viernes, 14 de junio de 2013


APOSTILLAS DE MADRID

Muy interesante lo poco y mucho que pude ver en escasos días en la bella Madrid, y una breve visita a la histórica y muy hermosa Toledo.

Muy amables y cordiales por lo general los españoles, quienes parecerían guardar un aprecio especial por Argentina y los argentinos…aún pese a cierta prédica ponzoñosa de los “grandes medios” y los columnistas “prestigiosos” de la península, y a los comportamientos gritones y poco ubicados de ciertos sectores aporteñados de nuestra población, que suelen dejarnos mal en todo el mundo.

Uno de esos personajes, que en una excursión por Toledo, supo que estaba con otro argentino, me preguntó ¿y vos de que barrio sos?...¡se ve que para algunos personajes, Argentina sigue terminando en la General Paz…!

Muchos latinoamericanos trabajando en bares, restaurantes, hoteles, taxis y otros empleos similares, hacen necesariamente presente a nuestros pueblos allá en la Madre Patria. Y en particular Argentina está siempre muy visible y en el afecto de ese pueblo hermano, como  lo demuestran muchos lugares con claras denominaciones alusivas; tal como la Plaza República Argentina, en un estratégico cruce de avenidas, con la estación del Metro del mismo nombre; otra estación del Metro llamada Buenos Aires; y la muy arbolada y hermosa Avenida General Perón, que arranca frente al magnífico estadio Santiago Bernabeu (sede del Real Madrid), en la cual a escasos 500 metros y en buena ubicación está una estatua de bronce de buen tamaño del recordado tres veces presidente democrático y constitucional de Argentina, la cual entre otras varias placas dice –conceptualmente- “Al Paladín de la hermandad argentino – española”. Y por cierto varios ocasionales y amables transeúntes sabían muy bien de quien y que se trata el monumento y el porqué del nombre de la avenida.

Lo que hoy los jóvenes españoles por lo general desconocen (allá también funciona “eficientemente” la maquinaria mediática de colonización cultural), es la importante y muy generosa ayuda que nuestro país brindó a España, pocos años después de la Segunda Guerra Mundial, en momentos que padecía las consecuencias del cerco económico impuesto por los vencedores, a consecuencia del “pecado” hispánico de haber mantenido sabiamente la neutralidad en el conflicto que por cierto no era propio de la España pobre de aquellos años, pues esa terrible guerra fue un conflicto entre potencias coloniales, de distintos signos políticos, pero como sea agresivamente imperialistas todas ellas.

Recordemos que ante las penurias de la Europa arrasada por la guerra, Argentina ofreció generosamente a seis de aquellas naciones, la abundante provisión de alimentos, a ser pagados a largo plazo y en ventajosas condiciones para los adquirentes. Pero con España se tuvo un trato preferencial, pues incluso también se le regaló una importante cantidad de cereales y carne, justo cuando la hambruna se cernía como amenaza sobre el hidalgo pueblo español. Todo eso fue abruptamente cortado en 1955 por la “revolución fusiladora”, para beneplácito del establishment británico, tal como claramente lo expresó Churchill, pues aquel golpe de Estado significaba que Argentina volvía al redil de colonia económica del hoy vetusto imperio…pero ese ya es otro tema.

El entramado de calles del Madrid colonial es hermosamente confuso, con sus innumerables callejuelas estrechas siempre curvas y breves, sus esquinas múltiples, sus cuadras caóticas, algunas calles algo más anchas y siempre de pocos cientos de metros (o menos), la enorme cantidad de pequeñas plazas, sus edificios antiguos de pocas plantas y con casi excluyentes puertas – ventanas; muchísimas iglesias de las cuales muchas son hermosas por dentro y por fuera; el tránsito muy restringido en esa área central facilita la ágil movilidad peatonal; todo ello con la Plaza Mayor, la Puerta del Sol y La Gran Vía como cercanos centros referenciales de la permanente bulliciosa actividad, con entremezclados madrileños presurosos o paseantes, y variopintos grupos de turistas, entre los que predominaían franceses y alemanes.

Parecen existir en esa zona infinitos restaurantes, bares y otros locales gastronómicos sui generis, como la cadena del Museo del Jamón. Notablemente varios de esos pequeños establecimientos anuncian ser propiedad de argentinos, con toques nacionales en sus menúes.

En esa zona céntrica la crisis parece pasar casi desapercibida…hasta que se advierten algunos de los muchos españoles hoy desclasados sin hogar, pidiendo limosnas. También España parece haberse llenado de rumanos, la mayoría muy pobre y desempleada, de la cual los hombres suelen tocar música “a la gorra” (con mucho tango y milonga) y las mujeres directamente piden monedas. También existen búlgaros y otros europeos orientales, desocupados y poco integrados. Se lee mucho de la crisis en Europa Occidental, pero parecería ser aún peor la cosa en la Europa Oriental, también “beneficiada” por las “recetas” neoliberales. ¡y de eso poco y nada se lee en nuestros pagos latinoamericanos!

También se ven muchos africanos negros, todos jóvenes y la mayoría hombres. Según me dijeron algunos madrileños, la mayoría sería nigeriana, pero también vi a una bonita joven de Senegal, vendiendo baratijas. Ruidosos pero muy respetuosos; limpios y siempre en grupos numerosos, ninguno parece practicar la mendicidad, y casi todos son activos vendedores callejeros, al estilo de los manteros de Buenos Aires.

La vida no debe ser fácil para ellos en España, pero seguramente la realidad debe ser mucho peor en sus países de orígenes.

Se ve como contracara de tanto desocupado, muchos autos y motos muy caros, importados, preferentemente de marcas alemanas, pero también algún suntuoso Bentley y alguna ostentosa limusina de industria norteamericana; mientras que la clase media – alta consume muchos vehículos medianos y chicos, españoles y de otras procedencias europeas. Los taxis, curiosamente, en su mayoría son de marca checa y (presuntamente) híbridos japoneses, si bien también se ven muchos Seat de industria local y tecnología germana, entre otros.

Los ómnibus de transporte urbano son todos de piso bajo (¿por qué no se utilizan obligatoriamente en toda Argentina, en lugar de los incómodos chasis de camiones carrozados como colectivos, de piso alto?), y para trayectos por las callejuelas angostas tienen unos mini ómnibus cuadraditos, para 8 a 10 personas sentadas, u eventualmente otras tantas paradas.

La TV y los diarios “serios” (como El País) machacan acerca de la (supuesta) imposibilidad de aplicar otras medidas económicas, mientras algunos comentaristas exaltan verdaderos disparates (igual que en Argentina), como cierta iniciativa alemana para combatir la desocupación española…¡ofreciendo trabajo en Alemania a jóvenes profesionales españoles!, o sea en buen romance, favoreciendo la perniciosa emigración masiva de valiosa población de la atribulada España, mientras que con ello Alemania soluciona sus problemas de carencia de nuevos trabajadores, ante la bajísma natalidad de su población.

Las manifestaciones están a la orden del día. Muchas de ellas mueven a relativamente pocas personas, ruidosas y con mucha bronca, pero nada violentas. Por los cuatro costados son custodiados por casi tantos policías como manifestantes.

Los deshaucios (quitas de viviendas por falta de pagos) son una preocupación generalizada, obligando a apretarse en casas de los padres o suegros, o incluso a vivir en carpa o en las calles. Mientras el Estado español y los medios “serios” (ultra liberales) ni se ocupan del tema, pues los Bancos parecerían ser para ellos lo único importante.

Casas de caridad que atienden a los sin casa, brindan comodidades mínimas temporarias y una comida diaria, a multitudes que crecerían día a día. La Iglesia Católica parece ser la única institución que se brinda ampliamente en tal sentido. Los comunistas, anarquistas, los “niños bien” de clases altas y otras iglesias, “miran para otro lado”.

El breve viaje a Toledo permitió experimentar la puntualidad y eficiencia de los trenes AVE de alta velocidad, un verdadero orgullo español. ¡Claro que también están en la óptica de los recortes, y los trabajadores ferroviarios están movilizados en contra de tan lesivos y constantes ajustes, que la partidocracia imperante parece prolongarlos insensiblemente! Hablé con un puñado de trabajadores ferroviarios, en dos lugares distintos, y les di expresé mi apoyo como argentino que padeció con nuestro pueblo medidas similares, y por cierto se mostraron complacidos de ser comprendidos y apoyados.

En la histórica y muy bella Toledo, el tiempo parece detenido varios siglos atrás, en las múltiples estrechas calles y pasajes, terriblemente empinadas y confusas en sus trazados, mezclados con los incontables negocios de todo tipo ubicados algunos en sitios inverosímiles por lo estrechos o de difíciles accesos. Muchas viejas y hermosas iglesias, que coexisten con sinagogas y con muchos indicios de la cultura musulmana, nos recuerdan el accionar intelectual fraternalmente compatibilizador entre cristianos, islámicos y hebreos, del Rey de Castilla Alfonso El Sabio, en la Toledo de los años 1.200, y similares actitudes de tolerante integración y colaboración del sabio musulmán Averroes y el también sabio judío Maimónides, ambos originarios de Córdoba, pero antecediendo casi un siglo a Alfonso X.

Para terminar este no tan breve resumen, una hermosa y muy bien surtida librería en La Gran Vía, me hizo olvidar que solo quería comprar un libro, pues en un ratito seleccioné cinco, de los casi incontables buenos libros existentes.

 

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

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