viernes, 29 de octubre de 2021

 COLÓN, ROCA Y LOS MAPUCHES
Se trata de una persistente y muy agresiva guerra cultural, muy hábil y retorcidamente manejada por algunos de los múltiples tentáculos de infiltración cultural, tema en el cual la sinuosidad y perfidia de los anglos tiene posiblemente pocos parangones en el mundo.
Es una campaña continua, insidiosa y seguramente con ribetes pensados para hacerla fácilmente asimilable por sectores que pueden caracterizarse como “las progresías”, que por lo general son poco o solo medianamente ilustrados en Historia y otras áreas del conocimiento (y por lo general ignorantes de elementalidades de Geopolítica), pero que repiten rápida y fervorosamente varias consignas simplificadas de “pensamiento progresista”, el cual suele ser una mezcolanza de ideas “socialistas”, con consignas elementales marxistas, ideas fervorosas pero no siempre claras de justicia social, algunos enrevesados conceptos económicos, en muchos casos ateísmo rampante por lo general agresivamente antiteo, a veces matizado con consignas “revolucionarias”, y todo eso salpimentado abundantemente con fuertes dosis de odios e intemperancias, que surge explosivamente ante el menor cuestionamiento.
También, y desde otros ángulos de abordaje, suelen llegar a conclusiones parecidas los fervorosos libertarios y los neoliberales, en estos casos desde posturas sectarias o clasistas, pero que terminan coincidiendo con el enfoque en el fondo antinacional de aquellos.
Los tres temas están relacionados y atravesados por los mismos formatos de antihispanismo e indigenismo exacerbado, con facetas de irracionalidad, o de enfoques muy parcializados y claramente sesgados.
Si bien es muy claro, para evitar confusiones, cabe precisar que “hispanismo” no es “españolismo”. La cultura hispánica en sus ricas facetas lingüísticas, históricas, religiosas y otras, no solo está presente en toda Hispanoamérica, sino que también es parte central de la profunda ligazón que hermana fuerte y profundamente a todas las naciones de habla hispana de América.
Pero hispanismo no significa subordinación, en modo alguno, a España. Subordinación que implícita o explícitamente plantean los que trasnochadamente pretenden instalar un “españolismo” anacrónico y absurdo, con centralidad de poder o influencias en la vieja, muy europea y “comunitaria” (de la Comunidad Europea) España.
Respecto a Colón, es un disparate total denostar al tozudo navegante genovés, que en nombre del Reino de España (del cual formaba parte casi toda la península itálica, por esos años), llegó a nuestras tierras, forjando perdurables lazos culturales entre nuestra gran continente y toda la muy rica cultura greco latina, con importantes condimentos arábigos y hebreos, que es la hispánica, a la cual nos integramos, sin por ello perder nuestras identidades americanas.
Colón no fue genocida, ni fueron tampoco genocidas los principios y normas legales que enmarcaron el accionar de España en América; sin perjuicio que sin duda se hayan cometido excesos en muchos casos, pero claramente no se buscó ni hubo un exterminio genocida de la población prexistente en nuestro continente.
En forma seria se analizó que la causa de muchas defunciones de poblaciones indígenas, tuvo que ver con diversas enfermedades involuntariamente transmitidas por los españoles, contra las cuales los indígenas no habían desarrollado defensas en sus sistemas inmunes. ¡Claro que más de un “historiador al cuento” de mentalidad anarquista o marxista, trastoca esas pandemias en supuestos genocidios, evidenciando superficialidad o malignidad en sus razonamientos!
A diferencia del accionar de otras potencias colonialistas, España dio instrucciones a sus adelantados de integrarse con los nativos, e incluso a los jefes de expediciones, que venían a quedarse, les recomendaban unirse en matrimonio con las hijas de los caciques, lo cual fue generalizado, dándose de ese modo origen a una nueva etnia, nacida de la unión de peninsulares con mujeres nativas. Etnia que es mayoritaria en casi todos nuestros países hispano americanos.
Más aun, bajo la dinastía de los Habsburgo, se determinó que sus súbditos de ambos continentes fueran considerados en plena igualdad de derechos.
Prueba de ello es que hubo incluso varios descendientes de los pueblos prexistentes, que llegaron a roles y funciones relevantes, en América, como Garcilaso De La Vega (de ancestros hispanos e indios); y las Cortes de Cádiz, en las que hubo integrantes cuyas etnias eran de ancestros prexistentes en América, y en cuyas discusiones se abordaron varias facetas de la integración y respeto debidos a los súbditos hispanos de orígenes indígenas.
Mientras España evidenció acciones de integración con los nativos de América, otras potencias colonialistas, como Inglaterra en el norte, buscaron el exterminio y exclusión total de los nativos; de los cuales, los pocos sobrevivientes actuales tampoco están integrados en las naciones del norte de América.
También se diferenció mucho el accionar español, respecto a las otras potencias colonialistas, pues creó en América colegios mayores, Universidades, Hospitales, catedrales y elaboradas instituciones gubernativas, nada de lo cual es compatible con el absurdo cargo de “genocidio” que con liviandad acusan algunos relatores de mentalidades anarco marxistas o furiosos antiteos, que irracionalmente exaltan los cultos paganos prehispánicos, que incluían sacrificios humanos, y otras prácticas aberrantes, como el canibalismo o las mutilaciones como acciones de paganismo.
Historiadores de fuste y muy bien documentados, como José María Rosa y Jorge Abelardo Ramos, entre otros, jamás incurrieron en aberrantes acusaciones de “genocidio” contra España, como lo hacen con liviandad los “progres” que copian escritos odiadores como los del anarquista Bayer o el marxista Galeano.
Respecto a Roca, el mismo “Colorado” J. A. Ramos, afirmó enfáticamente que “no pudo existir un Perón sin antes un Roca”, poniendo en su eminente lugar al dos veces presidente J. A. Roca, notable modernizador de Argentina y férreo defensor de la integridad territorial nacional, pues a él le debemos La Patagonia, el Gran Chaco y Misiones, contundente realidad histórica que los “progres” y los proto oligarcas omiten o en realidad desconocen; como tampoco analizan que Roca y Pellegrini fueron de los pocos (o los únicos) presidentes rescatables, del largo interregno ultra liberal oligárquico que va desde el mitrismo hasta que surgió el yrigoyenismo.
Tampoco a los feroces y superficiales críticos anti roquistas, se les ocurre analizar que gracias a Julio Argentino Roca, no volvió al poder el muy nefasto Mitre, al cual derrotó sucesivamente en lo militar y en lo político, el sagaz “Zorro” de la Política Argentina de la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del XX.
Los que sin pruebas en concreto, tildan de genocida a Roca, omiten por completo la ferocidad de los malones, que asolaban el sur de la Pampa Húmeda, matando, secuestrando mujeres y niños, robando ganados, incendiando y destruyendo a su paso; para luego llevar los ganados mal habidos a Chile, donde los cambiaban por armas británicas y otros bienes diversos.
Y omiten que esas tribus alzadas, también sometían a otras tribus mansas o no alzadas; y que estas tribus, agredidas por los araucanos y sus aliados, gustosamente apoyaron la campaña de Roca, para librarse de sus opresores.
Entre los muchos y muy bien documentados y respetables historiadores revisionistas argentinos, cuesta encontrar alguno (es más, no creo que exista), que haya escrito o mencionado genocidio alguno, como las progresías y sus mentores anarco – marxistas, acusan a Julio Argentino Roca.
Esas mismas progresías desprecian u omiten toda importancia respecto a las previsibles funestas consecuencias del accionar de la ONG británica Mapuche Nation y de sus múltiples voceros, que están instalando un absurdo “racismo inverso” de odio al blanco y mentalidad separatista, que puede constatarse en diversos pobladores de varios puntos cordilleranos y otros lugares, fomentando odios que de seguir incrementándose serán caldo de cultivo fértil para perpetrar las condiciones de la disolución nacional; infame tarea a la cual también se suman las oligarquías y diversos personeros de cuello blanco del poder económico, político y cultural; que predican y practican mentalidad apátrida, con mucha soberbia, clasismo exacerbado y un claro tufillo racista de mentalidad portuaria excluyente.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

domingo, 24 de octubre de 2021

 EL CAMBIO CLIMÁTICO COMO HERRAMIENTA DEL NEOIMPERIALISMO
No es cuestión de negar o discutir los cambios climáticos ni los fuertes valores de contaminaciones producidas por diversas actividades del ser humano.
Como sea, lo único constante en el clima global, es el cambio permanente.
Pero el caso es que con similares formatos se crearon y manejaron precedentes “denuncias” que alertaban acerca de supuestas “inminentes catástrofes ambientales”.
Así pusieron como “fechas límites” para implementar cambios drásticos –y sin inocencia alguna, detener todo proceso de desarrollo-, en 2000 y luego 2010.
Entre muchos docentes de real valía, recuerdo en la Maestría en Gestión de la Energía, a un chanta total, invitado a disertar, al que en clase traté de mentiroso (y casi le dio un soponcio); el cual con el “cartelito” de Premio Nobel Alternativo (o algo así), que dieron a un numeroso grupo de supuestos “científicos” operadores del terrorismo ambiental, mostraba “chapa” pavoneándose como supuesto “gran experto”, diciendo vaguedades y burdas imprecisiones.
Pero las campañas de terrorismo ambiental (batiendo el parche sobre supuestas mega catástrofes ambientales, casi siempre mostradas como “inminentes” o “irreversibles”), nunca se detuvieron, fogoneadas incesantemente por numerosas ONGs “ecologistas” anglosajonas y sus ramificaciones en diversos países.
Sus edulcorados mensajes y campañas, pensados para atraer “progresías” diversas, tan fácilmente fanatizables como casi imposibles de hacer razonar con bases científicas sólidas, calaron en diversos sectores, tanto en “viudos del marxismo” como en sectores del “chetaje” (sectores de clases altas o que se sienten tales), con mucho tiempo disponible y poca o nula predisposición a realizar análisis serios y objetivos.
En todos los casos, los mensajes “ecologistas” omiten toda consideración al desarrollo socio económico…¡como si la miseria no produjera espantosa contaminación!
Claramente, el supra mensaje es preocuparse solo por el ambientalismo, desechando toda consideración al desarrollo, E incluso algunos extremistas pregonan agresivamente la “necesidad” de detener por completo todo desarrollo…sin importarles nada el ser humano.
Algunos desquiciados además afirmaron que “la plaga del mundo es el ser humano”, sin tomar conciencia que en tal caso, ellos son parte de esa “plaga”... ¡y proponen el exterminio!
Lo que se advierte del accionar y de algunos documentos emanados del Acuerdo de París (vinculado con el COP 21), es que el mismo conjunto de “recomendaciones” casi coercitivas para los Estados que las acepten, guarda mucha vinculación con le mentalidad eurocéntrica del siglo XIX, cuando las pautas culturales y gubernativas del viejo continente, eran el “modelo a seguir” para el
resto del mundo, con muy pocas “rebeldías” que quebraron dichas imposiciones.
Claro está que ahora no es solo eurocéntrica esa visión, pues de acuerdo a lo que se pudo saber, los iniciadores del Acuerdo de París fueron las potencias del G 7, el núcleo duro del actualmente denominado Bloque Atlantista.
Hoy se puede definir como mentalidad eurocéntrica atlantista, pues con pautas del eurocentrismo de los siglos XVIII y XIX, tiene el formato geopolítico atlantista.
Explícitamente el G 7 se forma con las cuatro economías más poderosas de Europa Occidental (Alemania, Francia, Italia, Gran Bretaña), más EEUU, Canadá y Japón.
Bajo la mentalidad e intereses de esas mega potencias económico-políticas, las “recomendaciones” a otras naciones que adhieran al Acuerdo de París, tienen claras connotaciones coercitivas, disimuladas bajo palabrería diplomática ad hoc. 
En cambio, los apoyos económicos de las grandes potencias a las restantes naciones que “adhieran” (léase subordinen) al COP 21, son meramente declamativos y no los comprometen concretamente en nada; son solamente recomendaciones que no obligan  indefectiblemente a apoyos algunos, quedando sujetos al mero voluntarismo de las potencias del G 7, el cual muy posiblemente
solo se concretará de acuerdo a los intereses y prioridades geopolíticas del Grupo de Poder Atlantista, formado por EEUU más Canadá, la UE, Japón y algunos aliados menores muy vinculados.
Tampoco es casual que el Bloque Continentalista, cuyo núcleo duro se compone de Rusia y China, más otros aliados importantes, no estuvo en la creación del Acuerdo de París, ni es tampoco un entusiasta promotor de dichos acuerdos supranacionales; si bien también hacen esfuerzos y acciones para mitigar las emisiones de polucionantes; como en China las transformaciones de centrales
a carbón, para evitar en buena parte sus emisiones tóxicas, las plantaciones masivas de árboles para fijar el carbono (en lo cual usa a su enorme ejército), y las fuertes inversiones en energías no contaminantes, como la hidroeléctrica y la nuclear; mientras que Rusia también construye nuevas centrales nucleares (las grandes hidroeléctricas ya las tiene hechas) y se basa en su abundante gas natural, el cual es mucho menos contaminante que otros hidrocarburos.
Tampoco es casual que ciertos comentaristas del Acuerdo de París, alineados con el Poder Atlantista, con diversos tonos de mensajes, noticias pseudo culturales e incluso opiniones en muchos casos ignotas “de buenas fuentes”, distorsionen datos y ataquen al vastísimo plan de usinas nucleares e hidroeléctricas de China;
así como critiquen el masivo abastecimiento de gas ruso a Europa, con varios enormes gasoductos…muy atacados por el poder mediático alineado con EEUU, potencia que quiere abastecer a Europa con gas natural transportado por grandes buques metaneros.
Con la doble vara típica del poder imperial atlantista, al Cop 21 no parece importarle la enorme huella de carbono que causaría el tráfico constante de barcos metaneros, que resultarían no solo más costosos sino mucho más contaminantes que los gasoductos rusos a Europa.
Esos “datitos” de la doble vara del Atlantismo, que evidencia manejar o al menos influir fuertemente sobre el Acuerdo de París – Cop 21, que son muy gruesos y contundentes, no nos deben hacer desechar otras evidencias, que nos tocan más de cerca a los íbero americanos, africanos y algunas naciones asiáticas poco desarrolladas; de la concepción eurocéntrica hoy devenida en Atlantista, de ese grupo de poder basado en temas de medio ambiente.
El Atlantismo en el Acuerdo de París, apenas menciona a las hidroeléctricas (la fuente más eficiente de energía renovable), y casi ni apoya a las nucleares.
El Cop 21 y las ONGs vinculadas a esos poderes, no solo apenas citan a las hidroeléctricas, y el ecologismo duro y cavernario las ataca con tanta saña como falsos argumentos, y el tema no parece importarle mucho al Acuerdo de París. En buena parte, eso parecería vinculado al hecho que las potencias del G7 prácticamente ya construyeron todas o casi todas las hidroeléctricas que sus cuencas hídricas permiten. O sea que para ellos –las potencias del G 7- la
hidroelectricidad dejó de ser una alternativa para cubrir incrementos de la demanda. ¡Ya las construyeron todas!
Pero esa no es la realidad de Íbero América, de África y de algunos países asiáticos, incluyendo en ello a la hoy poderosa China. ¿Por qué nos miden con la misma vara, teniendo realidades distintas? ¿Por qué el ultra ecologismo mantiene feroces campañas de terrorismo  mbiental, en contra de las hidroeléctricas? ¿Qué negocios y que objetivos geopolíticos motivan esas campañas del ecologismo
cavernario?
Tampoco el Acuerdo de Paris evidencia mucho entusiasmo respecto a las nucleares, pese a que este tipo de centrales produce energía de calidad, a costos bajos y con muy reducidos niveles de contaminación.
En este caso resulta muy claro que el desarrollo tecnológico nuclear, resulta un poderoso factor de inducción del desarrollo, y si los pobres y subordinados de hoy nos desarrolláramos, dejaríamos de vender baratas nuestras materias primas, y no aceptaríamos imposiciones neocolonialistas. ¡Por ahí va la cosa!
Pero así como el Acuerdo de París se muestra renuente a promover los desarrollos de las eficientes, económicas y limpias energías hidroeléctrica y nuclear; en cambio se muestra muy activo para promover, apoyar e incluso inducir al financiamiento de las muy promocionadas energías “renovables” eólica y solar.
¿Tiene lógica ambiental y de auténtica promoción del desarrollo socio económico esa doble vara del Acuerdo de París y de los poderes asociados, no promocionando hidros y nucleares, pero en cambio apoyando enfáticamente eólicas y solares? ¡Realmente no! Entonces, ¿que otros factores concretos se pueden inferir?
La incoherencia del Acuerdo de París se da de bruces con la crisis energética que afecta seriamente a Europa, en particular a naciones muy subordinadas a los mandatos del ecologismo cavernario, como Alemania y España, que apostaron en forma desmedida a eólicas y solares –que producen energías intermitentes-, de baja calidad, y cuyas fuentes de generación, el viento y el sol, no pueden ser
manejados por el ser humano.
Para agravar la cosa, Europa está siendo fuertemente presionada por su “aliado” mayor, EEUU, para no seguir comprando gas a Rusia, o al menos disminuir o congelar los volúmenes de importaciones, que por cierto son cuantiosos.
De ahí las presiones para no completar el gran gasoducto del Báltico, el Nord Stream 2, que sin intermediarios ni trayectos por otros países, discurre entre Rusia y Alemania.
Si el panorama es complejo y costoso para potencias mega desarrolladas, como Alemania, que en ese contexto ve aumentar en exceso sus costos de la energía, quitándole competitividad; la cosa es mucho peor y mucho más preocupante para Íbero América y África, pues al enfatizar desmedidamente las ineficientes y costosas energías eólica y solar, nos están poniendo un pesado salvavidas de plomo, del que si no nos libramos pronto y muy decididamente, nos atará al subdesarrollo permanente.
Más de un incauto o desinformado se preguntará: ¿Por qué salvavidas de plomo las eólicas y solares?
Porque producen energía cara (nunca mencionan sus costos por kWh) y de muy baja calidad, por sus intermitencias; sus importantes costos ambientales, cuidadosamente encubiertos por sus promotores a ultranza (¡no son “energías limpias”); las cortas vidas útiles de sus instalaciones generadoras, que transformadas en chatarras caras al término de sus períodos activos, son de difícil y costosa degradación. Y principalmente, porque si se usaran esas energías como bases del respectivo sistema eléctrico, su funcionamiento sería caótico, por sus
intermitencias y fluctuaciones muy acentuadas del voltaje.
Lo precedente, si se perpetrara, significaría un crónico cuadro de pobreza energética, con tarifas muy altas y poca calidad del servicio; lo cual nos ataría al subdesarrollo crónico, lo cual es un encubierto pero claro objetivo del núcleo del Poder Atlantista, vinculado el mismo a la globalización salvaje.
Ese fenómeno de acciones para impedir el desarrollo, lo explicó muy
didácticamente el economista coreano Ha-Joon Chang en su libro “quitando la escalera”.
Por otra parte, el volumen de contaminación que puede causar un país semi industrializado con muy baja densidad poblacional, como Argentina, es insignificante y prácticamente “ni mueve la aguja” de la contaminación mundial, si se compara con la provocada por las Potencias Atlantistas y otras naciones de grandes volúmenes de actividades económicas y densidades poblacionales, como India y China. Y seguramente, los índices de contaminación per cápita de Haití, sumido en la más abyecta pobreza, con seguridad son superiores a los nuestros.
Carece por completo de coherencia que a Argentina la quieran encorsetar en agresivas pautas dudosamente “ambientalistas”, como imponernos masivamente los ”ventiladores” eólicos y los “espejitos de colores” de las fotovoltaicas; por nuestra bajísima incidencia en la contaminación global; imponiéndonos energías caras y muy ineficientes.
Tampoco se entiende o justifica, que quienes se rasgan las vestiduras por las destrucciones ambientales y grandes huellas de carbono, ni siquiera mencionen los efectos ambientales muy negativos de sostener guerras de muy alta intensidad (como las del  intervencionismo en Afganistán, en Iraq, en Siria, etc.); y de
mantener en funcionamiento enormes sistemas bélicos, como los de todas las grandes potencias. Pero claro…¡de algunas cosas no se habla!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

viernes, 15 de octubre de 2021

 DEUDA EXTERNA CONDICIONANTE, VACUNAS Y EQUIPAMIENTO DE DEFENSA – GEOPOLITICA DE DIGNIDAD O SOBERANÍA MERAMENTE FORMAL.
¡Es la Geopolítica, estúpido!, podría decirse parafraseando una conocida frase de la época de Clinton, en aquella oportunidad referente a la Economía.
Y por supuesto no se toma la Geopolítica como una disciplina “perversa” o negativa, como la pretenden presentar algunos “progres” muy fuera de foco, ni se la deja de lado como lo hacen libertarios, neoliberales y otros cipayos.
Es una disciplina sumamente importante, estudiada y practicada por todos los Estados que se consideran dueños de sus destinos, y de los que están esforzándose por salir de contextos de sumisiones o presiones muy condicionantes.
La deuda externa es utilizada por los centros del poder, no solo como muy buen negocio financiero, sino principalmente como herramienta de sometimiento de las naciones que se subyugan a la misma en forma desmesurada.
Fue lo que hizo Gran Bretaña con todas las naciones íbero americanas, apenas independizadas, excepto Paraguay, al que logró doblegar y luego endeudar, fogoneando la fratricida Guerra de la Triple Infamia.
Consciente de la carga de condicionalidades lesivas a la soberanía, en 1947 Perón declaró la Independencia Económica, al cancelar todas las deudas externas, que fueron una constante desde las acciones del nefasto pro británico Rivadavia.
Claro que después vendría La Fusiladora, en 1955, que con falsos pretextos salió a pedir desesperadamente créditos, siendo eso el detonante de la creación del grupo de acreedores conocidos como El Club de París.
Argentina tenía un sistema de cuentas corrientes –que no generaban intereses- con las naciones de Europa Occidental, dentro del cual se canalizaban las operaciones del comercio exterior argentino con ellas.
El por entonces renombrado economista de la CEPAL, Raúl Prebisch, -tal como lo explica con detalles el filoso analista Arturo Jauretche- puso su rúbrica en un tergiversado informe de ignotos autores, escrito que fue usado para justificar el endeudamiento y adendas de condicionamiento liberal y anti industrialista, que fue otorgado por varios países que conformarían el Club de Paris (ciudad donde se tramitó el ignominioso conjunto de acuerdos).
Prebisch avaló que los sistemas de cuentas corrientes, que funcionaban bien y no generaban intereses, se transformaran en onerosos créditos, con los que se reinauguró el proceso de endeudamiento externo.
Después vendrían sucesivos gobiernos de claro o encubierto cuño antinacional y de orientación liberal o neoliberal, que agravarían el endeudamiento, “destacándose” en los niveles de infamia y de endeudamiento masivo con destrucción socio económica, el “proceso” cívico militar, los noventistas neoliberales del menemato y el delarruato, y el más destructivo -por lejos- reciente gobierno neoliberal del macrismo.
Claramente el objetivo de máxima del precedente gobierno, fue (y sigue siendo la de ese sector político), la disolución nacional, como lo evidencia su destructivo accionar y su desprecio por la soberanía, lo cual siguen demostrando las acciones de ese sector político – económico.
La descomunal deuda externa opera como un omnipresente y brutal condicionamiento, que entorpece y pretende impedir todas las acciones de orientación claramente nacional. Y para eso, efectúan una acción de pinzas, en la que actúan al unísono los voceros y políticos del neoliberalismo (con infiltrados en distintos sectores políticos), las “progresías” viudas del marxismo o carentes de sentido de Lo Nacional, los medios de comunicación concentrados, la “mano de obra” encubierta de “servicios” afines, los proceseros recalcitrantes y sus “herederos” que siguen enseñando y practicando doctrina antinacional salpimentada con estentóreo nacionalismo hueco de contenido, los mercenarios del periodismo, y los sectores del Poder Judicial volcados indecorosamente al servicio de esos intereses.
La enormemente brutal deuda externa contraída por el macrismo, toda ella volcada a sus desmanejos, timba financiera oficializada –otra vez- por Sturzenegger, y masiva fuga de divisas, de características impagables, limita todas las acciones que quieran tomarse, sobre todo partiendo del FMI con sus eternas “recetas” recesivas, empobrecedoras y contrarias a toda acción de desarrollo.
Como el FMI y el Banco Mundial, de hecho son manejados por el núcleo duro de las Potencias Atlantistas y sus omnipresentes poderes empresariales y financieros asociados, de hecho el poder financiero es usado como herramienta para “sugerir” y condicionar todo tipo de acciones gubernativas de los países endeudados bajo la férula condicionante de ambas poderosas instituciones.
Y las presiones se extienden a prácticamente todos los ámbitos de acciones gubernativas.
Eso se pudo ver en el caso de las vacunas contra el Covid 19, las que inicialmente fueron muy difíciles de conseguir en el ámbito de los laboratorios asentados en o vinculados a las Potencias Atlantistas (básicamente EEUU y Canadá, el bloque de Europa Occidental, más Japón).
Incluso las vacunas procesadas en Argentina, que fueron enviadas a México para su fraccionamiento, por algún faltante de insumos, fueron reenviadas a EEUU, que las acaparó por largo tiempo.
También se supo que esas potencias acumularon vacunas en groseros excesos, muy por encima de sus necesidades, mientras que las naciones excluidas de ese núcleo de poder, tuvieron –y varias aun tienen- serias limitaciones para acceder a las mismas en cantidades suficientes.
Lo concreto fue que en los meses iniciales de la pandemia, mientras en el contexto de vacunas de origen “occidental” (aunque al menos una de ellas se procesó en India), se nos retaceaba el acceso a las mismas, desde el Bloque Continentalista se consiguieron importantes y sucesivos lotes de vacunas, producidas en Rusia y China, cuyo transporte se pudo agilizar gracias a que nuestra aerolínea de bandera no había terminado de ser desguazada por los personeros del neoliberalismo salvaje, centralizado este en los últimos años en el macrismo.
Apenas se supo acerca de la enorme “mano sanitaria” que nos tendieron los dos gigantes euroasiático y asiático, comenzaron las activas y muy agresivas campañas mediáticas, en las redes y de voceros políticos neoliberales, para intentar empañar el prestigio científico de ambas potencias; a lo cual se agregó otro accionar de manifestaciones callejeras y de citas de supuestos “entendidos”, empeñados en negar la existencia de la pandemia.
Esos vocingleros y agresivos manifestantes anti pandemia, fueron los mismos que meses después clamaban para que se agilice el proceso de vacunación, el cual por cierto fue bastante rápido y eficiente, en el contexto mundial de carencias de medios y desesperación en muchos casos paroxística. No por casualidad, esos
grupos de manifestantes mostraron ser adherentes al precedente gobierno destructivo de perfil ultra neoliberal.
Toda esa estructura de denigración y oposición salvaje, se ocupó de “ningunear” el accionar sanitario argentino, en el cual nunca faltaron camas de terapia intensiva, ni logros de científicos argentinos en investigaciones relacionadas con el Covid 19, y taparon con un manto de silencio el inicio de producción de vacunas Sputnik V en Argentina, todo un hito tecnológico y sanitario, además de una notable acción geopolítica de no sumisión a los dictados del Atlantismo “occidental”.
Esos mismos voceros locales de los anglosajones y sus aliados, manifestaron “sus preocupaciones” ante los acuerdos de créditos y transferencias de tecnologías nucleares, con China y Rusia, pese a que dichos acuerdos son ya de larga data, y que fueron “ninguneados” y frenados por el corrosivo accionar destructor del macrismo…¿acaso pueden aducir que no los conocían? ¡Absurdo!
Desde siempre, los sectores políticos liberales y neoliberales de Argentina, se opusieron tenazmente a nuestros desarrollos tecnológicos, en especial el nuclear. Eso es cipayismo descarnado.
Esos mismos opinantes, en sus roles de voceros de “las embajadas” y de los dictados anglosajones, expresaron sus “preocupaciones” ante los concretos ofrecimientos de aviones de combate supersónicos, ofrecidos por Rusia y China, el cual en el primer caso incluye un paquete de asistencia tecnológica adicional en otros rubros de Defensa.
Los aviones ofrecidos son el Mig 35 ruso (versión modernizada del Mig 29), el JF 17, de origen chino-pakistaní, y el F 16 de EEUU…pero el tema es analizar en que consiste el paquete total ofrecido.
Haciendo causa común con sus “primos” británicos, EEUU fue por décadas muy renuente a vender equipos militares estratégicos a Argentina, y ahora, ante las concretas ofertas de las otras dos potencias –claros rivales geopolíticos de los anglosajones-, evidencian un relativo cambio de actitud, pues los aviones ofrecidos no incluyen los sistemas tecnológicos y armamentísticos más avanzados. De acuerdo con la gráfica expresión de un amigo muy conocedor de estos temas, serían meros “aviones de desfile”, limitados en sus capacidades operativas.
Por otra parte, de adquirirse los aviones de EEUU, estaríamos sujetos a muy posibles embargos de repuestos y apoyos tecnológicos, ante cualquier previsible planteo de la potencia usurpadora, Gran Bretaña.
Por esa contundente realidad geopolítica, las ofertas de Rusia y China son de características ventajosas para Argentina, a lo cual se le sumarían condiciones de financiación y posiblemente de precios, más ventajosas para nuestro país.
A eso se le agrega el nada desdeñable hecho que sin dejar de ser competitivo, el F 16 sería un dispositivo de tecnología más alejada de los nuevos parámetros de defensa, mientras que el JF 17 es más reciente, y el Mig 35 una actualización tecnológica del probado Mig 29.
Esperemos que nuestro país logre superar las presiones y condicionamientos, que claramente están operando tras bambalinas pero seguramente en forma muy acentuada, para mantenernos adheridos a los mandatos del “patio trasero” de la renovada Doctrina Monroe, prototipo del asfixiante imperialismo que pretende tenernos en una independencia meramente formal, pero nada efectiva.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

viernes, 8 de octubre de 2021

 PANELES SOLARES EN MISIONES - UN ENORME GASTO QUE POCO APORTA
Este análisis en buena medida es aplicable a toda Argentina.
Ya me referí a este tema, con abundante y precisa información, al difundirse el promocionado mini parque solar junto al nuevo barrio Itaembé Guazú, alertando acerca de la escasa o nula solución real de ese tipo de tecnología, tanto a nivel global como peor aun en el caso de una provincia de altos índices de pluviosidad y de nubosidad.
Ahora resulta mucho más preocupante que, contra toda lógica y soslayando evidentemente las serias limitaciones de ese tipo de energía, se anunció que se gestiona un crédito exterior, por un valor traducido a pesos de 2.206 millones, con el cual se pretende montar tres nuevos parques fotovoltaicos.
Ese monto representa casi el 1 % del presupuesto provincial 2022.
Se argumenta que ese crédito se pagará solo, con el valor de la generación eléctrica…pero nada se dice acerca del costo real estimado por kWh de esos parques fotovoltaicos, ni cual será su coeficiente de generación media anual en base al cual se hicieron los cálculos del supuesto auto pago de la inversión.
Es muy preocupante que Misiones vuelva a endeudarse en dólares, si bien sería un monto relativamente reducido para la capacidad provincial de repago; pues es bueno recordar que uno de los grandes méritos de esta provincia, fue superar exitosamente el sobre endeudamiento al cual fue sometida en el noventismo neoliberal, en particular los dos períodos de exgobernador Puerta.
Y más preocupante aun es que nos endeudemos para una inversión de muy dudoso rendimiento y de previsible muy breve vida útil.
Se explicó que la financiación sería a quince años, y precisamente esa es la vida útil estimada para ese tipo de generadoras. Eso significa que cuando se termine de pagar, o solo un poco después, tendremos chatarra…pagada muy cara.
Por otra parte, contraer una deuda en divisas para algo que no generará divisas, y que se podría reemplazar por otro tipo de generación cuyos costos no se vuelquen fuera del país, es negativo desde lo macro económico. Poco dentro de los grandes números, pero no aporta al desarrollo nacional, incluso porque los paneles a instalar casi con seguridad serán importados.
Pero volvamos a citar las características muy limitantes, e incluso claramente negativas, de la generación solar.
Es energía de muy baja calidad, pues es intermitente. Traducido a castizo corriente, “se prende y apaga” frecuentemente, pues el ser humano no controla el sol ni las nubes ni las lluvias. Por eso es inútil como energía de base, y debe siempre operar como mero complemento. Su energía no puede inyectarse a la red sola, debe “mezclarse” con energía de base, para estabilizarla. De lo contrario, las violentas fluctuaciones de voltaje, quemarían todos los electrodomésticos y motores industriales conectados al servicio.
Pensar en acumular la energía en baterías, no solo resultaría más costoso, sino también claramente anti ambiental.
Los paneles solares solo producen en horas y días de sol, y sus rendimientos varían mucho según la hora del día. Su potencia máxima nominal, solo se alcanza unas pocas horas por día, cerca del mediodía…siempre que no llueva o esté nublado.
Misiones tiene altos índices de pluviosidad (llueve mucho) y también muchos días con mucha nubosidad. Se estima que solo dos de cada tres días, en promedio, son aptos para producir energía solar.
Con todo lo precedente, el rendimiento real de los paneles solares, en Misiones, difícilmente llegue al 20 %, y posiblemente bastante menos, entre el 15 % y el 17 %. Eso es mucho menos que los índices de rendimiento de centrales térmicas (incluso las de biomasa), que las hidroeléctricas y las nucleares.
Por otra parte, las solares no producen en los horarios del pico diario de la demanda, que en Misiones se produce desde el anochecer hasta las 22 o 23 horas, aproximadamente. Como supuestas “soluciones parciales”, los argumentos generales que se dicen, son en realidad muy pobres, o directamente falsos.
Tampoco es cierto que la fotovoltaica economizará combustibles, pues Misiones está abastecida casi en 90 % por energía hidroeléctrica.
Nada se informa acerca de sus costos reales por kWh, como tampoco lo dicen los sectores ultraecologistas ni los vendedores de esos equipos. Por algo solo son “viables” en base a muy fuertes subvenciones, exenciones impositivas y todo tipo de ventajas, que son completamente abusivas respecto a otras clases de
generaciones no calificadas como “renovables”, concepto ese distorsionado por las propias normas legales dictadas específicamente.
También es falso que sea “energía limpia”, pues tiene diversos costos ambientales vinculados, muy cuidadosamente ocultados y/o negados por sus promotores a ultranza y sus vendedores y comisionistas.
Esos costos ambientales tienen que ver con los procesos de fabricación, con la amplia huella de carbono de transportarlos (por lo general desde China); sus montajes; sus operaciones de mantenimiento, las que previsiblemente serán importantes en una zona de huracanes y tornados como Misiones, y de frecuentes copiosas granizadas, que si abollan las chapas de los autos y dañan parabrisas, podrán dañar seriamente los “espejitos de colores” solares; y finalmente el desmontaje y disposición final de la chatarra al cabo de su vida útil. Tampoco cabe omitir todo el costo ambiental de la generación de base, provista por otras centrales, para estabilizar el suministro, sobre todo ahora que volvemos, lamentablemente, a instalar usinas termoeléctricas, ante la irracional negativa de usar nuestro enorme potencial hidroeléctrico.
Estudios de impactos ambientales, realizados por investigadores e instituciones de gran solvencia técnica y científica, demuestran contundentemente que la tecnología más limpia de generación eléctrica es la hidroeléctrica, seguida por la nuclear, y mucho más atrás, las “renovables” eólica y solar, que no se diferencian mucho de la generación en base a biocombustibles y la que utiliza gas natural.
Por supuesto que si a eso se le agrega considerar que las generaciones hidroeléctrica, nuclear y termoeléctrica, tienen amplia confiabilidad técnica para operar como centrales de base (energía de calidad, estable, programable y predecible), en cambio las energías eólica y solar solo sirven como meros complementos, pues son intermitentes, inestables y de funcionamientos impredecibles.
Si se evalúan las diferentes tecnologías de generación eléctrica, por sus costos reales por kWh, es bien sabido que la más económica y de mayor vida útil (mucho más de un siglo, e incluso bastante más) es la hidroeléctrica; seguida por la nuclear (que con la repotenciación al medio de su vida útil, alcanza entre siete a ocho décadas); después los grandes equipos termoeléctricos, que bien mantenidos pueden superar holgadamente el medio siglo, dependiendo de sus configuraciones; y por último las “renovables” eólicas y solares, con vidas útiles de alrededor de 20 años o poco más para las primeras, y en el orden de 15 años para las segundas.
Si se consideran las superficies afectadas directamente, en función de sus potencias y de sus generaciones medias anuales, la tecnología que utiliza menos espacio en función de la potencia y la generación media anual, es la nuclear; la afectación directa de cada hidroeléctrica es bastante reducida, si se considera que sus embalses transforman el entorno y brindan nuevas alternativas de utilización; las usinas termoeléctrica con sus instalaciones complementarias (como tanques de almacenaje y otros), utilizan predios relativamente grandes. Y por lejos, las más ineficientes en función de utilizar amplias superficies que quedan invalidadas para usos residenciales y económicos, son las eólicas y solares. Las eólicas por las amplias superficies circundantes, que en torno a cada molino y por seguridad, no pueden ser utilizadas, además de los ruidos molestos de las aspas. Las solares, por las amplias superficies en las que se despliegan los paneles y que quedan inútiles, del orden de 2 hectáreas por MW de potencia.
Eso último no es problema en zonas desiertas, como la Puna Jujeña, pero en tierras costosas y escasas como en Misiones, el mal uso de la tierra es un serio inconveniente.
Evaluando los beneficios adicionales que sus construcciones o montajes proveen al entorno, el único tipo de usinas que se transforma en atracción turística; fuente de agua para riego, industrias y viviendas; entorno apto para actividades náuticas y recreativas; es la generación hidroeléctrica.
Son contundentes los factores negativos de la generación fotovoltaica en escalas “grandes”, en un entorno como Misiones; y muy débiles o falsos, los argumentos a favor de las mismas.
Mejor sería, si se quieren resultados casi inmediatos, apostar por la generación en base a biomasa, que utilizaría un recurso ampliamente disponible como los residuos maderables, demandará muchos puestos de trabajo en sus entornos, y proveerá energía de base, que estabilizará el Sistema Interconectado
Provincial. Además de todo eso, todos sus equipos pueden ser de industria argentina, evitándose dilapidar las escasas divisas, tan necesarias para la Economía Argentina.
Y por supuesto, mucho mejor y más amigable ambientalmente, será construir nuevas hidroeléctricas, de diversos módulos de potencia pero sin caer en el grueso error de las mini centrales, inviables de auto financiarse.
Para entender ejemplos concretos mundiales, Alemania y España, dos países que apostaron en forma muy acentuada por las “soluciones” eólicas y solares, vieron crecer acentuadamente sus costos de energía, a consecuencia de los desfasadamente altos precios de las “renovables”, y a la vez pasaron a depender en forma excesiva del gas importado, mientras en el caso germano, contra toda lógica y por presiones del ultra ecologismo, los problemas se acentuaron, al dejar de lado la eficiente y económica energía nuclear.
Para más problemas de costos de energía, en la vieja Europa, los precios del gas, que deben importar, se dispararon…pero esa ya es otra historia.
Es de esperar que las autoridades de Misiones, que en otros aspectos están haciendo acciones muy acertadas en general, rectifiquen pronta y fuertemente el sesgo muy enfocado en las falsas “soluciones” de la generación solar, muy nocivo e inoperante desde lo estratégico, que se está imprimiendo al Sector Energético en esta pequeña y pujante provincia.
De no hacerlo, iremos de bruces a un preocupante cuadro de pobreza energética.
MGTR. EN GESTIÓN DE LA ENERGÍA CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos