MÁS MENTIRAS DE GREENPEACE
El
Sector Nuclear Argentino es objeto de ataques constantes sumamente insidiosos,
cargados de evidente mala fe, y con abundancia de mentiras, verdades a medias y
groseras tergiversaciones, por parte del sistemático terrorismo ecolátrico
practicado por Greenpeace.
El
último de esos ataques provino del encargado de prensa de la transnacional
ultra ecológica, Mauro Fernández (que en la nota no aclara el rol que cumple,
ni tampoco referencia ninguna capacidad profesional que lo habilite para opinar
en temas técnicamente tan complejos), en un notablemente mentiroso artículo
publicado el 7 de julio de 2013 en Infobae. No por casualidad el medio elegido
para publicar es ultra liberal y opera –claramente si se analiza la orientación
de diario- como parte de la guerra psicológica de los sectores más
reaccionarios y antinacionales del establishment.
El
título del panfletario y mendaz escrito “Argentina y su debilidad nuclear” ya
se presta a varias lecturas. Por una
parte es groseramente mentiroso y
malintencionado, pues en realidad
Argentina exhibe una notoria fortaleza
tecnológica y fabril en el Sector Nuclear, no siendo un dato menor que
estamos dentro de los diez países con mayor desarrollo tecnológico nuclear, y
no precisamente en los últimos lugares de ese “top ten”.
Sin
duda ese título muestra subliminalmente cual es la intención de Greenpeace, que
nos quiere ver débiles y maltrechos en lo referente al desarrollo nuclear,
siendo claro que esa ONG transnacional
británica opera como correa de transmisión de los mandatos del MI6 (la central
de inteligencia del viejo imperio), el cual pretende volvernos al
retrógrado esquema de país – granja, esquema que cuando fue aplicado nos redujo
al tristísimo papel de dócil colonia subordinada a los intereses y mandatos de
“su real majestad”.
A
los ingenuos o desinformados, que pueda parecerles exagerada la precedente
afirmación, cabe recordar que la Rusia de Putin expulsó sin miramientos a más
de 100 ONGs (entre ellas Greenpeace), acusadas de realizar tareas de espionaje
y disolución social, también debe decirse que algunos socios fundadores de esa
transnacional renunciaron a la misma denunciando públicamente el perfil
fundamentalista que asumió, y que en varios países está seriamente
desprestigiada (por caso Noruega), por sus engañosos procedimientos, mientras
que en otros se la asimila a simples empresas comerciales, debiendo tributar
impuestos (Canadá).
Si
bien desde que muy tempranamente (en 1950) Argentina comenzó el desarrollo
nuclear autónomo, ese importante grado de autonomía y de desarrollo tecnológico
molestó a las potencias dominantes, fue a partir de la venta de un reactor de
investigación a Australia (año 2000), cuando el imperio británico evidenció
sentirse muy molesto, pues en la licitación final el propio ente estatal
nuclear británico fue derrotado por nuestra empresa estatal INVAP, la cual es
una derivación del señero y temprano accionar de la Comisión Nacional de
Energía Atómica. No puede entonces sorprender la notable agresividad de Greenpeace
contra el desarrollo nuclear argentino, apelando para esas arteras campañas a
todo tipo de mentiras y distorsiones, operando básicamente con la clásica
metodología del terrorismo mediático, infundiendo miedos en la población, en un
tema complejo respecto al cual previamente se realizaron muchas acciones de
desprestigio mediático muy malintencionado, y del cual por las complejidades
técnicas la gente común no conoce mucho.
Miente
alevosamente Greenpeace, al afirmar que la energía nuclear es “cara, sucia y
peligrosa”, siendo que en realidad es
económica, particularmente limpia y notablemente segura.
Claramente
los estudios técnicos indican que la
generación nuclear es la segunda tecnología más económica por KWh, después de
la más barata que es la hidroeléctrica.
Es limpia, pues no emite ningún
residuo a la atmósfera, ni al agua ni a la tierra, y existen probadas y muy seguras
tecnologías para el almacenamiento definitivo del combustible gastado (las
barras de zircaloy que envuelven al uranio ya utilizado), y fue precisamente
Greenpeace, con su mendaz accionar terrorista mediático, la responsable que se
haya archivado el proyecto del repositorio nuclear en Gastre, Chubut,
cuidadosamente diseñado y en un área geológicamente muy estable…¡otra canallada
de esos agentes del subdesarrollo crónico, que usan a la ecología
fundamentalista como excusa para fomentar el subdesarrollo!
Es segura, dado que los accidentes ocurridos
en todo el mundo, se cuentan con los dedos de una mano, y en todos ellos el
terrorismo mediático de los agitadores ultra ecologistas, se encargó de
exagerar, mentir e infundir miedos irracionales.
Claramente
ocurrieron muchísimo menos accidentes e incidentes en centrales nucleares, que
en los incontables acaecidos en las centrales termoeléctricas (de hecho
estimuladas por esas ONGs pseudo ambientalistas), y también mucho menos
que los numerosos sucedidos en las
eólicas (estos accidentes nunca son difundidos, como tampoco los rechazos que
los “molinos de viento” provocan en diversas poblaciones europeas).
En
forma aviesamente malintencionada, Greenpeace no menciona que el Sector Nuclear
Argentino tiene elevadísimos niveles de seguridad, siendo en ello un ejemplo
recurrentemente citado a nivel mundial. ¡Pero esa noticia “no vende” y es “políticamente
incorrecta” a los fines del terrorismo ecolátrico!
Miente
Greenpeace cuando menciona el caso de Fukushima, en el cual las muertes y
reales perjuicios fueron ocasionados por el maremoto (tsunami) y NO por la
propia central nuclear, mintiendo también respecto a los supuestos graves
problemas de radiación, probadamente falsos según informes técnicos
irrefutables.
Oculta
Greenpeace los serios problemas que le causó a Japón la histeria antinuclear
(fogoneada por las transnacionales del ecologismo cavernario), pues se vio
obligado a importar cantidades siderales de gas natural, al punto que por eso
debió soportar saldo negativo en su balanza comercial, por primera vez en más
de cuatro décadas. Y oculta que la supuesta “gran solución” de las energías eólica
y solar, por sus insalvables limitaciones técnicas, no fueron capaces de suplir
a las nucleares, ni en Japón ni en Alemania, debiendo ambos países recurrir a
la mucho más costosa y contaminante generación termoeléctrica, quemando
descomunales cantidades adicionales de gas, petróleo y carbón…¡precisamente lo
más opuesto a lo “ecológico”! ¿Por qué sistemáticamente ocultan y falsean
informaciones, esos terroristas ecológicos de Greenpeace y otras ONGs
similares?
Miente
descaradamente cuando afirma que la Central Nuclear Embalse (Córdoba) es del
mismo tipo que la de Chernobyl. Cualquiera que sabe el abc de la tecnología
nuclear, conoce que las tres centrales argentinas siguen el modelo de las
usinas “occidentales” (del área no comunista), algo más costosas pero muchísimo
más seguras que las “orientales”, en su momento construidas apresuradamente en
la ex URSS, desechando instalar sistemas de seguridad redundantes, como el domo
de cemento armado. Hoy Rusia, ya desechado el sistema comunista, dio a la
seguridad la preponderancia que no tenía en la Unión Soviética. Las centrales
argentinas tienen tres sistemas de seguridad redundantes, de forma tal que un
accidente de dimensiones catastróficas es virtualmente imposible. Todo esto es
ocultado con notoria malicia por Greenpeace.
Miente,
oculta informaciones y se ubica como enemiga del desarrollo nacional, cuando esa ONG pretende impedir que Argentina
prosiga con su desarrollo nuclear, instalando dos nuevas centrales nucleares
que nos son muy necesarias para apuntalar nuestro desarrollo, para
reemplazar los consumos de gas natural, y para operar reforzando las centrales de base del SADI (Sistema
Argentino de Interconexión), en una
función que por sus serias limitaciones técnicas, las centrales eólicas y
solares NO PUEDEN REALIZAR.
Miente
descaradamente Greenpeace, cuando afirma que en Córdoba se instaló un nuevo
reactor nuclear, siendo que en realidad se extendió la vida útil de la muy
necesaria e importante Central Nuclear de Embalse.
Con
metodología de vulgares patoteros, pretende cambiar nuestro sistema de gobierno
Representativo, Republicano y Federal, subvirtiendo instituciones y los poderes
establecidos, al querer imponer el abyecto sistema de “audiencias públicas
obligatorias”, que no son más que estados asamblearios permanentes, fácilmente
manipulables por parte de agitadores profesionales, con lo cual pretenden
impedir toda acción tendiente al desarrollo y sembrar el caos y la discordia
permanentes, tal como insidiosa y arteramente no hicieron al fogonear el absurdo
conflicto de las pasteras, montado para malquistarnos con una nación hermana de
placenta, tal como lo es Uruguay.
Miente
también, como colofón, cuando como supuesta “solución” apela a un muy falseado
informe, montado con la complicidad de varias ONGs, entes vinculados con la
provisión de “molinos viento” y otros, informe que hace agua por los cuatro
costados, y del cual me encargué de señalar sus numerosas falencias, gruesas
contradicciones, y flagrantes mentiras, en mi último libro titulado “Los Profetas
del Caos”. Ese informe, pomposamente llamado “Escenarios Energéticos Argentina
2030, pretende imponer al como sea las caras e ineficientes usinas eólicas y
solares, omitiendo sus serias limitaciones que las hacen inútiles para operar
como usinas de base. Con ello, ese tergiversado informe (también fogoneado por
entes asociados a Greenpeace y WWF – Vida Silvestre), impulsa de hecho mayores
consumos de gas natural, entre otras varias iniciativas sumamente perjudiciales
a los Intereses Nacionales.
Deleznable
como siempre, el accionar corrosivo y mentiroso de Greenpeace…pero muchos
crédulos y desinformados siguen creyendo en sus prédicas tan espectaculares
como faltas de sustento…acordes a los dictados y agendas que les dictan desde
La Rubia Albión.
C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Investigador de temas económicos y
geopolíticos
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