jueves, 3 de agosto de 2017

EL SUICIDIO ECONÓMICO DEL LIBRE COMERCIO.
La Unión Europea y EEUU siguen poniendo infinitas trabas para evitar las masivas exportaciones de biocombustibles argentinos a esos mercados. Por más excusas que se esgriman, lo real es que protegen sus mercados internos y subvencionan a sus propios productores, pues priorizan mantener las fuentes de trabajo, aunque sea más caro.
En castizo simple, los biocombustibles argentinos son más baratos, y ni los europeos ni los estadounidenses pueden competir de igual a igual, y pese a que declaman ser “los campeones del libre comercio”  …practican el proteccionismo, si bien lo disfrazan de mil maneras.
Lo mismo ocurre con los limones, que el propio Macri intentó convencer a Trump que nos hiciera ese pequeño favorcito de levantar las barreras para arancelarias, mientras que por estos lares, se hace todo lo que se “sugiere” (léase ordena) desde los centros del poder financiero mundial, con sedes en esos dos bloques políticos (UE, EEUU) y Japón.
Décadas atrás sucedía eso con las exportaciones de carnes (éramos alguna vez el primer exportador mundial del rubro), y en la década infame la oligarquía gobernante firmó en 1933 el vergonzoso Pacto Roca – Runciman, poniéndonos explícitamente en el rol de colonia dócil de Gran Bretaña, todo con tal de mantener el cupo de exportaciones de carnes, del que “La Rubia Albión” era el comprador principal, casi excluyente.
En décadas posteriores, recurrentemente Gran Bretaña pondría la excusa de la aftosa, para cerrar su mercado y favorecer de ese modo a sus propios productores o a socios de la Comunidad Británica de Naciones, sin importar que fuera más caro…¡primero la defensa de la economía propia, al revés de los dogmáticos y nada patriotas liberales de Argentina!
Lo mismo sucedió con las exportaciones de cereales argentinos al mercado europeo, el cual nos está vedado, pues tanto Francia como otros productores de ese bloque económico, priorizan la defensa de los productores cerealeros propios, en base a generosos subsidios, con los cuales ese bloque, antes importador crónico, se transformó no solo en auto abastecedor sino que también exporta.
En un rasgo de infantilismo diplomático, en su visita oficial a Alemania, el actual presidente argentino poco menos que rogó a Merkel que interceda ante Francia, para que abra el mercado europeo a nuestros cereales, obteniendo solo una diplomática pero contundente negativa. Si bien “los medios adictos” del establishment ocultaron cuidadosamente el hecho, otros lo publicaron, mostrando el ridículo de la postura de los ultra liberales locales, que dicen creer en el dogma del “libre comercio”, mientras que las potencias del G 7, presionan para que nosotros abramos irrestrictamente el mercado nacional, pero ellos protegen los sectores que consideran estratégicos o muy sensibles. Doble mensaje que le dicen, mientras los economistas ultra liberales de estos pagos, que juegan de instaladores de supuestas verdades absolutas (como los falsos beneficios del "libre comercio”), lo ocultan; y por su parte, los mercenarios de la incomunicación  foguean el escandalete mediático prefabricado de turno, para ocultar los temas esenciales, como los acá explicados.
La enseñanza concreta es muy clara y contundente: lo del “libre comercio” no es más que un mito, impuesto por los centros hegemónicos del poder tradicional mundial, para mantener bajo dominio y en el subdesarrollo permanente (y para retrotraernos al subdesarrollo crónico, en el actual caso argentino), a los países que se rigen por ese y otros dogmas –tan falaces como ese, impuestos
 por “ese conquistador más temible que Napoleón” (1) que fue Adam Smith, dogmas que los colonizados mentales y los subordinados locales de los países dependientes aceptan e incluso entronizan como “verdades irrefutables”.
Esos subordinados locales son los que priorizan sus mezquinos intereses sectoriales aun en contra de los Intereses Nacionales, como ocurre en nuestro país con los representantes y comisionistas de la Banca transnacional (frecuentemente investidos de cargos ministeriales o subsecretarías de elevados rangos, en épocas en las que padecemos gobiernos liberales en Argentina), importadores varios, fugadores crónicos de divisas, sectores ultra conservadores como la Sociedad Rural y la “oligarquía diversificada” como la que maneja o influye en gran medida en la Unión Industrial Argentina (que de defensa de la industria deja mucho que desear), y otros de similares concepciones político – económicas retrógradas,
oligárquicas y antinacionales.
Mientras destruyen sistemáticamente la economía y el tejido social
argentino, aplicando una nueva y recargada versión del siniestro Plan Morgenthau, buscando claramente completar los objetivos de disolución nacional que no pudieron –por muy poco- lograr en la crisis terminal de 2001/2002; los economistas del establishment neoliberal siguen poniendo como excusas los dogmas liberales, dentro de los cuales, los supuestos “grandes beneficios” del libre
comercio son repetidos como una supuesta verdad irrefutable.
Y tal como sucedió en épocas anteriores en las que se aplicaron “recetas” similares, ante los previsibles desastrosos resultados, no reconocen que sus causas son las medidas económicas neoliberales.
En vez de reconocer la perniciosidad extrema de las “recetas” liberales, pretenden presentar como “una anomalía” que ante las supuestas “medidas correctas”, la economía argentina no reaccione como los manuales liberales dicen que “debería ser”, sino como es sabido que sucede. Nos inyectan veneno, y nos están matando económica y socialmente, pero refuerzan las dosis en vez de 
desechar el genocida “tratamiento” neoliberal.
Encorsetar al país al modelo recesivo, en vez de buscar un modelo de desarrollo que se amolde a nuestras necesidades e Intereses Nacionales, ese es el viejo “vicio” de los liberales vernáculos, hoy transformados en neoliberales militantes…de la destrucción nacional.
“Por sus obras los conoceréis”, dijo hace 2000 años El Maestro de Palestina. También dijo “el árbol se conoce por sus frutos”. Miseria creciente, desocupación en aumento, cierres de fábricas y ahogo de entes tecnológicos, endeudamiento irracional y con claros síntomas de impagable junto a la timba financiera y la fuga descontrolada de divisas, subordinación a las potencias hegemónicas, en particular a Gran Bretaña, y peligro cierto de disolución nacional, son los frutos del neoliberalismo dogmático imperante.
Mientras tanto, los voceros del establishment, siguen defendiendo “la apertura económica” irrestricta (en los hechos regalar nuestro mercado interno a la producción extranjera), siendo que las grandes potencias del G 7 (2) que los liberales locales admiran, practican el proteccionismo económico.
Ninguna actual gran potencia económica, fue ni es liberal ni librecambista, a la hora de defender el respectivo mercado interno. Pero ese dato esencial, lo ocultan y tergiversan, pues es “políticamente incorrecto” para los que lucran con la miseria y el estancamiento argentino.
(1) Friedrich List: Sistema Nacional de Economía Política.
(2) G 7: EEUU, Canadá, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia y Japón.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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