viernes, 23 de febrero de 2018

LOS KELPERS FESTEJAN, ARGENTINA SUCUMBE
La reciente invitación conjunta de Argentina y Gran Bretaña, extendida a líneas aéreas (existentes o a crearse) con sedes en Paraguay, Brasil, Uruguay y Chile, para establecer servicios regulares que vinculen a Malvinas con el continente, sumado el hecho a los acuerdos para establecer operativos conjuntos de ambos países en La Antártida, conforman un retroceso brutal en el accionar de nuestro país, pues tira por tierra prolongadas tareas diplomáticas y acciones efectivas realizadas concatenadamente para defender nuestros legítimos derechos sobre el archipiélago austral y sobre nuestra porción del Continente Blanco, acreditada esta última por nuestra presencia activa y permanente en Antártida desde 1904, cuando fuimos el primer país en tener bases permanentes en ese desolado extremo del mundo, que es geográficamente continuación de nuestro territorio continental.
Un par de meses antes, se habían eliminado las serias trabas diplomáticas que eficazmente se habían interpuesto para impedir o al menos dificultar en grado sumo las tareas de explotación petrolera en las aguas circundantes de Malvinas, en esa extensa porción del Mar Argentino usurpada por la piratería británica. O sea, la Cancillería Argentina, bajo el neoliberalismo apátrida, opera a favor de los intereses británicos.
Claro está que semejantes aberraciones geopolíticas están apañadas por los entreguistas acuerdos de Madrid y Londres de 1990, que implicaron una deshonrosa rendición total y en condiciones humillantes para nuestro país, lo cual fue cuidadosamente ocultado por los operadores locales del establishment, que siempre opera a favor de los anglosajones y en contra de los Intereses Nacionales Argentinos. Por supuesto, los agresivos y muy poco pulidos intelectualmente patrioteros de bandera, en su mayoría ignoran o no les dan importancia a estos temas.
Todo eso es extremadamente preocupante, siendo posiblemente las acciones más perjudiciales para nuestra soberanía, perpetradas en rápida y continua sucesión por el actual gobierno neoliberal que hoy conduce a nuestro país (y que claramente lo lleva a pasos acelerados hacia la disolución nacional).
La entrega de soberanía perpetrada por el neoliberalismo macrista no tiene parangón de similar infamia en toda nuestra historia, y eso que hubo varios gobiernos liberales –y por ende antinacionales-, a lo largo de nuestros dos siglos y fracción de vida formalmente independiente. Es clara continuación del anglófilo traidor Rivadavia y sus seguidores, que operó para fragmentarnos y ponernos como súbditos británicos de una colonia dócil y sin dignidad soberana.
Después de sucesivos “acercamientos” con la diplomacia y los poderes británicos (incluyendo los corporativos de Bancos, petroleras y otros sectores del poder plutocrático manejado desde Londres), y luego de incorporar activamente al gobierno a personeros de ONGs pseudo ecologistas británicas (como Greenpeace, WWF y otras), además del CEO y accionista de Shell puesto a manejar el estratégico Ministerio de Energía al servicio de intereses sectoriales corporativos y británicos; ahora en los muy sensibles temas de Malvinas y la Antártida Argentina, las acciones de vergonzosa sumisión a los intereses y posturas británicas, ya no solo son escandalosas, son vergonzosamente denigrantes para el honor nacional.
En el muy sensible tema de Malvinas, la estrategia que exitosamente se venía aplicando, consistía en aislar al enclave colonialista, impidiéndole los contactos con Sudamérica, lo cual le encarecía la logística, los aislaba, y condicionaba las operaciones económicas que pretendían realizar para consolidar el estatus colonial, seguramente para luego “inventar” otro mini Estado “independiente”, que bajo la cobertura de la Commonwealth (la Comunidad Británica de Naciones), sepulte las muy bien fundamentadas pretensiones de soberanía de Argentina sobre ese archipiélago y los otros dos (Georgias y Sandwich del Sur), reclamadas por nuestro país.
Esa estrategia, potenciada en el marco de la UNASUR, se fisuró al aceptarse los vuelos de Lan Chile hacia Malvinas, con escala en la Patagonia Argentina. Por otra parte, se dificultaba y rechazaba que naves y aeronaves británicas y de los kelpers hagan escala o se reabastezcan en puertos y aeropuertos de Sudamérica.
Aunque los sectores recalcitrantemente “proceseros” de las FFAA, con sus canales de infiltración de críticas muchas veces soeces y mal intencionadas, en paralelo con los operadores de la oligarquía pro británica (siempre socios de ruta y muy activos), lo “ningunearan”, y se refirieran en forma burlona e instalando
pretendida desacreditación de aquel accionar argentino de aislamiento a los agresores – usurpadores británicos, resultó muy claro que Gran Bretaña estaba muy molesta con ello, y los kelpers enfurecidos. Muchos hechos lo prueban, entre ellos las arrogantes actitudes del ex primer ministro Tony Blair con pretendidos desplantes a la por entonces presidenta argentina, en reuniones del G 20.
Desplantes que los medios de comunicación locales al servicio del establishment pro británico, se esmeraron en resaltar, como es usual por parte de los cipayos asumidos.
Ahora, esos mismos mercenarios de la incomunicación masiva, como también los sutiles (o no tanto) posteadores de “bajadas de líneas” a las tropas de retirados proceseros, más diversos variopintos supuestos patriotas y malvineros varios estentóreos, y otros opinólogos pregoneros de “patriotismo” formal hueco de contenido; ahora todos ellos “se quedaron en el molde” y no dicen “esta boca es mía”, ni redactan ni una línea de protesta.
En el caso de los uniformados ultra liberales, proceseros contumaces que por lo general se niegan a todo razonamiento si se cuestionan así sea marginalmente sus dogmas setentistas (esos que solo ven enemigos en “los zurditos y subversivos” pero que desconocen o “no ven” las agresiones de las Potencias Atlantistas y del mega poder financiero transnacional), parecería que aceptan sin chistar todas esas tropelías en contra de la soberanía y la dignidad nacional…mientras les sigan prometiendo los indultos a los procesados por delitos de lesa humanidad.
Delitos de los que los imputados y procesados pueden o no ser culpables, ese ya es otro tema; pero que nunca deberían ser objetos de trueque, menos aun si lo que se resigna es lo esencial, cuya carencia nos lleva a paso forzado hacia la disolución nacional…pero varios de esos “sesudos opinantes” solo parecen preocuparse adicional o principalmente…por sus haberes.
Y por supuesto, no faltan algunos verborrágicos “retirados” y también civiles “de clase alta” que con agresiva cerrazón mental, afirman que “los únicos enemigos los tenemos adentro”, y que “los británicos nunca fueron enemigos”, rematando con la remanida frase de los colonizados mentales en grado superlativo “que bien estaríamos si nos hubiesen colonizado los ingleses”. Nunca razonan las brutalidades perpetradas por “esos civilizadores” en India, Pakistán, y muchos otros países que fueron colonias británicas. Tampoco razonan que todos los países desarrollados practicaron lo que el analistas Gullo Amodeo llama “la insubordinación fundante”, o sea desobediencia a los falaces dogmas del liberalismo económica, doctrina de la dependencia permanente, por excelencia.
Lo expresado no significa odiar a los británicos, en tanto seres humanos, significa exponer crudamente la impiadosa agresividad del vetusto pero peligroso imperio, sede principal del poder financiero transnacional y uno de los brazos ejecutores de las actuales acciones de neocolonialismo militarizado, en plena vigencia.
El tema no se agota, es en extremo grave y muy preocupante. El neoliberalismo macrista sigue rifando soberanía, en todos los frentes, llevándonos a la balcanización.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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