QUE EL AMBIENTALISMO NO SEA LA EXCUSA PARA IMPONER EL SUBDESARROLLO
Simpático y de tono “muy amiguero y entrador” un reciente artículo referente a “educación ambiental”, rubricado por Malena Mazal, en Economis.
Sin duda, el sano ambientalismo, es una filosofía de acción elogiable y muy positiva. Pero su aplicación y exaltación sesgada y/o como excusa para dejar de lado toda idea de desarrollo socio económico, tiene connotaciones marcadamente negativas.
Un análisis del artículo permite ver el sesgo muy “ambientalista” –a la usanza en boga- del mismo, y la ausencia total de concepto alguno referido al desarrollo socio económico, lo cual es en extremo preocupante, habida cuenta de las persistentes, muy sutiles y muy negativas acciones que realizan las usinas comunicacionales manejadas por los poderes globalizantes, para imponer el subdesarrollo crónico y hacerlo “aceptable y deseable” por parte de formadores de opinión y otros líderes sociales.
Las muy activas ONGs transnacionales –principalmente británicas- de corte ultra ecológico, tienen una operatoria que por lo “exitosa” pasa a ser recurrente, la que puede resumirse en algunos hitos que caracterizan su accionar.
Utilizan al terrorismo mediático, con profusión de argumentos y pretendidos escenarios tremendistas, salpimentados con frases y conceptos pegadizos, que se instalan con facilidad en personas no informadas y/o de muy sencilla y crédula mentalidad. Ese terrorismo lo utilizan para demonizar toda minería, a las energías hidroeléctrica y nuclear, y en general para oponerse a toda actividad que induzca al desarrollo.
En forma machacona, presentando hechos con dudosa o nula objetividad, “condenan” ciertas actividades e ideas, mientras exaltan y “libran de toda culpa” a otras que son afines a los oscuros fines perseguidos por esas ONGs.
Por supuesto, jamás aceptan pero no demuestran lo contrario, que esas ONGs en varios casos son apéndices del accionar del establishment anglosajón, cuando no del MI6 o entes similares de otras potencias vinculadas con el Bloque Atlantista.
A fuerza de machacar, con periodistas complacientes u otros operadores, instalan conceptos pegajosos que ofician como supuestas “verdades totales”, como el de las “energías limpias”, “nuevas fuentes de energía”, y las pautas de ultra conservacionismo, como pretendidas prioridades absolutas y no discutibles. Análisis serios y medulosos muestran que esos conceptos o son falsos, o adolecen de serias distorsiones. Con la metodología del silenciamiento, tapan todo lo que evidencie lo amañadamente sesgado de sus “mantras” como los señalados, u otros.
Con fortísimas y muy agresivas campañas mediáticas, en muchos casos con los soportes de aprietes mediáticos e incluso acciones directas de tipo patoteril, logran imponer normas legales parcial o totalmente aberrantes, como la amañada ley de energías renovables de Argentina, la cual sin sustento técnico alguno excluyó del concepto –y de los beneficios consecuentes- a todo proyecto hidroeléctrico de más de 60 MW. Por supuesto, eludieron toda explicación a tan caprichosa discriminación, que en realidad esconde la abierta intención de excluir competidores capaces de generar energía de mucha mayor calidad (apta como base del sistema a abastecer), y a costos REALES por kWh sustancialmente menores…y sin depender de la enorme cantidad de prebendas montadas para hacer viables a las falsamente limpias energías solar y eólica.
Exhiben una notable creatividad, para prefabricar conceptos o denominaciones “simpáticas” que sustenten sus prejuiciosos conceptos, que quieren entronizar cuan verdades absolutas. Por caso el hoy casi no usado calificativo de “ciudades Ramsar”, que tomó su nombre de una ciudad de Irán, país hoy “molesto” a los poderes globalizantes transnacionales (lo que debió ser el motivo del poco uso actual del concepto). O lo de la ley Yolanda (de promoción y enseñanza del conservacionismo, sin pizca de mención al desarrollo), y la ley Micaela, referente a violencia de género y similares, fogoneada por otro tipo de ONGs. La citada columnista, citó a ambas leyes, no entendiéndose que tienen que ver los problemas de violencia de género, con el ambientalismo…
Implícitamente, la opinante se muestra afín a las “energías renovables amputadas” eólicas y solares (las establecidas por la amañada ley), pero evidencia desconocer –nada dice- respecto a las serias limitaciones e incluso efectos negativos de las mismas, que se resumen en promover la pobreza energética, por sus limitaciones técnicas y sus muy altos costos…además de los negociados escandalosos que se perpetran a la sombra de prebendarias condiciones. Recordar el pasamanos de un proyecto eólico, perpetrado con Macri operando desde los dos lados del mostrador.
Todo el marco de acciones, tan hermoseadamente descripto por la opinante –no dudo que con total buena fe-, forma una de las columnas de sutiles pero muy agresivas acciones, pergeñadas para imponer el Imperialismo Climático, concepto que puede traducirse como una nueva artimaña de los neocolonialistas del siglo XXI, con el cambio climático exaltado hasta el paroxismo, para imponer el subdesarrollo crónico y el debilitamiento de los Estados naciones excluidos del núcleo duro de las Potencias Atlantistas.
Ponen en el olvido, una verdad elemental: no hay peor contaminación que la generada por la miseria extrema, para salir de la miseria debemos desarrollarnos, no hay desarrollo posible sin la provisicón de energía abundante, de calidad, económica, y en lo posible, no contaminante.
QUE EL AMBIENTALISMO IN EXTREMIS NO NOS HAGA OLVIDAR O POSPONER EL IMPRESCINDIBLE DESARROLLO SOCIO ECONÓMICO.
La contaminación de la miseria nunca preocupa a los instigadores del ecologismo cavernario, con libretos dictados desde el núcleo del poder financiero y atlantista mundial.
Cabe hacer votos para que la joven articulista, se transforme en una activa militante por el desarrollo socio económico, que incluya los menores índices de contaminación posibles; postura muy distinta a la del conservacionismo a ultranza que se desentiende del desarrollo y en muchos casos lo aborrece.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Simpático y de tono “muy amiguero y entrador” un reciente artículo referente a “educación ambiental”, rubricado por Malena Mazal, en Economis.
Sin duda, el sano ambientalismo, es una filosofía de acción elogiable y muy positiva. Pero su aplicación y exaltación sesgada y/o como excusa para dejar de lado toda idea de desarrollo socio económico, tiene connotaciones marcadamente negativas.
Un análisis del artículo permite ver el sesgo muy “ambientalista” –a la usanza en boga- del mismo, y la ausencia total de concepto alguno referido al desarrollo socio económico, lo cual es en extremo preocupante, habida cuenta de las persistentes, muy sutiles y muy negativas acciones que realizan las usinas comunicacionales manejadas por los poderes globalizantes, para imponer el subdesarrollo crónico y hacerlo “aceptable y deseable” por parte de formadores de opinión y otros líderes sociales.
Las muy activas ONGs transnacionales –principalmente británicas- de corte ultra ecológico, tienen una operatoria que por lo “exitosa” pasa a ser recurrente, la que puede resumirse en algunos hitos que caracterizan su accionar.
Utilizan al terrorismo mediático, con profusión de argumentos y pretendidos escenarios tremendistas, salpimentados con frases y conceptos pegadizos, que se instalan con facilidad en personas no informadas y/o de muy sencilla y crédula mentalidad. Ese terrorismo lo utilizan para demonizar toda minería, a las energías hidroeléctrica y nuclear, y en general para oponerse a toda actividad que induzca al desarrollo.
En forma machacona, presentando hechos con dudosa o nula objetividad, “condenan” ciertas actividades e ideas, mientras exaltan y “libran de toda culpa” a otras que son afines a los oscuros fines perseguidos por esas ONGs.
Por supuesto, jamás aceptan pero no demuestran lo contrario, que esas ONGs en varios casos son apéndices del accionar del establishment anglosajón, cuando no del MI6 o entes similares de otras potencias vinculadas con el Bloque Atlantista.
A fuerza de machacar, con periodistas complacientes u otros operadores, instalan conceptos pegajosos que ofician como supuestas “verdades totales”, como el de las “energías limpias”, “nuevas fuentes de energía”, y las pautas de ultra conservacionismo, como pretendidas prioridades absolutas y no discutibles. Análisis serios y medulosos muestran que esos conceptos o son falsos, o adolecen de serias distorsiones. Con la metodología del silenciamiento, tapan todo lo que evidencie lo amañadamente sesgado de sus “mantras” como los señalados, u otros.
Con fortísimas y muy agresivas campañas mediáticas, en muchos casos con los soportes de aprietes mediáticos e incluso acciones directas de tipo patoteril, logran imponer normas legales parcial o totalmente aberrantes, como la amañada ley de energías renovables de Argentina, la cual sin sustento técnico alguno excluyó del concepto –y de los beneficios consecuentes- a todo proyecto hidroeléctrico de más de 60 MW. Por supuesto, eludieron toda explicación a tan caprichosa discriminación, que en realidad esconde la abierta intención de excluir competidores capaces de generar energía de mucha mayor calidad (apta como base del sistema a abastecer), y a costos REALES por kWh sustancialmente menores…y sin depender de la enorme cantidad de prebendas montadas para hacer viables a las falsamente limpias energías solar y eólica.
Exhiben una notable creatividad, para prefabricar conceptos o denominaciones “simpáticas” que sustenten sus prejuiciosos conceptos, que quieren entronizar cuan verdades absolutas. Por caso el hoy casi no usado calificativo de “ciudades Ramsar”, que tomó su nombre de una ciudad de Irán, país hoy “molesto” a los poderes globalizantes transnacionales (lo que debió ser el motivo del poco uso actual del concepto). O lo de la ley Yolanda (de promoción y enseñanza del conservacionismo, sin pizca de mención al desarrollo), y la ley Micaela, referente a violencia de género y similares, fogoneada por otro tipo de ONGs. La citada columnista, citó a ambas leyes, no entendiéndose que tienen que ver los problemas de violencia de género, con el ambientalismo…
Implícitamente, la opinante se muestra afín a las “energías renovables amputadas” eólicas y solares (las establecidas por la amañada ley), pero evidencia desconocer –nada dice- respecto a las serias limitaciones e incluso efectos negativos de las mismas, que se resumen en promover la pobreza energética, por sus limitaciones técnicas y sus muy altos costos…además de los negociados escandalosos que se perpetran a la sombra de prebendarias condiciones. Recordar el pasamanos de un proyecto eólico, perpetrado con Macri operando desde los dos lados del mostrador.
Todo el marco de acciones, tan hermoseadamente descripto por la opinante –no dudo que con total buena fe-, forma una de las columnas de sutiles pero muy agresivas acciones, pergeñadas para imponer el Imperialismo Climático, concepto que puede traducirse como una nueva artimaña de los neocolonialistas del siglo XXI, con el cambio climático exaltado hasta el paroxismo, para imponer el subdesarrollo crónico y el debilitamiento de los Estados naciones excluidos del núcleo duro de las Potencias Atlantistas.
Ponen en el olvido, una verdad elemental: no hay peor contaminación que la generada por la miseria extrema, para salir de la miseria debemos desarrollarnos, no hay desarrollo posible sin la provisicón de energía abundante, de calidad, económica, y en lo posible, no contaminante.
QUE EL AMBIENTALISMO IN EXTREMIS NO NOS HAGA OLVIDAR O POSPONER EL IMPRESCINDIBLE DESARROLLO SOCIO ECONÓMICO.
La contaminación de la miseria nunca preocupa a los instigadores del ecologismo cavernario, con libretos dictados desde el núcleo del poder financiero y atlantista mundial.
Cabe hacer votos para que la joven articulista, se transforme en una activa militante por el desarrollo socio económico, que incluya los menores índices de contaminación posibles; postura muy distinta a la del conservacionismo a ultranza que se desentiende del desarrollo y en muchos casos lo aborrece.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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