la seguridad nacional, pergeñada por las potencias imperiales “occidentales”. Claro que esos razonamientos son demasiado profundos y totalmente incomprensibles, para mentes totalmente colonizadas y domesticadas en el liberalismo extremo.
El caso de Gómez Centurión nos puede hacer pensar en el poco conocido apelativo de “espada sin cabeza” que fue aplicado a Lavalle, quien después de ser destacado general libertador sanmartiniano; devino en maleable títere de unitarios-liberales, subordinados a las potencias imperiales agresoras, que por esos años eran Francia y Gran Bretaña. Lavalle murió en la ignominia, tapada cuidadosamente por la historiografía mitrista-liberal. Los que hoy confusamente se consideran “patriotas y liberales” están en condiciones de rectificar posturas, para lo cual hace falta mucho coraje cívico y una enorme dosis de humildad no exenta de auténtico patriotismo.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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