PIRAY GUAZÚ Y PIRAY MINÍ YA ESTÁN ESTUDIADOS
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Recientemente trascendió que se piensan acordar con una empresa china los estudios para aprovechamiento hidroeléctrico de los ríos Piray Guazú y Piray Mini, como –supuestamente- parte del plan para duplicar el abastecimiento de energía eléctrica entre “2030 y 2035”, mediante “microgeneración”. Ese párrafo en si ya es un compendio de confusiones. ¿Abastecer la demanda con microgeneración? Incoherente. ¿Duplicar el abastecimiento para 2030 y 2035, siendo que la demanda se duplica cada década? El propio artículo lo expresa más adelante, y desde hace tiempo varios analistas energéticos (E. Soracco, D. Beltramo, entre otros, y quien suscribe) venimos advirtiendo acerca de la necesidad de planificar y actuar con tiempo y criterio, precisamente por las elevadas tasas de incremento de la demanda eléctrica en Misiones.
¿Contratar estudios que ya están hechos hace tiempo? No se entiende.
Contradictoriamente, en el mismo artículo (El Territorio, Posadas – 09/12/2016) se expresa que es necesario duplicar la provisión de electricidad en una década –no para los hoy lejanos 2030 y 2035). ¿Error del periodista o de la fuente? También se afirma que se trabajará en las microturbinas hidroeléctricas para abastecer pequeños consumos pero se mezcla con los volúmenes enormes del previsible incremento de la demanda; siendo incongruente apelar a las micro turbinas frente a los enormes volúmenes de electricidad que se necesita proveer; es como querer construir un edificio de 150 pisos solo con piedras amontonadas y maderas…la tecnología no es apta para ese volumen. ¡Las microturbinas no son –ni por lejos- “la” solución a las enormes necesidades de Misiones en tan solo una década; menos a dos o tres décadas!
¿Se dice que se va a hacer un inventario hidroeléctrico, y se desechan al menos siete estudios previos? ¿Con que lógica?
¿Se dejan de lado los grandes proyectos binacionales, y “en su lugar” se proponen microgeneradores? Eso no cierra por ningún lado.
Mucho y muy sustancial para analizar en tan breves precedentes párrafos.
El tema específico.
“Acordar con una empresa china los estudios de ambos Piray”. ¿Gastar dinero y tiempo, en estudios que ya fueron hechos, a nivel de proyectos ejecutivos (listos para licitar) en la segunda mitad los años ’70, con fondos de La Provincia, y realizados por consultoras argentinas? Se amplía en “anexos técnicos”.
¿Por qué se desechan o ignoran los estudios anteriores?
Si los valiosos antecedentes se perdieron, podría recurrirse a las consultoras que los hicieron. La mayor parte fueron hechos por la empresa Inconas S.R.L., la cual seguiría funcionando; y uno de los estudios lo hizo la consultora Videla – Nadeo, del Ingeniero Videla (conocido profesional del sector hidroeléctrico) y el Dr. en Ciencias Económicas Nadeo. Como consultoras separadas, según Internet,
siguen trabajando… Otro estudio, el del Saltito 3, lo hizo la propia DGCE. El de Garuhapé (el único a nivel de anteproyecto) fue realizado por cuenta de la Cooperativa de Luz y Fuerza de Libertador General San Martín, de Puerto Rico.
¿Tiene sentido volver a partir de cero? Evidentemente no. ¿Pueden ignorarse esos antecedentes? Muchos profesionales pueden dar testimonios de la existencia de esos estudios. Detallo al pie un extenso listado de profesionales y funcionarios que trabajaron en o que conocieron la existencia de esos proyectos.
Se deja en la nebulosa el concepto de micro centrales hidroeléctricas. Las que en su momento construyó el CREDHI (ente tripartito formado por La Nación, EMSA
y la UNaM, en el cual trabajé) eran muy pequeñas, la mayor apenas tenía 0,04 MW de potencia (40 KW); fueron éxitos técnicos pero rotundos fracasos socioeconómicos, por carecer de escala suficiente para autofinanciarse. Digamos que eran “chiches caros” de bajísimos rendimientos, y colapsaron cuando desaparecieron los subsidios.
Aportando precisión y claridad, debemos comenzar por definir que son las microcentrales hidroeléctricas, concepto que suele ser impreciso. En uno de mis libros y en algunos artículos, abordé el tema, definiendo que “microcentrales” son las de hasta 0,1 MW; y “minicentrales” las de más de 0,1 MW hasta 1 MW. Esas definiciones fueron conocidas por el CAP (Comité Argentino de Presas, el cual integro), y por el notable especialista de relevancia mundial, Dr. Ingeniero Giovanni Lombardi, e implícitamente fueron aceptadas. Cabe decir que el Dr. Ing. Lombardi fue el prologuista de dos de mis libros, vinculados al tema.
Por definición, las microcentrales hidroeléctricas son muy chicas. Es imposible que sean “la solución” a los enormes requerimientos crecientes de la demanda eléctrica de Misiones. Es como pretender construir una autovía de 8 manos, utilizando picos y palas de los enanos de jardín, meros elementos decorativos. Lo mismo para las minicentrales, que casi “ni mueven la aguja”.
Las hidroeléctricas de baja potencia pero superiores a 1 MW hasta 10 MW pueden ser soluciones puntuales mejorando la carga del sistema, con lo cual se favorece mantener la tensión. Las de mediana potencia, de más de 10 MW hasta 100 MW, serán paliativos importantes del sistema provincial, y son fácilmente
amortizables, produciendo luego energía a costo cercano a cero.
Los Proyectos Ejecutivos que La Provincia de Misiones en su momento pagó y se completaron, son de rangos de entre 9 MW y 90 MW, factibles técnica y económicamente todas ellas. Pero de ningún modo reemplazarán a los tres grandes proyectos hidroeléctricos binacionales –Corpus, Garabí, Panambí- que son muy importantes para la demanda eléctrica provincial y regional, y que se pagarán solos con los enormes volúmenes de combustible que ahorrarán.
Las grandes hidroeléctricas siguen siendo las más económicas por KWh, de mayores vidas útiles, y las más amigables ambientalmente.
Contra lo que las ONGs del ecologismo fundamentalista afirman –dentro de sus muchas falsedades-, siguen construyéndose en todo el mundo…menos donde no hay agua y desniveles aprovechables…y obviamente no se siguen haciendo donde ya construyeron todas las posibles, como ocurre en Europa, EEUU y Japón.
Apostar a abastecer la demanda provincial solamente con eólicas, solares, o incluso con biomasa, carece de sustento técnico y es simplemente hacerles el caldo gordo a los poderosos intereses de las petroleras y gasíferas, “casualmente” hoy manejando por cuenta propia el Ministerio de Energía de Argentina.
De ahí precisamente, el fuerte énfasis que se está poniendo en esas falsas “soluciones” que son las mal llamadas “renovables”, pues necesitan el respaldo técnico de centrales termoeléctricas –a petróleo o gas-, para estabilizar la energía y cubrir sus baches de intermitencias. Además debe saberse del enorme y escandaloso negociado que se está armando con las licitaciones de “renovables”
(demostrado eso por el OETEC, así como por quien suscribe en artículos precedentes y en el libro “Los Profetas del Caos”), con todo tipo de ventajas excesivas y tarifas dolarizadas y crecientes por contrato. Forman una nueva enorme deuda externa de Argentina, y un freno futuro a toda reindustrialización.
Lo de las microcentrales hidroeléctricas no es más que una costosa
distracción, que poco y nada nos solucionará a nivel macroeconómico, al cual deben hacerse las proyecciones y planificaciones a futuro.
Este recurrente partir de cero, dilapidando conocimientos y estudios
precedentes, ha causado mucho daño a Argentina, siendo uno de los peores ejemplos de ello el desguace de Agua y Energía Eléctrica, perpetrado en la también neoliberal década del ’90, por la ultra privatizadora y personera del establishment
María Julia Alsogaray. No por casualidad, entre los ’80 y los ’90 se habrían extraviado y desaparecido registros, de los estudios técnicos de proyectos hidroeléctricos en cursos de agua interiores de Misiones, de los cuales la Facultad de Ingeniería de la UNaM tampoco se ocupó –evidentemente- de guardar copias y
estudiarlos debidamente.
Borrar los archivos y todo atisbo de memoria histórica, es recurrente metodología de liberales y neoliberales, quienes claramente buscan destruir todo atisbo de soberanía y dignidad nacional.
Me duele como argentino, que estas serias “falencias” nuestras, sean conocidas en el exterior, desde donde muchos me leen. Esperemos que en este tema, se solucionen.
En los datos anexos al pie, se precisan mayores elementos de análisis.
MGTR. EN GESTIÓN DE LA ENERGÍA CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Anexos.
El contexto geográfico.
Como muchos lectores de mis listas de contactos, y sobre todo de mi blog, no son de esta provincia (Misiones), e incluso numerosos son de diversos países del mundo, caben algunas aclaraciones.
En la toponimia local, el Piray Guazú y el Piray Miní son considerados “arroyos”, pese a ser técnicamente ríos. Eso se debe a la idiosincrasia local, influida por estar esta provincia casi totalmente rodeada por tres grandes ríos de enormes caudales (Iguazú, Paraná, Uruguay), ante cuyas comparaciones los cursos de agua interiores son pequeños, y de ahí lo de considerarlos “arroyos”.
Ambos Piray tienen cursos aproximadamente paralelos, con fuertes
pendientes, naciendo al oeste y desembocando en el este, en el Paraná; ambas desembocaduras muy cercanas a la ciudad de Eldorado, una al sur (P. Guazú), y otra al norte (P. Miní), aproximadamente a 100 kilómetros de las Cataratas de
Iguazú.
Si bien sus caudales fueron muy afectados por la deforestación que destruyó buena parte del bosque nativo, que a su vez es parte sobreviviente de la llamada Selva Paranaense (que abarcaba extensas áreas de casi toda Misiones, el este de Paraguay y del sur y centro sur brasileño), están entre los ríos interiores de Misiones más caudalosos, después del Urugua-Í (no confundir con el río Uruguay), gran río interior que nace cerca de Bernardo de Irigoyen (en la frontera con Brasil) y desemboca también en el Paraná, a escasos 40 kilómetros de las cataratas.
Algo de la Historia Energética de Misiones y datos técnicos básicos.
Fue la hoy disuelta Dirección General de Electricidad de Misiones (DGEM), luego transformada en Dirección General de Construcciones Eléctricas (DGCE), el ente provincial que se dio a la tarea de estudiar los cursos de agua para conocer su potencial hidroeléctrico, y de ese modo romper el monopolio de la generación termoeléctrica, que nos salía muy caro, y que solo representaba “buenos negocios” para los proveedores de usinas movidas a petróleo, y un permanente “buen negocio” para los transportistas de combustible, el que por camiones venía
desde San Lorenzo –Santa Fe-, hasta las dos usinas instaladas en Posadas, una junto al río –la hoy desactivada Usina Sulzer-, y la otra en Villa Las Dolores, cerca del arroyo Zaimán. Un extenso recorrido de 1.000 kilómetros, que encarecía los costos del combustible un 35 %. El monopolio termoeléctrico se rompió al
comenzar a generar la Hidroeléctrica Urugua-Í. Hoy Misiones es la única provincia en la cual más del 90 % de la energía consumida es hidroeléctrica, proveniente de Urugua-Í, Yacyretá y Acaray, más los marginales aportes de Los Saltitos.
El viejo Proyecto Piray, cerca de la desembocadura, estudiado antes, se desechó pues se inundaría al construirse la Hidroeléctrica Corpus en el Paraná,
proyecto que aun duerme en los archivos, mientras se sigue derrochando combustible en el SADI (Sistema Argentino de Interconexión).
Sucesivamente se analizaron varias alternativas de obras, en ambos Piray, las que sistemáticamente eran rechazadas por la Secretaría de Estado de Energía (SEE) de La Nación, pretextando buscar proyectos más eficientes y rentables, como excusas para dilaciones que obligaran a seguir incorporando más equipos termoeléctricos ante las urgencias que se iban presentando al transcurrir el
tiempo. Muy claro el sesgo pro termoeléctrico de aquellas conducciones de Energía de la Nación, igual que ahora.
Luego de estudiarse todas las alternativas en ambos Piray, se seleccionaron dos emplazamientos en cada río, los cuales se estudiaron exhaustivamente a nivel de proyecto ejecutivo, incluyéndose perforaciones con muestras de suelo
rigurosamente clasificadas y guardadas en cajas especiales de madera.
Todo ese valioso conjunto de materiales (planos, cálculos, muestras de las calicatas verticales, etc.) fue guardado en la sede de la Dirección Técnica de la Dirección General de Construcciones Eléctricas –DGCE- (Ayacucho y Alvear, de Posadas), transfiriéndose al disolverse la DGCE ( o tal vez antes), al Taller de la misma repartición, que estaba junto a la Usina Sulzer. Incorporado ese Taller con todas sus existencias a EMSA (Electricidad de Misiones S.A.) poco después de 1983, al crearse la efímera EDEMSE (Empresa De Energía de Misiones Sociedad del
Estado), todo el valioso conjunto de documentos y materiales de calicatas (muestras clasificadas de suelos), parece haberse esfumado. Puede y debe reconstruirse, apelando a las fuentes disponibles, las consultoras y los profesionales que en su momento participaron en los estudios.
Los proyectos estudiados los cité (nombre – potencia – energía media anual – costo estimado al momento de terminarse cada proyecto), en las páginas 184 a 186 de mi libro “Energía Eléctrica y Desarrollo Socioeconómico”, impreso por la Editorial Universitaria de la UNaM (Universidad Nacional de Misiones).
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Listado de profesionales y funcionarios intervinientes en los estudios hidroeléctricos de Misiones, o que tomaron conocimiento directo o indirectamente.
De las disueltas DGEM y DGCE
Ing. Pablo A. Robín.
Ing. Guillermo R. Lombardini (fallecido).
Ing. Agustín C. E. Ferreras (emigrado a Brasil).
Sr. Alejandro Orloff – Inmigrante ruso, posiblemente ingeniero que nunca revalidó tu título, pero que acreditaba grandes conocimientos del tema (fallecido).
Ing. Ernesto Hauser (fallecido).
Ing. Juan Carlos González.
Ing. Guillermo A. Reta.
Ing. Raúl L. Sánchez.
Ing. Héctor Páez.
Ing. Eduardo E. Genessini.
Agrimensor Zacharzewski (fallecido).
Lic. Miguel A. Noguera.
CPN MGTR. Carlos A. Ortiz
Además, varios técnicos en importantes tareas auxiliares. Entre ellos los hoy Ingenieros Carlos E. Rovira (ex Gobernador de Misiones y actual Presidente de la Cámara de Diputados de Misiones) y Rubén Bladilo, actual Gerente General de EMSA. También el dirigente del Sindicato de Luz y Fuerza Héctor Rodríguez.
De EMSA.
Ing. Juan Olivella (fallecido).
Ing. Guillermo Guiroy.
Ing. Mario Salomone (fallecido).
Ing. Rubén Guerfal de Grenalfe.
Ing. Alejandro Cuevas.
Ing. Darío Beltramo.
Ing. Eduardo Soracco.
Ing. Rubén Paoloni.
Ing. Raúl Schwarz.
Ing. Gustavo A. Sánchez.
Ing. Julio A. Mercanti.
Ing. Héctor Mayol.
CPN. Delio Varela.
De organismos nacionales y consultores.
Ing. Sabino Mastrángelo (docente de la Maestría en Gestión de la Energía).
Lic. Adolfo Müller (docente de la Maestría en Gestión de la Energía).
Involuntariamente se pudo omitir a algunos profesionales y funcionarios.
Conocimiento directo del tema, lo tuvimos quienes trabajamos en la DGEM, luego transformada en la DGCE.
En EMSA el conocimiento del tema fue marginal; excepto en los casos que integran o integraron comisiones técnicas del CPAIM (Consejo Profesional de Arquitectura e Ingeniería de Misiones), quienes realizaron estudios de notable profundidad y valía.
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