ENTRE MYRIAM BREGMAN Y LOS PROCESEROS CONTUMACES
A muchos molestó mucho –me incluyo- la frase que habría dicho la dirigente trotskista y diputada nacional Myriam Bregman, quien habría expresado con marcado desprecio hacia nuestra bandera, “esa bandera no me representa”.
Ahora bien, algunos de los muy molestos, están dentro del sector de los más fervorosos “patrioteros de bandera”, los que en muchos casos son recalcitrantes partidarios del nefasto y apátrida “proceso”, que instaló y protegió la implementación del neoliberalismo en Argentina.
Esos patrioteros de bandera deberían ser modelos de auténtico patriotismo, con profundas convicciones y con amplio sentido del significado del concepto de “soberanía”. Esa debería ser la convicción principalísima de quienes fueron formados, equipados y mantenidos como el brazo armado de la Patria. Pero los nefastos cursos de la Escuela de las Américas y similares, produjeron en muchos casos un limaje neuronal al ras, por el cual el supuesto “único enemigo” es “el subversivo marxista”, negándose a todo análisis actualizado y bien fundamentado, con lo cual los colonizados mentales de ese tipo pasan a ser individuos marcadamente agresivos, a los que enfurece en grado superlativo toda opinión que contraríe o al menos roce claramente sus dogmáticas creencias políticas, que los mantienen patológicamente anclados en los años ’70.
Debido a la muy profunda manipulación mental que se perpetró con notable crudeza y arrasadores resultados sobre toda la población argentina, mucha buena gente tiene muy tergiversados los valores, y evidencia notable ignorancia en grado profundo, acerca de la realidad; o peor aun les inculcaron el pernicioso criterio del autismo institucionalizado, o sea aquello de “no se nada ni me importa lo que pase”.
Esos profundos grados de colonización mental calaron muy hondo en sectores de la difusa y hoy decadente (económicamente) clase media, pero claramente causaron estragos en las mentalidades inculcadas e imperantes en los sectores “proceseros” de las fuerzas armadas y de seguridad, a las que llenaron de formalismos huecos (himno, bandera, y similares), pero les quitaron toda sustancia y todo entendimiento de la realidad.
Solo así pudieron avalar las destructivas políticas socio económicas
neoliberales, implementadas desde “el proceso”, las que solo pudieron instalarse a partir de hacer operar a Nuestras Fuerzas Armadas como tropas de ocupación –en el propio territorio nacional-, avalando el accionar de los personeros del poder financiero transnacional, y de sus socios menores locales, de la diversificada oligarquía argentina, siempre apátrida, oportunista, evasora y fugadora serial de divisas.
Y la cerrazón mental sigue operando, pues claramente muchos de esos patrioteros de bandera de mentalidad procesera, siguen sin razonar nada operando casi por pura inercia, avalando todas las tropelías del “proceso”, y hoy apoyando a otro gobierno neoliberal que es clara continuación de aquel y del de los siniestros años ’90.
Siendo repudiables ambas conductas, la de los trotskistas como Bregman y otros, que reniegan de todo concepto de sano patriotismo, como la de los proceseros y similares, que siguen practicando un patrioterismo hueco que es en realidad un anti patriotismo profundo y en grado patológico; es sin embargo mucho más repudiable y negativo el último caso, pues su actitud induce a peligrosas confusiones y –en muchos casos seguramente involuntarios- significa un accionar hipócrita, pues la juegan de cipayos auto titulándose “grandes patriotas”.
No les suele “caer la ficha” que ser patriota implica necesariamente defender la soberanía en todos los frentes, y no alcanzar a razonar o muchas veces desconocen totalmente, que endeudarnos irracionalmente, destruir la industria, desguazar o extranjerizar los entes tecnológicos, cerrar o vaciar hospitales y escuelas, fugar divisas con una actitud de naturalización propia de delincuentes de guante blanco, auto condonarse deudas propias y de amigos para con el Estado, y otro sinfín de actitudes aberrantes, es sin duda alguna atacar la soberanía nacional. Por supuesto, a los patrioteros de bandera, en sus confusiones y raros conformismos mentales, ni se les ocurre analizar ni menos aun criticar las acciones de clara entrega de soberanía que se están perpetrando en los delicados y muy estratégicos temas de Malvinas, La Antártida Argentina, incluso en el despoblamiento adrede implementado en La Patagonia, por parte de la CEOcracia neoliberal hoy imperante. No, los patrioteros de bandera siguen muy ocupados y preocupados contra “los subversivos” que ven hasta en la sopa, pero se niegan a ver que con este rumbo marchamos a paso forzado hacia la disolución nacional.
Para hacer una comparación tal vez grosera pero clara: si un delincuente vuelve a delinquir, es aberrante y condenable; pero si el que delinque es un policía, allí la situación es mucho más grave, pues lo hace quien encarna el brazo armado de la ley.
Siguiendo con el ejemplo, salvando distancias: si una trotskista se expresa como anti argentina, es repudiable, pero no puede sorprender, pues está en su esencia política; pero si un uniformado (no son todos, y tal vez no son tantos),
vociferando supuesto patriotismo a voz en cuello, avala gustosamente la aplicación de políticas económicas claramente antinacionales, ahí la cosa es mucho más grave, pues se trata de un caso de profundas tergiversaciones en las escalas de valores.
Es como el caso de un grupúsculo de “intelectuales” proceseros, que en su momento con burda socarronería hicieron oídas diciendo “preferimos cualquier cosa antes que los Kirchner”…¡y siguen prefiriendo cualquier cosa, incluyendo deleznables acciones de destrucción nacional y de pisoteo burdo de la soberanía!
Algún otro “pensador” procesero, se alegró ante los despidos masivos y brutales en ARSAT, pero ni se molestó ante la destrucción y extranjerización del Plan Satelital Argentino, incluso ante la pérdida de una de las posiciones orbitales, lo cual es pérdida de soberanía. ¡Pero sería demasiado suponer que pueda razonar algo tan “complejo” como eso!
Y hasta algún pretendido “intelectual” retirado, que en tono admonitorio afirma que “los únicos enemigos están adentro”, complementando con la frase “los ingleses son unos caballeros”. Son “caballeros” que practican la piratería como modus operandi en su política exterior…pero los colonizados mentales proceseros no lo ven, ni intentan salir de sus profundas ignorancias en temas de Geopolítica, Historia y Economía.
Como dijera Belgrano…¡ayyy, Patria Mía!
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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