MISIONES RETROCEDE A LA CARA Y CONTAMINANTE GENERACIÓN A PETRÓLEO
Desde hace pocos meses se viene anunciando como “una gran solución” la instalación de paneles solares en esta provincia.
Como contundente prueba de lo inútiles de los “espejitos de colores” (los paneles solares), para cubrir adecuadamente los previsiblemente importantes y acentuadamente crecientes requerimientos de energía eléctrica de esta provincia, se anunció con muy bajo perfil, la instalación de una usina termoeléctrica en San Pedro, en el noreste provincial, cerca de Bernardo de Yrigoyen.
Trascendió que esa usina, catalogada como “precaria” (¿acaso se invierten fondos importantes solo en forma precaria?), inicialmente tendrá 7 MW pero planificada hasta 12 MW. Es decir que será más grande que la ya desmontada, que estuvo instalada en Posadas en los años ’60, por entonces llamada pomposamente “Super Usina Sulzer”. O sea que volvemos a la costosa y contaminante generación termoeléctrica.
Es importante tener presentes los nocivos efectos que tuvo en Misiones la dependencia que padecimos por décadas, de la muy cara y muy contaminante generación eléctrica en base a hidrocarburos. Es historia provincial que pocos recuerdan, pues lamentablemente se ignora o peor aun, se la tapa con tergiversaciones, o “mirando para otro lado”. Es bueno enfatizar que los pueblos que ignoran su historia están en peligro de repetir errores, en muchos casos a muy altos costos humanos, económicos y estratégicos.
Ese cuadro de pobreza energética extrema, lo padecimos sin solución real hasta que al ponerse en marcha la Hidroeléctrica Urugua-Í se pudo romper la dependencia extrema de energía producida en base a quemar petróleo, perfeccionándose el abastecimiento con energía hidroeléctrica, al interconectarnos con Yacyretá.
Pero la demanda crece mucho (es necesario conocer la historia energética), y es imprescindible planificar a largo plazo. La demanda provincial de energía se duplica cada década, y eso parece no ser tenido en cuenta, en absoluto.
Esa demanda energética, debe ser cubierta con energía de calidad, apta como base del sistema eléctrico…¡y para eso, las “renovables” eólicas y solares, son totalmente inútiles, pues son intermitentes!
Reiteradamente y con bien basados fundamentos, expuse que las mal llamadas “energías renovables” son muy limitadas técnicamente, de reales altos costos de la energía, y que no representan ninguna solución efectiva y de fondo, a las previsibles muy crecientes necesidades energéticas de esta provincia y de Argentina toda.
Sus promotores, contando con los respaldos de varios medios de comunicación “especializados” (léase al servicio de esos intereses sectoriales), ocultan muy bien o a lo sumo apenas mencionan, las múltiples ventajas groseramente prebendarias en las que se basa no solo la expansión sino incluso la propia subsistencia, de las poco competitivas y muy precarias generaciones eólica y solar.
Las leyes que las “regulan” (léase, promueven desmesuradamente), parten de la aberración técnica de excluir del concepto de “renovables” a las hidroeléctricas de más de 50 MW. O sea, de un plumazo sin sustento técnico alguno, excluyeron caprichosamente a una tecnología que a los promotores a ultranza (y al como sea) de eólicas y solares, les resulta imposible de competir, tanto en la calidad de la generación, como en costos reales por kWh y en vida útil de cada tipo de usina.
Pero además, ocultan que para imponer capciosa y amañadamente a las ineficientes energías eólica y solar, montaron un abigarrado conjunto de ventajas claramente abusivas, que implican costos abusivos que termina pagando el país en forma directa o indirecta, aumentando costos internos y haciendo menos competitiva a nuestra economía.
Entre esas imposiciones, cabe mencionar: 1) tarifas dolarizadas, 2) tarifas indexadas, 3) prioridad absoluta para vender esas energías (eólica y solar), sin importar que sean más caras que otras disponibles. Además, las ventajas prebendarias, que las paga toda la economía nacional (solo para tener un poco de energía de muy baja calidad, por sus intermitencias), como exenciones impositivas o diferimientos; financiación en condiciones especiales; imposiciones que nos vienen desde los centros de poder, por las que “se debe” priorizar esas energías al como sea; etc.
Volviendo al caso concreto de Misiones, era totalmente previsible que la política de apostar a “la solución de la energía solar”, terminara en realidad abriendo el camino para retroceder hacia la muy contaminante y muy cara energía termoeléctrica, como ya está sucediendo.
Por diversos factores, entre ellos los muy negativos cuatro años del neoliberalismo macrista, se perdió tiempo, lo cual es perjudicial en todo lo económico, pero muy negativo y difícil de recuperar, en el estratégico sector energético, el cual requiere planificaciones bien concebidas a largo plazo, y de mínima a una década.
Son de vieja data las limitaciones del servicio eléctrico en el nordeste misionero, centrado eso en el eje San Pedro Irigoyen y toda el área circundante.
Se sabe que completar el anillado que permita recibir energía tanto desde el sur (en el eje Oberá – Irigoyen), como en la traza este – oeste (en el eje Eldorado Irigoyen, u otro paralelo), es una vieja aspiración para la buena evolución del Sector Eléctrico de Misiones. Y no se concretó por los costos, sumado a eso posiblemente por no darle la prioridad necesaria.
Pero además, o incluso como prioridad que se dejó de lado, se debe aumentar la capacidad de generación disponible en esta provincia. Y la gran riqueza muy poco utilizada en nuestra provincia, que se desperdicia hora a hora, es nuestro enorme potencial hidroeléctrico, el cual cuando se concrete, nos proveerá enormes cantidades de energía limpia, muy económica y de muy buena calidad, pues es apta técnicamente como energía de base.
Se debe reiterar que existen ocho proyectos hidroeléctricos totalmente terminados, en los que en su momento invirtió nuestra provincia, y de los cuales posiblemente no se sepa ni siquiera donde quedaron esos valiosísimos antecedentes técnicos, pues con la desaparición de la Dirección General de Construcciones Eléctricas, no existirían registros de donde fueron a parar, lo cual es muy lamentable. Y los “archivos vivientes” (los profesionales que de algún modo tuvieron alguna relación con esos proyectos), tienen “fecha de vencimiento”, y no parece consultárseles, dándose la debida importancia a esos valiosos aportes que pueden perderse para siempre.
Con uno solo de esos ocho proyectos, no se necesitaría montar una “usina precaria”, de altos costos por kWh y con nociva huella de carbono.
Notablemente, ninguno de los usualmente muy activos militantes del ultra ecologismo provincial, se manifestó en contra del montaje de una nueva y muy contaminante usina quemadora de petróleo, con extensa y nociva huella de carbono, pues el combustible requerirá 2.400 kilómetros de costoso y contaminante flete carretero, pues será transportado por camiones. Parece que solo son activos militantes anti represas, o sea militantes de hecho a favor de la energía termoeléctrica, como lo demuestran los hechos.
Uno solo de los ocho proyectos hidroeléctricos ya estudiados, en cursos de agua interiores, de concretarse, reemplazará exitosamente a la nueva termoeléctrica en proceso de instalación, pues producirá energía limpia y realmente renovable; económica y que incluso permitiría contar con reservorios adicionales de agua (que tan útiles serían en un contexto de bajante extrema de los grandes ríos).
Por supuesto, si a mediano plazo se concreta un gran proyecto, como Corpus, nos posicionará a los misioneros como grandes productores de energía hidroeléctrica, lo cual será sin duda un gran respaldo para el acentuado desarrollo socio económica que Misiones y Argentina necesitan.
Vencer los prejuicios de terrorismo ecolátrico instalados por los poderosos intereses vinculados con la generación termoeléctrica, requiere de mucho coraje cívico. ¡Pero bien vale el esfuerzo, para darle un mejor futuro a las generaciones venideras!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Desde hace pocos meses se viene anunciando como “una gran solución” la instalación de paneles solares en esta provincia.
Como contundente prueba de lo inútiles de los “espejitos de colores” (los paneles solares), para cubrir adecuadamente los previsiblemente importantes y acentuadamente crecientes requerimientos de energía eléctrica de esta provincia, se anunció con muy bajo perfil, la instalación de una usina termoeléctrica en San Pedro, en el noreste provincial, cerca de Bernardo de Yrigoyen.
Trascendió que esa usina, catalogada como “precaria” (¿acaso se invierten fondos importantes solo en forma precaria?), inicialmente tendrá 7 MW pero planificada hasta 12 MW. Es decir que será más grande que la ya desmontada, que estuvo instalada en Posadas en los años ’60, por entonces llamada pomposamente “Super Usina Sulzer”. O sea que volvemos a la costosa y contaminante generación termoeléctrica.
Es importante tener presentes los nocivos efectos que tuvo en Misiones la dependencia que padecimos por décadas, de la muy cara y muy contaminante generación eléctrica en base a hidrocarburos. Es historia provincial que pocos recuerdan, pues lamentablemente se ignora o peor aun, se la tapa con tergiversaciones, o “mirando para otro lado”. Es bueno enfatizar que los pueblos que ignoran su historia están en peligro de repetir errores, en muchos casos a muy altos costos humanos, económicos y estratégicos.
Ese cuadro de pobreza energética extrema, lo padecimos sin solución real hasta que al ponerse en marcha la Hidroeléctrica Urugua-Í se pudo romper la dependencia extrema de energía producida en base a quemar petróleo, perfeccionándose el abastecimiento con energía hidroeléctrica, al interconectarnos con Yacyretá.
Pero la demanda crece mucho (es necesario conocer la historia energética), y es imprescindible planificar a largo plazo. La demanda provincial de energía se duplica cada década, y eso parece no ser tenido en cuenta, en absoluto.
Esa demanda energética, debe ser cubierta con energía de calidad, apta como base del sistema eléctrico…¡y para eso, las “renovables” eólicas y solares, son totalmente inútiles, pues son intermitentes!
Reiteradamente y con bien basados fundamentos, expuse que las mal llamadas “energías renovables” son muy limitadas técnicamente, de reales altos costos de la energía, y que no representan ninguna solución efectiva y de fondo, a las previsibles muy crecientes necesidades energéticas de esta provincia y de Argentina toda.
Sus promotores, contando con los respaldos de varios medios de comunicación “especializados” (léase al servicio de esos intereses sectoriales), ocultan muy bien o a lo sumo apenas mencionan, las múltiples ventajas groseramente prebendarias en las que se basa no solo la expansión sino incluso la propia subsistencia, de las poco competitivas y muy precarias generaciones eólica y solar.
Las leyes que las “regulan” (léase, promueven desmesuradamente), parten de la aberración técnica de excluir del concepto de “renovables” a las hidroeléctricas de más de 50 MW. O sea, de un plumazo sin sustento técnico alguno, excluyeron caprichosamente a una tecnología que a los promotores a ultranza (y al como sea) de eólicas y solares, les resulta imposible de competir, tanto en la calidad de la generación, como en costos reales por kWh y en vida útil de cada tipo de usina.
Pero además, ocultan que para imponer capciosa y amañadamente a las ineficientes energías eólica y solar, montaron un abigarrado conjunto de ventajas claramente abusivas, que implican costos abusivos que termina pagando el país en forma directa o indirecta, aumentando costos internos y haciendo menos competitiva a nuestra economía.
Entre esas imposiciones, cabe mencionar: 1) tarifas dolarizadas, 2) tarifas indexadas, 3) prioridad absoluta para vender esas energías (eólica y solar), sin importar que sean más caras que otras disponibles. Además, las ventajas prebendarias, que las paga toda la economía nacional (solo para tener un poco de energía de muy baja calidad, por sus intermitencias), como exenciones impositivas o diferimientos; financiación en condiciones especiales; imposiciones que nos vienen desde los centros de poder, por las que “se debe” priorizar esas energías al como sea; etc.
Volviendo al caso concreto de Misiones, era totalmente previsible que la política de apostar a “la solución de la energía solar”, terminara en realidad abriendo el camino para retroceder hacia la muy contaminante y muy cara energía termoeléctrica, como ya está sucediendo.
Por diversos factores, entre ellos los muy negativos cuatro años del neoliberalismo macrista, se perdió tiempo, lo cual es perjudicial en todo lo económico, pero muy negativo y difícil de recuperar, en el estratégico sector energético, el cual requiere planificaciones bien concebidas a largo plazo, y de mínima a una década.
Son de vieja data las limitaciones del servicio eléctrico en el nordeste misionero, centrado eso en el eje San Pedro Irigoyen y toda el área circundante.
Se sabe que completar el anillado que permita recibir energía tanto desde el sur (en el eje Oberá – Irigoyen), como en la traza este – oeste (en el eje Eldorado Irigoyen, u otro paralelo), es una vieja aspiración para la buena evolución del Sector Eléctrico de Misiones. Y no se concretó por los costos, sumado a eso posiblemente por no darle la prioridad necesaria.
Pero además, o incluso como prioridad que se dejó de lado, se debe aumentar la capacidad de generación disponible en esta provincia. Y la gran riqueza muy poco utilizada en nuestra provincia, que se desperdicia hora a hora, es nuestro enorme potencial hidroeléctrico, el cual cuando se concrete, nos proveerá enormes cantidades de energía limpia, muy económica y de muy buena calidad, pues es apta técnicamente como energía de base.
Se debe reiterar que existen ocho proyectos hidroeléctricos totalmente terminados, en los que en su momento invirtió nuestra provincia, y de los cuales posiblemente no se sepa ni siquiera donde quedaron esos valiosísimos antecedentes técnicos, pues con la desaparición de la Dirección General de Construcciones Eléctricas, no existirían registros de donde fueron a parar, lo cual es muy lamentable. Y los “archivos vivientes” (los profesionales que de algún modo tuvieron alguna relación con esos proyectos), tienen “fecha de vencimiento”, y no parece consultárseles, dándose la debida importancia a esos valiosos aportes que pueden perderse para siempre.
Con uno solo de esos ocho proyectos, no se necesitaría montar una “usina precaria”, de altos costos por kWh y con nociva huella de carbono.
Notablemente, ninguno de los usualmente muy activos militantes del ultra ecologismo provincial, se manifestó en contra del montaje de una nueva y muy contaminante usina quemadora de petróleo, con extensa y nociva huella de carbono, pues el combustible requerirá 2.400 kilómetros de costoso y contaminante flete carretero, pues será transportado por camiones. Parece que solo son activos militantes anti represas, o sea militantes de hecho a favor de la energía termoeléctrica, como lo demuestran los hechos.
Uno solo de los ocho proyectos hidroeléctricos ya estudiados, en cursos de agua interiores, de concretarse, reemplazará exitosamente a la nueva termoeléctrica en proceso de instalación, pues producirá energía limpia y realmente renovable; económica y que incluso permitiría contar con reservorios adicionales de agua (que tan útiles serían en un contexto de bajante extrema de los grandes ríos).
Por supuesto, si a mediano plazo se concreta un gran proyecto, como Corpus, nos posicionará a los misioneros como grandes productores de energía hidroeléctrica, lo cual será sin duda un gran respaldo para el acentuado desarrollo socio económica que Misiones y Argentina necesitan.
Vencer los prejuicios de terrorismo ecolátrico instalados por los poderosos intereses vinculados con la generación termoeléctrica, requiere de mucho coraje cívico. ¡Pero bien vale el esfuerzo, para darle un mejor futuro a las generaciones venideras!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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