DEL PANAMÁ DE TORRIJOS A LA RUSIA DE YELTSIN – LAS PRESIONES DE LOS GLOBALISTAS NEOLIBERALES QUE IMPULSAN DESGUACES ESTATALES
En un articulo precedente alerté acerca de las maniobras que promueven el desguace argentino, como nefasto objetivo de los poderes transnacionales que operan con la finalidad de imponer al como sea la globalización salvaje; plan que no tiene plazos definidos, que pretenden imponer sin prisa pero sin pausa.
Argentina es presa codiciada por los que buscan la definitiva balcanización y desguace total de América Del Sur, e incluso de Íbero América toda, pues por diversos motivos es uno de los países claves para implementar el viejo y gran objetivo de la Patria Grande, ya buscado y bosquejado por Bolívar, y después buscado por visionarios como Ugarte, Perón, Haya De La Torre y otros.
Los legos en Geopolítica pueden no entender o incluso considerar esa trama en ejecución bajo cuerda, subrepticiamente, como un simple análisis teórico sin sustento alguno con la realidad.
Para que se entienda bien lo concreto y potencialmente muy perversamente peligroso de esos oscuros objetivos encubiertos, es muy revelador analizar el contexto internacional, con hechos acaecidos en el último medio siglo, período en el cual la doctrina político – económica neoliberal adquirió preponderancia académica y fáctica a escala global, sutilmente instalada por las estructuras del mega poder financiero – especulativo mundial.
Esos poderes financieros quieren instalar una suerte de gobierno mundial, que arrase con valores morales esenciales para cosificar al ser humano, para transformarlo en un ente amorfo consumidor compulsivo y carente de todo espíritu de solidaridad y patriotismo. Por eso promueven la superficialidad, lo banal, el individualismo extremo y el egoísmo como supuesto “valor” superior.
Claramente operan en sintonía con el agresivo accionar geopolítico del bloque de poder de las Potencias Atlantistas, las que operan como el brazo armado presto a intervenir, cuando las presiones políticas y/o económicas se revelan como insuficientes para doblegar naciones ”indóciles”.
El neoliberalismo es la herramienta académica principal utilizada por los poderes en las sombras, cuyo objetivo es la globalización salvaje, lo que implica la cosificación de las personas y la disolución de los Estados, en un esquema anarco – financiero deshumanizado.
Últimamente, como una nueva vuelta de tuerca, la solapada promoción del “libertarismo”, suma adeptos entre personas poco informadas o poco afectas a los análisis profundos y bien fundamentados. Es la versión recargada del neoliberalismo, entronizando el egoísmo exacerbado y la total ausencia de patriotismo, como supuestas “virtudes supremas”.
Un análisis de diversas acciones, perpetradas casi sin solución de continuidad en el último medio siglo, revela que son indicadores claros que demuestran que ese objetivo de destrucción de los Estados y de la cosificación del ser humano no tiene plazos, pero sí posee objetivos permanentes; realidad que es encubierta por la hojarasca de montañas de noticias basuras, de análisis sesgados o directamente tergiversados, y de diversas herramientas de comunicación que mantienen el interés general en lo anecdótico, para tapar lo sustancial e importante.
De los múltiples Estados sometidos a ataques con fines de desguace total, o de instalar escenarios de caos permanentes, o de fragmentaciones en Estados más pequeños y por ende de menores relevancias, o para convertirlos en Estados fallidos o “no viables”, se mencionan varios casos, desde un Estado pequeño que nació como “creación” históricamente reciente de EEUU para construir y dominar el estratégico canal bioceánico; a la gigantesca y antigua Rusia post URSS.
El Panamá del General Torrijos fue objeto de innumerables presiones para entorpecer su patriótico accionar para acceder a la soberanía efectiva del Canal, y para desalojar bases militares norteamericanas (en las que “entrenaban” ideológicamente a militares del continente). Logró los principales objetivos de su tesonera lucha, pero le costó la vida, en un accidente que tuvo visos de atentado encubierto, en 1981. El escenario de corruptelas que se achacó a Manuel Noriega (supuestamente hombre de la CIA), que gobernó Panamá desde 1984, fue la excusa para la invasión que EEUU hizo en 1989, instalando sucesivos gobiernos “amigables” a las políticas de la potencia. No por casualidad Panamá se posicionó después como uno de los más conocidos paraísos fiscales.
El pequeño Estado insular de Granada, que pretendía desarrollar políticas propias “no acordes” a los intereses de EEUU, fue invadido en 1983, por una coalición de Estados caribeños y tropas de la mega potencia. Silencio informativo total desde entonces, respecto al pequeño país, seguramente carente hoy de todo vestigio de soberanía.
Cuba, y en los últimos años Venezuela y Nicaragua, soportan bloqueos económicos y sucesivas amenazas de invasiones militares. Las excusas son las recurrentes (la “falta de libertad”, los “derechos humanos”, etc., con parámetros que no aplican a otros casos de nuestro continente, con dictaduras y/o violaciones a los derechos humanos, pero con gobiernos alineados con el neoliberalismo y las Potencias Atlantistas.
En Yugoeslavia, primero se fomentó una feroz guerra civil, exacerbando odios religiosos, históricos, raciales, etc.; degenerando prontamente en guerras de secesiones, lo que finalmente se completó con las brutales agresiones aéreas de la OTAN, para terminar toda resistencia al desguace. De una nación, que era de importancia regional, a siete pequeñas y poco relevantes mini naciones.
En Libia, se fomentó una guerra civil, completando las tareas de destrucción con bombardeos de la OTAN, transformando un país próspero y con muy buen nivel de vida (equiparable a los europeos), en un caos anárquico institucionalizado, dividido por luchas de tipo faccioso o tribal, que de hecho hicieron desaparecer al Estado, balcanizándolo totalmente.
En Iraq, primero se armó masivamente al país, fomentándose sutilmente las políticas agresivas del gobierno de Sadam Husein, para luego tener la excusa perfecta para atacarlo, invadirlo, mantenerlo bajo ocupación militar de la OTAN, y convertirlo en un Estado fallido. De paso, EEUU, casi sin oposición, probó en un escenario real, un operativo de logística masiva de traslado de tropas y equipos, con su inmediata utilización agresiva, ante un enemigo tecnológicamente muy inferior.
En Siria, se buscó repetir las experiencias de Libia e Iraq, utilizándose tropas mercenarias bajo la cobertura de operar como grupos extremistas musulmanes, todo eso con injerencias masivas de la OTAN y aliados regionales, como Arabia Saudita e Israel. Lo hubieran conseguido, pese a la notable resistencia de las FFAA sirias, leales a su patria. La fuerte intervención de Rusia, y en menor escala de Irán, cambiaron el curso de los acontecimientos, con derrotas parciales pero aparentemente decisivas, de las fuerzas atacantes.
Las “primaveras árabes” fueron una serie de operativos muy bien montados en las redes sociales, instando al descontento y levantamientos contra los gobiernos de todo el arco norafricano, lo que produjo disturbios y presiones políticas, que condicionaron a todos esos Estados.
El formato de guerra psicológica en las redes sociales, fue luego replicado en Ucrania, para voltear a un gobierno amistoso con Rusia, para instalar otro orientado a la OTAN, lo que profundizó las diferencias políticas y culturales preexistentes, provocando serios enfrentamientos armados, con supuestas amenazas contra Rusia, en operativos con despliegue de efectivos y sobre todo mucha difusión mediática, de fuerzas de la OTAN, que incluyeron amenazas de instalaciones de misiles nucleares prácticamente al borde de la frontera rusa. El gigante asiático – europeo, respondió recuperando la estratégica Península de Crimea, que en épocas de la URSS había sido puesta bajo dominio ucraniano, pero que no cambió la rusificación de su población.
Después del tembladeral que produjo la repentina disolución de la URSS, bajo el gobierno de Gorbachov, en 1989/90, siguió el gobierno del neoliberal Yeltsin, que promovió la extranjerización de sus empresas estratégicas petroleras y gasíferas, y el caos socio económico que siempre producen las “recetas” neoliberales, en cuyo contexto, la amenaza de la balcanización fue muy concreta, incluyendo en ese mega operativo la violencia de grupos armados provenientes u orientados desde regiones rusas con mayorías de poblaciones musulmanas. Recién con el advenimiento de Putin al poder, en 2000, se revirtió el cuadro de decadencia y de balcanización.
En un proceso rápido e incruento, la pequeña Checoslovaquia se separó en dos Estados más pequeños, Chequia y Eslovaquia, debilitándose en consecuencia. Superficie territorial y población son dos factores de poder, que se debilitaron.
Las intervenciones armadas de Francia, en un amplio espectro de África, principalmente en sus ex colonias, marcan un accionar permanente, que pasa por arriba de las independencias formales de todos esos países, haciendo de sus soberanías un mero rol declamativo. Todas las presiones sobre los mismos, pueden hacerlos caer en el degradante estatus de Estados fallidos.
El desarrollo y los acuerdos regionales del sud y sudeste asiático, con el respaldo de China, han aventado de esa vasta y muy poblada región, de los fantasmas de agresiones armadas y presiones geopolíticas muy fuertes, que eran la constante que soportaban hasta hace pocas décadas.
Las amenazas de fragmentación que soporta Bolivia, de parte de los sectores oligárquicos y racistas de la medialuna oriental, fueron parte central del golpe de Estado muy reciente, fuertemente apoyado por Trump, forzando medidas neoliberales que están destruyendo notables avances sociales, económicos y tecnológicos, que estaba realizando el gobierno popular de Evo Morales. Determinados centros del poder mundial, no parecen soportar que un Estado crónicamente pobre y dependiente, se desarrolle, tecnifique e industrialice. El litio parece ser uno de los motivos principales del cruento golpe de Estado, avalado por las oligarquías orientales y la parafernalia de grupos ultras del llamado evangelismo mesiánico, orientado desde EEUU.
Incluso la muy desarrollada Italia, soportó presiones separatistas por parte de sectores racistas, que propugnaban crear “La Padania”, en el desarrollado norte con población germánica de la península.
España, antigua enemiga de su vecina británica, soporta fuertes intentos separatistas de vascos y catalanes, en un proceso que parece fogoneado sutilmente desde afuera.
Del otro lado del Canal, Inglaterra impide los impulsos separatistas de Escocia, Gales y el Ulster (Irlanda del Norte), con apoyos sutiles de la “gran prensa” mundial.
En todo ese contexto, es muy claro definir los roles de diversas ONGs ultras, de tipo indigenistas, “feministas”, abortistas, ecologistas, derecho humanistas, y otras; además de entes promotores del “libertarismo” el neoliberalismo; que en realidad en su mayoría operan para sembrar el caos y promover la disolución nacional de Argentina. Y por supuesto, el accionar de apátridas oligarquías neoliberales, funcionales a las presiones balcanizadoras; oligarquías cuya única “patria” es su bolsillo y su patrimonio, del cual por lo general, en buena parte lo fugan; excepto por supuesto sus estancias y propiedades físicas, las que no les molestaría mucho conservarlas bajo otra bandera diferente a la argentina.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analistas de Temas Económicos y Geopolíticos
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