sábado, 28 de diciembre de 2024

 SERIAS DUDAS QUE DEJA EL SUPUESTO NUEVO PLAN NUCLEAR 
 Apenas asumió la presidencia, Milei anunció, en un impostado “tono triunfal”, y ante el “delirio” (dicho en sus varias connotaciones) de sus partidarios congregados frente al Congreso, diciendo que se paralizaban todas las obras públicas y todos los planes de inversiones, incluyendo los ya comenzados y los que contaban con financiación externa blanda (en muy buenas condiciones). 
 Insólito e incoherente en grado superlativo, que semejante parálisis brutal de la actividad económica provocada por el total parate a las obras públicas y otras acciones del Estado (que se profundizó en forma casi inmediata ante los masivos cierres de industrias), haya sido anunciado como un supuesto “gran logro”, y que unos cuantos dudosamente pensantes, lo hayan festejado. 
 Entre esos dudosamente o nulos pensantes, el grueso de los uniformados, llenos de odios contra todo lo nacional y popular, como les inculcaron los promotores de la errónea y hoy anacrónica mentalidad de milicos proceseros, que siguen anclados en los años ‘70. 
 Entre las obras abrupta e injustificadamente paralizadas, están las dos grandes hidroeléctricas en el Río Santa Cruz, y la Central Nuclear Atucha 3, que iba a ser la cuarta central nuclear argentina y la primera con tecnología de uranio enriquecido, además del muy importante proyecto nuclear CAREM y el reactor de baja potencia RA10.
 Las dos hidroeléctricas y la nuclear Atucha 3, contaban con financiación y apoyo tecnológico de China, no por casualidad uno de los principales socios comerciales nuestros; nación que, con discutible dogmatismo propio de mentes inferiores o de psicópatas, fue dura e infundadamente denostada por el verborrágico y dudosamente fundamentado presidente Milei. 
 El parate económico total es dantescamente brutal, con fuertes caídas en el PBI y todos los indicadores socio económicos, en cuyo contexto se multiplica la desocupación masiva estructural, con la pobreza y la miseria extrema creciendo en forma exponencial, con diversas medidas que bien pueden calificarse como de genocidio económico; todo en el marco de un supuesto “programa económico” que solo contempla más ajustes, sin solución de continuidad, prometiendo seguir aplicando impiadosamente “la motosierra”, destrozando intencionalmente al Estado, echando a cientos de empleados públicos que se agregan a los miles de desocupados ya crónicos, mientras empujan al industricidio masivo, pretenden cerrar hospitales, desfinanciar la Salud y la Educación Pública, además de ahogar presupuestariamente a las Universidades Nacionales; todo lo cual son aberraciones socio económicas, ¡de las que incluso se jactan de perpetrar! 
 Entre los muchos proyectos estatales paralizados, con los consecuentes daños económicos, sociales y estratégicos, está el Proyecto del Reactor Modular CAREM, siendo los daños perpetrados por los destructores libertarios, mucho mayores, pues están alentando el éxodo del valioso personal científico y técnico, muy calificado, cuyas reposiciones pueden insumir años, dado que la experiencia y los saberes específicos, no se logran de un día para el otro. Se cumplió un año en el cual el Proyecto CAREM, que estaba en una etapa avanzada de su construcción, fue paralizado mediante la típica metodología de ahogo financiero, accionar usual de los sectores apátridas para frenar y/o destruir proyectos de gran importancia estratégica, y como tales, muy importantes para el desarrollo nacional. 
 Además, el citado éxodo de personal altamente calificado, está operando como el golpe de gracia para parar definitivamente este muy estratégico proyecto, todo lo cual evidencia una servil subordinación a los dictados de EEUU (e indirectamente el Reino Unido), que presionan fuerte y abiertamente para anular y destruir nuestro muy importante Sector Nuclear; para lo cual esas acciones de neocolonialismo explícito, cuentan con el accionar felpúdico de los mercenarios que se enquistan en puestos claves, en todos los gobiernos de orientaciones antinacionales, pero que también operan, en forma algo más solapada, incluso en gobiernos de orientación Nacional. 
 En ese intencionalmente desastroso contexto nacional, en el cual incluso se está practicando abierta y aviesamente una gigantesca operación de genocidio económico, tanto por hambre brutal, como por deficiencias alimentarias, con incoherentes negativas a hacer llegar a los comedores comunitarios, las toneladas de alimentos que prefieren dejar vencer antes que darles el necesario destino de paliar en algo la intencional hambruna provocada por el actual neoliberalismo salvaje exacerbado que castiga a vastos sectores pobres y de nuevos empobrecidos; y que se niegan medicamentos a enfermos crónicos y a jubilados de muy bajos recursos; en todo ese aquelarre de maldades intencionalmente perpetradas, la aberración estratégica de desarticular uno de los pocos sectores tecnológicos en el cual tenemos relevancia mundial, puede pasar desapercibida, pues es un tema poco conocido y los medios concentrados al servicio de la antipatria, lo ocultan. 
 El promocionado supuesto plan nuclear, que con mucho bombo y nada en concreto fue anunciado, se contradice con el accionar del destructivo gobierno libertario (que es un neoliberalismo recargado, que desprecia todo signo de patriotismo), pasando a ser otra de las muchas “bombas de humo” y datos tergiversados o falsos, con los que se intentan tapar las muchas consecuencias nefastas de la intencional destrucción generalizada, la cual por ende no tiene ninguna acción positiva real para mostrar. 
 En los hechos concretos, el Plan Nuclear preexistente, que mostraba claros logros, fue paralizado mediante el viejo recurso de gobiernos reaccionarios, opuestos a nuestro desarrollo, de quitarle presupuesto; además con el perverso recurso de promover el éxodo del personal altamente calificado, al sumirlos en la desesperanza de muy bajos salarios y el cercenamiento de todo horizonte de desarrollo. 
 El estratégico Sector Nuclear, fue uno de los tantos hechos positivos creados por el peronismo, en 1950; y como todo lo que se haga por fuera de la economía primaria (la única promovida y aceptada por la retrógrada oligarquía rural tradicional), ha sido sistemáticamente atacado por cuanto gobierno pretoriano o civil, de netos perfiles liberales (o sea anti industrialistas y anti tecnológicos), que hemos padecido desde 1955. 
 En el muy nefasto y antinacional “proceso”, el Sector Nuclear se salvó del desguace al cual quería condenarlo el personero de la SRA y dueño del poder real en los primeros años proceseros, Martínez De Hoz; cuyas presiones anti nucleares fueron neutralizadas por el decidido accionar del Ingeniero Nuclear y Contraalmirante Carlos Castro Madero, quien además le imprimió fuertes impulsos. 
 Es sabido que a Castro Madero se le atribuyen las “desapariciones” de personal de la CNEA; si bien otras fuentes afirman que esos asesinatos se perpetraron sin la intervención del citado científico y oficial de alto grado de La Marina, quien, según esas fuentes, logró rescatar a varios de los “chupados” por los represores proceseros. 
 Dolorosas realidades que, con el debido respeto, no es el tema analizado en este artículo. 
 Caducado el período de la última dictadura, sea por incapacidad, cobardía o por ser permeables a las imposiciones anti nucleares de EEUU y sus “socios” de Europa, en los gobiernos de Alfonsín, Menem y De La Rúa, así como en los caóticos gobiernos que tuvimos en el interregno de la crisis terminal de 2001 2002, el Sector Nuclear fue desfinanciado, sus proyectos paralizados (entre ellos Atucha 2) y las vacantes congeladas, estando en plena pendiente que llevaba a su disolución, en un accionar destructivo apoyado por el ultra ecologismo cavernario, financiado y orquestado este, por poderosas ONGs extranjeras, principalmente dirigidas desde el Reino Unido. 
 El renacimiento del Sector Nuclear se dio, fuertemente, en el período 2006 – 2015, en el cual hubo grandes espaldarazos, con incrementos presupuestarios del orden de 1.100 % (¡multiplicados por once!), con fuertes y decididas concreciones, entre ellas terminar e inaugurar Atucha 2, comenzar el CAREM, y rubricar acuerdos para construir tres nuevas centrales de gran potencia, dos con respaldos de China y una de Rusia. 
 Pero en 2015 “pasaron cosas”, y las fuertes presiones del aparato mediático – judicial, agregado a la muy deficiente difusión del profuso accionar gubernativo de los Kirchner (un plan de obras tanto o más grande que el de Perón entre 1946 1955), hizo llegar al poder, nuevamente, a un gobierno neoliberal, empobrecedor, industricida y endeudador. 
 Como tal, se dedicó a frenar y comenzar el desguace del muy importante Sector Nuclear, entre otras acciones negativas, paralizando el proyecto CAREM.
 El albertismo, en su tibio accionar más propio de un remedo de la social democracia europea que de un desteñido peronismo, dio algún apoyo al CAREM, pero es un “secreto a voces” que uno de sus funcionarios, apodado “zapatitos blancos”, respondiendo a “sugerencias” de “la embajada”, se dedicó a pisar el acuerdo con China para Atucha 3.
 Dentro de las múltiples y explícitas “sugerencias imperativas” que diversos personeros del neocolonialismo que busca “alinear” al “patio trasero”, ejercen sobre nuestra desteñida soberanía, forzaron una visita de expertos nucleares al Proyecto CAREM, la cual según trascendió se hizo sin permiso especial previo alguno. Es bien sabido que el CAREM está mucho más avanzado que un proyecto similar que tiene EEUU, ventaja que, si hubiera concreto patriotismo y soberanía en Argentina, debería utilizarse en beneficio nuestro. 
 Pero, “siguen pasando cosas”. Hubo un espionaje electrónico en los sistemas de la CNEA, que algunos analistas incluso llegaron a suponer que, desde adentro, algún operador facilitó ese acceso. 
 Con muchos bombos y platillos, Milei, rodeado del “nuevo referente” del gobierno, un financista vinculado a Goldman Sachs (mega grupo financiero mundial) -que no demostró conocimientos de Energía, Demián Reidel, quien en su alocución hizo afirmaciones incoherentes, como decir que “los cortes de luz serán un mal recuerdo de una época en que la Argentina desaprovechaba sus enormes recursos”, omitiendo el ominoso cuadro de pobreza energética al que nos llevan los libertarios, con muy posibles cortes en el suministro, por desinversión y carencia de infraestructuras de generación y transmisión, sin tener ni idea que las urgencias del servicio eléctricos son actuales, y que las supuestamente muchas centrales tipo CAREM que en teoría dicen promover, necesitan años de avance del proyecto y algunos más para ser “esparcidas por el territorio”, en el supuesto que se impulsen sus concreciones, todo eso falso en el contexto de desguace nacional que perpetran los destructivos anarco libertarios.
 Esas y otras afirmaciones huecas y grandilocuentes, son incoherentes en el marco de “nucleofobia” que demuestran los actuales gobernantes. Caben tres posibilidades ante las muy incoherentes afirmaciones de Reidel: 1- no sabe nada de lo elemental de Energía, 2- miente deliberadamente, 3- no sabe y además miente. No por casualidad se lo ubica a Reidel vinculado al Toto Caputo, endeudador externo serial, promotor de la timba financiera oficial, experto en crear condiciones de fuga de divisas, y recientemente, entregador del oro de nuestras reservas, a la Banca del Reino Unido. 
 El disertante estrella del acto fue el presidente de la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica), nuestro connacional Rafael Grossi, cuya participación cuesta entender y justificar, en un acto meramente declamativo, orquestado por un gobierno claramente antinuclear; en el cual el diplomático Grossi habló sin decir nada en concreto…rara habilidad por cierto.
 Cerrando el acto, el discurso de Milei, fue la ya típica monserga de alabanzas al libertarismo, con autobombo y nulas precisiones, sin definir nada en concreto… menos aun en lo referente a quitar la asfixia presupuestaria y mejorar los deteriorados salarios, del agredido (en los hechos) personal del Sector Nuclear. 
 En síntesis, un acto que fue solo humo, sin contenido concreto.
 Mientras tanto, trascendieron acciones de patentamiento del CAREM en EEUU, y gestiones para incorporar “inversores” de ese origen. Eso es preocupante, pues implicará en los hechos entregar nuestros avances tecnológicos, subordinándonos al poderío y dictados del Estado Nacional yanqui, que es el que maneja y dirige el accionar nuclear allá, a contramano del ultra privatismo que pregona nuestro dudosamente equilibrado presidente. 
 Me permito transcribir una frase elocuente y precisa, dicha por uno de los pocos calificados expertos en Energía Nuclear opinante del tema, a la vez que definido patriota en su claro posicionamiento: “todo lo que hicieron en el 2024 en energía nuclear fue desarmar, destruir y vaciar, desarmar, destruir y vaciar”. 
 MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
 Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

jueves, 19 de diciembre de 2024

 LA DISCUTIBLE COMPRA DE AVIONES DE COMBATE USADOS Y LAS PROFUNDAS INCOHERENCIAS DEL PARTIDO MILITAR 
Breve análisis de la operación de compra y su contexto. 
La compra de aviones usados, con muchos años a cuesta de sus delicadas estructuras, provocó polémicas y opiniones muy encontradas, muchas de las cuales adolecieron de discutible o nulo grado de fundamentación; en particular las de los enfervorizados y usualmente poco fundamentados uniformados de pensamientos proceseros, tal como se describe brevemente en el apartado específico. 
Incluso no faltaron fervorosas adhesiones a libertarios y neoliberales, de desaprensivos opinantes uniformados, bajo la muy cerrada óptica de exaltar el reequipamiento (muy parcial) de las FFAA y FFSS, sin analizar en modo alguno el desguace premeditado y alevoso en perpetración en la economía y el tejido social nacional que se está ejecutando, y la vergonzosa subordinación explícita a EEUU, el RU, y sus socios de la OTAN, pisoteando con alevosía elementales principios de soberanía. 
Es sabido que el desgaste por el uso, provoca fatiga de materiales, lo cual en un cierto punto puede amenazar la seguridad y confiabilidad de vuelo. Y en aviones de 40 años de uso, eso puede ser grave. 
Varios opinantes expresaron que se compraron chatarras, con escaso horizonte de vidas útiles. Eso fue respondido diciendo que “es lo que se pudo comprar”, afirmación muy discutible, pues hubo opciones de compras, por fuera de los condicionamientos del Bloque Atlantista (liderado por EEUU y el RU), en particular de China, Rusia e India, las cuales ofrecían aviones nuevos, financiados, de generación más avanzada que los F16, y sin limitaciones en la provisión de armamentos (como en cambio es muy posible que nos hayan impuesto en la concretada compra de material usado, que sin duda requirió el previo visto bueno del Reino Unido, lo cual cumple a rajatabla EEUU, con sus “primos” europeos). 
También se objetó que se compraran aeronaves de tecnología ya algo anticuada, si bien eso fue respondido argumentando que se trata de aviones de probada eficacia en escenarios reales de combate, pero también tienen experiencia bélica algunas o varias de las alternativas de provisión que se nos ofrecieron... seguramente con mejores condiciones de financiación, y con seguridad sin la “supervisión” del Reino Unido. 
Y esta ya es una delicada arista geopolítica, de lo cual poco o nada evidencian saber los fervorosos adherentes al “partido militar”, practicantes del hueco de contenido patrioterismo de bandera. 
La pretendida justificación más recurrente, es que “no hay plata” para adquirir otras alternativas de equipamiento aéreo, lo cual es básicamente una muletilla falsa, una de las tantas que, en constante sucesión, expresa con tanta ligereza como falta de la debida fundamentación, el verborrágico presidente, que más bien parece operar como virrey subordinado a los Atlantistas y el poder financiero transnacional. 
El tema económico requiere extensas fundamentaciones, que en mérito a la brevedad acá no se explayan. Solo cabe decir que, con las destructivas medidas implementadas, dentro de ellas el industricidio alevoso, el endeudamiento externo creciente, y el intencional atraso cambiario con la timba financiera, en un contexto de nulas inversiones externas con efecto multiplicador, las carencias de divisas llevarán a una implosión en el breve plazo, o a un nuevo y descomunal endeudamiento, que se busca al solo efecto de parchar gruesas falencias. 
Pero “hay plata” para los “viajes turísticos” del presidente y su séquito, para “acondicionar voluntades de legisladores” en sanciones de leyes que buscan la suma del poder público (como lo dijo con otras palabras la ministra Bullrich); para contratar legiones de “colaboradores” de altos funcionarios, por lo general parientes o amigotes de los usufructuarios de las mieles del poder, los que gozan de muy elevadas retribuciones; para pagar trols rentados que operan desde la Casa Rosada (según trascendió) e incluso del exterior; y para asignar un enorme presupuesto a los servicios secretos, que parecen muy activos internamente para presionar con carpetazos, pero nulos en lo Geopolítico. 
En lo concreto, por ser elementos de delicadas funciones estratégicas, es de suma importancia poder incorporar alguna capacidad operativa, considerando las cuatro décadas largas de cerrados condicionamientos que se nos impuso como nación derrotada en el doloroso Conflicto del Atlántico Sur, período en el cual el Reino Unido ejerció fuertes presiones para evitar el necesario reequipamiento de nuestras Fuerzas Armadas, las cuales quedaron con sus capacidades operativas diezmadas y casi nulas, sobre todo en las armas que en teoría podrían ser una amenaza al enclave colonialista de Malvinas, a saber la Fuerza Aérea y la Marina. Mientras tanto, nadie parece haber pedido rendiciones de cuentas y la necesaria fundamentación previa (que todo indica fue inexistente), en la muy burda y nada planificada compra de cinco aviones Super Etendard, que intempestivamente hizo Macri, los cuales pasaron a ser simples “adornos muy costosos”, pues no pueden despegar, dado que los eyectores de asientos de tripulantes, son de industria británica, y el Reino Unido se niega a proveer. Y para peor muestra de improvisación, antes de estallar el escándalo de comprar aviones no operativos (rápidamente tapado por los medios concentrados), hubo “opiniones encontradas” entre la Fuerza Aérea y la Marina, respecto de a que fuerza deberían ser asignadas esas aeronaves. ¡Se pelearon por tener esos aviones que no pueden despegar! 
El “partido militar” y sus notorias falencias de fundamentaciones en Geopolítica, Historia y Economía; con sus negativas secuelas de cerrados prejuicios. 
Las Fuerzas Armadas de Argentina tuvieron notorios referentes de probado patriotismo, identificado con lo que podríamos denominar el Pensamiento Nacional, tal como lo definió Arturo Jauretche; los que a la vez descollaron por sus capacidades y sólidas formaciones. 
Dos de esos esclarecidos patriotas expertos en Geopolítica, el Coronel Jorge Luis Rodríguez Zía, y el General Juan Enrique Guglialmelli, fueron mis grandes maestros en esa disciplina. 
Hoy parecen ser raras excepciones las mentes preclaras, como las de los citados, pues evidencian abundar los intoxicados con la Doctrina de la Seguridad Nacional, que reemplazó a la Doctrina de la Defensa Nacional, e ignorantes en grados superlativos en Historia, Geopolítica y Economía. 
Prácticamente desde la profunda modernización de las FFAA, concretada en la segunda presidencia de Roca, con el accionar muy eficiente del General Riccheri; o poco después, se fueron instalando en sus cuadros de oficiales (permeado a los suboficiales), dos sectores de pensamientos estratégicos muy diferenciados -liberales y Nacionales-, si bien en los primeros años esos enfoques de alguna forma convivieron sin trascender mayores enfrentamientos doctrinarios. 
En la primera presidencia de Yrigoyen, en 1922, la creación de la estatal YPF marcó un hito de gran relevancia, tanto en lo económico, como en lo estratégico y doctrinal, pues fue la primera petrolera estatal del mundo, la cual con una eficiente y patriótica conducción de dos Generales Ingenieros, Mosconi y Baldrich, pudo desarrollarse fuertemente, proveyendo los vitales combustibles a todo el vasto territorio nacional, y a precios mucho menores que los que cobraban y pretendían seguir cobrando, las otras dos petroleras -extranjeras, de capitales anglosajones- que operaban en nuestro país. 
En 1930 se hicieron brutalmente visibles las posiciones muy encontradas que sostenían sectores ideológicamente muy diferenciados de las Fuerzas Armadas, perpetrándose el primero de una larga y muy lamentable serie de golpes de Estado, casi todos ellos con los uniformados como amanuenses de los poderes internos concentrados, de claras orientaciones liberales (y por ende antinacionales), a la vez que con sutiles -e incluso en varios casos explicitas- vinculaciones con los poderes colonialistas extranjeros, en particular los anglosajones. 
Las persecuciones a Yrigoyen, Mosconi y Baldrich (entre otros casos menos conocidos), tuvieron caracteres ferozmente vengativos, por el “grave pecado” de no haberse subordinado a las “opiniones políticamente correctas”, dictadas por los poderes extranjeros, básicamente anglosajones. 
Golpe de Estado con fuerte olor a petróleo, fue calificado ese atropello institucional, del cual prontamente se pudieron ver sus reales motivaciones, más allá de algún confuso nacionalismo formal -como el del idealista Leopoldo Lugones-, quien seguramente no alcanzó a advertir el cipayismo de fondo que lo motivó. 
En medio de la vergonzosa subordinación a poderes extranjeros en la década infame (1930-1943), creció el malestar en sectores patrióticos, tanto civiles como militares. 
En el sector civil, descolló el accionar de FORJA, que aglutinó a muy destacados patriotas (como Jauretche, Scalabrini Ortiz y otros), que dieron la batalla cultural pese al entorno represivo. 
En el ámbito castrense, el conformista y cómplice sector afín al liberalismo (doctrina antinacional por definición), tenía crecientes oposiciones de uniformados que se preocupaban por las corruptelas y desmanejos perpetrados por los poderes imperiales y sus mandaderos locales acomodaticios, y de las oligarquías siempre subordinadas a las sugerencias anglosajonas. Posiblemente Uriburu, con serias confusiones doctrinales, fue usado, pero el General Agustín P. Justo, fue actor principal del sector liberal (antinacional en los hechos) de las FFAA. 
Con visión geopolítica de grandeza nacional, surgieron patriotas como el General Savio, impulsor de la siderurgia, y otros que consolidaron el accionar de Fabricaciones Militares e impulsaron las fabricaciones de aviones, automotores, motocicletas y tractores, como poco después descollaría el Brigadier San Martín, en el complejo industrial militar de Córdoba. 
El golpe de Estado de 1943, fue el único en el siglo, en Argentina, que tuvo características claramente nacionalistas…sin zeta, dicho por si algún malicioso quisiera opinar. 
En ese gobierno pretoriano, muy pronto sobresalió el accionar de Juan Domingo Perón, muy activo, inteligente y carismático, que se hizo muy popular, triunfando en las elecciones que lo llevaron a la Presidencia de la Nación…llegando por los votos, no por las botas. El Informe Rodríguez Conde (nombre del Coronel que presidió la comisión que lo elaboró) fue un meduloso análisis de las aberraciones perpetradas con las concesiones del servicio eléctrico y sus tarifas, en la década infame. El citado fue otro de los muchos uniformados de ideas patrióticas, por ende opuesto al liberalismo, que es apátrida por definición y trayectoria histórica. 
En la década de gobierno peronista, los sectores pro oligárquicos -ultra conservadores y doctrinariamente liberales- asumieron crecientes operaciones de oposición violenta, siendo sus más fuertes acciones el genocida bombardeo a Plaza de Mayo (aberración de masacrar al propio pueblo, de lo que nunca se arrepintieron sus instigadores y perpetradores), y poco después el golpe de Estado de 1955. 
Los antiperonistas visceral y cerradamente dogmáticos, desde el golpe de Estado de 1955, fueron llamados despectivamente por el mote de gorilas, el cual perdura hasta nuestros días. Ese calificativo asumen, incluso en forma gustosa, los milicos de mentes proceseras. Hasta ese momento, el nacionalismo corporizado en el peronismo, tenía amplia adhesión entre los uniformados, posiblemente en forma mayoritaria, incluso entre los suboficiales de la muy pro oligárquica y pro británica Marina. 
La revolución fusiladora buscó eliminar todo vestigio de peronismo dentro de las FFAA y FFSS, para lo cual encarcelaron, torturaron, fusilaron o dieron de baja a todos los uniformados identificados con la doctrina nacional y su carismático líder. 
Eso marcó el comienzo de lo que después sería conocido como el partido militar, el cual se reforzaría en lo doctrinal y lo operativo, con los subsiguientes golpes de Estado de 1962 y 1976, y solo en parte con el de 1966. Este último fue parcialmente teñido de acciones definibles como nacionalistas y de Doctrina Nacional. Posiblemente el accionar del citado Guglialmelli y el economista Aldo Ferrer, logró neutralizar en buena medida la orientación liberal que algunos permanentes adherentes a la antipatria, buscaron implementar en la autodefinida Revolución Argentina. 
Desde 1958 en adelante, el “partido militar” presionó fuerte y abiertamente, condicionando a los gobiernos de Frondizi y de Illia, notándose también lo mismo, tal vez algo solapado, en la presidencia de Alfonsín, siendo mucho más sutil en los períodos de Menem y De La Rúa, posiblemente por la mayor afinidad de estos últimos con los sectores ultra conservadores en lo político y ultra liberales en lo económico. 
El golpe de Estado de 1962 marcó una profundización en las metodologías represivas, y posiblemente significó la institucionalización de las fuertes vinculaciones de oficiales de altos rangos, con las grandes empresas, las cuales los incorporaron a sus directorios. Eso dio lugar a la despectiva figura de “Generales de Empresas”, definida con precisión por el historiador revisionista José María Rosa, quien fue otro de los grandes referentes del Sector Nacional. 
Posiblemente el caso más notorio de los Generales de Empresas, fue el de Alcides López Aufranc, activo participante en los combates entre Azules y Colorados, tallando fuerte en la conducción castrense del gobierno de 1962, para poco después pasar al directorio de la gran empresa siderúrgica Acindar, prácticamente hasta su deceso, años después. 
Ya por entonces se definía al accionar castrense vinculado al Poder Político, como el Partido Militar, el cual sostenía al civil José María Guido como Presidente de la Nación, pero sin poder efectivo, el cual ejercían los uniformados. 
Después de un breve interregno de gobierno civil, de “democracia condicionada” (pues el peronismo estaba proscripto), ocurrió el golpe de Estado de 1966, llamado la Revolución Argentina, comandado por el General Onganía, quien fuera el jefe del triunfante bando Azul, en los cruentos enfrentamientos de los sectores Azul y Colorado, de las FFAA. 
Pretendían un gobierno pretoriano de larga duración, pero luego de dos disputados cambios de figuras presidenciales y por el desgaste político, a los siete años, las FFAA se vieron obligadas a dejar el poder formal…pero el Partido Militar no dejó de existir, temporariamente de bajo perfil. 
Perón volvió al país, y accedió a su tercera presidencia, falleciendo poco después en ejercicio del alto cargo. La ausencia física de Perón, provocó un vacío de poder, que fue rápidamente aprovechado y agravado, por los operadores semi encubiertos del partido militar, y por los mercenarios de las comunicaciones, los que son permanentes subordinados a las oligarquías y otros factores del poder antinacional. Como un pseudo secreto a voces, se supo anticipadamente, del golpe de Estado del “Proceso”, el cual, bajo fanfarrias supuestamente “nacionalistas”, ejecutó políticas de fuerte contenido antinacional, instalando sin oposición, bajo la fuerza de las bayonetas, al muy negativo y antinacional sistema neoliberal; para lo cual institucionalizó fuertes políticas represivas, que por cierto no se limitaron a perpetrarla contra los militantes de las guerrillas. 
Las guerrillas, bajo supuestas ideas dogmáticas “irreversibles” (como afirmar que el mundo iba "sin duda" hacia el “socialismo”), pretendieron justificar todo tipo de acciones, que eran repudiadas por la mayoría de los argentinos, que no adherimos a ningún tipo o encuadre de violencias. 
Las guerrillas fueron funcionales para justificar al “proceso”, siendo ambos sectores -guerrillas y proceseros- funcionales a las acciones que el intelectual canadiense – británico Harry S. Ferns, definió como lo único que podría destruir los notables avances económicos y sociales, alcanzados por Argentina a consecuencia del gobierno peronista. 
El Mayor Bernardo Alberte (Tte. Coronel post mortem), es considerado el primer asesinado por “el proceso”, en su propio departamento y en presencia de su familia. Eso por el supuesto “delito” de haber cursado una nota al General Videla, advirtiéndole de las nefastas consecuencias que tendría el golpe de Estado, a punto de ser perpetrado. 
Entre muchos otros actos aberrantes del proceso, en cuyo marco de terrorismo institucional no hubo oposición posible al apátrida neoliberalismo implementado por el personero de la Sociedad Rural Martínez De Hoz y sus colaboradores, autodenominados “los Chicago’s Boys”, secuestraron (y “desaparecieron”) al dirigente de Luz y Fuerza Oscar Smith, para que no tuviera oposición el negociado de desguace de SEGBA y las privatizaciones de EDENOR, EDESUR y EDELAP, con sus secuelas de falta de inversiones y tarifazos dudosamente justificados. También se denunció que la transferencia de la empresa Papel Prensa, fue hecha firmar en una mesa de torturas, lo cual hasta donde se sabe, no fue negado. 
Otro de los muchos casos “dudosos”, fue el de un “raro” accidente, en el cual el muy querido cantautor Jorge Cafrune fue atropellado, al costado de la ruta, cuando iba a caballo hacia Yapeyú, donde se haría el acto recordatorio de San Martín. Para las obtusas mentes proceseras, tener llegada al pueblo, con sus canciones llenas de patriotismo, seguramente era considerado “subversivo”. 
La torpe y brutal vengatividad de antiperonismo visceral, evidenciada por los personeros “proceseros”, fueron los prolongados encarcelamientos, sin que se probara delito alguno, de la depuesta mandataria María Estela Martínez de Perón y del Secretario Legal y Técnico Dr. Julio Carlos González, mientras que al menos un par de colaboradores del citado profesional, fallecieron a consecuencia de brutales interrogatorios u otras acciones de malos tratos. 
Las evidencias de los muy pobres -o nulos- conocimientos de Historia, Geopolítica y Economía, de los comandantes proceseros y sus consejeros y colaboradores directos, fueron los muy torpes manejos y evaluaciones de las previsibles actitudes del Reino Unido, de la OTAN, y en particular de EEUU, suponiendo que los británicos no reaccionarían, y que EEUU sería neutro, o incluso suponer que estaría de nuestra parte. 
¡Se creyeron “aliados” y nunca asumieron que fueron marionetas descartables, usadas por la mega potencia imperial del continente! ¡Y si así fueron los comandantes, que podía esperarse de los subordinados, civiles y uniformados, de improntas proceseras! 
Las pautas setentistas del “proceso”, siguen vigentes e inculcándose como “verdades absolutas e indiscutibles”, en los institutos militares y de las fuerzas de seguridad, no registrando en modo alguno los profundos cambios geopolíticos del mundo, desconociendo además que existen otras doctrinas económicas, distintas al marxismo (al que aborrecen) y al liberalismo (al que adhieren sin cortapisas); con inculcada aversión al marxismo y al peronismo (como si fueran casi iguales), todo eso con muy pobres o nulos conocimientos de Historia Mundial e Historia Argentina. 
En concreto, en más de medio siglo posterior al “proceso”, los varios gobiernos civiles que hubo, no solo no hicieron y parecería que no intentaron, cambiar las materias, los contenidos y los docentes, de los institutos que forman a los uniformados, con lo cual la muy negativa y antinacional ideología procesera (tan antinacional como la de ciertas “progresías” afines a las violencias guerrilleras), sigue vigente en forma excluyente, bajo la adhesión explícita de la amplia mayoría no solo de los retirados, sino también, posiblemente, en un estimado 80 % del personal en actividad. 
¡Se dicen “muy patriotas”, pero por puro odio antiperonista mal digerido, apoyan a gobiernos que se burlan abiertamente de la soberanía, e incluso que operan para destrozar al Estado, no razonando que sin Estado no hay Nación, y sin Nación, no hay Patria! 
El tema no se agota, pudiendo ampliarse en sucesivos análisis. MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

domingo, 8 de diciembre de 2024

INDUSTRIA Y TECNOLOGÍA NACIONAL TAMBIÉN SON SOBERANÍA 
 Los últimos ejemplares de la muy argentina camioneta Rastrojero, tenían en el parabrisas un plástico transparente, con esa leyenda. Seguramente fue la única protesta pública que los trabajadores y directivos de esa eficiente fábrica estatal pudieron hacer (la cual con diversas líneas de producción, llegó a tener un enorme plantel de operarios). 
En pleno infame “proceso”, cualquier oposición al accionar del gobierno, se podía pagar con la vida, tal como sucedió -entre muchos otros casos- con el Mayor Bernardo Alberte -Tte. Coronel p.m.-, (considerado la primera víctima de ese nefasto período de nuestra historia reciente). La producción del Rastrojero cesó por completo, al cerrarse intempestivamente la fábrica, por orden del Ministro de Economía (e instigador de la imposición del nefasto neoliberalismo), José Alfredo Martínez De Hoz; hombre del riñón de la muy oligárquica Sociedad Rural Argentina, a la vez que vinculado con empresas extranjeras, como “La Ítalo”, poseedora de una vetusta usina eléctrica en Buenos Aires (la cual “nacionalizaría” pagando mucho más de lo que valía). 
Martínez De Hoz era el poder real que movía las acciones del gobierno militar, pues resultaba claro que los Comandantes y altos jefes militares del “proceso” eran marionetas del por entonces “super ministro Joe”. 
Lo de “super ministro” pues desde el Ministerio de Economía, con sus “Chicago’s Boys”, imponía sus directivas a todo el gabinete; y “Joe” pues así lo llamaban sus allegados y sus contactos del mega poder financiero con base en EEUU y Europa. 
Claramente Martínez De Hoz dictaba las acciones al gobierno del General Videla, cabeza del nefasto golpe de Estado que tomó por asalto el poder formal en 1976, para encorsetarnos en el apátrida sistema político económico neoliberal, de desastrosas consecuencias de empobrecimiento masivo, desindustrialización forzosa, y brutal endeudamiento externo, todo lo cual destrozó las variables socio económicas, las que previo al golpe de Estado mostraban solo un 4 % de la población en la pobreza con ausencia casi total de miseria estructural; muy bajos indicadores de desocupación (que era considerada meramente friccional, o sea de corta duración para los afectados, que rápidamente accedían a otro trabajo), y la economía mostraba un crecimiento cercano al 4 % anual acumulativo. En el contexto de violencia institucionalizada (de la cual fueron cómplices los ideólogos y violentos e irracionales de las guerrillas), con las bayonetas como elementos de “convencimiento” para evitar toda resistencia a las políticas de genocidio económico que se estaban perpetrando con alevosía, y con pleno accionar del “partido militar”, bajo cerradas pautas del muy antinacional neoliberalismo; la decisión industricida que decretó la desaparición del mítico Rastrojero, no pudo tener ninguna oposición; habiendo quedado flotando en el ambiente de los conocedores del tema, que la producción de la pequeña camioneta con motor Diesel, que se vendía a un precio mucho menor a la otra camioneta Diesel que estaba en producción por esos años, resultaba una competencia muy molesta, que incluso quitaba mercado a las varias marcas de vehículos de carga con motores nafteros, que por esos años se fabricaban en nuestro país. Como sea, parecía resultar evidente que la producción del Rastrojero, se encontraba en expansión, pues habían presentado y comenzado a vender una versión carrozada, de cuatro puertas y baúl separado del habitáculo, diseñada para posicionarse como alternativa económica y eficiente, para venderse como taxi y como auto familiar. Todo eso se destrozó de un plumazo cesando con ello la producción del único vehículo de diseño totalmente nacional, que abastecía al mercado local e incluso se exportaba a la región. 
Solo para evitar confusiones conceptuales, debe aclararse que el otro vehículo por esos años considerado ícono de nuestra producción automotriz, el también mítico Torino, tenía una carrocería que era la reforma ideada por el carrocero italiano Pininfarina, a partir del diseño de un Rambler creado en EEUU, y que también se fabricó en nuestro país. 
Analizando el tema desde una visión político – económica, resulta necesario precisar los períodos históricos que se caracterizaron por frenar y en parte desarticular la exitosa industrialización concretada en los gobiernos de Perón, Frondizi, la década larga de los Kirchner, y en cierto modo el gobierno pretoriano de Onganía (comenzado en 1966 - este último, seguramente influido positivamente por Aldo Ferrer y Juan E. Guglialmelli; contrarrestando el crudo liberalismo de Krieger Vasena). 
Los golpes de Estado de orientación liberal (antinacional), de 1955 y 1962, en cierta forma frenaron y en parte perjudicaron los procesos de industrialización en marcha. 
Pero el del “proceso” (1976-1983) tuvo caracteres brutalmente industricidas, con violencia explícita y latente, para evitar toda resistencia; y cabe acotar que la violencia de las guerrillas resultó funcional como justificativo del gobierno pretoriano; y muy pocos analistas geopolíticos serios y objetivos destacaron que el entorno de violencia generalizada, asimilable en cierto modo a una guerra civil, fue lo “recomendado” por el intelectual canadiense – británico Harry S. Ferns, para desarticular y destruir los notables avances económicos y sociales, a partir de las profundas transformaciones positivas concretadas por el peronismo. 
¡Y eso lo afirmó Ferns!, por lo que no puede sorprender que ese autor sea uno de los ignorados adrede por “el poder profundo” que oculta y evita difundir ideas y hechos no acordes al establishment (el poder establecido, de los sectores no solo ultra conservadores, sino más aún, cerradamente reaccionarios). 
En el “proceso” puede situarse la institucionalización del muy nefasto “patrioterismo de bandera”, el cual en el colmo de las incoherencias, mientras a viva voz se proclama supuesto patriotismo, ante el himno y la bandera, en los hechos se apoyan medidas de claro corte antinacional, como lo son las reiteradas “recetas” recesivas, endeudadoras, empobrecedores, anti industriales, e incluso opuestas a la soberanía nacional, como reiterativamente imponen y perpetran los personeros del neoliberalismo, doctrina antinacional por definición. Tan profundas fueron esas negativas imposiciones de doctrinas antinacionales, que el patrioterismo de bandera (llamado patriotismo cromático y musical, por el respetado Dr. Julio Carlos González), marca las profundas y muy negativas confusiones, que afectan a la gran mayoría de los uniformados, quienes diciéndose “patriotas” apoyan a neoliberales y libertarios, que se burlan y desprecian claramente a la soberanía nacional, y a las políticas de destrucción nacional, como las actualmente en perpetración. 
Hasta la vigencia del “proceso”, las imposiciones de medidas económicas recesivas e industricidas eran “patrimonios distintivos” de gobiernos militares, con las FFAA ya totalmente cooptadas por antinacionales ideologías liberales y luego neoliberales. 
Pero a partir de los años ’90, el poder formal fue asumido por diversos personeros del neoliberalismo, que con diversos artilugios fueron implementados por gobiernos civiles; tanto mediante groseras traiciones políticas (menemato y en cierta forma el delarruato), como por operaciones de cooptación de voluntades, con refinadas técnicas masivas de manipulación sociológica a partir del siglo XXI. 
Hasta antes de los años ’90, los gobiernos ultra conservadores y apátridamente liberales (después neoliberales), eran productos de golpes de Estado militares, consustanciados con los sectores más retrógrados de nuestra población. Pero a partir del noventismo, se verificó la cooptación casi total de sectores políticos identificados con lo Nacional y popular, que mutaron a estar infiltrados y manejados por personeros de los poderes opuestos visceralmente a aquellos valores político – económicos. 
El caso más notorio fue el del menemato, que además de endeudador crónico, en los hechos opuesto al desarrollo industrial y tecnológico nacional, destruyó casi todo el sistema ferroviario, extranjerizó empresas estratégicas (como YPF y Aerolíneas Argentinas), y entre otras acciones negativas, nos subordinó al bloque de poder Atlantista, llegando incluso a involucrarnos absurdamente en la guerra desatada contra Iraq, un conflicto del que éramos totalmente ajenos. En buena medida, la imprescindible batalla cultural que es necesaria implementar con sólidas ideas Nacionales, se tergiversó por el accionar confuso y en muchos casos dudosamente Nacional, de algunas “progresías”, muy proclives a aceptar sutiles imposiciones social demócratas, dictadas por ONGs y otros instrumentos de colonización cultural, cuando no matizadas con anacrónicas pautas “socialistas” en poco o nada coincidentes con el ideario Nacional; este último claramente expuesto por notables patriotas como Jauretche, Scalabrini Ortiz, J.M. Rosa, J.A. Ramos, Aldo Ferrer, J.E. Guglialmelli y otros grandes referentes del Pensamiento Nacional. 
El industricidio y el pisoteo alevoso de pautas elementales de soberanía, pasó a ser moneda corriente en los gobiernos del neoliberalismo “prosciano” y el destructivo libertarismo actual, todo lo cual nos lleva claramente a involucionarnos en una vulgar factoría disponible para el saqueo indiscriminado, o peor aun, al claro objetivo de disolución nacional. 
Entre otras aberraciones conceptuales, con todas las letras lo dijo el actual presidente argentino, que busca y está perpetrando la destrucción total del Estado Argentino. 
Es necesario enfatizar que sin Estado no hay Nación, y sin Nación, no hay Patria. Y el actual proceso destructivo, además de sus variopintos perpetradores de distintos pelajes políticos, cuenta con los apoyos implícitos de quienes guardan cómplices silencios ante todo lo que se está perpetrando. 
 MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 
 Analista de Temas Económicos y Geopolíticos