viernes, 3 de abril de 2020

NACIONALISMOS DE OPERETA Y PENSAMIENTO NACIONAL.
Tal vez algunos no conocen la expresión “Pensamiento Nacional”, hoy ya toda una definición sociológica y política.
Fue uno de los tantos conceptos creados por el genio incansable de Jauretche, que luchó toda su vida contra la colonización cultural, que es el medio más nefasto de subordinación que hemos padecido, orquestado por los británicos primero y luego por todas las Potencias Atlantistas.
El caso es que el concepto de “nacionalismo” fue mal usado en Argentina, tal como sucede en España con los “nacionalismos” vasco y catalán, que allá son simples separatismos.
Acá, en los años ’20 y ’30 del siglo XX, los “niños bien” (hombres jóvenes de familias adineradas o con influencias”), salían “de cacería” en sus autos, recorriendo Buenos Aires y alrededores, para atacar a los muchos inmigrantes que les pudieran parecer “sospechosos”. Lo mismo hacían con dirigentes gremiales y cuantos pudieran molestar al statu quo conservador. Perseguían, pegaban a mansalva e incluso asesinaban. Eran clasistas y racistas, pues se ensañaban con personas de rasgos no caucásicos, con árabes, judíos y todos los “diferentes” al genotipo europeo occidental. Y con semejantes barbáricas acciones y actitudes, se decían “nacionalistas”.
Es de señalar que existen muchos argentinos que no corresponden al prototípico nórdico ni al hispano ni al italiano del norte, que para mentalidades racistas son los que “califican” como “correctos” o los únicos “aceptables” para formar nuestra composición étnica supuestamente “ideal”.
Afortunadamente el racismo no fue predominante en Argentina, con lo cual se constata que muchos gauchos y muchos pobladores diversos son descendientes del mestizaje de españoles con nativas, y con sucesivas mezclas de sangre que hubo y hay en nuestro país. No es un hecho histórico menor que en el imperio español se fomentó la integración y las uniones con las poblaciones preexistentes, mientras que en las regiones colonizadas por británicos y otras potencias colonialistas, se marginó e incluso se buscó exterminar a las poblaciones nativas.
De esas mezclas de españoles con nativas, están los orígenes de la mayoría de las poblaciones de Hispanoamérica, pero ese ya es otro tema; lo que por cierto no es bien visto por esos clasistas y proto racistas que se decían “nacionalistas”, de los cuales llegaron a derivar grupos de choque protegidos por “policías bravas” y amparados por gobiernos oligárquicos, como los de la década infame (la de los años ’30 del siglo XX).
También se decían “nacionalistas” diversos militares golpistas, que impusieron gobiernos con economías liberales o les allanaron el camino al poder, o sea antinacionales. El General José F. Uriburu, conocido germanófilo de aquellas épocas, apodado “Von Pepe”, puede ser considerado prototípico de esos “nacionalistas” confusamente liberales.
Es de precisarse, que el liberalismo es básicamente una doctrina creada a la medida de las necesidades del imperio británico, y como tal es utilizada por todas las potencias dominantes como herramienta para impedir el desarrollo de países subordinados y relegados al rol de simple proveedores de materias primas.
Hasta hoy, los “patrioteros de bandera” (concepto de mi creación), se consideran “nacionalistas” pese a obrar como vulgares traidores a la patria. Son los militares que a puro himno y bandera, apoyan políticas claramente antinacionales. Los “proceseros” son prototípicos de ello.
De ahí, que Arturo Jauretche, haya propuesto no usar el término “nacionalista”, que fue bastardeado y se presta a confusiones, reemplazándolo por el concepto de “Pensamiento Nacional”.
MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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