LA TRAGEDIA CASI CONFIRMADA DEL SUBMARINO SAN JUAN
Pensamientos colaterales que claramente se avizoran.
El accionar de zapa de los que operan para profundizar las férreas ataduras de la colonización cultural pro británica no cesa, e incluso todo permite suponer fundamentadamente que se intensifica.
Hace tiempo se pueden leer determinados recurrentes mensajes, en los que resaltan los “gestos de acercamiento” de veteranos de guerra británicos hacia sus pares de Argentina.
Con esas campañas, entre otras cosas, se tapan las irracionalidades insanables cometidas por los comandantes del “proceso” y de los que tuvieron responsabilidades estratégicas en la conducción diplomática, política, geopolítica, económica y militar, en el desastroso desenlace de la guerra, que en el colmo del absurdo, claramente, solo se buscaba “perder ‘dignamente’ “, y en la que se priorizaron burdas “prioridades y compromisos de defensa del sistema” (lo del alineamiento servil al “mundo libre, occidental y cristiano”), en vez de poner en primer lugar las prioridades de la Defensa Nacional y de la Soberanía Nacional, dejando de lado no solo elementales principios de geopolítica con visión nacional, sino incluso enseñanzas elementales de las máximas sanmartinianas, que los sectores militares inundados mentalmente de apátrida liberalismo tan dogmático como irracional, demuestran palmariamente desconocer.
Por algo, esos sectores militares confusamente liberales (o sea de hecho apátridas, sin que muchos ni se den cuenta de ello), siguen apoyando con entusiasmo el accionar destructivo del neoliberalismo vuelto al poder y en camino a lograr la suma del poder público, que claramente es la continuación político - económica del “proceso” y del “noventismo” del menemato y el delarruato, que no solo resigna explícitamente soberanía y destroza en jirones la dignidad nacional, sino que incluso pone en serio riesgo la continuidad de Argentina como nación, pues nos amenaza con la balcanización.
Esa confusión parte del nada inocente error de enfoque, lamentablemente aun vigente en muchos (¿o todos?) los institutos de enseñanza militar, que jibarizan los enfoques y doctrinas político – económicas a solo dos doctrinas o ideologías: marxismo y liberalismo, omitiendo amañadamente las múltiples alternativas, que han sido precisamente las más exitosas, entre otras cuestiones por romper las ataduras del dogmatismo.
El colmo del cipayismo es que ahora clamen por pedirles ayuda a los británicos, y que luego les besen las manos, eventualmente por encontrar al submarino hundido. Hace rato, desde las sombras, están haciendo una sutil pero intensa campaña, para mostrar a los militares británicos como "buenos muchachos", con los que "circunstancialmente" nos enfrentamos, pero que "son unos caballeros". De esa forma, para los colonizados mentales de uniformes (no son todos, por suerte), los únicos "enemigos permanentes" son "los subversivos". De esa forma refuerzan la cerrazón mental de pensar todo bajo la "lógica" de la doctrina de la seguridad nacional, de los años '70. Sus concepciones de patriotismo son tan huecas de contenido, que muchas veces no pasan de un mal disimulado sentimiento de casta supuestamente superior, o de formalismos carentes de contenido.
Y el accionar de colonizados mentales progres, que como autómatas califican de "fachos" a todos los que no les caen bien, y que además “compran” con facilidad los dictados de sutiles ONGs extranjeras, principalmente británicas; completan de ese modo el panorama de profundas distorsiones y confusiones conceptuales en temas esenciales. Suelen predicar un irracional antimilitarismo a ultranza, muy funcional a poderes ajenos a los Intereses Nacionales.
Completando el aquelarre de confusiones, vastos sectores de clases medias, se mueven al compás de los desinformadores públicos, con escaso o nulo razonamiento propio; o peor aun, buscando el facilismo de ubicarse en lo “políticamente correcto” sin importarles en nada las consecuencias futuras, incluso las de futuro cercano que ya se avizora, con un escenario casi calcado al desmadre del 2001. A esa gente, envuelta en la superficialidad, la tragedia del submarino San Juan posiblemente poco o nada le importe.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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