miércoles, 26 de febrero de 2014

ATAQUES DEL ECOTERRORISMO MEDIÁTICO A YACYRETÁ.
Tercera parte – Energía para el lado de los tomates.
“Ir para el lado de los tomates”, es una expresión coloquial, posiblemente herencia hispánica, que significa perder el rumbo, desbarrancar, o equivocarse feo.
Vistas las expresiones de un activista del fundamentalismo ecológico, que firma sus explosivas declaraciones como “Ingeniero”, omitiendo que es Ingeniero Agrónomo, cabe expresar que literalmente se fue para el lado de los tomates.
¿Por qué omite el carácter de su título profesional? Pues al firmar como “ambientalista e ingeniero”, los no avisados pueden suponer que es un ingeniero entendido en la compleja temática energética, pero no es así, y el tenor de sus declaraciones prueba su ignorancia en el tema.
Dado el accionar no solo patológicamente agresivo del opinante, sino la notable retahíla de gruesos brulotes conceptuales expresados sin solución de continuidad (aparentemente vertidos en un reportaje radial, y luego reproducidos por varios medios), analizarlos uno por uno demandaría no menos de media docena de páginas, lo cual atentaría contra la necesaria brevedad de un artículo, y sería de muy densa lectura, por más simplificado que se lo pueda redactar.
En mérito a la brevedad, sin perjuicio de resaltar la sumatoria de incoherencias que delatan una ignorancia supina de la Temática Energética del verborrágico activista del fundamentalismo ecolátrico, solo diré por el momento un par de cosas al respecto.
Dando una voltereta conceptual, después de afirmar (¿¡!?) que –según él- Yacyretá corre riesgo cierto de colapso total (desmoronamiento), expresa “no voy a decir que la represa se va a romper…” Afirmar en tono apocalíptico y desdecirse en el mismo reportaje, es cosa de improvisados, chantas o mentirosos seriales. Digamos que ese ecoterrorista es improvisado.
Por otra parte, dada la sumatoria de acusaciones criminales repartidas como al voleo, en una forma al menos marcadamente irresponsable, cabe dudar totalmente que disponga de elementos con los que respaldar sus afiebradas afirmaciones. Si no se conociera su afición a la notoriedad y su incontenible verborragia, cabría asumir que al opinar pudo estar bajo los influjos de vapores etílicos o de otras sustancias enajenantes del buen sentido.
Se evidencia en sus expresiones, el desconcierto de los ecoterroristas locales (de Misiones), pues sus inconsistentes y cáusticos mensajes “están haciendo agua” al carecen de fundamentos científicos, e incluso atentan contra el sentido común. La gente no experta en el tema, se está dando cuenta, y no quiere hipotecar el futuro a manos de esos predicadores del subdesarrollo crónico.
Así como hace más de un par de décadas, el por entonces ladero de la soberbia y apátrida “Marijú” Alsogaray, muy suelto de cuerpo afirmó que “Urugua-Í (la Central Hidroeléctrica) se va a demoler…”, ahora el ecoterrorista de marras clama por la demolición de Yacyretá…(¡¡¡!!!).
Poniendo las cosas en su real contexto, el 90 % de la energía que consume Misiones es de origen hidroeléctrico, proveniente de Yacyretá, Urugua-Í y Acaray. Yacyretá aporta el 65 %, Urugua-Í el 20 %, y Acaray (Paraguay) el 5 %. Por supuesto que son porcentajes aproximados, pues varían de hora en hora, tal como sucede en todos los sistemas eléctricos del mundo.
¿Cómo cabe calificar a los delirantes que pretenden destruir por meros caprichos ecolátricos –o por otros motivos-, las dos grandes fuentes de generación que abastecen el 85 % del consumo eléctrico de Misiones?
Por su parte, Yacyretá aporta cerca del 20 % de las necesidades actuales de energía eléctrica de Argentina, y una parte crecientemente importante de la demanda paraguaya. ¡Y es energía limpia, segura, constante, operable como base de ambos sistemas eléctricos!
Yacyretá ahorra por año aproximadamente 5.000 millones de litros de gas oil o gas natural equivalente. Urugua-Í evita quemar 90 millones de litros de gas oil o gas natural equivalente por año. ¡Y nos evita los costosos y muy contaminantes fletes terrestres de combustibles desde San Lorenzo (Santa Fe) a Misiones, en una operatoria que era un cáncer económico que encarecía aún más las carísimas operaciones de las centrales termoeléctricas que fueron eficientemente reemplazadas por la Hidroeléctrica Urugua-Í.
         ¡Y contra esas hidros despotrican los ecoterroristas, apoyando de hecho a la muy costosa y muy contaminante generación termoeléctrica (a la cual nunca atacan y toleran “afectuosamente”)! Por caso el panfleto llamado pomposamente “Escenarios Energéticos Argentina 2030” –sarta de mentiras y tergiversaciones, que analicé detalladamente en mi último libro “Los Profetas del Caos” (caoenergia.blogspot.com)-, en los hechos promueve la generación termoeléctrica. Y nuestros “ecologistas” locales, jamás protestaron por las centrales a petróleo, ubicadas en zonas urbanizadas de Posadas, ni por las nuevas instaladas en Alem y Aristóbulo del Valle.
No faltará quien pregunte porqué la energía eléctrica es cara en Misiones. En primer lugar no tiene los elevadísimos subsidios que desde hace muchas décadas favorecen a la población de mayor poder adquisitivo promedio, que es la de Capital Federal y el Conurbano (eso estaría –por fin- en vías de corregirse). Pero además, mientras que la empresa prestadora del servicio eléctrico provincial sea una agencia de empleo, con su plantilla sobresaturada, y con algunas características operativas que asemejan un aquelarre, por más que la energía le sea entregada gratis a EMSA, el usuario la seguirá pagando cara. Por otra parte, no es igual abastecer un mercado concentrado, como los que poseen EDENOR, EDESUR Y EDELAP, con grandes industrias y otros grandes usuarios; que abastecer a un mercado disperso (toda la provincia), atomizado, y con pocos grandes usuarios. Y esas características de EMSA son de larga data.
El ecologismo retrógrado y cavernario, que opera bajo la batuta de Gran Bretaña (Greenpeace, World Wildlife Foundation y otras ONGs fueron creadas y son operadas por el agresivo y avejentado imperio), engaña a la opinión pública, al exaltar hasta el paroxismo irracional, las supuestas “virtudes” de las generaciones eólica, solar y otras que califican como “renovables”; omitiendo sistemáticamente que son carísimas, inútiles para operar como bases de ningún sistema interconectado, y dependiente de usinas convencionales para tapar los baches de sus irregulares e inestables generaciones. Y ahora algún ecoterrorista local “descubrió” las turbinas hidrocinéticas, las cuales están aún en proceso de pruebas (no son confiables), son de muy bajas potencias, de previsibles cortas vidas útiles (por desgaste en un medio agresivo), sus costos REALES por KWh no fueron probados, y tienen el insalvable problema de congestionar las vías navegables al ubicarse en ellas.
Hasta hace poco, los ecólatras vociferaban a voz en cuello, que en Misiones se podría abastecer el consumo con eólicas (¡no hay vientos constantes!) y con paneles solares (¿y de noche solo velas?). Como el engaño quedó en evidencia, ya casi dejaron por completo ese tipo de mentiras. Pero algunos insisten, como el ecoterrorista mediático opinante, o se reciclan con otras tergiversadas y/o falsas “opciones”.
Omiten que solo existen tres tecnologías aptas para operar como bases de sistemas eléctricos –termoeléctrica, hidro y nuclear-, lo cual es técnicamente irrefutable. Las otras tecnologías como la solar y la eólica, son meros complementos.
Nunca definen coherentemente como abastecerán la demanda futura de Misiones y de Argentina, pretendiendo enanizar las proyecciones de consumos.
Tampoco se ocupan del desarrollo socio económico. Ni se preocupan de problemas concretos como los terribles efectos de los agrotóxicos usados en las plantaciones de tabaco, ni de los muchos males de la miseria, que si bien han disminuido en cantidad, aún subsisten…¡y que se multiplicarán, si las tenebrosas alianzas de ecólatras, progres fuera de foco y neoliberales, llegaran a volver a regir los destinos de Misiones y de Argentina toda!

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Investigador de temas económicos y geopolíticos
Ex Investigador y Docente = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – Fac. de Ing. = UNaM
Cursada aprobada en la Maestría en Gestión de la Energía  = UNLa – CNEA
Docente de Economía – Esc. Normal 10 – Nivel Terciario
Docente de la Diplomatura en Geopolítica – Inst. Combate de Mbororé

http://caoenergia.blogspot.com.ar/

lunes, 24 de febrero de 2014

ATAQUES DEL ECOTERRORISMO MEDIÁTICO A YACYRETÁ
Segunda Parte - Operaciones de ecoterrorismo contra Yacyretá.
Cada tanto, desde hace varios años, recrudecen los feroces ataques del ecoterrorismo, con fuerte inserción mediática, intentando desprestigiar a la Central Hidroeléctrica de Yacyretá, y paralelamente, buscando denigrar en forma arteramente falaz, a la generación hidroeléctrica.
5 o 6 años atrás, un enorme escandalete mediático se montó en torno al muy publicitado y jamás demostrado “trasvase de aguas al Iberá”. Para poner en tema a no entendidos, el Iberá es un enorme humedal, un gigantesco bañado, que ocupa buena parte del centro de la Provincia de Corrientes, abarcando prácticamente desde las cercanías del río Paraná a inmediaciones del río Uruguay. El Iberá desagua a los dos grandes ríos, por pequeños ríos interiores, siendo el principal el Corrientes, que conecta con el Paraná.
Con el aumento de la cota de Yacyretá, el ecologismo escandaloso y cavernario, comenzó una durísima campaña mediática, con “denuncias” y “alarmas”, de supuestos trasvases de agua al Iberá, que rápidamente fueron copiadas en tono catástrofe por muchos medios, en particular los mediáticos electrónicos que publicaron el caso como si fuese de una fuente científica veraz, siendo que solo eran acusaciones vertidas al viento, con los habituales presagios catastróficos en tono profético, que tanto usan los ecoterroristas. Hasta contrataron los servicios de ciertos “científicos” de la poco conocida Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, los cuales se borraron olímpicamente, cuando fueron convocados a defender sus “informes”. Curioso que hayan convocado a una Universidad situada a 1.000 Km de distancia, habiendo otras muchas más cercanas…
El tema se comprobó totalmente como una enorme mentira, cuando ante una gran creciente del Paraná, el nivel del Iberá no varió, y entonces se pudo precisar que el taponamiento con ramas y otros desechos vegetales y sólidos en suspensión, de los ríos que desaguan desde el Iberá, causan cada tanto subas del nivel del mencionado humedal. Es como una pileta, a la que se le tapa el desagüe…
Hace un par de años, otro escándalo mediático enorme, realizado con evidente muy mala intención, instaló miedos ante un supuesto colapso de la presa de Yacyretá, en forma artera y mentirosa, pues presentaron la foto de una estructura horizontal –el piso de cemento armado de la pileta de aquietamiento de aguas, ubicado aguas abajo de la presa-, como si fuera una pared vertical de la propia presa.
Esa foto muestra el desgaste –producto de la acción turbulenta del agua que cae de los vertederos con mucha fuerza-, y de ningún modo ninguna falla en la estructura en sí misma de la presa. Poniendo en contexto, es como denunciar el riesgo de caída de un edificio de 30 pisos, basándose en algunos daños menores en el piso del patio posterior. ¡Absurdo! La propia Justicia determinó fehacientemente la falta total de sustento de la escandalosa “denuncia” mediática, reconviniendo –pero muy suavemente- a los irresponsables que difundieron esa mentira con tanta mala fe. Otra “denuncia” de los ecoterroristas, falsa completamente, pero sin lógico ni honesto justificativo, y ahora vuelven a mencionar la mencionada mentirosa “denuncia” de “posible colapso”.

Esos no fueron los únicos casos de ecoterrorismo contra Yacyretá, pero sí los más resonantes, en años anteriores.

sábado, 22 de febrero de 2014

ATAQUES DEL ECOTERRORISMO MEDIÁTICO A YACYRETÁ.
Primera Parte - Algunos viejos antecedentes.
Después de casi 70 años de dilaciones, desde que un visionario expuso la idea de obtener enorme cantidad de energía hidroeléctrica de los Saltos de Apipé, en 1974 siendo aún Presidente Perón, Argentina y Paraguay rubricaron los acuerdos reversales para iniciar la gigantesca obra.
Sin duda, los poderosos intereses vinculados con la generación termoeléctrica (basada en petróleo y gas), presionaron constantemente para impedir o demorar tanto las hidroeléctricas como las nucleares, tanto más si algún proyecto era de notable importancia, como Yacyretá. Desde siempre hubo notable afinidad y connivencias groseras entre los gobiernos de orientación económica liberal, con los sectores petrolíferos extranjeros y los de la termogeneración.
A partir de marzo de 1976, el neoliberalismo se adueñó del poder, en el cual sus testaferros continuarían manejando los hilos económicos hasta la crisis terminal de 2001/2002. Es de recordar que en ese tristemente recordado cuarto de siglo neoliberal, las corruptelas y los negociados estuvieron a la orden del día, destrozándose la economía y el tejido social argentino. La obra de Yacyretá, lamentablemente no fue la excepción a la regla, en ese contexto, pero de ningún modo configuró el summum de la corruptela, pues la venta a precio vil de YPF fue un negociado diez veces más perjudicial para los Intereses Nacionales.
En ese contexto nada favorable, se comenzó y varias veces se suspendió la construcción, acumulando severos retrasos con los consecuentes problemas, además del abultado lucro cesante, a consecuencia de la enorme capacidad de generación eléctrica perdida por tantos años. Pero al establishment nunca le fue conveniente que se terminara Yacyretá, pues ahorra 5.000 millones de litros de gas oil o gas natural equivalente, por año, y evita la instalación de varias usinas termoeléctricas de gran porte, que además del combustible, necesitarían lubricantes,  repuestos, reparaciones y demás. ¡Sin duda obras como Yacyretá, una vez terminadas, evitan muchos potenciales negociados y una ristra interminable de costos muy elevados, que caracterizan a las usinas termoeléctricas, durante todas sus vidas útiles!
Como dato adicional, desde los años ’80 comenzaron a actuar las transnacionales de la ecología, con sus mensajes engañosos y disolventes, provenientes de los centros mundiales del poder, básicamente de Gran Bretaña y EEUU. En la década del ’90, en el tristemente célebre menemato, se transparentó la alianza estratégica entre los sectores políticos más retrógrados y antinacionales, con el ultra ecologismo, tal como demostraron palmariamente las acciones de la múltiple procesada “Marijú” Alsogaray y su entorno. Esa alianza sigue vigente, tal como lo prueba la inclusión en el equipo de gobierno de Macri (liberal en extremo) de un ex (¿¡!?) Greenpeace de alto perfil, como Juan Carlos Villalonga.
Desde los años ’90 fueron constantes los ataques del ecologismo fundamentalista, en contra de la generación hidroeléctrica y nuclear, evidenciándose los fuertes vínculos que los unen con los intereses de las petroleras transnacionales y la generación termoeléctrica (a la que nunca atacan).
Por otra parte, hoy pocos recuerdan que antes de comenzar el menemato, el después Canciller Argentino Guido Di Tella (de clara extracción neoliberal), presionó burdamente para que se paralice definitivamente la obra de Yacyretá, con los consabidos argumentos de “obra faranónica, reducción del gasto, etc.”
Y estando terminada la obra principal, el tristemente recordado multiministro Cavallo, a través de su “experto energético” Carlos Bastos, lanzó la antinacional idea de “privatizar” (léase extranjerizar) Yacyretá, y el Banco de la Nación Argentina. Eran épocas del delarruato, y los posibles intermediarios eran Bush padre para la central hidroeléctrica, y Ana Botín del Banco Santander para el BNA. Ante la sumatoria de oposiciones, las escandalosas operaciones no se concretaron, afortunadamente para los Intereses Nacionales. Otra alternativa a la “privatización” de Yacyretá, era exportar toda su energía a Brasil, bajo el pretexto que “teníamos mucha capacidad de generación ociosa”; lo cual era falso. Lo que en verdad querían esos intereses creados, era eliminar la competencia de Yacyretá, para dejar el mercado a merced de los operadores de usinas termoeléctricas.
Hoy los sectores del ecologismo cavernario, siguen operando claramente a favor de los intereses creados de la termoelectricidad (en base a petróleo y gas natural), al atacar con embustes de todo tipo, y sobre todo mediante el ecoterrorismo, a las centrales hidroeléctricas y nucleares! Y después algunos activistas ecoterroristas dicen estar en contra de los negociados…
La inauguración de las obras principales (la presa en sí misma) fue en 1998, pero debió seguir operando a potencia reducida, dado el estancamiento y lentos avances de las llamadas obras complementarias. Desde 2003 las obras tuvieron un nuevo impulso, transformando positivamente y en gran escala las ciudades de Posadas, Garupá y Candelaria (Argentina), más Encarnación y otras localidades (Paraguay). Con ello, la inauguración definitiva, funcionando ya a cota 83, a plena potencia, fue en 2011.

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

ANALISTA DE TEMAS ECONÓMICOS Y GEOPOLÍTICOS

viernes, 21 de febrero de 2014

MALVINAS NO ES UNA SIMPLE ANÉCDOTA HISTÓRICA
         Tercera y última parte - EL CONFLICTO DEL ATLÁNTICO SUR.
No es intención de este trabajo realizar una completa descripción de ese conflicto bélico, del cual existen numerosos trabajos publicados, algunos de ellos de relevante validez por sus sólidas fundamentaciones documentales, a los cuales podrán remitirse quienes necesiten ampliaciones o profundizaciones al respecto.
El 2 de abril de 1982 se produjo el operativo militar de recuperación de los archipiélagos australes, por parte de las Fuerzas Armadas de Argentina. Desde lo estrictamente militar, el operativo puede ser calificado de impecable, pues fue rápido, preciso, y de acuerdo a las órdenes previas, no se ocasionaron bajas en las tropas británicas. El único fallecido ese día, lamentablemente, fue un oficial de la Armada Argentina, hecho acaecido al reducirse la pequeña guarnición británica existente en Las Malvinas. También fue destacable, que durante los dos meses y medio que duró la permanencia de las fuerzas argentinas en Malvinas, no se registró ningún ataque o agresión a los pobladores ni ningún acto de saqueo o violencia contra civiles. No solo las órdenes al respecto fueron muy estrictas, sino que se partió del hecho fáctico que se estaba recuperando suelo patrio, por lo que esos pobladores habitan jurisdicción argentina, y como tales deben ser respetados.
El caso es que una vez completada la recuperación de los archipiélagos, en particular el de Malvinas, quedó demostrada en los hechos la falta total de un correcto análisis geopolítico, por parte de las cúpulas cívico – militares, que habían usurpado el poder en 1976, y aún permanecían en él, pese al desgaste que en ese momento soportaban, fruto no solo del régimen tiránico imperante, sino por haber apoyado un plan de gobierno crudamente neoliberal, dictado desde los centros del poder financiero mundial, con desastrosas consecuencias económicas y sociales para Argentina.
Esas cúpulas cívico – militares, partían de la presunción –presentada hasta con arrogante altanería- de considerarse “aliados” de EEUU, por lo que supusieron que la potencia del norte sería neutral, o que al menos buscaría sinceramente un acuerdo pacífico al diferendo, que los hechos encaminaban clara e irremisiblemente a una guerra.
Gruesos errores de interpretación de esas cúpulas usurpadoras del poder argentino, pues por haber prestado la colaboración en operativos de contrainsurgencia y guerra sucia en Centroamérica, y por ser demostradamente anticomunistas, creían haber alcanzado el estatus de “aliado” de la mega potencia, siendo que en realidad jugaron el papel de dóciles marionetas descartables a la primera oportunidad, y el conflicto del Atlántico Sur era precisamente eso.
Tremenda ignorancia histórica y geopolítica, imperdonable tanto en las cúpulas militares como en los civiles asociados al gobierno argentino del “proceso” (el del golpe de Estado de 1976); pues un mínimo análisis bien fundamentado muestra las sólidas y viejas alianzas de EEUU con Gran Bretaña, no solo por haber luchado juntos y en estrecha colaboración en las dos grandes guerras mundiales, sino por la sumatoria de actos y hechos coincidentes en los manejos de los resortes del Poder Mundial, ya desde fines del siglo XIX, en forma continuada hasta hoy.
Gran Bretaña puso el marcha su operativo bélico, con un gigantesco convoy, que incluyó varios submarinos nucleares y dos portaviones, contando con los respaldos del Commonwealth (la Comunidad Británica de Naciones) –por caso Nueva Zelandia sumó una fragata-, de la OTAN, y sobre todo muy activamente de EEUU, que en la Isla Ascensión (en medio del Atlántico) abasteció ampliamente de pertrechos bélicos de última generación, como los misiles aire – aire con los que equiparon a los cazas Harrier. Y es conocido que EEUU suministró amplia logística e información satelital y de aviones espías de alto rango de vuelo.
Argentina, encadenada por autoasumidas limitaciones ideológicas, habría desechado o no buscado pertrechos o asistencia en países del entonces bloque comunista -¡las confusiones de los colonizados mentales, que priorizan “al sistema” antes que La Patria!-. Por caso, circuló la firme versión que Cuba habría ofrecido tropas bien entrenadas y pertrechadas, sin condicionamientos, y seguramente se habría podido reforzar convenientemente la Fuerza Aérea, que hizo esfuerzos notables con material volante mayormente anticuado.
Hubo manifestaciones populares y voluntarios que se ofrecieron a luchar, en casi todos los países de Íbero América. Pero particularmente con Perú y Venezuela los argentinos tenemos una enorme deuda de gratitud, por los amplios apoyos recibidos. Lo mismo puede decirse de la Libia de Kadhafy, que envió varias toneladas de pertrechos muy modernos, la mayor parte de los cuales ni habría sido usado, posiblemente por carencias de entrenamiento y problemas logísticos en Malvinas.
Así las cosas, el balance del poder nos era muy desfavorable a los argentinos, sobre todo con la carga de los condicionamientos ideológicos, fruto de la colonización cultural de las cúpulas gobernantes adocenadas.
Cabe expresar que el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca), pasó a ser letra muerta a partir de su clara violación por parte de EEUU y Canadá básicamente, que vetaron todo apoyo a Argentina. Dicho tratado era otro de los engendros frutos de la Guerra Fría, que fue usado para el boqueo a Cuba, la invasión a Santo Domingo y otros fines similares, …siempre “en defensa del mundo libre, occidental y cristiano”, pese a ser todo eso una gigantesca falacia, ni libre, ni circunscripto a occidente ni de valores cristianos.
Por otra parte, debe enfatizarse que pese a lo impopular de la Junta de Comandantes usurpadora del poder en Argentina, la reconquista de las islas tuvo enorme apoyo popular, pues es sin duda una Causa Nacional de muy larga data.
Las acciones bélicas en gran escala se iniciaron el 1º de mayo de 1982, al arribar el convoy agresor a inmediaciones de Malvinas, con el prolegómeno de algunos breves enfrentamientos en Las Georgias del Sur, poco antes. La breve pero intensa guerra duró hasta el 14 de junio de 1982.
Los agresores colonialistas evaluaron también atacar a Argentina en el continente, y un helicóptero británico se destruyó en el sur de Chile, cerca de la frontera argentina, en un presunto operativo comando abortado.
El desgaste sufrido por ambos bandos fue considerable, y solo mucho después se supo que los enconados ataques británicos de los últimos días, eran consecuencia que estaban usando los últimos recursos disponibles en el escenario de guerra, pues varios transportes, sobre todo el Atlantic Conveyor, habían sido hundidos por los aviones argentinos, y los suministros escaseaban del lado británico, además que el grueso de la flota de guerra estaba en muy mal estado. Por algo la flota agresora no fue presentada en las islas, al producirse la rendición argentina.
Allí la inteligencia británica exhibió la cifra “políticamente correcta” de las bajas oficialmente reconocidas a consecuencia de la guerra: Gran Bretaña 255 muertos y 775 heridos, Argentina 649 muertos y 1068 heridos.
Las cifras de Argentina son reales, mientras que las británicas con claramente falseadas, por algo ocultaron la información como secreto de Estado por largo tiempo.
Analistas serios y muy bien documentados, estiman las bajas británicas en un mínimo de 1.029 muertos, existiendo detalles de eso en función de los combates y de los navíos y aeronaves destruidos y dañados de las fuerzas invasoras colonialistas. Muy posiblemente soportaron más de 1.250 bajas.
31 barcos británicos suman los hundidos, más los averiados y fuera de combate. Reconocieron ocho hundimientos, pero muy probablemente el portaviones Invincible –atacado certeramente por la Fuerza Aérea Argentina- fue hundido, y reemplazado de urgencia para ocultarse el hundimiento –por motivos políticos- por otro viejo buque similar que iba camino al desguace.
45 aeronaves británicas fueron destruidas en combate, además de varias perdidas en accidentes, y un número no precisado enviado al mar en las bodegas del gigantesco carguero Atlantic Conveyor.
Según una película documental británica posterior a la guerra, solo mantenían operativo un escuadrón de cazas Harrier…¿que pasó con los demás?
Con semejante nivel de daños soportados por los invasores británicos, además de los combates y bombardeos en tierra, ¿tiene lógica la cifra “oficial” de bajas de sus fuerzas? ¡Sin duda no!
Seguramente no incluyeron tampoco las bajas de los mercenarios gurjas, y de los tripulantes chinos, embarcados de urgencia en Hong Kong.
El altivo orgullo imperial no podía reconocer el enorme castigo recibido de un país del tercer mundo.
Dadas las claras amenazas de arrojar bombas atómicas sobre algunas importantes ciudades argentinas, el Papa Juan Pablo II viajó de urgencia a Argentina para tramitar nuestra rápida rendición.
Por otra parte, según testimonios recogidos de oficiales de las FFAA argentinas, posteriormente a la guerra, militares norteamericanos reconocieron que tenían instrucciones de intervenir directamente, si los británicos hubiesen sido derrotados en los combates finales en Malvinas.

ARGENTINA – MERCOSUR – UNASUR – CELAC – NO ALINEADOS.
Resultan claros y contundentes los apoyos a la postura argentina por la disputa de los tres archipiélagos australes, tanto en los organismos regionales de Íbero América y El Caribe, como en las asociaciones de los países antes agrupados como los No Alineados, de los cuales posiblemente la agrupación actual más representativa es el G 77 Más China. Incluso en la ONU la posición argentina recibe adhesiones, las que quedan neutralizadas por el poder de veto de Gran Bretaña y de EEUU en el Consejo de Seguridad.
FACTORES GEOPOLÍTICO EN JUEGO.
No solo debe considerarse la muy irritante situación de sostenimiento totalmente anacrónico del estatus colonial, en la cual persiste tozudamente la vieja potencia imperial, ni tampoco la cuestión de focalizarse exclusivamente en las legítimas reivindicaciones de Argentina de parte de su patrimonio territorial usurpado por la fuerza. Cobran especial y creciente relevancia los factores de gran importancia geopolítica que están en juego, los que sin duda constituyen la motivación principal por la cual Gran Bretaña persiste en pretender desconocer las sólidas bases históricas, geográficas y políticas que sustentan la postura argentina, con la solidaridad de Íbero América, El Caribe y diversas naciones del antes llamado Tercer Mundo.
La disputa por la soberanía de los tres archipiélagos involucra las enormes riquezas pesqueras, petrolíferas y posiblemente mineralíferas del Atlántico Sur; y sus proyecciones muestran su importancia en la disputa por la soberanía de extensas porciones antárticas, reclamadas por Argentina y Chile, también pretendidas por Gran Bretaña (pese a ser un país del Hemisferio Norte, sin vinculación geográfica con La Antártida).
Además, la presencia británica es una intromisión en el Mar Argentino, el cual se sitúa en la Plataforma continental, dentro de la cual están Las Malvinas.
Desde allí también se influye en el Estrecho de Magallanes, y el Pasaje de Drake, que son las únicas vinculaciones naturales entre el Atlántico y el Pacífico.
Por otra parte, desde Malvinas, la agresividad británica amenaza a La Patagonia, extenso territorio en su mayoría argentino, sobre el cual las ONGs británicas (principalmente) y norteamericanas realizan acciones de zapa para promover el racismo ultra indigenista; y pautas de ecología cavernaria, cuyas verdaderas finalidades son mantenernos anclados en el subdesarrollo crónico.
Puede constatarse que hay mucho en juego, además de la dignidad nacional. Por ello, solo puede ser fruto del desconocimiento, de la superficialidad, o de asumir posturas encubiertas pro británicas, que algunos opinantes tilden de “patriotera” la firme posición argentina al respecto.
Tan desubicada esa calificación, como tratar de “patrioteras” la resistencia de EEUU a la invasión británica de 1812, la defensa cubana en Bahía de Cochinos, la rebelión de España contra la invasión napoleónica, o la combatividad rusa ante la Operación Barbarroja.

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

ANALISTA DE TEMAS ECONÓMICOS Y GEOPOLITICOS

martes, 18 de febrero de 2014

Malvinas no es una simple anécdota histórica (Segunda Parte)
Foto: AFP – La Voz de Rusia – 18/02/2014
En mérito a la brevedad, cabe decir que las Malvinas están en la Plataforma Continental Argentina, a menos de trescientos cincuenta kilómetros del punto más cercano del territorio continental argentino; mientras que se sitúan a catorce mil kilómetros de Gran Bretaña.

Su usurpación y continuada ocupación es otro de los tantos actos de piratería que el vetusto imperio realizó en su existencia. Un poco más alejados pero claramente en jurisdicción del Mar Argentino o de sus adyacencias, están los otros dos archipiélagos en disputa. Claramente sus usurpaciones forman parte de las evidentes amenazas estratégicas a Sudamérica, de la OTAN, del Commonwealth y de la entente explícita EEUU-Gran Bretaña, aliados en los procesos de neocolonialismo del siglo XXI.
Quede en claro que no se trata de ningún prejuicio ni menos aún odio, al pueblo británico, el cual merece respeto, como cualquier otro grupo humano, en un contexto de pensamiento fuera de toda connotación racista o discriminativa.
Resulta muy claro que pese al buen nivel de vida medio existente en Gran Bretaña, la estructura socio política de ese país es fuertemente clasista, estructurada en estratos diferenciados pétreos, discriminando y excluyendo a las grandes mayorías, pues la movilidad social tiene un techo casi infranqueable, muy característico de las sociedades humanas que separan a la gente en nobles y plebeyos, en una estructuración segmentada, como herencia anacrónica post medieval, dieciochesca congelada en el tiempo.
De hecho, el sistema monárquico, mantenido y en parte renacido en Europa, resulta en el mantenimiento de castas ociosas, improductivas y cargadas de injustificables privilegios, que mal pueden considerarse un ejemplo para el mundo.
Por otra parte, en Gran Bretaña el acceso a la educación superior es restringido por la vía de elevados aranceles, acentuando la estratificación socioeconómica.
Ese tipo de cerrada discriminación era el que padecían los kelpers (isleños malvinenses), siendo notable que por las cerradas pautas culturales impuestas por el anacrónico imperio, esa realidad era mansamente tolerada y aceptada –seguramente sin margen de discrepancia- por esos pobladores, que eran considerados “súbditos británicos de segunda categoría”. En ese contexto semi feudal dieciochescamente monárquico, tiene enorme importancia la valiente actitud de Alejandro Betts, quien enfrentando presiones sociales e incluso familiares, asumió plenamente la ciudadanía argentina, que por derecho le corresponde, pues nació en territorio argentino, nació en Malvinas.
Con esos condicionamientos culturales, puede entenderse el rechazo a Argentina, manifestado por la población isleña, que es básicamente británica trasplantada a las islas. Pero pueden quedarse tranquilos, pues Argentina es un país tolerante, sin racismos, que integró bien a diferentes contingentes de inmigrantes de muchos orígenes. Cuando esas islas vuelvan a la soberanía argentina –como corresponde-, serán respetados plenamente, podrán vivir en paz, y acceder a los muchos beneficios que la Argentina continental dispensa a todos los habitantes.
Si bien el colonialismo es de muy vieja data, y en América comenzó desde el descubrimiento formal del continente por parte de los europeos, en 1492; la elevación (¿¡!?) al rango de estatus formal incluso exhibido con aires de grandeza por las potencias que lo practicaban, puede situarse en el siglo XIX, con el punto de máxima exaltación en la Conferencia de Berlín, realizada en 1884/5.
Básicamente en esa Conferencia, se acordó la repartija de África –como si fuera un simple bien mostrenco, sin importar nada sus pobladores y sus culturas-, entre las varias potencias colonialistas europeas de fines del siglo XIX.
Ya antes habían logrado subyugar a antiquísimos pueblos y culturas, como los casos de India y China, por citar tal vez los más relevantes pero no los únicos.
El colonialismo se extendió también por buena parte de Asia; mientras que en Sudamérica el colonialismo financiero – diplomático británico había logrado el dominio pleno, solo sutilmente reforzado por ciertas presencias militares o exhibiciones discretas pero contundentes de su poder naval, por entonces excluyente. El colonialismo cultural era una pieza clave de la estrategia colonial británica en América del Sur y parte del Caribe, y la doctrina económica liberal, sin duda operó como el duro mascarón de proa para forzar el mantenimiento de ese esquema de subordinación real, bajo apariencias de independencias formales.
En América Central y buena parte del Caribe, la Doctrina del Gran Garrote (Big Stick) resultó ser la transparentación del intervencionismo militar de EEUU en su “patio trasero” próximo; despectiva denominación que luego se amplió a toda Iberoamérica y El Caribe, solo tolerando ciertas presencias colonialistas de Gran Bretaña, Francia y Holanda en ese contexto geográfico.
Después de promesas de descolonización a escala mundial, rápidamente incumplidas por las potencias vencedoras en la Primera Guerra Mundial, al cabo de la Segunda Guerra Mundial el proceso de descolonización adquirió por fin fuerza efectiva, con las independencias de nuevas naciones o los resurgimientos de viejos Estados, en un proceso históricamente muy breve, sobre todo entre 1945 y la década del sesenta; continuando en escalas menores en las dos o tres décadas siguientes.
Pocos enclaves abiertamente coloniales perduraron, siendo uno de ellos el de los tres archipiélagos en disputa en el Atlántico Sur, en los cuales Gran Bretaña mantuvo el anacrónico régimen, pese a los muy fundamentados reclamos de Argentina.
Claramente, entre 1945 y cerca de fin de siglo, era “políticamente incorrecto” declarar abiertamente posiciones favorables a acciones colonialistas, desarrolladas según la tónica tradicional de las intervenciones armadas directas; pese a lo cual hubo muchas acciones de intervenciones solapadas en otros Estados, pudiendo citarse los sucesivos golpes de Estado en Sudamérica en los años setenta, algunos de ellos con directas pero encubiertas participaciones de la CIA (la inteligencia norteamericana), pero no fueron los únicos casos en el mundo, en esos convulsionados años, los sucesivos y también los anteriores recientes.
Pero a partir de la Revolución Neoconservadora, personificada en la dupla Reagan–Thatcher, el intervencionismo militar directo y desembozado, amparado por nuevas doctrinas de “ataques preventivos” y de “defensa de la libertad, la democracia, los derechos humanos” y otros eufemismos esgrimidos como justificativos mediáticos, puede considerarse que se dio origen a la era del Neocolonialismo del Siglo XXI. Evidentemente el cuadro de Unipolaridad Excluyente –que algunos vaticinaron como cuadro permanente- al emerger EEUU como la única gran potencia mundial, y contando con la Unión Europea como socio menor casi incondicional, fue el contexto geopolítico global que dio cabida a esa nueva etapa del colonialismo, dentro de la cual están sucediendo muchos hechos de gran trascendencia estratégica mundial.
Sin duda el mundo se transformó rápidamente en Multipolar, con los roles crecientes de la Potencias Emergentes del BRICS, de los otros Doce Emergentes (dentro de los que está Argentina), además de los cambios en las potencias tradicionales de la troika económica de EEUU, UE y Japón.
Es por las presiones de la nueva realidad mundial, que Gran Bretaña pretende darle una pseudo apariencia no colonial, intentando crear un Estado prefabricado y falso, fogoneando la supuesta autodeterminación de su población invasora y trasplantada, en Malvinas. Y con ello, no solo proyecta un nuevo Estado tapón, sino darle mayor viabilidad a sus pretensiones de usurpaciones de los territorios antárticos de Argentina y Chile.
Mientras, realiza constantes acciones de “guerras blandas”, por medio de varias ONGs pseudo ecologistas (como Greenpeace), de “derechos humanos” (una excusa eufemística para desarrollar otras acciones disolventes), y ultra indigenistas (como Mapuche Nation, que se entromete descaradamente en la Patagonia Argentina y la Patagonia Chilena, desde su sede en Bristol, Gran Bretaña).
Sin duda los ultra indigenistas buscan provocar conflictos y odios de tipo racial, acorde a la vieja usanza británica de “divide y reinarás”.
El informe Shackleton y el informe Rockefeller
Elaborado por un equipo de especialistas, conducido por Lord Shackleton, el informe fue presentado en 1976. Recomendaba distintas líneas de acciones que juzgó factibles. Entre ellas la pesca –con el puerto isleño como base operativa-, y otras operaciones vinculadas al rico mar continental austral y similares, como cría de salmones y procesamiento de algas. Consideraba una prioridad la extensión del aeropuerto, tanto para uso civil como militar.
No obstante, no recomendaba la actividad petrolera y gasífera, no solo por los problemas técnicos – operativos, sino seguramente por serle muy importante contar con un respaldo en tierra firma, el cual lógicamente Argentina no está dispuesta a dar hasta tanto se resuelva favorablemente el conflicto por la soberanía de los archipiélagos.
Se asegura que las conclusiones de dicho informe siguen siendo válidas para los entes británicos en la fecha.
Sin duda constituyó otro paso en las acciones colonialistas británicas en el Atlántico Sur y la Antártida.
Por su parte, el Informe Rockefeller, finalizado en 1969, fue realizado por Nelson Rockefeller, en la presidencia de Nixon. Analizó los factores que forjan la notable unidad que es Íbero América (también llamada Latinoamérica). Los factores de unidad de nuestros pueblos son tres. Idioma en común (incluyendo al muy similar portugués); historia en común (la cual cuenta con numerosos antecedentes de intentos de unificación); religión en común, siendo el catolicismo la religión mayoritaria, y con fuerte inserción histórica en esta gran región.
Los ataques en muchos casos sutiles, se dieron en todos los campos, siendo notable la mayor penetración de pautas culturales de violencia y de bajo nivel, por medio de la difusión masiva de series de TV, de películas, así como las distorsiones conceptuales difundidas por distintos medios que operan bajo la batuta de la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa).
La historia en común es omitida por los falsificadores de la historia, al estilo del academicismo histórico basado en omisiones y tergiversaciones, que tuvo en Argentina a Bartolomé Mitre como su fundador y principal instigador. Incluso tratan las historias de nuestras fragmentadas naciones como hechos aislados, no como un todo de origen, y acentúan factores de desunión, como guerras y otros hechos conflictivos, incluyendo ciertos prejuicios racistas inculcados con mucha sutileza, y con violencia conceptual y de hecho en los últimos años, en el movimiento ultraindigenista, financiado desde los centros de poder de las potencias anglosajonas, con el entusiasta apoyo de sectores de “izquierdas” pseudo progresistas, divorciados de todo lo vinculado al Pensamiento Nacional.
La religión en común es un factor no solo espiritual, sino cultural de importancia formidable. Ya en 1912, Theodore Roosevelt (el presidente de la doctrina del Gran Garrote), había manifestado su contrariedad por el accionar de la Iglesia Católica, por hacer pensar a los fieles e inculcarles pautas de compromiso, honestidad y de dignidad personal, entre otros valores morales esenciales. Rockefeller fue mucho más allá, pues aconsejó apoyar a las variopintas iglesias y sectas llamadas genéricamente pentecostales, con interpretaciones muy curiosas de La Biblia, con énfasis acentuado en el Antiguo Testamento, con técnicas de captación y de asimilación férreamente consolidada de los fieles, y dentro de la notable variedad, unidas todas por el constante ataque a la Iglesia Católica, dedicándose claramente más a cooptar sus fieles entre católicos que entre los agnósticos o los fieles de otras religiones. Las financiaciones provenientes de EEUU a esa expansión pentecostal, según lo indican diversas fuentes extraoficiales, parecen ser muy importantes y constantes.
Queda en claro que los notables esfuerzos de unidad continental, de entes regionales como el Mercosur, la Unasur y la Celac, están a contramano de las líneas de acciones marcadas desde los centros de poder de América del Norte.

Por algo esos entes regionales hicieron suya la causa de Malvinas, mientras desde los organismos panamericanos (en los que influyen mucho EEUU y Canadá), el tema es tratado con parsimonia y evidente postura anglófila.

CARLOS ANDRÉS ORTIZ

lunes, 17 de febrero de 2014

Malvinas no es una simple anécdota histórica
Foto: EPA – La Voz de Rusia – 17/02/2014
Más allá de los avatares históricos previos a la independencia argentina (1810 – 1816), en los que el Archipiélago de Malvinas fue reclamado por franceses, ingleses y españoles, resulta irrefutable que ese territorio isleño fue recibido en heredad por Argentina, al independizarnos de España, y como tal fue poblado, existiendo un Gobernador Argentino, al momento de la violenta usurpación consumada por Gran Bretaña en 1833.

Poniendo las cosas en su contexto, la recuperación inmediata no fue posible, pues nuestra escasa flota de guerra de esos años, estaba reducida a su mínima expresión, inducida por el endeudamiento irracional que agentes británicos (algunos de nacionalidad argentina) nos hicieron asumir con la Banca Baring Brothers en 1824. Vale acotar que el endeudamiento financiero a niveles impagables, con deudas innecesarias y plagadas de leoninas comisiones a intermediarios y otros gastos injustificables, fue la herramienta de sometimiento al imperio británico de prácticamente todas las nuevas naciones hispanoamericanas recién independizadas.
Ya antes, en 1806 y 1807, fueron rechazadas dos invasiones británicas, perpetradas contra Buenos Aires, con la intención de apoderarse del entonces Virreinato del Río de la Plata.
Durante el Segundo Gobierno de Juan Manuel de Rosas, fueron vencidos dos prolongados bloqueos navales (1838-1840/1845-1850), realizados por Francia y Gran Bretaña, por entonces las principales potencias militares del mundo. El tema es hoy ocultado y poco conocido mundialmente, y silenciado por los sectores anglófilos de Argentina, pese a su enorme significación. Para poner en su justa medida esos enfrentamientos armados, en la misma época esas y otras potencias lograron sojuzgar totalmente a China, no solo a fuerza de las armas, sino con la insidiosa introducción del opio para minar las voluntades del pueblo chino.
Desde 1852, y sobre todo a partir de 1860, por casi medio siglo el poder en Argentina fue ocupado por minorías oligárquicas, de orientación económica liberal, y claramente anglófilas. Bajo el gobierno del anglófilo Bartolomé Mitre, con abierta instigación y pertrechos británicos, se libró la fratricida Guerra de la Triple Alianza (1865-1870), de características genocidas contra Paraguay. Vencido Paraguay, le fue impuesto asumir un oneroso crédito tramitado por la Banca británica. Paraguay molestaba, pues era el único país de la región que no se había subordinado a los mandatos británicos, e incluso estaba en proceso de industrialización.
La injerencia en la política interna y en la economía argentina, en muchos casos desembozada y arrogante, fue una constante de Gran Bretaña en los doscientos años de historia de Argentina; siempre contando como subordinados convencidos y dóciles a sectores minoritarios de las oligarquías locales apátridas.
Esa conjunción de intereses británicos y oligárquicos desde siempre se opuso a la industrialización y al desarrollo tecnológico argentino, tal como vino a “recomendar” Felipe de Edimburgo a comienzos de los años sesentas, precisamente cuando estábamos en un proceso de fuerte desarrollo industrial… ¡y poco después se perpetró un golpe de Estado de cuño económico liberal (anti industrialista) y ultra conservador, en 1962!
Antes, en 1955, el golpe de Estado, vengativo y sangriento, fue claramente inducido por Gran Bretaña, la cual dio municiones y combustibles a naves de la Armada Argentina, sublevadas contra el gobierno constitucional. Ese golpe de Estado fue festejado por Churchill y su gabinete.
El historiador canadiense británico Harry S. Ferns, autor de dos libros –entre fines de los sesentas y comienzos de los setentas- en los que analizó la historia y la realidad argentinas, expresó claramente que la única forma de desmontar las enormes y muy positivas transformaciones sociales, políticas y económicas construidas por el peronismo (un movimiento de orientación nacional y popular), requería el estallido de una guerra civil.
Curiosamente (o no tanto), existe una versión de un episodio en el que la “gran prensa” habría puesto sordina, según la cual fue interceptado un cargamento de armas y municiones, desembarcadas en Buenos Aires del buque antártico británico “Endurance”, de lo cual hubo indicios que iban a equipar a guerrilleros “izquierdistas” (posiblemente Montoneros) en 1974 . Pero algún breve comentario habría sido publicado, y no hubo mayores consecuencias pues un diplomático británico estuvo involucrado, y seguramente hubo presiones para no generar un escándalo mayúsculo. Posteriormente se detectaron –según referencias de buena fuente- dos cargamentos más de iguales características, uno en un buque carguero británico y otro en un avión de la British Caledonian. La guerrilla ya muy activa, estaba siendo pertrechada… Se estaban creando las condiciones para que las cúpulas militares, cooptadas por la ideología de la Seguridad Nacional –impuesta por EEUU por medio de la Escuela de las Américas-, usurpasen nuevamente el poder.
En los años setentas y comienzos de los ochentas, la violencia irracional de la guerrilla y la réplica violenta de las Fuerzas Armadas tuvo las características de una verdadera guerra civil, la misma que citó antes Ferns. Y en el golpe de Estado de 1976 ese fue el marco para la aplicación de la doctrina del liberalismo salvaje en Argentina, instigado por el G 7, y básicamente por los centros del poder ubicados en EEUU y Gran Bretaña.
Pese a todos esos avatares, Argentina siguió haciendo reclamos diplomáticos por los tres archipiélagos australes (Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur), año a año, e inclusive hubo notorios éxitos diplomáticos en el seno de las Naciones Unidas, obteniéndose Resoluciones muy favorables a nuestro país, las que nunca fueron acatadas por Gran Bretaña.
En 1976 se difundió el Informe Shackleton, realizado por el Lord homónimo y un equipo de especialistas, que viajaron a Malvinas especialmente para evaluar la realidad general, dando pautas de actividades económicas con las que sugirieron que podrían autofinanciarse las islas. El viaje de Lord Shackleton y su informe fueron repudiados públicamente por Argentina.
Por esos años, las islas constituían una pesada carga para el presupuesto británico, y sus habitantes –los kelpers- eran objeto de discriminación en el contexto social local isleño, y en la propia Gran Bretaña; algo así como ciudadanos de segunda categoría.
Antes, en 1969, se conoció el Informe Rockefeller, en el cual recomendó destruir los tres factores constitutivos de la fuerte ligazón cultural de Íbero América: lengua en común (incluyendo al similar portugués), historia muy ligada de nuestros países, y una religión fuertemente mayoritaria, la católica. Divide y reinarás, vieja máxima aplicada constantemente por las potencias anglosajonas.
La Guerra del Atlántico Sur (1982), sutilmente instigada por Gran Bretaña, le fue funcional al Almirantazgo, para evitar mayores recortes presupuestarios, y al Foreign Office para dar un vuelco activo al accionar británico en los tres archipiélagos australes, principalmente Malvinas.
Por otra parte, si Argentina no realizaba el operativo militar de reconquista de las islas, existía en marcha el proyecto de declaración de “independencia” de los kelpers malvineros (con visita real ya programada ese año 1982), con prefabricación de otro Estado tapón ficticio, que se sumaría al Commonwealth, acción en la cual Gran Bretaña tiene sobrada experiencia.
Las cúpulas cívico militares, usurpadoras del poder en Argentina, colonizadas mentales de doctrinas antinacionales, no supieron distinguir las enormes diferencias entre la defensa de la soberanía (lo permanente), y la defensa del “sistema” (temporario y secundario). Los errores y vacilaciones de esas cúpulas, neutralizaron el notable desempeño de los pilotos de combate argentinos, y las resistencias en muchos casos enconada y bravía de las tropas en tierra y aguas circundantes.
Invadidas nuevamente las islas por los usurpadores británicos, tuvieron el pretexto para cambiar el estatus de sus pobladores, y para promover fuertemente actividades económicas, como la pesca (en aguas claramente argentinas) y la exploración petrolífera. Y allí cobró fuerza la idea de la insólita supuesta validez de la “autodeterminación” de los kelpers, en un proceso viciado de nulidad, por ser invasores, en archipiélagos cuya disputa sigue firmemente vigente.
La habilidad británica, usando la diplomacia, la fuerza y las presiones económicas, para crear Estados tapones, tal como sucedió en Belice, Kuwait y Uruguay, pretende repetirse en Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
Evidentemente las persistentes acciones diplomáticas del actual gobierno argentino, perturban a Gran Bretaña, que no puede ocultar ante el mundo el conflicto ni la indignidad de su posición; siendo por otra parte notorio el respaldo a la firme posición argentina, por parte de organismos regionales, como el Mercosur, la Unasur y la Celac.
Por algo el reciente y abortado golpe de mercado en Argentina (diciembre de 2013 y enero de 2014) fue iniciado por las filiales locales de la petrolera Shell y del Banco HSBC, ambas empresas controladas por el anacrónico imperio. Incluso se divulgaron fundamentadas opiniones, que responsabilizan directamente a Gran Bretaña de fogonear la intentona destituyente en Argentina, por la “indocilidad” del actual gobierno a los “mandatos” imperiales.

co/sk

miércoles, 12 de febrero de 2014

EL ESTRATÉGICO TEMA DE LOS PRECIOS DE LOS COMBUSTIBLES
Uno de los objetivos del golpe de mercado armado recientemente en Argentina, es llevar los precios de los combustibles a valores internacionales.
Ese fue claramente el justificativo que el responsable de la filial local de Shell expuso, al ser consultado por los motivos de sus recientes acciones groseramente desestabilizadoras, propinantes y abanderados visibles de las presiones fuertemente devaluatorias, instrumentadas por medio del Banco con el cual opera la petrolera anglo holandesa, el HSBC, “casualmente” también de capitales británicos, por medio de la burda maniobra de compra de dólares a una cotización muy superior a la vigente en ese día.
Por supuesto que a nadie medianamente informado escapa el hecho que el objetivo principal fue –y sigue siendo- lograr la defenestración del actual gobierno, constante objetivo del establishment neoliberal y ultra conservador en lo político.
Aunque ese sector de la clase media poco informada y muy susceptible de ser influenciada por las campañas mediáticas, no lo sepa o no lo recuerde, esa misma metodología –adaptada a las condiciones de cada época histórica- fue la aplicada para expulsar del gobierno a Yrigoyen (1930), a Perón (1955), a Frondizi (1962), a Illia (1966), al peronismo (1976) y a Alfonsín (1989).
Haciendo un poco de historia, el golpe de Estado contra Yrigoyen (primer gran caudillo popular y nacional del siglo XX), según diversos analistas bien documentados, “tuvo claro olor a petróleo”, pues el primer objetivo fue “enanizar” a la estatal YPF (primera petrolera estatal del mundo, sumamente eficiente en esos años), pues las constantes presiones de Shell y Esso apuntaban a cobrar valores internacionales al combustible vendido en el mercado interno, pese a que los costos de extracción en Argentina eran sensiblemente más económicos que la media internacional. La persecución contra los Generales Ingenieros que tan eficiente y patrióticamente habían dirigido a YPF en sus primeros ocho años, fue simplemente feroz. Mosconi debió exiliarse, y murió años después en digna pobreza; mientras que Baldrich debió soportar las penurias de la injusta cárcel. Los combustibles se encarecieron, alineándose con cotizaciones internacionales. Después sobrevendría la década infame, de la mano de Justo y sus continuadores, con los habituales doctores de apellidos ilustres, que combinaban sus cargos en empresas extranjeras (básicamente británicas), con la función pública, con las complicidades de la “prensa seria” (liberal a ultranza) y los partidos de la componenda política adocenada (conservadores, radicales “galeritas” –alvearistas-, socialistas, etc.).
En 1955, el golpe financiado, armado (municiones y combustibles para los barcos sublevados, y posiblemente logística para otras armas) y luego festejado por Gran Bretaña, además de pretender retrotraer Argentina a su triste rol de país- estancia, y desarmar todas las muchas conquistas sociales, tuvo por finalidad hacer caer el contrato petrolero con La California, que hubiese posibilitado el autoabastecimiento petrolero, comandado por YPF. Abortado el contrato, las importaciones de petróleo siguieron erosionando la Balanza de Pagos…
Entre 1958 y 1962, aún bajo enormes presiones frutos de su debilidad política y del altanero rol de las cúpulas militares herederas de la “revolución fusiladora” del ’55, el gobierno de Frondizi no solo emprendió una fuerte y muy decidida industrialización y construcción de grandes obras de infraestructura, sino que por primera vez se alcanzó el autoabastecimiento petrolero, mediante contratos de concesión con empresas foráneas, pero que reservaban totalmente el manejo y operación del crudo a la estatal YPF.
El golpe de Estado de 1962, nuevamente frenó el proceso de transformaciones, y luego de las condicionadas elecciones de 1963, los contratos petroleros fueron anulados…sin que en los hechos se concretaran acciones de reemplazo a esos contratos, con lo que se debió volver a importar crudo.
Otro golpe de Estado se produjo en 1966, que los historiadores revisionistas vinculan con las presiones de los laboratorios productores de medicamentos, ante la declarada intención del gobierno de Illia de ordenar al sector, para abaratar los precios de los remedios. Fue un golpe de Estado atípico, pues curiosamente demostró después tener componentes de orientación nacional, como lo demuestran los fuertes impulsos al Plan Nuclear, los decididos apoyos a la industrialización y el notable Plan Europa de reequipamiento de las Fuerzas Armadas, con muchos componentes fabricados localmente. Pero los componentes liberales que guiaron aspectos económicos, favorecieron la extranjerización de la economía argentina. El autoabastecimiento de petróleo siguió siendo materia pendiente.
El golpe de Estado de 1976, además de ser la reedición corregida y ampliada de la década infame (la de 1930-1943), destruyó sistemáticamente la economía argentina y empobreció a la población, además de obligar a las Empresas del Estado a asumir irracionales deudas, de las cuales las divisas de los préstamos eran automáticamente transferidas al Tesoro Nacional, para enjugar los crecientes déficits. Perversa política que adrede hizo pasar como “ineficientes” a las empresas estatales, pues sus balances daban resultados negativos, a consecuencia de los brutales endeudamientos. Por supuesto, eran conducidas por agentes del liberalismo extremo, es decir funcionarios interesados en presentarlas como ineficientes, para facilitar sus posteriores ventas o desguaces, lo cual fue consumado años después, en el apogeo del neoliberalismo durante los terribles años de la década del ’90.
El golpe de mercado contra Alfonsín, en 1989, tuvo por finalidad apurar la asunción de Menem al poder, ya imbuido de su rol de “buen alumno” del neoliberalismo a ultranza, manejado por el Consenso de Washington. Las nefastas consecuencias de ello son muy bien conocidas, aunque algunos se empeñen en “olvidarse”.
Al “privatizarse” (extranjerizarse) YPF, además de saquear nuestras reservas de petróleo y gas sin ningún freno ni control, las referencias de precios fueron los internacionales.
Más caro para los consumidores argentinos, ya muy castigados en esos años, y menos competitividad para la industria nacional.
Recuperado el control de YPF y parcialmente (51%) la propiedad, faltando aún reconstituir Gas del Estado (y refundar Agua y Energía Eléctrica), será bastante dificultoso imponer precios acordes a los costos nacionales a los combustibles, por los entrecruzamientos de intereses de los contratos de explotación de yacimientos, y por las regalías que perciben las provincias petroleras.
Lograrlo sin apelar a subsidios, será un punto importante para favorecer la mayor competitividad de la economía argentina. Es un tema estratégico, tal como lo prueba la historia argentina.


C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

ANALISTA DE TEMAS ECONÓMICOS Y GEOPOLÍTICOS

lunes, 10 de febrero de 2014

EL DOBLE ESTÁNDAR DE LA TROIKA COLONIALISTA
Permítase el neologismo de acuñación propia, de la Troika Colonialista del Siglo XXI. Más allá de otros conflictos y hechos de violencia internos (revoluciones, golpes de mercado, alzamientos varios) y de guerras o enfrentamientos internacionales diversos, resulta muy evidente el cambio de metodología intervencionista aplicado por la troika conformada por la OTAN, la Unión Europea y EEUU, desde fines de la década del ’80 en el siglo pasado, accionar acentuado clara y desembozadamente en el presente siglo.
Los sucesos de Siria, Ucrania y de Bosnia Herzegovina, permiten constatar –una vez más- el doble rasero que la Troika Colonialista del Siglo XXI aplica a las relaciones internacionales.
En Siria resulta evidente o poco menos que las provisiones de pertrechos bélicos y otros soportes logísticos de los insurgentes, son provistos por La Troika mencionada, o por aliados incondicionales (como Arabia Saudita, entre otros). Y el machacar de los medios de difusión manejados por esas potencias, sigue promoviendo la invasión militar o intervención militar directa, tal como lo perpetraron antes en Iraq y en Libia (por citar dos de los casos más recientes y evidentes). Las excusas son diversas –supuestas armas de destrucción masiva, violaciones a los derechos humanos, defensa de “la democracia”, las “preocupaciones” de la “comunidad internacional” (o sea ellos mismos), etc.-, pero detrás subyace la intención de derrocar a gobiernos que no son “adictos” a los dictados geopolíticos y “recetas” económicas que emanan de la Troika Colonialista y de sus entes asociados o rectores (las grandes corporaciones financieras, petroleras, productoras de armas, el FMI, y otras).
Y por supuesto, las atrocidades cometidas por las tropas mercenarias insurgentes en la guerra interna de Siria, no merecen ni un solo comentario en los medios de comunicación masivos manejados por la Troika Colonialista.
En Ucrania, la metodología que se advierte –evaluando con objetividad y desde distintos medios a los que se puede acceder-, es muy similar a la empleada en la “revolución naranja” de años atrás, con fuerte incentivación a la violencia, con consignas posiblemente instaladas desde las redes digitales, y con planteos de consignas como “democracia” y “libertad”, que bien sabemos suelen manipularse a gusto de quienes las utilizan. En ese país eslavo, lo que se juega es la asociación más estrecha con Rusia, o la inserción en la UE bajo esquemas de “libre mercado”, o eventualmente alguna alternativa diferente y equidistante de ambos centros de poder. Buena parte de las preocupaciones de los que rechazan la inserción –fuertemente condicionada- en la Unión Europea, tienen que ver con los serios problemas muy concretos que las imposiciones de “libre mercado” causaron a otras economías menores subordinadas a los mandatos financieros de la Unión Europea. Y no se trata solo de las terribles crisis en Portugal, Irlanda, Grecia, España y otros socios menores de Europa Occidental; sino también los devastadores efectos en varias de las economías de Europa Oriental, aquejadas de los males de la globalización paneuropea.
En el caso de Ucrania, las declaraciones de altos funcionarios de EEUU tuvieron indudables connotaciones imperativas, configurando acciones de claras intervenciones externas en la política interna ucraniana. Paralelamente, la UE también presiona y apoya mediáticamente a las protestas, en incentivaciones que parecen conducir a una insurrección abierta…siempre pretextando “defender la democracia, la libertad”, etc.
Mientras tanto, en la destrozada ex Yugoeslavia (previamente bombardeada por la OTAN cuando se consumaba su balcanización en siete mini Estados), la pobreza y la desocupación masiva, ha provocado grandes protestas populares en Bosnia Herzegovina. ¡Y allí si, la UE se apresta a intervenir militarmente, en apoyo del gobierno pero para salvar “a los mercados” manejados por el neoliberalismo impuesto desde la propia UE! No importa nada, en este caso, que los reclamos sean justificados. ¡NO! El caso es que para la UE, una vez impuesto, el modelo neoliberal no se toca, sin importar los costos sociales y los perjuicios claros a los países en que se aplica.
Tal como en España, donde la masa de desocupados –a niveles espantosos- poco importa, los “desahuciados” (término español para designar a los expulsados de sus propias viviendas) ni se consideran, el éxodo de población calificada poco y nada parece importar (tal como en la Argentina de los ’90); mientras que los salvatajes a lo Bancos y el enriquecimiento de minorías muy privilegiadas alcanza niveles escandalosos (como los elevadísimos honorarios de directores de Bancos privados españoles, que nos recuerdan similares desorbitantes niveles de remuneraciones en los medios de comunicación “independientes” de Argentina).
Por supuesto que las acciones de golpes de mercado, instrumentadas en Tailandia, Turquía, Brasil, Venezuela y Argentina, evidencian todas ellas estar orientadas a instalar políticas económicas afines a los centros de poder de la Troika Colonialista, o sea el neoliberalismo extremo, con el cual la UE y EEUU podrán –si lo logran- transferirnos los elevadísimos costos de la crisis económica que el propio neoliberalismo salvaje ocasionó en esos dos bloques de poder. Precisamente la UE y EEUU son los bloques de mayores PBI del mundo, pero aquejados de serios problemas estructurales, que tienen que ver con la supremacía del sector financiero-especulativo, y con sus costosos aparatos militares en continua acción y expansión.
Por otra parte, ningún análisis geopolítico serio de Argentina, puede omitir que más allá de supuestas declaraciones conciliadoras, las posturas de la UE y de EEUU avalan totalmente las políticas de usurpación de territorios que instrumenta el Reino Unido en perjuicio de Argentina, tanto en los tres grupos insulares del Atlántico Sur, en el propio Mar Argentino, y sus apetencias sobre los territorios antárticos que sobre los que reclaman soberanía Argentina y Chile.
Desde un lógico enfoque macro geopolítico, esa agresión a Argentina, es una agresión a toda la UNASUR y a la CELAC, tal como con todas las letras lo expresaron sus líderes más esclarecidos.
Tampoco cabe desconocer la permanente política intervencionista de Gran Bretaña y de EEUU en nuestro país, usualmente contando con la connivencia y acciones desestabilizadoras de grupos de poder concentrado, que básicamente se resisten a perder sus privilegios feudales.
Conociendo esas palpables realidades, una coherente acción geopolítica de nuestro país, indica la conveniencia de realizar y profundizar acuerdos estratégicos con otras potencias de gran relevancia, por caso China, India y Rusia, con quienes no tenemos controversias territoriales ni de otro tipo; además de profundizar nuestra sólida integración en los organismos regionales, como el MERCOSUR, la UNASUR y la CELAC.
Por supuesto que el comercio y las fluidas relaciones no deben de ningún modo excluir a otros grandes actores, como la UE y EEUU, ni tampoco a ningún otro país o región del mundo.
Pero en lo estratégico, las prioridades geopolíticas nacionales no pueden estar bajo las influencias de la Troika Colonialista del Siglo XXI.


C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
ANALISTA DE TEMAS ECONÓMICOS Y GEOPOLÍTICOS