LAS EÓLICAS Y SOLARES NO SON ENERGIAS LIMPIAS
Entre las muchas falsedades difundidas masivamente por los poderosos
intereses creados, que promocionan a ultranza las usinas eólicas y solares, se
repite cuan mantra pretendidamente indiscutible que son “energías limpias”, lo
cual es una aberrante y maliciosa afirmación.
Claramente, no son “limpias”, pero para presentarlas así, solo consideran el
mero proceso de generación eléctrica, dejando de lado todos los muchos y
considerables costos ambientales pre y post generación, lo cual es técnicamente
por lo menos un grueso error, sino una evidente maniobra de ocultamiento, de
maquillaje para tapar lo impresentable que tira por tierra la imagen
supuestamente impoluta que, sin inocencia alguna, sus promotores instalaron.
Analicemos:
• Las superficies afectadas por las propias centrales “renovables sesgadas”,
en función de sus muy bajos rendimientos, medidos en energía generada,
las solares en particular, no resisten ninguna comparación con otras
tecnologías de generación eléctrica, como las hidros, nucleares y las
termoeléctricas. Ese dato, contundente en sí mismo, puede no ser relevante
en zonas desérticas o poco habitadas, como La Puna y diversos puntos
cordilleranos, pero es esencial en provincias con relativa alta densidad
demográfica y con tierras escasas y costosas, por ejemplo en Misiones.
• También las eólicas ocupan mucho espacio, que pasa a ser
desproporcionado, pues no solo debe computarse el de cada molino, sino
también las amplias zonas circundantes, que, por seguridad, quedan
excluidas de toda actividad humana, incluyendo en ello viviendas y áreas de
esparcimiento, la agricultura y la ganadería. Esas áreas vedadas son
considerables, y varían según las legislaciones de cada país, llegando a
superficies de algunos cientos de metros a la redonda, en torno a cada torre.
En los casos de parques eólicos, las superficies vedadas llegan a ser muy
extensas. Esa superficie vedada tiene un doble motivo: los ruidos molestos
de las aspas girando; y los desprendimientos de partes (y de hielo en áreas
frías), los cuales pasan a ser proyectiles que pueden impactar a personas,
animales y cultivos.
• Las superficies afectadas a eólicas y solares, también sufren serios impactos
ambientales. Las eólicas necesitan enormes plataformas de cemento
armado, las que quedan más allá de las cortas vidas útiles, pasando a ser
áreas desérticas casi a perpetuidad. Y los parques solares, supuestamente
tan “ecológicos”, ocupan proporcionalmente grandes extensiones, que
quedan vedadas quitando espacios verdes, incluso en sus entornos, pues
las sombras de árboles cercanos afectarían sus ya pobres desempeños, por
lo que deben ser mutilados o directamente eliminados.
• Una muletilla habitual, es repetir como mantra que “el sol y el viento son
gratis y usándolos no se contamina”. Por cierto, que las generaciones eólica
y solar no son “gratis”, siendo en realidad muy costosas por kWh. Pero en
lo ambiental, amañadamente, sus promotores solo consideran
aisladamente el propio proceso de generación de energía, sacando de la
ecuación ambiental a todos los muchos y elevados costos ambientales que
son consecuencias de esas generaciones falsamente limpias. Todo el
proceso de fabricación, transporte, instalación, mantenimiento y desguace
final, tiene una larga y abultada “huella de carbono”, que esos procesos
causan. Y además, el desguace o disposición final, tiene otros elevados
costos ambientales, que los ultra ecologistas y otros promotores de las
“renovables sesgadas”, omiten; sea por ignorancia, o por cómplice
ocultamiento.
• La disposición final de las abultadas chatarras de muy difícil manejo, en que
se convierten las eólicas, al término de sus relativamente cortas vidas útiles,
es un serio problema, tanto desde lo estrictamente ambiental, como en lo
económico. De por sí, desarmar las voluminosas torres eólicas, con sus
gigantescas aspas y otros componentes, es un proceso muy complejo, con
costos ambientales en el proceso mismo de desguace, pero también en lo
que hace a la disposición final de los componentes. Las partes mecánicas,
embebidas en lubricantes y otros componentes tóxicos, terminan en
basurales o chatarreros al aire libre, en los cuales el viento y las lluvias
vuelcan esos componentes tóxicos, pasando a contaminar la tierra y las
aguas de lluvias y de escurrimiento subterráneo. Y las gigantescas aspas,
difíciles de ser desguazadas para sus improbables reutilizaciones como
materias primas para otros procesos industriales, suelen terminar tiradas
en los entornos de sus emplazamientos, como voluminosas basuras y
refugios de alimañas. Eso provocó problemas y quejas en España, lo cual fue
tratado con sordina, seguramente por “presiones” de los grupos de poder
económico que lucran con las promociones a ultranza de las eólicas.
• Las chatarras en que se convierten los paneles solares, son también un
problema de complejo tratamiento, que parece no ser tenido en cuenta,
pese a los elevados riesgos ambientales que pueden ocasionar. Los paneles
tienen, entre sus componentes, tierras raras, algunas de las cuales son
fuertemente tóxicas para el ser humano. Si no se tratan con sumo cuidado
(lo cual no se suele hacer, pues es costoso), esas tierras raras, algunas
radioactivas, terminan siendo nocivas en el entorno. Lo propio habría que
hacer con los vidrios y otras partes en contacto con esas tierras raras. Los
propios vidrios, muchas veces se rompen, y por “simplicidad operativa” los
filosos pedazos pueden terminar diseminados en el entorno. ¡Son costos
ambientales encubiertos!
• El mantenimiento de eólicas y solares, también es fuente potencial y
prácticamente certera, de serios costos ambientales, así como de serios
accidentes humanos y otros problemas, que nunca computan los
promotores a ultranza de esas generadoras; y que casi todos los
comunicadores sociales y otros responsables públicos (como los
legisladores que aprueban esas instalaciones, desconocen, o no les dan las
debidas importancias). Por caso, las reparaciones de los elementos
mecánicos de las eólicas, se deben hacer a grandes alturas, lo cual es fuente
potencial de graves accidentes, y las piezas desechadas, contaminadas con
lubricantes y otros elementos, suelen terminar tiradas por error o
desaprensión, en sus entornos.
• Un tema esencial, especialmente ocultado por los que pretenden
imponernos al como sea las dudosas “grandes soluciones” de eólicas y
solares, es lo vinculado con sus insalvables intermitencias (o sea que se
“prenden y apagan” o varían abruptamente el voltaje, según el sol y los
vientos cambian), lo que tiene varias consecuencias negativas. Esas
intermitencias hacen a esas energías solo aptas como meros
Complementos, y nunca como energías de Base, lo cual limita mucho sus
reales potencialidades. Pero además, para estabilizar las energías que
producen eólicas y solares, evitando bruscas alteraciones en el voltaje, y
para tapar sus abruptas salidas de servicio, necesitan contar con el respaldo
(en caliente, o sea funcionando), de una Central de Base, generalmente
turbinas de gas o ciclos combinados, los cuales consumen petróleo o gas, o
sea contaminan. Con lógica técnica, esa contaminación debe ser computada
y achacada a las “renovables sesgadas” eólicas y solares, pues se vinculan a
las mismas. Pero, contra toda lógica técnica, los tecnócratas y periodistas
promotores de estas poco eficientes usinas, omiten ese cómputo de costos
ambientales que deben ser atribuidos a las falsamente limpias “energías
renovables sesgadas”.
El tema no se agota, pero en mérito a la brevedad, acotemos el listado de
costos ambientales de las nada limpias energías eólica y solar.
Caben sí, tres observaciones.
1 – La severísima crisis energética europea, demuestra la total inutilidad de
eólicas y solares para sustituir a las energías de base. Por eso no pueden suplir las
muy acentuadas carencias en los suministros de gas y de petróleo, insumos de
Usinas de Base de tipo termoeléctrico. En particular, Alemania está pagando muy
cara su irracional adhesión a los postulados de tipo talibánico de los “verdes
ultras”, que vociferaron poder reemplazar a las canceladas Usinas de Base
nucleares con los “ventiladores” eólicos y los “espejitos de colores” solares.
2 – Es muy evidente que el Acuerdo de Paris, que pretende obligar a instalaciones
masivas y compulsivas de eólicas y solares (que hoy, ante la severísima crisis, los
europeos -para ellos- dejan de lado, pasando a considerar “ambientalmente
positivas” al gas natural y a la energía nuclear), es otra maniobra del
neocolonialismo del siglo XXI, para obligarnos a los subdesarrollados a aceptar
costosas y muy poco eficientes inversiones en eólicas y solares, lo cual tendrá
efectos a varias puntas: por una parte, seguir con el negocio de ventas de esos
equipos, en parte a ser provistos por los europeos y sus socios Atlantistas; y por
otra, atarnos al subdesarrollo crónico, con el salvavidas de plomo de energías
muy caras y muy poco eficientes, provocando caos en nuestras matrices
eléctricas.
3 – En Argentina, urge anular las leyes de promoción a ultranza de las “renovables
sesgadas” (son sesgadas, pues omiten del concepto de renovables a las
hidroeléctricas de más de 60 MW), y con esa anulación terminar con las costosas
prebendas de subsidios, despacho de energías “renovables” privilegiadas sin
importar el costo, y otras ventajas abusivas, con las que se disimulan los muy altos
costos reales de esas energías. Prebendarias ventajas incompatibles con la
necesaria cuidadosa administración de los escasos recursos de nuestro Estado
Nacional.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Yo habría empezado con lo del respaldo caliente de las intermitentes, porque en el fondo, es lo relevante, al menos aquí en Argentina. Cuánto respaldo caliente se les da y con qué tipo de máquina suele ser una decisión de cada país, pero sé que en España -lo que puede Iberdrola, ¿no?- el respaldo caliente para eólica llega al 100% de la capacidad eólica instalada. Lo que significa que un parque eólico de 100 MW tiene una central de ciclos combinados de gas de potencia equivalente prendida al cuente, quemando gas y contaminando 24x7, y son muy pocas las horas diarias en que la central térmica fabrica electricidad real. No cierra con ninguna contabilidad, y menos que menos en la Europa actual, a punto de quedarse sin gas ruso. O siendo realistas, con muy poco gas ruso, y muy caro.
ResponderEliminarDaniel,1.te referís no a la reserva rotante (por estabilidad de frecuencia) sino a la capacidad disponible de fuentes despachables para compensar la variabilidad de eolica y solar,verdad? No se puede asignar a cada fuente de ER variable,100% en el comentario, ya que es propiedad emergente del sistema.2.Que es fabricar " electricidad real"?
ResponderEliminarPregunto a Daniel si el "respaldo caliente" se refiere a la sin cronicidad,ya que los convertidores como los de las fuentes eolica y solar no lo proveen.Entiendo que el se refiere a la potencia entregada por el parque térmico.
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