CAUSAS Y ENSEÑANZAS DEL RECIENTE APAGÓN
Las distorsiones e imprecisiones poco o nada inocentes, divulgadas por
algunos medios portuarios de difusión nacional, como suele ser una constante de
“desinformación activa”, variaron desde echar culpas a la generación nuclear,
hasta presentar el incidente acaecido como un apagón masivo en todo el
territorio nacional; entre otras gruesas falsedades que aportaron a la confusión.
El tema tiene tantas aristas importantes, que se debe analizar por partes.
- Comparaciones entre apagones 2019 y 2023.
El apagón masivo de 2019, fue de una magnitud y negativa duración mucho
mayor, pues aquel abarcó a casi toda Argentina y a partes de Brasil y Uruguay,
afectando a 50 millones de personas, por casi 24 horas. En aquella ocasión,
Misiones fue una de las pocas excepciones, en buena parte gracias a la Central
Hidroeléctrica Urugua-Í, valioso sostén de la demanda eléctrica provincial.
En este reciente apagón de 2023, tanto el total de usuarios y el territorio
afectados, fueron de magnitudes sensiblemente menores al anterior.
Se estima
que afectó a menos de 20 millones de personas, solo de Argentina, y a 13
provincias más la Capital Federal (CABA), con las particularidades sectorizadas de
Sector Eléctrico; siendo solucionada la situación por partes, y en forma total en
el entorno de cuatro horas, entre las 16 y las 20 horas del 1 de marzo.
Las provincias no afectadas en este apagón, fueron todas las del Norte
Grande, excepto Tucumán y Santiago Del Estero, y las de La Patagonia al sur de
Río Negro, con las particularidades del Sistema Interconectado, que trasciende
fronteras provinciales.
- Diferentes causas de ambos apagones.
En 2019 hubo un manejo negligente e irresponsable en el mantenimiento
de las redes troncales de alta tensión, precisamente en uno de los tramos de
mayor sobrecarga del servicio, que es el que conecta Yacyretá (gran núcleo
productor) y la interconexión con Brasil, con el AMBA y aledaños (principal
núcleo consumidor del país), demorándose la necesaria reparación en el nodo
puntual de una de las torres de una de las tres líneas de alta tensión que estaba
fuera de servicio, pues transcurrieron dos meses entre la falla técnica y el apagón,
período en el que nada se hizo pese a la potencial gravedad de la falla.
Ante una
sobrecarga del servicio (para aprovechar mayor volumen de la más económica
energía hidroeléctrica), sobrevino el colapso generalizado.
No se mencionó un atentado ni maniobra intencional dolosa en el apagón
de 2019, pero sí un accionar marcadamente irresponsable por no priorizar el
mantenimiento, así como parálisis de grandes obras públicas, eso en el marco del
“festival financiero y de fuga de divisas”, única prioridad explicita de esos cuatro
nocivos años de neoliberalismo recargado entre 2015 y 2019.
En cambio, el reciente apagón del 01/03/23, según parecen indicar los datos
divulgados, apunta como causa única y excluyente, un incendio de campos,
debajo de una de las líneas troncales en las cercanías de Campana y General
Rodríguez, este último un nodo central del Sistema de Transmisión.
Todo está en etapa de investigación, pero ya se mencionó una operatoria
intencional, un atentado, entre otros elementos que serían probatorios, por la
multiplicidad de focos de incendios, todos ellos debajo o muy cerca de las líneas
de alta tensión.
Respecto a la posible causa de afectación, si bien la gran altura
de las líneas pudo neutralizar o disminuir la incidencia de las elevadas
temperaturas del incendio, las grandes cantidades de grafito en suspensión
(hollín), en el denso humo de las quemas, es la muy probable causa de variaciones
en la frecuencia eléctrica (ciclaje), lo que provocó una caída abrupta del Sistema
de Transmisión en los sitios afectados, que a su vez causó los apagones
preventivos automáticos de las principales usinas cercanas, en este caso Atucha
1 y la Central Puerto, así como sucesivamente un par más.
Dato técnico de importancia, obtenido “off the record” de muy buena
fuente, indica que el reciente apagón habría sido mayor si no se hubiese
completado recientemente una nueva terna de alta tensión, entre Yacyretá y
Resistencia. Obra estratégica omitida por el precedente gobierno, como tantas.
- Fuertes sospechas e indicios de intencionalidad.
Altamente significativos son los indicios de intencionales focos de incendio,
los que según trascendió, “casualmente” se ubicaron en varios lugares debajo de
la línea de alta tensión afectada, existiendo la “casualidad” adicional que esos
focos ígneos están ubicados en un campo propiedad de un personero del
macrismo. Y eso se suma a otros hechos (fallido atentado y otras agresiones
contra la Vicepresidenta sin investigaciones judiciales en concreto; tractorazo
reciente; agresivo freno a la acción legislativa, postergando temas muy
importantes, como la moratoria previsional y la creación de ocho nuevas
Universidades Nacionales, etc.), que buscan crear un cuadro de tensión y
descontento general.
- Frondosos antecedentes históricos de acciones violentas y desestabilizantes
de sectores oligárquicos reaccionarios de Argentina.
Para los que dicen descreer de “teorías conspirativas”, es bueno apelar a los
frondosos antecedentes de propensión a la violencia extrema, de los sectores
socio - políticos que forman el sector más reaccionario, retrógrado y excluyente,
del arco político argentino.
Un posible hecho de intencional sabotaje del Sistema Eléctrico, es un “tema
menor” si se considera el extenso listado de violentas y en muchos casos
sangrientas acciones perpetradas por los unitarios de excluyente pensamiento
portuario, y despectivo respecto a todo lo Nacional y popular.
Los unitarios del
ayer son los predecesores de los “libreempresistas ultra privatistas” de hoy.
Ese tema lo abordé in extenso en mi libro Tormentosa Argentina, y Dios
mediante, será tema de artículo separado, en mérito a la brevedad de este.
Esperemos se investigue con seriedad, pero con buena parte del Poder
Judicial que evidencia estar alineado con los “poderes fácticos” y sus actores
políticos, cabe al menos dudar de la prontitud y exactitud de las necesarias
conclusiones.
- Imprescindible Planificación Energética a Corto, Mediano y Largo Plazo.
La falta de una cuidadosa y bien fundamentada planificación, en el Sector
Energético, se suele pagar muy caro, pues ante las urgencias se termina optando
por lo posible en ese contexto, que no suele ser lo mejor ni lo más conveniente.
Las planificaciones y sus concreciones, realizadas con claro sentido de Lo
Nacional, llevaron a notables avances, como las diversas infraestructuras en
grandes hidroeléctricas, las usinas nucleares y proyectos vinculados, la
prospección geológica de nuestro extenso territorio y mar circundante para
localizar yacimientos de hidrocarburos, las refinerías, las grandes usinas térmicas,
nuestra dilatada red de interconexión en alta tensión, los avances en
biocombustibles, y otros.
En Energía, el Corto Plazo puede considerarse que se extiende al menos una
década, por los tiempos necesarios para planificar y concretar grandes usinas y
sistemas de alta y media tensión. Son necesarias Políticas de Estado que se
mantengan y perfeccionen a muy largo plazo, siempre con los ajustes que la
imprevisible realidad imponga.
Por supuesto que si se fluctúa entre gobiernos de Orientación Nacional, con
fuerte rol del Estado en este sector tan estratégico; y otros de tipo ultra privatista,
neoliberales y que llegan incluso a burlarse del concepto de Soberanía Nacional,
resulta muy claro que “la necesidad de alternancia política”, que repiten como
loros de dudosa profundidad de pensamiento, algunos cuantos subordinados a lo
“políticamente correcto” instalado por los medios concentrados al servicio de la
antipatria, esa pregonada “alternancia” solo llevará al estancamiento crónico.
Pero lo concreto es que los neoliberales y similares, “predicadores de la
alternancia”, cuando llegan al poder formal, sea por golpes de Estado militares, o
mediático – judiciales con “soportes” de “mano de obra desocupada de ‘servicios’
“; en ese contexto se olvidan de la “alternancia”, buscando abulonarse al poder.
- Necesidad de priorizar las grandes centrales hidroeléctricas y nucleares, e
invertir fuertemente en ampliar el mallado del Sistema Interconectado
Nacional.
Es inconcebible que, por presiones externas de los globalistas, con el
accionar interno de tecnócratas y de agitadores del ecologismo cavernario, varios
grandes proyectos hidroeléctricos y nucleares no solo sean postergados
largamente, sino que incluso se los margine de toda planificación o de
evaluaciones respecto al previsible accionar del Sector Eléctrico.
Tanto el Acuerdo de París, como la muy publicitada agenda 2030 de
desarrollo mundial bajo pautas (supuestamente) ecológicas, giran en torno a
imponer, casi al como sea, a las llamadas “energías renovables” eólica y solar,
mientras marginan e incluso atacan a la energía hidroeléctrica y la nuclear, bajo
amañadas concepciones pseudo ambientales.
Siendo estratégico el rol que le cupo a Yacyretá para evitar el apagón
energético del NEA, así como la importante y económica generación de esa
hidroeléctrica en el contexto nacional, y lo propio respecto a otras grandes
hidros, como las del Comahue, Salto Grande y otras, que proveen Energía de
Base, muy económica y nada contaminante; es inadmisible que varios
importantes proyectos, como Corpus, Panambí, Garabí, Paraná Medio, Chihuido
1, y otros, con todos los estudios completados, sigan en el limbo de las
indefiniciones.
La hídricamente muy rica provincia de Misiones, tiene ocho proyectos
hidroeléctricos en cursos de agua interiores, totalmente estudiados, que desde
hace décadas siguen sin ser construidos.
El Plan Nuclear, sigue postergado bajo fuertes presiones contrarias del
Bloque Atlantista (en particular EEUU), pese a contar con los ofrecidos respaldos
técnicos y financiaciones blandas de China y de Rusia, en este último caso hoy
posiblemente condicionado por la guerra abierta ya declarada o poco menos,
entre la OTAN y el gigante bicontinental.
El Sistema Argentino De Interconexión, que tuvo fuertes inversiones entre
2006 y 2015, con 5.500 kilómetros de Alta Tensión construidos, concretó
anillados largamente reclamados, pero para evitar apagones como el reciente, se
necesita una densa red tipo mallado, que disponga de alternativas para no ser
afectado por imprevistos problemas de Transmisión, sean por eventualidades
negativas o atentados para provocar caos.
Bajo las fuertes presiones del Acuerdo de París y la Agenda Global 2030, así
como de los poderosos intereses que lucran a riesgo cero, bajo la cobertura de
ventajas prebendarias costosas al Estado y potencialmente negativas para los
consumidores, se sigue insistiendo en las falsas “grandes soluciones” eólicas y
solares, que con sus altos costos, contaminaciones encubiertas, cortas vidas útiles
y sus intermitencias, nos llevarán a un muy negativo contexto de pobreza
energética, sobre todo si se las impone excediendo el limitado rol de Energía
Complementaria, para sustituir Energía de Base, para lo cual carecen de aptitudes
técnicas.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
No hay comentarios:
Publicar un comentario