FRENAR EL PLAN NUCLEAR ES UN ACTO DE TRAICIÓN A LA PATRIA
El desarrollo tecnológico propio es una de las más claras acciones de
ejercicio de la soberanía nacional. Ese concepto tiene además muy fuertes
connotaciones estratégicas si el desarrollo tecnológico se da en áreas muy
sensibles y con fuerte efecto multiplicador positivo, tal como sucede con el Sector
Nuclear.
Creada en 1950, durante la Primera Presidencia de Perón, la Comisión
Nacional de Energía Atómica (CNEA) es el sólido puntal a partir del cual se fueron
creando y consolidando otros entes que se concentraron en temas específicos,
como el desarrollo y producción de combustibles nucleares, la producción a
escala industrial del agua pesada (insumo básico de nuestros tres reactores de
potencia), la medicina nuclear, etc. Aclaremos que “reactores de potencia” son
los que generan electricidad en gran escala.
Posiblemente el más conocido de los entes creados a partir de la CNEA, con
decidido apoyo de la provincia de Río Negro, es el INVAP (Investigaciones
Aplicadas), con sede en Bariloche.
Dotado de una operatoria seguramente más
ágil, INVAP amplió notablemente el espectro de su fructífero accionar,
produciendo no solo centrales nucleares de baja potencia para investigación y
para obtener insumos y elementos medicinales, sino también otras áreas
tecnológicas, como radares, satélites, elementos tecnológicos e industriales, etc.
Tan elevado es el nivel tecnológico alcanzado por el INVAP, que exportó
sendas centrales productoras de radioisótopos medicinales a China y a India, lo
que no es un tema menor, pues se trata de dos grandes potencias tecnológicas y
de avanzados desarrollos nucleares.
La CNEA y todo el Sector Nuclear, en su vasta y prolífica trayectoria, tuvieron
varios hitos de concreciones muy destacables, como producir sucesivos reactores
de baja potencia para uso experimental y de desarrollo tecnológico, a la vez que
se exportaron varios de esos reactores, incluso superando a potenciales
exportadores de naciones desarrolladas, como sucedió en la operación
concretada en Australia; previo a lo cual se había exportado un reactor a Perú,
entre otras operaciones similares.
También fue un gran hito, dominar todo el proceso de producción de
combustibles, logrado al final de la gestión del Ing. Nuclear y Vicealmirante Carlos
Castro Madero como presidente de la CNEA, lo que coincidió con el comienzo de
la presidencia nacional de Alfonsín, quien pésimamente asesorado por su
“experto” Jorge Lapeña (siempre muy “consustanciado” con la generación en
base a petróleo y gas), congeló totalmente el Plan Nuclear e impidió la necesaria
renovación del personal altamente calificado del Sector Nuclear, impidiendo toda
nueva contratación.
Ese congelamiento incluyó paralizar la construcción de la
central nuclear Atucha 2; todo en una perversamente negativa operatoria que se
prolongó por 22 años, hasta que en 2006 todo el Sector Nuclear se volvió a
impulsar fuertemente, con un incremento presupuestario que llegó al 1.100 %.
Previo a ello, durante el gobierno de Onganía y sus sucesores pretorianos,
pese a las fuertes presiones del ministro Krieger Vasena y el establishment liberal
(siempre opuesto a nuestro desarrollo tecnológico e industrial), se tomó la
decisión estratégica de comenzar la construcción de nuestra primera Central
Nuclear de Potencia, Atucha 1, con el soporte tecnológico de Siemens.
El plan
preveía que en 1990 debíamos tener media docena de centrales nucleares
aportando energía al Sistema Interconectado Nacional. Es evidente que esa
impronta de clara raigambre nacional, obedeció a las positivas influencias del
estratega geopolítico General Juan Enrique Guglialmelli y el gran economista Dr.
Aldo Ferrer, ambos claramente identificados con el Pensamiento Nacional. Con ambos patriotas tuve el placer de dialogar.
Atucha 1 fue inaugurada por Perón en 1974, y pocos años después, nuestros
científicos y profesionales nucleares lograron repararla, pues había tenido un
problema operativo inusual y complejo en el contexto del núcleo de la central, en
el cual la radioactividad obliga a operar con extremos cuidados.
La propia
empresa Siemens, en su rol de soporte tecnológico, fue consultada, no aportando
en ese caso ninguna solución, recomendando dar por clausurada definitivamente
la operatoria de Atucha 1.
Fue mérito de nuestros profesionales y científicos,
idear la metodología e incluso las delicadas herramientas, para operar a toda la
distancia posible, en un delicado procedimiento que restringía a pocos minutos
el accionar de los operadores que concretaron la exitosa reparación. Y pese a la
alta radioactividad del contexto en el cual se reparó, no hubo ningún afectado
por la misma. ! Un gran logro tecnológico nacional, muy poco difundido ¡
Siendo el primer país de Íbero América en desarrollar la tecnología nuclear,
es hoy el único que posee tres centrales nucleares en operación, además de la
mayor planta de producción de agua pesada del mundo.
Pero el accionar de todo el Sector Nuclear Argentino, en estas siete décadas
largas, estuvo siempre muy influenciado por la orientación político – económica
de los sucesivos gobiernos nacionales; siendo como una constante apoyado en
los gobiernos de Orientación Nacional, así como frenado e incluso atacado, en los
nefastos períodos de orientación antinacional, enmarcados por el liberalismo y
su versión extrema, el neoliberalismo.
En las últimas cuatro décadas, el
ecologismo cavernario, con libretos dictados desde el núcleo del Poder
Anglosajón y Atlantista, perpetra una constante agresión de terrorismo pseudo
ecológico.
Solo hubo dos excepciones muy claras en gobiernos enmarcados en el
liberalismo apátrida. La ya mencionada en el gobierno de Onganía y sucesores; y
el fuerte apoyo y férrea defensa que recibió de Castro Madero en el “proceso”
pese a las presiones de Martínez De Hoz y sus “Chicago’s Boys”, personeros de la
antipatria, para desguazar y hacer desaparecer al valioso Sector Nuclear.
Cabe
precisar que la figura de Castro Madero genera controversias en el ámbito
nuclear nacional, pues se lo responsabiliza de las “desapariciones” (léase
asesinatos encubiertos), de varios trabajadores del Sector Nuclear.
Más cerca en el tiempo, después de terminar exitosamente la central
nuclear Atucha 2, se planificó un vasto plan de ambiciosas concreciones, y se
volvió a incorporar personal, cuya formación calificada lleva tiempo.
Desde 2006 hasta 2015, se dio mucho impulso al proyecto CAREM, una
interesante central modular de avanzado diseño, comenzándose la construcción
del prototipo, emplazado en el predio de Atucha.
Cerca del fin de ese período de gobierno, se tomaron las decisiones
estratégicas de construir tres grandes centrales nucleares, dos con financiación y
soporte tecnológico de China (hoy el país con más centrales nucleares en
construcción), y una con similares apoyos de Rusia. Dos de esas usinas con la
tecnología de uranio natural, y una con uranio enriquecido.
Se habían comenzado las tareas de instalación de la Central Atucha 3, con
uranio natural, y se había formado el personal especializado, incluso el que sería
afectado a la construcción civil, que por cierto tiene características especiales
muy diferentes a una obra civil común.
Apenas asumido el gobierno neoliberal del macrismo y sus subordinados, se
dedicó con saña digna de mejor causa, a paralizar todas las obras públicas de
importancia estratégica que estaban en ejecución; dentro de ellas la central
nuclear Atucha 3, las dos grandes hidroeléctricas de Santa Cruz, y el gasoducto
GasNEA. Además, frenaron y desfinanciaron todo el Plan Nuclear, afectando con
ello al muy importante Proyecto CAREM, y paralizaron la operatoria de la Planta
Industrial de Agua Pesada, sita en Arroyito, Neuquén, despidiendo a su valioso y
muy calificado personal, casi en su totalidad.
Claramente, el neoliberalismo, de mínima, quiere llevarnos a los empujones
a aquella Argentina semi feudal, del mitrismo del siglo XIX, negada a toda
industria y desarrollo tecnológico propio y excluyendo todo lo que no sea
producción primaria, en un modelo perimido e inviable, en el cual sobramos al
menos 25 millones de argentinos.
De máxima, el corrosivo accionar neoliberal busca el desguace de Argentina
en media docena o más de inviables republiquetas, tal como el Atlantismo
perpetró en Yugoeslavia, en Libia, en Iraq, en la zona del Cuerno de África, como
amenazan perpetrar en Bolivia, en el sur de Brasil; y tal como dijeron ser el
objetivo “superador” que pretenden imponer en Rusia, según expresiones de
estrategas anglosajones de alto nivel.
En ese perverso objetivo actúan diversos operadores: la anunciada
“independencia” de Mendoza, sumada a Córdoba; el corrosivo y violento
accionar del indigenismo racista y separatista; y otras irritativas causas que
abonan a instalar odios insalvables, a las que ciertas “progresías” adhieren, con
libretos instalados desde el núcleo del Poder Mundial Globalizante.
En particular, con montañas de prejuicios y groseras falsedades, el
ecologismo cavernario se dedicó a demonizar todo el accionar del Sector Nuclear
Argentino, infame accionar con el que colaboran periodistas ignorantes del tema
o directamente mercenarios, así como políticos de pobres formaciones
culturales, entre otros.
Incluso uno de esos políticos, con muy dudosa buena fe,
el senador nacional formoseño Petcoff Naidenoff, cometió la aberración de ir a
denunciar el accionar de la CNEA en el Congreso del Paraguay, prestándose a
groseras falsedades conceptuales, para impedir la instalación de Dioxitek en
Formosa. Tarea antinacional a la que se sumó tozudamente el obispo católico de
esa provincia, tal vez no por casualidad compañero de promoción del fallecido
obispo Piña, quien en Misiones operó con falaces argumentos, contra el
desarrollo hidroeléctrico.
Tanta mala fe hubo en el caso, que los terroristas ambientales presentaron
a Dioxitek como “una instalación nuclear”, siendo en verdad una industria
química. Afortunadamente, la inversión pudo concretarse en Formosa, siendo un
salto cualitativo muy importante para esa provincia, y un avance para el Plan
Nuclear.
Derrotado en las urnas el neoliberalismo, el actual gobierno nacional,
claramente muy condicionado por la brutal deuda externa contraída por el
precedente, se muestra muy dubitativo para relanzar con el necesario fuerte
impulso, al estratégico Plan Nuclear Argentino.
La puesta en funcionamiento de la PIAP (Planta Industrial de Agua Pesada),
parece avanzar muy lentamente, pese a contar con el apoyo de Neuquén.
El Proyecto CAREM avanza, pero aparentemente con lentitud.
Y el proyecto de Atucha 3, reconvertido en una central de gran potencia y
con la tecnología de uranio enriquecido, pese a contar con la financiación y el
respaldo tecnológico chino, hace muchos meses está en el limbo de la falta de
decisión ejecutiva para comenzarla.
Circuló profusamente, que el influyente funcionario Gustavo Béliz operó
para impedir el comienzo de Atucha 3, siguiendo fuertes directivas emanadas de
EEUU. Y no sería el único funcionario de alto rango, que prioriza los intereses de
esa potencia, por sobre los Intereses Nacionales. En esa misma línea antinacional,
opera al unísono todo el bloque legislativo y comunicacional del macrismo y sus
subordinados radicales ultra conservadores.
Muchos argentinos no tienen ni idea del tema, pese a su enorme
importancia, y claramente el sector de los milicos proceseros, -en las antípodas de
Señores Militares Nacionales, que supimos tener en cantidad y calidad-, actúa
alineado y subordinado al neoliberalismo macrista…pero se dicen “patriotas”.
Son simples patrioteros de bandera…y ni se dan cuenta.
Como sea, cabe enfatizar que detener y/o ralentizar al Plan Nuclear
Argentino, son actos de miserable traición a la Patria Argentina.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarExcelentes palabras, Carlos. No por nada la Izquierda Nacional en su totalidad ha abrazado históricamente al tema del desarrollo nuclear como propio, diferenciándose en eso -una vez más- del resto de la izquierda argentina e incluso actualmente de sectores del peronismo confundidos. Es particularmente oportuna y valiente tu reivindicación del papel del vicealmirante Carlos Castro Madero: sin dejar de puntualizar como corresponde las acusaciones de que es objeto, no "tirás el bebé con el agua sucia de la bañera" y resaltás el rol que le cupo en la defensa y promoción del antiimperialismo nuclear. Se trata de la misma diferenciación que sólo la Izquierda Nacional y francotiradores peronistas aislados hacen de la Guerra de las Malvinas: enfrentar a Inglaterra con las armas en la mano ERA LO QUE CORRESPONDÍA, aún cuando quienes lo hicieron fueran repudiables en todos los otros órdenes. Facundo Cano
ResponderEliminarSr. Mgtr. Carlos Andrés Ortiz:
ResponderEliminarHe leído varias de sus notas y coincido bastante con su pensamiento, basado en la solidez de sus conocimientos científicos, económicos y geopolíticos.
En esta oportunidad debo expresarle mi adhesión a la presente nota, pergeñada con clara objetividad de criterio en la materia. Es primordial para nuestra Patria afianzar y perfeccionar día a día la investigación y el desarrollo nuclear dentro del marco legal vigente, porque los mismos son parte de nuestra soberanía tecnológica y energética, lo que repercute decidida y directamente en nuestra libertad política y soberanía económica.
Sin perjuicio de ello, debo expresar que la energía eólica, correctamente administrada y debidamente planificado su desarrollo por el Estado, es una alternativa muy importante en subsidio para aquéllos rincones de nuestro país donde aun no llega o no puede llegar la energía nuclear ni la similar hidroeléctrica y tiene ventajas en cuanto a la limpieza del sistema por sobre la energía solar, cuyos paneles, una vez agotado su ciclo de vida útil, son extremadamente difíciles de deshechar y, de no tratarse adecuadamente, se covierten en factores contaminantes del medio ambiente.
Este gobierno y los sucesivos tienen el deber, más allá de toda ideología, de mantener y superar día a día el prestigio internacional que supo adquirir la Argentina en lo que a energía nuclear se refiere y para ello es necesaria la firme decisión de redoblar periódicamente, con firme convicción nacionalista, los esfuerzos y las inversiones necesarias para
forrtalecer y mantener en pie a este coloso que es el plan nuclear argentino, verdadero orgullo nacional y objeto de admiración para las demás naciones de la Tierra, pues ello nos permitirá mantenernos erguidos y altivos ante el mundo, en aras al bien común.
Cordial saludo.
Carlos Alberto García.