PRISIÓN EXILIO Y ASESINATO – METODOLOGÍAS DE “APACIGUAMIENTO” DE LOS LIBERALES.
En la historia y la política argentina, liberal es sinónimo de unitario y de ultra conservador, prácticamente de reaccionario duro.
Unitarios fueron los que manejaron nuestro extenso país, privilegiando abusivamente los intereses de la mega ciudad – puerto, y de su dilatado entorno de la Pampa Húmeda, que comprende básicamente a las llamadas “provincias núcleo”, Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.
Los unitarios fueron y son ultra liberales, por dogmatismo y por egoístas conveniencias de clase socio – económica. Siempre despreciaron al interior profundo, careciendo de todo criterio de grandeza nacional, y tampoco les interesó conservar y fortalecer el cuantioso patrimonio territorial que como herederos directos del Virreinato del Río de la Plata recibimos, excepto pocas y honrosas excepciones, de las cuales posiblemente Julio Argentino Roca sea el más destacado, y a quien debemos conservar en nuestro territorio las vastedades de la Patagonia, el Gran Chaco Argentino, y la Provincia de Misiones; incluso más allá del sesgo oligárquico de acaparamiento de grandes extensiones territoriales por parte de la ya por entonces consolidada oligarquía campera, inclusiva la misma de terratenientes extranjeros.
Con la insidia y el engaño como metodología de acción política; con el látigo, la espada y la billetera como herramientas de sometimiento y castigo a díscolos y disconformes, se apropiaron del poder, lo mantuvieron con puño de hierro y guantes de seda, y lo recuperaron luego de los pocos períodos en los que fueron excluidos del poder político formal; pero siempre manteniendo cuotas importantes del poder real.
Integraron el poder, entremezclados, desde la Primera Junta; coparon el poder con Los Directoriales; nos subordinaron a los británicos desde Rivadavia; hicieron trabajos de zapa por décadas, mediante los insidiosos rivadavianos, que gustosamente se aliaron y subordinaron a los poderes extranjeros; se adueñaron del poder excluyente desde el mitrismo en adelante; atacaron con saña feroz a los pocos gobernantes que buscaron la integración iberoamericana y no se subordinaron a las potencias anglosajonas; empleando para ello los peores y más abyectos métodos de acción, incluyendo la subordinación del Legislativo y el Judicial, al Poder Ejecutivo, el cual a su vez en esos casos operó como mero delegado del Poder Real oculto en las sombras o agazapado detrás de los densos
pliegues de los cortinados de utilería con los que confunden a desinformados, crédulos e incautos.
San Martín, Rosas y Perón debieron exiliarse para no ser asesinados por los sicarios de los unitarios – liberales. De ellos, solo Perón pudo volver, pero su enorme tarea de gobierno resultó trunca y bastardeada por los falsificadores de la historia y los mercenarios de la incomunicación social que prostituyen al
periodismo.
Otros exiliados notorios, menos conocidos por el común de la gente, fueron muchísimos. Entre otros el notable médico sanitarista Ramón Carrillo, quien murió en la pobreza y el abandono, como “premio” a su notable accionar erradicando enfermedades endémicas y mejorando sustancialmente la salud pública argentina.
Hubo muchísimos asesinatos políticos para silenciar y suprimir a los opositores políticos que se opusieron a la entrega del país a intereses foráneos y a los irritantes privilegios de la antinacional oligarquía campera y sus derivaciones “diversificadas” (como las define Héctor Basualdo) financieras, empresarias y de
intermediarios varios; asesinatos de los que los más relevantes e incluso otros poco conocidos, son analizados en mi libro “Tormentosa Argentina – Crónica de violencias políticas en Argentina”, próximo a publicarse en mi blog.
En lo que hace a encarcelamientos a opositores políticos al liberalismo apátrida y a quienes tuvieron “el atrevimiento” de implementar políticas opuestas a las “normas sacrosantas” del liberalismo y sus espurios intereses asociados,
existen muchísimos casos; los cuales como otros hechos importantes de nuestra historia, son ignorados y desconocidos por el común de la gente, en particular por clasemedieros volubles y por patrioteros de bandera, ambos grupos sociales entusiastamente vulnerables a las prédicas disociantes y antinacionales de los
unitarios – liberales y sus herederos políticos, los neoliberales. Repasemos unos cuantos casos de encarcelamientos políticos.
Hipólito Yrigoyen, encarcelado después de ser destituido, sin cargos comprobados.
Enrique Mosconi, General Ingeniero, primer presidente de YPF, fue
denigrado y estuvo en serio riesgo de padecer cárcel, en vengativas maniobras con claras instigaciones de las petroleras anglosajonas “perjudicadas” por el patriótico accionar de la petrolera estatal argentina.
Alonso Baldrich, General Ingeniero, principal colaborador de Mosconi en YPF, padeció cárcel sin comprobársele ningún delito. Pura vengatividad de la oligarquía y las petroleras anglosajonas.
Arturo Frondizi, padeció un largo encarcelamiento, sin cargos concretos, por pura venganza por ser desarrollista, e industrialista por supuesto.
Julián Freaza fue un abogado misionero, a quien pude apreciar como persona, colaboró con el gobierno de Frondizi a nivel nacional, y padeció cárcel sin que se le haya probado delito alguno, vengatividad pura de los golpistas de 1962.
Aldo Contristano, respetado vecino y conocido, que vivió siempre en Posadas, fue funcionario provincial en el gobierno de César Napoleón Ayrault, de orientación desarrollista. Padeció cárcel en un amañado proceso como tantos armados por los golpistas garcas de 1962. Su esposa fue una excelente profesora, a la cual recuerdo con mucho afecto.
María Estela Martínez de Perón padeció largos meses de cárcel, al ser destituida de la presidencia, en claro carácter vengativo por parte del siniestro proceso, el cual fue mandatario de la oligarquía y los intereses anglosajones.
Julio Carlos González, por “el delito” de ser Secretario Legal y Técnico de Perón y de M. E. M. de Perón, padeció cárcel bajo constantes torturas psicológicas,
durante todo el “proceso”, siendo el último preso político en ser liberado.
Como los casos relevantes citados, existen sin duda muchos casos más que podrían incluirse.
En cambio, prácticamente todos los acusados y procesados, funcionarios de gobiernos golpistas y/o neoliberales, nunca padecieron cárcel e incluso la mayoría de los juicios caducaron por mera prescripción por paso del tiempo. Así sucedió con el actual ministro Aguad, con el presidente del Banco Central Sturzenegger, y con el propio presidente Macri, por citar solo unos pocos casos.
En ese contexto, claramente los casos de Milagro Sala, de Julio De Vido, y seguramente otros menos publicitados, caben ser catalogados como presos políticos. Eso dentro del marco del neoliberalismo recargado, hoy imperante.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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