lunes, 3 de marzo de 2025

 ¿FUERZAS DE DEFENSA O TROPAS DE OCUPACIÓN AL SERVICIO EXTRANJERO? 
     Conceptos introductorios. 
 Los militares que demostraron clara adhesión a los patrióticos postulados del Pensamiento Nacional, merecen todo el respeto, y por cierto hubo muchos y varios de ellos muy destacados, de los cuales cabe citar al General Ingeniero Savio (siderurgia), a los Generales Ingenieros Mosconi y Baldrich (YPF), al Brigadier San Martín (complejo industrial aéreo y automotriz estatal en Córdoba), al General Ingeniero Juan Pistarini (ejecutor del vasto plan de obras de Perón), el General Pujato (gran impulsor de la soberanía argentina en la Antártida), y el listado sigue, por cierto en las antípodas de los que de hecho fueron cómplices activos o pasivos de destructivas políticas económicas y sociales liberales, o sea antinacionales. 
      No puedo dejar de citar a mis dos grandes maestros de Geopolítica, el Coronel Jorge Luis Rodríguez Zía, y el General Juan Enrique Guglialmelli, así como a los activos muy patriotas del Instituto Combate de Mbororé, el cual implementó la Diplomatura en Geopolítica, de la cual tuve el honor de ser cursante y a la vez activo disertante. 
   Este no es el típico escrito de fobia anti militar, pero tampoco es cómodamente cómplice ante actitudes prescindentes cuando no claramente antinacionales de los que cabe definir como milicos de mentes proceseras. 
   Tema complicado, conocido o intuido por muchos argentinos, tanto como obviado u ocultado o intencionalmente eludido también por muchos, que se dicen argentinos, pero son cipayos en grados superlativos, entre ellos, los vociferantes patrioteros de bandera, cuyos “patriotismos” se agotan en el himno y la bandera, y prácticamente en todo lo demás, operan como marionetas al servicio de la antipatria, subordinados gustosos del neocolonialismo del siglo XXI y de los sectores socio económicos internos más recalcitrantemente antinacionales, clasistas e incluso racistas. 
   Esos patrioteros de bandera, pasan a ser dóciles marionetas de mandantes apátridas, careciendo de todo sentido de patriotismo concreto, pues no entienden, e incluso se burlan, de toda acción de protección social, de defensa y fomento de los Entes Tecnológicos y de las Universidades Nacionales, de la industria, y no tienen ni idea de que es tener concretos objetivos geopolíticos con visión de grandeza nacional. 
   Son ignorantes en grado total, o casi total, en temas básicos que deberían conocer, en particular Geopolítica, Economía e Historia, asignaturas que dictan poco o nada, o muy sesgadas y distorsionadas desde 1955, en los institutos militares. No toman conciencia que la consigna que gritan a voz en cuello, en verdad es “subordinación y valor, para VENDER a la Patria”. Así lo hicieron y lo siguen haciendo, con muy pocas honrosas excepciones, desde hace más de medio siglo... concretamente, desde 1955. 
   Tan extenso es el período de tiempo en el que les limaron las neuronas al ras, transformándolos en cipayos asumidos, practicantes de un falso y hueco “patriotismo”, puramente declamativo. 
   Sumando confusiones, intencionalidades sesgadas, cerrazones mentales en grados muy acentuados o totales, y prejuicios muy negativos cargados de odios irracionales, todo intento de diálogo constructivo al respecto se torna muy dificultoso, cuando no directamente conflictivo, sobre todo porque quienes lo niegan se basan por lo general en viejas y acendradas falsedades conceptuales, las que a su vez abonan odios muy profundos y por lo general totalmente irreflexivos e irracionales, instalados como “pensamiento único correcto” en determinados sectores de nuestra población, en particular entre los uniformados, y entre otros sectores sociales odiadores crónicos carentes de razonamientos propios, como los oligarcas y los “proto oligarcas” (frustrados aspirantes crónicos a ser oligarcas). 
   Breve reseña histórica. 
   Basándonos en la Historia de las FFAA de Argentina, y partiendo desde la modernización ordenada por Julio Argentino Roca, en su segunda presidencia, cabe un mérito enorme al General Riccheri, con cuya fructífera y patriótica gestión, se pasó de aquel anterior esquema, que con pocas excepciones (sobre todo la de San Martin y su famoso regimiento, disuelto por Rivadavia en 1826, refundado en 1903 por J.A.Roca), se basaba poco más que en el voluntarismo, la leva obligatoria, y algunas cuantas capacidades innatas que suplían carencias formativas; dándose un punto de acentuada inflexión, con metódica formación y con equipamiento muy moderno y amplio, para esa época, desde esa reestructuración que fue mérito de Roca y Riccheri, principalmente. 
   El patriotismo, como valor principalísimo, pero en buena medida abstracto, era inculcado a los uniformados argentinos, en el contexto de la formación rígidamente prusiana, como era la caracterización de la mayoría de los ejércitos del mundo, mientras que la por entonces muy poderosa Royal Navy, del Reino Unido, era el espejo el cual se tomaba como ejemplo a seguir, por la mayoría sino todas las flotas de guerra del mundo, todo eso a principios del siglo XX. 
   Pero las fuertes influencias y presiones de los poderosos sectores oligárquicos, que desde la presidencia de Mitre en adelante, manejaban directa o indirectamente los hilos del poder en nuestro país, implícita y gustosamente subordinados a los dictados del Reino Unido, inculcaron incluso a las FFAA que el “pensamiento económico correcto” debía ser totalmente acorde a los preceptos y supuestas “leyes económicas” del liberalismo económico, tal como lo habían prescripto Adam Smith y sus sucesores, los cuales en rigor de verdad fueron operadores intelectuales al servicio de “su graciosa majestad”, y con ello, de los intereses imperiales. 
   Esas poderosas oligarquías locales, se sentían muy a gusto, en el contexto de subordinación implícita pero muy clara (en muchos casos explícita), a los mandatos del Reino Unido. Esas minorías, muy ricas, contrastaban con el contexto de estrecheces económicas, cuando no de tremenda pobreza, de las grandes mayorías de nuestra población, muy descuidada por los poderosos locales, a los que parecían importarles más las vacas que los compatriotas, en muchos casos sumidos estos en la miseria más abyecta. 
   El servicio militar obligatorio permitió tener un pantallazo general acerca de la salud y las condiciones de vida de la población. Muchos convocados a prestar servicio, tenían serios problemas de salud, y en casos muy frecuentes, las tallas y el escaso desarrollo físico, mostraban en forma fehaciente los serios problemas de alimentación y las carencias sanitarias muy acentuadas, que aquejaban a vastos sectores de nuestra población, todo lo cual fue despertando algunas conciencias acerca de la realidad nacional, muy lejos de la supuesta “grandeza del Centenario”, concepto groseramente falso que aun hoy se sigue enseñando en los institutos militares y en otros círculos ultra conservadores. 
   Incluso eso fue una de las mentiras más groseras, dichas por el actual presidente argentino, el mismo que intencionalmente está destruyendo al Estado, con él a Nuestra Patria, el mismo involucrado en impresentables y muy posiblemente dolosas maniobras con cripto monedas y temas vinculados. 
   En la prolongada serie de gobiernos que eran partes de la “oligarquía vacuna” (concepto acuñado por historiadores del revisionismo histórico) dominante por más de medio siglo, las únicas excepciones al ultra conservadurismo político y ultra liberalismo económico, de esos largos 64 años del unitarismo mitrista, parecerían haber sido los gobiernos del “Gringo” Carlos Pellegrini (creador del Banco Nación, e impulsor de cierto grado de diversificación productiva), y del “Zorro” J. A. Roca, decidido defensor de la soberanía y de la integridad territorial, además de la modernización del Estado y fuerte impulsor de la alfabetización, con su Ministro de Instrucción Pública Osvaldo Magnasco. 
   Tomar conciencia del deplorable estado de salud, a consecuencia de la miseria estructural existente, y poco después entender las limitaciones al accionar de las FFAA, ante el poder y la soberbia de las dos petroleras anglosajonas que tenían el duopolio del abastecimiento de combustibles, con lo que podían condicionar las maniobras militares, fueron las motivaciones principales que permitieron asumir Conciencia Nacional a los uniformados, comenzando a despejar las marañas de falsedades conceptuales y datos tergiversados, en los que se basa el liberalismo económico y político. 
   Después de duras luchas políticas y levantamientos populares revolucionarios, el establishment oligárquico debió admitir el voto secreto y obligatorio, en cuyo contexto Yrigoyen llegó a la presidencia en 1916, y en ese gobierno se creó YPF, primera petrolera estatal del mundo. Dos Generales e Ingenieros, de irreprochable patriotismo, Mosconi y Baldrich, fueron los que condujeron y engrandecieron a la petrolera estatal, desde su creación (1922), hasta el “golpe de Estado con olor a petróleo” (1930), en el cual con ferocidad persiguieron a ambos militares patriotas, padeciendo cárcel Baldrich, al igual que el anciano Yrigoyen. 
   Las oligarquías y las presiones de las petroleras extranjeras, parecieron instigar al ideológicamente confuso General Uriburu, a asaltar el poder, perpetrando el primero de una larga serie de similares levantamientos pretorianos contra el poder constitucional. De todos ellos, solo el de 1943, terminando con la vergonzosa década infame (1932-1943) no fue instigado ni avalado por el establishment ultra conservador. 
   En esa década infame, comenzó a hacerse patente que en las FFAA iban definiéndose dos sectores diferenciados y paulatinamente contrapuestos: los liberales, afines al establishment ultra conservador, y los “nacionales”, también con muchos oficiales indefinidos en esa puja ideológica, bajo el concepto de excluyente profesionalismo, que podrían definirse como “institucionalistas”. El General Agustín Pedro Justo, de orientación ultra liberal y por ende muy afín con el establishment apátrida ultra conservador, llegó a la presidencia en el marco de elecciones amañadas (con maniobras dolosas y violencias institucionalizadas, que los conservadores calificaron como “fraudes patrióticos”) y luego mantuvo su rol preeminente, afín a la oligarquía y permisivo con los alevosos negociados durante la década infame.
   Ya por entonces estaban definiéndose dos sectores ideológicos contrapuestos, en las FFAA: liberales, con libretos de vieja data algo reacomodados; y los Nacionales (por no decir “nacionalistas”, pues algunos comentarios maliciosos le añadían la zeta). 
   El sector Nacional de la FFAA incorporó crecientes basamentos aportados por historiadores revisionistas y otros analistas de nuestra realidad, entre ellos las descollantes figuras de Raúl Scalabrini Ortiz, y Arturo Martín Jauretche; además del accionar del perseverante y valiente accionar del grupo FORJA, núcleo de Pensadores Nacionales, con preponderante rol de esclarecimiento. También fue muy valioso el rol de los historiadores revisionistas, siendo de estricta justicia citar al gran escritor y notable polemista, el Dr. José María Rosa. 
   El disruptivo surgimiento del peronismo. 
   A partir del golpe de Estado de claro tinte nacionalista, de 1943, fue tomando preponderancia el hasta entonces ignoto Coronel Juan D. Perón, con su múltiple accionar desde sus cargos de Vicepresidente, Ministro de Guerra y titular de la Secretaría de Trabajo. Implementó diversas medidas que implicaron fuertes avances a favor de los asalariados y de los sectores menos favorecidos en general, además de impulsar la Tercera Posición en política exterior, y el desarrollo, lo cual le valió el fuerte respaldo que, en forma creciente, y desde entonces, le manifestaron los trabajadores y los hasta entonces desposeídos, en general. 
   En 1945 ya era un claro aspirante a la presidencia, para las elecciones que se avecinaban. En la campaña previa, muy por fuera del rol de diplomático, el verborrágico embajador norteamericano Spruille Braden, convocó a actos y marchas contra Perón, en los que todo el arco político conservador y otros sectores minoritarios (como el socialismo y el partido comunista), se sumaron. Eso dio lugar a la breve y contundente frase de campaña del peronismo: “Braden o Perón”. 
   Al momento de ganar Perón las elecciones, dentro de las FFAA estaban claramente diferenciados el sector de ideas liberales en lo económico y conservadores en lo político – social, y el sector nacionalista, existiendo además un tercer grupo, caracterizados por ser afines a la institucionalidad, si bien de última estos coincidían por alguno de los otros dos sectores, en particular con los conservadores.
   Los profundos cambios sociales, económicos, tecnológicos y de posicionamiento geopolítico, que realizó el peronismo, significaron una transformación general, muy bien recibida por los sectores populares (que tuvieron notables mejoras económicas y de posicionamiento social), así como de sectores nacionalistas, siendo evidente que a niveles de suboficiales de las FFAA y FFSS, era mayoritario el posicionamiento favorable a la disruptiva nueva doctrina, que significaba el peronismo. 
   También adhirieron muchos de las oficialidades, si bien en ese sector castrense perduraron los afines al establishment ultra conservador. Estos últimos, después de intentonas previas, como el levantamiento de 1952 y el cruel bombardeo a civiles en Plaza de Mayo, en 1955, tomaron el poder formal, cargados de vengatividad contra todo lo Nacional y Popular, así como buscando recrear las anacrónicas y vetustas condiciones socio económicas, de la hoy inviable Argentina semi feudal, desindustrializada y socialmente excluyente del largo medio siglo mitrista (1862-1916). 
   Desde 1955 predominaron los gobiernos de orientación liberal, o sea antinacionales en los hechos, y desde ese año se instigó en las FFAA y FFSS una serie de prejuicios, de visceral e irreflexivo odio antiperonista, además de inculcarse prejuicios con los cuales “ven” supuestos “zurdos” hasta en la sopa. 
   Desde el golpe de Estado de 1962, acorde a los mandatos semi encubiertos de la Escuela de las Américas (formateando mentes cipayas entre los uniformados), se cambiaron drásticamente las prioridades de la Defensa, priorizándose la “Defensa del Sistema”, suplantando de hecho a la Defensa de la Patria, como principio básico a sustentar. Tan profundo fue el cambio de prioridades inculcado a las FFAA y FFSS, que en los hechos, es bastante frecuente leer o escuchar desaprensivos comentarios de uniformados, que se reconocen “pro yanquis hasta la muerte”, aberración conceptual que implícitamente es apoyada incluso por algunos altos oficiales, que no se molestan por esas desatinadas expresiones, que no son corregidas ni severamente contestadas, como deberían hacerlo sinceros patriotas. 
   Al irrumpir con total violencia desaprensiva e incluso sádica, el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983), las FFAA y FFSS fueron usadas (y se prestaron gustosas a ello), a apoyar con sus bayonetas, el conjunto de medidas apátridas que implica el neoliberalismo, doctrina político – económica que nos endeudó fuerte e irracionalmente; que implementó una apertura total de nuestra economía, con lo que se atacó al Sector Industrial; se afectó seriamente el funcionamiento de los muchos Entes Estatales Tecnológicos lo que intencionalmente afectó y destruyó desde adentro a las muchas Empresas y Entes del Estado, preparando el camino para los cierres o privatizaciones a precios viles, perpetrados años después por el también neoliberal menemato y el delarruato; además de promover una brutal concentración de la riqueza, atacando principalmente a la clase media. 
   Todo ese enorme daño generalizado, fue perpetrado por personeros de intereses extranjeros, pero con el feroz respaldo de los uniformados, que no tuvieron ni aun tienen ni idea de cuanta maldad socio económica se perpetró con el aval y apoyo cargado de violencia, de las FFAA transformadas en tropas de ocupación al servicio extranjero y de las minorías apátridas locales. 
   Algunas consecuencias de 70 años de excluyentes doctrinas antinacionales. 
   El siniestro y apátrida “proceso”, al cual adhieren fervorosa e irracionalmente las mayorías de uniformados, fue ideado como continuador del también muy apátrida Proceso de Organización Nacional, período en el cual se consolidó el poder unitario y crudamente liberal del mitrismo, subordinado explícitamente al Reino Unido, en el cual se consolidó la mega oligarquía terrateniente, con exclusión de las grandes mayorías de población, y entre otras acciones muy negativas, se fogoneó la guerra de exterminio contra Paraguay (aliado histórico nuestro), cuyo desarrollo social e industrial resultaba “un mal ejemplo regional” para el Imperio Británico. 
   Como confeso continuador de ese período histórico unitario, liberal y marcadamente anti industrial, el gobierno de Videla y sus secuaces fue llamado Proceso de Reorganización Nacional. Muy pocos advierten esas nefastas continuidades históricas. 
   Evidenciando los escasos o nulos conocimientos de los uniformados, el escritor canadiense – británico Harry S. Ferns, es desconocido para la mayoría (¿o casi todos?) los milicos de mentes proceseras. 
   Ese autor dijo, claramente, que la única forma de destruir los notables avances que Argentina logró con el peronismo, sería con una guerra civil. Para ello, el sutil accionar del RU parece haber operado en ambos sectores, en todo lo acaecido y sus nefastas cargas de odios, de los deplorables hechos de violencia desatados en Argentina, principalmente en los años ’70, pero cuyas secuelas siguen lamentablemente vigentes. 
   Vinculado con lo precedente y con los casi nulos conocimientos en Geopolítica, Economía e Historia, que se imparten en los institutos de formación de militares y fuerzas de seguridad de Argentina, se inculcaron odios a todo lo Nacional y Popular. 
  Consecuencias de ello, son los apoyos masivos de los uniformados a gobiernos claramente apátridas e incluso que desprecian explícitamente a la Soberanía Nacional, no pareciendo importarles tampoco las feroces acciones anti industriales y anti tecnológicas, de los gobiernos cargados de cipayismo explícito, con los que se identifican las mayorías de casi todos los uniformados. 
   Parecería que solo les importa odiar visceralmente al peronismo y a todo lo Nacional y Popular, y suponen “ver” supuestos subversivos en todas partes. En política exterior, los milicos de mentes proceseras son fervorosos adherentes a la subordinación total al Atlantismo, y al rechazo muy irracional al crecientemente importante grupo de los BRICS, el cual apoyó los reclamos de soberanía de Argentina, entre otras acciones positivas para nuestros Intereses Nacionales.
   Preocupante realidad, expuesta claramente y sin tapujos. 
                     MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
                 Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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