EL OLVIDADO GASODUCTO A MISIONES Y CORRIENTES
El Gasoducto del NEA (GasNEA), estaba en plena construcción, -en los inicios
efectivos de los trabajos-, incluso con parte de las cañerías colocadas, en los
tramos finales del gobierno de CFK.
Tal como perpetró con desapego total por todo lo estratégicamente
esencial para Argentina, paralizando prácticamente todas las grandes obras que
estaban en marcha, como la Cuarta Central Nuclear Atucha 3, las dos grandes
hidroeléctricas en el Río Santa Cruz, las obras del GasNEA, varias autovías (como
en Misiones las de las rutas nacionales 12 y 105), y muchas más, el gobierno
neoliberal del macrismo operó en ese sentido, evidenciando nulo interés por los
Intereses Nacionales; incluso burlándose del elemental concepto de soberanía.
En el caso del gasoducto, con sordina (o sea sin títulos tipo catástrofe y con
escasos espacios en los medios), circuló la versión que “desaparecieron” valiosos
tramos de los caños, que estaban listos para ser soldados o almacenados en obra,
y también hubo versiones (rápidamente “tapadas”), que los caños estaban en un
depósito regenteado por un mediático exintendente y famoso cocinero
cambiemita. Eso parecería que nunca se aclaró. Es que hay casos en los que si
aclaran…oscurecen.
Más allá de la evidente actitud de unitarismo recargado del sector político
cambiemita (que incluye apoderarse para la muy rica ciudad de Buenos Aires, de
fondos coparticipables de las provincias), no sorprende que sea destructivamente
paralizador de obras públicas importantes, ubicadas por fuera del “país central”
de la Pampa Húmeda (Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, y en ciertos casos
ampliado a Entre Ríos y Córdoba), que fue casi lo único que le importó a la
retrógrada oligarquía, la cual, junto con los nulo pensantes milicos proceseros,
forman el núcleo duro del Pro (partido político ultra neoliberal) y socios
subordinados.
Lo preocupante es constatar que, en el actual período gubernativo nacional,
tanto toda Misiones y el centro y norte de Corrientes, continúan en la total
marginación respecto al servicio de gas natural, mientras se anuncian otros varios
nuevos ramales de gasoductos, pero con prioridad para los de exportaciones, a
Chile, Brasil, y por mar a terceros países.
Todos los esfuerzos y grandes inversiones, se evidencian focalizados en las
exportaciones “en crudo” (no elaborados) de gas natural y petróleo, así como en
el más fluido abastecimiento del “país central”.
Es de esperar que no se repita lo perpetrado en los años ’90, cuando se le
permitió a Repsol “ordeñar” nuestras reservas para enviar nuestro gas al exterior,
reservas trabajosamente conseguidas antes por YPF. Y en el marco del
neoliberalismo apátrida de esos años, a esas empresas “exportadoras” (léase
expoliadores de nuestras reservas), se les permitió que los pagos por dichas
exportaciones, se les liquiden directamente fuera de nuestro país. O sea, nos
quedamos sin nuestros hidrocarburos y sin las divisas de esas apresuradas
exportaciones.
Los ductos -varios nuevos y en algún caso rehabilitado-, tienen por destino
Chile, Brasil, y mercados de ultramar, estos últimos por instalaciones en puertos
de las provincias de Río Negro y Buenos Aires.
Incluso se difundió la construcción de un tramo nuevo, en “el norte”, pero
no se dijo que es en el norte de Córdoba, o sea, en el “país central”.
Casi como una excepción, se anunció que Salta ya no dependerá del gas
boliviano, pues se conectará al abastecimiento desde Vaca Muerta u otros
ramales troncales.
Pero respecto al GasNEA en la margen izquierda del Paraná (o sea Misiones
y el centro y norte de Corrientes), solo parece imperar un denso silencio.
Debilitando los reclamos que deberían ser un clamor general, desde este
extremo oriental del postergado NEA, las absolutamente absurdas opiniones del
Ministro de Energía de Misiones, según la cual, con la producción de hidrógeno,
se suplirá al planificado gasoducto, lo que es una incoherencia indefendible.
El GasNEA con sus ramales estaba planificado que abarque a buena parte
de Misiones y varias localidades de Corrientes.
Del “promocionado” hidrógeno, hoy apenas existe en Misiones una planta
experimental, sin capacidad productiva y sin la experticia ni la infraestructura
para abarcar -ni remotamente- a toda esta provincia.
Con esas expresiones, del propio Ministro de Energía provincial, se dio
argumentos a los tecnócratas centralistas (los continuadores del unitarismo
recargado), para que no se construya el gasoducto a esta históricamente siempre
postergada provincia.
En el mismo sentido de muy dudosa o inexistente planificación energética
para el desarrollo, y sin coherencia técnica alguna, se sigue apostando a la muy
cara y probadamente ineficiente energía solar, en vez de impulsar la utilización
del enorme potencial hidroeléctrico que atesora (y sigue desperdiciando en su
mayor parte), la hídricamente muy rica Provincia de Misiones.
La muy severa crisis energética que padece Europa, demuestra con total
claridad, que las intermitentes energías “renovables sesgadas” eólica y solar,
carecen de capacidad técnica para operar como Energías de Base; pero las
fortísimas presiones del establishment del Atlantismo, siguen insistiendo que
dilapidemos recursos en esas energías muy caras, falsamente “limpias”, y con
serias limitaciones técnicas que solo califican como Energías Complementarias.
En ese contexto, sin desconocer los notables avances de la pequeña pero
pujante Provincia de Misiones, de dinámica economía y buena infraestructura
social en general; pero en lo energético, todo parece indicar que, salvo que se
rectifique, vamos camino a un escenario estructural muy complicado de pobreza
energética; y de acá a quince años o poco más, además deberemos lidiar con los
-para ese entonces- caducos parques solares, contaminantes y de complejo y
costoso desguace y seguramente nula capacidad de reciclaje, de los que para ese
momento serán molestos e inútiles “espejitos de colores”.
Todo eso sin olvidar que para cubrir los “baches” de generación de las
solares, se deberán instalar usinas termoeléctricas, con lo que volveremos a caer
en la dependencia de costosos y contaminantes combustibles líquidos, que
deberán traerse en camiones, desde San Lorenzo, Santa Fe.
Todo eso opuesto al
predicado “ecologismo” de las “energías renovables sesgadas”.
Mientras tanto, nadie parecería ocuparse de recuperar los valiosos
antecedentes técnicos de los ocho proyectos hidroeléctricos en cursos de agua
interiores, totalmente terminados y pagados con fondos provinciales. Siete de
esos proyectos fueron estudiados por la Dirección General de Construcciones
Eléctricas (de la cual formé parte), y uno por EMSA (donde también trabajé).
Y de los grandes proyectos hidroeléctricos binacionales de Corpus, Panambí
y Garabí, siguen sin definirse sus construcciones, desperdiciándose hora a hora,
sus enormes capacidades de producción de limpia y económica energía
hidroeléctrica; eso además del importante rol geopolítico de crear lazos sólidos
con dos naciones vecinas.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
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