martes, 15 de abril de 2025

  Segunda Parte - Destierros. 
ASESINATOS, DESTIERROS, CÁRCELES Y DIFAMACIONES – METODOLOGÍAS USUALES DE LIBERALES Y OTROS APÁTRIDAS

   Obligar a una persona a afrontar un destierro forzoso, por cierto, no es una penalidad menor. En la antigüedad, para algunas culturas, la pena del destierro era considerada de mucha gravedad, incluso con connotaciones muy cercanas a la pena capital. 
   En nuestra historia nacional, hubo varios casos de destierros, en la mayoría de los cuales evitar el éxodo podía implicar sufrir la pena de muerte, casi siempre por la vía de asesinatos sin mayores prolegómenos. 
   También algunos casos de “éxodos voluntarios” de algunos personajes históricos importantes, poniendo distancia y tiempo ante situaciones coyunturales potencial o realmente complicadas. Se citan algunos casos, no todos muy conocidos. 
   • Sarmiento, unitario y tenaz opositor a Rosas, debió emigrar a Chile, a consecuencia del triunfo militar de los federales, en 1831, obteniendo permiso para regresar en 1836, cuando se encontraba enfermo en delicado estado. Volvió a emigrar, forzosamente a Chile, en 1846, a consecuencia de sus acciones políticas y su involucramiento en alzamiento militares. Regresó en 1851, sumándose al alzamiento encabezado por Urquiza. Siendo periodista en Chile, instó al país trasandino a ocupar la Patagonia y el Estrecho de Magallanes, o sea que operó en contra de los Intereses Nacionales Argentinos. 
   • En todo el extenso período rosista (1829 – 1852, con el interregno de 1832 a 1835), gobernó nuestro país el sector Federal, desplazando al unitarismo, el cual tuvo como referente histórico a Rivadavia, el primer endeudador, quien además tenía como objetivo “estratégico” tener un país de “dimensiones europeas”, o sea achicarnos territorialmente. Los unitarios fueron derrotados en los enfrentamientos producidos entre 1826 y 1831, pero no dejaron de conspirar, siendo por lo tanto vigilados y en algunos casos reprimidos, ante lo cual varios de ellos optaron por el exilio voluntario, instalándose en Montevideo, donde activamente sus figuras más relevantes conspiraron, alentando a potencias imperiales (Gran Bretaña y Francia), a atacar a nuestro país. 
  Dentro de los más relevantes unitarios exiliados, se pueden citar a Juan Bautista Alberdi, Florencio Varela, Salvador María del Carril y Esteban Echeverría, además de Juan Galo Lavalle, destacado oficial de la campaña libertadora de San Martín, para ser después funcional a potencias agresoras, quien por lo voluble fue llamado “la espada sin cabeza”. A Rosas le había jurado no volver a levantarse en armas contra el federalismo, lo cual no cumplió, presionado por los rivadavianos. 
   • Juan Manuel de Rosas, referente principal del federalismo en el siglo XIX y destacada figura del nacionalismo argentino, después de ser el Encargado de las Relaciones Exteriores, y de enfrentar presiones constantes de autoexiliados unitarios radicados en Uruguay, de las campañas periodísticas que desde Chile hacía Sarmiento, e incluso después de enfrentar los bloqueos y agresiones navales combinados de Gran Bretaña y Francia, a quienes sirvieron los unitarios, entre ellos Lavalle (a los que finalmente doblegó, pactando decorosos acuerdos de paz), siendo finalmente derrotado en la batalla de Caseros, por lo que debió desterrarse, en compañía de su hija en 1852, falleciendo en 1877. 
  Era de familia de estancieros, de muy buena posición económica. Debió emigrar con lo puesto, y por la vengatividad de los unitarios (y de los pseudo federales), nunca pudo disponer de sus bienes que quedaron en Argentina. En Southampton, donde residió, nunca tuvo propiedades, debiendo vivir en forma austera, trabajando hasta sus últimos días, pese a su avanzada edad. 
   • Felipe Varela fue un destacado caudillo federal, caracterizándose además por su ilustración y sus notables análisis de la realidad nacional. Tenaz opositor de la primacía de Buenos Aires sobre todas las provincias, esa postura lo llevó a oponerse también a Rosas, pese a ser ambos de ideas y principios federales. A consecuencia de esa postura contraria a Rosas, debió emigrar temporariamente a Chile, colaborando con Urquiza a su regreso. Derrotado Urquiza por Mitre, el cerrado unitarismo del líder portuario, provocó los levantamientos de los caudillos federales, a los que no apoyó Urquiza, recluido en su provincia. Los caudillos se opusieron a la guerra contra Paraguay, negándose a suministrar tropas que exigía el mitrismo, todo ello mientras Urquiza -dueño de gran fortuna- proveía ganado para alimento de las tropas de la Triple Alianza (tal como lo señalan historiadores revisionistas, y lo omiten los del academicismo mitrista). Felipe Varela libró sucesivos combates, fiel a su causa e ideales, siendo finalmente derrotado, y ya enfermo de tuberculosis, se desterró a Chile, donde falleció. 
   • Éxodos temporarios por motivos políticos, o de tipo preventivo, pueden considerarse algunos viajes a Europa, por tiempos mucho más prolongados que los de simples turistas, usados como herramientas para guardar distancia y tiempo, ante los avatares políticos, que algunos expresidentes, utilizaron, como los casos conocidos de Julio Argentino Roca, Carlos Pellegrini y Marcelo Torcuato de Alvear. No fueron destierros obligados, sino éxodos temporarios “preventivos”. 
   • Los profundos cambios que significaron notables avances sociales y económicos, que fueron consecuencias de los dos primeros períodos presidenciales de Perón, sin duda afectaron y modificaron el contexto socialmente excluyente del ultra conservadurismo, con transformaciones que provocaron el profundo odio de los sectores oligárquicos, los que desde el golpe de Estado de 1955, perpetraron feroces persecuciones, que obligaron al destierro a muchos, varios de los cuales fueron notables personalidades. No solo Perón soportó un prolongado exilio de 18 años, (incluso con amenazas a su vida) pues sus partidarios en muchos casos sufrieron destierros forzosos o encarcelamientos cargados de vengatividad. Un caso emblemático pero poco conocido es el destierro forzoso, del notable médico sanitarista Dr. Ramón Carrillo, el gran impulsor de los positivos cambios de paradigmas sanitarios, y de los notables avances en la medicina, que fueron puestos a disposición de todo el pueblo, con particular énfasis en los sectores populares, en los que eran los desposeídos y “ninguneados” por los poderes ultra conservadores y oligárquicos. Carrillo debió emigrar rápidamente, pues de seguro su propia vida corría serio peligro, en el contexto de la “revolución fusiladora”. Prácticamente con lo puesto, emigró a Brasil, instalándose precariamente en el nordeste, donde poco después fallecería en la pobreza casi total. 
   • Arturo Jauretche, pocos meses después de estallado el golpe de 1955, y a consecuencia de sus certeros y filosos artículos, en los que destrozó los falaces argumentos de los usurpadores del poder, debió desterrarse yendo al Uruguay. Primeramente, había sido “tolerado”, pues trascendió una seria discusión que tuvo con Perón, con quien lo suponían enemistado, pero prontamente Jauretche demostró su grandeza, pues más allá de ese enfrentamiento -propio de dos personalidades fuertes-, se posicionó en forma clara a favor del sector Nacional y Popular. Varios de sus mejores libros, datan de esos aciagos años. 
   • José María Rosa, notable historiador, sin duda el principal revisionista, con fundamentadas citas de datos históricos, fue también un destacado intelectual, y preclaro patriota. Debió emigrar, en los aciagos años de “la fusiladora”, asentándose en Montevideo. Durante el “proceso”, soportó presiones y -posiblemente- amenazas personales, pero no claudicó en sus convicciones. En la revista Línea, que dirigía, al fallecer el General Guglialmelli, notable patriota, en pleno “proceso” publicó un artículo con su firma, bajo el título “ha muerto el último General de la Patria, ahora solo quedan generales de empresas”. 
   • Durante el siniestro “proceso”, herramienta dócil del neoliberalismo transnacional, muchos emigraron por motivos de seguridad personal. 
   Seguramente, el listado es incompleto. 

                     MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
             Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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