ACERCA DE PERSECUCIONES POLÍTICAS – FEROZ METODOLOGÍA RECURRENTE
DE OLIGARCAS Y OTROS APÁTRIDAS, EN LA HISTORIA ARGENTINA
La Historia es la base imprescindible para analizar con los debidos
fundamentos todos los hechos cruciales que van marcando nuestra realidad.
Es el caso en lo referente a persecuciones políticas, para lo cual una breve
reseña histórica es más que ilustrativa; pero para mayores precisiones cito mi
libro Tormentosa Argentina, disponible en mi blog.
Las persecuciones perpetradas con ferocidad inaudita, siempre “justificadas
moralmente” bajo la moralina de baja estofa de voceros de menor fuste o de
personeros del establishment, han sido las herramientas de constante utilización,
por parte de los sucesivos mandamases de los sectores del unitarismo
recalcitrante y excluyente, después redenominados liberales, neoliberales y
libertarios; ahora autoasumidos como “republicanos” u otras huecas
denominaciones que pretenden tapar sus reales posturas antinacionales y
anacrónicamente feudalistas.
Recordemos que los golpistas excluyentes y oligárquicos, siempre adujeron
actuar para “defender la libertad y la democracia” … grosero oxímoron que fingen
desconocer.
Las minorías fuertemente clasistas e incluso racistas, usualmente perpetran
sus desmanes con los apoyos anteriormente de los “socialistas” pro oligárquicos
o europeístas, y desde hace décadas con el respaldo de los nulos pensantes
milicos (militares antinacionales) de mentalidad procesera (con las neuronas
obturadas por masivos procesos de colonización cultural); y en los últimos años
por variopintas “progresías”, estas últimas siempre siguiendo libretos dictados
para dividirnos, desde las potencias centrales que operan para imponer antes el
colonialismo semi encubierto, y hoy la globalización salvaje.
Esas persecuciones ocasionaron ataques al buen nombre y honor,
encarcelamientos, exilios obligados, y en muchos casos la muerte, de muchos
argentinos correctos y patriotas, que con sus acciones se pusieron claramente en
la vereda de Lo Nacional y Popular. Persecuciones perpetradas como clara
vengatividad de los personeros de la antipatria y de la egoísta y excluyente
oligarquía, cultora de un anacrónico y muy egoísta feudalismo campero, en cuyo
esquema el “patrón de estancia” pretende operar como un todopoderoso señor
feudal, como lo hicieron en el medio siglo largo mitrista y en la década infame de
los ’30 del siglo XX.
La maledicencia fue y es metodología recurrente, como lo hizo el taimado
Rivadavia contra San Martín, y muchos más que lo padecieron, entre ellos el gran
General Ingeniero Enrique Mosconi, alma mater de YPF; Juan Manuel de Rosas;
Yrigoyen; Perón y tantos más.
Fue también maledicencia la “historia al cuento”
redactada por el nefasto Bartolomé Mitre, impulsor de asesinatos masivos de
federales y del genocidio del hermano pueblo paraguayo.
Lo mismo los sibilinos
difusores de malicias a favor de “la década infame”, “la fusiladora”, “los
proceseros” y otros gobiernos antinacionales, para lo cual utilizaron a
mercenarios de la comunicación y a operadores de “los servicios” cooptados por
la antipatria.
La violencia de esas persecuciones recurrentemente perpetró asesinatos o
“muertes dudosas” (como la de Mariano Moreno en alta mar, cuando iba en
importante misión diplomática, en los albores de la Patria); en fusilamientos
instigados tras las sombras, como el perpetrado por el “espada sin cabeza”
Lavalle contra Dorrego, bajo las sibilinas presiones de los rivadavianos; los
degüellos masivos de “los coroneles de Mitre” para aniquilar a los caudillos y al
gauchaje patriota y federal, mientras el sanguinario Sarmiento instigaba y
aplaudía; ya en el siglo XX los fusilamientos de la Patagonia Rebelde para ahogar
justos reclamos elementales de pauperizados trabajadores; las fuertes
represiones en el caso de los obreros de Talleres Vasena; la feroz represión a los
reclamos de colonos criollos y gringos en la Masacre de Oberá (Misiones);
llegando a tanto el odio irracional al pueblo, que no dudaron en perpetrar
matanzas masivas, de las que incluso se jactan, como el bombardeo de Plaza de
Mayo, los fusilamientos acaecidos en José León Suárez, en la Penitenciaría
Nacional y otros lugares; y más cerca en el tiempo, las feroces represiones
jalonadas de muertes, en las puebladas que fueron consecuencia de la crisis
terminal de 2001.
Por supuesto, no se deben omitir “los años de plomo”, de las guerrillas
surgidas como oposición a los desmanes de “la fusiladora” y sus continuadores
en los años ’60, y sus previsibles acciones represivas, degenerando todo en una
casi virtual guerra civil, tal como había precisado el intelectual canadiense –
británico Harry S. Ferns, como requisito imprescindible para destrozar todos los
notables avances logrados por el peronismo.
De diversos modos, los anglosajones
echaron leña al fuego en ambos bandos en pugna, para que, en medio del
aquelarre y violencia generalizada, haya sido imposible oponerse a la instalación
forzosa del destructivo neoliberalismo…y los pocos que, sin estar en medio de la
violencia desatada, intentaron oponerse al desguace socio económico, en
muchos casos lo pagaron con sus vidas, como el Mayor (Tte. Cnel. Post Mortem)
Bernardo Alberte, el gremialista Oscar Smith, y otros.
También han sido recurrentes los encarcelamientos sin juicio previo y sin
demostración de delito alguno, como lo hicieron con el anciano presidente
Hipólito Yrigoyen; con el General Ingeniero Alonso Baldrich, colaborador de
Mosconi en la formación y desarrollo de YPF (encarcelamiento vengativo por
haber sido patriotas y no doblegarse ante las presiones de las petroleras
anglosajonas, de lo cual por poco se salvó el mismo Mosconi); con el presidente
Arturo Frondizi, por molestar al establishment por sus políticas de
autoabastecimiento petrolero y fuerte desarrollo industrial; con los muchos
presos sin causa en la feroz “revolución fusiladora”; con diversos exfuncionarios
destacados del frondizismo, tanto de nivel nacional como provinciales (menciono
respetuosamente, a mis comprovincianos el abogado y notable intelectual Julián
Francisco Freaza, que fuera alto funcionario nacional y uno de los propulsores de
la provincialización del entonces Territorio Nacional de Misiones; y el luchador
Aldo Contristano, impulsor del desarrollo provincial; ambos injustamente
encarcelados por venganza política); sin olvidar el largo presidio del patriota Dr.
Julio Carlos González, exsecretario legal y técnico de Perón y de su sucesora -
también presa política y torturada; lo mismo los aberrantes “encarcelamientos
preventivos” perpetrados en el macrismo, sin demostración de prueba ni debido
juicio previo, como se hizo con Julio De Vido, Amado Boudou, Oscar Thomas y
otros, y como todo indica es en la persecución a Milagro Sala.
En muchos casos, obligaron al exilio forzoso a destacados patriotas, como
San Martín, Rosas, Perón, el Dr. Ramón Carrillo y muchos más.
Y arrogándose potestades de exclusión a quienes puedan molestar a las
acciones y negociados de gobiernos antinacionales, esas minorías odiadoras y
apátridas tienen predilección por la aberrante figura pseudo jurídica de la
proscripción política, como lo hicieron con vengativo odio contra Perón, y ahora
quieren exhumar el mismo cargo contra CFK, con la misma carga de odio y
enfermizo resentimiento nada inocente.
Claro está que así como antes, las descaradas presiones sobre el pretendido
“patio trasero” de anglosajones y europeos occidentales, operaban usando a los
uniformados previamente “ablandados” mediante severos adoctrinamientos
antinacionales, (que dejaron de lado la soberanía para entronizar “la defensa del
sistema“); en golpes de Estado cargados de violencias explícitas (justificadas
“para defender al “mundo libre, occidental y cristiano) -que no es ni libre, ni
occidental ni menos cristiano-; en los últimos años perfeccionaron el algo más
sutil intervencionismo mediante la guerra judicial (lawfare), en operativos
conjuntos de “servicios” colonizados, poderosos conglomerados
comunicacionales, políticos de probada ideología cipaya (antinacional), y sectores
influyentes del Poder Judicial cooptados y totalmente alineados con los grupos
de poder oligárquicos y apátridas, a su vez subordinados a los mandatos de
centros de poder transnacional.
Así como lograron proscribir a Perón por largos 18 años, ahora buscan
proscribir de por vida a Cristina Fernández de Kirchner, e incluso acarician la idea
de un magnicidio, de la hoy por hoy más clara heredera y continuadora de la
Doctrina Nacional del Justicialismo.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
No hay comentarios:
Publicar un comentario