NO ES CUESTIÓN DE AJUSTAR, LA SOLUCIÓN ES DESARROLLAR
Para los tecnócratas del “pensamiento políticamente correcto”, la metodología del ajuste permanente es prácticamente un “dogma de fe” de la pseudo religión pagana del neoliberalismo globalizador.
Para esas retorcidas mentalidades tecnocráticas, carentes de toda sensibilidad social y repulsivamente opuestas a toda idea de patriotismo, el ajuste no es un medio –erróneo de por si, con la orientación fundamentalista de esos “gurúes” económicos-, sino que han transformado el concepto en un fin en si mismo.
De la misma forma, la patria no los conmueve ni motiva, la desprecian abiertamente, y solo les interesan “los mercados”, concepto este último que es un eufemismo, una falacia, pues “los mercados” son los grandes poderes económicos y financieros concentrados; o sea, la ley de la selva aplicada al campo económico, con los seres humanos como monedas de cambio, o peor aun, como elementos usables y descartables sin ninguna consideración ni sensibilidad por el prójimo.
Jamás hablan de “desarrollo”, mientras que “crisis” es uno de sus términos predilectos, y a lo sumo presuponen modestos crecimientos que raramente se dan en el marco de sus “recetas” siempre achicadoras, y por ende inductoras de más recesión, más miseria y más exclusión social, realidades que por cierto no les importan…con tal que “los mercados” (o sea los poderes económicos concentrados y sus ramificaciones políticas y sus marionetas comunicacionales, militares, judiciales, legislativas y otras), estén conformes, o por lo menos no molestos.
Tanto les gustan las crisis, que si no las hay, las prefabrican –como en Argentina en 2016-; y si no hay emergencias, las inventan, siempre como pretextos para más ajustes.
Dicen molestarse y preocuparse por los déficits fiscales, pese a que por regla general son sus instigadores principales e incluso sus incrementadores, en base a medidas económicas recesivas, que por lógica reducen las recaudaciones impositivas por la caída de la actividad económica y por la descomunal e inhumana concentración de la riqueza que promueven e imponen con la fuerza del poder absoluto…aunque esté vestido de “división de poderes” y de “democracia”,
conceptos meramente formales sobre los que pisotean sin pudor alguno. Se puede decir que aman y promueven los déficits fiscales, pues son excelentes excusas para profundizar más y más ajustes. Y siempre existen argumentos de todo tipo, incluso algunos que rozan lo esotérico, para echarle la culpa a otros, de los déficits
presupuestarios desbocados y otros desbarajustes fenomenales que los propios tecnócratas liberales provocan y promueven con tanto entusiasmo y con tanto sigilo, así sea mal disimulado…total, los mercenarios de la incomunicación siempre los cubren.
Los pensamientos económicos de esos gurúes del neoliberalismo y del libre mercado a ultranza, son prácticamente calcados entre ellos, pudiendo a lo sumo discrepar en pequeños formalismos en el orden de prioridades en que quieren ajustar sin dar tregua…y sin importarles nunca “nimiedades” como la soberanía nacional o “detalles menores” como los enormes sufrimientos sociales que
ocasionan con total insensibilidad, e incluso con altanera soberbia. Por supuesto, puede variar el orden de prioridades de los ajustes y otras medidas similares, dependiendo de a que poderosos grupos económicos responde cada economista mercenario.
Dicen basarse en “la ciencia” (hablan e instalan a las llamadas Ciencias Económicas como si fueran ciencias duras, con leyes supuestamente inflexibles y no evitables de modo alguno, equiparándolas a la Física, la Química, la Matemática y otras similares, obviando e incluso ocultando malamente, que la Economía (antes mejor llamada Economía Política), es básicamente una ciencia social, y como tal es esencialmente imprevisible, cambiante y siempre influenciable por multitud de factores independientes y por lo general muy volátiles, por lo que toda pretensión de encerrarla en complejas e incluso abstrusas fórmulas matemáticas de rebuscada econometría, no pasa de ser un ejercicio intelectual teórico muy limitado, basado en presuposiciones. Si la realidad modifica esas presuposiciones
(como ocurre prácticamente siempre), esas complejas y rebuscadas fórmulas matemáticas pierden toda vigencia…pero como casi nadie las entiende, y los mercenarios de la incomunicación lo ocultan, los tecnócratas liberales siguen basándose en esas mismas elucubraciones de complejidades matemáticas, divorciadas de la realidad.
Como los mercenarios de la economía neoliberal saben que La Historia, estudiada con seriedad y la debida fundamentación, los desmiente y pone al descubierto sus falsedades y dogmatismos doctrinarios, así como sus maniobras como simples testaferros “con ropaje intelectual” al servicio de poderosas corporaciones transnacionales y sus subordinados menores con ciudadanía local pero sin sentimiento nacional alguno; por eso intentan y operan por todos los medios para ocultar la historia real, y para sofocar todo interés en el común de la gente en conocer nuestra propia Historia Nacional y la Historia Mundial, las cuales bien analizadas con espíritu crítico, ponen al descubierto hechos incontrastables, que demuelen el frágil y falaz conjunto de axiomas, dogmas y falaces argumentos en los que se basa el andamiaje de mentiras al cuento que es la doctrina económica liberal y su profundización, el neoliberalismo.
Por eso también fingen “desprecio” por el Pensamiento Crítico, que consiste en no asumir a priori ninguna supuesta verdad o “ley” (como las “leyes económicas” del liberalismo). Pensamiento Crítico que somete a rigurosos análisis todos los planteos e ideas, para recién asumirlos como verdaderos después de ser constatados, o por lo menos minuciosamente analizados. Pensamiento Crítico que no acepta ninguna “verdad” instalada a fuerza de meras repeticiones por los mercenarios de la incomunicación y de los sibilinos divulgadores de chismes hábiles para sembrar cizaña en mentes crédulas o directamente adocenadas.
Con esas metodologías de sembrar confusiones bajo cataratas de
informaciones basuras, verdades a medias y falsedades instaladas como verdades a fuerza de repeticiones sistemáticas, omiten lo esencial en el marco del caos que prefabrican para sembrar desesperanza en la gente, la cual a su vez tiene el objetivo de evitar toda reacción para que sus medidas económicas de corte genocida no tengan ninguna resistencia ni oposición.
Uno de los aspectos básicos, sino el principal que omiten los “economistas serios” (léase mercenarios del ajuste); y los “periodistas exitosos” (léase mercenarios de la incomunicación), es que de las crisis se sale con crecimiento y desarrollo, nunca con más ajuste y más achicamiento económico y exclusión social. Se sale con dignidad soberana, y no con arrastrado espíritu de colonizado mental o de mercenario al servicio de intereses extranjeros o del mega poder corporativo transnacional.
Dicho de otro modo: el déficit presupuestario no se soluciona con más achicamiento de los egresos, sino básicamente con mayores ingresos por mayores recaudaciones impositivas que sean consecuencia de la expansión económica.
No se habla esencialmente de aumentar impuestos al consumo, ni
draconianos incrementos en el Impuesto a las Ganancias (hoy maquillado con un nuevo nombre). En cambio es totalmente lógico aplicar impuestos redistributivos,
a grupos o sectores económicos con grandes rentabilidades o con “condiciones naturales excepcionales” que les hacen tener ganancias excepcionales, como grandes terratenientes agropecuarios y grandes grupos empresarios de cultivos
extensivos; la minería de exportación; los sectores financieros y especuladores y otros similares. Los mismos que fueron enormemente beneficiados por el actual gobierno neoliberal argentino, a costa de provocar un explosivo crecimiento del
déficit fiscal, al caer a pique los ingresos fiscales, descalabrando con ello a los presupuestos de los municipios, las provincias y el mismo presupuesto nacional.
En castizo simple: mayor crecimiento implica mayores ventas en general, y con ello al facturar más, se debe pagar más en concepto de impuestos; los que reinvertidos en mejores salarios, más obras públicas, justas acciones sociales y promoción activa de la ciencia y proyectos científicos aplicados, forman un ciclo virtuoso que sostiene e incrementa naturalmente el desarrollo socio económico.
Eso último, que resume un gran conjunto de medidas que promueven la reactivación, debe necesariamente complementarse con la debida protección al mercado interno (protección aduanera) y medidas promocionales de exportaciones de productos industrializados, manejando además el Sector Bancario para evitar abusos y lograr dar implementar créditos para emprendedores y PYMES en general; todo ello es exactamente lo opuesto al siniestro conjunto de medidas de genocidio socio económico que está perpetrando el actual gobierno argentino de gerentes de empresas oligopólicas y corporaciones extranjeras. Por no mencionar el conjunto de acciones de entrega intencional y con alevosía, de todo vestigio de Soberanía Nacional; de lo cual los patrioteros de bandera y otros colonizados mentales ni se dan cuenta.
La clave pasa por dejar de lado los engaños y cantos de sirena de los cultores del neoliberalismo, para pasar a ejecutar con visión de largo plazo y criterio de grandeza nacional, Políticas de Estado coherentes, en un marco económico de Capitalismo de Estado, variante del keynesianismo, que es la metodología con la cual en su momento se desarrollaron las actuales Potencias Tradicionales (las del G 7 y otras vinculadas), y con la cual surgieron poderosamente las nuevas Potencias Emergentes (las del BRICS, y otras varias en curso de fuerte desarrollo), en procesos que cuidan la mayor riqueza de cada nación, que es su propia población.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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