Paraguay, la central nuclear y los fundamentalistas
Muy llamativo por lo no
fundamentados, resultaron los planteos de tono fuertemente alarmistas, rayanos
con lo apocalíptico, que emanados de altos funcionarios nacionales del
Paraguay, tuvieron amplia difusión a ambos lados de la frontera, abundando en
descalificaciones y/o en insólitas afirmaciones tremendistas, respecto al
proyecto de instalar una Central Nuclear tipo CAREM en las cercanías de la
ciudad de Formosa.
Si bien puede ser comprensible que
posiblemente la hermana república carezca de científicos sólidamente formados
en la Tecnología Nuclear, es de práctica elemental de todo político responsable
consultar alternativamente varias fuentes de datos, teniendo especial cuidado
que las mismas sean de irrefutables quilates científicos y técnicos, cuidándose
también de comparar y tamizar las conclusiones, evaluándose por ende las
trayectorias y basamentos técnicos y científicos de aquellos a quienes pueda
consultarse, o a las fuentes de datos utilizadas al efecto.
Por otra parte, el simple machacar de
determinados comunicadores sociales y/o medios periodísticos masivos, no
debería ser el fiel que incline la balanza de las opiniones de encumbrados
funcionarios con delicadas responsabilidades políticas, pues es elemental saber
que en los amplios andariveles de la comunicación existe de toda clase de
opinantes: algunos pocos serios y bien formados, otros que simplemente surfean
sobre las noticias en boga sin profundizar nada, también los hay irresponsables
en grado sumo, y por supuesto existen vulgares mercenarios y operadores al
tanto por cuanto…hay de todo en la viña del señor.
Lamentablemente en Paraguay montaron
unas jornadas de divulgación –según indicaron los medios periodísticos-, en las
cuales la única o principal referencia “científica” ha sido la opinión de un
conocido activista del ecologismo fundamentalista, vinculado a la transnacional
británica Greenpeace, la cual es bien sabido que en Argentina e Íbero América,
opina y actúa como usina del ecoterrorismo, fijando su agenda de acción atacando
sistemáticamente a determinadas actividades y sectores que tienen importancia
estratégica para el desarrollo nacional.
El mencionado activista, que formó otra ONG que opera en los hechos como
extensión de la transnacional británica, habría sido recibido en Asunción como
“palabra autorizada”, no obstante que su formación de biólogo no lo faculta
para opinar con propiedad ni bases profesionales sobre el Sector Energético, y
menos aún del específico caso de la Energía Nuclear; ni tampoco se habría considerado
el perfil fundamentalista, muy afín al terrorismo ecolátrico, que muestra el
accionar del activista convocado.
Si los funcionarios paraguayos que utilizaron
las apocalípticas y dudosamente bien basadas opiniones del activista del
ecologismo ultra, hubiesen tenido primero la necesaria precaución de escuchar
otras voces autorizadas, les hubiese sido muy fácil convocar a especialistas
–de reconocida solvencia y seriedad profesional- de la Comisión Nacional de
Energía Atómica de Argentina, y a su contraparte brasileña del CNEN, e incluso
pedir opinión autorizada a la AIEA, ente mundial de reconocida solvencia
científica.
De esa forma se hubiesen podido enterar que la
Central CAREM que se instalará en Formosa, es de muy baja potencia, de un diseño
extremadamente seguro, dotado de varios sistemas redundantes y automáticos que
le confieren altísimos niveles de seguridad operativa, con una estructura
blindada a prueba de fugas, y con un funcionamiento automatizado que inhibe las
posibilidades de muy poco probables errores humanos.
Los escandalizados funcionarios paraguayos,
deberían haber considerado que todo el Sector Nuclear Argentino opera con
elevadísimos estándares de seguridad, que Argentina es uno de los líderes
mundiales en el uso pacífico de la energía nuclear, seguramente ni evaluaron
que Formosa no está en una región sísmica, y al prestar oídos a descabelladas
comparaciones con Fukushima (¿tsunamis en Formosa?), con Chernobyl (grandes
reactores de diseño soviético sin redundantes sistemas de seguridad), o
aceptando sin más el nada inocente alarmismo del terrorismo mediático del ultra
ecologismo, simplemente se hicieron eco de posturas disparatadas, totalmente
disociadas de la mesura, fundamentación y coherencia que deberían primar en el
delicado ejercicio de la Función Pública. Esperemos que reflexionen y
rectifiquen.
Por supuesto se descarta que hayan
incluido en semejantes errores, como fruto de una acción de presiones políticas
internacionales de muy baja estofa, de indigna concepción, que solo son
funcionales a los aviesos intereses que buscan crear motivos de fricciones
absurdas, en relaciones que para el bien común superior de nuestra región,
deben cuidarse de mantenerse en un plano de excelencia.
Vale la salvedad, que de este lado de
la frontera también suelen cometerse errores o groserías políticas
incompatibles con actitudes y roles de estadistas, que deberían ser la norma de
acción constante.
Por citar tan solo un par de
ejemplos, el deplorable accionar de la administración Busti, en Entre Ríos, que
luego de poner trabas a la instalación de las pasteras en suelo argentino, se
montó en el absurdo conflicto con el hermano pueblo uruguayo, todo bajo el
fogoneo artero de Greenpeace y otros activistas del ecologismo cavernario,
rematando ello con la sanción de una incoherente ley antirrepresas…pese a que
usufructúan los beneficios de Salto Grande. O el insólito caso de Corrientes,
donde reconocieron que la reciente creciente del Paraná los tomó de
sorpresa…¡porque ocurrió un fin de semana! ¿No tenían un servicio de guardia
permanente, más aun siendo público y notorio que la creciente se desplazaba aguas
abajo desde el Alto Paraná?
En todos lados suelen se cocinan
habas…¡pero es tan bochornosamente negativo…!
Nuestros pueblos, nuestras patrias y la
Patria Grande (en formación en el Mercosur y la Unasur), necesitan dirigencias
a la altura de las circunstancias; no meros ejecutores de politiquerías
mediocres cargadas de grandilocuencia y negatividades disfrazadas de
patrioterismo o provincialismos obtusos.
C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Investigador de temas económicos y
geopolíticos
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