BIENES DE IMPORTANCIA ESTRATÉGICA – NECESIDAD DE UN NUEVO MARCO LEGAL AL SERVICIO DE LOS INTERESES NACIONALES.
Ante la vulgarización y destrucción de todo concepto y principio vinculado a la soberanía, y con ello de la definición de las prioridades estratégicas de La Patria; ante la tergiversación y malversación de todos los conceptos éticos; instigado todo eso por los personeros del neoliberalismo apátrida que busca la destrucción intencional del Estado Argentino; no cabe ninguna duda que hay que redefinir cuales deben ser los que adquieren el carácter de bienes estratégicos para el desarrollo y la real independencia nacional.
El anacrónico e inaplicable criterio de la propiedad privada absoluta, entronizado por el sin duda inteligente pero apátrida “racista inverso” Alberdi, parecería seguir siendo considerado plenamente vigente por el establishment y sus diversas ramificaciones, entre ellos el sector duro de la oligarquía campera y por el muy poco pensante “partido militar liberal”, cuya mentalidad ha sido formateada a gusto y paladar de la oligarquía y de sus mandantes extranjeros.
Lo de “racista inverso”, aplicable a Alberdi y a Sarmiento, es porque curiosamente se dedicaron con ahínco digno de mejor causa, a denigrar a lo hispano, a los criollos, gauchos, indios y otros sectores populares de aquella Argentina de mediados o poco más del siglo XIX, o sea a la propia gente de la cual procedían ellos mismos; Alberdi de orígenes hispano – criollos, y Sarmiento además de eso, posiblemente con otras mezclas étnicas de las que claramente aborrecía. Es muy difícil hallar en el mundo racistas que odien a sus propios ancestros.
Pero volviendo al tema acá tratado, el derecho de propiedad, considerado con criterio absolutista como en el siglo XIX, un visible anacronismo, ya dejado de lado en el siglo XX, es hoy una aberración social y políticamente inaceptable.
Con eso no se está avalando ninguna iniciativa de expropiaciones masivas ni de abolir la propiedad privada, ni mucho menos. Es simplemente considerar y actuar en consecuencia, para que los derechos de propiedad sobre determinados bienes y/o productos, que por su esencia o valor concreto tienen importancias estratégicas, no puedan ser manejados discrecionalmente por sus propietarios, incluso contra los Intereses Nacionales.
El caso es que no se constituyan en una traba o en condicionamientos que impidan el desarrollo nacional, o lo subordinen a mezquinos intereses sectoriales, como es una constante en el proceder de los sectores que medran con la especulación desenfrenada, y de la oligarquía más vetusta y groseramente contumaz, poniendo mezquinos intereses sectoriales o personales, por sobre los de la Nación Argentina.
Más acentuado aun que en el “proceso” y que en la partidocracia cleptocrática noventista, el macrismo puso en vigencia una batería de medidas para privilegiar desmedidamente a las producciones primarias de la Pampa Húmeda y sus prolongaciones, a las petroleras/gasíferas, a la minería y al sector financiero, para lo cual ente otras medidas, dictó las siguientes.
Eximió de las retenciones a las materias primas alimenticias (instrumentos económicos necesarios para financiar el desarrollo general y evitar que para el mercado interno tengan la aberración de precios dolarizados).
Otorgó subsidios que rozan lo prebendario, como fomentar las exportaciones de gas a precios subsidiados a Chile, mientras se sometía a la inanición al mercado interno, mediante tarifazos descomunales y paralizaciones de obras, como el GasNea.
Desincentivar las transformaciones locales de materias primas, fomentándose las exportaciones en bruto, según el modelo de país - estancia del siglo XIX.
Posiblemente lo más perversamente antinacional fue la autorización para que los pagos de las exportaciones de materias primas, puedan cobrarse en el exterior, sin obligación alguna de traer al mercado interno las divisas que tanto necesitamos; como también los permisos irrestrictos para sacar al exterior las divisas provenientes de exportaciones y de las utilidades internas. ¡La institucionalización del saqueo desenfrenado!
Todo eso y seguramente muchas otras medidas más, de neoliberalismo exacerbado, formaron el combo perverso de desarticulación de la economía nacional, para llevarnos al caos institucionalizado y posteriormente a la disolución nacional.
Además de revertirse con prontitud, es de esperar que se instrumenten otras medidas que han permitido la especulación pura, o incluso operaciones de presiones contra el Estado, reteniendo saldos exportables dilatando las operaciones o tal vez implementando otras metodologías, como las subfacturaciones, o las exportaciones no controladas ni declaradas de soja, desde puertos privados (lo cual con poca difusión mediática, fue hecho saber por China, que afirmó tener estadísticas de exportaciones argentinas muy superiores a las declaradas por los operadores privados, mayoritariamente extranjeros o mega corporativos “nacionales”.
En síntesis, todos los bienes de primordial importancia dentro de la canasta de grandes rubros de exportaciones argentinas, deben ser considerados bienes de importancia estratégica, y como tales, no pueden estar sujetos al régimen de propiedad absoluta, que como tal opera a favor de caprichos e intereses personales, impuestos aun en contra de los Intereses Nacionales.
Esto debería legislarse con prontitud, así como un férreo control de las exportaciones, que impida las operaciones no declaradas que perjudican las arcas del Estado Argentino. Cabe al respecto, reconstituir el muy importante IAPI, desguazado por el oligárquico golpe de Estado de la “revolución fusiladora”.
A la vez, debe reconsiderarse el ITAEA (Impuesto a las Tierras Aptas para la Explotación Agropecuaria), diseñado en los años ’70 por el equipo del Ingeniero Giberti, y anulado prontamente por el oligárquico y apátrida “proceso” del ’76.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos.
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