ARGENTINA EN SERIO RIESGO DE BALCANIZACIÓN.
TERCERA PARTE – LA PREOCUPANTE SITUACIÓN ACTUAL.
La vuelta del neoliberalismo salvaje (*), por segunda vez mediante elecciones, pero por primera vez con un gobierno que anticipadamente dio claras e inequívocas señales de sus intenciones, y que pese a ello fue apoyado por amplios sectores sociales medios y bajos a los que inmediatamente perjudicó acentuadamente, seguramente pasará a ser un caso de estudio no solo en los anales políticos, sino también sociológicos y psicológicos masivos; un caso testigo de masiva colonización y manipulación mediática ejercida a escala masiva y demoledora, como sin duda lo hicieron y siguen haciendo los medios de comunicación masivos y los opinadores varios al servicio del establishment.
La severísima destrucción socio económica que diversos indicadores macro demuestran palpablemente, así como el aumento de la miseria, la desocupación, los cierres de empresas y el resurgimiento de prácticas indicadoras del deterioro general, tienen sin duda relación directa con la desintegración del poder geopolítico argentino, lo cual afecta negativamente los riesgos latentes de balcanización.
De hecho, el neoliberalismo tiene por finalidad central debilitar a los Estados – naciones, sobre todo los excluidos del grupo de las megas potencias tradicionales, las que pueden definirse como el G 7 más la UE más las potencias anglosajonas asociadas a la Commonwealth. Y debilitar a los Estados, ejes rectores e integradores políticos de las naciones, es facilitar el camino hacia la balcanización. Eso sucede actualmente en Argentina. Pero no es todo.
Si bien el saldo de la suma algebraica de las acciones de gobierno de los precedentes doce años de economía keynesiana (con fuerte intervención activa del Estado) en Argentina, de acuerdo a diversas y contundentes variables socio económicas a niveles macro, es claramente positivo, ello no obsta para que hayan quedado materias pendientes importantes en lo geopolítico (amén de otras), e incluso que existieron errores, algunos muy serios, cuyas consecuencias hoy se suman al virtual desmadre actual, que evidencia deterioro serio en el ejercicio real de la soberanía, y en el preocupante aumento de factores que de progresar, llevan camino a la balcanización.
En breve síntesis, seguramente incompleta, de errores y omisiones incurridos en el período 2003/2015, que facilitan el proceso de desguace nacional, “dictado” por los grandes factores del poder global, pueden citarse los siguientes.
La fuerte y creciente inserción de las ONGs transnacionales, muchas de ellas británicas, “ecologistas”, “indigenistas”, “derecho humanistas” y otras similares; en vastos sectores de “progresistas” teóricos, pero carentes de Formación Nacional y de nociones claras de geopolítica mundial, desconociendo por tanto el accionar de esos entes en el marco de las “guerras blandas” que se libran en el día a día cultural y comunicacional. No solo no se contrarrestó ese alud de prédicas disolventes, con bien fundamentadas campañas, sino que incluso se les dio amplios espacios en la TV Pública y otros medios, a personeros de esas acciones claramente antinacionales. El caso más evidente es Osvaldo Bayer, sembrador de odios raciales indigenistas (odio irracional a lo “no indígena”), y propalador de la perversa idea del secesionismo territorial, además de antimilitarista a ultranza y distorsionador de la Historia Argentina, como es usual entre los anarquistas. Ese accionar es claramente alineado con los dictados alienantes propalados y financiados por Gran Bretaña para balcanizarnos. La ONG Mapuche Nation, con sede en Bristol, es su expresión más descarada, pero no es la única. Ídem el accionar ferozmente anti desarrollo, de ONGs “ecologistas” como Greenpeace y WWF, “casualmente” británicas.
Sabiendo que en 2002 el país estaba literalmente devastado y en riesgo certero de disolución, las tareas de restauración social y económica fueron vastas y en muchos casos muy profundas. En ese contexto, una de las grandes tareas inconclusas, fue la de cambiar o ampliar profundamente los contenidos de los planes de estudio en los diversos niveles y especialidades; pues debieron incluirse o dictarse con mayor profundidad (según las materias consideradas), disciplinas como Historia Argentina (desmintiendo la denominada “corriente mitro-marxista-liberal”), Historia Mundial, y Geopolítica, entre otras. Particularmente preocupante es el hecho que –según diversos indicios-, la formación en los institutos militares y de seguridad, sigue enclaustrada en cerrados dogmatismos ultra liberales
dieciochescos y decimonónicos; así como en carreras universitarias de Ciencia Política y similares, pero en estos casos mechados con autores y postulados “progresistas” pero por lo general vacíos de contenidos del Pensamiento Nacional. De esto un caso testigo sería el de Carlos Escudé, que adhiere a la antinacional tesis de la “invasión argentina a Malvinas”, aberrante concepto que es repetido como loros por estudiantes y profesores que se basan en autores como el citado.
En esos doce años de economía keynesiana, fuertemente reindustrializadora y favorable al desarrollo tecnológico nacional, no se dio el debido lugar a poner plenamente en marcha a Fabricaciones Militares y los diversos proyectos muy viables desarrollados localmente, como blindados, armamentos varios (como el fusil FARA), aviones, naves y submarinos, insumos varios, etc. Incluso bien pudo desarrollarse una “familia” de vehículos militares todo terreno de diseños locales o adaptándose diseños foráneos mediante licencias. Además, como ineludible necesidad, se pudo recomponer el poder hoy inexistente de la Fuerza Aérea, con la oferta rusa de canje de aviones de combate de 4º Generación por alimentos, o aviones chinos de similares prestaciones, con financiación blanda. Gran tarea pendiente el reequipamiento de nuestras Fuerzas Armadas, y volver a dotarlas de una auténtica Doctrina Nacional, proclive al desarrollo tecnológico y la industrialización, como fundamentos de la Defensa Nacional. La situación actual de indefensión casi total, nos hace vulnerables a cualquier operativo de balcanización que pueda ejecutarse con apoyos violentos internos o externos.
Las falencias descriptas no solo no se han solucionado, sino que incluso se agravaron, con la irrupción del neoliberalismo salvaje, reedición de los años ’90.
Hoy las ONGs extranjeras no solo influyen en forma creciente, sino que además tienen personeros en altas funciones gubernativas, y sus discursos mendaces y disolventes, encuentran eco en el actual presidente y altos colaboradores. Por caso, el disparate técnico sin asidero alguno, que expresó Macri, afirmando que existen 19 tecnologías mejores y más económicas que la hidroelectricidad para generar energía; mentira que no pudo sostener ni menos
fundamentar, y que es repetida como muletilla por las ONGs ultra ecologistas. Esa falsedad fue usada para paralizar las obras ya comenzadas de las dos grandes hidroeléctricas en Santa Cruz. Y esos ataques se vinculan no solo con el accionar sibilino de las ONGs, que atacan a la generación hidro y nuclear, para favorecer al como sea a las falsamente “limpias” eólica, solar y otras englobadas como “renovables” (concepto falseado en una ley recientemente aprobada). Es bien sabido que esas ONGs “ecologistas” actúan en paralelo al accionar de las transnacionales petroleras y gasíferas, pues las inversiones masivas en eólicas y solares, requieren el respaldo “en caliente” (funcionando), de centrales a gas o petróleo, como respaldo técnico y factor de estabilización de voltaje. Es decir que esos falsos ecologistas promueven de hecho mayores consumos de hidrocarburos, además que presionan para la elevación de las tarifas (con el eufemismo anglosajón “feed on tariff”) y para obtener lesivos subsidios exorbitantes, sin los cuales las ineficientes “renovables” no pueden competir.
El descalabro mayúsculo que esas ONGs “ecologistas”, con sus asociados petroleros británicos y los vendedores de paneles y de “ventiladores”, provocarán con seguridad en el Sistema Eléctrico Argentino, será inevitable, si se les permite cumplir con sus “órdenes” de hacernos dependientes en escala desproporcionada de esas energías técnicamente deficientes y muy caras por KWh. España nos muestra hoy los severos problemas que soportaremos en Argentina, con cataratas de juicios y presiones de todo tipo, ante la inviabilidad de los subsidios y los altos costos de la generación “renovable” y de la figura asociada de la “generación distribuida”. Los altos costos llevan a quitar competitividad a la economía argentina, y un sistema eléctrico caótico o complejizado, será un factor que facilitará la balcanización, objetivo último de los servicios británicos, de la UE y EEUU a los que sirven esas ONGs, como se constata por su accionar y objetivos.
Por su parte, los “indigenistas” siguen sembrando odios, siendo receptivos por parte de los habitualmente dogmáticos y antinacionales sectores de la “progresía” fuera de foco, aliados de las oligarquías apátridas. Y todos ellos operan hoy no solo sin restricciones, sino con claros apoyos, ante las confusiones de muchos, incluyendo en ello a sectores de escasa formación geopolítica de las Fuerzas Armadas, en particular entre los retirados con mentalidad formateada en
“el proceso”, período de gobierno cívico militar neoliberal. Por supuesto, siempre existen honrosas excepciones.
La parálisis absurdamente impuesta al Plan Nuclear, en el marco de freno general de las obras públicas, además del claro objetivo de provocar aumentos desmesurados de desocupación, como perversa herramienta para achicar los niveles reales de los salarios, fue una medida orientada a cumplir varios objetivos destructivos, dentro del cuadro de achicamiento económico general y de violenta regresión a perimidos esquemas preindustriales…o sea, volver a las “épocas gloriosas” de la oligarquía, en las cuales el poder patronal no tenía límites y la peonada no podía exigir nada ni siquiera mirar a los ojos a los omnipotentes patrones de estancia. Ese freno al Plan Nuclear corre paralelo con la desfinanciación del sector –que llegó a ser señero en el desarrollo tecnológico nacional-, lo cual es incompatible con el “modelo” de país-granja en el que se nos está encorsetando. El freno al Plan Nuclear, y la parálisis de las grandes obras hidroeléctricas, dejan servido en bandeja al Sector Eléctrico para que se acentúe nuestra patológica dependencia de los hidrocarburos…todo a la medida de Shell y otras corporaciones petroleras/gasíferas transnacionales, hoy dirigiendo la política energética nacional, transgrediendo toda norma ética y legal, autocontratándose a costos siderales, volviendo imposibles de pagar los servicios públicos esenciales e inviables a las pequeñas y medianas industrias, y con todo ello facilitando la disgregación nacional. Los masivos despidos de personal altamente calificado que se encontraba trabajando en Atucha III y las hidros patagónicas, son un daño enorme, muy difícil de cuantificar y complejo de reparar, claro que nada de eso preocupa a los personeros del neoliberalismo, y todo eso apunta a favorecer la desintegración nacional.
La paralización del Complejo Hidroeléctrico Kirchner-Cepernic en Santa Cruz y la intención de reducir drásticamente su potencia instalada; más los arteros ataques a la Central Carbonífera de Río Turbio (en la misma provincia); más la absurda decisión de importar carbón chileno para dicha usina, frenando y desfinanciando la única mina carbonífera argentina, lleva al despoblamiento de esa ciudad tan estratégica (en el extremo suroeste de nuestro territorio continental, y de toda esa enorme y despoblada provincia austral…todo tan a
medida de las presiones geopolíticas británicas en Malvinas, el Mar Austral, La Patagonia y la Antártida Argentina. ¡Por algo Macri dijo, con todas las letras, que “nunca entendió los problemas de soberanía”! Eso lo evidencian sus actos, algunos de los cuales se citan seguidamente.
Freno al exitoso Plan Satelital, y extranjerización.
Freno y desguace del Plan Espacial de Vectores.
Freno y desaliento de todas las actividades tecnológicas.
Expulsión de personal calificado en diversas áreas estratégicas, como Fabricaciones Militares.
Apertura total de importaciones y destrucción del mercado interno por baja brutal de salarios y aumento desmedido del desempleo; más subas siderales de tarifas de servicios públicos, todo lo cual afecta a la industria, entre otros sectores económicos.
Freno a las obras públicas, y concentración de las nuevas licitaciones en el área metropolitana, en una clara muestra de centralismo unitario.
Intención clara de adherir a tratados de “libre comercio” que representan pérdida real y muy severa de soberanía, además de desindustrialización forzosa.
Todas esas acciones y otras son parte del contexto severamente proclive a la balcanización argentina, en el marco de la ceguera o desinterés o ignorancia supina de diversos sectores dirigenciales, catedráticos, intelectuales, etc.
(*) Definido por Viviane Forrester, Naomí Klein, Aldo Ferrer y otros autores.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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