MINERÍA PARA EL
DESARROLLO O PARA LA DEPENDENCIA
Una reciente nota del Dr. (Geólogo)
Ricardo Alonso, se agrega a otra que hace pocos meses fue publicada por el
Presidente de GEMERA –Grupo de Empresas Mineras Exploradoras de la República
Argentina-, el Dr. (Geólogo) Julio Ríos Gómez; coincidiendo ambos en expresar
claramente sus totales adhesiones al pensamiento filosófico – económico de
acentuados matices ortodoxamente liberales, o sea claramente opuestos a la
heterodoxia o “capitalismo de Estado” vigente. Esa adhesión al liberalismo
extremo es evidente, al criticar fuertemente las medidas estratégicas de
intervencionismo estatal aplicadas en los últimos años.
Ambos profesionales son claramente
personalidades muy destacadas del ámbito de la minería argentina, y sus sólidos
basamentos en temas técnicos de geología y minería no pueden ser sino muy
respetados.
Al Dr. Alonso no tengo el gusto de
conocerlo personalmente, pero leo habitualmente sus didácticas y siempre bien
fundamentadas notas periodísticas, difundidas en publicaciones vinculadas a la
actividad minera. Por cierto que esos artículos me permiten ir conociendo con
mayores basamentos científicos esa apasionante y compleja actividad que es la
minería.
Al Dr. Julio Ríos Gómez y a varios
profesionales y empresarios del sector, tuve el enorme gusto de conocer y de
escuchar, en una reunión a la que fui amablemente invitado; en oportunidad de
un breve viaje a San Juan, motivado por una reunión técnica organizada por el CAP
(Comité Argentino de Presas), pocos meses atrás.
La profunda versación en temas mineros
y la evidente gran experiencia que este profesional y su equipo aquilatan, nos
permitieron a quienes concurrimos a esa interesantísima reunión con la cúpula
minera sanjuanina, recibir valiosas y muy bien fundamentadas explicaciones,
además de informaciones técnicas de primera mano. Por esa deferente invitación,
los asistentes sin duda estamos muy reconocidos.
No obstante, dicho con leal espíritu
crítico, en aquella didáctica reunión realizada en San Juan, se pudo advertir
que en ese ámbito prima una fuerte postura económica ortodoxa, o sea basada en
pautas económicas dieciochescas, ancladas en el llamado “pensamiento económico
clásico” liberal pregonado por el británico Adam Smith. Inclusive parecería
primar una clara admiración al “modelo chileno”, no solo en lo concerniente al
mayor desarrollo trasandino de la actividad minera, sino en lo referente al
supuesto “mayor desarrollo” respecto a Argentina, que desde esa particular
óptica parecerían interpretar de la realidad de Chile.
La minería en gran escala es de larga
data en Chile, y en Argentina es relativamente reciente; siendo sin duda más
desarrollada en el país trasandino.
Pero llevado el análisis al contexto
general, tomar como “modelo a seguir” a Chile, es una opinión que si bien puede
ser mayoritaria en el sector minero argentino, es por lo menos harto
discutible. ¿Puede ser “el modelo a seguir” una economía reducida casi
totalmente a la producción primaria, que en aras al “libre comercio” renunció a
todo intento de industrialización general (carece de industria automotriz, de
motocicletas, de electrodomésticos, electrónica, de maquinaria agrícola, etc.);
que claramente no alcanzó los niveles de desarrollo tecnológico de Argentina
(por caso en la tecnología agrícola de precisión, nuclear, aero espacial,
satelital, etc.), y que no evidencia el énfasis en lo tecnológico del que da
muestras la Argentina actual; que tiene un sistema de educación pública
arancelada cara y excluyente; cuya sociedad es estratificada, con poca o nula
movilidad social, con los sectores medio alto y alto claramente diferenciados
del común de la gente; y con un PBI que no solo es fuertemente primarizado sino
también que es la tercera parte o menos que el Argentino?
Desde ya no es un dato menor que todas
las Potencias Emergentes practican
de distintos modos la heterodoxia económica -Estado activo e interviniente-,
mientras que las Potencias Centrales,
que en los últimos años “han probado su propia medicina” de liberalismo extremo
y salvaje, se debaten en una profunda
crisis socio – económica y política. Esa misma “medicina venenosa” nos
habían impuesto a todos los países del mundo “en desarrollo” (léase excluido) y
en Argentina nos costó la peor crisis de
la historia, y por poco nos cuesta la unidad nacional, claramente amenazada
en esos años de desembocar en un trágico cuadro de balcanización.
Curiosamente los dos opinantes, tal
vez como voceros del sector minero, muestran elíptica pero claramente su
adhesión al sistema político – económico de tan perversos y nefastos
comprobados resultados, como los que padecimos en 2001-2002. En mérito a la
buena fe no puesta en duda de ambos destacados profesionales, puede asumirse
que los profundos conocimientos en geología y minería, no acreditan
necesariamente los debidos conocimientos de economía, historia económica y
geopolítica, que deberían los basamentos lógicos de las ideas críticas
expuestas.
En ese marco de disvalores –sin duda
expresados sin mala fe, pero muy fuera del contexto socio económico real-, no
puede sorprender que esos referentes de la minería argentina, hayan opinado en
forma críticamente negativa respecto a muy trascendentes y estratégicas
decisiones adoptadas en los últimos años, como la reestatización parcial de
YPF, de los fondos previsionales, del cambio de funciones y roles del Banco
Central, de las limitaciones a las nocivas fugas de divisas, y otras.
¿Acaso pueden ignorarse las arteras
maniobras de desabastecimiento del mercado interno, de fuga de divisas, de
vaciamiento empresario, y antes de saqueo acelerado de nuestras reservas de
petróleo y gas, perpetrados por la transnacional española que –privatizaciones
salvajes mediante- se apoderó de nuestra emblemática petrolera de bandera?
¿Puede desconocerse la enorme importancia estratégica de contar con una
petrolera estatal, como casi todos los países del mundo con vocación de
grandeza?
¿Se desconoce acaso el cúmulo de
negocios “poco claros” efectuados bajo el corrupto sistema de las AFJP, que
además de beneficiar a conocidas corporaciones, estaba desfinanciando el
sistema previsional argentino? ¿Se prefiere tal vez que Argentina vuelva a
endeudarse en el exterior, en lugar de autofinanciarse, retribuyendo a la ANSES
los correspondientes intereses?
¿Puede acaso creerse el dogma de los
Bancos Centrales “independientes”, que en realidad son dependientes de las
corporaciones financieras transnacionales; y vinculado con ello, puede
admitirse que el Sector Financiero –especulador- maneje y condicione al Sector
Económico –productor-?
¿En un país de dimensiones
continentales como Argentina, puede omitirse la existencia de una aerolínea de
bandera, que una nuestro extenso territorio? ¡Pocos podemos darnos el lujo de
movernos en aviones privados corporativos! ¿Acaso se olvidó el saqueo alevoso
de Aerolíneas Argentinas, a manos de operadores extranjeros “privados” y
supuestamente “más eficientes”?
El formidable crecimiento e incluso
desarrollo económico que se concretó en los últimos años, en buena medida es
clara consecuencia de haberse implementado Políticas de Estado activas,
conducentes a esos fines. ¿Y pese a eso nos quieren hacer volver a perimidos
esquemas “noventistas”?
Muchos argentinos de bien, queremos
el desarrollo de la minería argentina, pero como actividad integrada y que
sustente el desarrollo socio económico integral. Mas de ningún modo resulta
aceptable que bajo imposiciones sectoriales se pretenda volver a imponer
nefastas políticas económicas que nos destrozaron y nos colocaron de rodillas,
como una dócil colonia republiqueta títere de los poderes financieros
transnacionales.
Y por supuesto, es sumamente conveniente
que se amplíe el abastecimiento de insumos mineros nacionales, como una forma
activa de inducir el efecto multiplicador en toda la Economía Argentina.
Los esquemas de “libre comercio” y
“economía abierta” fueron los que en lugar de posibilitar el desarrollo
integral nos posicionaron como el manipulable “país –estancia” en el que se nos
constriñó desde que el liberalismo económico extremo –irracional y miope- se
adueño del poder, tirando por la borda toda idea concreta de Grandeza Nacional.
Mientras, las potencias dominantes, predicaron liberalismo y aplicaron
proteccionismo y fuertes grados de intervenciones estatales.
La Historia debe servir para no
repetir errores.
Australia y Canadá nos superaron
ampliamente, porque no fueron irracionales ni dogmáticos cerrados, apostando a
sus desarrollos integrales, compatibilizando industria, tecnología y servicios,
con sus amplias potencialidades como productores primarios. En Argentina, la
cerrazón mental y egoísmo de la llamada “oligarquía vacuna” (en rigor de la
Pampa Húmeda), impidió tozudamente todo desarrollo industrial, tecnológico, y
toda lógica mejora sensible en lo social, queriendo hacer perdurar esquemas feudales
propios del medioevo. ¡No queremos repetir eso con la minería!
¡Minería para el desarrollo sí, pero
minería neocolonial, no!
C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
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